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TESINA
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN
EDUCACIÓN PRIMARIA
P R E S E N T A :
SERGIO HONORATO ENRIQUEZ
1. INTRODUCCIÓN…….……………………………………………………...3
2.2. PROPÓSITO………………………………….…………………………..6
5. ESTRATEGIAS DE LECTURA………………………………………….51
6. MOTIVACIÓN……………………………………………………….……..60
8. CONCLUSIÓN……………………………………………………….…….80
9. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………….…...….82
1. INTRODUCCIÓN.
En estos tiempos, donde lo que se escribe en cualquier parte del mundo, se da a
conocer inmediatamente, dadas las nuevas tecnologías, la información escrita es
abundante y genera mensajes cada vez más dinámicos y en constante actualización.
Es cierto que los procesos para una buena comprensión de texto comienzan desde
los primeros años de vida pero es una realidad que es en la educación primaria
donde estos procesos deben tener cierta dirección, que de ser correcta, producirán
conexiones neuronales adecuadas para producir aprendizajes significativos que les
faciliten la asimilación, interacción y recuperación del lenguaje escrito.
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2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
2.1.- JUSTIFICACIÓN
Actualmente se habla de la falta de comprensión en la lectura de un texto por parte
de niños, Jóvenes y adultos pero poco se habla de cómo trabajar este Problema, las
autoridades educativas mandan libros a las escuelas y en la mayoría de ellas se
lleva a cabo un proyecto sobre lectura.
Debemos reflexionar sobre la importancia que esta actividad tienen para acelerar el
proceso enseñanza – aprendizaje y comprender los elementos que ella implica.
Creo que el problema de que exista tal deficiencia en la comprensión de textos se
debe en gran parte a la inconsciencia de nuestro trabajo como docentes ya que
trabajamos sin tener en cuenta objetivos precisos, de formación académica, sin tener
en cuenta el formar seres critico- reflexivos, seres autónomos, pensantes, que en un
momento determinado puedan comprender y transformar su entorno.
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funcional el cual abarca varios sectores de la población, por lo tanto seguimos siendo
un país de analfabetas los cuales solo tenemos la fonología de nuestro sistema de
escritura pero no su comprensión.
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curriculares, si encontramos la forma de hacerlo utilizando las herramientas
disponibles u otras, entonces estaremos trabajando con compromiso teniendo en
mente objetivos claros y precisos a corto, mediano y largo plazo.
2.2 PROPÓSITO
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3. LA LECTURA Y SUS PRINCIPALES ASPECTOS.
3.1. ASPECTOS LINGUISTICOS DE LA LECTURA (LA ESCRITURA)
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA ESCRITURA.
.Un sistema en que cada signo pueda expresar una palabra llevaría a crear un
cuerpo completo de signos léxicos obteniendo así un código léxico o logográfico
ahora bien la tesis de Gelb (1987) y de otros autores sostienen la imposibilidad de
que haya existido nunca un sistema logográfico puro en el que cada palabra fuera
representada por un signo en una relación biunívoca: más bien se tiende a pensar
que siempre existirán signos añadidos que matizarían aspectos de esa palabra que
podrían ser en general, de carácter fonético, en este mismo sentido Malmberg,
(1974) sostiene que la mayoría de las lenguas necesitan expresar elementos
puramente gramaticales como desinencias, prefijos, conjunciones, pronombres etc.,
que no son fáciles de representar por medio de símbolos ideográficos y además con
un sistema así no existe modo de representar otros tipos de palabras. como pueden
ser por ejemplo, los nombres propios, precisamente la necesidad de una
presentación para estos fue lo que llevó al proceso de fonetización en la escritura
(Gelb 1987) y con ello lo que generó la necesidad de descubrir el principio de la
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fonetización, siendo el avance mas importante sin duda en la historia de la escritura
este paso se dio mediante la aplicación del llamado principio rebus.
Gelb sostiene que las escrituras fueron evolucionando desde sistemas logosilábicos
hasta llegar a los sistemas alfabéticos pasando por los silábicos: y por otro lado en lo
que se refiere a la perspectiva histórica piensa que este desarrollo, en nuestra cultura
escrita, tuvo lugar desde la escritura egipcia (sistema logosilábico), a través de la
semítico-occidental (escritura puramente silábica) , hasta llegar a la escritura griega,
claramente alfabética y culminación de esta evolución, ya que es preciso poner de
manifiesto que el sistema alfabético no ha sido superado y ,aunque existen distintos
tipos de alfabetos, todos ellos se rigen por el mismo principio (Gelb 1987).
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LA ESCRITURA ALFABETICA
El ser humano utiliza diferentes códigos para comunicarse: unos son los que
podríamos llamar “códigos independientes”, como es el caso del lenguaje oral, de los
números, de las señales de comunicación, etc. Otros por el contrario son códigos
“dependientes”, como, por ejemplo el código telegráfico, el código dactilológico de los
sordos, y desde luego un buen número de escrituras, aquéllas que representan a
lenguas, evidentemente existen escrituras o para ser más exactos, preescrituras que
no dependen de una lengua y son, por lo tanto sistemas independientes: sería el
caso de los sistemas pictográficos o ideográficos. (Mosterin, 1993: gelb, 1987)
Los grafemas son las unidades mínimas gráficas de cada escritura que representan
a las también unidades lingüísticas mínimas que esa escritura refleja si la escritura
es morfémica, los grafemas representarán morfemas, si se trata de sistemas
silábicos estaremos hablando de silabarios y en el caso de alfabetos lo representado
por los signos serán fonemas. (Gelb 1987)
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enseñanza de la lectura, dada la existencia de dialectos del castellano , por otro lado,
decir que es una representación ortográfica supone admitir que existe información en
las palabras escritas que sobrepasa al principio fonémico, ya que existen
irregularidades en este por la característica enunciada del propio alfabeto griego, e
igualmente en el castellano según la cual no existe una correspondencia biunívoca
entre grafemas y fonemas.
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entorno que otro (el fonema se define entonces como una clase de sonidos ) la
elección de cada alófono en un punto determinado de la cadena hablada está
mecánicamente determinada por el contexto y es indefectiblemente previsible, esta
interpretación postula para cada fonema un número determinado de alófonos, ya que
el número de distribuciones fonemáticas posibles en un punto de la cadena hablada
está limitado como el número de fonemas de una lengua” ( Dubois 1983)
Llamamos fonos a los sonidos del lenguaje, es decir a cada una de las realizaciones
concretas de los fonemas, variables según el contexto fónico, el hablante, las
condiciones generales de emisión etc. (Dubois 1983)
Todo esto nos lleva a decir que la escritura alfabética representa a la lengua en el
nivel fonémico o fonológico y no fonético puesto que los grafemas reflejan los
fonemas como sonidos abstractos y no a los fonos o producciones concretas de
aquellos, quizá sea necesario aclarar porque utilizamos los términos fonémico y
fonológico como equivalentes y de igual forma fonemática y fonología, podemos
definir la Fonología como la ciencia que estudia los sonidos del lenguaje desde el
punto de vista de su función en el sistema de comunicación lingüística, estudia los
elementos fónicos que distinguen en una misma lengua dos mensajes de sentido
diferente(por ejemplo baño y paño).
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papel realmente clave en las palabras homófonas (como es el caso de haya-aya,
basta-vasta, uso-huso etc). De este modo se justifica esa falta de correspondencia
biunívoca entre grafema-fonema propia de lo que podríamos denominar un sistema
fonémico perfecto, como curiosidad podemos reseñar que el principio fonémico tan
solo parece haberse respetado totalmente en la escritura yakut (lengua de la familia
del turco que se habla en Siberia) siendo en la practica totalidad de las escrituras un
sistema imperfecto.
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3.2. – ASPECTOS PSICOLINGUISTICOS DE LA LECTURA
Existe una postura según la cual leer consistiría en transformar los signos gráficos en
significados: es decir, dentro de esta perspectiva se enfatizarían los procesos de
reconocimiento de la palabra escrita, mientras que los procesos de comprensión
lectora se tratarían dentro de un modelo general, que sería útil también para la
comprensión del lenguaje oral. Sin embargo, existe otra concepción según la cual
leer consistiría en extraer el mensaje de un texto; es decir, el lector no podría
quedarse en el reconocimiento de las palabras, sino que debería llegar a integrar el
texto, que es algo más que la suma de los significados de la palabra, e incluirá la
interpretación de la información explícita, la generación de expectativas, la
realización de inferencias y la selección de la información. A estas dos posturas se le
podría añadir una tercera, dentro de la cual leer sería el producto de ambos procesos
generales (Gough, Juel y Grifith, 1992)
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Dentro del proceso de reconocimiento o identificación de la palabra escrita están
implicadas una serie de operaciones: la detección de los signos gráficos para su
posterior identificación y el acceso al léxico interno o “estructura hipotética donde el
individuo tiene almacenados de manera organizada sus conocimientos lexicales,
semánticos y sintácticos “(Alegría 1985).
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organización de los significados en proposiciones, entendidas éstas como el
significado que subyace en una cláusula u oración. (Van Dijk, 1980). Por otro lado el
establecimiento de las relaciones de continuidad temática entre esas proposiciones
o progresión temática, que permite responder a preguntas tan básicas como ¿ de
qué trata el texto ahora?, ¿sigue hablando de lo mismo? (Orrantia y Sánchez 1994)
Para llegar al significado global del texto o macroestructura el lector pone en marcha
una serie de estrategias que tienen la misión de transformar y reducir la información
semántica de un texto: a estas estrategias se les ha denominado macroreglas. Estas
reglas son tres: la primera es la de supresión. Mediante la cual se seleccionan
aquellas proposiciones que son una condición interpretativa para las ideas del texto y
se suprimen las que no son relevantes. La segunda macrorregla es la generalización,
en la cuál dada una secuencia de proposiciones sustituimos los conceptos incluidos
en esta secuencia por un concepto supraordenado (por ejemplo, en la secuencia “el
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agua contaminada es peligrosa para el hombre: también es perjudicial para las
plantas y para los peces “los conceptos “hombre, plantas, peces” pueden sustituirse
por el concepto supraordenado “seres vivos” y formar “el agua contaminada es
peligrosa para los seres vivos”. La tercera macrorregla se denomina integración o
construcción y en ella una secuencia de proposiciones es reemplazada por otra
totalmente nueva, esto es, que no aparece en la base del texto.
Esto nos indica que para poder llegar a la comprensión de un texto es conveniente
que los procesos de identificación o reconocimiento de la palabra escrita estén
automatizados ya que si éstos procesos no se ejecutan adecuadamente surgirán
dificultades en la comprensión, debido a que el lector estaría tan pendiente de
decodificar y obtener el significado lexical que consumiría en ello la mayor parte de
su capacidad de atención y cognición, en detrimento de los procesos de
interpretación del texto. No obstante es posible encontrar niños que aunque hayan
automatizado esos procesos no lleguen a comprender un texto o, como señala
Sánchez, (1988), han aprendido a leer pero no aprenden leyendo en este caso, no se
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puede decir que el problema esté en los procesos de reconocimiento de la palabra,
sino que se trataría una dificultad en los mecanismos de comprensión.
Actualmente se puede decir que que hay un acuerdo bastante generalizado entre los
distintos investigadores en el campo de la lectura a la hora de considerar la
existencia de dos vías o estrategias para acceder a esta información sobre las
palabras (esto es a los conocimientos que poseemos sobre su significado general,
conocimientos sintácticos, pragmáticos, fonológicos, etc.) que está almacenada en
algún lugar de nuestro sistema cognitivo. Este lugar o estructura mental se ha
denominado léxico interno. Según esta idea, el reconocimiento o la identificación de
la palabra escrita consistiría en la activación de una determinada entidad lexical, es
decir, en la evocación de todos los conocimientos que el lector tiene en relación con
esa palabra.
En el lenguaje oral usamos una representación interna del habla para acceder al
léxico interno, en el lenguaje escrito podemos disponer de dos posibilidades o
estrategias para acceder al léxico interno; a través de un código fonológico o a través
de un código basado en las características visuales de la palabra:
Vía directa o léxica.- la palabra es identificada de forma instantánea, emparejando
la palabra escrita con su representación ortográfica almacenada en el léxico.
Vía indirecta o fonológica.- lo que empareja con la representación interna no es la
palabra escrita, sino la reconversión oral que hacemos de esa palabra; es decir
analizamos la palabra en segmentos y les asignamos un valor fonológico (y no un
significado como en la vía directa), mediante la aplicación de las reglas de
correspondencia grafema-fonema (proceso conocido como recodificación
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fonológica). La forma fonológica así creada es utilizada posteriormente para acceder
al léxico y con ello a toda la información que poseemos sobre la palabra.
Palabras por analogía.- Estos modelos por analogía ponen de manifiesto que para
reconocer una palabra escrita no es necesaria la utilización de ninguna vía, ni directa
ni fonológica. Sino que el hecho de conocer una palabra puede ayudar a leer otra
palabra que comparta la misma estructura ortográfica, es decir que tenga unos
patrones de deletreo análogos (por ejemplo, sal, cal, mal), Goswami propone que la
lectura por analogía puede ser utilizada por el niño desde el inicio del aprendizaje de
la lectura, sin necesidad de utilizar una vía visual y/o fonológica para el
reconocimiento de la palabra escrita. (Goswami, 1986: Goswami y Bryant, 1990).
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Decodificación secuencial.
El niño se basa en reglas de correspondencia simple entre letras y sonidos, y no
puede leer más que palabras regulares. Para March y colaboradores, dos factores
explicarían el paso del estadio dos al tres: por una parte el hecho de que el
aprendizaje visual de un gran número de palabras se hace problemático, y el niño
buscará una estrategia más eficaz y más fiable; y, por otra parte, el desarrollo
cognitivo en términos piagetianos (paso al estadío concreto) que favorecería este
cambio en las estrategias de la lectura. Finalmente, el cuarto estadío:
Decodificación jerárquica.
El niño puede utilizar reglas de correspondencias entre sonidos y letras más
complejas, teniendo en cuenta, por ejemplo, valores de posición de las letras
( Friedman, Welch y Desbrg, 1981).
Etapa logográfica.
Esta etapa se caracteriza por el uso de una estrategia logográfica, a través de la cual
los niños van a ser capaces de reconocer globalmente palabras familiares. Para este
reconocimiento, se apoyan en las características visuales de las palabras (forma
global, longitud, presencia de rasgos ascendentes o descendentes, etc). Así por
ejemplo, en esta etapa el niño puede reconocer y leer en voz alta el nombre de una
marca de bebidas, coca-cola, si la ve impresa en sus colores habituales (letras
blancas sobre fondo rojo) y con sus caracteres usuales. (dentro de la teoría
piagetiana, esta etapa se encontraría en la etapa preoperatoria)
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Etapa alfabética.
Esta etapa se basa en el empleo predominante de una estrategia alfabética la cual
implica el uso de mecanismos de correspondencia grafo – fonológicos que permiten
al niño convertir los segmentos ortográficos en fonológicos con, y así poder identificar
palabras no familiares. Palabras que nunca ha visto escritas con anterioridad , esta
forma de reconocimiento de palabras va a contribuir a la creación de un código
progresivo de acceso directo al léxico interno, que posibilita que el niño alcance la
tercera etapa. (dentro de la teoría piagetiana, esta etapa se encontraría en la etapa
de las operaciones concretas)
Etapa ortográfica.
Esta estrategia ortográfica permite al aprendiz reconocer instantáneamente las
palabras ( o parte de las palabras). Tan rápido como en la estrategia logográfica, ya
que el sistema de identificación de las palabras está ya dotado de un gran número de
palabras con acceso directo, pero, a diferencia de la fase logográfica, la
representación interna ortográfica ha sido elaborada a través del uso de mecanismos
de recodificación fonológica. (Frith, 1989).
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facilitaría la lectura de palabras nuevas, ya que para leerlas es preciso segmentar la
serie de letras en unidades que correspondan a los sonidos individuales (fonemas ) y
combinar estos sonidos para pronunciar la palabra. (dentro de la teoría piagetiana,
esta etapa se encontraría en la etapa de las operaciones concretas y formales)
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3.3.- ,ASPECTOS SOCIOCULTURALES DE LA LECTURA
La naturaleza sociohistórica de la lectura.
Ser lector significa bastante más que el mero dominio de un código de escritura; se
trata del dominio de un lenguaje entendido como producto cultural, sociohistórico; por
consiguiente, aprender a leer no se traduce a una manera técnica sino que supone la
asimilación de una herramienta o instrumento cultural. Por ello, los procesos de
alfabetización son complejos, debido a que en ellos intervienen factores muy
diversos, uno de estos factores es el social, el cuál nos lleva a conocer los procesos
mediante los que se construye la alfabetización tanto en la vida cotidiana a través de
intercambios e interacciones y de la discusión del significado en muchos contextos
distintos como en situaciones escolares, teniendo en cuenta que incluso en éstas no
se trata de un aprendizaje mecánico, sino que los niños se ven involucrados en
procesos culturales mucho más amplios.
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del lenguaje escrito en los niños”, lo cual nos permitiría comprender qué lleva a éstos
a escribir, cuál es ese proceso y qué relación tiene con el aprendizaje escolar,
esboza sin embargo, una teoría de esta evolución.
Existen además otros dos campos que vinculan los gestos al origen de los signos
escritos: los garabatos de los niños y los juegos infantiles. En uno y otro caso lo que
el pequeño realiza es un gesto representativo; al dibujar objetos los niños tienden a
interpretar cualidades de éstos, no ha reproducir sus partes, por ejemplo, cuando un
niño crea un jarrón con una curva ésta tratando de representar algo; lo mismo ocurre
cuando utiliza un juguete para encarnar un objeto que en principio no tiene que ver
con éste. así pues el dibujo, el garabato y el juego simbólico podemos entenderlos
como sistemas complejos del lenguaje y subrayar además que estas
representaciones del signo surgen inicialmente como simbolismos de primer grado,
lo que significa que representan objetos directamente. Sobre estas bases construye
Vigotsky una explicación aproximada acerca de una teoría sobre la adquisición del
lenguaje escrito que partiendo del gesto tiene una fase relevante en la producción de
dibujos, hasta llegar a las palabras escritas. Vigotsky crea un vínculo muy estrecho
entre el lenguaje oral y dibujo puesto que describe que el niño cuando dibuja suele
hacerlo en términos de narración, como si contara una historia, tal como la haría
hablando, y ello incluye un cierto grado de abstracción necesario para cualquier
representación verbal; lo que le lleva a concluir que el dibujo no es más que un
lenguaje gráfico que surge a partir del lenguaje verbal. Los esquemas que distinguen
a los primeros dibujos infantiles son, en este sentido, reminiscencias de los
conceptos verbales que comunican solamente los rasgos esenciales de los objetos.
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Es tanto como decir que toda representación simbólica primaria esta adscrita al
lenguaje, lo que se supone que todo sistema de signos se crea en base al mismo.
(Vigotsky, 1979).
El modo como llegan a convertir el dibujo en lenguaje escrito tiene su base en ciertas
investigaciones experimentales realizadas por Luria, que podemos resumir de
manera muy esquemática en lo siguiente: al pedir a niños que no saben leer ni
escribir algún tipo de anotación, se observa al margen de un pequeño desconcierto
inicial, que llegan a dibujar determinadas marcas o garabatos en papel, pero los
sitúan en lugares diferentes del espacio gráfico, de manera que pueden diferenciarse
unas marcas de otras, creando una especie de topografía que tiene un significado,
es decir, se trata de signos indicativos primitivos, con los que quieren escribir algo
para recordar, para Vigotsky, este estadio mnemotécnico es el primer precursor de la
escritura. “Los niños transforman gradualmente estos trazos en signos indicativos
primitivos para los propósitos mnemotécnicos que hemos indicado. Los signos
indicativos, marcas simbólicas y garabatos van siendo sustituidos por pequeñas
imágenes y dibujos, que, a su vez dan paso a los signos”( Vigotsky,1979 )
Para el autor, los signos escritos de este modo son símbolos de primer grado, pero el
niño debe alcanzar un simbolismo de segundo orden, que supone la utilización de
signos como representación de las palabras. Para ello, el pequeño debe ser capaz
de descubrir que podemos dibujar no solo objetos sino palabras. Para Vigotsky esta
claro que el lenguaje escrito se desarrolla pasando de los dibujos de las cosas a los
dibujos de las palabras. Y de ello extrae una primera conclusión: “el secreto de la
enseñanza del lenguaje escrito es la preparación y organización adecuada de esta
transición natural. Una vez realizada, el niño domina el principio del lenguaje escrito y
tan solo le resta perfeccionar este método” (Vigotsky, 1979)
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intermedio acaba por desaparecer, convirtiéndose el lenguaje escrito en un
simbolismo directo “únicamente debemos tratar de imaginar los enormes cambios
que se producen en el desarrollo cultural de los niños, y que son consecuencia del
dominio del lenguaje escrito y de la capacidad de leer. Gracias a ello se accede al
conocimiento de todo aquello que el genio humano ha creado en el campo de la
palabra escrita” (Vigotsky, 1979).
Hay que destacar una diferencia entre el lenguaje oral y escrito pertinente para
nuestra argumentación, a saber, que el lenguaje oral es claramente dialógico frente
al escrito, que es monológico: “el dialogo presupone siempre un conocimiento del
tema común a las dos partes, que permite el lenguaje abreviado y, en ciertas
condiciones, oraciones puramente predicativas. También supone que el hecho de
cada persona puede ver a su interlocutor, su expresión facial y gestos y escuchar el
tono de su voz”. El lenguaje escrito excluye el tono de voz; el conocimiento del tema,
lo que obliga a usar más palabras y con más exactitud “ la comunicación por escrito
reposa en el significado formal de las palabras y requiere un número mucho mayor
de vocablos que el lenguaje oral para expresar la misma idea se dirige a una persona
ausente, que rara vez tiene en mente el mismo tema que el escrito, por tanto, debe
explicarse en forma total, la diferenciación sintáctica es máxima y se usan
expresiones que serían poca naturales en la conversación” Otra distinción entre
ambos está que en el lenguaje oral hay un contexto que se va estableciendo y
regulando en el propio diálogo, mientras que en lo escrito no existe ese apoyo
situacional, lo que implica que el que escribe tiene que ir creando los contextos
comunicativos, organizando el discurso, lo que llamamos borradores por ello, el
lenguaje escrito requiere un nivel de planificación innecesario en el diálogo. En
palabras del propio Vigotsky “En el lenguaje escrito, donde falta una base situacional
y expresiva, la comunicación solo puede ser lograda a través de las palabras
complicadas; de ahí el uso de los borradores. La diferencia entre el borrador y la
copia final refleja nuestro proceso mental” (Vigotsky, 1977).
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La narración como forma de acceso a la lectura según Bruner.
Bruner defiende la importancia de factores culturales y sociales en el desarrollo
humano, en la adquisición del conocimiento y en el aprendizaje; el tema central está
pues, en reconsiderar la adquisición del conocimiento no como un hecho individual
sino social; no se construye nuestro conocimiento, ni se configura el desarrollo
mediante la resolución de problemas de manera individual, sino dentro de un
contexto sociocultural que da significado al propio conocimiento.
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niños a escribir pidiéndoles que reproduzcan a su manera los textos que leen o
creando otros con distintos finales, reinventando las historias.
Bruner sin negar la necesidad de que se conozcan las letras o se trabajen las
habilidades fonológicas, sostiene que esto no es esencial en el aprendizaje de la
lectura y en sus posibles dificultades, sino que la dificultad puede residir en un hecho
de que al leer no tengamos un contexto inmediato desde quien escribe, no
conozcamos la intencionalidad de éste, de su sistema de creencias, su microcosmos
etc: es decir, no tengamos unas claves contextuales para interpretar lo que hay en un
texto escrito. (Bruner, 1991)
Coll manifiesta que “si el niño no llega a la escuela con la idea que la lectura es una
forma de interpretar el mundo, hay escasas probabilidades de que sus enseñanzas
escolares más tempranas consigan transmitirle esa idea” (Coll y Griffin, 1989);
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Aprender el lenguaje es aprender como significar” (Halliday, 1982). Se trata, pues, de
entender la lengua en uso, la lengua en su función comunicativa, en su función
social, asumiendo además una relación directa entre función y estructura. Así pues,
el niño cuando adquiere su lengua y aún antes, lo que asimila junto a las formas,
digamos lingüísticas (estructuras gramaticales, semánticas y fonológicas), son las
funciones sociales del lenguaje, entendiendo por ello “ aquellas situaciones
significativas en cuanto podemos precisar algunos de los potenciales de significación
asociados a ellas de forma explicativa y característica) (Halliday, 1982)
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situaciones y escenarios de la misma, sino que las palabras se pueden
representar gráficamente, lo cual es más útil y mucho más simple.
b) Enseñar a leer supone hacer captar al niño las funciones que tiene la escritura,
las posibilidades de perpetuar un mensaje, que en realidad es la función
primordial, y, a partir de ella, mostrarle que leyendo puede conocer historias,
entrar en mundos imaginarios, y que escribiendo puede producir él mismo esos
textos.
c) La enseñanza del lenguaje escrito conviene que comience tempranamente.
Vygotski se refiere claramente a la edad preescolar como el momento propicio
para que el pequeño aprenda a leer. “desde nuestro punto de vista resultaría
natural transferir la enseñanza de la escritura a la edad preescolar. En efecto, si
los niños pequeños son capaces de descubrir la función simbólica de la escritura
tal como han puesto de manifiesto los experimentos de Hetzer, entonces la
enseñanza de la misma deberá ser de la incumbencia de la educación
preescolar”( Vygotski, 1979 )
d) La enseñanza de la lectura y escritura debería estar planteada de manera que el
alumno la perciba como algo necesario. Es decir que el niño necesite estas
herramientas para comunicar aspectos de interés en su vida cotidiana, tanto
personal como escolar (Vigotsky, 1979) . Esto nos sugiere la necesidad de
considerar este tipo de expresión como forma de transmisión, de sentido desde el
punto de vista de los alumnos, aun cuando los instrumentos y habilidades que
posean sean aún imperfectos. Si la lectura y escritura poseen significado,
podremos estar seguros de que no serán una mera habilidad, sino una forma de
lenguaje compleja y nueva. (Vigotsky, 1979).
e) Que la escritura se enseñe de un modo natural, como algo normal en su
desarrollo. Es preciso llevar al niño a que comprenda que es el lenguaje escrito y
no a que aprenda únicamente las letras como elementos constitutivos del sistema
alfabético “los educadores deberían organizar todas estas acciones y todo el
complejo proceso de transición de un tipo de lenguaje a otro. Deberían seguir
todo ese proceso en sus distintas fases hasta el descubrimiento de que no solo
se pueden dibujar objetos, sino también se puede plasmar el lenguaje (Vigotsky,
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1979). Para Vigotsky el proceso natural pasa por la práctica de formas simbólicas
más primitivas, o en todo caso anterior, como son el gesto y el juego. Pero desde
un punto de vista más guiado por la instrucción, se establecería un proceso que
va del dibujo simple al dibujo como narración, pasando luego a la expresión hacia
lo escrito.
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autónoma, sobre los cinco años más o menos Bal separa definitivamente estas dos
actividades, dibujo y escritura, y empieza en consecuencia, a interesarse por la
técnica de la escritura “(Freinet,1978). Otras técnicas como él las denomina
complementan su pedagogía: la creación del texto libre, el tanteo experimental, etc.,
conceptos ciertamente próximos al pensamiento de Vigotsky; aunque los métodos
del pedagogo francés se basaron claramente en sus intuiciones, en su experiencia
como maestro rural y, desde luego en su ideología. “su valor (el del texto escrito)
reside en su función de instrumento, de intérprete para expresar un deseo, un
pensamiento, una orden. Pero todavía falta que se experimente la necesidad de
expresar ese deseo, ese pensamiento, esa orden; y ante la incapacidad de
expresarlos a través de otros medios más prácticos (la voz, el gesto, la mímica) se
siente la necesidad de recurrir a este instrumento. Es ésta una condición esencial en
la conservación de este arranque funcional, que impulsó todo el tanteo experimental
hasta el presente. Hay que encontrar, pues, una motivación particular que le haga
necesitar el empleo de este medio de expresión natural” (Freinet, 1978).
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escritura, aunque, como hemos dicho reiteradamente, cuando se domina es el más
productivo útil y versátil de los sistemas. La capacidad para descubrir los segmentos
fonéticos que se corresponden con las letras, en los sistemas alfabéticos, no es fruto
de la madurez, sino del aprendizaje de tareas específicas (o bien porque se aprende
a leer en un sistema alfabético, o bien porque antes de realizar éste se lleva cabo
una enseñanza específica en habilidades de análisis fonológico).
Vigotsky refiere el hecho clave de enseñar al niño que es el lenguaje escrito, antes
de iniciarlo propiamente en el aprendizaje de la lectura. Lo que se propone, en
definitiva, es la necesidad de mostrar al niño que el lenguaje escrito es un sistema
simbólico de segundo orden que designa a los sonidos de las palabras del lenguaje
hablado. A través del juego y del dibujo, simbolismos de primer orden, el niño utiliza
signos que hacen referencia a la realidad (ya dijimos que los dibujos constituían el
primer estadio del desarrollo del lenguaje escrito), y, según él, los signos escritos
designarían, en principio, directamente los objetos; pero el pequeño debe llegar a
comprender que los signos pueden representar palabras, y ahí es donde la ayuda
pedagógica debe ser más guiada.
Vigotsky lo expresa de manera drástica: “la escritura y la lectura deben ser algo que
el niño necesite”. Esta necesidad tiene múltiples significados que podemos y
debemos ayudar a descubrir al pequeño aprendiz. Saber leer le va a permitir leer
cuentos o escribir él mismo historias, leer los carteles de la calle, o escribir a sus
abuelos, a sus amigos ausentes, mandar una nota a un amigo, etc. En definitiva,
aprender el lenguaje escrito es algo esencial dentro de su cultura. La escritura debe
poseer un cierto significado para los niños, lograr que quieran aprender a leer porque
eso será algo interesante en su vida: solo así podremos estar seguros de que no
será una simple serie de destrezas, de habilidades, un juego meramente motor o
descifrador. Sólo en este contexto de significación realizará con gusto el esfuerzo de
la abstracción, del desciframiento, solo entonces encontrará sentido a tareas por las
que ineludiblemente tiene que pasar.
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La escuela no debe “escolarizar” el aprendizaje de la lectura como algo apartado de
la vida, de lo cotidiano. El aprendizaje de la lectura y escritura ostenta a veces una
solemnidad institucional que lo hace distante de las necesidades del niño, sobre
todo, cuando se considera una simple destreza y no un elemento cultural más global.
Las ideas previas que tiene el pequeño sobre lo escrito pueden ser un punto de
partida para iniciar el aprendizaje de la lectura. Sin embargo, lo que acabamos de
decir tiene su lado “oscuro” pues lo que no todos los niños pertenecen a medios
familiares letrados; es en ese entonces la escuela quien debe crear esa necesidad
de aprender a leer, antes de enfrentar al pequeño aprendiz con unos signos poco
relevantes para su entorno y para su vida. La idea de crear ese clima previo a la
enseñanza del código es, sin duda, una de las aportaciones de la teoría sociocultural,
una piedra de toque sobre la contextualización que debe realizar la escuela para ser
deseable este aprendizaje a esos niños, en cuyos contextos más próximos no se da
importancia a la letra impresa, asunto que será en cualquier caso previo a la
enseñanza más formal de la lectura y escritura. Por ello si la lectura y la escritura son
adquisiciones que van mucho más allá de la apropiación del alfabeto, su completo
dominio requiere de un plan didáctico que no se reduzca a enseñar letras y conocer
el alfabeto como única meta, sino que requiere toda esta visión contextualizadora a
que nos aboca el punto de vista sociocultural.
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idea positiva de lo que es el lenguaje escrito, y, en el orden más interno, que el
planteamiento educativo le permita comprender que es el lenguaje escrito.
Según Garton y Pratt, “el factor constante que emerge es que la interacción social es
necesaria para que los niños se conviertan en alfabetizados, una persona preparada
para hablar con el niño, para leerle, para animarle en sus intentos en las actividades
de la alfabetización es un ingrediente primordial en el desarrollo del lenguaje hablado
y escrito, esa interacción no necesita ser siempre de uno a uno, pero son esenciales
la sensibilidad hacia las necesidades del niño. Hacia sus logros, y la disposición para
apoyar a estimular sus esfuerzos al hablar, escribir o leer” (Garton y Pratt, 1991)
34
3.4.- ASPECTOS PEDAGÓGICOS DE LA LECTURA.
CUANDO INICIAR LA ENSEÑANZA DE LA LECTURA.
Existen trabajos, tanto de tipo experimental como teóricos que defenderían el interés
de iniciar pronto este aprendizaje y que desde luego, desmentirían la falacia de los
seis años como la edad “estándar” y “apropiada” para aprender a leer.
Por un lado cabe destacar una línea de corte experimental, que ha puesto de
manifiesto que desde edades muy tempranas, incluso a los tres años, los pequeños
pueden aprender a leer, y esto tiene, además repercusiones positivas en su
desarrollo general. Podríamos denominar esta corriente como “aprendizaje precoz de
la lectura” y cabe nombrar entre sus más conocidos y claros exponentes, los trabajos
de Cohen (1980-1983) Doman (1988) y Baghban (1990). Estas autoras no solo
demuestran con sus trabajos que los niños pueden y de hecho leen antes de los seis
años, incluso desde los dos y medio y tres, sino que hacerlo supone una serie de
ventajas en su desarrollo tan importantes como el saber leer propiamente. Así lo
prueban trabajos de carácter longitudinal realizados en California por Durkin; y otros
como los de Brzeinski, en Denver, llevados a cabo sobre una gran muestra de niños
inmersos en el sistema público y, por tanto, pertenecientes a un estatus más bien
medio-bajo, en los que se constaba la mejora que este aprendizaje temprano tenía
en los sujetos, no solo en la lectura y sus distintas facetas, sino en otros aspectos del
desarrollo.
Por otro lado, contamos con la teoría del desarrollo de Vigotski y su relación con el
aprendizaje; dentro de ella, es importante resaltar el valor que atribuye al aprendizaje
temprano del lenguaje escrito, tanto en el desarrollo cultural que produce en los niños
y la posibilidad de acceder al conocimiento como y sobre todo, en el papel que
cumple en el desarrollo de los procesos intelectuales, puesto que el lenguaje escrito
es un instrumento mediador de formas superiores de pensamiento.
(Vigotski, 1979).
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Estos estudios instan a la conveniencia de que la enseñanza del lenguaje escrito
debe empezar lo más tempranamente posible, refiriéndose, exactamente, a la edad
preescolar: “desde nuestro punto de vista resultaría natural transferir la enseñanza
de la escritura a la edad preescolar. En efecto si los niños pequeños son capaces de
descubrir la función simbólica de la escritura, tal como han puesto de manifiesto los
experimentos de Hetzer, entonces la enseñanza de la misma debería ser de la
incumbencia de la educación preescolar” (Vigotski, 1979).
Así pues, no existen razones de tipo psicológico y relacionado con el desarrollo para
posponer el aprendizaje de la lectura hasta los seis años, siempre que el aprendiz
tenga un cierto dominio del lenguaje oral, además de comprender la función
simbólica de la escritura.
Crear un marco para el aprendizaje es algo ineludible para que éste sea significativo.
La lectura no es precisamente un aprendizaje sencillo y espontáneo, sobre todo para
muchos niños; ello obliga aún más a buscar formas y andamiajes que permitan al
pequeño ver el sentido, el interés que por apropiarse de esa herramienta cultural que
es el lenguaje escrito.
Por otro lado, como hemos visto, aprender a leer en el sistema alfabético lleva
implícito una serie de procesos de tipo psicolinguístico, singulares de este sistema de
escritura, fundamentalmente encaminados a crear las vías que hacen posible
convertir al principiante en un lector experto. Por ello, otro de los objetivos de una
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enseñanza fundamentada para este aprendizaje será ayudar al niño a que esos
procesos sean alcanzados con la mayor facilidad y eficacia. (Edwards y Mercer
1988).
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d) Una cultura letrada supone que el pequeño esté en contacto con libros, con
materiales impresos. Será éste un asunto en el que la familia juega un papel
fundamental y, por ello muy necesaria su colaboración en este sentido. La escuela
debe complementar estas acciones y suplirlas si ello fuera necesario. El libro de
imágenes, el libro de juegos, son el preludio de los libros de cuentos, de los libros
para leer; hay que crear en los niños interés y aún si fuera posible amor por los
cuentos.
e) La enseñanza de la lectura y escritura debería estar planteada de manera que
el alumno la perciba como algo necesario. Es decir que el niño necesite estas
herramientas para comunicar aspectos de interés en su vida cotidiana, tanto personal
como escolar ( Vigotsky, 1979 ). Esto nos sugiere la necesidad de considerar este
tipo de expresión como forma de transmisión de sentido desde el punto de vista de
los alumnos, aún cuando los instrumentos y habilidades que posean sean aún
imperfectos. Si la lectura y escritura poseen significado, podremos estar seguros de
que no serán una mera habilidad, sino una forma de lenguaje compleja y nueva
(Vigotsky, 1979).
f) Que la escritura se enseñe de un modo natural, como algo normal en su
desarrollo personal. Se debe intentar llevar al niño a que comprenda qué es el
lenguaje escrito y no a que aprenda únicamente las letras como elementos
constitutivos del sistema alfabético. Los educadores deberían organizar todas estas
acciones y todo el complejo proceso de transición de un tipo de lenguaje a otro.
g) Es preciso que el aprendizaje del lenguaje escrito tenga referencias a la
experiencia más amplia, extraescolar de los niños, en un sentido general, sin
alusiones a experiencias concretas de tal o cual niño.” La lectura de la realidad
siempre precede a la lectura de la palabra así como la lectura de la palabra implica
una continua lectura de la realidad” (Freire 1989)
h) La enseñanza de los grafismos tendrá un sentido lo más contextualizado
posible, lo más significativo posible. Lo cual nos lleva a plantear que la parte
propiamente psicolinguística se plasme en situaciones de juego y de manera muy
indirecta, salvo en los casos en que necesariamente veamos que hace falta una
especie de “entrenamiento” muy individualizado.
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LA ENSEÑANZA DE LA LECTURA.
La investigación sobre la lectura se desarrolló durante las décadas de los años
sesenta y setenta a partir de los progresos de la psicología cognitiva y en relación
con otras disciplinas como los estudios sobre inteligencia artificial o la lingüística
textual. El modelo de lectura surgido de estos estudios puede sintetizarse en dos
puntos principales. En primer lugar, leer no es una suma de habilidades en un
modelo jerárquico sino un proceso unitario y global de interpretación del texto en el
interior del cual actúan cada una de las habilidades en relación unas con otras. En
segundo lugar, el lector no realiza una transposición del significado del texto a su
mente sino que construye activamente su interpretación, a partir de sus
conocimientos, su intención de lectura, etc. El lector actúa deliberadamente al dirigir
su atención a los distintos aspectos del texto y supervisa constantemente su
comprensión para detectar los posibles errores y proceder a subsanarlos.
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acto de lectura (lo que el lector es y sabe), y el proceso mismo de la lectura (lo que el
lector hace cuando lee).
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La relación entre conocimiento léxico y comprensión del texto no es precisamente
una novedad. El conocimiento del vocabulario influye en la comprensión lectora y la
lectura aumenta el vocabulario poseído. Así, sabemos que a partir del segundo ciclo
de primaria la mayoría del vocabulario se aprende leyendo. Y ello ocurre a través de
dos estrategias fundamentales: la deducción a través de las marcas morfológicas de
las palabras y, sobre todo, la deducción por el contexto. Sin duda este tipo de
resultados ofrece nuevos argumentos para el fomento de la lectura y exige una
reformulación de la enseñanza del vocabulario desde la tradicional enseñanza
explícita de palabras hacia otras formas como la de enseñar a deducir por el
contexto. (Teresa Colmer 1993)
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4. COMO SE ABORDA LA LECTURA EN LA ESCUELA PRIMARIA:
UNA VIVENCIA PERSONAL DESDE MI EXPERIENCIA DOCENTE.
En el año de 1974 comencé la educación primaria, recuerdo que estaba de moda el
método onomatopéyico, con este método yo aprendí a leer y a escribir. Este método
partía del sonido que tenían las letras relacionándolas con algo que lo emitiera. Así la
u representaba al trenecito, la i representaba el chillido de la ratita, la e representaba
cuando el viejito no escuchaba etc. Una vez aprendidas las letras se comenzaba con
la sílaba, posteriormente con las palabras y finalmente con el enunciado.
Con el tiempo pude constatar que leía claro, rápido y pausadamente, respetando
todos y cada uno de los signos de puntuación, pero oh sorpresa, mi comprensión
lectora no era nada buena, mas bien era memorística, se trataba de repetir lo que se
leía, no de argumentarlo, analizarlo o criticarlo, solo de repetirlo.
Así pase de la primaria a la secundaria, con muy buenas calificaciones pero con
conocimientos memorísticos más que con significado para mí.
Pero la comprensión lectora se daba cuando encontraba algo interesante para mí,
recuerdo las revistas de ciencia las cuales me resultaban tan placenteras que me las
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devoraba y me daba cuenta que mi comprensión lectora no era tan mala, era quizá
encontrar el sentido del texto a leer, para que leerlo, el objetivo.
Fue después de cuatro años que trabajé con un grupo de primer año utilizando el
método global de análisis estructural obteniendo resultados satisfactorios pues los
niños aprendieron a leer y escribir de manera adecuada comprendiendo lo que leían
un poco lento pero con un buen nivel de comprensión.
Después de esta ocasión, hasta la fecha no he vuelto a tener primer año pero sí
estoy conciente de los grandes cambios que se han realizado en esta área.
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En los comienzos de los años 90 estuvo de moda el PALEM (Proyecto para la
lectoescritura y la matemática) esta propuesta manejaba fichas de tres colores que
contenían diversas actividades, cada color representaba un nivel, los niveles eran:
Presilábicos, Silábicos y Alfabéticos. Con el tiempo dejó de ser una propuesta y se
convirtió en una metodología aplicada para el primer ciclo de la educación primaria,
que llegó junto con la modernización educativa de 1993 cambiando el enfoque
educativo completamente y en lo referente a la lectura se da gran importancia a la
comprensión y producción de textos.
Cabe mencionar que en lo referente a mi trabajo como docente he tenido primer año
solamente una ocasión hace mucho tiempo, dos ocasiones segundo grado otras
tercero y cuarto grado pero en mayor número de veces quinto y sexto grado.
Para tal fin el único recurso de lectura que todos los docentes teníamos era el libro
de texto. Poco a poco la situación cambió, recuerdo cuando iniciamos en la escuela
la biblioteca escolar y pedimos libros a los padres de familia y a los niños para hacer
nuestro acervo, la respuesta fue muy positiva pero desgraciadamente los libros que
se donaban poco tenían que ver con la literatura infantil, más bien eran libros de
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texto de educación secundaria o de otros niveles educativos cosa que a los niños de
primaria no les motiva mucho el leerlos.
Lo cierto es que la literatura infantil era escasa en los años anteriores a 1994 así que
me di a la tarea de buscar literatura infantil por las librerías encontrando una
colección de reciente publicación con autores de talla internacional, la colección “A la
orilla del viento” del Fondo de Cultura Económica de un costo muy accesible de $20
a $30 pesos en promedio, clasificando a los libros en tres etapas , para los que están
aprendiendo a leer, para los que leen bien y para los grandes lectores, de inmediato
y con el apoyo de los padres de familia nos hicimos de aproximadamente 40 libros de
las dos primeras etapas con los cuales comencé a formar la biblioteca del aula.
La escuela tenía material de lectura pero hacía falta conocer y aplicar estrategias y
modalidades de lectura que hicieran más agradable e interesante esta actividad
dentro de la escuela.
Fue así como nos dimos a la tarea de investigar en diversas fuentes actividades y
estrategias de lectura, afortunadamente con el paso del tiempo fuimos encontramos
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varias de ellas las cuales hemos ido incorporando poco a poco a nuestra forma de
trabajo aplicándolas antes, durante y después de la lectura de un texto, cuento, etc.
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En lo referente a las modalidades de lectura se manejan en el grupo la audición de
lectura, es decir se sigue en su libro de texto (o texto que cada niño debe tener) la
lectura realizada por el maestro o alumno o padre de familia u otro lector en voz alta
clara, respetando signos de puntuación y manejando las estrategias de lectura.
Lectura compartida, se trabaja en equipos, en cada equipo un niño guía la lectura y
presenta preguntas referentes al contenido del texto que los otros equipos deben
contestar.
Para reafirmar las estrategias de lectura se manejan actividades sencillas como son:
Para el muestreo:
Fuga de letras, consiste en completar las consonantes a un texto ilustrado.
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Goma bromista, consiste en completar un texto el cual faltan letras y sílabas para
encontrar el mensaje del texto.
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Descubrir mensajes relacionando imágenes con palabras
Descubrir mensajes relacionando el abecedario con un número.
Encontrar palabras escondidas (sopa de letras) o escondidas en algunas figuras
(relojes)
Formar palabras a partir de sílabas o letras mezcladas.
Batidora de palabras (letras en desorden para formar palabras)
Rompecabezas de palabras.
Sopa de sílabas, formación de enunciados a partir de palabras mezcladas.
Menjurge de noticias, rompecabezas poético, completar globos de historietas.
Cabe mencionar que también participan los padres de familia en las actividades de
lectura al presentarse uno de ellos y leerles un cuento o narrarles una historia
adecuando alguna actividad para la ocasión.
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de lectura para trabajar textos narrativos, textos informativos y textos periodísticos”
de manera práctica y sencilla, pero aún no los conozco, estoy en proceso de
asimilarlo y ponerlo en práctica con mis alumnos. Lo que si es claro es que he
crecido en esta área de conocimiento y espero seguir encontrando actividades que
me ayuden a realizar mi trabajo lo más agradablemente posible para mí y para mis
alumnos.
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5 .- ESTRATEGIAS DE LECTURA.
ORGANIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE LECTURA
Antes de leer. Las actividades previas a la lectura se orienta a:
a) Permitir que los niños expliquen y amplíen sus conocimientos y experiencias
previas relativas al tema del texto que se leerá.
b) Conocer el vocabulario o los conceptos indispensables para comprender el
texto.
c) Estimular la realización de predicciones sobre el contenido del texto.
d) Establecer propósitos de lectura.
ESTRATEGIAS DE LECTURA.
Muestreo. El lector toma del texto palabras, imágenes o ideas que funcionan como
índices para predecir el contenido.
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Anticipación. Aunque el lector no se lo proponga, mientras lee va haciendo
anticipaciones, que pueden ser léxico-semánticas, es decir que predetermina, de
algunas palabras, un significado relacionado con el tema; o sintácticas, en las que
sabe que continuará cierta palabra o una categoría sintáctica (un verbo, un
sustantivo, etcétera). Las anticipaciones serán mas pertinentes mientras más
información tenga el lector sobre los conceptos relativos a los temas, al vocabulario y
a la estructura del lenguaje del texto que lee.
MODALIDADES DE LECTURA
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Lectura guiada. Tiene como fin enseñar a los alumnos a formularse preguntas sobre
el texto. Primero al maestro elabora y plantea preguntas para guiar a los alumnos en
la construcción de significados. Las preguntas son de distinto tipo y conduce a los
niños a aplicar diversas estrategias de lectura: predicción, anticipación, muestreo,
interferencias, monitoreo, confirmación y autocorrección. Las estrategias se
desarrollan individualmente y a partir de la interacción del grupo con el texto.
Un buen manual de orientación para los padres de familia que desea atinar a la hora
de adquirir los libros que regalaran a sus hijos, seguramente incluirán estas
recomendaciones
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• De 0 a 3 años: canciones de cuna, arrullos, juegos verbales, instrucciones
página entera, sin texto; rimas y figuras con movimiento (pero no abuse de
estos últimos)
• De 3 a 5 años cuentos de animales, humorísticos, de secuencias breves, de
una sola trama lineal, de más de dos personajes principales, letra grande y
poca.
• De 5 a 7 años; cuentos de hadas, de objetos familiares de fantasía y
supuestos. Juegos de magia y experimentos sencillos, y tramas cortas con no
más de cuatro personajes principales.
• *De 7 a 9 años cuentos de misterio y suspenso, de aventuras con riesgo, de
animales peligrosos y viajes intergalácticos. Reducción de ilustraciones y
extensión de texto.
• De 9 a 12 años cuentos de terror y horror, historias reales, chuscas e
increíbles, y aventuras de muchachos y muchachas. Tramas paralelas y con
mas de cuatro personajes centrales.
• De 12 años en adelante libros de poesía y pensamiento, de historias heróicas,
románticas y biográficas, políticas y testimoniales, de conflicto juveniles y
familiares, de orientación y consejos.
(Eduardo Robles México 2000)
Para crear la atmósfera que haga propicio el clima positivo que estamos buscando,
conviene que el adulto asuma ante el niño y el joven el papel de guía y orientador,
atendiendo las siguientes sugerencias:
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• *La complicidad. El instructor debe de hacerse cómplice del trabajo de los
receptores, debe integrarse a ellos como uno más, animándolos y dejándolos
libres para que desarrollen la actividad sin rigidez. Juegan todos el mismo
juego y el adulto es un simple motivador.
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• Propiciar la reflexión y la critica de libros leídos, a la hora de comer o cenar,
en la sobre mesa, principalmente con los adolescentes.
• Sugerir títulos, no imponerlos; recomendar lecturas, no obligarlas; comentar
avances de una lectura no acabada, propiciando su interés.
• Leer y contar cuentos a los niños en la cama, con algunas variantes, yo te
leo, tu me lees, leamos a solas. Pero hacerlo casi todas las noches.
• Dejar “olvidados” libros que puedan interesar a los adolescentes, sobre la
mesa, junto al televisor, en una silla, en el coche. Dicen que la curiosidad
mató al gato.
• Llevarlos a ferias y librerías, asistir a la narración de cuentos a cargo de
“cuenta cuentos” para chicos y grandes. Acostumbrarlos a estas visitas
periódicas.
• Hablar de libros como quien habla de fútbol, telenovelas y películas. Que sea
un tema cotidiano, que tenga un espacio en el hogar.
• Regalar libros en los cumpleaños, en el día del niño, en las navidades. Si
además lleva una dedicatoria escrita por el que lo a regalado, será un
obsequio perdurable.
• Compartir en la sala, después del café o en la estancia donde reposa el
televisor, lecturas amenas, chuscas, sorprendentes, poéticas o misteriosas.
Pasajes de un libro, sentencias o versos leídos por los padres o por, los hijos
en familia.
• Poner en la maleta de cada miembro de la familia un libro que también se va
de vacaciones. Podaríamos necesitarlo.
• Evitar que el dormitorio de los hijos instale un televisor, que debe ocupar su
lugar en la estancia. Reserve el dormitorio para los libros.
EN LA ESCUELA
• Proponer que todos los maestros de primaria, secundaria y preparatoria le
roben 30 minutos al programa de estudios, sea la materia que sea, y los
dediquen, a todos los lunes y en la primera hora, al libro-libre: a comentar
lecturas de fin de semana de alumnos y maestros.
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• Que todas las aulas de primaria, secundaria y preparatoria dispongan de un
rincón con una estantería en la que reposen libros-libres que podrán ser leídos
por aquellos alumnos que ya terminaron su trabajo escolar.
• Diseñar un mural a la entrada de la escuela en el que se recomienden libros
para todas las edades, cada semana, exhibiendo la portada y destacando el
titulo, el autor y la editorial, es decir: con nombre y dos apellidos.
• Hacer visitas periódicas a librerías y editoriales, de la misma manera que se
programan visitas a fábricas de productos chatarra. Los libros si alimentan.
• Propiciar que en el recreo los alumnos visiten la biblioteca escolar para pescar
algún libro-libre que puedan llevarse prestado a la casa.
• Auspiciar concursos literarios en los que participen los alumnos escribiendo
historias inéditas de su propia inspiración –sin que metan la mano los padres-
y pueden ser premiados por un jurado. ¿El premio? Su publicación.
• Invitar a “cuenta cuentos” a que narren historias a chicos y grandes con toda
la capacidad expresiva, corporal y gestual es capaz de proyectar un narrador
oral. Los motivará a leer los cuentos y las historias que ha contado.
• Organizar veladas nocturnas en torno a una fogata al aire libre, en las que se
narren historias de suspenso y terror y se lean leyendas de horror. No hay
nada que le atraiga más a un niño y a un adolescente que escuchar un cuento
de miedo, para hacerse pipí…
• Calendarizar durante el ciclo escolar determinadas fechas y horarios, que
solamente conocerá el director o la directora de la escuela, en los que se
suspenderá todas las actividades académicas, deportivas, administrativas y de
servicios, por espacios de 30 minutos, tiempo que le dedicaran a leer un libro
en el lugar en que se encuentren. La vida escolar se paraliza al escuchar una
música una campana o un timbre especial que marca “la hora de la libertad”.
Toda la comunidad educativa, incluyendo a la directora o al director, la
secretaria, el contador, el maestro, el policía y el auxiliar de servicio, tendrá
que llevar siempre a mano un libro-libre que podrá sacar cuando ese día y a
esa hora no previstos, se propicie la lectura de placer. ¡Y ay de aquel que no
lo lleve consigo en su mochila, bolsa o portafolios! Se quedará solo con su
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soledad, no habrá quien le presente uno, no se permite. No se le olvidará
jamás. Ver a todo el mundo sembrado en patios, jardines, aulas, gimnasios y
oficinas leyendo, es un espectáculo nunca visto… ¡Vale la pena!
En la Biblioteca
• Rediseñar la biblioteca para que se habiliten un espacio reservado para que
se habilite un espacio reservado para la lectura de placer, aquella que no es
para estudiar, aprender o consultar, ni para hacer tareas o trabajos escolares.
• Habilitar ese espacio con alfombra, cojines mullidos, canasta de libros de
cuentos, exhibidores, luces bajas en rinconcitos y música clásica o
instrumental de fondo.
• Clasificar los libros de cuentos, novelas, leyendas, historias y biografías con
títulos más atractivos y prácticos: libros de miedo, libro de amor, libro de
suspenso, libros de humor, libros poéticos, etc., distinguiéndolos también por
colores en la estanterías, en las canastas y en las repisas, siempre a la altura
de los alumnos, para que puedan encontrarlos fácilmente los niños de
preescolar.
• Pintar con colores pastel, colores suaves, las paredes del recinto; tonalidades
que serenan y concentran al lector potencial, y vestir de luces blancas los
rinconcitos escondidos para leer.
• Liberar a ese espacio sillas y mesas, y dejar que chicos y grandes se
desparramen en la alfombra, entre cojines, a sus anchas, como les gusta
estar. Las sillas se inventaron para los adultos.
• Evitar los carteles que prohíben: no hablar, no correr, no jugar, no, no, no. No
negar, mejor motivar. Si no leo, me a-burro.. Dime que lees y te diré quien
eres.. Ojos que no leen, corazón que no siente..
• Instruir a la encargada de la biblioteca para que deje de ser la carcelera de los
libros y se convierta en la motivadora número uno de la lectura; que no
prohíba, fomente; que no archive, exhiba, que no esconda los libros, los
muestre… al menos en ese espacio reservado a la lectura placentera.
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• Colocar a la entrada de la biblioteca un atril que exhiba las portadas de las
novedades de la semana y una escueta reseña de su contenido. Que los
libros-libres se promuevan cono se promueve una película a la entrada de una
sala de proyección.
• Diseñar un rincón en el que se depositen los libros que se han deshojado,
maltratados o manchados. Una cruz roja distinguirá la “enfermería” donde se
encuentran esos libros mal cuidados. Invitar a los usuarios de la biblioteca a
que, se apiade de los enfermos y, posiblemente, se ofrezca a curarlos.
• Permitir a los niños más pequeños que lean en voz alta, hablen, mientras
tienen el libro abierto. No pueden leer de otra manera porque están
aprendiendo de letras las palabras y necesitan escucharse a si mismos.
• Hacer de la biblioteca el lugar más apetecible de la escuela, el más visitado y
el más querido.
(Eduardo Robles México 2000)
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6. MOTIVACIÓN.
¿Por qué nos movemos, actuamos, nos interesamos por las cosas y nos inquietamos
sin cesar? El estudio de la motivación, pues, no es otra cosa que el intento de
averiguar, desde el punto de vista de la psicología, a qué obedecen todas las
necesidades, deseos y actividades, es decir, investiga la explicación de las propias
acciones humanas.
Toda actividad está motivada por algo, y ese algo es lo que hemos llamado motivo.
Es como un circuito cerrado en el que se pueden distinguir tres momentos
principales: motivo, conducta motivada y disminución o satisfacción de la necesidad.
"La motivación es, en síntesis, lo que hace que un individuo actúe y se comporte de
una determinada manera. Es una combinación de procesos intelectuales, fisiológicos
y psicológicos que decide, en una situación dada, con qué vigor se actúa y en qué
dirección se encauza la energía." (Solana 1993)
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"La motivación es un término genérico que se aplica a un amplia serie de impulsos,
deseos, necesidades, anhelos, y fuerzas similares.
Decir que los administradores motivan a sus subordinados, es decir, que realizan
cosas con las que esperan satisfacer esos impulsos y deseos e inducir a los
subordinados a actuar de determinada manera."(Koontz, 1999))
En los seres humanos, la motivación engloba tanto los impulsos conscientes como
los inconscientes. Las teorías de la motivación, en psicología, establecen un nivel de
motivación primario, que se refiere a la satisfacción de las necesidades elementales,
como respirar, comer o beber, y un nivel secundario referido a las necesidades
sociales, como el logro o el afecto. Se supone que el primer nivel debe estar
satisfecho antes de plantearse los secundarios.
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Teoría de las tres necesidades: de John W. Atkínson propone en su teoría que
las personas motivadas tienen tres impulsos:
o La necesidad de Afiliación
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tiene consecuencias positivas suele ser repetida, mientras que la conducta que tiene
consecuencias negativas tiende a no ser repetida."
Teoría de las Metas: Esta es la teoría expuesta por el psicólogo Edwin Locke, en la
cual se establece que las personas se imponen metas con el fin de lograrlas. Para
lograr la motivación de los trabajadores, éstos, deben poseer las habilidades
necesarias para llegar a alcanzar sus metas. Chistopher Early y Christine Shalley
describen tres fases para establecer metas:
2. Agresividad
3. Reacciones emocionales
4. Alineación y apatía.
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Ese desequilibrio provoca en el organismo una exigencia de reequilibración que no
cesa hasta que la carencia, o incluso, el exceso, ha sido eliminado y substituido por
otro. Podemos destacar dentro de esta corriente a representantes como Hull y Lewin.
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trabajo bien hecho, el niño que ha aprobado todas las asignaturas espera que su
padre le compre la bicicleta que le prometió. Los incentivos más importantes o
comunes son el dinero, el reconocimiento social, la alabanza y el aplauso.
Teorías fisiológicas:
En la obra de Pavlov no hay una doctrina emocional explicita. Sin embargo hay
aspectos que manifiestan una relación bastante directa con el problema de la
motivación. Uno es el relativo a la excitación; el otro se refiere al estimulo
incondicionado y a las condiciones en que debe administrarse para que ejerza su
función de refuerzo.
Teorías humanistas:
La ley de la autonomía funcional de los motivos deja por tanto bien sentado que una
cosa es el origen histórico de los motivos y otra su valor actual. Al principio, puede no
haber interés en realizar una tarea, pero la ley de un placer funcional señala que el
mero hecho de realizar la función produce placer y satisface al sujeto.
Maslow organiza las motivaciones dentro de una escala jerárquica. Cuando una
motivación está satisfecha ocupa el lugar, que en adelante será encargada de
controlar la conducta del sujeto.
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Influencia del grupo en la Motivación:
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7 . ESTRATEGIAS DE ANIMACIÓN A LA LECTURA
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ADIVINA QUE HAY ADENTRO
Participantes:
Niños y niñas de todas las edades. La estrategia es adecuada para trabajarla con 20
niños y niñas aproximadamente
Materiales o medios necesarios.
Una caja decorada vistosamente o como regalo
Veinte cuentos variados en sus temáticas y distintos tamaños, formas, colores,
ilustraciones, etc.
Técnica:
Preparación. El día anterior se habrá prometido a los niños y niñas que se les traerá
una gran sorpresa
Realización:
Se presentara la caja tapada que contendrá los cuentos y se pedirá a los niños y
niñas que se imaginen y digan que hay dentro
Se acepta cualquier intervención y se propicia el diálogo
Posteriormente se hacen preguntas fantasiosas tales como:
¿Creen ustedes que aquí puedo traer agua?
¿Creen ustedes que aquí hay una ballena?
¿Creen que puedo que puedo traer un elefante etc.?
Cuando se han agotado las preguntas y respuestas, se destapa la caja y muestra su
contenido.
Posteriormente se reparten todos los libros a los participantes para que comprueben
si en alguno de los cuentos aparecen los objetos o animales que los niños
mencionaron o imaginaron
Se invita a los niños a explorar sus libros con los ojos cerrados, para percibir su
forma tamaño, espesor, textura, peso, olor, etc.
Se motiva a los niños y niñas para Intercambiar ideas y comentarios con sus
compañeros para establecer semejanzas y diferencias
Por ultimo se proporcionan reflexiones que lleven a la necesidad de cuidar y valorar
los libros para disfrutar siempre de ellos
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Tiempo necesario:
Aproximadamente 45 minutos, dependiendo de las adecuaciones que puedan
realizarse considerando la edad y las características de niños en el grupo
AQUÍ ESTA
Participantes:
Niños y niñas de 4 a 5 años
Material o medios necesarios:
Un cuento
Títeres para cada participante (sencillos pueden ser fotostáticas de los personajes
pegados en cartulina con una varilla)
Técnica:
Reunidos los niños y niñas que van a participar en la animación con el animador, se
pondrán en semicírculo para escuchar un cuento desarrollándose así la estrategia:
1.- El animador lee en voz alta, despacio, y claramente para que puedan entenderle
los niños.
2.- Terminada la lectura, el animador les pregunta si le ha gustado y por qué, cuál es
el personaje más bonito, o alegre, o divertido, cuando han terminado todos los
comentarios (destinar poco tiempo a los comentarios) el animador que en el
escritorio hay personajes y objetos que tienen relación con el cuento que han leído.
Cada niño ordenadamente escoge el que más le guste
3.- Cuando todos los niños tienen el títere en la mano, el animador pregunta a cada
uno que es lo que tienen o qué representa
4.- Una vez convencidos los niños de lo que tienen en la mano, el animador vuelven
a leer el cuento muy despacio. Pero ésta vez cuando el animador nombre al
personaje o el objeto que tiene el niño en la mano, éste deberá levantarlo en alto y
mostrarlo a los demás. Si se quiere acentuar la atención del niño, se puede eliminar
al que está distraído, retirándolo del juego con su títere.
5.- Cuando se ha terminado la narración, se comenta lo bien que se ha hecho y se
anuncia que otro día jugarán a otra cosa.
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Tiempo necesario:
Es posible que se pueda realizar en 50 minutos, según la agilidad con que los niños
desempeñan su papel
Análisis de sesión:
Medite el animador, sobre las causas de la buena o mala realización de esta
estrategia:
Elección del libro, títeres confusos, agilidad de animación, capacidad de los niños y
niñas para seguir la estrategia, etc.
UN CUENTO AL REVÉS
Participantes
Niños y niñas de educación primaria, pues los invita a replantear una secuencia de
eventos sencillos que ya son capaces de identificar.
Materiales o medios necesarios
Cuentos con una secuencia sencilla y bien definida, con buenas ilustraciones que
completen el texto, además de alegría y un buen humor.
Técnica:
1. Es importante que antes de empezar a leer el cuento, los niños y las niñas
estén acomodados, en semicírculo, frente al animador, de manera que todos
puedan escuchar la historia.
2. El animador leerá el cuento, deteniéndose en lo necesario en los diferentes
eventos de la secuencia de la historia.
3. El animador, las y los participantes, comentan la historia brevemente,
enfatizando en la secuencia y los personajes de la historia.
4. A continuación el animador invita a los niños y las niñas a contar el cuento al
revés, animando a los niños a continuar cuando cometan un error. La historia
puede contarse con o sin ayuda de las ilustraciones dependiendo de la edad
de los niños y de su familiaridad con el cuento leído.
5. Por ultimo el admirador lee por segunda vez el cuento, pero esta vez al revés.
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Tiempo necesario:
No debe de durar mas de 30 minutos, para ello el admirador debe de ser
suficientemente observador para darse cuenta si los comentarios de los niños se
están desviando del objetivo de la estrategia.
Análisis de la sesión:
El animador debe de considerar si el libro seleccionado, presentaba una secuencia
de eventos a la altura de las capacidades de los niños y si las ilustraciones
correspondían o no claramente a lo mencionado en el texto.
Técnica:
Reunidos los niños y las niñas en semicírculo, el animador les entrega los libros uno
a cada uno si no tiene ejemplares suficientes, uno para cada dos o tres niños.
1. El animador explica a los niños y las niñas que les va a leer un cuento, el del
libro que tiene en la mano, que se titula, (dice el titulo). Puedes decirles
también quien lo ha inventado, y sabe quién es el autor. También puede
comentar lo bonito que son los dibujos y decir quien los ha pintado.
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2. Informados ya los niños, el animador lee el cuento despacio y con buena
entonación, debe procurar que los niños sigan al mismo tiempo el cuento,
valiéndose de la contemplación de las ilustraciones. Por eso, será importante
que el animador esté atento al ritmo que lleven los niños para mirar y volver
las hojas.
3. Terminada la lectura preguntará el animador si les ha gustado el cuento,
citando la acción de los personajes que salen en él. A la vez recogerá todos
los libros.
4. Cuando ya no queda ningún libro en las manos de los niños y niñas, el
animador reparte una lámina con un personaje. Explica a los niños que los
personajes se han escapado del libro y se unieron con otros que no estaba en
el cuento.
5. Es de suponer que los niños y niñas habrán entendido el juego y que entonces
cada uno mostrando su lámina a los demás, podrá decir:
*Si su personaje está o no en el cuento.
*Como se llama o como puede definirse el que le ha correspondido.
Cuando todos los niños, uno tras otro, han explicado su lámina, la animación se da
por terminada.
Tiempo necesario:
Si el grupo es muy numeroso se puede realizar la animación con 40 o 50 minutos
YO LO TENGO
Participantes:
Niños y niñas que sean capaces de expresar o reproducir gráficamente sus propias
elecciones con respecto a un personaje, un objeto o una situación
Material necesario:
Un cuento adecuado a la edad y los intereses del grupo de niños y niñas que se va a
atender hojas, tarjetas o pedazos de cartulina, crayolas, marcadores o colores para
dibujar
Técnica:
Reunidos los niños que van a participar:
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1.- El animador leerá el cuento en voz alta, mostrando las ilustraciones o dando el
tiempo suficiente para que los niños puedan observar y disfrutar las ilustraciones y la
lectura.
2.- Después de leerlo se puede comentar brevemente sobre algunos aspectos del
cuento que fue lo que más les gustó, el personaje que es más simpático, el más
travieso, el más gruñón, etc.
3.- Se reparten entre los niños las hojas o las tarjetas y se les pide que dibujen en
ellas cualquier cosa que les haya gustado del cuento
5.- Cuando terminan de dibujar, el animador vuelve a leer el cuento y cada vez que
lea el episodio o el personaje que los niños dibujaron en las tarjetas los niños y niñas
las mostrarán y dirán “yo lo tengo”
Tiempo necesario:
Se elige adecuadamente el libro y los niños pueden dibujar sin dificultad, la
animación puede durar entre 30 y 40 minutos
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1. En voz alta, clara, sin precipitaciones y con ritmo que exija el texto,
procurando que se adapte a la receptividad del niño y de la niña, el animador
lee el cuento escogido.
2. Cuando termina de leer comenta con los niños y las niñas si el cuento es
bonito o no, y cuáles son los personajes que más les gustan.
3. Cuando están muy definidos los personajes, el animador elige a 5 o 6 niños
que representan los personajes principales.
4. Llegado el momento se varía la colocación de los participantes. Los niños que
tiene los personajes asignados se sitúan a la derecha del animador. Los
demás niños que participan en la animación se colocan a la izquierda.
5. sobre mesas y sillas estarán colocados los objetos o vestidos que
correspondan a los diferentes personajes. A un aviso del animador se
acercará un niño a la mesa escogerá una prenda que habrá allí y dirá a que
personaje literario corresponde (según el cuento leído). Si lo tiene claro se
acercará al niño que hace este papel y le dirá: “toma esto es tuyo”. Y el niño
que lo recibe se lo colocará encima. Uno tras otro los niños van eligiendo
objetos, entregándolos al personaje correspondiente.
6. Llegados a este momento del juego, el animador pregunta a los personajes si
las cosas que han recibido le corresponden a ellos o deben de ser para otros
compañeros. Si están confundidos, los personajes los pasarán al destinatario
7. Aclaradas las cosas y comprobando el animador que el juego ha sido muy
divertido les anunciara que otro día lo repetirán, o jugaran con otro cuento muy
interesante.
Tiempo necesario:
Es probable que se pueda realizar la estrategia completa en menos de una hora.
Dependerá del número de niños y de niñas que participen.
Análisis de la sesión:
El principio, puede resultar bien si se ha logrado la alegría y el gozo de los niños y las
niñas que lo han realizado. Y un punto negativo puede ser si los niños y las niñas se
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han alborotado desordenadamente y el animador no ha sido capaz de llevar la
estrategia por un buen camino.
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Tiempo necesario.
El tiempo dependerá de la edad y el interés de los niños y niñas por participar en la
estrategia, sin embargo, es conveniente que no se prolongue más allá de los 35
minutos, pues puede perderse la atención o hacerse demasiado aburrida.
Si el libro elegido tiene texto, el animador debe tener cuidado de que los niños no lo
lean. Además hay que tomar en cuenta que lo importante es que las interpretaciones
de los niños y niñas tengan cierta coherencia.
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“Silencio: genio creando”
OBJETIVO. Desarrollar la capacidad de expresar simbólicamente una narración por
medio del dibujos, que interpreta lo que se ha comprendido. Es un ejercicio de
disciplina que prepara al lector, además, para que desarrolle un alto grado de
concentración.
RECURSOS. Cartulina blanca (medio pliego) y lápices de colores o crayones.
ORGANIZACIÓN. Los alumnos frente a su cartulina (individual) y los colores. El
maestro frente a ellos.
PROCEDIMEINTOS. El maestro narra una escena sencilla, de pocos elementos (tres
a cinco), en la que aparecen objetos, personas, animales y (o) paisajes que le son
familiares al alumno, sencillos en su realización y atractivos para ser realizados, ya
que los dibujarán y pintarán.
La narración se harán simultáneamente a la ilustración: mientras el maestro narra, el
alumno dibuja y pinta lo que narran, atento a su trabajo creativo (en lo visual)
mientras escucha al maestro.
El trabajo se lleva a cabo en silencio para que capten bien la narración, que se
desarrollará lenta y pausadamente, estableciendo espacios de cada elemento, para
que este se plasme correctamente en la cartulina. Al final, se pide a los alumnos que
le pongan su nombre al dibujo y lo entreguen al maestro sin enseñarlos a sus
compañeros.
El maestro distribuye las cartulinas entre los alumnos, cuidando que queden en su
pupitre bocabajo y que no correspondan a su mismo dueño. “No se vale voltearlas
antes de tiempo”, advierte, y propone que adivinen como los demás compañeros
dibujaron lo mismo que escucharon todos. Cuando se da la orden, voltean las
cartulinas y observan la interpretación que cada quien le dio a la misma narración. Al
final se permite el intercambio de cartulinas entre ellos (te la cambio y te la regreso).
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Provocar que expresen libremente lo que sintieron al ver el trabajo de sus
compañeros, diferentes, seguramente, al que ellos hicieron.
“Lectura de contemplación”
OBJETIVO. La lectura colectiva, en silencio, de libros-libres seleccionados por los
propios niños de acuerdo con sus intereses y leídos en los jardines, a sus anchas,
contemplativamente.
RECURSOS. Los libros de cuentos o de novelas, según la edad de los lectores.
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ORGANIZACIÓN. Con el libro en mano, cada niño escoge su lugar preferido en el
jardín (idealmente) o en el patio, se acomoda a su modo y gusto y disfruta de la
lectura sin prisa, sin condicionantes. Lo mismo hará el maestro, poniendo el ejemplo.
PROCEDIMIENTO. Lectura libre de contemplación, en colectivo, pero separados
entre si, sin hablar ni comunicarse entre ellos. Donde se ubiquen, ahí se quedarán.
Cuando terminen de leer se reubican en el aula para expresar, los que así deseen
hacerlo, lo que experimentaron en sentimientos y emociones, sin referirse al
contenido en sí de la lectura, sino a la sensación de hacerlos. Lectura de placer.
EVALUACIÓN. Observar lo que leen, cuanto leen, como leen y que sienten al
hacerlo. Con aquéllos que no se concentraron en la lectura o lo hicieron a ratos o a
disgustos, insistir.
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8. CONCLUSIÓN.
Un niño que comprenda lo que lee, tendrá un recurso inagotable para la asimilación,
comprensión e interacción de cualquier texto convirtiendo esta habilidad en un motor
que le ayudará de por vida en todos sus aprendizajes escolares y extraescolares.
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Es por esto que los docentes tenemos el compromiso de hacer un proceso lector
significativo y utilitario para el alumno de una manera agradable y dinámico, creando
con la motivación y estrategias adecuadas el gusto por la lectura.
Es importante conocer e Identificar los procesos de aprendizaje por los cuales pasan
nuestros alumnos para llegar a la comprensión lectora , tener herramientas como
docentes para poderlos ayudar, haciendo que estos procesos se den de la manera
correcta utilizando actividades y estrategias acordes con su edad e interés,
realizando un aprendizaje lo más significativo posible de tal forma que cuando lean
un texto lo comprendan, lo interpreten, lo infieran, entiendan lo que el autor les quiere
decir y tenga facilidad y habilidad parta recuperar de manera natural el texto.
Esta habilidad sin duda acelerará su ritmo de aprendizaje en todas las asignaturas de
estudio, propiciando un proceso de aprendizaje más veraz, dinámico y productivo.
Cuando el niño comprende que lo mismo que con el dibujo cuenta historias y nos
representa cosas, con la escritura puede hacerlo también, pero de forma más fácil
además no solo puede dibujar objetos sino también plasmar palabras, emociones e
ideas. Cuando el niño realiza este gran descubrimiento, ya ha dado un gran avance
en su desarrollo cognitivo que le acelerará su proceso enseñanza- aprendizaje.
Al mismo tiempo que lee sus pequeños textos, los de sus compañeros, letreros,
recados, etc., se percata de lo importante que es conocer, comprender y plasmar su
lenguaje para poder comunicarse de forma rápida y precisa.
Si la lectura y escritura poseen significado para los niños podremos estar seguros
que no será una mera habilidad, sin no una forma de lenguaje compleja y nueva.
Conocer y aplicar las estrategias correctas y adecuadas para motivar y despertar el
gusto por la lectura se ha convertido en una cuestión irrelevante en nuestro trabajo
educativo ya que buena parte de estas actividades despertarán el interés que tenga
el individuo de acercarse a los libros e interactuar con ellos.
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BIBLIOGRAFÍA.
Robles Eduardo
Si no leo me a-burro
Método para convertir la lectura en un placer
Editorial Grijalbo
México 2000.
82
Sastrías de porcel Martha
Como motivar a los niños a leer
Lectojuegos y algo más
Editorial PAX
México 2002
Solana Ricardo
Administración de organizaciones
Ediciones Interoceánicas
Buenos Aires 1993
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