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Apagón en Venezuela el 7 de marzo

Consecuencias

Saqueos en Venezuela por apagón

A tres días del apagón se desató la histeria y el caos en el país, en varias ciudades se registraron
saqueos ante el cierre de comercios por falta de puntos de venta y escasez de efectivo. Los pocos
locales que abrieron permitían la compra de víveres en efectivo y en moneda extranjera como
dólares y pesos lo que generó que los ánimos se caldearan más y detonó en una ola de saqueos
siendo el estado Zulia el más afectado con más de 500 comercios violentamente saqueados y
desvalijados.

En el centro comercial Sambil de la capital zuliana más de 100 tiendas fueron desvalijadas. En el
estado Mérida reportaron cinco muertos por saqueos en la entidad.

Durante la noche del 9 y la madrugada del 10 de marzo, hubo saqueos en la Avenida San Martín en
Caracas; En las primeras horas, la gente estaba saqueando un supermercado en La Florida, en su
mayoría tomando licores y artículos de higiene personal. El 10 de marzo, otro grupo intentó saquear
el supermercado en el centro comercial La Pirámide en el municipio Baruta.

Según Fedecámaras, en solo dos días, más de 350 tiendas fueron saqueadas en el estado de Zulia,
y The New York Times dijo que 523 tiendas fueron saqueadas durante la semana en Maracaibo. En
un área en el oeste de Maracaibo unas 400 personas intentaron saquear pero llegaron los soldados
de la Guardia Nacional de Venezuela (GNB). Cientos de edificios fueron saqueados en la ciudad, no
solo por falta de electricidad sino también por falta de suministro de gasolina y agua potable; el 70%
del centro comercial Delicias Norte fue saqueado, 105 tiendas en el Centro Sambil que representan
casi el 50 % de sus locales fueron saqueadas según información divulgada por su gerente general
Juan Carlos Koch y el sector de la Curva de Molina fue destruido por completo. En una panadería en
el centro de la ciudad, un grupo de personas lanzó una bomba de gas lacrimógeno antes de saquear.

Los negocios en Barcelona, Estado Anzoátegui fueron saqueados el 11 de marzo y 29 personas


fueron arrestadas.

Comida y agua

Con el apagón, la escasez ya existente de alimentos y medicamentos se agravó; los productos


alimenticios refrigerados se dañaron, y lugares que vendían carne, pescado y productos lácteos sin
refrigeración tuvieron que cerrar. Una panadería dijo que había perdido toda la masa de pan por
un día, lo que era equivalente en valor a 56 veces el salario mínimo mensual.

Debido a la falta de electricidad, el sistema de distribución de agua también tuvo escasez.

Telecomunicaciones y bancos

El 9 de marzo se produjo una explosión en una central eléctrica no identificada en el Estado Bolívar,
que causó cortes adicionales y simultáneos que deshabilitaron el 96 % de la infraestructura de
telecomunicaciones de Venezuela. La escasez del bolívar venezolano se ha visto agravada por el
apagón. Durante los primeros días del apagón, el uso de tarjetas de crédito no fue posible, ya que
no había electricidad e internet disponibles, y algunos bancos estaban cerrados. Este problema, con
la escasez de efectivo, obligó a algunas tiendas a aceptar solo moneda extranjera, principalmente el
dólar estadounidense.

Condiciones hospitalarias y muertes

Al 13 de marzo, se habían registrado al menos 43 muertes. Al menos 26 fueron el resultado directo


de la pérdida prolongada de electricidad, aunque el doctor Julio Castro aclaró que esto se basaba
en los registros de 40 centros de atención primaria y el número es ciertamente más alto. Retirando
su nombre por temor a represalias del gobierno, The New York Times citó a un «alto funcionario
médico» que dijo que hubo 47 muertes en el hospital principal de Maracaibo, la mitad de los cuales
atribuyó al apagón.

La Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) anunció que 15


pacientes en diálisis renal murieron porque estos servicios no estaban disponibles. El Pitazo informó
que se registraron seis muertes en el hospital de Acarigua-Araure, en Estado Portuguesa, dos de los
cuales fueron resultados directos del apagón. El hospital no pudo trabajar a plena capacidad debido
a la escasez de combustible.

Varios pacientes con heridas de bala (que podrían haber recibido tratamiento) tuvieron
amputaciones en su lugar, por la preocupación de «complicaciones fatales si continuaba el apagón».
Efecto Cocuyo informó que un hombre de 86 años se cayó y murió después de fracturarse el cráneo
en Lara. Pacientes fueron robados en dos pisos de un hospital que solo tenía luz en la sala de
emergencias de un generador cuando un grupo armado logró acceder al hospital. Sin luz, las mujeres
embarazadas en otro hospital tuvieron que ser enviadas al exterior.

El gobierno negó cualquier muerte causada por el apagón; el ministro de salud dijo que los informes
que relacionaban las muertes con el apagón eran falsos.

Infraestructura

El apagón hizo que el Metro de Caracas se cerrara y que el transporte público se detuviera, la falta
de transporte afectó la capacidad del personal para llegar a sus puestos de trabajo, por ejemplo, en
la industria médica.

El apagón dañó los elementos de la entrega de petróleo, las operaciones se interrumpieron, y


algunas instalaciones dañadas no se pueden volver a conectar rápidamente; la capacidad de
producción de petróleo a largo plazo de Venezuela podría verse afectada.

Debido al apagón, los equipos utilizados para fabricar aluminio en la estatal Venalum, una
subsidiaria de Corporación Venezolana de Guayana, se dañaron y toda la industria cerró.

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