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Las personas de género masculino tienen unos órganos reproductores, o genitales, que
están tanto dentro como fuera de la pelvis. Los genitales masculinos incluyen:
los testículos
el sistema de conductos, que está formado por el epidídimo y el conducto
deferente
las glándulas accesorias, que incluyen las vesículas seminales y la próstata
el pene
En un chico que ya ha alcanzado la madurez sexual, sus dos testículos de forma ovalada
fabrican y almacenan millones de diminutos espermatozoides.
Los testículos también forman parte del sistema endocrino, porque fabrican hormonas,
como la testosterona. En los chicos, la testosterona desempeña un papel muy importante
en la pubertad. A medida que va avanzando la pubertad, los testículos la fabrican cada vez
en mayor cantidad. La testosterona es la hormona que hace que a los chicos se les agrave
la voz, se les desarrolle la musculatura y les salga vello en el cuerpo y en la cara. También
estimula la fabricación de espermatozoides.
Muy cerca de los testículos están el epidídimo y el conducto deferente, que transporta los
espermatozoides. El epidídimo y los testículos cuelgan dentro de una estructura similar a
una bolsa, situada fuera de la pelvis y llamada escroto. Esta bolsa de piel ayuda a regular
la temperatura de los testículos, que se tienen que mantener a una temperatura más baja
que el resto del cuerpo para fabricar y almacenar espermatozoides. El escroto cambia de
tamaño para mantener la temperatura adecuada. Cuando hace frío, el escroto se encoge y
se tensa para conservar el calor del cuerpo. Cuando hace calor, el escroto aumenta de
tamaño y cuelga más para eliminar el exceso de calor. Esto ocurre de forma automática,
sin que los chicos tengan siquiera que pensar en ello. El cerebro y el sistema nervioso dan
la señal al escroto para que cambie de tamaño.
Las glándulas accesorias, que incluyen las vesículas seminales y la próstata, aportan
líquidos que lubrican el sistema de conductos y nutren a los espermatozoides. La uretra es
el conducto que lleva los espermatozoides (en un líquido llamado semen) hacia el exterior
del cuerpo a través del pene. La uretra también forma parte del sistema urinario, porque es
el conducto por el que pasa la orina cuando sale de la vejiga y abandona el cuerpo.
El pene consta de dos partes: el tronco (o tallo) y el glande. El tronco es la parte principal
del pene y el glande es la punta (llamada a veces "cabeza"). Al final del glande hay una
pequeña abertura, que es por donde el semen y la orina salen del cuerpo a través de la
uretra. El interior de pene está formado por un tejido esponjoso que se puede expandir y
contraer.
Todos los niños nacen con prepucio, un pliegue de piel situado al final del pene que
recubre el glande. Algunos son circuncidados, lo que significa que un médico o un clérigo
les corta y les extrae el prepucio. La circuncisión se suele hacer en los primeros días de
vida de un bebé. No es necesaria desde un punto de vista médico, pero los padres que
deciden circuncidar a sus hijos lo suelen hacer por sus creencias religiosas, porque les
parece más higiénico o por razones culturales o sociales. Los niños con el pene
circuncidado no son distintos de los que no lo tienen circuncidado: todos
los penes funcionan y sienten igual, tengan o no prepucio.
fabrica semen
libera semen dentro del sistema reproductor femenino durante el coito
fabrica hormonas sexuales, lo que ayuda a que los chicos se conviertan en
adultos sexualmente maduros durante la pubertad
Cuando nacen, los niños ya tienen todas las partes del sistema reproductor, pero no
pueden reproducirse hasta la pubertad. Cuando entran en esta etapa, por lo general entre
los 9 y 15 años de edad, la hipófisis, situada cerca del cerebro, segrega hormonas que
estimulan a los testículos para fabricar testosterona. La testosterona provoca muchos
cambios en el cuerpo de un niño.
Aunque estos cambios ocurren a un ritmo distinto en cada niño, las etapas de la pubertad
suelen seguir una secuencia fija:
Uretra. El conducto que lleva la orina de la vejiga hasta afuera del cuerpo,
también sirve en el caso del hombre para llevar el semen hasta afuera.
Clamidia
Herpes genital
Gonorrea
VIH/SIDA
VPH
Sífilis
Tricomoniasis
La mayoría de las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres, pero en muchos casos
los problemas de salud que provocan pueden ser más graves en las mujeres. Si una mujer
embarazada padece de ETS, puede causarle graves problemas de salud al bebé.
Los antibióticos pueden tratar las ETS causadas por bacterias, hongos o parásitos. No hay
cura para ETS causada por un virus, pero los medicamentos pueden ayudar con los
síntomas y mantener la enfermedad bajo control.
El uso correcto de preservativos de látex reduce enormemente, aunque no elimina, el
riesgo de adquirir y contagiarse con ETS. La forma más confiable de evitar la infección es
no tener sexo anal, vaginal u oral.
Micción dolorosa
Dolor en la parte baja del abdomen
Flujo vaginal en mujeres
Secreción del pene en hombres
Dolor durante las relaciones sexuales en las mujeres
Sangrado entre períodos menstruales
Dolor testicular en hombres
La gonorrea es una infección bacteriana del aparato genital. También puede
afectar la boca, la garganta, los ojos y el ano. Por lo general, los primeros
síntomas de la gonorrea aparecen en un plazo de 10 días después de la
exposición. Sin embargo, algunas personas pueden haber estado infectadas
durante meses antes de presentar signos o síntomas.
Los signos y síntomas de la gonorrea son los siguientes:
Secreción espesa, turbia o con sangre del pene o de la vagina
Dolor o sensación de ardor al orinar
Sangrado menstrual intenso o sangrado entre períodos menstruales
Dolor o hinchazón de los testículos
Evacuaciones intestinales dolorosas
Picazón anal
La tricomoniasis Este organismo se propaga durante el acto sexual con una
persona que ya tiene la infección.
En los hombres, el microorganismo generalmente infecta las vías urinarias,
pero a menudo no causa síntomas. En las mujeres, la tricomoniasis
generalmente infecta la vagina. Cuando la tricomoniasis causa síntomas, estos
pueden aparecer en el plazo de 5 a 28 días de exposición y comprenden de
irritación leve a inflamación intensa.
Estos son algunos de los signos y síntomas:
Fiebre
Dolor de cabeza
Dolor de garganta
Ganglios linfáticos inflamados
Erupción cutánea
Fatiga
Estos signos y síntomas tempranos suelen desaparecer en una semana a un
mes y, a menudo, se los confunde con los de otra infección vírica. Durante este
período, el nivel de contagio es muy alto. Los síntomas más persistentes o más
graves de la infección por el VIH quizá no se manifiesten durante 10 años o
más después de la infección inicial.
A medida que el virus continúa multiplicándose y destruyendo células inmunes,
puede manifestar infecciones leves o signos y síntomas crónicos como los
siguientes:
Sífilis primaria
El primer signo de sífilis, que puede presentarse entre 10 días y 3 meses
después de la exposición, puede ser una úlcera pequeña e indolora (chancro)
en la parte del cuerpo en donde se transmitió la infección, en general, en los
genitales, el recto, la lengua o los labios. Lo típico es presentar un solo
chancro, pero también se pueden tener varias úlceras.
La úlcera se suele curar sin tratamiento, pero la enfermedad de fondo
permanece y puede volver a aparecer en la segunda (secundaria) o tercera
(terciaria) etapa.
Sífilis secundaria
Los signos y síntomas de la sífilis secundaria pueden comenzar de
3 a 6 semanas después de la aparición del chancro, y pueden comprender los
siguientes:
Sífilis latente
Algunas personas pueden tener un período que se denomina «sífilis latente»,
en el cual no se presentan síntomas, después de la etapa secundaria. Es
posible que los signos y síntomas no vuelvan a presentarse nunca, o bien la
enfermedad puede avanzar a la etapa terciaria.
Sífilis terciaria
Sin tratamiento, las bacterias de la sífilis pueden propagarse y provocar daños
graves a los órganos internos, e incluso la muerte, años después de la
infección original.
Algunos de los signos y síntomas de la sífilis terciaria comprenden los
siguientes:
Falta de coordinación
Entumecimiento
Parálisis
Pérdida de la visión
Demencia
Neurosífilis
En todas las etapas, la sífilis puede afectar el sistema nervioso. La neurosífilis
puede no provocar síntomas o causar los siguientes:
Dolor de cabeza
Cambios en el comportamiento
Problemas de movimiento