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UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES

ANÁLISIS JURIDICO SOBRE EL USO DE LA


COMPRAVENTA COMO GARANTÍA EN LOS MUTUOS EN
CRÉDITOS HIPOTECARIOS EN GUATEMALA.
ANÁLISIS DE UN CASO

EMMA SUSANA GÓMEZ PALENCIA

GUATEMALA, NOVIEMBRE DE 2014


UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES

ANÁLISIS JURÍDICO SOBRE EL USO DE LA


COMPRAVENTA COMO GARANTÍA EN LOS MUTUOS EN
CRÉDITOS HIPOTECARIOS EN GUATEMALA.
ANÁLISIS DE UN CASO

TRABAJO DE GRADUACIÓN PRESENTADO


POR:
EMMA SUSANA GÓMEZ PALENCIA
PREVIO A OPTAR AL GRADO ACADÉMICO DE
LICENCIADA EN CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES
Y LOS TÍTULOS PROFESIONALES DE:
ABOGADA Y NOTARIA

GUATEMALA, NOVIEMBRE DE 2014


AUTORIDADES DE LA FACULTAD, ASESOR Y
REVISOR DEL TRABAJO DE GRADUACIÓN

DECANO DE LA FACULTAD: LIC. LUIS ANTONIO RUANO


CASTILLO

SECRETARIO DE LA FACULTAD: LIC. OMAR ABEL MORALES


LURSSEN

ASESOR: LIC. EDWIN ROBERTO MÉNDEZ


AGUILAR

REVISOR: LIC.NANCY VERÓNICA PINEDA


VELA

iii
iv
v
vi
vii
REGLAMENTO DE TESIS

ARTICULO 8°.: RESPONSABILIDAD

“Solamente el autor es responsable de los conceptos


expresados en el trabajo de graduación. Su aprobación en
manera alguna implica responsabilidad para la universidad”.

viii
INDICE
INTRODUCCION ................................................................................................ 1

CAPITULO I ....................................................................................................... 4

1.1 EL CONTRATO ......................................................................................... 4

1.2 CONCEPTOS LEGALES DEL CONTRATO..................................................... 9

1.3 ANTECEDENTES HISTORICOS ................................................................. 11

1.4 ELEMENTOS DEL CONTRATO ................................................................. 19

1.5 FORMACION DEL CONTRATO. ............................................................... 28

1.6 FORMA DE LOS CONTRATOS ................................................................. 31

1.7 EFECTOS DE LOS CONTRATOS ............................................................... 32

1.8 EFECTOS DE LOS CONTRATOS PARA TERCEROS ..................................... 34

1.9 INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS .................................................. 36

CAPITULO II .................................................................................................... 53

2.1 LA COMPRAVENTA ............................................................................... 53

2.2 CLASIFICACIÓN ..................................................................................... 58

2.3 ELEMENTOS .................................................................................... 62

2.4 ELEMENTOS REALES ............................................................................. 73

2.5 CARACTERÍSTICAS DEL PRECIO .............................................................. 82

2.7 MODALIDADES DE LA COMPRAVENTA .............................. 86

2.8 CASES DE COMPRAVENTA .......................................................... 91

2.9 DIFERENCIA ENTRE PERMUTA Y COMPRAVENTA ................. 92

CAPITULO III ................................................................................................... 95

3.1 CONTRATO DE MUTUO ......................................................................... 95

ix
3.2 CONCEPTO Y NOCIONES INTRODUCTORIAS........................................... 95

3.3 CARACTERISTICAS ............................................................................... 104

3.4 ELEMENTOS DEL CONTRATO ................................................... 110

3.5 EFECTOS DEL CONTRATO ......................................................... 119

3.6 Causas de extinción del contrato de mutuo. ........................... 124

CAPITULO IV ................................................................................................. 126

4.1LA HIPOTECA ................................................................................. 126

4.2 ANTECEDENTES HISTÓRICOS. ................................................. 126

4.3 Clasificación de la hipoteca según sus efectos. ..................... 129

4.4 Características ............................................................................... 130

4.5 Bienes Que No Pueden Hipotecarse ......................................... 135

4.6 Insuficiencia De La Garantía ....................................................... 135

4.7 Subhipoteca ................................................................................... 136

CAPITULO V .................................................................................................. 138

5.1Analisis Jurídico Sobre el Uso de la Compraventa como garantía en los


Mutuos en Créditos Hipotecarios en Guatemala. Análisis de un caso ........ 138

5.2 CASO CONCRETO ................................................................................ 149

CONCLUSIONES ............................................................................................ 151

RECOMENDACIONES .................................................................................... 156

BIBLIOGRAFIA ......................................................................................... 158

ANEXO ......................................................................................................... 162

x
INTRODUCCION

La presente tesis trata sobre un análisis jurídico sobre el uso

de la compraventa como garantía en los mutuos en créditos

hipotecarios en Guatemala, el cual se presenta como una

problemática en la actualidad, en virtud que las personas

son estafadas en su buena fe, y desconocen las acciones de

algunos bancos o de los prestamistas, provocando que las

personas se queden sin sus bienes inmuebles y además

endeudados.

Es de hacer notar que en nuestro ordenamiento jurídico no

existe una norma específica que permita realmente una

protección en estos casos, ya que son negocios de carácter

privado.

Para el efecto, se hace un análisis a través de los diferentes

capítulos que contienen la investigación realizada y los

cuales se encuentran implícitos de la siguiente forma; El

primero, se refiere a El Contrato

1
2

Conceptos Legales Del Contrato, Antecedentes Histórico,

Elementos Del Contrato, Formación Del Contrato, Forma De

Los Contratos, Efectos De Los Contratos, Efectos De Los

Contratos Para Terceros, Interpretación De Los Contratos,

Contratos Principales Y Accesorios; En el segundo, La

Compraventa Clasificación Elementos, Elementos Reales,

Características Del Precio, Efectos Del Contrato,

Modalidades De La Compraventa, Clases De Compraventa,

En el tercero, se refiere al Contrato De Mutuo, Concepto Y

Nociones Introductorias, Características, Elementos Del

Contrato, Efectos Del Contrato; En el cuarto, La Hipoteca,

Antecedentes Históricos, Clasificación De La Hipoteca

Según Sus Efectos, Características, Bienes Que No Pueden

Hipotecarse, Insuficiencia De La Garantía, Subhipoteca; En

el quinto, Análisis Jurídico Sobre el Uso de la Compraventa

en los Mutuos en Créditos Hipotecarios en Guatemala, y un

Caso Concreto.

En estos capítulos se demuestra lo que está sucediendo en

la actualidad y la necesidad que las autoridades


3

correspondientes, le den también prioridad a denuncias

derivadas de estas situaciones.

Al finalizar, se desarrollan las conclusiones que versan sobre

el análisis jurídico y

Doctrinario y con las cuales se comprueba la hipótesis

planteada. Asimismo, se incluyen las recomendaciones que

deberán ponerse en práctica, para solucionar el problema

expuesto en la presente tesis.

Se utilizan los métodos analítico, deductivo y sintético, fines

de la técnica bibliográfica, documental y la entrevista.

Esperando que el trabajo sea de aporte y de referencia para

las autoridades encargadas de regularizar la situación en el

ámbito legal.
CAPITULO I

1.1 EL CONTRATO
El contrato es un acuerdo de voluntades, verbal o escrito,

manifestado en común entre dos o más personas

con capacidad (partes del contrato), que se obligan en virtud

del mismo, regulando sus relaciones relativas a una

determinada finalidad o cosa, y a cuyo cumplimiento pueden

compelerse de manera recíproca.

El contrato puede ser bilateral, o compelerse una parte a la

otra, o bien unilateral. Es el contrato, en suma,

un acuerdo de voluntades que genera «derechos y

obligaciones relativos», es decir, sólo para las partes

contratantes y sus causahabientes. Pero, además del

acuerdo de voluntades, algunos contratos exigen, para su

perfección, otros hechos o actos de alcance jurídico, tales

como efectuar una determinada entrega (contratos reales), o

exigen ser formalizados en documento especial (contratos

formales), de modo que, en esos casos especiales, no basta

con la sola voluntad.

4
5

De todos modos, el contrato, en general, tiene una

connotación patrimonial, incluso parcialmente en aquellos

celebrados en el marco del derecho de familia, y es parte de

la categoría más amplia de los negocios jurídicos. Es función

elemental del contrato originar efectos jurídicos (es decir,

obligaciones exigibles), de modo que a aquella relación de

sujetos que no derive en efectos jurídicos no se le puede

atribuir cualidad contractual.

En cada país, o en cada estado, puede existir un sistema de

requisitos contractuales diferente en lo superficial, pero el

concepto y requisitos básicos del contrato son, en esencia,

iguales. La divergencia de requisitos tiene que ver con la

variedad de realidades socio-culturales y jurídicas de cada

uno de los países (así, por ejemplo,

existen ordenamientos en que el contrato no se limita al

campo de los derechos patrimoniales, únicamente, sino que

abarca también derechos personales y de familia como, por

ejemplo, los países en los que el matrimonio es considerado

un contrato).
6

“Ocurre en el concepto del contrato, lo que algunas de las

ideas más fundamentales del derecho que, no obstante su

aparente sencillez, encierran, sin embargo, una gran

complejidad para lograrlas. Y es que, en realidad para

formarnos una idea exacta del contrato, es necesario

situarnos en las principales fases de su evolución jurídica;

pues no es lo mismo el concepto de esta figura en el mundo

romano, por ejemplo, que el que se tenía en la época liberal,

y el que se supone hoy en día”.1

La palabra contrato, deriva del latín contractus, que a la vez

deriva de cum y traho, que quiere decir venir en uno,

convenier, convención. Desde luego no todo acuerdo de

voluntades origina contrato; solo aquellas convenciones que

tienen interés jurídico traducido en la constitución,

modificación o extinción de un vínculo obligatorio

patrimonial, en yuxtaposición, y con el propósito de seguir a

los intereses de la comunidad.

1
Puig Peña, Federico, Compendio de Derecho Civil Español, pág.324
7

Para el tratadista Vicente y Gella; el contrato: “Es aquel en

que la finalidad única perseguida por las partes es crear,

modificar o extinguir una obligación.” (Artículo 1,517).

Para brindar una definición más moderna, se puntualiza que

es “un acuerdo de voluntades para crear o transmitir

derechos y obligaciones y derechos reales o personales”.2

Actualmente, la tendencia del contrato como dominante del

mundo jurídico, está sufriendo una gran transformación, esto

se debe principalmente a que se pretende reemplazar

esencialmente las bases sobre las cuales descansa la

contratación, pues hoy por hoy, se entiende que “el contrato

es un medio de satisfacción económica que, como todas las

instituciones fundamentales, quedan articuladas en la

sociedad para el bien común.”3

Para brindar una definición más moderna se puntualiza que

es, “Un acuerdo de voluntades para crear o transmitir

derechos y obligaciones y derechos reales o personales”.4

2
Rojina Villegas, Rafael, Compendio de Derecho Civil, Volumen IV, Pág.7
3
Ibid, Pág.330.
4
Ibid, Pág.7
8

Por ello, el contrato se refiere al nacimiento de derechos y

obligaciones que conceden y establecen los particulares,

con el fin de obtener beneficio para cada una de éstos

dependiendo del lugar que ocupen en la relación jurídica que

surja del contrato desde ese momento.

Se concluye diciendo que el contrato es la fuente más

importante de las obligaciones puesto que a través de él se

asegura la efectividad de los negocios, entendiendo que

tiene carácter obligatorio, cuando es suscrito por las partes,

generando derechos y obligaciones, además que del mismo

existen diferentes formas legales de cumplimiento por

ejemplo: las arras, la teoría de la de la imprevisión o los

juicios de conocimiento y de ejecución que determina que el

Código Procesal Civil y Mercantil, en la legislación

guatemalteca, los contratos ya no se pueden considerar que

se realizan de forma bilateral, ya que en la actualidad

podríamos manifestar que son de forma plurilateral,

multilateral, etc.
9

1.2 CONCEPTOS LEGALES DEL CONTRATO


La mayoría de los Códigos civiles de los países cuyos

ordenamientos jurídicos provienen históricamente

del sistema romano-canónico y germánico, contienen

definiciones aproximadas del contrato. La mayoría de ellos,

siguen las directrices iniciadas por el Código civil francés,

heredero del Código Napoleónico, el cual establece que el

contrato es la convención por la cual una o más personas se

obligan, con otra u otras, a dar, hacer, o no hacer alguna

cosa.

El Código civil alemán prescribe por su parte que "para la

formación de un negocio obligacional por actos jurídicos,

como para toda modificación del contenido de un negocio

obligacional, se exige un contrato celebrado entre las partes,

salvo que la ley disponga de otro modo". Por su lado

el Código civil suizo señala que "hay contrato si las partes

manifiestan de una manera concordante su voluntad

recíproca; esta manifestación puede ser expresa o tácita".

El Código Civil de la antigua Unión Soviética solo expresaba

que "los actos jurídicos, esto es, los actos que tienden a
10

establecer, modificar o extinguir relaciones de Derecho Civil,

pueden ser unilaterales o bilaterales (contratos)".

El Código Civil español, en su art. 1254, como todos los de

la Europa continental, sigue también el rastro marcado por

el Código Napoleónico, de modo que deja establecido que

"el contrato existe desde que una o varias personas

consienten en obligarse, respecto de otra u otras, a dar

alguna cosa o prestar algún servicio." 1 El Código Civil

argentino, en su art. 1137, establece que "hay contrato

cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una

declaración de voluntad común, destinada a reglar sus

derechos."

Conforme al Código Civil del Uruguay (art. 1247), "Contrato

es una convención por la cual una parte se obliga para con

la otra o ambas partes se obligan recíprocamente a una

prestación cualquiera, esto es, a dar, hacer o no hacer

alguna cosa".
11

El Código Civil guatemalteco establece en el articulo 1517:

“Hay contrato cuando dos o más personas convienen en

crear, modificar o extinguir una obligación”.

1.3 ANTECEDENTES HISTORICOS


De entre los antecedentes remotos, sobre los que hay mayor

grado de coincidencia en la doctrina, pueden citarse los

siguientes:

Sistema contractual romano

En el Derecho romano el contrato aparece como una forma

de acuerdo (conventio). La convención es el consentimiento

de dos a más personas que se avienen sobre una cosa que

deben dar o prestar. La consensualidad era el prototipo

dominante. La convención se divide en pacto (pactum) y

contrato (contractus), siendo el pacto aquel que no tiene

nombre ni causa y el contrato aquel que lo tiene. En este

contexto se entiende por nombre la palabra que produce la

acción (el pacto se refiere únicamente a relaciones que sólo

engendran una excepción). La causa es alguna cosa

presente de la cual se deriva la obligación. El pacto fue


12

paulatinamente asimilándose al contrato al considerar las

acciones el instrumento para exigir su cumplimiento.

En conclusión, en el Imperio Romano, éste no pudo ser

precisado de forma definitiva y en general, porque se

crearon diferentes tipos contractuales que dependían de las

necesidades prácticas de las personas, más que de alguna

otra circunstancia; es por ello que a éstos se les denominó

pacto o convención y no contrato como actualmente se le

llama. El pacto, consistía en un acuerdo de voluntades que

no generaba ninguna obligación; y la convención era;

también un acuerdo de voluntades pero necesitaba de algún

requisito especial o bien de la entrega de una cosa, para su

existencia. En consecuencia los romanos no tenían la

necesidad de otra figura contractual y por ello no se

preocuparon en transmitirnos una definición precisa del

mismo.

El contrato se aplica a todo acuerdo de voluntades dirigido a

crear obligaciones civilmente exigibles y estaba siempre

protegido por una acción que le atribuía plena eficacia


13

jurídica. Los contratos se dividen en verdaderos y

en cuasicontratos. Eran verdaderos los que se basaban en

en consentimiento expreso de las partes y eran

cuasicontratos los basados en el consentimiento presunto. A

su vez los contratos verdaderos de dividían

en nominados e innominados. Eran nominados los que

tenían nombre específico y particular confirmado por el

derecho (ej. compraventa) e innominados los que aún

teniendo causa no tenían nombre. Los contratos

innominados eran cuatro: “Doy para que des, Doy para que

hagas, Hago para que des y Hago para que hagas”. Lo

característico de los contratos innominados es que en ellos

no intervenía el dinero contado. En el Derecho

romano existían contratos unilaterales y bilaterales. Los

contratos unilaterales obligaban solo a una de las partes (por

ejemplo, el mutuo) y los bilaterales obligaban a ambas

partes (como en el caso de la compraventa).

Acciones en los contratos en Roma

La acción (Actio) era el otro elemento esencial de los

contratos en Derecho romano. Las acciones relativas a los


14

contratos son actiones in personam en las cuales el

demandante basa su pretensión en una obligación

contractual o penal, las cuales podían ser:

Directas y Contrarias. Ejemplos de ellas son: «Actio directa»:

Acciones directas eran aquellas con que contaba el

acreedor, frente al deudor, desde el momento mismo de la

celebración del contrato, tales como. la «actio certi» (que

persigue un objeto específico, suma de dinero o cosa); la

«actio ex stipulatio» (que tiene el acreedor cuando el objeto

no era ni dinero, ni bienes genéricos sino que implicaba un

hacer); la «actio locati» (que tiene el arrendador contra el

arrendatario); la «actio commodati directa» (para lograr la

restitución de la cosa dada en préstamo); la «actio depositi

directa» (ara exigir al depositario la restitución de la cosa

depositada); la «actio mandati directa» (para exigir al

mandatario cuentas del mandato); la «actio pignoraticia

directa» (para que el dueño recupere la cosa dada en

prenda); la «actio negotiorum gestorum directa» (para exigir

rendición de cuentas al gestor de un negocio). «Actio

contraria»: Acciones por las cuales se pide siempre


15

indemnización, o sea, nacen después de haberse realizado

el contrato, como, la «actio fiduciae» (para la devolución de

la propiedad transmitida en garantía); la «actio redhibitoria»

(para rescindir el contrato por encontrase vicios ocultos en la

cosa vendida); la «actio quanti minoris» (por la que el

comprador exige una reducción en el precio de la cosa por

no corresponder al precio real), esta última también llamada

«actio estimatoria»; la «actio conducti» (para hacer cumplir

las obligaciones al arrendador); la «actio commodati

contraria» (para lograr el resarcimiento de los posibles daños

o gastos causados por la cosa dada en comodato le hubiere

causado al comodatario; la «actio depositi contraria» (para

que el depositante pague los gastos del depósito); la «actio

mandati contraria» (para exigir al mandante cuentas de los

gastos realizados durante el mandato); la «actio pignoraticia

contraria» (para que el acreedor prendario exija recuperar

los daños y gastos causados por la cosa pignorada); la

«actio aerviana» (que permitía al pignorante quedarse en

posesión de los invecta et illata que iban a servir de

garantía); la «actio quasi serviana» (extensión de la actio


16

Serviana a otros objetos dados en prenda, también

llamada hypotecaria. La «actio negotiorum gestorum

contraria» (para que el gestor recupere los gastos); la «actio

depensi» (para que el fiador cobre al deudor principal lo que

no se le hubiera reembolsado); la «actio poenae

persecutoria» (para la reparación del daño); la «actio rei

persecutoria» (para recuperar la cosa perdida y sus

pertenencias.

Contratos nominados en el Derecho de Roma

Algunos tipos de contratos en el derecho romano eran:

Aestimatum : contrato en virtud del cual una parte recibe

objetos tasados con la obligación de venderlos o devolverlos

después de cierto tiempo. Chirographum: forma de obligarse

de los peregrinos, en virtud de la cual el deudor entregaba al

acreedor un recibo. Syngraphae: forma literal de obligarse

los peregrinos, consistente en dos copias, una en poder del

acreedor y la otra en poder del deudor. Conventio in manum:

contrato verbis en virtud del cual la mujer al contraer nupcias

entra a la familia del marido, ocupando jurídicamente el lugar

de una hija. Depositum: depósito: Contrato que se


17

perfecciona con la entrega de la cosa que el depositario ha

de devolver cuando el depositante la requiera. Depositum

irregulare: depósito de dinero o bienes fungibles. Dictio dotis:

contrato verbis en el que el padre, un tercero o la mujer se

comprometen a constituir una dote. Iusiurandum

liberti: contrato verbis en virtud del cual el esclavo se

compromete a prestar ciertos servicios al patrón. También

llamado promissio iurata liberti. Locatio conductio:

Arrendamiento. Una de las partes (locator) se obliga a

procurara la otra (conductor) el uso y el disfrute temporal de

una cosa o la prestación de determinado servicio (locatio

conductio operarum) o la ejecución de una obra (locatio

conductio operis), a cambio de una cantidad de dinero

llamado merces. Mandatum: Mandato. Contrato en virtud del

cual una persona (mandante) encarga a otra (mandatario) la

realización gratuita de determinado acto, por cuenta o

interés de aquella o tercero. Pignus: Prenda. El deudor, o un

tercero, entregan al acreedor la posesión de una cosa, en

garantía de una deuda. Precarium: Contrato innominado por

el cual una de las partes concede el préstamo de una cosa a


18

la otra parte, quien se lo ha solicitado especialmente

(preces) la que está obligada a devolverlo a la primera

solicitud. Societas: Sociedad. Contrato entre dos o más

personas, con el fin de participar en ganancias y pérdidas.

Stipulatio: Estipulación contrato verbal, solemne, unilateral

que consiste en una pregunta seguida de una respuesta

congruente. Transactio: Contrato inominado que consiste en

un convenio extrajudicial en virtud del cual las partes se

hacen concesiones para evitar los resultados del juicio

posterior.

En el siglo XIX, a raíz de los progresos técnicos y la

prosperidad de los pueblos durante el periodo liberal, es

cuando se define al contrato como actualmente se le

conoce, esto debido a la influencia de carácter típico y

político. Y en este momento, se funda en la obligatoriedad y

la fuerza vinculante, condiciones que provienen del acuerdo

de voluntades entre las partes. Como consecuencia del

sentido liberal, el contrato se transforma en el pilar que

serviría para explicar y construir toda clase de instituciones


19

jurídicas, es decir, que éste es el punto central del

ordenamiento jurídico de todo Estado.

Actualmente, la tendencia del contrato como dominante del

mundo jurídico, está sufriendo una gran transformación, esto

se debe principalmente a que se pretende reemplazar

esencialmente las bases sobre las cuales descansa la

contratación, pues hoy por hoy, se entiende que “el contrato

es un medio de satisfacción económica, que como todas las

instituciones fundamentales quedan articuladas en la

sociedad, para el bien común”.5

1.4 ELEMENTOS DEL CONTRATO


El contrato tiene todos los elementos y requisitos propios de

un acto jurídico cuales son los elementos personales,

elementos reales y elementos formales.

Elementos personales

Los sujetos del contrato pueden ser personas físicas o

jurídicas, con la capacidad de obrar en derecho, necesaria

para obligarse. En este sentido pues, la capacidad en

derecho se subdivide en capacidad de goce (la aptitud


5
Ibid, Pág. 330.
20

jurídica para ser titular de derechos subjetivos, comúnmente

denominada también como capacidad jurídica) y capacidad

de ejercicio o de obrar activa o pasiva (aptitud jurídica para

ejercer derechos y contraer obligaciones sin asistencia ni

representación de terceros, denominada también

como capacidad de actuar).

Elementos reales

Integran las denominadas prestación y contraprestación, o

sea, la cosa o el servicio objeto del contrato, por un lado, y la

entrega a cambio de ello de una suma de dinero, u otro

acuerdo, por otro.

Elementos formales

La forma es el conjunto de signos mediante los cuales se

manifiesta el consentimiento de las partes en la celebración

de un contrato. En algunos contratos es posible que se exija

una forma específica de celebración. Por ejemplo, puede ser

necesaria la forma escrita, la firma ante notario o ante

notario y ante testigos, etcétera. En el caso de la forma

escrita, el documento puede incluir las siguientes secciones:

antecedentes o considerandos, declaraciones y cláusulas.


21

Básicamente son tres, aquellos requisitos que, en casi todos

los sistemas jurídicos, exigen las leyes, para alcanzar la

eficacia del contrato: consentimiento, objeto y causa.

Consentimiento

Como establece Espín Canovas, Diego: “En el Derecho

moderno rige el principio según el cual basta el acuerdo de

voluntad entre dos o más personas para que nazcan las

obligaciones, sin que tenga ya vigencia aquella distinción,

del derecho romano, entre el pacto o convención y el

contrato. También el derecho germánico era formalista, pues

estaba dominado por el simbolismo.

Es el elemento volitivo, el querer interno, la voluntad que,

manifestada bajo el consentimiento, produce efectos en

derecho. La perfección del contrato exige que el

consentimiento sea prestado libremente por todas las partes

intervinientes, por razón o efecto del principio de relatividad

de los contratos. La voluntad se exterioriza por la

concurrencia sucesiva de la oferta y de la aceptación, en

relación a la cosa y la causa que han de constituir el

contrato. Será nulo el consentimiento viciado, por haber sido


22

prestado por error, con violencia o intimidación, o dolo, o por

sujeto ajeno al objeto del contrato.

Es uno de los principios fundamentales que contiene la

contratación, dentro del Código Civil guatemalteco lo

encontramos claramente definido en un Artículo que

estipula: “Los contratos se perfeccionan por el simple

consentimiento de las partes, excepto cuando la ley

establece determinada formalidad como requisito esencial

para su validez”.

Consensualismo: “Es el que indica que los contratos civiles

son eminentemente consensuales porque debe existir

acuerdo de voluntades de manera libre consciente en

relación al acto externo.”

En el mismo ordenamiento legal queda establecido, además

que una vez perfeccionado el contrato, éste y todos aquellos

aspectos que han sido convenidos previamente se vuelven

obligatorios para las partes que lo han consentido.

Doctrinariamente, existe un consenso que consiste “En el

fundamento o filosofía de las obligaciones como género, y


23

más aún de los contratos como especie, la tesis que asienta

la fuerza vincular para las partes y la consecuente eficacia

de las cláusulas en la exclusiva voluntad de las partes”.6

En el derecho moderno se rige por el consensualismo el cual

consiste en el acuerdo previo que se produce entre dos o

más personas y del que van a nacer posteriormente

derechos y obligaciones para cada uno de los interesados.

Pero, a pesar de que actualmente, la contratación siga

requiriendo de este principio, ha sido necesario que también

se exija la forma escrita para hacer constar los contratos, los

cuales son llamados contratos escritos; excepcionalmente el

Código Civil también ha estipulado que algunos contratos

además de hacerse constar por escrito se faccionen en

escritura pública; es decir, que posteriormente quedarán

registradas dentro del protocolo del Notario; a estos se les

conoce como contratos solemnes, esta disposición tiene

dos fines principales que son: Que pueda servir en

determinado caso como medio de prueba; y que la misma

6
Cabanellas, Guillermo, Diccionario Enciclopédico de derecho usual, Tomo II,
pág.308.
24

ley estipule que el contrato debe constar por escrito como un

requisito solemne, sin el cual éste sería invalido totalmente.

Pero el principio del consensualismo si bien sigue imperando

como regla general en el derecho actual, se ve en cierto

modo limitado por un nacimiento del formalismo. Como dice

Planiol y Ripert, citado por Espín Canovas, Diego “desde

hace medio siglo la complicación de las relaciones sociales

ha originado un indiscutible renacimiento del formalismo.” 7

Sin embargo este formalismo renaciente no impide seguir

proclamando como principio general inspirador de la

contratación hoy día, el sistema consensualista. Lo que

ocurre es que aún dentro del sistema espiritualista o

consensualista aceptado por los códigos modernos, se exige

a veces, una forma, generalmente la escritura.

En la doctrina moderna se discute la conveniencia de seguir

necesariamente el principio consensual o aceptar en mayor

o menor medida el viejo sistema formalista alegándose a

favor del consensualismo la mayor rapidez en las

7
Espín Canovas, Diego, Manual de Derecho Civil Español, pág.351.
25

operaciones de tráfico jurídico y en pro del formalismo, la

mayor seguridad y certidumbre de las relaciones jurídicas.

Los vicios del consentimiento.

La ausencia de vicios en el consentimiento es imprescindible

para la validez y eficacia del contrato, a cuyo fin se requiere

que la voluntad no esté presionada por factores externos

que modifiquen la verdadera intención. Los más

destacados vicios del consentimiento se encuentran (a) el

error, (b) la violencia y (c) el dolo.

(a) El error: Cuando versa el error, existe una equivocación

sobre el objeto del contrato, o sobre alguno de sus aspectos

esenciales. El error es motivo de nulidad del contrato cuando

recae sobre la naturaleza del contrato (Por ejemplo, quería

hacer un arrendamiento e hizo una compraventa), sobre la

identidad del objeto, o sobre las cualidades específicas de la

cosa. El error no debe de ser de mala fe, porque de lo

contrario, se convierte en dolo.

(b) La fuerza o violencia: En la violencia se ejerce una

fuerza irresistible que causa un grave temor a una de las


26

partes del contrato, o que una de las partes haya abusado

de la debilidad de la otra. La amenaza de acudir ante una

autoridad judicial para reclamar un derecho no es coacción,

a no ser que se amenace abusivamente de este derecho.

(c) El dolo: Todo medio artificioso, fraudulento o contrario a

la buena fe, empleado con el propósito de engañar, o

confundir, para inducir a una persona a consentir un contrato

que, de haber conocido la verdad, no lo hubiera aceptado,

es considerado dolo. La víctima del dolo puede mantener el

contrato y reclamar daños y perjuicios.

b. Objeto

Pueden ser objeto de contratos todas las cosas que no estén

fuera del comercio de los hombres, aún las cosas futuras.

Pueden ser igualmente objeto de contrato todos

los servicios que no sean contrarios a las leyes, a la moral, a

las buenas costumbres o al orden público.


27

Causa

Normalmente, la normativa civil de los ordenamientos

jurídicos exige que haya una causa justa para el nacimiento

de los actos jurídicos. La causa es el motivo determinante

que llevó a las partes a celebrar el contrato. Un contrato no

tiene causa cuando las manifestaciones de voluntad no se

corresponden con la función social que debe cumplir,

tampoco cuando se simula o se finge una causa. El contrato

debe tener causa y ésta ha de ser existente, verdadera y

lícita.

Causa Fuente: es el origen o hecho jurídico generador de

obligaciones o de un acto jurídico.

Causa Fin: es el propósito o finalidad perseguida por las

partes al llevar a cabo el acto o negocio jurídico.

El problema de la causa gira en torno a la “causa fin”.


28

1.5 FORMACION DEL CONTRATO.


Se trata aquí de analizar aquellos actos, causas, hechos,

requisitos y formas que, instantánea o sucesivamente, han

de confluir para la perfección y cumplimiento del contrato.

Acuerdo De Voluntades

El contrato necesita de la manifestación inequívoca de la

voluntad de las partes que conformarán el acto jurídico. Así,

cuando las partes contratantes expresan su voluntad en el

momento que se forma el contrato, se denomina entre

presentes. Cuando la manifestación de la voluntad se da en

momentos diferentes, se denomina entre ausentes. La

distinción es importante para poder determinar con exactitud

el momento en que el contrato entra en la vida jurídica de los

contratantes. El contrato entre presentes entrará en vigencia

en el momento de la manifestación simultánea de la

voluntad, mientras que el contrato entre ausentes solamente

hasta que el último contratante haya dado su manifestación.


29

Oferta Y Manifestación

La oferta es una manifestación unilateral de voluntad,

dirigida a otro. El ejemplo clásico es el del comercio

minorista que ofrece sus productos a cualquiera, a un precio

determinado. La oferta es obligatoria, es decir, una vez

emitida, el proponente no puede modificarla en el momento

de la aceptación del sujeto interesado. La aceptación de la

oferta debe ser explícita, de modo que el otro contratante

debe mostrar su consentimiento expreso o tácito, de manera

que indique su inequívoca intención de aceptar la oferta y

adherirse a las condiciones del oferente. La vigencia

obligatoria de la oferta varía en los distintos ordenamientos

jurídicos. Para algunos, el oferente puede variar la oferta

mientras ésta no haya sido aceptada; en cambio en otros la

oferta debe mantenerse intacta por todo el período que,

usual o legalmente, se reconozca al contratante para

aceptarla.
30

Aceptación En El Contrato Entre Ausentes/Distantes

Existen diversas teorías respecto al momento en que un

contrato despliega sus efectos jurídicos cuando se trata de

partes distanciadas físicamente entre sí. Confluyen diversas

teorías:

Teoría de la emisión: Entiende que la oferta es aceptada en

el momento en que se produce la aceptación del aceptante.

Teoría de la remisión: (o expedición): La aceptación se

produce en el momento en que se acepta y se da remisión

de dicha aceptación al oferente. Teoría de la recepción: La

aceptación se produciría en este caso tras la aceptación,

remisión y llegada de esta última al ámbito donde el oferente

realiza su actividad (empresa, domicilio, etc).

Teoría del conocimiento: Exige aceptación, remisión,

llegada al ámbito y, además, conocimiento de ello.

Etapa Precontractual: El precontrato tiene como fin la

preparación de un contrato futuro.

Pueden identificarse tres diferentes tipos de precontrato:


31

1) El pacto de contrahendo: Las personas se obligan entre

sí para llevar a cabo negociaciones que den como resultado

un contrato futuro. No pueden romper las negociaciones

arbitrariamente sin incurrir en responsabilidad contractual.

2) La promesa unilateral aceptada: Un sujeto presenta una

oferta para un contrato futuro a otro sujeto, quien asiente en

estudiarla y decidir si la acepta o rechaza. El oferente

conviene en no retirar la oferta durante un determinado

plazo. Únicamente el oferente está obligado en este pacto.

Las propuestas comerciales son un ejemplo típico de este

tipo de precontrato, en donde la empresa oferente se

compromete a mantener la oferta intacta por un periodo

determinado, por ejemplo, 30 días.

3) La promesa bilateral o recíproca: Una parte se obliga a

vender y la otra a comprar, recíprocamente.

1.6 FORMA DE LOS CONTRATOS


La forma puede ser determinante, a veces, de la validez y

eficacia de los contratos. Los contratos pueden

ser verbales o escritos; verbales, si su contenido se


32

conserva sólo en la memoria de los intervinientes, o escritos,

si su contenido se ha transformado en texto gramatical

reflejado o grabado en soporte permanente y duradero

(papel, cinta magnética visual o sonora, CD, DVD, PD, etc.)

que permita su lectura y exacta reproducción posterior. Los

contratos escritos pueden además ser solemnes o no,

dependiendo de si deben formalizarse en escritura

pública notarial, e incluso si la ley exige su inscripción en

algún tipo de registro público (Registro de la

propiedad, Registro mercantil, Registro de cooperativas,

Registro de entidades urbanísticas colaboradoras, etc.). En

los denominados contratos reales, su perfección de su forma

exige además la entrega de la cosa (por ejemplo el

préstamo, aunque se recoja en escritura pública, éste no

nace si no se entrega el capital prestado en el acto de la

suscripción del contrato).

1.7 EFECTOS DE LOS CONTRATOS


"El contrato es ley entre las partes" es una expresión común

(contractus lex). Sin embargo, esto no significa que los

contratos tienen un poder equivalente al de las leyes. Los


33

preceptos fundamentales nacidos de los contratos, que los

intervinientes deben observar serán los siguientes: Las

partes deben ajustarse a las condiciones estipuladas en el

contrato (principio de literalidad). Las condiciones y los

efectos del contrato solo tienen efecto entre las partes que

aceptaron el contrato, y sus causahabientes (principio de

relatividad del contrato). Los pactos contenidos en los

contratos deben ejecutarse en los términos que fueron

suscritos. Las estipulaciones de los contratos típicos, que

fueran contrarias a la ley, se tienen por no puestas. Las

disposiciones legales reconocen al contrato como fuente

de obligaciones. Las obligaciones contractuales son

obligaciones civiles, por lo que el acreedor puede exigir del

deudor la satisfacción de la deuda según lo pactado. En

caso que el cumplimiento del objeto de la obligación no sea

posible, por equivalencia, el acreedor puede demandar la

indemnización de daños y perjuicios. Una vez que un

contrato ha nacido válidamente, se convierte en

irrenunciable, y las obligaciones originadas por el contrato

válido no se pueden modificar unilateralmente.


34

1.8 EFECTOS DE LOS CONTRATOS PARA TERCEROS


En principio, los contratos sólo tienen efectos entre las

partes que lo forman. Sin embargo, hay contratos que sí

surten efectos sobre terceros. Un tercero es un sujeto que

no participó en la formación del vínculo contractual, y que

por lo tanto, no hizo manifestación de voluntad sobre el

contrato. Incluso, puede ser que el tercero ni siquiera supiera

de la existencia del convenio.

Garantía:

Usados como método para obtener seguridad jurídica, en

sentido genérico, la garantía es una de las consecuencias de

los contratos, en especial de los traslativos onerosos, en

tanto que su existencia atribuye a las partes la facultad

indubitada para adquirir, ocupar, exigir o mantener

el derecho real o personal transmitido, esgrimible tanto

frente a la persona que lo ha transmitido, como frente a

terceros, que por ello deben cesar en las persecuciones al

mismo objeto del contrato, de modo que, en su virtud, el

sujeto pueda persistir en goce pacífico del beneficio, o del

patrimonio, obtenido por medio del contrato. La prueba más


35

ostensible del sistema de protección del contrato lo hallamos

en el «saneamiento por evicción» y el «saneamiento por

vicios ocultos» al que legalmente se hallan sujetos los

transmitentes en un contrato, se origina un punto de

protección con el que se propicia que en caso que el

adquiriente sea despojado del objeto por acción

reivindicatoria de un sujeto con mejor título de derecho

(reipersecutoriedad), entra en juego la «garantía por

evicción» y el enajenante debe devolverle no solamente el

valor de la cosa, sino también los gastos legales del contrato

y de la acción emprendida de contrario, en su caso. Del

mismo modo ocurre con los «vicios ocultos» del bien

transmitido. De modo que, una cosa es la «garantía de los

contratos» y otra son los «contratos de garantía». Estos

últimos en sí contienen las dos virtudes, es decir, son

garantía genérica de su contenido para los sujetos que los

han suscrito y además contienen como parte de su objeto, el

mérito de asegurar el cumplimiento de otro contrato u

obligación distinta. Ejemplo de estos últimos son los


36

contratos de aval, comfort letter, stand-by letter, fianza,

prenda, hipoteca, anticresis, seguro, etc.

1.9 INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS


Interpretar un texto consiste en atribuir significado preciso a

sus palabras. La interpretación de cualquier texto es

fundamental, y especialmente lo es en materia de contratos,

porque de ella depende la posterior calificación jurídica y

determinación de los efectos que el ordenamiento asigna a

la manifestación de la voluntad comprendida en sus

términos. Tratándose de los contratos su interpretación

tendrá en esencia que definir la causa, el objeto y las

manifestaciones de voluntad con integración de aquello que,

no siendo esencial, falte a su perfección (principio de

integración del contrato). El problema de la incoherencia del

contrato, en caso de discordia entre las partes, se traslada al

juez, que aplicará las reglas interpretativas conforme al

principio de legalidad.
37

Modos De Interpretación

Existen varios métodos de interpretación que pueden variar

según el Código Civil que rija. Pero, se observan

básicamente dos corrientes, dos métodos de interpretación:

el que propone analizar el texto (literalmente) y el que

propone encontrar la intención común de las partes, o sea,

qué fue lo que los autores quisieron decir. Varios autores

entienden que llegar a conocer la voluntad común de las

partes es muy complejo y aumenta la discrecionalidad del

juez.

Pautas de interpretación

Las cláusulas susceptibles de dos sentidos, del uno de los

cuales resultare la validez, y del otro la nulidad del acto,

deben entenderse en el primero. Las cláusulas equívocas o

ambiguas deben interpretarse por medio de los términos

claros y precisos empleados en otra parte del mismo escrito.

Los hechos de los contrayentes, posteriores al contrato, que

tengan relación con lo que se discute, servirán para explicar

la intención de las partes al tiempo de celebrar el contrato.


38

Las cláusulas ambiguas se interpretan por lo que es de uso

y costumbre en el lugar del contrato.

Interpretación a favor del deudor

Las cláusulas ambiguas deben interpretarse a favor del

deudor (favor debitoris). Pero las cláusulas ambiguas, u

oscuras, que hayan sido extendidas o dictadas por una de

las partes, sea acreedora o deudora, se interpretarán contra

ella, siempre que la ambigüedad provenga de su falta de

explicación. Lo anterior, recoge una antigua regla romana

(interpretatio contra stipulator), su fundamento se encuentra

en el principio de la responsabilidad, que impone la carga de

hablar claro. Así la oscuridad del pacto debe perjudicar al

declarante. La generalidad de las leyes de defensa del

consumidor establece que ante la duda debe interpretarse a

favor del consumidor.

Teoría sujetivista

Según esta teoría, el juez debe buscar la solución basado en

las intenciones que hayan tenido las partes al momento de


39

contratar. La labor del juez consistiría, entonces, en

investigar estas intenciones.

Teoría objetivista

El juez debe evaluar los datos objetivos que emanan del

acuerdo para precisar cual fue la intención común de las

partes.

Teoría de la imprevisión

La teoría de la imprevisión también se aplica a los contratos,

en caso que, por cambios radicales en las condiciones

económicas generales, la satisfacción del contrato se le

haga en exceso gravosa, y deban ajustarse las condiciones

del contrato para que se asemejen a lo que las partes

tuvieron en mente originalmente.

Ineficacia de los contratos

Son ineficaces los contratos que carezcan de alguno de los

elementos esenciales, o aunque éstos se dieren, no

obstante estuvieran viciados de algún modo. La ineficacia

tiene distintas manifestaciones y efectos según la clase de

invalidez que se cause al contrato. A este respecto son


40

consecuencia invalidantes típicos:

la anulabilidad, nulidad, rescisión, resolución, o revocación.

Responsabilidad Contractual

La responsabilidad contractual es aquella que nace del

contrato (a diferencia de la responsabilidad extracontractual)

y requiere que la parte (sujeto) que la exige se halle ligada

mediante un nexo contractual a la persona que la debe.

La inejecución de los contratos y la responsabilidad

contractual

El contrato puede ser mal ejecutado o no ser ejecutado del

todo. En estos casos, el acreedor tiene el derecho de acudir

a las instancias judiciales, para obligar al deudor a satisfacer

forzosamente el contrato o a ser indemnizado por daños y

perjuicios. Tratándose de obligaciones de hacer, el

cumplimiento forzoso no es posible. La falta contractual es

una conducta antijurídica imputable al deudor. El

incumplimiento debe ser culposo o doloso. Algunos

ordenamientos, que siguen la teoría subjetivista de la

valoración de la responsabilidad, toman en cuenta el dolo


41

para agravar la responsabilidad del deudor. En ciertas

obligaciones, ni siquiera la fuerza mayor exime del

cumplimiento de la deuda, por ejemplo, en las obligaciones

de entregar una suma de dinero.

1.10 CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS

Citamos, a continuación, las clases más comunes, sobre las

cuales la doctrina es coincidente, y que son:

Contratos unilaterales y bilaterales

Contrato unilateral: es un acuerdo de voluntades que

engendra obligaciones solo para una parte.

Contrato bilateral: es el acuerdo de voluntades que da

nacimiento a obligaciones para ambas partes. Cuando en un

contrato unilateral existen obligaciones que impliquen la

transferencia de una cosa, si esta se destruye por caso

fortuito o fuerza mayor es necesario poder establecer quién

debe de sufrir la pérdida. La cosa siempre perece para el

acreedor (en los contratos traslativos de dominio el acreedor

es el dueño; mientras en los contratos traslativos de uso, el

acreedor a la restitución es el dueño y la cosa perece para


42

él). Si el contrato fuere bilateral no habría posibilidad de

plantear el problema, porque esta cuestión supone que

siendo las obligaciones recíprocas, una parte no cumple

entregando la cosa, por un caso de fuerza mayor y en

atención a esto la otra parte debe cumplir, ya que no es

imputable el incumplimiento del deudor. La excepción de

contrato no cumplido (exceptio non adimpleti). En todos los

contratos bilaterales, que generan obligaciones recíprocas,

cuando una parte no cumple o se allana a cumplir, carece de

derecho para exigir a la otra el cumplimiento de su

obligación, y si a pesar de ello pretendiera exigir

judicialmente el cumplimiento por una demanda, el

demandado le opondrá la excepción de contrato no

cumplido. La exceptio non adimpleti no puede presentarse

en los contratos unilaterales, por una sencilla razón de que

en ellos solo una de las partes está obligada, y si no cumple,

la otra podrá judicialmente exigir ese cumplimiento, sin que

pueda oponérsele dicha excepción, ya que no tiene por su

parte ninguna obligación que realizar.


43

Contratos onerosos y gratuitos

Contrato oneroso: es aquél en el que existen beneficios y

gravámenes recíprocos, en éste hay un sacrificio equivalente

que realizan las partes (equivalencia en las prestaciones

recíprocas); por ejemplo, la compraventa, porque el

vendedor recibe el provecho del precio y a la vez entrega la

cosa, y viceversa, el comprador recibe el provecho de recibir

la cosa y el gravamen de pagar.

Contrato gratuito: sólo tiene por objeto la utilidad de una de

las dos partes, sufriendo la otra el gravamen. Es gratuito, por

tanto, aquel contrato en el que el provecho es para una sola

de las partes, como por ejemplo el comodato.

Contratos conmutativos y aleatorios

Contrato conmutativo: es aquel contrato en el cual

las prestaciones que se deben las partes son ciertas desde

el momento que se celebra el acto jurídico, un ejemplo muy

claro es el contrato de compraventa de una casa.

Contrato aleatorio: es aquel que surge cuando la

prestación depende de un acontecimiento futuro e incierto y


44

al momento de contratar, no se saben las ganancias o

pérdidas hasta el momento que se realice este

acontecimiento futuro. Ejemplos son el contrato

de compraventa de cosecha llamado de "esperanza",

apuestas, juegos, etc. Entre las características comunes de

los contratos aleatorios destacan: La incertidumbre sobre la

existencia de un hecho, como en la apuesta, o bien sobre el

tiempo de la realización de ese hecho (cuándo). La

oposición y no sólo la interdependencia de las prestaciones,

por que cuando la incertidumbre cesa, forzosamente una de

las partes gana y la otra pierde, y, además, la medida de la

ganancia de una de las partes es la medida de la pérdida de

la otra. Es importante señalar que el Diccionario de la lengua

española, define al término aleatorio, del latín "aleatorius" el

cual significa, propio del juego de dados; adj. Perteneciente

o relativo al juego de azar.

Contratos Principales y Accesorios

Contrato principal: es aquel que existe por sí mismo, en

tanto que los accesorios son los que dependen de un


45

contrato principal. Los accesorios siguen la suerte de lo

principal porque la nulidad o la inexistencia de los primeros

originan a su vez, la nulidad o la inexistencia del contrato

accesorio. Contratos accesorios: son también llamados "de

garantía", porque generalmente se constituyen para

garantizar el cumplimiento de una obligación que se reputa

principal, y de esta forma de garantía puede ser personal,

como la fianza, en que una persona se obliga a pagar por el

deudor, si éste no lo hace; o real, como el de hipoteca, el

de prenda, en que se constituye un derecho real sobre un

bien enajenable, para garantizar el cumplimiento de una

obligación y su preferencia en el pago. La regla de que lo

accesorio sigue la suerte de lo principal, sufre en ciertos

casos excepciones, porque no podría existir el contrato

accesorio, sin que previamente no se constituyese el

principal; sin embargo, el Derecho nos presenta casos que

puede haber fianza, prenda o hipoteca, sin que haya todavía

una obligación principal, como ocurre cuando se

garantizan obligaciones futuras o condicionales.


46

Contratos instantáneos o de tracto sucesivo

Contratos instantáneos, o de tracto único, son aquellos que

se cumplen en el mismo momento en que se celebran, es

decir, su cumplimiento se lleva a cabo en un solo

acto. Contrato de Tracto Sucesivo: es aquel en que el

cumplimiento de las prestaciones se realiza en un periodo

determinado, y que, por deseo de las partes se puede

extender para satisfacer sus necesidades primordiales y

éstos términos pueden ser: (a) Ejecución continuada:

ejecución única pero sin interrupción.

(b) Ejecución periódica: varias prestaciones que se ejecutan

en fechas establecidas. (c) Ejecución intermitente: se da

cuando lo solicita la otra parte. Características de las

ejecuciones son: La ejecución es autónoma de las demás,

por lo que cada acto es autónomo. Existe una retroactividad

por cada acto jurídico que se realice. Si se presenta un

elemento antijurídico, lo que procede es anular alguna

prestación ya realizada.
47

Contrato consensual y real

Contrato consensual: por regla general, el consentimiento

de las partes basta para formar el contrato; las obligaciones

nacen tan pronto como las partes se han puesto de acuerdo.

El consentimiento de las partes puede manifestarse de

cualquier manera. No obstante, es necesario que la voluntad

de contratar revista una forma particular, que permita por

medio de ella conocer su existencia. No es la simple

coexistencia de dos voluntades internas lo que constituye el

contrato; es necesario que éstas se manifiesten al exterior.

Contrato real: queda concluido desde el momento en que

una de las partes haya hecho a la otra la tradición o entrega

de la cosa sobre la que versare el contrato.

Contrato formal, solemne o no solemne, y no formal

Contrato formal: es aquel en que la ley ordena que el

consentimiento se manifieste por determinado medio para

que el contrato sea válido. En la legislación se acepta un

sistema ecléctico o mixto respecto a las formalidades,


48

porque en principio, se considera que el contrato es

consensual, y sólo cuando el legislador imponga

determinada formalidad debe cumplirse con ella, porque de

lo contrario el acto estará afectado de nulidad. Por ejemplo

la compraventa de inmuebles que debe otorgarse por

escritura pública.

Contrato formal solemne: es aquel que además de la

manifestación del consentimiento por un medio específico,

requiere de determinados ritos estipulados por la ley para

producir sus efectos propios, por ejemplo el Matrimonio. Las

formalidades serán ad probationem cuando deben ser

realizadas con fin de poder demostrar la celebración de un

acto; por lo general consiste en realizar el acto ante notario o

funcionario público al efecto. Las formalidades serán Ad

solemnitatem cuando la voluntad de las partes, por exigencia

legal requiere una formalidad particular sin la cual el contrato

no tiene eficacia jurídica. La distinción entre contratos

formales y solemnes estriba en lo referente a la sanción. La

falta de forma origina la nulidad relativa; la falta de

solemnidad ocasiona la inexistencia.


49

Contrato privado y público

Contrato privado: es el realizado por las personas

intervinientes en un contrato con o sin asesoramiento

profesional. Tendrá el mismo valor que la escritura pública

entre las personas que los suscriben y sus

causahabientes Contrato público: son los contratos

autorizados por los funcionarios o empleados públicos,

siempre dentro del ámbito de sus competencias, tiene una

mejor condición probatoria. Los documentos notariales son

los que tienen una mayor importancia y dentro de ellos

principalmente las escrituras públicas.

Contrato nominado o típico e innominado o atípico

Contrato nominado o típico: es aquel contrato que se

encuentra previsto y regulado en la ley. Por ello, en ausencia

de acuerdo entre las partes, existen normas dispositivas a

las que acudir. (Compraventa, arrendamientos...).

Contrato innominado o atípico: es aquel para el que

la ley no tiene previsto un nombre específico, debido a que

sus características no se encuentran reguladas por ella.


50

Puede ser un híbrido entre varios contratos o incluso uno

completamente nuevo. Para completar las lagunas del

derecho o situaciones no previstas por las partes en el

contrato, es necesario acudir a la regulación de contratos

similares o análogos.

Es importante mencionar que los contratos innominados no

son los que no están previstos por el Código Civil, porque

todos los contratos lo están; simplemente son los que no

están expresamente definidos en sus artículos aunque, sin

perjuicio de que las partes los definan expresamente en el

momento de contratar, en el marco de su autonomía de la

voluntad.

Contratos determinados únicamente en su género

Son aquellos en los que solo se hace mención a la cantidad

y calidad del objeto del contrato, por Ej.: La venta de 100

toneladas métricas de soya. Como se puede observar no se

está indicando qué soya se vende, en este caso debe

presumirse que la calidad es de término medio.


51

Por su publicidad

Públicos: cuando son realizados bajo la autoridad

de notarios o jueces.

Privados: son los contratos otorgados por las partes

contratantes sin la autorización o la existencia de fedatario

público, aunque pueden contar con la presencia de testigos.

En la interpretación de los contratos, es importante tomar en

cuenta los elementos que existen y poder analizarlo de

mejor manera, por ejemplo: la conducta de las partes: esto

es lo que los comparecientes dejan establecido en el

contrato, entiéndase el fin de su voluntad; la unión y lógica

de las clausulas: la coherencia que debe existir en la

redacción del contrato entre sus clausulas; la practica

consuetudinaria: esto se toma muy en cuenta dependiendo

del lugar donde se efectúa el contrato; la finalidad del

negocio: por ultimo en la interpretación que se realiza del

contrato, es importante establecer cual es el objetivo del

mismo, sobre todo, tener muy en cuenta este ultimo


52

elemento si llegare a existir controversia en la interpretación

del mismo.

Asimismo en lo referente a la división de los contratos, en la

legislación guatemalteca se le conoce de esta forma, así

también en el derecho comparado se le puede encontrar

como división o características de los contratos,

considerando que una mejor forma de comprensión y

análisis de cada contrato civil es como características.


CAPITULO II

2.1 LA COMPRAVENTA
Doctrinaria y legislativamente, hay varios enfoques sobre el

contrato de compraventa, pues algunos autores y

legislaciones (El Código Civil de Guatemala, entre ellos), lo

tipifican como un contrato traslativo de dominio (un contrato

cuyo efecto inmediato es la transferencia del dominio de una

cosa o derecho).Finalmente, para otros (incluyendo la gran

mayoría de los autores y Códigos Civiles de América Latina

y España), la compraventa no tiene efectos traslativos de

dominio, ni tiene por objeto la transferencia de la titularidad

de una cosa, sino que sólo tiene efectos obligatorios,

constituyendo el título para la transferencia, pero requiriendo

del “modo” para que se perfeccione.

El Código Civil (artículo 1,790), indica que “por el contrato de

compraventa, el vendedor transfiere la propiedad de una

cosa y se compromete a entregarla y el comprador se obliga

a pagar el precio en dinero”. Sin mayor dificultad surgen las

características de la compraventa en Guatemala: a) que es

53
54

un contrato traslativo de dominio; b) que la obligación

esencial del vendedor es entregar la cosa; y c) que la

obligación esencial del comprador es pagar el precio.

Nuestro Código Civil sigue así, en forma absoluta, la

corriente que da a la compraventa un efecto real (traslativo

de dominio).

El artículo 1,470 del Código Civil italiano dice que “la venta

es un contrato que tiene por objeto la transferencia de la

propiedad de una cosa o la transferencia de otro derecho

contra la compensación de un precio”.

Domenico Barbero8 aclara que cuando el Código Italiano

hace referencia al “objeto” del contrato de compraventa, se

refiere a la finalidad o intención de las partes puesto que no

siempre ocurre la transferencia del dominio al perfeccionarse

la compraventa. La compraventa tiene efecto real (traslativo

de dominio), cuando la cosa es cierta, actual, determinada y

propiedad del vendedor; pero producirá efectos simplemente

8
Domenico Barbero, “Los Contratos” ; 1967, pág.6
55

obligatorios, cuando el objeto de la compraventa es una

cosa futura, de géneros o de cosa ajena.

Para el Código Civil Argentino (artículo 1,323) habrá

“compraventa” cuando una de las partes se obligue a

transferir a la otra la propiedad de una cosa y ésta se obligue

a recibirla y a pagar por ella un precio cierto en dinero”.

Fernando J. López de Zavalía9 comenta que el contrato es

un mero título de transferencia, pero que para la transmisión

de un derecho real, se requiere además del “modo”

(tradición en el caso de muebles e inscripción registral en

cuanto a inmuebles y demás bienes sujetos a inscripción). El

contrato en sí mismo no es traslativo de dominio, sino

solamente establece la obligación recíproca de las partes a

hacerlo.

Los autores citados, analizan los efectos y consecuencias

diferentes que tiene la compraventa, según cuál sea el

enfoque del contrato y nos limitaremos a señalar las críticas

que se hacen al sistema que sigue nuestro Código Civil:

9
Fernando J. López de Zavalía, Teoría de los Contratos Pag. 28
56

a) Por una parte, se señala que es aceptable el contrato

de compraventa en sí mismo traslativo de dominio, sin

necesidad de tradición, si el objeto es cierto, actual y

propiedad del vendedor o del cual el vendedor pueda

disponer; por lo que en el caso de venta de cosas

futuras, de cosas fungibles (géneros) o de cosa ajena,

la venta no puede ser traslativa de dominio, pues es

imposible transmitir la propiedad de cosas que no

existen, de un género o de cosas de las que no puede

disponer el vendedor por no ser de su propiedad. Es

por ello que, en el caso de venta de cosas futuras, la

misma no se perfeccionará sino hasta que éstas

existan y sean determinadas; en la venta de cosas

genéricas; habrá que individualizarlas para que el

contrato pueda surtir sus efectos; y en la venta de

cosa ajena; el vendedor adquiere primordialmente la

obligación de adquirirla, para poder transmitir su

dominio al comprador;

b) Por la otra, se señala que si el contrato fuere siempre

traslativo de dominio, no se podría explicar por qué


57

hay casos en que la compraventa surte efectos

diferentes entre las partes y ante terceros. Se señala,

particularmente, que la venta es traslativa de dominio

entre las partes; pero que ante terceros, el contrato en

sí mismo no transmite el dominio, sino que se

requiere de formalidades, tales como la tradición

(particularmente en lo que se refiere a muebles) o la

inscripción registral. Es por ello que las legislaciones

admiten que, cuando una cosa se vende dos veces, la

segunda compraventa pueda producir efectos

jurídicos y aun prevalecer sobre la primera.

c) Finalmente, se señala que, quiérase o no, la tradición,

real o formal (inscripción registral) es necesaria que la

compraventa surta todos sus efectos, pues la principal

obligación del vendedor es la entrega de la cosa

(tradición real) y para que la compraventa produzca

efectos ante terceros, si su objeto es registrable, se

requiere de la inscripción registral. Lo que ocurre es

que, en los países que siguen el sistema de la

compraventa obligacional, la tradición (modo de


58

transmitir el dominio), es necesario para que la

compraventa se perfeccione; en tanto que en

Guatemala y oros países en que la compraventa en sí

misma traslativa de dominio, la entrega de la cosa no

es necesaria para que se perfeccione el contrato o se

transmita el dominio.

2.2 CLASIFICACIÓN
La compraventa es un contrato:

a) Consensual: El artículo 1,791 del Código Civil

literalmente dice que “El contrato de compraventa

queda perfecto entre las partes desde el momento en

que convienen la cosa y en el precio, aunque ni la una

ni el otro se hayan entregado”. Por lo tanto, existe el

contrato entre las partes, desde que hay

consentimiento en la cosa y el precio.

Los profesores Henri, Leon y Jean Mazeaud10afirman

que la consensualidad en el contrato de compraventa,

se manifiesta porque “el consentimiento del vendedor

y del comprador es suficiente en principio, para unir a

10
Mazeud, Henri Leon . Lecciones de Derecho Civil. Parte III, pág.20.
59

las partes, en ausencia de toda formalidad” y la

compraventa surte efectos entre las partes, sin

necesidad de entrega de la cosa o pago del precio y

aún no existe un documento que la formalice.

b) Traslativo de Dominio: Su efecto natural y

fundamental es transmitir la propiedad de una cosa al

comprador, de allí que cualquier contrato en que se

transmita a la otra parte, derechos reales que no sean la

propiedad, no será compraventa pura, sino alguna

modalidad de ella, como cesión de derechos o créditos.

c) Bilateral: La compraventa es un contrato bilateral por

excelencia, ya que tanto el comprador, como el vendedor

resultan obligados: uno a entregar la cosa cuya

propiedad transmitió al comprador y el otro, a pagar el

precio. No habría compraventa, sino donación; si el

comprador no tiene la obligación de pagar el precio y

tampoco habría compraventa si el vendedor no tiene que

entregar la cosa en propiedad al comprador.

a) Conmutativo: Normalmente, es posible para las

partes apreciar inmediatamente el beneficio o la


60

pérdida que les causa el contrato, pues las

prestaciones son ciertas y determinadas (la cosa y el

precio). Sin embargo, habría compraventa aleatoria,

si el objeto del contrato lo es una “esperanza

incierta”, una cosa litigiosa o un derecho hereditario.

b) Sinalagmático Perfecto: Desde el origen del contrato

de compraventa, se crean obligaciones recíprocas de

las partes, de modo que cada uno es a su vez

acreedor y deudor del otro.

c) De ejecución instantánea: Normalmente, la

compraventa es de ejecución instantánea, pues su

efecto traslativo de dominio se consuma en el mismo

momento en que se celebra el contrato. Sin embargo,

existen casos como la compraventa sujeta a

condición suspensiva, la compraventa con reserva de

dominio, la compraventa de cosas futuras y de

géneros, en que la transmisión del dominio se difiere

hasta que ocurre determinada circunstancia (la

realización de la condición, el pago íntegro del precio,

la determinación de la cosa, etc).


61

d) Solemne: En lo que se refiere a la producción de

efectos hacia tereceros en caso de compraventa de

inmuebles y de otros bienes sujetos a registro, pues

es necesario que el contrato se formalice en escritura

pública y se inscriba en el Registro Público

correspondiente. La falta de formalidades o de

inscripción en el Registro no provoca la nulidad, ni la

ineficacia total del contrato, pues tiene plena validez

entra las partes, aunque el contrato no produce sus

efectos normales (transmisión de dominio, pago del

precio y entrega de la cosa), sino del contrato

“informal” únicamente nace el derecho de las partes

para compelerse recíprocamente en la formalización

del contrato en escritura pública, “si se establecieren

sus requisitos esenciales por confesión judicial del

obligado o por otro medio de prueba escrita”.

(Artículo 1576 del Código Civil). Es interesante

señalar que la compraventa de muebles identificables

puede inscribirse con base de copia legalizada de

escritura pública o de documento legalizado en que


62

conste la transferencia del dominio (artículo 1,214 del

Código Civil) y que el Registro General de la

Propiedad acepta para el efecto, documentos tales

como facturas, pólizas de importación y similares.

e) Principal: Porque subsiste por sí solo.

f) Oneroso: Se estipulan gravámenes y derechos

recíprocos, pues así como el vendedor tiene la

obligación de entregar la cosa en propiedad al

comprador, tiene el derecho de recibir de éste el

precio en dinero e igualmente, a la obligación del

comprador de pagar el precio en dinero, está ligado

el derecho que él tiene a que se le transmita la

propiedad de la cosa y se le entregue a ésta.

2.3 ELEMENTOS

Elementos Personales: Con anterioridad se ha

tipificado la compraventa como un contrato bilateral,

en donde hay dos partes claramente definidas, con

intereses contrapuestos y de cuyo contrato nacen

derechos y obligaciones para ambas partes: el

comprador, obligado a pagar el precio y con derecho


63

a recibir el dominio de la cosa y el vendedor, obligado

a entregar la cosa, a transmitir su dominio y a recibir

el precio.

Las partes del contrato pueden ser personas

individuales o jurídicas; unipersonales o

multipersonales (es posible que los comuneros

vendan el inmueble que tienen en copropiedad o

entre todos adquieran en forma proindivisa otro bien,

en cuyo caso serían conjuntamente la parte

vendedora o la parte compradora, respectivamente),

es decir los elementos personales son: El comprador

y el vendedor.

Del Comprador: La capacidad de ejercicio es

necesaria para poder comprar. Por ello, toda persona

mayor de edad, puede comprar bienes que estén en

el comercio y el mandato general que otorgue no

requiere cláusula o facultad especial para que su

mandatario pueda comprar. (Artículos 1,611 C.C,

gestión de negocios, artículos 47 y 163 CC, Compra


64

de bienes para la sociedad, artículos 47 y 54 C.de c,

facultades especiales.

Por esa misma razón, lo menores e incapaces no

puedan comprar por sí mismos mercancías o bienes

de cierto valor. Decimos “de cierto valor”, pues todos

sabemos que los menores pueden realizar y en efecto

realizan constantemente compraventas “ínfimas”, al

adquirir confites, refrescos, alimentos y, si se quiere,

hasta vestuario, utilizando para ello fondos de que

disponen. Sin embargo, cuando hablamos ya de

mercancías o productos de cierto valor, así como de

inmuebles, se hace evidente esa incapacidad, pues

los menores no pueden directamente celebrar el

contrato, requiriéndose la intervención de sus

representantes legales, quienes deben observar

especial diligencia.

La gestión de negocios en el polo comprador es

usual, particularmente cuando el precio ha sido

pagado y sólo falta la formalización del contrato. Por

supuesta, será necesaria la ratificación por parte del


65

comprador (Artículo 1,611 del Código Civil), para que

éste quede obligado y adquiera los derechos

derivados de la compraventa.

El representante legal de una persona jurídica tiene,

en nuestra opinión, personería para adquirir bienes

que ésta requiere para su “giro ordinario” o la

realización de su objeto, sin necesidad de

autorización especial, de conformidad con lo que

disponen los artículos 47 y 163 Código de Comercio.

Cuando se trata de la adquisición de bienes para

otros fines, el administrador o el representante legal

necesitará autorización del órgano correspondiente

(arts. 47 y 54 del Código de Comercio).

Existen incapacidades especiales para la

compraventa como lo que establece el Artículo 1793

del Código Civil, los esposos, administradores no

pueden comprar bienes que administran, auxiliares

del juez (depositarios, interventores), no puede

comprar lo que tiene a su cargo, jueces, abogados,

funcionarios judiciales, representantes de las partes


66

(bienes objeto de proceso en que han intervenido)

intermediarios mercantiles y notarios (cosas cuya

venta se hace con su intervención), mandatario los de

su mandante (sin consentimiento expreso), albaceas

bienes de la testamentaria; toda venta entre padres e

hijos y entre convivientes para efectos fiscales se

reputa como una donación.

Veamos:

Esposos: Ni el marido puede comprar bienes de su

esposa, ni ésta puede comprar bienes del marido, aún

si el régimen económico de su matrimonio fuere de

“separación absoluta” (Artículo 1,792 del Código

Civil). Este es un reflejo del respeto que jurídicamente

siempre ha merecido el matrimonio y del esfuerzo de

los legisladores de evitar negocios entre los

cónyuges, para que esa institución civil no se

“mercantilice”.

Tradicionalmente se ha sostenido que el fin del

matrimonio es que una mujer y un hombre convivan

con ánimo de permanencia y de mutuo auxilio y juntos


67

críen, alimenten y eduquen a sus hijos (Artículo 78 del

Código Civil) y que la celebración de contratos y

negocios onerosos entre los conyugues desnaturaliza

el matrimonio y puede tener consecuencias

indeseables en cuanto al mismo.

Sin embargo, la prohibición (como norma restrictiva

que es), debe interpretarse en forma escrita, en el

sentido de que el único contrato traslativo de dominio

que los conyugues no pueden celebrar, es la

compraventa ( y también la permuta, pues éstas se

rige por las normas de la compraventa, según el

artículo 1852 del Código Civil) y las adjudicaciones

derivadas de partición del patrimonio conyugal

sometido al régimen económico de comunidad

absoluta o de comunidad de gananciales (el artículo

1,792 del Código Civil, le llama “sociedad conyugal).

Administradores: Quienes administran bienes

ajenos, no pueden comprar aquellos que tienen bajo

su cuidado (artículo 1,793 inciso 1) del Código Civil).

En esta posición se encontrarían, por ejemplo, los


68

administradores de personas jurídicas; quienes

ejercen la patria potestad, pues no pueden adquirir

por compraventa los bienes o derechos del menor

(Artículo 267 del Código Civil); el tutor y sus parientes

quedan incluidos en esta prohibición, en lo que se

refiere a los bienes del pupilo (artículo 336, inciso 1 y

337 del Código Civil); los depositarios “contractuales”

y comodatarios.

Auxiliares del Juez: Los depositarios judiciales,

interventores, síndicos y liquidadores, no pueden

comprar los bienes que tiene a su cargo. Nótese que

en este caso se trata de personas que desempeñan

funciones “auxiliares” del juez, designadas por éste

para la custodia y cuidado de cosas litigiosas o que

pueden ser objeto de un proceso judicial como lo

establece el artículo 1,793 inciso 2 del Código Civil. El

artículo 385 del Código Procesal Civil y Mercantil,

extiende esa prohibición a síndicos, depositarios,

expertos, y miembros del Tribunal en que se radicare


69

un concurso o quiebra, en cuanto a los bienes del

deudor.

Jueces, Abogados, Funcionarios y Empleados

Judiciales y Representantes de Partes: Los jueces

y demás funcionarios y empleados judiciales, así

como los abogados, procuradores, expertos y

mandatarios judiciales, tienen prohibición de adquirir

los bienes objeto del proceso en que han intervenido

(Artículo 1793 inciso 3) del Código Civil).

Intermediarios Mercantiles y Notarios: Tienen

prohibición de comprar las cosas cuya venta se hace

con su intervención, los corredores y los notarios

encargados de faccionar el acta de remate de tales

bienes (Artículo 1,793 inciso 4) del Código Civil, hace

extensiva esta prohibición también a los

comisionistas, en cuanto a los bienes que han

recibido para su venta.

Mandatario: Dice textualmente la norma contenida en

el inciso 5 del artículo 1,793 Código Civil, “No pueden

comprar para sí, ni por interpósita persona… 5º El


70

mandatario., los del mandante sin el consentimiento

expreso de éste…”.

Haciendo un análisis, esta prohibición se aplicaría

únicamente en el caso de que el comprador, siendo

mandatario del vendedor, actúa en esa calidad y

además, como comprador en el contrato de

compraventa (autocontrato). No podría ser de otra

manera, pues si el vendedor contrata por sí mismo y

el comprador procede también en su propio nombre,

no tiene trascendencia jurídica alguna al que éste sea

mandatario del vendedor son de la misma persona y

ésta ocupa los dos polos del contrato. El legislador

repite, en este caso, el principio que ya se vió al

comentar el artículo 1,694 CC; es necesario el

consentimiento o autorización expresa del mandante,

para que el mandatario pueda representarlo en una

compraventa a favor del propio mandatario y también

se requiere de ese consentimiento, para que el

mandatario, (en esa calidad) pueda adquirir bienes de

su mandante.
71

Albaceas: Es prohibido al albacea adquirir los bienes

de la testamentaría (masa hereditaria), mientras no

estén aprobadas las cuentas de su gestión ( artículo

1,793, inciso 6 Código Civil), lo que no es más que

una repetición , casi literal, de la norma contenida en

el artículo 1,057 Código Civil.

De conformidad con lo que dispone el artículo 1,301

del Código Civil, los contratos de compraventa que se

realizaren entre las partes a que se refieren los

incisos 2, 3,4 y 6 del artículo 1,793, serían nulas de

pleno derecho, por ser contrarias a las leyes

prohibitivas expresas, en cambio los contratos

celebrados entre las partes a que se refiere el artículo

1,792 y los incisos 1 y 5 del artículo 1,793, carecerían

de nulidad relativa y podrían convalidarse por

ratificación.

Extranjeros: El artículo 123 de la Constitución

Política de la República de Guatemala, establece que

sólo los guatemaltecos naturales, podrán ser

propietarios o poseedores de inmuebles situados


72

dentro de una faja de 15 kilómetros de ancho, a lo

largo de las fronteras terrestres y el artículo 122 de

ese mismo cuerpo legal, señala que los extranjeros

necesitan autorización del Ejecutivo, para adquirir

bienes inmuebles situados en zonas urbanas

comprendidas dentro de las áreas de reserva

territorial del Estado, así como bienes raíces

comprendidos en tales áreas de reserva, sobre los

cuales existan derechos inscritos antes del 1 de

marzo de 1956.

Hijos y Convivientes: La Ley de Herencias, legados

y donaciones (artículo 35 Decreto 431 del Congreso)

establece que para fines fiscales, toda venta de

bienes entre padres e hijos y entre convivientes, se

reputa donación. No se trata, en este caso, de una

“incapacidad especial”, que los hace nulos o

anulables, en el c aso que el comprador sea hijo o

concubino del vendedor, el contrato es perfecto y

válido, pero produce efectos fiscales diferentes de los

que corresponde a la compraventa.


73

Del Vendedor: El vendedor debe tener capacidad de

ejercicio para poder válidamente vender bienes

(artículo 8 Código Civil).

2.4 ELEMENTOS REALES


Son la cosa vendida y el precio de la misma.

Los elementos reales del contrato de compraventa son: por

una parte la cosa vendida, y por la otra el precio de la

misma.

a) La cosa: De conformidad con los artículos 1,301 y 1,538

del Código Civil, la cosa objeto de un contrato debe ser lícita,

presente o futura, pueden ser además, corpóreas e

incorpóreas, muebles o inmuebles, principales o accesorias:

I) Licitud: Pueden ser objeto de compraventa todas las

cosas que “están en el comercio de los hombres” o como

dice el artículo 443 del Código Civil; las cosas que no están

excluidas del comercio por su naturaleza o por disposición

de la ley.
74

El artículo 444 nos señala que están fuera del comercio, por

su naturaleza, las que no pueden ser poseídas

exclusivamente por ninguna persona (por ejemplo el aire, la

luz, el mar) y por disposición de la ley, las que ella declara

irreductibles a propiedad particular ( por ejemplo, los bienes

nacionales de uso común).

Por otra parte, debemos recordar que los derechos

personalísimos no pueden ser objeto de enajenación y que

en esa categoría entran los llamados “derechos a la

personalidad” (nombre, patrimonio), los bienes sometidos a

patrimonio familiar (artículo 356 del Código Civil) los

derechos de uso y habitación (artículo 748 del Código Civil)

los derechos políticos y los derechos humanos.

Por lo tanto, cualquier compraventa cuyo objeto fue alguno

de los bienes, derechos o cosas antes mencionados, sería

absolutamente nula, por no tener objeto lícito, de

conformidad con lo que dispone el artículo 1,301 del Código

civil.
75

II) Presente o futura (Cosa Esperada y Esperanza): La

venta de cosas presentes, o sea que existen en el momento

de celebrarse el contrato, no presenta dificultad alguna, si la

cosa es identificada debidamente y es entregada al

comprador. El derecho de suceder a una persona que no ha

fallecido cuyo deceso se ignora, no es un “bien futuro” que

puede ser objeto de compraventa, ya que de conformidad

con el artículo 1,539 del Código Civil, ese derecho de

suceder no puede ser objeto de un contrato.

El artículo 1,805 del Código Civil, es claro al señalar que las

cosas futuras pueden venderse, antes que existan en

especie. En primer lugar debemos definir que es lo que

caracteriza una “cosa futura” y López de Zavalía11 nos

señala que es la que puede llegar o no a existir en el futuro.

El mismo autor trae a la cuenta una serie de problemas que,

en la práctica, surgen de ese concepto y nos señala

diferentes clases de “cosas futuras”.

11
López de Zavalía, Teoría de los Contratos, Tomo II, parte especial 1, pág.61.
76

En la compraventa de cosas futuras se presentan, por todo

lo expuesto, tres situaciones fundamentales: la venta de

cosa futura esperada “emptio rei speratae”, “la venta de

esperanza incierta “emptio spei” y la venta de cosa futura sin

garantía de cantidad.

III) Determinada o determinable: La cosa objeto del

contrato debe ser determinada, por lo menos, en su especie,

calidad y cantidad.

IV) Córporea e Incorpórea: Las cosas corpóreas o sea

aquellas que tienen una existencia material y que pueden

ser aprehendidas o poseídas físicamente, no presentan

problema alguno, pues obviamente pueden ser objeto de

compraventa. En cuanto a las cosas incorpóreas, que

fundamentalmente están constituidas por derechos, tampoco

hay discusión acerca de su transmisibilidad a título oneroso,

pero únicamente cabe definir si su transferencia se realiza a

título de compraventa o de cesión.

V) Cosas en Tránsito: En la venta de cosas en tránsito, el

comprador “podrá resolver el contrato si no llegaren en buen


77

estado y en el tiempo convenido”. Deducimos de dicha

norma que la venta de cosas en tránsito se sujeta a una

triple condición resolutoria: a) que la cosa llegue a su

destino; b) que arribe en buen estado; c) en el tiempo

convenido, de modo que el contrato se resuelve al no

realizarse alguna de tales condiciones. Normalmente, la

compraventa de cosas en tránsito se realiza mediante el

endoso o transferencia de los títulos representativos de las

mismas (carta de porte, conocimiento de embarque, etc.).

I) Derechos litigiosos y cosas litigiosas; cosas con

gravámenes, limitaciones o cargas: La doctrina diferencia

los derechos litigiosos, de las cosas litigiosos, señalando que

“derecho litigoso” es el que tiene el actor, de plantear una

controversia judicial o en otras palabras, es la “pretensión”

en tanto que cosas litigiosas son aquellas sobre las que

recae o puede recaer un derecho litigioso. En otras palabras

el actor, tiene un derecho litigioso y el demandado, posee

una cosa litigiosa. Por ello el objeto de compraventa de

derecho litigioso, sería un bien incorpóreo o un derecho) en

tanto que la venta de cosa litigiosa, el vendedor transmite el


78

dominio de la cosa que es o puede ser objeto de un litigio.

Dice Mazeaud12 “el actor tiene un derecho presente, pero

aleatorio, si se pierde el litigio, el derecho se esfuma”.

Cosas con gravámenes son los inmuebles gravados con

hipoteca, los muebles y derechos afectados por una prenda

y cosas que tienen limitaciones o cargas serían, por ejemplo,

aquellas que afectadas por un usufructo, o una renta

vitalicia, sujetas a patrimonio familiar, etc.

La venta de un bien inmueble gravado con hipoteca es lícita

y el artículo 836 del Código Civil, declara nulo el pacto en el

cual el propietario de un bien hipotecado asume la

prohibición de enajenarlo, aunque reconoce validez a dicho

pacto en los contratos relativos a créditos bancarios, si así

se hubiere estipulado. Cabe hacer una reflexión al respecto,

pues el efecto de la inscripción registral de ese pacto a favor

de un banco, sería obstáculo a la inscripción de la

transferencia del bien. Diferente es la situación de la

cláusula contractual, usual en contratos no bancarios, por lo

cual el acreedor se reserva el derecho de dar por vencido el

12
Mazeaud, Op. Cit. Pág. 124.
79

plazo de la obligación, en caso el deudor enajenare el bien

hipotecado. No estamos, en este caso, ante una prohibición

de enajenar el inmueble hipotecado; sino ante una

estipulación contractual que aunque no impide la

enajenación de la cosa, abre al acreedor el derecho de

proceder al cobro de la obligación, si el deudor enajena la

cosa hipotecada.

Por otra parte, los bienes muebles pignorados puede ser

objeto de compraventa; pero la disposición de tales bienes

produce diferentes efectos. Así vemos que el artículo 892 del

Código Civil, establece que el deudor o propietario de cosas

dadas en prenda, que disponga de ellas y el adquirente,

quedan obligados y responsables ante el acreedor “civil y

criminalmente” y que de conformidad con el artículo 264,

inciso 10 del Código Penal, comete estafa, quien “dispusiere

de un bien como libre, sabiendo que estaba gravado o sujeto

a otra clase de limitaciones”. Por otra parte, el artículo 914

del Código Civil permite expresamente la venta de bienes

muebles gravados con prenda agraria, ganadera o industrial,

siempre que la venta sea al contado, que el precio cubra la


80

totalidad de lo adeudado, que el deudor de aviso previo al

acreedor y deposite el monto de la deuda en un banco o en

un tribunal.

La transferencia de una cosa gravada con hipoteca o prenda

“transmite la deuda, con todas sus consecuencias y

modalidades, sin necesidad de convenio expreso entre los

interesados (artículo 1,464 del Código Civil). Por supuesto

que para que esa transmisión de obligaciones ocurra, en la

enajenación de la cosa gravada deben haberse cumplido los

requisitos legales o convencionales aplicables.

El artículo 1,805 del Código Civil, permite la venta de cosas

o derechos litigiosos, con gravámenes, limitaciones o

cargas, requiriéndose que el vendedor advierta al comprador

de las circunstancias relativas al litigio y que ello conste en el

contrato, norma que armoniza con lo que dispones el

Artículo 30 del Código de Notariado, que requiere que en los

instrumentos públicos, la parte que se obliga declare si sobre

los bienes o derechos objeto del contrato, existen

gravámenes o limitaciones que puedan afectar los derechos

objeto del contrato, existen gravámenes o limitaciones que


81

puedan afectar los derechos del otro contratante y obliga al

notario a advertir a las partes de las responsabilidades en

que podrían incurrir si no lo hicieren.

II) Inmuebles, muebles identificables y otros bienes

objeto de registro: La compraventa de inmuebles y de

derechos reales sobre inmuebles, se rige por las mismas

normas generales del contrato de compraventa, aunque por

su objeto, se requiere que el contrato se formalice en

escritura pública. Sin embargo, como lo establece el artículo

1,576 del Código Civil en su segundo párrafo, esa formalidad

no es esencial y la omisión de ese requisito formal no es

causal de nulidad del contrato, el que es válido entre las

partes, pero sólo para los efectos de exigir que la

compraventa se formalice en escritura pública, que

recíprocamente pueden exigirse las partes, en la vía

ejecutiva si la existencia del contrato se ha probado

mediante confesión o cualquier otro medio escrito.

b) El precio Es el otro elemento real esencial del contrato de

compraventa, pues si la transmisión de dominio de la cosa

no tiene un precio como contraprestación, estaríamos ante


82

una donación u otro contrato, pero no en presencia de una

compraventa. Así como la transmisión de la propiedad de la

cosa constituye la principal prestación a cargo del

comprador, como lo reconoce el artículo 1,790 del Código

Civil cuando señala que por el contrato de compraventa “el

comprador se obliga a pagar el precio en dinero”.

2.5 CARACTERÍSTICAS DEL PRECIO


I) En dinero: En la compraventa, la prestación del deudor

debe consistir en un pago en dinero o mayoritariamente en

dinero, como lo requieren los artículos 1,790 y 1,853 del

Código Civil, siendo ello lo que diferencia la compraventa de

la permuta, en donde la contraprestación debe ser en bienes

o mayoritariamente en especie.

II) Certeza: El precio debe ser cierto, entendiéndose que el

mismo sea convenido entre las partes o que ellas hayan

convenido en la manera de determinarlo, para lo cual existen

varias alternativas, como sería que las partes lo determinen

y fijen de común acuerdo y en forma expresa., de modo que

no quepa la duda, b) que las mismas partes fijen los

mecanismos para determinarlo o c) que la propia modalidad


83

del contrato, establezca el mecanismo de determinación del

precio.

2.6 EFECTOS DEL CONTRATO

El principal efecto del contrato de compraventa, entre las

partes, es la transmisión del dominio de la cosa al

comprador, aparte que del contrato resultan obligaciones

recíprocas del vendedor (entregar la cosa) y del comprador

(pagar el precio).

El artículo 1,790 del Código Civil describe la compraventa

como el contrato por el cual “el vendedor transfiere la

propiedad de una cosa y se compromete a entregarla y el

comprador se obliga a pagar el precio en dinero” detallando

así los efectos normales del contrato y las obligaciones que

del mismo derivan para las partes.

I) Transferencia de dominio: Entre las partes, éste es el

principal efecto del contrato, pues por el solo consentimiento

de ella en cuanto a la cosa y el precio, se realiza la

transferencia de la propiedad de la cosa al comprador, sin


84

que sea necesaria la entrega de la cosa, ni el pago del

precio.

Es necesario insistir en que el efecto traslativo de dominio

derivado del consentimiento en la cosa y el precio, ocurre

únicamente entre las partes, de modo que no trasciende a

terceros, sino hasta que se realizan hechos posteriores

como la inscripción registral para inmuebles y muebles. La

transferencia de dominio, entre las partes, ocurre

automáticamente, si hay acuerdo en la cosa y el precio,

deviniendo el comprador en propietario de la cosa y

perfeccionándose el contrato. La falta de entrega de la cosa

o la omisión en el pago del precio, no son obstáculo al

perfeccionamiento del contrato; pero si pueden producir su

resolución.

El contrato de compraventa es únicamente título de

transferencia y, para la transmisión plena del dominio, se

requiere del “modo” que puede consistir en la tradición real o

simbólica de las cosas muebles, la inscripción registral para

los inmuebles y los demás bienes inscribibles, etc. Los

efectos de la compraventa real son, entonces, diferentes,


85

pues en tanto no ocurra la entrega, la transmisión del

dominio no se ha realizado y del contrato únicamente deriva

la obligación de transmitir el dominio, mediante la entrega de

la cosa y la transferencia del dominio, entre las partes,

produce simultáneamente efectos frente a terceros.

Es claro así, que en ambos enfoques, el contrato de

compraventa tiene como efecto (mediato o inmediato), la

transmisión del dominio de la cosa al comprador y que ese

es el fin que las partes persiguen al celebrarlo. Lo único es

que, en la compraventa consensual, la transmisión se realiza

sin necesidad de un acto posterior de las partes, en tanto

que en la compraventa “real” se requiere de un acto

posterior de las partes (particularmente del vendedor), para

que se perfeccione.

No obstante lo expuesto, cabe aquí recordar que aun en la

compraventa consensual, hay excepciones al principio de la

transferencia automática del dominio, pues en las ventas de

“cosas futuras” y de “cosas genéricas”, la transmisión de

dominio queda sujeta a la individualización o medida de la

cosa.
86

II) Obligaciones de las partes: Las obligaciones de las

partes son a) en cuanto al vendedor, entregar la cosa y b) en

cuanto al comprador, pagar el precio, así como otras

obligaciones incidentales relacionadas con ellas.

2.7 MODALIDADES DE LA COMPRAVENTA

Algunas modalidades del contrato de compraventa no

necesariamente derivan del objeto de la misma, sino de las

características especiales de contratación acordadas por las

partes.

Compraventa con Pacto de Retroventa: El artículo 1,791

del Código Civil, en su parte final dice: “queda prohibido el

pacto de retroventa”, por lo que dicho pacto es nulo

absolutamente.

Mediante el pacto de retroventa, el vendedor se reserva la

facultad de recuperar, dentro de cierto plazo, la cosa


87

vendida, devolviendo al comprador el precio o una cantidad

mayor o menor estipulada en el mismo contrato. 13

Reserva de dominio:

Es una venta en la que en virtud de convención expresa, se

difiere la transmisión del dominio de la cosa al comprador, el

vendedor continúa siendo el propietario de la cosa, hasta

que el comprador completa el pago del precio o se realiza la

condición a que se halla sujetado el contrato y la tenencia de

la cosa pueda tenerla el comprador.

Adjudicación en pago:

Cumplimiento de una obligación que consiste en recibir

voluntariamente el acreedor, en concepto de pago de la

deuda, alguna cosa que no sea dinero, en sustitución de lo

que se le debía entregar o del hecho que se le debía prestar.

Cesión de bienes:

El deudor puede hacer cesión de bienes a sus acreedores

cuando se encuentre en la imposibilidad de continuar sus


13
Borda, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil, Contratos, Tomo I,
1,999.pág.278.
88

negocios o de pagar sus deudas, puede ser judicial o

extrajudicial.

Cesión de créditos:

El acreedor puede ceder sus derechos sin el consentimiento

del deudor, salvo que haya convenido en contrario o que no

lo permita la ley o la naturaleza del derecho.-

Plazos:

El plazo solamente fija el día o la fecha de la ejecución o

extinción del acto. No se puede exigir el cumplimiento de la

prestación antes del vencimiento del plazo.

Derechos Sucesorios:

Se pueden vender los derechos hereditarios, sin especificar

los bienes que se compone, y el vendedor solo responde a

su calidad de heredero.

Muebles identificables:

Rigen las mismas normas que para los bienes inmuebles,

normalmente se requiere su formalización en escritura

pública, pero las inscripciones de estos se pueden hacer a

base de documentos diferentes a la escritura pública

(contrato privado de compraventa con reserva de dominio).


89

Inmuebles urbanos y rústicos:

Se requiere que se formalice en escritura pública.

Cosas futuras y esperanzas inciertas:

Se pueden vender las cosas futuras antes de que existan en

especie, y también una esperanza incierta.

Bienes litigiosos:

Pueden venderse las cosas o derechos litigiosos, o con

limitaciones, gravámenes o cargas, siempre y cuando el

vendedor instruya previamente al comprador, de dichas

circunstancias y así se haga constar en el contrato.

Subasta y remate:

Venta pública de bienes que se hace al mejor postor con

intervención de autoridad.

Puede ser judicial o privada, se da por medio de la puja

entre los concurrentes, bajo condición de aceptarse como

precio la oferta mayor.


90

Arrendamiento con opción a venta:

Contrato en virtud del cual el propietario de una cosa se le

entrega en alquiler a otra persona, con el derecho de

comprarla a la terminación del contrato en el tiempo

prefijado.

Inmueble hipotecado:

Es lícita y el artículo 836 declara nulo el pacto por el cual el

propietario de un bien hipotecado asume la prohibición de

enajenarlo. La transferencia de una cosa gravada con

hipoteca o prenda transmite la deuda con todas las

consecuencias y modalidades, sin convenio expreso entre

los interesados.

Muebles Pignorados:

La transferencia de una cosa gravada con hipoteca o prenda

transmite la deuda con todas las consecuencias y

modalidades, sin convenio expreso entre los interesados.


91

Mercancías en tránsito:

En este tipo de compraventa, el comprador puede resolver el

contrato si la mercancía no llega en buen estado y en el

tiempo convenido.

Empresas:

Si una persona adquiere una empresa con activo y pasivo es

responsable de las obligaciones y deudas de la misma

“hasta el importe de los bienes adquiridos”. El adquiriente de

una empresa mercantil, goza de una especie de beneficio de

inventario y no responde por las obligaciones de la empresa,

con sus bienes personales, si no únicamente con los efecto s

de la empresa.

Fracción de lotificación:

Puede ser objeto de enajenación, cada condueño tiene la

plena propiedad de la parte alícuota que le corresponda, y

puede enajenarla, cederla o gravarla.

2.8 CASES DE COMPRAVENTA

(a) Compraventa al gusto

(b) Compraventa sobre muestras

(c) Compraventa en transito


92

(d) Compraventa de cosas futuras

(e) Compraventa sobre derechos litigiosos

(f) Compraventa sobre derechos hereditarios

(g) Compraventa sobre muebles

(h) Compraventa sobre inmuebles o derechos

reales

(i) Compraventa ad habeas

(j) Compraventa a plazos

(k) Compraventa con pacto de reserva de dominio

(l) Compraventa con pacto rescisorio

La compraventa debe cancelar el Impuesto al Valor

Agregado. En caso de compraventa sobre bienes inmuebles,

el monto por el cual debe pactarse como base es el monto

que aparece en la matricula fiscal.

2.9 DIFERENCIA ENTRE PERMUTA Y COMPRAVENTA

Hoy por hoy, ambos contratos han sido regulados

independientemente pero de forma similar, tanto en la

doctrina como en las diferentes legislaciones, por esa razón


93

existe para todo aquello que la permuta no regule pero la

compraventa sí, la supletoriedad entre éstas, lo cual ha

surgido para todas aquellas semejanzas que ambas han

tenido a través de la historia del derecho.

Por lo anterior, no ha sido un obstáculo para que a través del

tiempo ambos contratos hayan tenido también sus

elementos diferenciales, por ello se han establecido los

siguientes:

1) “El distintivo carácter consensual y real de este contrato

en el antiguo derecho. 2) En la compraventa son diferentes

el carácter y obligaciones de cada interesado; en la permuta

los dos tienen el mismo carácter e idéntica obligación. 3) El

vendedor se obliga solamente a conservar al comprador en

la pacífica posesión de lo comprado, en cambio, los

permutantes se comprometen a la recíproca transmisión de

la propiedad de las cosas trocadas. 4) El comprador, no

adquiere el dominio hasta que paga el precio; en la permuta

el que recibe se hace dueño aunque todavía no haya

entregado lo que prometió. 5) En la compraventa, si una

parte no cumple, la otra puede sólo reclamar el cumplimiento


94

con los daños e intereses; en la permuta, cabe demandar el

cumplimiento o pedir la devolución del objeto entregado, 6)

La venta es rescindible por lesión, la permuta no”.14

14
Puig Peña, Op. Cit., Pág.524
CAPITULO III

3.1 CONTRATO DE MUTUO


Manuel Osorio define el contrato de mutuo como el contrato

en que una persona entrega a la otra una cantidad de cosas

que ésta última está autorizada para consumir, con la

condición de devolver en el tiempo convenido, igual cantidad

de cosas, de la misma especie y calidad.

Por el contrato de mutuo una persona entrega a otro dinero

u otras cosas fungibles con el cargo de que se le devuelva

igual cantidad de la misma especie y calidad. (art.1942 C.C).

3.2 CONCEPTO Y NOCIONES INTRODUCTORIAS


Dice el artículo 1,942 del Código Civil, “Por el contrato de

mutuo una persona entrega a otra dinero u otras cosas

fungibles con el cargo de que se le devuelva igual cantidad

de la misma especie y calidad”. Señala Puig Bruta15, que en

el Derecho Romano el mutuo (mutuum), no podía nacer si la

propiedad del dinero o de las cosas fungibles no pasaba al

receptor, de modo que si el mutuante no transfería el

15
Puig Brutau, José, Derecho Civil, Vol.II, pág.373
95
96

dominio de ellas al mutuario, no habría contrato de mutuo.

Dice el indicado autor: “El contrato de mutuo aparece pues,

como un desplazamiento patrimonial que engendra la

obligación de tener que restituir lo recibido”.

La definición de esta figura contractual, no ha variado

sustancialmente, pues desde el derecho romano ha sido el

contrato, mediante el cual una persona transfiere a otra la

propiedad de cosas en género, que la segunda se

compromete a restituir en cierto plazo y en igual cantidad y

calidad. A la primera se llamo mutuante o “transdens”; a la

segunda mutuario o “accipiens”, y para que se constituyera

el mutuo se necesitaban tres condiciones: a) la transferencia

de la propiedad de las cosas prestadas por que quien las

recibía debía consumirlas, de donde se origina el nombre

préstamo de consumo que se da al mutuo, y de cuya

condición se deduce que para formar el contrato el que daba

las cosas debía ser propietario y capaz de alinear; b) era

necesario que las cosas prestadas pudieran contarse,

pesarse o medirse, como el dinero, las especies, etc.; y c)

que quien las recibiera (accipiens), se comprometiera a


97

devolverlas, no en especie sino en género, es decir,

restituiría no las mismas cosas que recibió si no

equivalentes.

En el mismo sentido se expresa Puig Peña, citado por Hilda

Rodríguez de Villatoro “para quien el préstamo mutuo es

aquel contrato en virtud del cual una persona recibe de otra

cierta cantidad de dinero u otras cosas fungibles, a condición

de devolver otro tanto de la misma especie y calidad, de

cuya definición se desprende, al igual que en el derecho

romano, que el mutuo lleva incita una triple operación: a) la

entrega de las cosas fungibles al prestatario, lo cual hace al

contrato, rigurosamente real, aunque no es absolutamente

necesaria la entrega material de las cosas ya que es posible

suponer esa entrega por que “la declaración en escritura de

préstamo de tener al prestatario por recibida con anterioridad

la suma prestada, equivale al hecho de la entrega quedando

perfeccionando el contrato”; b) la transmisión de la

propiedad, que significa que el contrato de mutuo se

traspase la propiedad de las cosas y consecuentemente,

corresponde al prestatario la pérdida o deterioro de las cosa,


98

y es nulo todo contrato en que se entregue cosa ajena; y c)

el convenio de devolución de otro tanto de la misma especie

y calidad, ya que la simple entrega sin convenio podrá ser

otro contrato (compraventa, por ejemplo) pero no será mutuo

porque este requiere un convenio de devolución. Según la

jurisprudencia del tribunal supremo de España, el

documento en que simplemente se ha reconocido haber

recibido una cantidad de dinero, no es suficiente para

fundamentar un contrato de mutuo, porque en el no va

implícita la obligación de devolverla”.16

Basado en lo anterior, encuentro que la definición que ofrece

Guillermo Cabanellas encuadra perfectamente en este

concepto, ya que explica que “mutuo significa recíproco,

correspondencia, igualdad entre las partes; que es un

contrato real, en que una de las partes, el mutuante o

prestamista, transmite a la otra el mutuario o prestatario, la

propiedad de una suma de dinero, o de otras cosas fungibles

(como granos, caldos, etc.); con la obligación de devolver

16
Vásquez Martínez, Edmundo, Derecho Mercantil I, pág. 212.
99

igual cantidad, especie y calidad, con abono de interés tan

solo si se ha pactado”.17

En la actualidad, los contratos reales y, en especial, “el

mutuo clásico” están en crisis, pues se cuestiona su esencia

“real”, aparte de que el desarrollo comercial moderno ha

creado nuevas figuras de contratos de préstamo consensual

que son menos rígidas que el mutuo (apertura de crédito,

cuenta corriente, etc), en donde la entrega de la cosa no es

condicionante de la existencia del contrato y que se adaptan

mejor al sistema jurídico del siglo XX. Por ello el mutuo

clásico casi está en desuso y la doctrina moderna señala la

necesidad de cambiar la naturaleza jurídica del mutuo.

Si vamos a la realidad de la contratación, debemos

reconocer que los contratos no surgen de forma espontánea,

sino son el resultado de una negociación que se refleja y

adquiere realidad en el consentimiento y que los contratos

reales no son la excepción.

17
Ibid, pág. 762.
100

Cierto que en ello a la par del consentimiento, se requiere la

entrega de la cosa; pero la simple entrega de la cosa no

genera el contrato, si no existe previamente un acuerdo de

voluntades de las partes (una de entregar la cosa para que

se le sea reintegrada dentro de cierto plazo y otra, de recibir

lo cosa con la obligación de reintegrarla). La doctrina clásica

trataba de explicar esa situación, señalado que previo a la

entrega de la cosa que daba nacimiento al contrato real,

existía una “promesa bilateral de contrato de mutuo” en la

que una parte se obligaba de entregar una cosa a la otra y

ésta a su vez se obligaba a recibirla, con la obligación de

restituirla dentro de cierto tiempo) y que al efectuarse la

entrega de la cosa, surgía automáticamente el “contrato

unilateral de mutuo” ( en que únicamente el mutuario asumía

la obligación de reintegrar lo recibido y si no habría ocurrido

antes la entrega, no habría obligación por parte del deudor).

Tales explicaciones no convencen y Puig Brutau18 y

Sánchez Medal19 las critican. Señala Puig Brutau, “que el

18
Puig Brutau, Op. Cit., pág.375
19
Borda Guillermo A, Op. Cit., pág.774
101

consentimiento inicial de las partes no produce una promesa

de contrato de mutuo, sino un verdadero contrato

consensual, que da nacimiento a la obligación de entregar

una cantidad o un objeto a cambio de que la otra se obligue

a devolverla, después de recibirla en el tiempo convenido” y

que los contratos llamados reales no son más que una

categoría de los contratos consensuales, en donde las

obligaciones del deudor nacen por efecto de la entrega de la

cosa por el acreedor, sin que sea esencial la entrega de la

cosa en el propio momento de la celebración del contrato,

para que este exista).Por su parte, Sánchez Medal refuerza

esa posición, explicando que “hay contratos en que la

obligación de una de las partes debe por fuerza ejecutarse

antes que la obligación de la otra; pero no quiere decir que

sea la entrega de la misma de la cosa lo que perfeccione el

contrato”, para concluir que “ en el derecho moderno todos

los contratos se perfeccionan por el acuerdo de voluntades,

sea que se exprese sin formalidades o revestido de

determinadas formalidades, pero ya no es el sistema del

viejo Derecho Romano.


102

Es inconcebible que “un contrato de promesa de mutuo”, se

convierta automáticamente en un “contrato de mutuo” por el

solo hecho de la entrega del deudor. Los contratos de

promesa tienen por objeto la celebración de “un segundo

contrato”, que no nace automáticamente del cumplimiento de

las obligaciones contraídas en el precontrato”, sino que se

requiere de una nueva manifestación de voluntades de las

partes, sobre todos los extremos del contrato. De una

promesa de contrato de compraventa, nace la obligación de

celebrar un contrato de compraventa y de una promesa de

contrato de arrendamiento, un vínculo que obliga a las

partes a celebrar el arrendamiento y de un contrato de

promesa de mutuo nacería también la obligación de celebrar

un contrato de mutuo; pero ninguno de los contratos

definitivos se perfecciona por la simple entrega de la cosa, ni

por el pago del precio o la renta, sino en que todos ellos, el

cumplimiento de contrato de promesa resulta en la

celebración del contrato prometido y no existirá en tanto las

partes no manifiesten su consentimiento a la celebración del

segundo contrato.
103

El artículo 1,518 del Código Civil, confirma esa posición,

cuando destaca que “los contratos se perfeccionan por el

simple consentimiento de las partes, excepto cuando la ley

establece determinada formalidad como requisito esencial

para su validez”. La entrega de la cosa mutuada no es una

formalidad (como lo sería la escritura pública en el contrato

de mandato o en el de la sociedad), sin el cumplimiento de la

obligación nunca constituye una “formalidad”.

La utilidad de este contrato es tan evidente, que le

consideramos necesario en la vida social puesto que por el

se conceden al prestatario medios de que carece, a base del

crédito o confianza de la persona de éste o mediante

garantías de carácter real. Sin él no sería posible la vida

moderna tanto civil como mercantil, ya que el crédito

constituye en la actualidad la palanca más poderosa para la

realización de las grandes empresas de todo género, y da

facilidades para el desenvolvimiento de los pequeños

negocios e industrias de todas clases.


104

3.3 CARACTERISTICAS
Lo expuesto anteriormente, nos permite señalar que las

características del contrato de mutuo en el derecho moderno

son:

a) Contrato consensual: Es el consentimiento de las

partes y no la entrega de la cosa lo que da nacimiento

al contrato, aunque la obligación de restitución de una

de las partes, no nacerá si la otra no ha cumplido

previamente con la entrega. Por ello el mutuante no

podría exigir al mutuario la restitución de la cosa

mutuada, si antes no la ha entregado al mutuario y se

han cumplido las estipulaciones contractuales para

que surja la obligación de pago, y por otra parte, el

mutuario tendría derecho a exigir al mutuante la

entrega de la cosa, en caso éste incumpliere su

obligación.

b) Contrato de contenido obligacional: Puig Brutau 20,

afirma que el mutuo no es un contrato típico de

disposición o de transferencia de dominio ( como la

20
Puig Brutau, José. Derecho Civil, Volumen II, pág.374
105

compraventa o la donación) pues en el mutuo nace,

de la entrega de la cosa, la obligación por parte del

mutuario de devolver otro tanto de la misma especie y

calidad.

Además, la calidad de “cosa fungible” que es de la

esencia en el objeto del contrato, tiene mucha

importancia, puesto que el destino normal de las

cosas fungibles está en ser objetos de actos que las

conviertan en propiedad de otro sujeto de derecho. Y

“no cabe entregar una cosa fungible para que sea

usada conforme a su destino, sin que el receptor

adquiera su propiedad”. Por ello, el efecto real del

contrato, (entrega/transferencia de dominio) queda

subordinado a su contenido obligacional y la

celebración del contrato de mutuo, no constituye un

acto de disposición, sino de administración, para los

efectos de la capacidad del mutuante.

c) Gratuito u Oneroso: Tradicionalmente el mutuo era

gratuito, y sólo era oneroso, cuando se pactaba

expresamente el pago de intereses por parte del


106

mutuario. El Código Civil guatemalteco establece que

el mutuo es normalmente oneroso, cuando dispone

que el deudor debe pagar intereses a su acreedor,

salvo pacto en contrario y que a falta de esta

disposición, se aplicará el interés legal.

d) Contrato bilateral: Dada la con sensualidad del

contrato, nacen de las mismas obligaciones

principales para ambas partes: el mutuante debe

entregar la cosa mutuada al mutuario, en la forma

convenida, y por su parte, el mutuario queda obligado

a restituirla al vencer el plazo del contrato. Es un

contrato de ejecución diferida, pues aunque las

obligaciones de una de las partes pueden cumplirse

simultáneamente con la celebración del contrato (la

entrega de la cosa al mutuario), las de éste deben

cumplirse, después de que transcurra cierto tiempo:

pero ello no afecta su bilateralidad. Puig Brutau21 lo

expresa muy gráficamente cuando dice que “es

21
Puig Brutau, José, Op. Cit., pág.375
107

menester que la obligación del prestamista se extinga

por cumplimiento para que nazca la del prestatario”.

Borda22 afirma la bilateralidad del contrato de mutuo,

porque “la circunstancia de una de las partes llene

todas sus obligaciones al celebrar el contrato, no

significa que no estaba obligada a hacerlo conforme

con el acuerdo de voluntades” y el contrato supone

para el prestamista la obligación de entregar la cosa.

Las características que el mutuo tiene en el derecho

moderno no se dan en nuestra legislación civil, pues

en Guatemala y de acuerdo con la definición que trae

el artículo 1,942, el contrato de mutuo es:

Contrato real: ya que se requiere para su perfección

“la entrega de la cosa” (artículo 1,588 del Código

Civil). El concepto que trae el artículo 1,942 del

Código Civil, subordina el valor del consentimiento de

las partes al contenido real del contrato, cuando

señala como elemento esencial del contrato la

entrega de la cosa. Es más el consentimiento de las

22
Borda, Guillermo A, Op. Cit., pág.774
108

partes pareciera ser innecesario y ni siguiera es

insinuado en el concepto legal del contrato.

Unilateral: Del mutuo no nacen obligaciones para

ambas partes, sino exclusivamente para el mutuario.

(Artículo 1,578 del Código Civil). El mutuante cumplió

con su obligación de entrega cuando se celebró el

contrato de modo que sobre el ya no recae obligación

alguna. Es únicamente el mutuario quien asume una

obligación de restitución, con o sin intereses.

Transmisor del Dominio: La enajenación de la cosa

mutuada es de la esencia del contrato, pues la

entrega se hace “para su consumo” por el mutuario

(artículo 1,943 del Código Civil) y mal se puede

consumir una cosa, sino se tiene la propiedad de la

misma. La transferencia de dominio es lo que

diferencia mas claramente al mutuo del depósito,

pues en este contrato la cosa se entrega para su

guardia y custodia, no para su consumo o utilización.


109

Téngase además presente que, como bien lo indica

Borda23, si bien no hay una identidad necesaria entre

las cosas consumibles y las fungibles, estas

categorías tienen un paralelismo casi constante y sólo

en casos de verdadera excepción marchan

separadas, y que, por ello, basta que la cosa sea

fungible o bien consumible para que el préstamo deba

considerarse de consumo y el que presta sólo

pretende se le restituya otra de la misma especie y

calidad, tenga o no conciencia de ello, lo cierto es que

se desprende de su propiedad, de la cual pasa a ser

titular el mutuario”.

Restitución de cosas de la misma especie y

calidad: Ello también es de la esencia del contrato,

pues si en el contrato se estipula la devolución de

cosas distintas, “ya no será mutuo aunque así lo

llamen las partes” sino compraventa o permuta”.24.Si

en el contrato se estableció la facultad del deudor de

23
Ibíd., pág.773
24
Ibíd. pag.773
110

cumplir su obligación mediante una prestación

distinta, no se desnaturaliza el mutuo, como tampoco

ocurre si, por imposibilidad de restituir en especie, el

deudor cumple entregando el valor que las cosa

tenían en la fecha en que se debió efectuar el pago.

Oneroso: Salvo pacto expreso en contrario, el

mutuario debe pagar intereses al mutuante y si no se

estipuló la tasa a pagarse, se presume que debe

cargar el “interés legal”.

Principal: El mutuo es un contrato principal, que

existe por sí solo y es usual que el contrato principal

de mutuo incluya uno o más accesorios (fianza,

hipoteca, prenda, etc).

3.4 ELEMENTOS DEL CONTRATO

En el derecho romano, la res era el elemento esencial para

la formación del contrato, y consistía en la tradición, es decir

en la traslación den propiedad del mutuante al mutuario, esta

noción de res se extendió en la época clásica y se fue

admitiendo que existiría cuando la tradición en vez de ser

material y directa fuere ficticia e indirecta; por ejemplo


111

cuando la accipiens autorizaba a su mandatario a retener a

título de préstamo una suma que éste debía entregarle en

ejecución del mandato. Esta noción de tradición simbólica,

se extendió a casos como cuando el tradens autorizaba al

depositario a retener los fondos en calidad de préstamo.

En la época actual la mayoría de autores coinciden en

señalar como elementos del contrato de mutuo, los

personales, reales y formales.

Elementos Personales: en el contrato de mutuo siempre

hay por lo menos un acreedor (mutuante) y un deudor

(mutuario) y ambas partes deben tener capacidad de

ejercicio.

El caso de los menores, incapaces y ausentes deben

analizarse con cuidado para determinar si sus

representantes legales pueden celebrar el contrato de

mutuo, sea en la posición de mutuario, o en la del mutuante.

No existe prohibición expresa en el Código Civil, que impida

al representante legal dar a mutuo a bienes fungibles o

dinero del menor o incapaz. Además, el mutuo es un


112

contrato que conlleva riesgo para el acreedor y no

aceptamos que el representante legalde un menor o

incapaz, pueda arriesgar una parte del patrimonio del

prestamista, dando prestado a una persona que después

resulta insolvente.

Examinemos ahora la capacidad del mandante y del

representante legal de una sociedad para dar o recibir a

mutuo.

El mutuante transfiere la propiedad de las cosas fungibles

objeto del contrato al mutuario, lo que parecería constituir un

acto de disposición. Sin embargo, cuando las partes

contratantes tienen capacidad para contratar y obligarse, el

elemento “transferencia de dominio” de los bienes fungibles

no tiene la trascendencia que pudiera tener en el caso de los

menores o incapaces, aparte de que aquellas tienen el

discernimiento necesario para evaluar y asumir riesgos. Por

ello y porque los artículos 1,692 y 1,693 del Código Civil no

incluyen en dar o recibir a mutuo entre los negocios jurídicos

para los que el mandatario requiere de facultad o poder

especial, el mandatario general puede representar a su


113

mandante en la celebración del mutuo, sea como mutuante o

como mutuario.

En el caso de los representantes legales de las sociedades,

el criterio fundamental debe condicionarse “al giro ordinario”

de la sociedad o, en otras palabras, si el dar o recibir a

mutuo una actividad normal y ordinaria de dicha persona

jurídica. Es indiscutible que el representante legal de un

banco, puede celebrar contratos en que el Banco da a

mutuo, pues ello es una de las actividades y operaciones

corrientes de este tipo de empresas.

El artículo 1,785 del Código Civil prohíbe al liquidador de una

sociedad civil, “tomar dinero a préstamo”, si no cuenta con

autorización judicial para ello. El Código comercio no

contiene norma específica al respecto, pero como las

atribuciones de los liquidadores, detalladas en el artículo 254

del Código de Comercio, les impide emprender nuevas

operaciones, ya que el liquidador de una sociedad mercantil,

no tiene facultad para recibir, ni dar a mutuo, a menos que lo

autorice especialmente la Junta General de Socios, la

Asamblea de Accionistas o un juez.


114

Elementos reales: únicamente pueden ser objeto del

contrato de mutuo, el dinero y las cosas fungibles,

normalmente también son consumibles, lo que armoniza con

el carácter de “préstamo de consumo”, que reviste el mutuo.

No obstante lo anterior, la consumibilidad de las cosas no

es, en nuestra opinión, de la esencia del contrato, pues no

impediría celebrar un contrato de mutuo cuyo objeto sean

cosas fungibles no consumibles… (Por ejemplo, un lote de

libros o de escritorios) ya que “la consumibilidad” de éstas

habría que referirla a la posibilidad de su disposición o

negociación. El mutuario quedaría obligado a restituir a su

acreedor, un lote idéntico de libros o escritorios, para cuyo

efecto habría que tener buen cuidado de describir en detalle

las características y especificaciones de esos bienes.

Cuando el artículo 1,942 menciona “dinero”, se refiere a la

moneda nacional, pues es la única que tiene curso forzoso

en el país. Sobre este tema, creemos oportuno analizar los

efectos de la desvalorización o devaluación de nuestra

moneda, en relación a los contratos de mutuo, pues en el

medio hay actualmente el espanto de la desvalorización del


115

Quetzal y muchas personas y aún profesionales, pretenden

indexar los préstamos en moneda nacional. Si se ha

contratado un préstamo a mutuo en quetzales, el deudor

cumple su obligación restituyendo igual cantidad de la

recibida, y no hay posibilidad jurídica de indexar el quetzal

en el tiempo (por ejemplo, si hace tres años recibí un

préstamo a mutuo por Q.100.00, mi obligación sigue siendo

de restituir Q.100.00 a mi acreedor, aunque en ese período,

el valor adquisitivo del quetzal se haya reducido

substancialmente). El artículo 1,395 del Código Civil así lo

establece y lo confirma Castán25citado por Puig

Brutau26cuando dice “la desvalorización del dinero no tiene

influencia sobre el mutuo en el sistema del Código Civil.

En apoyo de lo anteriormente expuesto, el artículo 1,396

reconoce la posibilidad de que una obligación requiera el

pago en moneda extranjera y, obviamente por los mismos

motivos antes comentados, señala que el deudor cumple

25
Castán, Derecho Civil Español, Común y Floral, tomo IV, 7ª.edición, Madrid,
1953, pág, 430, nota 1.
26
Puig.Brutau, José. Op. Cit, pág.379, nota 37.
116

entregando “su equivalencia en moneda nacional”, al tipo de

cambio que rija en la plaza el día de pago”.

Es evidente que tales disposiciones no son armónicas en

cuanto a la determinación de la tasa de cambio a aplicar

para la conversión de moneda nacional, pues una la refiere a

la vigente en la fecha de pago, según resulte más

beneficioso al deudor.

Por tratarse de un contrato real, traslativo de dominio de las

cosas mutuadas, el riesgo de las cosas pasa

automáticamente al mutuario y de conformidad con lo que

establece el artículo 1,943 del Código Civil, a él corresponde

el deterioro, destrucción o depreciación de la cosa. Esa

misma norma dispone que las mejoras y frutos civiles y

naturales que produzca la cosa mutuada, corresponden al

mutuario.

El artículo 1,944 del Código Civil responsabiliza al mutuante

de “los daños que sufra el mutuario por la mala calidad o los

vicios ocultos de la cosa prestada, si conoció los defectos y

no se le dio aviso oportunamente”. Esa norma es clara, en lo

que se refiere a la responsabilidad del mutuante; frente al


117

mutuario, pero no aclara el efecto que ello tiene en cuanto al

contrato, y, particularmente sobre la obligación de restitución

que tiene el mutuario. La validez del contrato no se afecta

por los daños que sufra la cosa, pues el mutuario carece de

la acción redhibitoria y sólo goza de la acción estimatoria,

para reducir la obligación de restitución por el monto de los

daños sufridos. Además en el mutuo, la obligación de

saneamiento por vicios ocultos tiene una regulación diferente

a la que establecen los artículos 1,562 y 1,563 del Código

Civil; pues el conocimiento de los vicios ocultos o defectos

de calidad, por parte del mutuante únicamente le obliga a

responder por los daños causados al mutuario, en tanto que

según el artículo 1,562 del Código Civil; el enajenante de

mala fe responde por daños y perjuicios, asume el riesgo de

pérdida de la cosa y queda obligado a devolver el precio. En

el caso de que el mutuante haya desconocido la existencia

de los vicios ocultos, ello produce una “reducción

proporcional” del valor de los bienes, lo que implicaría una

rebaja en la obligación de restituir, en tanto que según las

normas generales, el enajenante de buena fe solo responde


118

por la restitución del precio y el reembolso de los gastos del

contrato.

En doctrina se discute si el mutuante debe ser propietario de

la cosa mutuada, y, en su caso, que ocurre en caso de

mutuo de cosa ajena y su responsabilidad en caso de

evicción del mutuario. La gran mayoría de los autores es de

opinión que la validez del contrato no se ve afectada en caso

de que después resulte que el mutuante no era propietario

de las cosas y que, de su parte, existe la obligación de

sanear la cosa. El artículo 1,543 del Código Civil señala que

hay derecho de saneamiento por evicción, en “todo contrato

oneroso en que se transfiera la propiedad, la posesión, el

uso, goce o disfrute de una cosa, “por lo que en nuestro

medio es claro que en el caso de mutuo oneroso, la

responsabilidad del mutuante por evicción es clara e

indiscutible. Surge la duda en el caso del mutuo gratuito y a

falta de disposición especial nos parece que, por equidad y

aplicando analógicamente el artículo 1,944 del Código Civil,

el mutuante responde de la evicción y de ocurrir esta, el

mutuario quedaría eximido de su obligación de restitución.


119

Elementos Formales: El Código Civil no establece norma

alguna que obligue a revestir el contrato de mutuo, de

formalidad o solemnidad especial, por lo que a este contrato

le son aplicables las normas generales que, en cuanto a

“forma de los contratos”, establecen los artículos 1,574 al

1,578 del Código Civil.

3.5 EFECTOS DEL CONTRATO

En cuanto al mutuante:

Del contrato de mutuo nace para el mutuante un “derecho

personal” o de crédito en contra del mutuario, para obligarle

a la restitución de la cosa mutuada.

Existiría, por parte del mutuante, la obligación de entregar la

cosa; pero por la calidad del contrato real que le asigna

nuestro Código Civil, ella ha sido ya cumplida o es cumplida

por el mutuante en el momento de la celebración del

contrato, de modo que la misma se agota al recibir el

mutuario la cosa.
120

En el mutuo consensual, esa obligación del mutuante existe

y tiene vigencia hasta que el cumple con la entrega de la

cosa mutuada.

Al tratar de los elementos reales del mutuo, hemos discutido

la responsabilidad del mutuante, hacia el mutuario, por la

mala calidad, vicios ocultos y saneamiento por evicción de la

cosa.

En cuanto al mutuario:

Por el contrato de mutuo, el mutuario adquiere la propiedad

de las cosas objetos del mismo, de modo que la entrega

material de las cosas mutuadas al mutuario, no solo

transfiere su tenencia o posesión, sino que opera como una

verdadera “tradición”, trasladando el dominio al mutuario.

Su principal obligación es restituir la cosa mutuada, en el

termino convenido, devolviendo al mutuante igual cantidad

de cosas de la misma especie y calidad (articulo 1,942 del

Código Civil). Se insiste en las palabras “igual cantidad”

pues si se conviniera en que el mutuario devuelva menor

cantidad de la prestada, habría donación a favor del

mutuario, por la parte no sujeta a devolución. A la inversa si


121

se pacta que el mutuario deba devolver mayor cantidad de la

recibida, el exceso tendría la calidad de “intereses” o de

contraprestación a favor del mutuante.

La restitución debe hacerse transmitiendo el dominio al

mutuante de bienes de la misma especie y calidad y si el

objeto del mutuo fueron cosas diferentes del dinero, las

alzas o bajas que haya sufrido el precio de las cosas a

restituirse no afecta la obligación del deudor, quien tiene que

devolver “igual cantidad” de ellas (salvo el caso de los

intereses) (articulo 1,952 del Código Civil ); pero “si las

cosas fueron apreciadas al tiempo del contrato, el deudor

esta obligado a satisfacer el valor que se les dio, aunque

valgan más o menos al tiempo de pago”. (Artículo 1,953 del

Código Civil). En caso de restitución es especie, el mutuario

debe tener la propiedad de lo que entrega y tener capacidad

para disponer de la cosa y queda obligado ante el mutuante

al saneamiento de lo entregado en pago (articulo 1,383 del

Código Civil).
122

El autor Arturo Valencia Zea27 estudia la aplicabilidad de la

“cláusula de imprevisión” o de la teoría del riesgo creado, a

la obligación de restitución del mutuario y señala que en

economías afectadas por la devaluación monetaria o la

inflación,” puede suceder que entre día del contrato de

mutuo y el día que el mutuario deba pagar, haya variado

notablemente el precio de las cosas prestadas.

El pago o restitución debe hacerse al vencimiento del plazo

convencional y, si en el contrato no se ha establecido, se

entenderá que es de seis meses, para los préstamos en

dinero y en la fecha de la próxima cosecha si se trata de

cereales (artículo 1,950 del Código Civil). La indicada norma

es incompleta, pues no establece un plazo legal para el

cumplimiento de la obligación de restitución de cosas que no

sean dinero o cereales. En el mutuo gratuito, el plazo corre a

favor del mutuario, pues el acreedor no puede exigirle el

pago antes del vencimiento, pero de acuerdo con el artículo

1,956 del Código Civil, aquel si puede obligar al acreedor a

recibirlo antes de esa fecha; pero si la obligación es dineraria


27
Valencia Zea Arturo. Derecho Civil, Tomo IV, De los Contratos, Editorial Temis,
Bogotá, 1,980, pág. 242
123

y devenga intereses, es decir un mutuo oneroso, el plazo

corre a favor de ambas partes, pues si bien el deudor puede

restituir antes del vencimiento y obligar al acreedor a recibir

lo prestado, queda obligado a pagar los intereses por todo el

plazo, aún por el tiempo que no ha corrido.

El deudor debe cumplir su obligación de restitución en el

lugar convenido en el contrato, y en su defecto, el pago debe

efectuarse en el domicilio del deudor al tiempo de exigirse la

obligación., siendo por cuenta de este los gastos judiciales y

extrajudiciales que cause el pago.

Es posible pactar que la restitución se realice mediante

amortizaciones periódicas, en cuyo caso la constancia de

pago del ultimo periodo haría presumir legalmente (sujeto a

prueba en contrario), el pago de las anteriores y que la mora

en el pago de una o algunas de las amortizaciones

convenidas pueda dar lugar a la extinción del plazo y acelere

la obligación de restitución del saldo adeudado.

Para que el acreedor pueda exigir judicialmente al mutuario

la restitución de lo prestado, después de vencido el plazo del

contrato o el plazo legal o judicial, seria por supuesto


124

necesario que el mutuario haya caído en mora, lo que

ocurre, salvo pacto en contrario, mediante la interpelación

del deudor.

3.6 Causas de extinción del contrato de mutuo.

La doctrina de las causas generales de la extinción de las

obligaciones, es aplicable al contrato de mutuo con algunas

variantes.

Puig Peña dice: “independientemente de la extinción por

cumplimiento, el mutuo termina por confusión si el deudor

resulta sucesor del acreedor en la cantidad debida; por

condonación de la deuda, realizada por el prestamista; por

compensación y por novación extintiva.”En cambio como

causa de extinción la pérdida de la cosa debida porque el

mutuario es deudor de género, y tampoco la muerte del

mismo.

Explica como causa importante de extinción, la derivada del

ejercicio de la acción de nulidad cuando se trata de

préstamo usurario.
125

El Código Civil vigente únicamente regula como causas de

extinción, la compensación, la novación, la remisión, la

confusión y la prescripción extintiva.

La compensación se da cuando dos personas reúnen la

calidad de deudores y acreedores recíprocamente y por su

propio derecho (Artículo 1469 del Código Civil).

La novación, cuando deudor y acreedor alteran

sustancialmente la obligación sustituyéndola por otra.

(Artículo 1,478 del Código Civil).

La remisión de la deuda hecha por el acreedor y aceptada

por el deudor (Artículo 1,489 del Código Civil).

Habrá confusión cuando se reúne en una misma persona la

calidad de acreedor y deudor (Artículo 1,495 del Código

Civil); y

La prescripción extintiva opera cuando es ejercitada como

acción o excepción por el deudor (Artículo 1,501 del Código

Civil).
CAPITULO IV

4.1LA HIPOTECA

4.2 ANTECEDENTES HISTÓRICOS.

Los derechos reales de garantía, “son derechos que surgen

a la vida jurídica en razón de otro derecho, cuyo

cumplimiento garantizan. Se llaman así estos derechos por

que van encaminados a asegurar o garantizan un crédito, y

tienen una condición jurídica, cual es la de ser derechos

accesorios, que se constituyen siempre en relación de

dependencia de una obligación principal”.28

La hipoteca proviene del derecho griego en el cual

significaba la prenda de un bien inmueble para garantizar el

cumplimiento de una obligación y tenía por consiguiente la

desventaja de que desposeía al deudor de la finca, motivo

por el cual los romanos la perfeccionaron al darle el carácter

de un derecho real constituido sobre bienes inmuebles.

En el derecho romano, se dio el paso fundamental para

permitir que la hipoteca se convirtiera en el medio más eficaz

28
Brañas, Alfonso. Manual de derecho civil, pág.341.
126
127

de crédito, al mismo tiempo fue el recurso más ventajoso

para que un deudor pudiese seguir explotando el bien objeto

de la garantía.

Doctrinariamente “La hipoteca es un procedimiento normal

de obtener crédito para quien siendo propietario de bienes

inmuebles, los ofrece en garantía de la devolución de un

préstamo o del cumplimiento de una obligación”29

Hipoteca “finca que garantiza el pago de un empréstito.

“Derecho real, que grava bienes inmuebles, respalda para el

pago de una deuda”.30

Derecho real que se constituye sobre bienes inmuebles

enajenables, para garantizar el cumplimiento de una

obligación principal, sin desposeer al dueño del bien

gravado, y que otorga a su titular los derechos de venta y

preferencia en el pago, para el caso de incumplimiento de

una obligación.

La hipoteca concede las acciones persecutorias, de venta y

de preferencia en el pago.

29
Vásquez Ortiz, Carlos. Los bienes y demás derechos reales y derechos de
sucesiones, pág.120
30
García Pelayo, Ramón. Diccionario enciclopédico Larousse, pág.368.
128

La fuerte garantía que, pese a guerras, naufragios y otras

contingencias desfavorables, ofrecen los buques, llevaron a

convertirlos en objeto de hipoteca; pero, al tropezarse con el

obstáculo clásico de que ellas sólo recaía sobre inmuebles,

se recurrió a la inocente ficción de suponerlos bienes

inmuebles tan sólo a los efectos hipotecarios. En el derecho

histórico, la función de la garantía hipotecaria era muy

específica, según se desprende de lo determinado en las

fuentes romanas y en el mismo derecho posterior. A través,

en efecto, del curso histórico de la hipoteca se observa que

la finalidad primordial de la misma era provocar la

incautación posesoria de los bienes mediante una missio in

posesionem concedida al acreedor in-pagado frente al

deudor incumplidor de sus deberes. Esta técnica continua;

como decimos en los derechos posteriores, y llega incluso a

la fase del movimiento jurídico lindante con la codificación.

Fue ya casi en nuestros días cuando se formula

concretamente la finalidad valorativa de la hipoteca

llegándose incluso a estampar enérgicas declaraciones

legales de repulsa contra el primitivo criterio de incautación.


129

Por último, nuestro Código Civil en el Artículo 822 la define:

la hipoteca es un derecho real que grava un bien inmueble

para garantizar el cumplimiento de una obligación.

4.3 Clasificación de la hipoteca según sus efectos.

Doctrinariamente existen diferentes clases de hipoteca, en

cuanto a sus efectos, las cuales se definen así:

- Hipoteca general: “Es aquella que se constituye

todos los bienes del deudor, no solamente los que

tiene al tiempo de establecerse, si no también los

que adquiere después hasta el pago de la deuda o

cumplimiento de la obligación principal.”31

- Hipoteca principal: Es la que se constituye en

primer lugar para seguridad de una deuda.

- Hipoteca subsidiaria: Es la que se establece

secundariamente en segundo lugar para el mismo

objeto, si en caso no fuese suficiente la principal.

- Hipoteca simple: Es la que al acreedor preferencia

sobre los demás que la de la fecha o día de su


31
Escriche, Joaquín (1961). Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia.
Pág.806.
130

constitución (primero en tiempo, primero en

derecho).

- Hipoteca jurídica: Es la que se constituye por el

juez, en los bienes del deudor poniendo al

acreedor en posesión de ellos por la vía ejecutiva.

- Hipoteca convencional: Es la que se establece por

voluntad de las partes, obligando el deudor todos

sus bienes o parte de ellos para seguridad del

pago de la deuda o del cumplimiento del contrato.

- Hipoteca legal: La que sin estipulación de las

partes, resulta presuntamente de la ley.

- Hipoteca privilegiada: Es la que no sigue el orden

de las fechas, cuando hay concurrencia de

acreedores hipotecarios, sino que da derecho al

acreedor para ser preferido a todos los demás

aunque sean anteriores.

4.4 Características

Su naturaleza es accesoria, indivisible en cuánto al crédito y

divisibles respecto a los bienes hipotecados.

Su aspecto especial y expreso.


131

Su constitución es pública en cuanto a su inscripción en el

Registro General de la Propiedad.

La hipoteca no puede librarse de su carácter

verdaderamente accesorio. Podrá ser independiente de toda

obligación personal pero nunca independiente de un crédito,

un valor, una suma de dinero o un bien inmueble.

Constituye una garantía de obligaciones, cuyo sujeto pasivo

debe ser en caso de ejecución, el poseedor actual del

inmueble gravado.

La adjudicación sin embargo, si puede otorgarse por el

deudor cuando su situación económica no le permita cumplir

su obligación o se vea amenazado por la acción ejecutiva,

pues en estos casos desaparece el peligro de que tal forma

de pago sea expuesta por el acreedor para conceder el

préstamo.

Los bienes hipotecados pueden subhipotecarse, salvo lo que

establezca en contratos de crédito bancario por la Ley de

Bancos y Sociedades Financieras.

Los edificios organizados en propiedad horizontal pueden

hipotecarse en su totalidad o por pisos separados, en el


132

primer caso, con el consentimiento expreso de todos los

propietarios, toda vez que cada piso es independiente y

tiene registro propio.

Para el Licenciado Brañas son características relevantes de

la hipoteca las siguientes:

“a) Afecta únicamente a los bienes sobre que se impone, sin

que el deudor quede obligado personalmente ni aún por

pacto expreso,

b) La constitución de la hipoteca da derecho al acreedor,

para promover la venta judicial del bien gravado cuando la

obligación sea exigible y no se cumpla.

c) La hipoteca es indivisible y como tal, subsiste íntegra

sobre la totalidad de la finca hipotecada aunque se reduzca

la obligación.

d) Quien hipotecare un bien sobre el cual tuviere un derecho

eventual limitado, o sujeto de condiciones suspensivas,

rescisorias o resolutorias, que consten en el registro de la

propiedad, lo hace con las condiciones o limitaciones a que

está sujeto ese derecho aunque así no se exprese. La

hipoteca surtirá efectos contra terceros desde su inscripción


133

en el registro, si la obligación llega a realizarse o la condición

a cumplirse.

e) La constitución y aceptación de la hipoteca deben ser

expresas.”32

La hipoteca, como derecho real de garantía desempeña un

papel de gran importancia en la práctica, tanto por los

créditos que garantiza, como por la índole de garantía que

presenta. En otras palabras el acreedor puede estar seguro

de que su crédito está bien garantizado, y el deudor por otra

parte también es favorecido porque si bien ha dado en

garantía una finca que es de su propiedad sigue disfrutando

de ella mientras no se ponga en estado de insolvencia. Es

necesario para el buen funcionamiento de la hipoteca un

adecuado régimen hipotecario, para que esa libertad de

crédito funcione en la forma deseada.

32
Brañas, Alfonso. Manual de Derecho Civil, pág. 344
134

Quienes Pueden Hipotecar

Establece el artículo 835 del Código Civil: Que solo puede

hipotecar el que puede enajenar, y que únicamente pueden

ser hipotecados los bienes inmuebles que pueden ser

enajenados. El dueño de los bienes gravados con hipoteca

podrá siempre enajenarlos o hipotecarlos no obstante

cualquier estipulación en contrario, salvo que se establezca

en contratos que se refieran a créditos bancarios. Estos

contratos generalmente exigen autorización de la institución

bancaria para constituir otra hipoteca sobre el bien inmueble

hipotecado a su favor en garantía de un préstamo. El predio

común no puede ser hipotecado sino con el consentimiento

de todos los propietarios. Sin embargo, pueden hipotecarse

los derechos que el condomine (copropietario) tenga en el

predio común.
135

4.5 Bienes Que No Pueden Hipotecarse

No podrán hipotecarse:

-Los bienes adquiridos por herencia, legado o donación,

cuando el causante haya puesto dicha condición; pero ésta

no podrá exceder el término de cinco años.

- El inmueble destinado a patrimonio familiar

- Asimismo, dispone el Código Civil que la hipoteca del

edificio o parte del edificio construido en suelo ajeno, no

afecta los derechos del propietario del suelo.

4.6 Insuficiencia De La Garantía

En ocasiones, puede ocurrir que el valor de un inmueble

dado en garantía hipotecaria, sea cuando se constituyó la

obligación superior al monto de esta, pero que con el tiempo,

se desvalore de tal manera que ya no responda al objeto de

la hipoteca. En ese caso, el Código Civil ha previsto que si la

garantía ya no fuere suficiente por haber disminuido el valor

de la finca hipotecada, el acreedor podrá exigir que se

mejore la garantía hasta hacerla suficiente para responder

de la obligación; y que si quedare comprobada, mediante

prueba pericial la insuficiencia de la garantía y el deudor no


136

la mejorare dentro del término que señalare el Juez, el plazo

se dará por vencido y procederá al cobro del crédito.

También tiene derecho el rematario o adjudicatario a que

cancelen las hipotecas anteriores, siempre que pagare

íntegramente los capitales e intereses hasta el vencimiento

de los plazos o a la fecha de pago, si ya hubieren

transcurridos los plazos.

Los bienes inmuebles rematados en virtud de ejecución no

hipotecaria, pasan al adquirente con los gravámenes,

anotaciones o limitaciones inscritos con anterioridad a la

anotación de dominio.

4.7 Subhipoteca

Conforme el artículo 852 del Código Civil, el crédito

garantizado con hipoteca puede subhipotecarse en todo o en

parte, llenándose las formalidades establecidas para la

constitución de la hipoteca.

La subhipoteca deberá notificarse al deudor para que pueda

ser inscrita en el Registro General de la Propiedad. Si el

crédito estuviere subhipotecado o anotado en el Registro de

la Propiedad, por demanda judicial el deudor, quien


137

constituyo la hipoteca para garantizar el crédito deberá hacer

el pago con intervención judicial, si no hubiere acuerdo entre

los interesados. El Juez ordenara los pagos

correspondientes y la cancelación.

Si la finca pasare en propiedad el acreedor hipotecario por el

préstamo que otorgó, la hipoteca se extingue, pero la

subhipoteca ocupará su lugar como hipoteca, en favor del

acreedor respectivo, sin que la responsabilidad del inmueble

pueda exceder del crédito hipotecario gravado.


CAPITULO V

5.1Analisis Jurídico Sobre el Uso de la Compraventa


como garantía en los Mutuos en Créditos Hipotecarios
en Guatemala. Análisis de un caso
En la actualidad en Guatemala podemos establecer que

existe una forma de estafar que se ha vuelto muy común y

que ha afectado a muchas personas, esta se ha realizado

por instituciones de crédito en las cuales los notarios que

trabajan en dichas empresas, hacen dos escrituras públicas

indicándole a las personas que solicitan un préstamo que

establezcan garantía hipotecaria o prendaria, lógicamente la

que más les interesa es la garantía hipotecaria.

La forma de proceder es que cuando el interesado solicita el

crédito con los requisitos que le establecen y es aprobado,

realizan una escritura pública de mutuo con garantía

hipotecaria y otra de compraventa la cual muchas veces la

persona ni le da lectura a la compraventa, dejan pasar

aproximadamente unos tres meses e inscriben la

compraventa del inmueble despojando a las personas de

sus inmuebles de una forma que las personas ni cuenta se

dan de lo que hacen las entidades de crédito.

138
139

Esta es una práctica constante por parte de las instituciones

de crédito o notarios que lo efectúan, y aunque existen

denuncias en el Ministerio Publico, esto se sigue efectuando

con total impunidad.

El Código Civil guatemalteco regula la propiedad en su libro

segundo del artículo 464 al 484 estableciendo que: “la

propiedad es el derecho de gozar y disponer de los bienes

dentro de los límites y con las observancias de las

obligaciones que establecen las leyes, el propietario tiene el

derecho de defender su propiedad por los medios legales,

no puede ser perturbado en ella, sin antes haber sido citado,

oído y vencido en juicio (principio de defensa o legalidad).

Por otro lado la hipoteca en términos generales es un

mecanismo cuya invención ha permitido de modo seguro

impulsar el desarrollo de diversidad de proyectos, que en

conjunto han generado mejores condiciones de vida en la

sociedad, piénsese por ejemplo el apoyo financiero del

fomento de las actividades agropecuarias, industriales, de

vivienda, es un medio de garantía por el cual es posible la


140

generación del crédito y el respaldo del capital financiero en

que se benefician mutuamente el deudor y el acreedor.

El propietario retiene el bien pudiendo ejercer todas las

facultades relativas al dominio y aún enajenarlo, sin que

perjudique el derecho del acreedor.

Se puede definir como “aquel derecho real de garantía y de

realización del valor que recae sobre bienes inmuebles,

garantizando el cumplimiento de la obligación para cuya

seguridad se constituyó”.33

Cuál es la función económica e importancia de la hipoteca.

Hablar de la importancia de la hipoteca equivale hablar de la

importancia del capital financiero, al capital financiero juega

un papel vital en los diversos estadios de la sociedad, es

decir en el desarrollo de las fuerzas productivas que

constituyen la base económica de la sociedad, basta decir

que con este capital se van a sufragar nuevas actividades, la

investigación puede ser una de ellas, si se invierte en la

33
Pérez Fardon Martínez, Javier y Carmen Fernández Muñoz. Transmisiones
Patrimoniales, editorial ciss.2 edición.Pág.225
141

rama de la medicina para encontrar cura a una enfermedad,

la cual genera la creación de nuevos productos,

herramientas para llegar a satisfacer la necesidad de

combatir la enfermedad, para que esta investigación se lleve

a cabo se debe invertir capital el cual muchas veces es con

préstamos los que son utilizados para dichos fines, así

podríamos enumerar varios ejemplos los cuales siempre van

unidos a un capital financiero, esto aunado a la necesidad de

la recuperación de ese capital financiero y al

aprovechamiento del mismo, haciendo necesario legislar

para regular los préstamos dados a particulares, capital que

debe ser protegido para que retome a manos del financista

de ser posible, pero si esto no fuera de esa manera es

necesario la creación de un mecanismo de resguardo y

aseguramiento el cual se da a través de la hipoteca.

La hipoteca es una figura jurídica en la que no se sabe cuál

fue el preciso momento que surgió, podemos decir que al

surgir la propiedad privada exista como tal (porque también

su conceptualización está sujeta al desarrollo del

conocimiento de la academia) o surjan paralelamente los


142

registros públicos, donde se inscriban los bienes o derechos

reales en general, el hecho que no existan estas

instituciones no supone que no haya existido el contrato de

mutuo, la usura pues es evidente que todas las religiones

han condenado ese tipo de usos, los que han esclavizado a

la sociedad, como institución reconocida por el derecho

aparece la hipoteca en un momento donde se superan las

contradicciones contra la religión y se admite en la sociedad

el préstamo de dinero y por supuesto la garantía a partir del

reconocimiento formal de la hipoteca, en la que los

tratadistas estudian respecto de ella, la caracterizan, la

definen y todo lo que es el cuerpo teórico de una institución.

La problemática jurídica que enfrenta la hipoteca en la

ejecución bancaria es que las acciones ejecutivas de las

instituciones bancarias privan a las demás leyes ordinarias

ya que las deja de segundo plano, es necesario señalar la

importancia que la misma ley otorga en una forma

preferencial, por medio de ciertas concesiones que atentan

contra el principio de igualdad ante le ley con referencia a los

artículos 4º y 44 º, de la Constitución Política de Guatemala.


143

Esta preferencia se hace notar también en la regulación de

los derechos reales de garantía, tanto en la ley sustantiva

como adjetiva en el Artículo 836 del Código Civil que dice

“NULIDAD DE PROHIBICIÓN DE ENAJENAR”, el dueño de

los bienes gravados con hipoteca podrá siempre enajenarlos

o hipotecarlos no obstante cualquier estipulación en

contrario.” SALVO lo que se establezca en contratos que se

refieran a créditos bancarios”, al analizar este artículo que se

determina que existe una limitación para el propietario de los

bienes cuando el acreedor es un banco y resulta favorable

para este, siempre y cuando esté asegurada la inversión del

acreedor, ahora bien si el contrato de crédito

Esta preferencia se hace notar en lo relacionado con la

nulidad de prohibición de enajenar, en la competencia por

razón del domicilio, en el remate del bien garantizado con

hipoteca, con respecto a la notificación de la demanda de

remate, con la prohibición de conocer del juez una vez

iniciado el proceso de remate, que como consecuencia trae

consigo el derecho restringido de defenderse en juicio a los

terceros de dominio, que es un problema que se podría


144

enfrentar en el momento de la ejecución bancaria y que

podría hacer el juez que conoce el procedimiento, son

muchas las prerrogativas que pueden presentarse, asimismo

deben resolverse, realizando un análisis y comparación de

Artículos que contravienen lo establecido por la Constitución

de la República, y de otras leyes ordinarias que reglamentan

esta institución, y los derechos de las personas indefensas.

Es el momento preciso de resolver los problemas que se

presentan a diario como consecuencia de las ejecuciones

realizadas por instituciones bancarias, por la desinformación

que esta presenta al momento de constituirse por personas

individuales, donde no se les da todo el conocimiento

necesario dando como resultado el incumplimiento de la

obligación y como consecuencia de esto la pérdida de su

inmueble.

La hipoteca es indiscutiblemente un derecho real, por cuanto

en ella se establecen los elementos esenciales de los

derechos reales que son la inmediatividad y la absolutividad

por la sujeción directa de una persona sobre la cosa, y por


145

su eficacia de poder hacerlo valer frente a todos. Este

derecho nace y se extingue con el carácter de accesoriedad

ya que está ligado con la obligación principal cuyo

cumplimiento precisamente es el que se asegura.

El acreedor hipotecario tiene como derechos: a) A promover

la venta judicial del bien gravado con hipoteca si no se hace

efectivo el pago del crédito en caso de insolvencia; b) Que

se mejore la garantía prestada por el deudor, cuando el bien

hipotecado ha disminuido en su valor, c) Derecho de tanteo

en el remate del bien hipotecado; d) Dar en garantía de una

obligación el crédito hipotecario constituido a su favor, (es lo

que se denomina subhipoteca). Y como obligaciones: A)

Aceptar el pago que cancele la totalidad de la obligación, B)

La reducción de la garantía, mediante la liberación del

gravamen prendario, cuando éste se hubiere solicitado.

El deudor hipotecario tiene como derechos: a) él poder

hipotecar sus bienes nuevamente, con excepción de los

créditos constituidos a favor de entidades bancarias; b) pedir

al acreedor la reducción de la garantía mediante la liberación


146

del gravamen hipotecario; c) consignar la cantidad o cosa

que cancele o de cumplimiento a la obligación, b) la

reducción de la garantía, mediante la liberación del

gravamen prendario, cuando éste se hubiere solicitado.

El deudor hipotecario tiene como derechos: a) él poder

hipotecar sus bienes nuevamente, con excepción de los

créditos constituidos a favor de entidades bancarias; b) pedir

al acreedor la reducción de la garantía mediante la liberación

del gravamen hipotecario; c) Consignar la cantidad o cosa

que cancele o de cumplimiento a la obligación, ante el juez

competente en caso de que el acreedor se niegue a recibirlo;

d) liberar los bienes gravados antes del plazo convenido. Y

como obligaciones: a) cumplir con la obligación principal

conforme al tiempo, modo y lugar convenidos en la escritura

constitutiva; b) mejorar o aumentar la garantía hasta hacerla

suficiente para responder de la obligación, si esta ha

disminuido su valor; c) hacer el pago con intervención

judicial, si el crédito estuviere subhipotecado y no hubiere

acuerdo entre los interesados.


147

La hipoteca existe, si subsiste la obligación garantizada, de

tal manera que las causas de extinción de ésta, tiene como

consecuencia la extinción de la hipoteca que es un derecho

accesorio de la obligación.

Nuestra ley procesal civil y mercantil regula los denominados

títulos ejecutorios, que dan lugar a promover la ejecución en

la vía de apremio., pues se trata de títulos acerca de los

cuales ya no se discute sobre su origen, negocio o su

certidumbre pues ya ha sido discutida en un juicio de

conocimiento en el propio juicio ejecutivo.

El procedimiento ejecutivo bancario tiene un aspecto que lo

hace relevante que es la diferencia de ventajas y

seguridades que la misma legislación le otorga a las

instituciones crediticias bancarias sobre las demás leyes

ordinarias, que viene a suplir en lo que no fue previsto por

aquellas.

Existen otras clases de hipotecas inmobiliarias que tienen

gran importancia, como lo son las del “Crédito Hipotecario

Nacional”, que sus créditos están regidos por su propia ley


148

orgánica y su reglamento, otra que podemos citar es la del

Fondo de Hipotecas Aseguradas (F.H.A).

Algo importante que se puede establecer es informar a las

personas que no se dejen engañar al momento de solicitar

préstamos, ya que muchas veces son personas que buscan

apropiarse de los bienes de las personas que de buena fe

solicitan un préstamo.

Otra propuesta, seria establecer un control de los

testimonios especiales que envían los notarios al Archivo

General de Protocolos, verificando la entidad mencionada en

forma especial aquellos que estén relacionados con

prestamos, y que la misma pueda recibir denuncias que

sean trasladadas al Ministerio Publico, asimismo informarle a

las personas que pueden acudir al Colegio de Abogados y

Notarios a presentar denuncias al respecto, esto de alguna

manera evitaría que algunos notarios se presten a realizar

estos actos.
149

5.2 CASO CONCRETO


Se puede establecer el siguiente ejemplo y poder entender

de mejor manera lo que sucede en la actualidad:

Abuso contra el deudor pedir que le de forma de

compraventa a la garantía hipoteca (caso concreto).

Terreno con casa antigua, la propietaria señora de setenta

años con un sobrino con deficiencia congénita en una

pierna, producto de lesión en la espalda.

La señora se entera que en Alemania lo pueden operar, y

solicita préstamo con garantía, terreno y casa.

Un crédito aproximado de Q. 200,000.00, le entregan los

documentos, la señora firma asumiendo un préstamo con

garantía hipotecaria. Y no operaron al sobrino porque es

imposible y regresa.

Regresa, busca la forma de pagar pero el acreedor no recibe

el pago a menos que pague Q.500, 000.00, El doble de la

deuda, monto que él sabe que no puede pagar.


150

Sin saber la señora al día siguiente llegan trabajadores a la

casa que dicen que van a hacer trabajos de parte del

acreedor y ella se niega pero se entera que lo que ella firmo

no fue un mutuo con garantía hipotecaria si no que fue una

compraventa.

El acreedor permite seguir viviendo en un cuarto de la casa y

luego ella muere de tristeza y el sobrino hoy en día vive en la

guardería porque el terreno se volvió un parqueo.

Como se puede observar, en el caso anterior se da un

engaño a la deudora, aprovechándose de algunas

circunstancias, como la necesidad urgente que tenia y que

no reviso lo que firmaba, encontrándose con la sorpresa que

ya se habían apropiado de su casa, que todo se había

derivado de un supuesto contrato de mutuo con garantía

hipotecaria, como se dijo anteriormente es una de las formas

más comunes de engaño en la actualidad.


CONCLUSIONES

1) Los Derechos Reales se caracterizan por tener un

poder legalizado sobre una cosa, sobre la cual se

proyecta esa potestad; es el punto fundamental de la

diferenciación entre los derechos personales y los

derechos reales. El modo de relación de la ausencia

de un intermediario personalmente obligado se dá por

la inmediatividad, y cuando el derecho real se da

contra todos y frente a todos es un poder absoluto.

2) Estos derechos reales de garantía no autorizan a su

titular a usar, disponer o gozar del bien el cual se

constituye la garantía, ni apropiarse de sus frutos, el

gravamen debe recaer sobre bienes determinados y

garantizar también un crédito determinado, que

garantice solamente los bienes especialmente

gravados y no personalmente el deudor principal con

la inexistencia del saldo insoluto.

151
152

3) La garantía real, se mantiene íntegra sobre los bienes

objeto de la misma, siendo necesaria la publicidad

para que su existencia sea conocida por terceros para

que no se vean afectados, verificándose esto en el

Registro de la Propiedad para su inscripción.

4) El sistema hipotecario que sigue nuestra legislación

se funda en el sistema de “Folio Real” y en principio

de especialidad, ya que nuestro sistema asigna un

folio para cada finca o inmueble, en vez de llevarlo

por personas como lo hace el sistema francés. La

primera inscripción debe ser la del título de propiedad

o de posesión, y sin este requisito no podrá inscribirse

otro título de derecho real relativo al mismo bien ya

que así lo determina nuestro actual Código Civil. En el

folio en el que se inscribe una finca, deberán

inscribirse los gravámenes, limitaciones, y todos los

derechos reales constituidos sobre el mismo

inmueble, he aquí el principio de especialidad.


153

5) La hipoteca es indiscutiblemente un derecho real, por

cuanto en ella se establecen los elementos esenciales

de los derechos reales que son la inmediatividad y la

absolutividad por la sujeción directa de una persona

sobre la cosa, y por su eficacia de poder hacerlo valer

frente a todos. Este derecho nace y se extingue con el

carácter de accesoriedad ya que está ligado con la

obligación principal cuyo cumplimiento precisamente

es el que se asegura.

6) El acreedor hipotecario tiene como derechos: A) A

promover la venta judicial del bien gravado con la

hipoteca si no se hace efectivo el pago del crédito en

caso de insolvencia; B) Que se mejore la garantía

prestada por el deudor, cuando el bien hipotecado ha

disminuido en su valor; c) Derecho de tanteo en el

remate del bien hipotecado; D) Dar en garantía de

una obligación el crédito hipotecario constituido a su

favor, ( es lo que se denomina Subhipoteca). Y como

obligaciones: A) Aceptar el pago que cancele la

totalidad de la obligación; B) La reducción de la


154

garantía, mediante la liberación del gravamen

prendario, cuando éste se hubiere solicitado.

7) El deudor hipotecario tiene como derechos: A) Él

poder hipotecar sus bienes nuevamente, con

excepción de los créditos constituidos a favor de las

entidades bancarias, B) Pedir al acreedor la reducción

de la garantía mediante la liberación del gravamen

hipotecario; c) Consignar la cantidad o cosa que

cancele o de cumplimiento a la obligación, ante el

juez competente en caso de que el acreedor se

niegue a recibirlo, D) Liberar los bienes gravados

antes del plazo convenidos. Y como obligaciones: A)

cumplir con la obligación principal conforme al tiempo,

modo y lugar convenidos en la escritura constitutiva,

B) Mejorar o aumentar la garantía hasta hacerla

suficiente para responder de la obligación, si esta ha

disminuido su valor, c) Hacer el pago con intervención

judicial, si el crédito estuviere subhipotecado y no

hubiere acuerdo entre los interesados.


155

8) La hipoteca existe, si subsiste la obligación

garantizada, de tal manera que las causas de

extinción de ésta, tiene como consecuencia la

extinción de la hipoteca que es un derecho accesorio

de la obligación.
RECOMENDACIONES

1. La problemática jurídica que enfrenta los contratos de

mutuo con garantía hipotecaria es el aprovechamiento

que hacen algunas personas, por lo cual debe ser

controlado este tipo de contrato.

2. Debe evitarse que exista una duplicidad contractual,

que al momento de firmar las personas, sea

únicamente el contrato de mutuo con garantía

hipotecaria y no una compraventa.

3. Se debe buscar la forma que el Ministerio Publico,

inicie persecución penal de las personas que realicen

este tipo de contratos.

4. Una forma adecuada es informar a las personas de

este tipo de actividades por medio de publicidad para

que no se dejen engañar por personas inescrupulosas

que desean apoderarse y apropiarse de los bienes

inmuebles ajenos.

156
157

5. Que los Notarios en el ejercicio de su profesión se

conduzcan con ética y transparencia al momento de

celebrar contratos
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ANEXO
163

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