Está en la página 1de 2

Nos encontramos justo al lado de la Franciskanerkirche (1) o Iglesia de los

Franciscanos, originaria del XIII y de tipología gótica y un poco más adelante


el Palacio Cantonal de Ritter o Ritterscher Palast (2)

Pero Luzerna tiene su mayor encanto en el río Reuss que divide la ciudad en dos partes,
la nueva y la antigua.

A un lado dejamos la Iglesia de los Jesuitas o Jesuitenkirche (3), del siglo XVII,
que preside este área pero que veremos mejor desde el otro lado y nos dirigimos
paralelos por el paseo.

La Estación Central de Trenes (4) tiene un encanto particular y de ello tenemos


que sentirnos orgullosos los españoles, ya que fue Santiago Calatrava el que tuvo que
ver en su arquitectura, aunque el portalón antiguo todavía destaca en el centro de la
plaza. También curioso es el centro cultural y de congresos KKL LUZERN (5), del
arquitecto Jean Nouvel, de aforo 1800 personas y con la mejor acústica del mundo.

Pero deshacemos los pasos andados hasta donde se encuentra el verdadero símbolo
de la ciudad, el Puente de la Capilla o Kapellbrucke (6) Esta joya de madera se
construyó en la primera mitad del S.XIV y es parte de la fortificación de la ciudad.
Sorprende ver todavía escenas de Suiza en su interior en el puente de madera más
antiguo de Europa y el segundo más largo con 204 metros de longitud.

Más cerca del lado moderno se alza la Torre del Agua o Wasserturm, del año 1300
y de 34 metros de longitud que excepto como almacén de Ron o Cerveza ha debido
servir de todo.. prisión, archivo, cámara del tesoro, etc..

A partir de ahí nos dejamos perder hasta que nos encontramos con una cuesta que
parece llevar a la Muralla Musseg o Musseggmauer (7), de la que quedan un total
de 9 torres defensivas del 1386 y aún alguna se puede visitar.

Pero el romanticismo de Lucerna se extiende a todo su Casco Histórico, animadísimo,


lleno de tiendas, restaurantes a cual más encantador, puestos de castañas con ese olor
tan habitual en esta época del año, y plazas de edificios medievales históricos. Así
volvemos a pasar por la plaza del Ayuntamiento o Rathausplataz (8) Desde aquí
se ve la Jesuitenkirche y los puentes.

La Hirschenplatz o Plaza del Ciervo (9), donde en algunas de las edificaciones


sacadas de un cuadro estuvo en algún momento Goethe, la Weinmarkt o plaza del
Vino y sus magnificas casas antiguas y fuente central o la Mülhenplatz o Plaza de
los Molinos, de forma alargada, nos van llevando hasta otro puente especial.
Construido en 1408 pero mejorado con la presa de aguja del año 1859-60, estamos
ante una maravilla de la técnica en pleno río Reuss. Un conjunto de tablones junto a
un mecanismo logran regular el nivel del lago dirigiendo el agua hacia los molinos de la
ciudad, en lo que se conoce el puente de los Molinos o Spreuerbrucke (10) Pero
no queda ahí su valor, ya que un total de 67 representaciones artísticas creadas por
Meglinger entre 1626 y 1635, dotan de colorido el cruce al lado moderno de la ciudad.

También podría gustarte