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La crisis latinoamericana de la deuda, desde su perspectiva histórica.

la crisis de la deuda tuvo lugar en el año 1982, pero sus antecedentes remontan al
investigador a la década de 1970, pues en este apartado se generaron diversas
situaciones que darían posterior fundamento a la denominada “crisis de la deuda
latinoamericana”.
El 16 de octubre de 1973, a raíz de la decisión de la organización de países
exportadores de petróleo, de obstaculizar el comercio de crudo a países que
hubiesen apoyado a Israel durante la guerra de Yom Kipur (Egipto y Siria contra
Israel), cabe aclarar que esta medida acogió a Estados Unidos y a varios de sus
aliados en Europa occidental; la medida generó rápidamente el incremento del
precio del petróleo, para el año 1974 se habría cuadruplicado, llegando a ser de 12
USD/barril (62,25 USD para 2019). Al ser el petróleo, la principal materia prima a
nivel internacional, se generó el colapso de la economía mundial, pues este
abarcaba la mayoría de los procesos productivos, entre ellos, el más representativo
fue los medios de transporte; esta alteración en el comercio mundial generó que los
principales países afectados buscaran migrar a otras energías, como: eólica, solar
y nuclear.
Habiendo ya ampliado un poco el panorama del contexto del petróleo como principal
fuente de ingreso de los países a nivel mundial (factor productivo), es pertinente
llevar a cabo el proceso mediante el cuál se originó la crisis de la deuda en américa
latina y establecer su relación con las medidas acogidas por la OPEP.
La década de 1980, en la región latinoamericana comenzó con un fuerte periodo de
bonanza, en el cuál, países como México (1976-1981) y ecuador (1972-1982)
habrían sido el foco del comercio internacional como resultado del potente
dinamismo que habría adquirido el petróleo como elemento de exportación, este
dinamismo a la vez jugó un papel importante en la credibilidad de los países
latinoamericanos como naciones en desarrollo, lo que les permitió ampliar los
créditos ya adquiridos en las décadas de 1960 y 1970 con acreedores
internacionales, con fines de crecimiento, la deuda de los países latinoamericanos
creció a una tasa anual de 20,4% desde 1974 hasta 1982, para ese año, el aparente
“auge” de las economías implicadas tendría una traba repentina. El precio del
petróleo habría sufrido un abrupto desplome como consecuencia del exceso de
oferta generado a partir de los cambios implementados por los países mayormente
demandantes posterior a la crisis evidenciada en el año 1973, consecuente a esto,
las tasas de interés habrían alcanzado niveles inmoderados; como los países
latinoamericanos contrataron cuantiosas deudas a tasas de interés variable, fueron
los principales afectados, pues la tasa de cambio sería el principal factor que
actuaría como multiplicador del interés, llegando a niveles en los cuales sería
imposible satisfacer los pagos en los plazos acordados inicialmente.
Lo anterior es el contexto y desarrollo de la crisis de la deuda externa en
Latinoamérica, en cuanto a su relación con la crisis de 2008 encontramos que
ambas dependieron íntimamente de las fluctuaciones de las tasas de interés, pues
esto representaría una traba para la inversión y el consumo, como principales
factores para el crecimiento económico de una nación; en lo que respecta a la crisis
de 1929 encontramos que las tres crisis, la “crisis inmobiliaria”, la “crisis de la deuda”
y “la gran depresión
Lo anterior es el contexto y desarrollo de la crisis de la deuda externa en
Latinoamérica, en cuanto a su similitud con las crisis presentadas en 1929 y 2008,
encontramos que en todas actuó como papel determinante la fluctuación de la tasa
de interés, pues esto representaría una alteración para la inversión y el consumo;
además de la tasa de interés encontramos otra semejanza directa entre las tres
crisis y es el debilitamiento en el sistema financiero mundial, para comprender la
similitud es necesario aclarar lo pertinente a cada una:
crisis de 1929: a partir de préstamos las personas especulaban en la bolsa, la caída
inesperada de los precios de los activos financieros generó pánico alrededor de los
inversionistas, lo que desencadeno la venta de acciones, generando así el efecto
de la ley de la demanda, reflejado en la caída de los precios; como las inversiones
fueron realizadas a partir de préstamos, las personas rápidamente quedaron sin la
posibilidad de satisfacer sus deudas, de esta manera se generó un colapso
financiero a nivel mundial.
Crisis de 2008: la baja tasa de interés generó un aumento en la demanda de
préstamos, con el único objetivo de realizar gastos en consumo e inversión, la
principal de ellas fue la adquisición de viviendas, el efecto de crecimiento que esto
tuvo a nivel económico generó que los bancos comerciales comenzaran a aprobar
préstamos a personas sin ningún soporte crediticio; un posterior aumento en la tasa
de interés generó el mismo efecto que en las crisis de 1929 y 1982, se dio un
colapso a nivel internacional del sistema financiero, generado a partir del no pago
por parte de los deudores.

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