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DOMINGO XVII DESPUÉS DE PENTECOSTES

S: Entraré al altar de Dios R: Y entraré al altar de Dios, al


R: A Dios, que alegra mi Dios que alegra mi juventud.
juventud. S: te alabaré con la cítara, oh
S: Hazme justicia, oh Dios y Dios, Dios mío; ¿por qué estás
defiende mi causa contra gente triste, alma mía, por qué me
malvada; del hombre perverso y turbas?
engañador líbrame. R: Espera en Dios; pues aun he
R: Pues Tú eres, oh Dios mi de celebrarte como a mi Dios y
fortaleza ¿por qué me has Salvador.
rechazado?, y ¿por qué ando S. Gloria al Padre.
triste, mientras me aflige el R: Como era en el principio.
enemigo? S: Entraré al altar de Dios
S: Envía tu luz y tu verdad; ellas R: A Dios que alegra mi
me conducirán y guiarán a tu juventud.
santo monte, y a tus
tabernáculos.

S: Nuestra ayuda es + el nombre del Señor,


R: Que hizo el cielo y la tierra
(Luego del sacerdote, pedimos perdón)
Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada
siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al
bienaventurado san Juan Bautista, a los santos apóstoles san Pedro y san
Pablo, a todos los santos, y a vos, padre, que pequé gravemente con
el pensamiento, palabra, y obra: (3 golpes en el pecho) por mi culpa, por
mi culpa, por mi grandísima culpa. Por tanto, ruego a la
bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel
Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos apóstoles san
Pedro y san Pablo, a todos los santos, y a vos, padre, que roguéis por mí
a Dios Nuestro Señor.
S: Dios todopoderoso…
S: Indulgencia, + absolución y la remisión de nuestros pecados nos
conceda el Señor todopoderoso y misericordioso.
R: Amén. R: Y danos tu salvación.
S: Oh Dios, vuélvete a nosotros y S: Señor, escucha mi oración
nos darás la vida. R: Y llegue a Ti mi clamor
R: Y tu pueblo se alegrará en Ti S: El Señor esté con vosotros
S: Muéstranos Señor, tu R: Y con tu espíritu.
misericordia.

EPÍSTOLA
Lectio Epistolae beati Pauli Apóstoli ad Ephesios (4, 1-6)
Hermanos: Os exhorto yo, preso en el Señor, a andar de una manera
digna de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad,
mansedumbre y longanimidad, soportándoos los unos a los otros con
caridad, solícitos de conservar la unidad del espíritu mediante el vínculo
de la paz. Sólo hay un cuerpo y un espíritu, como también una sola
esperanza, la de vuestra vocación. Sólo un Señor, una fe, un bautismo, un
Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos y que
gobierna todas las cosas, y habita en todos nosotros. Que es bendito por
los siglos de los siglos. Amén. R: Deo gratias.

EVANGELIO
Sequentia sancti Evangelii secundum Matthaeum (22, 34-46)
R: Gloria tibi, Dómine
En aquél tiempo, los fariseos, oyendo que había hecho enmudecer a los
saduceos, se juntaron en torno a Jesús, y le preguntó uno de ellos, doctor,
tentándole: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley? Él le
dijo: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y
con toda tu mente. Este es el más grande y el primer mandamiento. El
segundo, semejante a éste, es: Amarás al prójimo como a ti mismo. De
estos dos preceptos penden toda la Ley y los Profetas. Reunidos los
fariseos, les preguntó Jesús: ¿Qué os parece de Cristo? ¿De quién es hijo?
Dijéronle ellos: De David. Les replicó: Pues ¿cómo David, en espíritu, le
llama Señor, diciendo: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
mientras pongo a tus enemigos por escabel de tus pies"? Si, pues, David le
llama Señor, ¿cómo es hijo suyo? Y nadie podía responderle palabra, ni se
atrevió nadie desde entonces a preguntarle más. R: Laus tibi, Christe.
CREDO
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de
Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no
creado, consubstancial al Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, (de rodillas) y
por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que
habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y
apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida + del mundo
futuro. Amén.

RECIBE OH DIOS
Recibe, oh Dios, el pan que te ofrecemos. Luego será el Cuerpo de Jesús.
También acepta nuestros sacrificios, nuestra oración y nuestro corazón.
Recibe, oh Dios, el vino que ofrecemos. Luego será la Sangre de Jesús.
También acepta nuestros sacrificios, nuestra oración y nuestro corazón.
Recíbelos, Señor, por nuestras faltas, por los que están aquí, junto al altar,
por los cristianos vivos y difuntos, por todo el mundo, por su salvación

¡Oh buen Jesús!


¡Oh, buen Jesús! Yo creo firmemente que por mi bien estás en el altar, que
das tu cuerpo y sangre juntamente al alma fiel en celestial manjar. (2)

Indigno soy, confieso avergonzado, de recibir la santa Comunión; Jesús


que ves mi nada y mi pecado, prepara Tú mi pobre corazón. (2)
Pequé Señor, ingrato te he ofendido; infiel te fui, confieso mi maldad; me
pesa ya; perdón, Señor, te pido, eres mi Dios, apelo a tu bondad. (2)

Espero en Ti, piadoso Jesús mío; oigo tu voz que dice “ven a mí”, porque
eres fiel, por eso en Ti confío; todo Señor, espérolo de Ti. (2)

¡Oh, buen pastor, amable y fino amante! Mi corazón se abraza en santo


ardor; si te olvidé, hoy juro que constante he de vivir tan sólo de tu amor. (2)

Dulce maná y celestial comida, gozo y salud de quien te come bien; ven sin
tardar, mi Dios, mi luz, mi vida, desciende a mí, hasta mi pecho ven. (2)

BENDIGAMOS AL SEÑOR

Bendigamos al Señor, que nos une en caridad y nos nutre con su amor en
el pan de la unidad. ¡Oh, Padre Nuestro!

Conservemos la unidad, que el maestro nos mandó donde hay guerra que
haya paz, donde hay odio que haya amor ¡Oh, Padre nuestro!

El Señor nos ordenó devolver el bien por mal, ser testigos de su amor y
consuelo fraternal, ¡Oh, Padre nuestro!

Al que vive en el dolor y al que sufre en soledad entreguemos nuestro


amor y consuelo fraternal ¡Oh, Padre nuestro!

El Señor que nos llamó a vivir en la unidad, nos congregue con su amor
en feliz eternidad ¡Oh, Padre nuestro!

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