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EL GAUCHO MARTIN FIERRO

Hernández, José

Antecedentes:

Martín Fierro, acompañado de su guitarra, canta las peripecias de su vida,


quien a causa de malos tratos y acoso por parte de las autoridades se ve
obligado a dejar su tierra y familia para huir a la frontera donde comienzan sus
penas. Ya que en ocasiones los gauchos son víctimas de los ataques indios,
logra huir y al volver no encuentra ni casa, ni familia. Entonces decide
convertirse en gaucho matrero. En dos riñas diferentes mata a un moreno y un
gaucho. Es perseguido por la justicia, tras ser defendido por el sargento Cruz
con quien comparte las arbitrariedades de la autoridad, huyen hacia las
tolderías para poner fin a la tragedia en que viven.

Personajes:

Principal

Martín Fierro. Es el prototipo del gaucho. Se presenta como cantor, hombre


independiente, pacífico, valiente, conocedor del campo y sus actividades y ante
todo libre: Mi gloria es vivir tan libre/ Como pájaro en el cielo;/ No hago nido en
este suelo,/ Ande hay tanto que sufrir;/ Y naides me ha de seguir/ Cuando yo
remonto el vuelo. Su carácter solitario es consecuencia de la pampa que
habita, las injusticias que vive lo van transformando, a lo largo de la obra

Secundarios

El sargento Cruz: A pesar de no aparecer muy claro en el relato, se presenta


como leal amigo de Martín Fierro durante un periodo de su viaje.

Los indios: Aparecen como personaje colectivos y son pintados por el autor
como seres salvajes y en algunas ocasiones hasta inhumanos. Toman preso a
Martín Fierro y logra escapar de ellos.

PRIMERA PARTE

Capítulos I al V.

Presentación del personaje de Martín Fierro como gaucho valiente. Narra las
dichas e infortunios de todo ser humano, su experiencia como gaucho. Cuenta
las arbitrariedades de la autoriadad y la falta de trabajo que obliga a los
hombres a dejar sus tierras y huir hacia la frontera o ser encarcelados. Martín
Fierro junto con otros compañeros es llevado el fortín a realizar trabajos
forzados. Enumera las injusticias que padeció viviendo con los indios a quienes
describe como bárbaros: NO SALVAN DE SU JOROR/ NI LOS POBRES
ANGELITOS:/ VIEJOS, MOZOS Y CHIQUITOS,/LOS MATA DEL MISMO
MODO./ QUE EL INDIO LO ARREGLA TODO/ CON LA LANZA Y CON LOS
GRITOS.
SEGUNDA PARTE

Capítulos VI al VIII.

Estando cautivos en el fortín les avisan que tendrán una expedición a las
tolderías. Martín Fierro logra huir y regresa a su rancho sin encontrar nada, ni
casa, ni familia. Esa noche Martín va a una fiesta y en una riña mata a un
megro. Otra vez en un boliche mata a un gaucho y se ve obligado a huir
nuevamente. EL ANDA JUYENDO./SIEMPRE POBRE PERSEGUIDO;/ NO
TIENE CUEVA NI NIDO,/COMO SI JUERA MALDITO;/ PORQUE EL SER
GAUCHO... ¡BARAJO!,/ EL SER GAUCHO ES UN DELITO. (Concepción del
gaucho por parte del autor).

TERCERA PARTE

Capítulos IX al XIII.

Así estuvo Martín Fierro huyendo de la justicia, durmiendo en el campo, hasta


que un día llegaron unos hombres por él. Fierro peléa tratando de defenderse,
llega Cruz y le ayuda a escapar. Es aquí donde aparece el personaje de el
sargento Cruz que a partir de este momento se convierte en su amigo y
compañero de viaje. Martín Fierro concluye haciendo un recuento de lo que es
la vida y el destino del gaucho. El narrador termina la historia contando que
Cruz y Fierro cruzaron la frontera por el desierto hacia las tolderías.

Bioética

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La bioética es la rama de la ética que se dedica a proveer los principios para la


correcta conducta humana repecto de la vida, tanto de la vida humana como de
la vida no humana (animal y vegetal), así como del ambiente en el que pueden
darse condiciones aceptables para la vida.

En un sentido más amplio, sin embargo, la bioética no se limita al ámbito


médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la
vida en general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones
relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.

La bioética es una disciplina relativamente nueva, y el origen del término


corresponde al pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz
Jahr, quien en 1927 usó el término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación
ética del ser humano con las plantas y los animales.1 Más adelante, en 1970, el
oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter utilizó el término bio-ethics en
un artículo sobre "la ciencia de la supervivencia".2 3 4

Contenido

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 1 Definición y dominios
 2 Principios fundamentales de la bioética
o 2.1 Principio de autonomía
o 2.2 Principio de beneficencia
o 2.3 Principio de no maleficencia (Primum non nocere)
o 2.4 Principio de justicia
 3 Ámbitos de la bioética
 4 Principales regulaciones y documentos
 5 Bioeticistas destacados
 6 Notas y referencias
 7 Bibliografía
o 7.1 Bioética en general
o 7.2 Bioética aplicada
 7.2.1 Aborto
 7.2.2 Comités de ética
 7.2.3 Derecho y legislación
 7.2.4 Eutanasia
 7.2.5 Genética
 7.2.6 Investigación
 7.2.7 Medio ambiente y animales
 7.2.8 Relación médico-paciente
 7.2.9 Tecnociencias
 7.2.10 Compilaciones de diferentes temas
 7.2.11 Fundamentación de la bioética
 8 Véase también
 9 Referencias

[editar] Definición y dominios

La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las
relaciones entre biología, nutrición, medicina, política, derecho, filosofía,
sociología, antropología, teología, etc. Existe un desacuerdo acerca del
dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas biológicos. Algunos
bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con los
tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo,
opinan que la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan
ayudar o dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más
amplia, no sólo hay que considerar lo que afecta a los seres vivos (con
capacidad de sentir dolor o sin tal capacidad), sino también al ambiente en el
que se desarrolla la vida, por lo que también se relaciona con la ecología.

El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser


humano, a sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la
dignidad de la persona.

Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que
de ésta se tenga condiciona y fundamenta la solución ética de cada
intervención técnica sobre el ser humano.
La bioética es con frecuencia material de discusión política, lo que genera
crudos enfrentamientos entre aquellos que defienden el progreso tecnológico
en forma incondicionada y aquellos que consideran que la tecnología no es un
fin en sí, sino que debe estar al servicio de las personas; o entre quienes
defienden los derechos para algunos animales y quienes no consideran tales
derechos como algo regulable por la ley; o entre quienes están a favor o en
contra del aborto o la eutanasia.

Las primeras declaraciones de bioética surgen con posterioridad a la Segunda


Guerra Mundial, cuando el mundo se escandalizó tras el descubrimiento de los
experimentos médicos llevados a cabo por los facultativos del régimen
hitleriano sobre los prisioneros en los campos de concentración. Esta situación,
a la que se suma el dilema planteado por el invento de la fístula para diálisis
renal de Scribner (Seattle, 1960), las prácticas del Hospital Judío de
Enfermedades Crónicas (Brooklyn, 1963) o la Escuela de Willowbrook (Nueva
York, 1963), van configurando un panorama donde se hace necesaria la
regulación, o al menos, la declaración de principios a favor de las víctimas de
estos experimentos. Ello determina la publicación de diversas declaraciones y
documentos bioéticos a nivel mundial.

[editar] Principios fundamentales de la bioética

En 1979, los bioeticistas T. L. Beauchamp y J. F. Childress,5 definieron los


cuatro principios de la bioética: autonomía, no maleficencia, beneficencia y
justicia. En un primer momento definieron que estos principios son prima facie,
esto es, que vinculan siempre que no colisionen entre ellos, en cuyo caso
habrá que dar prioridad a uno u otro, dependiendo del caso. Sin embargo, en
2003 Beauchamp6 considera que los principios deben ser especificados para
aplicarlos a los análisis de los casos concretos, o sea, deben ser discutidos y
determinados por el caso concreto a nivel casuístico.

Los cuatro principios definidos por Beauchamp y Childress son:

[editar] Principio de autonomía

La autonomía expresa la capacidad para darse normas a uno mismo sin


influencia de presiones externas o internas. El principio de autonomía tiene un
carácter imperativo y debe respetarse como norma, excepto cuando se dan
situaciones en que las personas puedan ser no autónomas o presenten una
autonomía disminuida ( personas en estado vegetativo o con daño cerebral,
etc.), en cuyo caso será necesario justificar por qué no existe autonomía o por
qué ésta se encuentra disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento
informado es la máxima expresión de este principio de autonomía,
constituyendo un derecho del paciente y un deber del médico, pues las
preferencias y los valores del enfermo son primordiales desde el punto de vista
ético y suponen que el objetivo del médico es respetar esta autonomía porque
se trata de la salud del paciente.

[editar] Principio de beneficencia


Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos
intereses y suprimiendo prejuicios. En medicina, promueve el mejor interés del
paciente pero sin tener en cuenta la opinión de éste. Supone que el médico
posee una formación y conocimientos de los que el paciente carece, por lo que
aquél sabe (y por tanto, decide) lo más conveniente para éste. Es decir "todo
para el paciente pero sin contar con él".

Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión del


paciente, primer involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su
opinión debido a su falta de conocimientos médicos. Sin embargo, las
preferencias individuales de médicos y de pacientes pueden discrepar respecto
a qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es difícil defender la primacía de
este principio, pues si se toman decisiones médicas desde éste, se dejan de
lado otros principios válidos como la autonomía o la justicia.

[editar] Principio de no maleficencia (Primum non nocere)

Abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o


perjudicar a otros. Es un imperativo ético válido para todos, no sólo en el
ámbito biomédico sino en todos los sectores de la vida humana. En medicina,
sin embargo, este principio debe encontrar una interpretación adecuada pues a
veces las actuaciones médicas dañan para obtener un bien. Entonces, de lo
que se trata es de no perjudicar innecesariamente a otros. El análisis de este
principio va de la mano con el de beneficencia, para que prevalezca el
beneficio sobre el perjuicio.

Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener


una formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para
dedicarse al ejercicio profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos
o terapias nuevas, para mejorar los ya existentes con objeto de que sean
menos dolorosos y lesivos para los pacientes; avanzar en el tratamiento del
dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello, la multiplicación de
procedimientos y/o tratamientos innecesarios.

[editar] Principio de justicia

Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las


situaciones de desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.). En
nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la igualdad entre todos los
hombres es sólo una aspiración, se pretende que todos sean menos
desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar igual a los iguales y
desigual a los desiguales para disminuir las situaciones de desigualdad.

El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar


igual a los iguales y desigual a los desiguales) y un principio material
(determinar las características relevantes para la distribución de los recursos
sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad económica, esfuerzo
personal, etc.).
Las políticas públicas se diseñan de acuerdo con ciertos principios materiales
de justicia. En España, por ejemplo, la asistencia sanitaria es teóricamente
universal y gratuita y está, por tanto, basada en el principio de la necesidad. En
cambio, en Estados Unidos la mayor parte de la asistencia sanitaria de la
población está basada en los seguros individuales contratados con compañías
privadas de asistencia médica.

Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad, es necesario determinar qué


igualdades o desigualdades se van a tener en cuenta para determinar el
tratamiento que se va a dar a cada uno. El enfermo espera que el médico haga
todo lo posible en beneficio de su salud. Pero también debe saber que las
actuaciones médicas están limitadas por una situación impuesta al médico,
como intereses legítimos de terceros.

La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los principios de


beneficencia y de autonomía, pero cuando estos principios entran en conflicto,
a menudo por la escasez de recursos, es el principio de justicia el que entra en
juego para mediar entre ellos. En cambio, la política sanitaria se basa en el
principio de justicia, y será tanto más justa en cuanto que consiga una mayor
igualdad de oportunidades para compensar las desigualdades.cual es el
principio de justicia

[editar] Ámbitos de la bioética

 Problemas éticos derivados de las profesiones sanitarias: transfusiones


de sangre, eutanasia, trasplantes de órganos, reproducción asistida o
mediante fertilización in vitro, aborto, todos los asuntos implicados en la
relación médico-paciente.
 Problemas de la investigación científica, en particular la investigación
biomédica, que tanto pueden transformar al hombre: manipulación
genética, tecnologías reproductivas como la fecundación in vitro o la (por
ahora sólo hipotética) clonación humana, etc.
 Los problemas ecológicos, del medio ambiente y la biosfera: necesidad
de conservación del medio ambiente, como mantener el equilibrio entre
las especies y el respeto hacia los animales y la naturaleza, impedir el
uso de energía nuclear, controlar el crecimiento de la población mundial
y el incremento del hambre en los países pobres, etc.
 Influencia social y política de las cuestiones anteriores, en cuanto a
legislación, educación, políticas sanitarias, religión, etc.

La Dra. María Dolores Vila-Coro Barrachina, en su libro La vida humana en la


encrucijada, establece una clasificación de la bioética en cuatro aspectos: 7

 La bioética teórica, o «meta-bioética», que trata los fundamentos


conceptuales de la bioética en el marco de las teorías morales y la
justificación de sus nociones básicas (persona, dignidad, autonomía,
etc.).
 La bioética clínica, referida a las decisiones éticas que se toman en la
práctica profesional, vinculada a la deontología médica clásica y que se
focaliza en los casos individuales de los pacientes que plantean la
resolución de un problema ético.
 La bioética normativa, conocida también como «bioderecho», en la que
tienen una participación directa juristas y autoridades públicas y que se
orienta hacia la adopción de reglas generales en la política sanitaria y el
sistema jurídico. Centra su interés en la racionalidad de las decisiones
colectivas en las áreas donde confluyen la salud pública, los derechos
humanos y la regulación de los avances científicos.
 La bioética cultural, que trata del esfuerzo sistemático en relacionar los
nuevos dilemas bioéticos con el contexto histórico y sociocultural en el
que se dan. Trata de evitar la imposición de determinadas visiones de la
bioética en sociedades que tienen valores distintos.

LA CONCEPCIÓN DE ÉTICA Y MORAL SEGÚN CARLOS MARX.

Para Marx la ética es ideología pura con la única visión de


legitimar lo que hay. Según Marx los seres humanos no necesitan una
moral para ver transformado su mundo, necesitan que se transformen las
condiciones de la humanidad en que vive la mayoría, víctima de la
desigualdad y la injusticia. Para Marx no es la teoría sino la practica, el
cambio de circunstancias reales, lo que eliminará ciertas ideas de las
mentes humanas y así cambiar la moral de las personas. Para Marx la
moral no será capaz de superar la alienación del hombre, sino que será
preciso la transformación de las estructuras materiales que son realmente
culpables de la enajenación de los seres humanos. Para Marx las ideas
morales o filosóficas no contribuyen a superar este mundo, más bien lo
consagran y lo justifican al no darse cuenta dc su procedencia. La Ley y la
moral son, prejuicios burgueses derivados de interés burgueses con la
única y exclusiva intención de perpetuar la riqueza en quien la posee. Los
valores morales son los portavoces de los intereses de la clase
dominante,

Para Marx la transformación moral del mundo es pura


mentira sino atiende fundamentalmente a la corrección de una distribución
de la riqueza radicalmente injusta e inmoral.

Comunismo

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Serie Comunismo
Conceptos
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Revolución mundial
Dictadura del proletariado
Revolución permanente .

Aspectos
Estado socialista
Partido Comunista
Revolución proletaria
Historia del comunismo

Variantes
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Personajes
François Babeuf
Karl Marx
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Socialismo del Siglo XXI
Unión Soviética

El comunismo (De común1 ), entendido como organización social, es una


asociación basada en la comunidad de los medios sociales de producción y los
bienes producidos mediante los mismos.2 1 A diferencia de lo que acontece en
el socialismo, el comunismo implica la abolición de la división del trabajo y por
ende del dinero.

El Comunismo, entendido como movimiento socio-político, es un conjunto de


corrientes y agrupaciones cuyo principal objetivo histórico es -particularmente
desde la adopción de la doctrina marxista- la supresión revolucionaria de la
sociedad capitalista en tanto última forma de sociedad con clases, y el
establecimiento de una sociedad socialista como paso previo a la construcción
gradual de una organización social comunista. Las doctrinas de las diversas
corrientes comunistas coinciden en la necesidad de suprimir la propiedad
privada (especialmente la de los medios de producción sociales) y en la
emancipación del proletariado como la primer clase oprimida sin economía
propia,3 negación de toda posible apropiación privada y por ende tendiente a
desaparecer como clase en una comunidad comunista.4

Debido a la popularidad de la revolución rusa de 1917 y la polarización política


entre los regímenes socialistas y el capitalismo occidental, el Comunismo se ha
identificado casi exclusivamente con la doctrina marxista-leninista. Sin
embargo, existen otras doctrinas comunistas (algunas previas al marxismo-
leninismo, otras contemporáneas, y otras posteriores) tales como el
anarcocomunismo con fundamento en posturas sociobiologistas (Piotr
Kropotkin, Aldous Huxley), el comunismo de consejos de base marxista pero no
leninista, el comunismo cristiano premoderno y moderno (Tomás Moro, los
Shakers de Manchester5 , Gerrard Winstanley), el comunismo feudal que llamó
la atención del último Marx6 (los Mir tradicionales rusos, los isleños escoceses
de St Kilda7 ), variantes secularizadas del comunismo religioso milenarista
(Gabriel Bonnot de Mably, Morelly) y movimientos no revolucionarios como el
de las comunas hippies y los kibbutz israelíes, entre otros.8

[editar] Orígenes y fuentes históricas del comunismo

[editar] Comunismo primitivo y comunismo cristiano

Artículos principales: Comunismo primitivo, Comunalismo religioso y


Comunismo cristiano

Karl Marx vio el comunismo primitivo como el estado original cazador-recolector


de la especie humana del que surgió el comunismo temprano. Para Marx, sólo
después de que la humanidad fue capaz de producir excedentes (y de que
algunos miembros de la sociedad se apropiaron de ellos), se desarrolló la
propiedad privada y el Estado.

[editar] Comunismo igualitario


Licurgo de Esparta.

Se designa con esta expresión a todas las doctrinas premarxistas, que con
muchísima diversidad, se las puede englobar como utopías sociales que
abogaban por la propiedad colectiva (a diferencia de un régimen de
propietarios iguales) y la igualdad total (incluyendo todas las necesidades) de
todos los productores.2 Tales doctrinas primitivas resolvían el problema de las
relaciones del individuo con la sociedad a través de la «sociedades de
iguales», que bien podía ser una comuna, el Estado, etc.

Tales doctrinas se desarrollaron en la Época Clásica y en la Edad Media. Un


ejemplo de comunismo igualitario es el implantado en Esparta por Licurgo
también designado como comunismo militar. Este gobierno sólo consideraba
como «iguales» a los ciudadanos de la polis, ya que mantenía un régimen
esclavista.

Otro ejemplo de ciertas doctrinas comunistas en un marco antiguo son las


propuestas por Platón en La República;

[...] existen el mejor Estado, la mejor constitución y las mejores leyes allí donde
se aplica esta máxima: todo es común entre amigos.
Platón

pero el gobierno era pragmáticamente llevado por una aristocracia de filósofos.

Las tendencias igualitarias se desarrollaron en algunas de las primeras herejías


cristianas, como también en las comunas anabaptistas.

[editar] Socialismo utópico

François-Noël Gracchus Babeuf.


Artículo principal: Socialismo Utópico
No queremos la igualdad escrita en una tabla de madera, la queremos en
nuestras casas, bajo nuestros techos.
François-Noël Babeuf, Conjuration des Égaux, 1795.
El comunismo como tradición política e ideológica surge a partir del siglo XVIII
impulsado por las fuertes contradicciones sociales en Europa. Durante el
gobierno del Directorio (1795-1799) en la Francia revolucionaria François-Noël
Babeuf lleva a cabo la Conjuration des Égaux (Conspiración de los iguales), la
primera acción revolucionaria llevada a cabo en nombre de una ideología
comunista. El babuvismo proponía la abolición de la propiedad privada, la
instauración de la propiedad comunitaria para asegurar la única y verdadera
igualdad, no sólo política, sino también económica. El movimiento, claro está,
fue salvajemente reprimido, si bien su pensamiento resistió el paso del tiempo y
engendró la mayoría de los comunismos posteriores.

Sobre 1835, las ideas comunistas prosiguieron su desarrollo fuertemente


vinculadas al concepto de socialismo,2 a partir del llamado socialismo utópico
(también denominado comunismo utópico), siendo sus principales exponentes
Robert Owen, Charles Fourier y Saint-Simon.

Robert Owen fue el primer autor en considerar que el valor de los productos
debía medirse con base al trabajo incorporado a ellos, y no al valor en dinero
que se les atribuye. Charles Fourier fue el primero en proponer la abolición del
capitalismo para la formación de una sociedad comunista. Y el Conde de Saint-
Simon consideró que la nueva sociedad debía estar planificada para atender
las necesidades de los pobres. Estos autores propusieron la transición hacia
nuevas sociedades a través de comunidades rurales autosuficientes por el
trabajo de voluntarios; sin embargo, no consideraban que la sociedad
capitalista estuviera compuesta por clases sociales antagónicas.

[editar] El desarrollo de las doctrinas comunistas

Monumento a Marx y Engels en Berlín, Alemania.

[editar] Marxismo o comunismo científico

Artículos principales: marxismo y Manifiesto del Partido Comunista

Karl Marx funda la Liga de los Comunistas (también conocida como Liga de los
Justos) en 1847 en Bruselas, después de dos años de estancia en la capital
belga. La Liga encarga a Karl Marx y a Friedrich Engels una proclama del
movimiento comunista. En 1848 publican el Manifiesto Comunista (Manifest der
Kommunistischen Partei).9
Para Marx y Engels, la clase obrera industrial es la única que, por su
imposibilidad de una adquisición privada, puede superar mediante la síntesis
comunista la contradicción sin salida de la socialización estatal: es la negación
comunista de la sociedad porque no puede transformarse en nueva clase
explotadora, es la negación comunista del Estado porque sólo transformándose
ella misma en poder público puede superar su carácter asalariado remanente
de la sociedad burguesa, y es la negación comunista de la propiedad porque
sólo distribuyendo de acuerdo a las necesidades y las capacidades puede
adquirir los frutos de los medios de producción.10 De ello se deriva el lema De
cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades.

El Manifiesto Comunista es considerado uno de los tratados políticos más


influyentes de la historia.

[editar] Relación con el anarquismo

Fotografía de Mijaíl Bakunin tomada por Gaspard-Félix Tournachon.


Artículos principales: Anarquismo y marxismo y Anarcocomunismo

En la Asociación Internacional de los Trabajadores se evidenciaron los


conflictos ideológicos entre anarquismo y marxismo. La principal diferencia
entre estos dos grupos fue que los marxistas proponían un período de
transición después de la revolución social antes de la disolución final del
estado, idea que los bakuninistas no aceptaban considerando que la revolución
debía acabar inmediatamente con el estado. El resultado final de esta división
fue la expulsión de los anarquistas y anarcosindicalistas de la Primera
Internacional y su posterior disolución en 1876.

El anarcocomunismo es una corriente anarquista cercana al comunismo,


representada entre otros por Pedro Kropotkin y Errico Malatesta.

[editar] Desarrollos posteriores a la Revolución Rusa


Iósif Stalin, Vladimir Ilyich Lenin y Mijaíl Kalinin en 1919.
Artículos principales: marxismo-leninismo, trotskismo y maoismo

En los desarrollos posteriores a Marx del comunismo marxista, ha existido


cierto debate sobre cuales son los métodos más eficaces para lograr un cambio
del sistema socioeconómico capitalista. En gran parte estos debates y
desarrollos de estrategias consiguientes han estado ligados a personas
influyentes dentro del movimiento comunista internacional. En ocasiones el
debate ha estado más caracterizado por alineamientos personales con los
principales teóricos, que por verdaderas e irreconciliables posturas ideológicas.

[editar] Marxismo-leninismo

El marxismo-leninismo engloba en realidad a varios desarrollos del marxismo


posteriores al propio Marx. En esencia todos estos enfoques sugieren la
necesidad de una élite intelectual o un partido centralizado que acelere o dirija
propiamente el fin del sistema capitalista, que otras ramas del marxismo veían
como un proceso auto-organizado que se daría por sí mismo sin la necesidad
de dirigirlo. Por tanto, como política el marxismo-leninismo aboga por el
dirigismo centralista de los procesos revolucionarios anti-capitalistas.

[editar] Maoísmo

Denominado habitualmente en occidente como maoísmo pero originalmente y


oficialmente en China «Pensamiento Mao Tse Tung» (chino simplificado:
毛泽东思想, chino tradicional: 毛澤東思想) o «Pensamiento Mao». Esta corriente son
los aportes teóricos y prácticos que desarrolló Mao Zedong (1893-1976) en la
guerra civil china y que significaron un desarrollo sustancial del leninismo. Los
aportes son la adaptación del marxismo-leninismo a un país principalmente
agricultor y con muy pocas industrias y una sociedad feudal.

[editar] Comunismo de consejos

Surgido a partir de la revolución alemana y de la ruptura de la izquierda


comunista germano-holandesa con el bolchevismo ruso, el comunismo de
consejos hizo centro en la autoorganización de la clase proletaria en los
consejos obreros, en vez de la dirección política de la misma de un "partido
revolucionario". Sus principales referentes fueron Otto Rühle, Anton Pannekoek
y Paul Mattick.

[editar] Nuevas Corrientes Comunistas


[editar] Austromarxismo

El austromarxismo surge a partir de la mezcla de principios del capitalismo con


principios leninistas.11 12

[editar] Socialismo Autogestionario

El socialismo autogestionario o socialismo de autogestión es el sistema político


que está basado en la participación de las diferentes comunidades cercanas a
la vida cotidiana colectivizada (empresa, sindicato, localidad, partido) en la
gestión de comunidades políticas superiores (Estado, federaciones,
confederaciones, etc.).

[editar] Nacional Bolchevismo

El nacional-bolchevismo busca como meta final un estado socialista y


nacionalista inspirado en el estalinismo, una sociedad basada en el principio de
"a cada cual según sus necesidades" pero desarrollada en un ámbito
meramente estatal.13

[editar] Historia del movimiento comunista

Artículo principal: Historia del comunismo

El comunismo se ha desarrollado organizativamente a través de la historia por


medio de diversos movimientos políticos. Este desarrollo se ha llevado a cabo
mediante la formación de las Internacionales Comunistas.

[editar] La Primera Internacional


Artículo principal: Primera Internacional

La Primera Internacional (AIT) fue la primera organización que reunió a los


sindicatos y a los partidos asociados a la clase trabajadora. Se fundó en
Londres durante una reunión entre trabajadores llevada a cabo en Saint
Martin's Hall. Su primer congreso se llevó a cabo en 1866 en Ginebra. En 1872
su sede se traslada desde Londres a Nueva York. En su momento la
Internacional llegó a contar con 1,2 millones de miembros en todo el mundo,
aunque su gaceta oficial publicaba 8 millones.

En la Asociación Internacional de los Trabajadores se evidenciaron los


conflictos ideológicos entre anarquismo y marxismo.

La AIT no debe ser confundida con la Asociación Internacional de los


Trabajadores fundada en los años 1922 y 1923 por los anarquistas y
anarcosindicalistas.

[editar] La Segunda Internacional


Artículo principal: Segunda Internacional
Tras varios fracasos por refundar la Primera Internacional, se fundó en 1889 la
Segunda Internacional (SI) que agrupó a diversos partidos socialistas y
laboristas. La SI es parte de la historia del comunismo únicamente en
referencia a los grupos al interior de ésta que luego formaron la Tercera
Internacional debido a su carácter eminentemente socialdemócrata. La SI se
disolvió en 1916 después del inicio de la Primera Guerra Mundial. La Segunda
Internacional asentaría las bases de lo que sería la socialdemocracia actual.

[editar] La Tercera Internacional

La hoz y el martillo, símbolos del comunismo adoptados por los partidos


marxistas-leninistas a partir de la Tercera Internacional, tal como aparecían en
la bandera de la Unión Soviética.
Artículo principal: Tercera Internacional

Al disolverse la Segunda Internacional los grupos socialistas revolucionarios


que se habían opuesto a la Primera Guerra Mundial convocaron a la
Conferencia de Zimmerwald en septiembre de 1915 y a la Conferencia de
Kienthal en abril de 1916. Estas conferencias fueron el antecedente directo de
la Tercera Internacional también conocida por su abreviatura en ruso Komintern
(Коминтерн, abreviatura de Коммунистический Интернационал,
"Internacional Comunista"), la cual fue fundada en su primer congreso de
Petrogrado en 1919 por iniciativa del Partido Comunista de la Unión Soviética.
La Tercera Internacional rompió definitivamente con los grupos
socialdemócratas y siguió las directrices marcadas por el Partido Comunista de
la Unión Soviética.

En esta internacional también se manifestó el conflicto entre estalinistas y


trotskistas. Los trotskistas sólo reconocen la legitimidad de los primeros cuatro
congresos de la Internacional, ocurridos antes de la llegada al poder de Hitler
en Alemania, momento en el que los trotskistas se separan definitivamente de
la Internacional y empieza la formación de una Cuarta Internacional.

El 15 de mayo de 1943, después de celebrada la Conferencia de Teherán, el


Presidium del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, «teniendo en
cuenta la madurez de los partidos comunistas», y para evitar los recelos de los
países capitalistas aliados decide disolver la Internacional Comunista.
[editar] Los partidos comunistas a partir de la Revolución rusa

La estrella roja, símbolo usado recurrentemente para representar a los partidos


comunistas, o al comunismo en general, tal como aparecía en la bandera de la
Unión Soviética.

La primera revolución que seguía los postulados marxistas no se produjo en un


país central, sino en Rusia, en 1917. El líder del movimiento, Vladimir Ilyich
Ulyanov explicó esta imprevista (por Marx y Engels) resolución de las
contradicciones capitalistas señalando que el capitalismo había fallado en su
«eslabón más débil». En efecto, Rusia era un país de escaso desarrollo
industrial y predominante base campesina semifeudal.

A partir de la Revolución rusa, la denominación de comunista quedó restringida


a los partidos marxistas que se alinearon con la Unión Soviética. La Revolución
rusa llevó a cabo la supresión de la propiedad privada en la industria, creó
cooperativas agrarias, fomentando su incorporación entre los campesinos
(convertida más tarde, durante el régimen stalinista, en colectivización forzosa),
y avanzó hacia la multiplicación de los medios de producción, en medio de una
guerra civil que duró cuatro años. Uno de los primeros objetivos de Lenin fue
electrificar Rusia (Lenin dijo en una ocasión que el comunismo era «soviets
más electricidad»).

Durante el gobierno de Stalin, la industrialización se hizo a paso acelerado,


dadas las circunstancias internacionales, sin tenerse en cuenta la capacidad de
aguante del proletariado ni condiciones de explotación resultantes a que se vio
sometido junto con el medio. La Segunda Guerra Mundial agudizó el proceso
de creación de industria pesada y de alimentos, al mismo tiempo que aumentó
los controles estatales. Este período se caracterizó por una etapa de transición
hacia el socialismo a través de diversos planes quinquenales, en contraste con
la gradual concentración de poder político en manos de la burocracia del
Partido y del Comité Central, según los partidarios de Stalin, necesaria por las
condiciones de Guerra. También conllevó, a nivel político, un aumento de las
persecuciones políticas, por parte del régimen, a los distintos sectores
disidentes y de oposición dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética,
extendido más tarde al resto de la Tercera Internacional, cuyo máximo
exponente será la Gran Purga.

[editar] La Kominform

En 1947 fue creada la Kominform (Oficina de Información Comunista) como


sustituta de la Komintern, y reunía a los Partidos Comunistas de Bulgaria,
Checoslovaquia, Francia, Hungría, Italia, Polonia, la Unión Soviética y
Yugoslavia. Fue disuelta a su vez en 1956.

[editar] La Cuarta Internacional


Artículo principal: Cuarta Internacional

En Francia, Trotsky y sus simpatizantes de la Oposición de Izquierda, tras ser


expulsado éste de la Unión Soviética a causa de su rivalidad con Stalin
(apoyado por la burocracia del Partido), consideraron que la tercera
internacional había quedado sometida al estalinismo y que sería incapaz de
llevar a la clase trabajadora al poder. En consecuencia fundaron la Cuarta
Internacional (CI). A través de su historia, la CI fue perseguida tanto por los
gobiernos capitalistas como por la policía secreta soviética y los miembros de
la Tercera Internacional. Los seguidores de la Unión Soviética y más tarde los
maoístas consideran a la Cuarta Internacional y al trotskismo en general como
una corriente ilegítima del marxismo,el bolchevismo y del comunismo hasta la
actualidad.

La Cuarta Internacional sufrió una escisión en 1940 y otra aún más importante
en 1953. A pesar de la reunificación parcial ocurrida en 1963, pocas
organizaciones se atribuyen en la actualidad la exclusividad como
representantes o herederas de la Cuarta Internacional, si bien muchas
reivindican su legado o programa político y, conscientes de la dispersión
existente entre sus organizaciones heredederas, reivindican su reconstrucción.

[editar] Los partidos comunistas en el siglo XX

En cada lugar del mundo tuvieron suertes diversas, pero pocas veces llegaron
al poder. Las excepciones fueron los países de Europa del Este que estuvieron
bajo el control del régimen político instaurado en la URSS tras el ascenso al
poder de Stalin (heredado por los sucesivos gobiernos), durante más de 40
años a partir de la derrota del Ejército Nazi y la conquista militar de la región
por el Ejército Rojo después de la Segunda Guerra Mundial; además de China,
Corea del Norte, Vietnam y Cuba, donde el poder lo obtuvieron direcciones
militares o guerrilleras, dirigidas o influenciadas por su respectivo Partido
Comunista, con apoyo campesino y de sectores populares. En Chile, a
comienzos de los 70, la UP (Unidad Popular) llegó al gobierno presidencial, tras
obtener mayoría parlamentaria. Ésta era una alianza de partidos y movimientos
de izquierda parlamentaria. El Partido Comunista conformaba esta alianza junto
a otros, como el Partido Socialista, el Movimiento de Acción Popular Unitario, la
Izquierda Cristiana, el Partido Radical, y el Movimiento de Acción Popular
Unitaria (ó MAPU, escindido de la Democracia Cristiana), entre otros. Su
principal consigna fue la «vía pacífica al socialismo», o construcción del
socialismo a través de las instituciones propias del Estado parlamentario
burgués, por medio de la coalición electoral entre distintas fuerzas políticas
consideradas «progresistas» o populares, en lo que viene a llamarse gobiernos
de frentes populares. Esta experiencia fue frustrada por la férrea oposición de
las fuerzas de centro y derecha apoyadas por los Estados Unidos, que
produjeron finalmente un golpe de estado (1973), la represión y aniquilación de
los principales dirigentes y activistas de organizaciones políticas obreras, como
los Cordones industriales, el MIR o la facción marxista del MAPU, sindicales, y
de partidos políticos que apoyaron o participaron en el gobierno de la Unidad
Popular, y la muerte del presidente socialista Salvador Allende.

El movimiento comunista internacional atravesó grandes crisis en el siglo XX.


La primera de ellas relacionada con el alejamiento de León Trotsky de la
conducción de la Unión Soviética debido a sus diferencias con Stalin. Trotsky
se exilió en México, donde fue asesinado por un agente bajo el mando de la
GPU: Ramón Mercader. El ex conductor del Ejército Rojo postulaba la
revolución permanente. La segunda gran crisis la provocó el enfrentamiento de
la Unión Soviética y China en lo referente a la política internacional. Desde los
años del encumbramiento del fascismo en Europa, la Unión Soviética sostuvo
una política de unidad con las fuerzas democráticas de la burguesía para los
partidos comunistas que actuaban en el mundo capitalista y de coexistencia
pacífica con el imperialismo. El Partido Comunista de China tenía una política
de confrontación directa con el imperialismo, aunque apoyaba acuerdos con las
burguesías nacionales confrontadas con él mismo. Esta política provocó otro
cisma en muchos partidos comunistas. En los 70 del siglo XX el comunismo
pro-chino viró hacia extrañas alianzas según fuera la relación de cada gobierno
con Pekín.

[editar] Los partidos comunistas después de la Segunda Guerra Mundial

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la Unión de Repúblicas Socialistas


Soviéticas (URSS), que agrupaba los antiguos dominios del zar, era una
potencia mundial. Con la muerte de Stalin, en 1953, sobrevino la crítica a sus
métodos y al denominado culto a la personalidad, tolerados y auspiciados
desde el poder. Esta etapa, abanderada por Jrushchov, fue conocida como
etapa del deshielo. Lo que no impidió que, con posterioridad, se acusase a
Jrushchov de los mismos métodos de que él había acusado a Stalin.

La República Popular China, surgida tras la victoria, en 1949, de la dirección


militar del Partido Comunista Chino, liderado por Mao Tse Tung y apoyado por
un numeroso ejército, una revolución campesina en el medio agrario, y una
revuelta estudiantil en la ciudad, siguió adelante el proceso, en medio de
crecientes contradicciones, hasta que comenzó a aceptar formas económicas
mixtas desde finales de los años 70, con Deng Xiaoping, sin cambiar el sistema
político de partido único, y aún ejerciendo un fuerte control político y policial
estatal.

Después de la Segunda Guerra Mundial, dos partidos comunistas europeos, el


francés y el italiano, crecieron hasta el punto de convertirse en fuerzas políticas
clave en sus respectivos países. Dominaban ampliamente el movimiento
sindical, tenían una importante representación parlamentaria y jugaban una
compleja política de alianzas en el plano interno. Fueron críticos, en muchos
aspectos, de la Unión Soviética. Esta posición independiente convirtió a ambos
partidos en núcleo del eurocomunismo, cuyo sesgo distintivo era la confianza
en alcanzar el poder en los países capitalistas a través de las elecciones
pluripartidistas parlamentarias. El eurocomunismo se enfrentó en ocasiones a
la Unión Soviética, y terminó encontrando apoyos en un sector de la burguesía
de sus respectivos países (sobre todo en lo referente a fuentes de
financiación). El Partido Comunista de Francia no modificó, sin embargo, el
método de conducción centralista hacia lo interno, así como el método dirigista
desarrollado en época de Stalin. Menos rígido fue en ese sentido el Partido
Comunista de Italia. Éste, además, diseñó una política de compromiso histórico
hacia la Democracia Cristiana (centroderecha) que significaba mucho más que
eventuales alianzas tácticas. El Partido Comunista de España, menos
poderoso, se sumó al eurocomunismo, renunciando, con Carrillo a muchas de
las reivindicaciones del movimiento comunista y obrero desarrollado durante la
Transición de la dictadura fascista al régimen constitucional, aceptando así la
monarquía y apoyando los Pactos de la Moncloa, y ejerciendo un fuerte control
a su vez sobre la dirección sindical de Comisiones Obreras (CC.OO.).

[editar] Los partidos comunistas después de la caída de la URSS

En 1991, tras un proceso de sucesivos intentos de reformas privatizadoras en


lo económico, conocido como Perestroika, que acelerarán la crisis interna, y
presionado por la Guerra Fría y las potencias occidentales, el país sucumbe
ante sus propias contradicciones, dando lugar a la desintegración de la URSS y
a que las repúblicas que integraban la URSS se independicen. La destrucción
del Muro de Berlín que separaba la zona de influencia soviética de la zona
capitalista (herencia de la división territorial posterior a la Segunda Guerra
Mundial) es considerada uno de los símbolos de esta caída.

Después de la caída de la Unión Soviética, los partidos comunistas sufrieron


transformaciones y divisiones en todo el mundo. Algunas fracciones adoptaron
una política reformista, otras desarrollaron una táctica de oposición a la
globalización capitalista buscando estrechar sus lazos con las masas
marginadas por el llamado capitalismo consumista, y orientándose en algunos
casos hacia el comunismo libertario. Muchos simpatizantes del marxismo en
las décadas anteriores, apoyaron movimientos socialdemócratas en Europa y
América latina.

En Cuba, la revolución de 1959 fue conducida por jóvenes revolucionarios que


no pertenecían al Partido Comunista. Pero éste se convirtió en fuerza
hegemónica en la medida en que la economía del país se hacía cada vez más
dependiente de la Unión Soviética, en gran parte debido al bloqueo económico
que estableció Estados Unidos. Caída esta, Cuba permaneció como un solitario
baluarte del comunismo en América, aunque aceptando la participación de
capitales privados extranjeros en su débil economía, centrada en el turismo.

Incluso en la República Popular China se han desarrollado profundas


transformaciones en torno a una internacionalización y un modelo económico
que distan mucho de los principios políticos que promulgan. Una mezcla de
comunismo en el discurso político teórico y capitalismo, en la práctica cada vez
más amplios sectores económicos.

Vietnam ha iniciado reformas en el mismo sentido de China. Los otros países


socialistas de la actualidad son Laos y Corea del Norte. Este último se ha
destacado por el rechazo de reformas liberalizadoras, y una defensa férrea del
patriotismo y la economía socialista, aunque últimamente está adoptando
mecanismos para permitir la entrada de capital extranjero.

En Rusia se fundó el Partido Comunista de la Federación Rusa en 1993 a partir


del Partido Comunista de la Unión Soviética. Se ha centrado en las
características propias de Rusia, y en consecuencia ha combinado el
comunismo con un fuerte patriotismo en sus planteamientos. Ideológicamente
se ha denominado nacional-bolchevismo a la combinación de la lucha social
anticapitalista con el nacionalismo, tendencia que desde la década de 1920
estuvo presente en cierto modo en el PCUS.

[editar] Crítica al comunismo

Artículos principales: Críticas al comunismo, Anticomunismo y Peligro Rojo

El comunismo se ha confundido con el marxismo-leninismo. En este sentido, la


crítica al «comunismo» no sólo ha venido de los sectores derechistas o
centristas, sino también del comunismo de izquierda, p. ej. consejismo,
autonomismo.

Existen varias críticas contemporáneas al comunismo marxista y al marxismo-


leninismo. Ya sea desde el anticomunismo (fascismo, nacionalismo,
neoconservadurismo), desde los movimientos demócratas liberalismo,
socialdemocracia, como desde el anarquismo.

El comunismo marxista es un movimiento liberal, solidario y materialista, que


niega la existencia de dios y de lo religioso como algo mítico-fantástico. Sin
embargo algunos de sus teóricos muestran una faceta diferente de tipo
cristiano, con lo que tratan de mezclar el cristianismo con el materialismo
histórico, con los objetivos de la vida humana para buscar la felicidad.

Socialismo

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El socialismo es un orden socioeconómico basado en la propiedad pública de


los medios de producción, el control colectivo y planificado de la economía por
parte de la sociedad como un entero. También se define por socialista a toda
teoría, doctrina o movimiento que aboga por su implantación. El socialismo
puede ser no-estatal (mediante la propiedad comunitaria en un sentido amplio)
o estatal (a través de la nacionalización y la planificación económica de la
producción).
En un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de los
medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los
bienes de capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del
trabajo asalariado, que supone en la teoría marxista una forma de explotación
por vía económica. Siendo el capitalismo la última sociedad con clases dentro
de la secuencia histórica de los modos de producción de Karl Marx, esto
comportaría a su vez la desaparición de las clases sociales que son generadas
por los diferentes orígenes del ingreso, dando así por superada la lucha de
clases como motor histórico.

Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos que adoptan el


título de Socialismo: desde aquellos con vagas ideas de búsqueda del bien
común e igualdad social, hasta los proyectos reformistas de construcción
progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o las variantes pre y
post-marxistas de socialismo (sean obreristas o nacionalistas), o al
intervencionismo, definiciones de socialismo o de sus métodos que pueden
variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas
veces se distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatistas,
nacionalistas, marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos,
corporativistas de Estado o fascistas, socialistas de renta, socialistas de
mercado, mutualistas, socialdemócratas modernos, etc.

El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que


permanece vinculado con el establecimiento de un orden socioeconómico
construido por, para, o en función de, una clase trabajadora organizada
originariamente sin un orden económico propio, y para el cual debe crearse uno
público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución social
o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad
sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no
era originaria del ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es
deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento socialista no
se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que
se persiguen.

[editar] Socialismo y comunismo

A diferencia de lo que sucede con el concepto de "comunismo" (término cuya


utilización se remonta a Platón), en el cual la contribución a la producción
común es libre y no planificada mientras que el consumo se vive en común,1 la
palabra "socialismo" (que apareció por primera vez en 1834 bajo los auspicios
de Robert Owen) describe la organización colectiva de la producción y la
distribución en tanto el consumo permanece siendo particular.2 En el siglo XIX
en proceso de proletarización masiva por el ascenso del capitalismo industrial
la idea socialista evolucionó como concepto e ideología de economía política
proponiendo un sistema social, económico y político basado en la organización
consciente (planificada) de la producción de acuerdo a unos fines
preestablecidos de contribución al bien general: sería el denominado
movimiento socialista (en algunos lugares movimiento para la reforma del
trabajo).
Sintetizado a partir de las ideas y escritos de distintos grupos y pensadores que
buscaban alumbrar un sistema menos voraz y más justo, el socialismo recibe
un gran impulso de la teoría marxista que desprende al socialismo de todo
idealismo moral y político, y lo fundamenta como una necesidad para el
desarrollo del presente período tecnológico, que es lo único que podría hacerlo
realizable (no-utópico) según la doctrina del materialismo histórico.

Con el surgimiento del marxismo los medios socialistas y los fines comunistas
son absorbidos y reformulados dentro de una sola doctrina que entiende ambos
sistemas como dos pasos históricamente necesarios en el desarrollo de una
sociedad escindida por la lucha de clases hacia una etapa comunista final sin
clases. El movimiento comunista, que ya había surgido de ciertos períodos
radicales colectivistas de la Revolución francesa como movimientos
remanentes (véase el comunismo de Babeuf y la Conspiración de los Iguales) y
había dejado de ser un activismo social cambiante durante diferentes períodos
históricos para convertirse en activismo político, se transforma en partido e
ideología gracias a la introducción por parte de Karl Marx de las ideas de los
doctrinarios socialistas (por entonces tomadas seriamente), adoptando un
sólido cuerpo doctrinal del que carecía. Mientras que gracias al marxismo las
ideas socialistas y comunistas se desprenden del idealismo y se unifican en un
solo movimiento ideológico llamado Comunismo, el Socialismo como ideología
se escinde en varias corrientes: socialismo utópico, socialismo de Estado,
socialismo corporativista, socialismo militar, socialismo clerical, socialismo
obrero, socialismo popular, socialismo nacional, etc.

[editar] Explicación previa al contexto

En las práctica el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el


transcurso del tiempo. Muchos de los denominados socialistas derivaron
históricamente en la búsqueda de instaurar un Estado obrero organizado de
abajo hacia arriba (en oposición al Estado de clase, organizado de arriba hacia
abajo), de los sectores económicos y políticos para evitar (parcial o
completamente) que una minoría de los ciudadanos poseedora de los medios
de producción (burguesía) pueda ejercer la explotación a la mayoría de los
ciudadanos obreros de la producción.

Otros mientras tanto continuaron rechazando la vía del control estatal


considerando que el capitalismo sólo era posible gracias al poder impositivo o
la coacción que garantiza privilegios legales sobre la propiedad a quienes
tienen el favor del poder estatal y continuaron reivindicando el significado
básico y original del socialismo como "medios de producción en poder de los
productores", de todas formas durante el siglo XX ésta se convirtió en una
opción socialista minoritaria y heterodoxa.

La ideología con que muchas veces se relaciona en la actualidad al sistema del


socialismo es la socialdemocracia, ya que trata de reducir las diferencias
económicas entre clases; para ello los países basados en estas ideologías
socialistas tienen medidas para redistribuir la riqueza; las personas de clase
alta (personas que poseen más riquezas/dinero que la media) se les requiere
pagar impuestos más altos que a la media de las personas de ese país, con el
fin de distribuir la riqueza en la sociedad y ofrecer o facilitar oportunidades que
individuos de clase baja no podrían tener. Razón por la cual en la actualidad la
mayoría del "socialismo" y de esta palabra se identifica con los postulados
socialdemócratas, incluso por parte de corrientes clásicamente asociadas al
movimiento socialista que ante la parcial asimilación de la palabra "socialismo"
por la socialdemocracia dudan, evitan o rechazan denominarse de esa manera.

Como ya se indicó el significado dado al socialismo es muy amplio y puede


variar según el exponente al igual que los proyectos que aplicarían, aunque
normalmente se refieren al socialismo democrático-estadocéntrico o de partido
(parlamentario) y su modelo suele ser el de políticas económicas
intervencionistas.

[editar] Historia

[editar] Origen

[editar] La influencia de la ilustración y el socialismo utópico

El estudio del socialismo se inicia a partir de la Revolución francesa en 1789,


que causó el derrocamiento de la clase feudal francesa y la ascensión al poder
de la burguesía. En el siglo XVIII y XIX los principales países de Europa
desarrollan el proceso de sustitución del feudalismo por el capitalismo como
sistema económico, y los estados feudales se unen para formar las modernas
Naciones-Estado.

En el contexto de la Revolución francesa aparece François Babeuf, el primer


pensador socialista.

Inglaterra fue la cuna del socialismo utópico. Existen dos causas importantes
que dan al socialismo utópico inglés su carácter peculiar: la revolución
industrial, con su cortejo de miserias para el naciente Proletariado, y el
desarrollo de una nueva rama de la ciencia: la economía política. Recordemos
entre los socialistas utópicos a Robert Owen (1771-1858), quien fue el primero
en considerar al proletariado como clase independiente con intereses comunes.

En Francia tuvo un carácter más filosófico que en Inglaterra. Su primer


representante fue el conde Henri de Saint-Simon. Propuso la Federación de
Estados Europeos, como instrumento político para evitar las guerras y asegurar
la paz mundial. Al mismo tiempo Carlos Fourier, concibió los falansterios
(comunidades humanas regidas por normas de libre acuerdo y economía
socializada). De la inspiración de los principios fourieristas se constituyeron
algunos falansterios.

Véanse también: Socialismo utópico y falansterio


[editar] Los debates entre los socialistas clásicos

Karl Marx

Poco después aparece la teoría marxista que desde una teoría crítica del
capitalismo, desarrolla una propuesta política: el socialismo científico. Karl Marx
postula en su obra "El Capital" la diferenciación entre «valor de uso» y «valor
de cambio» de una mercancía y la definición de plusvalía, siendo éstas sus
mayores contribuciones a la economía política; no obstante, los economistas
modernos no utilizan estos conceptos del mismo modo que lo hacen los
seguidores de la escuela marxista del pensamiento económico. Entre los
socialistas hubo una temprana división entre marxistas y anarquistas. El
marxismo como teoría recibió muchas interpretaciones, algunas de ellas
constituirán durante muchas décadas la base ideológica de la mayoría de
partidos socialistas europeos. Más tarde, a raíz de la Revolución rusa y de la
interpretación que le dio Lenin, el marxismo-leninismo se convertiría en el
ideario de los partidos comunistas, agrupados bajo la III Internacional.

Mijaíl Bakunin, ideólogo político, defensor de la libertad individual y colectiva

La teoría marxista se construye en debate con el anarquismo. El anarquismo se


podría inscribir dentro de los debates tempranos del socialismo, que como ideal
busca que las personas decidan sobre sus vidas directamente. Propugna la
abolición del Estado y de toda autoridad. Es la corriente con un trasfondo de
respeto y valoración al sujeto o individuo, y que considera a la libertad como el
camino y el objetivo del socialismo y que propone la horizontalidad en las
asociaciones humanas voluntarias, la autonomía local junto con la
autoorganización de los movimientos sociales frente a las instituciones del
Estado y a las multinacionales y monopolios propios del capitalismo. La meta
del socialismo libertario es construir una sociedad basada en las libertades
civiles, la equidad social, la iniciativa personal, la cooperación moral de un
individuo, eliminando las clases sociales estratificadas, promoviendo
estructuras políticas y económicas autogestionarias, descentralizadas o
distribuidas.

[editar] El socialismo en el siglo XX

El socialismo alcanzó su apogeo político durante el siglo XX en el bloque


socialista de Europa, la URSS, estados socialistas de Asia y del Caribe.

Cartel propagandístico soviético, ilustra a Lenin "limpiando" simbólicamente el


mundo de los reyes, ricos e imperialistas, glorificando así el socialismo.

Durante la segunda mitad del siglo XX fue de gran importancia para el llamado
bloque socialista, que la Unión Soviética liberara a los países ocupados del
Tercer Reich en el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial, pues
estos mismos posteriormente adoptaron sistemas de gobierno socialistas que
hicieron que el campo socialista alcanzara un amplio dominio.

Indicadores del auge socialista durante el siglo XX son por ejemplo, los
grandes avances en la tecnología, como por ejemplo en los programas
espaciales, así como la gran tecnología militar, principalmente en la Unión
Soviética. La contrapartida es el abandono de los principios socialistas por la
burocracia estatal, que no salió de la economía de guerra y limitó la democracia
socialista.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre el bloque
socialista, encabezado por la URSS, y el capitalista, encabezado por Estados
Unidos, desembocó en un enfrentamiento político que se conocería como
Guerra Fría. Se conoció de ella extraoficialmente y fue la competencia por la
superioridad en todos los aspectos y lograr así el dominio completo (pero no
directo) de la mayor cantidad de países. Culminó con la desintegración de la
URSS por sus contradicciones económicas y políticas y fuertes presiones
externas, y seguida de una repentina crisis en los demás estados socialistas,
principalmente los europeos.

[editar] Socialismo del siglo XXI

Artículo principal: Socialismo del siglo XXI

El socialismo del siglo XXI es un concepto ideado por A.V. Buzgalin en una
publicación originalmente en ruso en 1996 y en español en el año 2000. En
efecto el primer texto sobre el tema no es el de Heinz Dieterich, sino uno del
autor ruso titulado "El Socialismo del siglo XXI" (160 pp., Guanabo, Cuba,
Enero 20, 2000, Costo 9 euros). El de Heinz Dieterich Steffan, es posterior, a
partir de 1996,3 y muy difundido desde el 30 de enero de 2005, por el
Presidente de Venezuela, Hugo Chávez en ese entonces desde el V Foro
Social Mundial.

El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI es un socialismo


revolucionario que bebe directamente de la filosofía y la economía marxista, y
que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la
economía de equivalencias, la democracia participativa y las organizaciones de
base. Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI se funda en la visión de
Karl Marx sobre la dinámica social y la lucha de clases. Dieterich profundiza la
teoría marxista y la actualiza en el mundo de hoy, incorporando los avances del
conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus
limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la economía política
como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una
sociedad libre de explotación. Resumiendo, el socialismo del siglo XXI supone
que es necesario un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente
controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo.

En el marco de la Revolución bolivariana, Chávez ha señalado que para llegar


a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como
Democracia Revolucionaria. Hugo Chávez expresó “Hemos asumido el
compromiso de dirigir la Revolución bolivariana hacia el socialismo y contribuir
a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la
solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un
discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido.
Más bien, dijo Chávez “debemos transformar el modo de capital y avanzar
hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”.4

[editar] Una ideología, un grupo de ideologías


Friedrich Engels, filósofo socialista alemán.

Existen diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de
acuerdo de que están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en
el siglo XIX y el siglo XX, entre las luchas de los trabajadores industriales y
agricultores, operando de acuerdo a los principios de solidaridad y vocación a
una sociedad igualitaria, con una economía que pueda, desde sus puntos de
vista, servir a la amplia población en vez de a unos pocos.

De acuerdo con los autores marxistas (más notablemente Friedrich Engels), los
modelos y las ideas socialistas serían rastreables en los principios de la historia
social, siendo una característica de la naturaleza humana y sus modelos
sociales.

En el marxismo-leninismo el socialismo es considerado como la fase previa al


comunismo, por ello los procesos revolucionarios vividos por la URSS, Cuba y
China se relacionan con esta doctrina, ya que, en el caso de la URSS nunca se
logró alcanzar el comunismo, y en el caso de Cuba todavía buscaría alcanzar
ese objetivo.Principio del formulario

lcaraz, Felipe Allende, Salvador


Anguita, Julio Bullejos Sánchez, José

Camacho, Marcelin
Carrillo, Santiago
o

Guevara, Ernesto "CHE


Castro, Fidel
"

Grimau, Julian Diaz, José

Engels, Federico Fruto, Francisco

Gramsci, Antonio
Ho Chi Minh

Ibarruri, Dolores Iglesia, Gerardo

"Lenin", Vladimir Mao Tse Tung


Marx, Carlos Quejido, Antonio García

Luxemburgo, Rosa

El capitalismo es el sistema económico fundado en el capital como relación


social básica de producción. En el capitalismo los individuos privados y las
empresas, empleando trabajadores asalariados, llevan a cabo la producción y
el intercambio de bienes o de servicios, con el propósito de producir y
acumular ganancias u otro beneficio de interés propio.

También se denomina capitalismo o sociedad capitalista a todo el orden social,


político y jurídico originado en la civilización occidental y basado en aquél
sistema económico. El orden capitalista se distingue de los anteriores por su
movilidad social y por la regulación formal de las relaciones sociales mediante
el contrato libre.

Existen diferentes apreciaciones sobre la naturaleza del capitalismo según la


perspectiva social e ideológica desde la cual se lo analice.

[editar] Características

El capitalismo es concebido, al menos, de tres formas diferentes dependiendo


del énfasis en la consideración de ciertas características como determinantes o
intrínsecas, desde enfoques respectivamente políticos, culturales y sociales, sin
que esto implique una exclusión mutua de las diferentes definiciones.

En cada caso existe una referencia en el origen etimológico de la palabra


capitalismo a la idea de capital, y estas referencias son codependientes:
quienes invierten, crean o adquieren capital permanecen como legítimos
propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción; la rentabilidad del
capital invertido en un libre mercado de productos y servicios es el eje central
de la vida económica.

Estas definiciones serían:

 El régimen económico en el cual la titularidad de los medios de


producción es privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un
régimen de bienes de capital industrial y de tenencia y uso de la tierra
basado en la propiedad privada.

 La estructura económica en la cual los medios de producción operan


principalmente en función del beneficio y en la que los intereses
directivos se racionalizan empresarialmente en función de la inversión
de capital y hacia la consecuente competencia por los mercados de
consumo y trabajo asalariado.

 El orden económico en el cual predomina el capital sobre el trabajo


como elemento de producción y creación de riqueza, sea que dicho
fenómeno se considere como causa o como consecuencia del control
sobre los medios de producción por parte de quienes poseen el primer
factor.

Salvo en su específica combinación ninguna de las siguientes características


es exclusiva del capitalismo: la motivación basada en el cálculo costo-beneficio
dentro de una economía de intercambio basada en el mercado, el énfasis
legislativo en la protección de un tipo específico de apropiación privada (en el
caso del capitalismo particularmente lockeana), o el predominio de las
herramientas de producción en la determinación de las formas
socioeconómicas. Así, sólo el conjunto codependiente de tales características
puede ser considerado un sistema capitalista, organizativamente en torno a las
relaciones sociales que produce en determinados espacios,
independientemente se vea de forma favorable o no, sería:

 El sistema económico en el cual las relaciones sociales de producción y


el origen de la cadena de mando –incluyendo la empresaria por
delegación– se establece desde la titularidad privada y exclusiva de los
accionistas de una empresa en función de la participación en su
creación en tanto primeros propietarios del capital. La propiedad y el
usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el
capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación,
con independencia de que la aplicación productiva del capital se genere
mediante un trabajo colectivo y conjunto, material e inmaterial, por cada
uno de los actores de la misma empresa.

Para definir al capitalismo es necesario describir todos sus principios básicos,


ya que si bien existe un consenso sobre su definición, este es de un nivel muy
básico y suelen confundirse las características atribuidas al capitalismo
(algunas suelen ser erróneas) con el capitalismo como sistema.

Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como


sistema económico, predomina el capital sobre el trabajo como elemento de
producción y creador de riqueza. El control privado de los bienes de capital
sobre otros factores económicos tiene la característica de hacer posible
negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas, inversiones,
etc. Eso crea el otro distintivo del capitalismo que es el beneficio o ganancia
como prioridad en la acción económica en función de la acumulación de capital
que por vía de apropiación lockeana puede separarse del trabajo asalariado.
En las democracias liberales se entiende muchas veces el capitalismo como un
modelo económico en el cual la distribución, la producción y los precios de los
bienes y servicios son determinados en la mayoría de las veces por alguna
forma de libre mercado. Ciertas corrientes de pensamiento discuten si esta es
la definición exacta de capitalismo o si sólo se trataría de una de sus
características.

Generalmente, el capitalismo se considera un sistema económico en el cual el


dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción desempeña
un papel fundamental. Es importante comprender lo que se entiende por
propiedad privada en el capitalismo ya que existen múltiples opiniones, a pesar
de que este es uno de los principios básicos del capitalismo: otorga influencia
social a quienes detentan la propiedad de los medios de producción (o en este
caso el capital), la burguesía, dando lugar a una relación jerárquica de
funciones entre el empleador y el empleado. Esto crea a su vez una sociedad
de clases móviles en relación con el éxito o fracaso económico en el mercado
de consumo, lo que influye en el resto de la estructura social según la variable
de capital acumulada; por tal razón en el capitalismo la pertenencia a una clase
social es movible y no estática.

Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos invertidos


por los prestadores de capital para la producción social, deben estar en manos
de las empresas y personas particulares que los adquieran. De esta forma a los
particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que utilicen
en sus labores productivas, de los que, a fines empresariales, podrán usar
como mejor les parezca.

La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de


conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o
servicio que será ofrecido en el mercado que éstas dispongan. A su vez, son
libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o
salir de éste. La libertad de elección se aplica a las empresas, los trabajadores
y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos como crea
conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté
dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que
desean consumir, buscando que el producto escogido cumpla con sus
necesidades y se encuentre dentro de los límites de su ingreso.

Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o


personas que ofrecen y venden un producto (son oferentes) en un mercado
determinado. En dicho mercado también existe un gran número de personas o
empresas, denominadas consumidores (también llamados demandantes), las
cuales, según sus preferencias y necesidades, compran o demandan esos
productos o mercancías. A través de la competencia se establece una
«rivalidad» o antagonismo entre productores. Los productores buscan acaparar
la mayor cantidad de consumidores/compradores para sí. Para conseguir esto,
utilizan estrategias de reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc.

El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado


predomina, esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones
además de las polémicas sobre qué debe ser denominado libre mercado o libre
empresa. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre
personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los
demandan. El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda,
regula los precios según los cuales se intercambian las mercancías (bienes y
servicios), permite la asignación de recursos y la distribución de la riqueza
entre los individuos.

Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por
ejemplo, el capitalista, quien posee los recursos y el capital, busca la
maximización del beneficio propio por medio de la acumulación y reproducción
de los recursos, del capital; los trabajadores, quienes trabajan por la
recompensa material que reciben (el salario) y, por último, los consumidores,
quienes buscan obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que
quieren y necesitan al menor precio posible.

La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e


implantación de este sistema económico y político ha sido el liberalismo
económico y clásico del cual se considera sus padres fundadores a John
Locke, Juan de Mariana, Adam Smith y Benjamin Franklin. El pensamiento
liberal clásico sostiene en economía que la intervención del gobierno debe
reducirse a su mínima expresión. Sólo debe encargarse del ordenamiento
jurídico que garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa de las
llamadas libertades negativas: los derechos civiles y políticos, el control de la
seguridad interna y externa (justicia y protección), y eventualmente la
implantación de políticas para garantizar el libre el funcionamiento de los
mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su
funcionamiento. Sus representantes contemporáneos más prominentes son
Ludwig von Mises y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela de Viena
de economía; George Stigler y Milton Friedman por parte de la llamada Escuela
de Chicago, existiendo profundas diferencias entre ambas.

Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al


Estado funciones diferentes. Por ejemplo los que adscriben a lo sostenido por
John Maynard Keynes, según el cual el Estado puede intervenir para
incrementar la demanda efectiva en época de crisis. También se puede
mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un rol
importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento
en este sentido es el neoinstitucionalismo)

[editar] Origen

Artículo principal: Historia del capitalismo


Sede del Banco Mundial.

Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la


civilización, pero el capitalismo como sistema económico, en teoría, no
apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra sustituyendo al feudalismo. Según
Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a
«realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De esta
forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le
atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.1

Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y


fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el
siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos
XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras
el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes
cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden
económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que
predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía
en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no
se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.

Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de


las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según
Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un
elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de
obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la
posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos
resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el
riesgo de tener pérdidas o ganancias.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la
filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de
forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados
nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento
y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue
posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el
empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor
crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.
[editar] Discusión política

[editar] Críticas al capitalismo

Artículo principal: Anticapitalismo

Parte de la critica al capitalismo es la opinión de que es un sistema


caracterizado por la explotación intraeconómica (a diferencia del esclavismo y
el feudalismo) de la fuerza de trabajo del hombre al constituir el trabajo como
una mercancía más. Esta condición sería su principal contradicción: Medios de
producción privados con fuerza de trabajo colectiva, de este modo, mientras en
el capitalismo se produce de forma colectiva, el disfrute de las riquezas
generadas es privado. La alternativa histórica al capitalismo con mayor acogida
ha estado representada por el comunismo.[cita requerida]

[editar] Marxismo
Artículo principal: Modo de producción capitalista

Para el materialismo histórico (el marco teórico del marxismo), el capitalismo es


un modo de producción.

Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx


(Manifiesto Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica
de tres elementos: la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y
Thomas Malthus), la filosofía idealista alemana (fundamentante la dialéctica
hegeliana) y el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX
(representado por autores que Marx calificaba de socialistas utópicos).

[editar] Capitalismo e imperialismo

Los críticos del capitalismo le responsabilizan de generar numerosas


desigualdades sociales. Tales desigualdades eran muy acusadas durante el
siglo XIX, sin embargo se experimentaron notables mejorías en los países
industrializados a lo largo del siglo XX, a pesar de que nunca se haya
demostrado con hechos objetivos y, además, las desigualdades crecieran
exponencialmente respecto a los países colonizados. Pero los críticos del
capitalismo (John A. Hobson, Imperialism, a study, Lenin El imperialismo, fase
superior del capitalismo) señalaron desde finales del siglo XIX que tales
avances se obtuvieron por un lado a costa del colonialismo, que permitió el
desarrollo económico de las metrópolis, y por otro lado gracias al Estado del
Bienestar, que suavizó los efectos negativos del capitalismo e impulsó toda una
serie de políticas sociales.

Otras críticas al capitalismo que se enlazan a décadas anteriores con el mismo


matiz antiimperialista (a partir del pensamiento centro-periferia) provienen de
los movimientos antiglobalización, que denuncian al modelo económico
capitalista y las empresas transnacionales como el responsable de las
desigualdades entre el Primer Mundo y el Tercer Mundo, teniendo el tercer
mundo una economía dependiente del primero.
[editar] El mercado como institución no natural

Desde una perspectiva no estrictamente marxista, Karl Polanyi (La gran


transformación, 1944) insiste en que lo crucial en la transformación capitalista
de economía, sociedad y naturaleza fue la conversión en mercancía de todos
los factores de producción (tierra, o naturaleza y trabajo, o seres humanos) en
beneficio del capital.

[editar] Ecologismo

La crítica ecologista argumenta que un sistema basado en el crecimiento y la


acumulación constante es insostenible, y que acabaría por agotar los recursos
naturales del planeta, muchos de los cuales no son renovables. Más aún si el
consumo de estos recursos es desigual entre los países y en sus respectivas
clases sociales. Hasta hace algunas décadas, se pensaba que los recursos
naturales eran inagotables y que la contaminación, pérdida de la biodiversidad
y de paisajes eran los costes inevitables del progreso.

Actualmente existen dos tendencias principales: aquella que defiende un


desarrollo sostenible de la economía (que consistiría en adaptar el actual
modelo al nuevo problema medioambiental), y otra que defiende un
decrecimiento de la economía (que apunta directamente a nuevos sistemas de
organización económica2 ). Como contraparte al ecologismo colectivista, surge
el ecologismo de mercado con base en la libertad individual.

[editar] Defensa del capitalismo

[editar] Crecimiento económico

Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover


el crecimiento económico, tal como se mide por el Producto Interno Bruto (PIB),
utilización de la capacidad instalada o calidad de vida. Este argumento fue
central, por ejemplo, en la propuesta de Adam Smith de dejar que el libre
mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los
recursos.

Sostienen que el rápido y consistente crecimiento de los indicadores


económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al surgimiento del
capitalismo moderno.3 4 Mientras que las mediciones no son idénticas, aquellos
que están a favor argumentan que incrementar el PIB (per capita) ha
demostrado empíricamente una mejora en la calidad de vida de las personas,
tal como mejor disponibilidad de alimentos, vivienda, vestimenta, atención
médica, reducción de horas de trabajo, y libertad de trabajo para niños y
ancianos.5

Argumentos favorables al capitalismo también afirman que una economía


capitalista brinda más oportunidades a los individuos de incrementar sus
ingresos a través de nuevas profesiones o negocios que otras formas de
economía. Según esta manera de pensar, este potencial es mucho mayor que
en las sociedades feudales o tribales o en las sociedades
igualitarias/socialistas.

[editar] Autoorganización

Defensores del capitalismo afirman que este sistema puede organizarse a sí


mismo como un sistema complejo sin necesidad de un mecanismo de
planeamiento o guía externa.6 A este fenómeno se lo llama laissez faire.7 En un
proceso de este tipo la búsqueda de ganancias tiene un rol importante. A partir
de las transacciones entre compradores y vendedores emerge un sistema de
precios, y los precios surgen como una señal de cuáles son las urgencias y
necesidades insatisfechas de las personas. La promesa de ganacias les da a
los emprendedores el incentivo para usar su conocimiento y recursos para
satisfacer esas necesidades. De tal manera, las actividades de millones de
personas, cada una buscando su propio interés, se coordinan y complementan
entre sí.8

[editar] Variantes del capitalismo

Entre las variantes del capitalismo figuran el anarcocapitalismo, el capitalismo


corporativo, el capitalismo de amigos, el capitalismo financiero, el capitalismo
laissez faire, el tecnocapitalismo, el neocapitalismo, el tardocapitalismo, el
postcapitalismo, el capitalismo de Estado y el capitalismo monopolista de
Estado. Hay también movimientos anticapitalistas e ideologías que incluyen el
anticapitalismo y las relaciones negativas con el sistema como la tragedia de
los comunes, el corporativismo y la esclavitud del salario.

[editar] Notas

1. ↑ Guillermo Hirschfeld. «Refundar el capitalismo: Una misión imposible».


Hispanic American Center for Economic Research. Consultado el 20 de
noviembre de 2009.
2. ↑ Ideológicamente plurales pues no consistiría en una única receta a
nivel mundial, sino según la región.
3. ↑ Robert E. Lucas Jr.. «The Industrial Revolution: Past and Future».
Federal Reserve Bank of Minneapolis 2003 Annual Report. Consultado
el 20 de noviembre de 2009.
4. ↑ J. Bradford DeLong. «Estimating World GDP, One Million B.C. –
Present». Consultado el 20 de noviembre de 2009.
5. ↑ Clark Nardinelli. «Industrial Revolution and the Standard of Living».
Consultado el 20 de noviembre de 2009.
6. ↑ George Reisman. «Freedom Is Slavery: Laissez-Faire Capitalism Is
Government Intervention, A Critique of Kevin Carson’s Studies in
Mutualist Political Economy». Capitalism.net. Consultado el 20 de
noviembre de 2009.
7. ↑ La frase «laissez faire, laissez passer» es una expresión francesa que
significa «dejad hacer, dejad pasar», refiriéndose a una completa
libertad en la economía: libre mercado, libre manufactura, bajos o nulos
impuestos, libre mercado laboral, y mínima intervención de los
gobiernos. Fue usada por primera vez por Jean-Claude Marie Vicent de
Gournay, fisiócrata del siglo XVIII, contra el intervencionismo del
gobierno en la economía.
8. ↑ Walberg, Herbert (2001). Education and Capitalism, Hoover Institution
Press, pp. 87–89. ISBN 0-8179-3972-5.

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