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Fundamentos Psicologia Social
Fundamentos Psicologia Social
PSICOLOGÍA SOCIAL I
Docente
MIRIAN BASANTES
Integrantes:
Inca Almeida Alex Daniel
Curso:
Quinto semestre “a”
octubre de 2019
Grupo Uno
Autoconcepto
Algunos autores, como Harter (1986), realizan aportaciones interesantes, como que el
autoconcepto general o global va a estar determinado por el grado de importancia que demos a
cada uno de los componentes específicos. Si al autodescribirnos nuestros juicios de valor son
satisfactorios, entonces obtendremos un autoconcepto global positivo. En el caso contrario,
generaremos sentimientos negativos y, por tanto, repercutirá en un autoconcepto global
negativo.
Según Vera y Zebadúa (2002), el autoconcepto se considera una necesidad humana profunda y
poderosa, básica para la vida sana, con un buen funcionamiento y para la autorrealización. Está
relacionado con nuestro bienestar en general. Muchos de los problemas psicológicos actuales
como la depresión o los malos tratos conyugales se relacionan con un autoconcepto bajo o
defectuoso.
Autoeficacia
Hay que decir que en el concepto de autoeficacia entran en juego las cuatro características
planteadas por Tejada (2005): las elecciones (toma de decisiones), el esfuerzo y trabajo a aplicar
(gastos de energía física o mental), los patrones de pensamiento y las reacciones emocionales.
Así mismo, es muy importante, que la elaboración, por parte del sujeto, de un concepto
subjetivo de autoeficacia se encuentre en estrecha relación con la eficacia objetiva del mismo
para tener un adecuado desarrollo en el cotidiano vivir, ya que “un funcionamiento competente
requiere tanto precisión en las autopercepciones de eficacia como la posesión de habilidades
reales y el conocimiento de la actividad a realizar, así como de los juicios del sujeto acerca de
los resultados más probables que una conducta determinada producirá”.
Y es que, según afirma Bandura (2001), “el sistema de creencias de eficacia no es un rasgo
global sino un grupo de autocreencias ligadas a ámbitos de funcionamiento diferenciado”; sin
embargo, varios investigadores se han interesado en las últimas décadas por la comprensión de
una noción de autoeficacia desde un sentido más general y amplio (Sanjuán, Pérez & Bermúdez,
2000).
Locus de control
locus de control como un importante factor protector de la salud mental, resulta ventajoso contar
con un diagnóstico precoz que pueda ser utilizado con fines predictivos. Afortunadamente, y
gracias al esfuerzo de numerosos investigadores, existen escalas de locus de control para niños
(Diaz Loving y Andrade Palos 1984; Richaud de Minzi 1990) y adolescentes (Richaud de Minzi
inédito) e incluso aplicados a comunidades o circunstancias específicas, como grupos religiosos
(Oros, Richaud de Minzi y Main inédito; Welton, Adkins, Ingle y Dixon 1996)
Autoestima
Valencia (2007) sostiene que Maslow ha catalogado la autoestima dentro de una de las
necesidades fundamentales que tiene el ser humano, la de reconocimiento, referida al respeto y
la confianza que se tiene en sí mismo. Ésta es provista a través del reconocimiento que otros
dan a la persona, del éxito que se va teniendo a lo largo de la vida y de las experiencias positivas
o negativas que se viven, así se van construyendo evaluaciones sobre lo que cada quien
considera que es y se crea una valoración generalizada sobre sí mismo, en otras palabras, la
autoestima.
Autoevaluación
De acuerdo con F. González y A. Mitjáns (1997), esta es una forma más de defender el carácter
activo de los educandos a lo largo de todo el proceso. Los educandos aprenderán no sólo a
depender de las valoraciones externas, como es el criterio evaluativo de los educandos, sino a
analizar y valorar sus propias ejecuciones y en qué medida estas responden a sus proyectos y
expectativas iniciales. Para una adecuada autoevaluación, los educandos han de participar en la
selección de indicadores y criterios
Grupo Dos
Impresiones
El concepto de marca personal se hace más necesario en la actualidad,7 porque las relaciones
interpersonales son cada vez más anónimas. Cuando los seres humanos disfrutan de los mismos
atributos (como la formación, la experiencia, las aspiraciones) las personas tienden a ser vistas
como números iguales, por lo que para la promoción individual, cada persona debe
diferenciarse y mostrarse de modo distinto, único e irrepetible.
Según algunos autores como Vander Zanden, (1998) definen la percepción como “el proceso
por el cual se reúne e interpreta la información. Sirve como enlace entre el individuo y su
ambiente”. A partir de esra definición podemos distinguir otros tipos de percepción. Así, la
Percepción Social es el proceso por el cual nos formamos una primera impresión de una persona
y establecemos una relación con ella. Incluye aquellos procesos de índole cognitiva mediante
los cuales elaboramos juicios relativamente elementales acerca de otras personas (Bruner y
Tagiuri, 1954). Finalmente, la Percepción Interpersonal sería la captación, imagen o
representación mental que una persona realiza de otra.
Sujeto y objeto son personas. Es la diferencia esencial con la percepción de objetos. De aquí se
desprenden practicamente todas las restantes características (Fiske y Taylor, 1991). -
Posibilidad de interacción perceptiva - comunicativa - expectativa. El percibido percibe
también al perceptor. - El Objeto–Persona es cambiante, lo que aumenta la dificultad de
comprobar las percepciones. - El Objeto-Persona es polifacético, cambia según el contexto.
Constructos: son rasgos bipolares en función de los cuales clasificamos la información recibida.
En Percepción Interpersonal los constructos serán de rasgos físicos, comportamentales o
psicológicos y sociales.
Rasgos Centrales: Son, en cada impresión, aquellos rasgos que tienen un mayor impacto sobre
los demás, sirviendo como elementos aglutinadores de la impresión. Los restantes rasgos no
centrales se consideran periféricos.
Analogía proyectiva: Según este mecanismo, dos personas que se parecen en algún aspecto,
son también percibidas como semejantes en otros rasgos todavía no verificados.
Estereotipos: El estereotipo es la tendencia a percibir a una persona con base en los atributos
que caracterizan a la categoría o grupo social a la cual pertenece Teorías Implícitas de la
Personalidad (TIP): El término procede de Bruner y Tagiuri (1954) y el fenómeno, como la
mayoría de las estructuras cognitivas, tienen una de sus principales razones de ser en la
necesidad que tenemos de estructurar, dotando de orden y de significado nuestras percepciones
de la realidad.
Hay dos concepciones de las TIP (Leyens y Dardenne, 1996). La más general se refiere a ellas
como aquellas creencias que cada uno de nosotros tiene acerca del ser humano en general,
especialmente en relación con la frecuencia y variabilidad de un determinado rasgo de
personalidad. Para la definición más específica las TIP “son creencias acerca de qué rasgos y
características de las personas suelen aparecer unidas, es decir, ocurren conjuntamente”.
Efectos de Primacía y Recencia. Forman parte fundamental de los factores relativos al
contenido de la percepción. Corresponden a los estudios iniciales del Modelo de los Rasgos
Centrales Asch (1946).
Grupo Tres
Inferencia sería la interpretación de la conducta supone añadir algo, inferir o deducir algo, que
de hecho no está en los datos de conducta observados. Supone también una cierta anticipación
de la conducta ajena, en función de la percepción que tengo de ella y de las explicaciones que
doy a sus conductas anteriores.
Facilitación
Grupo Cuatro
Teorías de la Atribución
La psicología ingenua de la acción de heider Heider (1958), fue el primer autor que abordó el
estudio de los procesos que conducen hasta la respuesta a la pregunta “¿por qué?” (“Proceso de
atribución causal” o “proceso atributivo”), quien consideraba básico su estudio en el
funcionamiento psicológico de las personas. Experimentó y teorizó para explicar cómo se
buscan las “causas” de los sucesos que ocurren, especialmente las de aquellos que resultan
extraños o se salen de la norma. Según Heider, las personan tienden a creer que un suceso queda
explicado satisfactoriamente cuando descubren por qué ha ocurrido, recurriendo para ello a
unas normas de inferencia de sentido comúnreglas de la “psicología ingenua de la acción”,
que exige analizar:
1) La “capacidad del actor”: en el ejemplo anterior, analizar la capacidad del “amigo” (actor)
para realizar la conducta de “no saludar”.
2) La “dificultad de la tarea”: puede suceder que, aun teniendo capacidad genética para saludar,
el “amigo” no lo ha hecho debido a circunstancias que se lo impiden (aglomeración, falta de
visibilidad). Ambos puntos, capacidad del actor y dificultad de la tarea, determinan
conjuntamente si la acción es posible para el actor.
4) La naturaleza y/o la intensidad de los esfuerzos realizados por el actor, ya que a partir de
ellos se infiere la presencia o ausencia de motivación.
Una misma conducta se puede interpretar de formas completamente diferentes. Las atribuciones
causales no se realizan únicamente a partir de la información de que disponemos, sino que
también están mediatizadas por nuestras actitudes y expectativas, así como por la particular
perspectiva que tenemos del hecho o conducta observado. Todos estos factores nos recuerdan
el carácter subjetivo de la atribución. En esta subjetividad residen los frecuentes errores o sesgos
atribucionales que cometemos. Nosotros vamos a destacar: El error fundamental de atribución;
el falso consenso; sesgos favorables al yo; sesgos favorables al grupo; el sesgo insidioso de
Seligman.
5.3. Sesgos favorables al yo Esta categoría de sesgos se refiere a la tendencia a atribuir los
resultados positivos propios a causas internas (por ej. habilidad o características personales), y
los resultados negativos a causas externas (por ej. azar o dificultad de la tarea). Se han sugerido
varias posibles explicaciones para esta tendencia, las cuales pueden ser agrupadas en dos
categorías: (a) cognitiva y (b) motivacional.
5.4. Sesgos favorables al grupo Tendencia de los sujetos, en contextos intergrupales, a explicar
las conductas positivas realizadas por otros miembros de su propio grupo sobre la base de
disposiciones personales del actor, mientras que sus acciones negativas son explicadas por
factores situacionales. Este patrón se invierte cuando el actor es percibido como miembro de
un exogrupo.