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CONTRIBUCIONES DIAGNÓSTICAS DEL ‘CASO MONTESINOS’ 

César Sparrow

RESUMEN
Hemos confeccionado un esquema optativo para la dinámica inconsciente estructural de
Montesinos al que llamaremos “Vladiesquema”:

Un cuaternario compuesto
de dos triángulos adyacentes.
A la derecha el triángulo de lo
simbólico S con 3 factores: el
Otro [A], el Ideal del Yo [I(A)] y
el objeto a [a]. El Otro en tanto
Padre superyoico que clama
«¡Goza!» es la ética de
Montesinos. Su ética está
sujetada a un mandato
imperativo que identifica en una sola dos causas opuestas: la Ley con el goce, según la versión del
Padre. (Un juego de palabras lacaniano es expresivo y aleccionador: la pèreversion=perversión,
père=padre, vers=hacia, version=versión; ”versión hacia el padre”.) Que la transgresión de una ley
sea condición para el goce, deviniendo esta condición en la ética promulgada por La Ley. Por la
parte del Ideal del Yo, identificación paterna, encontramos nada menos que a la Segunda Espada de
la Revolución, Vladimir Illich Lenin. Reflexionemos en que Abimael Guzmán –subrrogado paterno–
se autoproclamaba la Cuarta Espada. Como a ubicamos para lo simbólico S a la voz como objeto
del sadismo, un sordo golpe de sonido procedente de lo real R. Podemos entender la Ley del Padre
como pacto simbólico o como imperativo ciego; el segundo es el caso de Montesinos. Para generar
una ética es necesaria una legalidad, un código general desprovisto de afectos y de objetos, no
buenas intenciones en el cumplimiento de ideales sino un estatuto firme de sujeción para todos. La
Ética no puede ser parcial, debe ser absoluta, estricta e inflexible.

Si despojamos a la voz de la palabra y su significación nos quedamos con un golpe, el golpe


del sádico. El significante implica a la voz, pero la voz no al significante. La voz aislada de la letra se
constituye en el superyó sádico, su conciencia moral que le ordena oír la Ley indiscriminada del
Padre «¡Goza!» con lo cual el sujeto queda alienado en el Ideal del Yo, siendo reducido a trabajar
con fervor para el Otro. El sádico pretende expropiar la facultad de palabra del Otro, inoculándole a
capricho su propia voz. Pero falla porque la voz no es suya. ¿De dónde la saca?

El otro triángulo, el triángulo imaginario I no es enteramente imaginario porque incluye al


matema un significante fallido del Otro o un significante del Øtro castrado que no existe porque
no goza. La estrategia imaginaria fantasmática enuncia “Yo tengo el falo” para el sujeto y debajo
vemos que no lo tiene [ menos fi minúscula] y al costado que si lo tiene será una respuesta fallida
a la pregunta por el deseo del Øtro. Podríamos pensar otra vez en Lenin, pero como yo ideal [i(a)]
imaginario, como imagen especular del otro para el Otro por lo que se articula del deseo en el


Publicado en la Revista de Psicología de la UNMSM (2001). Año V, No. 1 – 2.
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fantasma –el Padre imaginario–, aunque no lo sabemos. ¿Qué implica Lenin imaginariamente?* En
el tercer vértice está a ahora como mirada que se da a ver por el truco “Yo tengo el falo”. Una
atribución fálica de la mirada por estar perdida y engañosamente reencontrada. Para completar, la
vía de lo real R se acoge en el segmento final hacia el objeto a que es lo que no podemos decir –
sobre Lenin, por ejemplo, el Otro real ¿qué quiere conmigo?

Acerca de la flecha que va del Otro al sujeto “Yo tengo el falo”, diremos con relación al objeto
a, la mirada, que la aplicación de una solución como la de Montesinos, donde la proliferación de
fetiches que hacen Una Cosa –y no La Cosa (a)– en busca de asegurarse por la pérdida fálica, no
representa a fin de cuentas sino a la propia castración, en concordancia con el reverso típico de las
soluciones neuróticas. El corolario de la castración es convenir en elidirla a la manera del mito de la
cabeza de Medusa y su mirada petrificante. Se vale entonces de los muchos artificios electrónicos y
mecanismos audiovisuales adquiribles para el control de sus “posesiones”, para lo que un buen símil
es la llamada instrumentalización sadomasoquista, perversa además a fin de cuentas.

Quizá el drama de Montesinos consista en desconocer al servicio de qué Otro consagra su


labor demostrativa de goce. ¿Quiere demostrar que no hay quien, con alicientes, pueda eximirse de
incurrir en un goce transgresor promulgado por el principio de su ética Ley=goce?, ¿que es un
hipócrita quien se piense capaz de recusarla? Por lo pronto sostendremos una contestación
afirmativa de ambas preguntas. No hay moralejas. Montesinos es un hombre de su época, pues su
vida trascurre en un tiempo canibalista signado por el imperio absoluto de la imagen, lo visual, la
informática y la fetichización de los objetos, las transacciones y las relaciones.

* Nota de junio de 2001: En favor de nuestra hipótesis sobre la situación de Lenin en el ángulo del
Ideal del Yo, como identificación simbólica paterna recusativa, hacemos constancia de las primeras
dos exigencias planteadas por Montesinos, inmediatas a su traslado a Lima tras su captura en
Venezuela en calidad de prisionero:
1) No permanecer recluido en la Base Naval del Callao, en el recinto que él mismo diseñó
personalmente para recluir a Abimael Guzmán y a otros terroristas (al no considerarse su
petición se declaró en huelga de hambre).
2) Que su verdadero nombre no es Vladimiro ‘Lenin’ Montesinos Torres, como se había hecho
público en la propaganda que ofrecía una recompensa por revelar datos que condujesen a su
paradero, sino simplemente Vladimiro Montesinos Torres. Consta en documentos oficiales que
su nombre original y completo es el que indicamos, Vladimiro Illich Montesinos Torres.

04/2001
 csparrowly@hotmail.com
 CIRCULOIMAGO@terra.com

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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“Manual diagnóstico y estadístico de los trastorno mentales DSM-IV” Washington, 1994.

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9. LACAN, Jacques “Seminario 4. La relación de objeto” París 1956-1957.

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14. SADE, Marquis de “La Philosophie dans le boudoir ou les instituteurs inmoraux.
Dialogues destinés à l’education des jeunes demoiselles” Paris, 1795.

15. WINNICOTT, Donald W. “Transitional objects and transitional phenomena”


Londres, 1951.

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