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Antes de hablar de un tema en específico debemos tener idea de donde surgió.

la
inteligencia emocional (IE) es un concepto que surgió en los años 80 gracias al
psicólogo Daniel Goleman, este tipo de inteligencia se entiende como “la
capacidad de controlar y regular los sentimientos de uno mismo y de los demás,
para así utilizarlos como guía del pensamiento y de la acción”. Se podría decir que
la inteligencia emocional es un conjunto de habilidades y rasgos de cada
personalidad, como lo son la empatía, la expresión y comprensión de los
sentimientos, el control de nuestro genio, independencia, capacidad de
adaptación, simpatía, capacidad de resolver los problemas, habilidades sociales,
persistencia, cordialidad, amabilidad y respeto, entre otras. Muchos estudios han
demostrado que ser emocionalmente inteligentes nos ayuda a tener una mayor
salud mental en cualquier ambiente, ya sea familiar, educativo o laboral.
Por otra parte, también tenemos la inteligencia relacional, esta anticipa o facilita el
control de cualquier situación que se presente, ya sea buena o mala. Ayuda a las
personas hacer amigos y a relacionarse con las demás personas, un ejemplo claro
es cuando vemos a un niño hablando con otro compañero, muchas veces parece
que se hubieran conocido hace muchísimo tiempo, cuando apenas llevan cinco
minutos de estar conversando, es decir, quien posee una inteligencia relacional
desarrollada es un comunicador eficaz y contundente que se caracteriza por tener
en su personalidad como un imán que atrae a la gente con sus palabras y su
forma de actuar. En resumen, es la capacidad que nos permite establecer un lazo
muy fuerte con todo lo que nos rodea, logrando así interactuar inteligentemente en
todo tiempo y lugar.
Por supuesto que la inteligencia Relacional tiene relación con la inteligencia
emocional ya que ambas parten del control y la administración de los sentimientos
y las emociones, pero debemos tener en cuenta que no siempre implica que
debemos estar eufóricos, contentos, o evitar en todo momento cualquier
perturbación mental, no, estas inteligencias tienen como objetivo aprender a educar
las emociones, manteniendo el equilibrio, la intuición y enfrentando con moderación
cualquier situación, sin causarnos daño a nosotros mismos, ni mucho menos
hacerles daño a los demás. Personalmente pienso que todos debemos iniciar de
inmediato una mejor comunicación Intrapersonal e Interpersonal con todo lo que
nos rodea, sin importar el ambiente, ya sea en el trabajo o en la familia; de esta
manera cumpliremos sueños, metas y propósitos.

Nos hemos convertido en una sociedad sensible a la que le es fácil expresar


sentimientos de ira y enojo siendo en algunas ocasiones agresivos, con el paso
del tiempo esto se convierte en un problema emocional, a continuación se darán
algunas pautas para aprender a manejar y controlar las emociones negativas; una
técnica común es la de la relajación o de calmarse a sí mismo, es una de las
capacidades psicológicas más importantes que un niño debe aprender ya que
logra el control emocional y también estimula el sistema inmunológico para
proteger el cuerpo de enfermedades físicas; otra muy famosa es a través de los
juegos terapéuticos, en donde los niños y niñas puedan liberarse y salirse por un
momento de su realidad para expresar por medio del juego cada una de sus
emociones frente a cualquier trauma o problema que haya tenido en el pasado.
Pretendo hacer énfasis en el crecimiento emocional de los niños y las niñas, para
lograrlo necesitamos acoplar las cuatro piezas emocionales: La primera pieza del
motor emocional hace referencia al entorno social el cual lo simboliza un “cojín
afectivo” que expresa el cariño y la acogida que nos permite sentirnos valorados y
respetados; la personalidad se va desarrollando a raíz de un proceso en el que los
niños y las niñas logran adquirir actitudes, valores y costumbres de su familia, los
padres son los principales encargados de construir una “madurez emocional” es
decir, la vida familiar será la primera escuela de aprendizaje siendo un modelo de
imitación de para sus hijos. Por otro lado, es de vital importancia el entorno
escolar, este es uno de los medios más importantes a través del cual el niño
aprende a formar su personalidad, por lo tanto, nosotros como agentes educativos
debemos enseñarles a los niños y las niñas a ser emocionalmente más
inteligentes, ¿Cómo hacerlo? Es vital dotar de estrategias y habilidades
emocionales básicas que forjen el carácter. Goleman, 1995, ha llamado a esta
educación de las emociones “alfabetización emocional o también llamada
escolarización emocional”, y según él, lo que se pretende con ésta es enseñar a
los niños, niñas y adolescentes a modular su emocionalidad desarrollando su
Inteligencia Emocional
por otro lado, está la autorregulación, esta se simboliza con un “espiral o un
caracol” que nos permite ir al fondo de nosotros mismos y volver a salir al exterior,
de esta manera conocemos, aceptamos y nos adaptamos a este mundo interior; la
tercera pieza se trata del crecimiento autónomo, simbolizado por una “lagrima”,
esta consiste en que el niño o la niña se pueda relacionar y vivir
independientemente, pero para este crecimiento es importante la actitud de la
familia y del niño, ya que en esta pieza debe distanciarse del cojín afectivo
poniendo en práctica su autonomía, logrando así desenvolverse y solucionando
sus propios problemas, entendiendo que muchas veces no obtendrá lo que desea
llegando a sentir el fracaso y la frustración, sin embargo es importante dejar claro
que ellos mismos deben levantarse e intentarlo nuevamente, llegando a sentir la
satisfacción de conseguir algo por esfuerzo propio.
Nuestro rol como agentes educativos es de suprema importancia ya que depende
de nosotros que los niños y las niñas aprendan a ser autónomos, muchos de
nuestros niños atraviesan un duelo consigo mismos cuando sus padres les dicen
que es hora de dormir solos o quizás porque deben salir de su cuarto, algunos
están en un proceso complejo que consiste en vestirse solos, comer solos y de
empezar a adquirir responsabilidades en casa como lo son arreglar lo juguetes,
hacer sus tareas, etc. Debemos tener en cuenta que esto no es malo, estos son
claros ejemplos de situaciones que los niños y las niñas deben pasar en algún
momento de sus vidas. darles responsabilidades, independencia y autonomía es
muy importante para ellos, esto no quiere decir que ellos ya no necesitan de
nuestra ayuda, por supuesto la necesitan! Nosotros solo seremos una motivación
y un apoyo que favorece su crecimiento emocional autónomo.
Por último, tenemos la pieza de la sensibilidad estética simbolizada con un “lazo”,
se caracteriza por la sensibilidad para captar las emociones y construir
significados, también nos aporta las herramientas para la comunicación en donde
entra en juego la imaginación, el juego y la creatividad. Aquí jugamos a
transformar y descubrir el sentido que tienen las cosas y las personas para
nosotros entendiendo la diferencia de la realidad y aceptando el valor del otro.
Todos somos seres humanos nos equivocamos en cualquier momento de
nuestras vidas, justo ahora me gustaría comentar algunos de los
comportamientos que nunca deberíamos tener con nuestros niños y niñas, como,
por ejemplo, ignorar completamente sus sentimientos, pensando que los
problemas de ellos pueden ser absurdos o sin importancia. En segundo lugar, a
veces los adultos pensamos que la manera correcta de manejar emociones
“malas” es castigándolos o diciéndoles que es inadecuado sentir tristeza, dolor o
ira. Todas las emociones son buenas y necesitamos sacarlas de nuestro cuerpo,
lo difícil es buscar la manera de expresarlas.

¿los niños sufren de estrés? “Lamentablemente, ahora que necesitamos más


tolerancia al estrés, nuestro cerebro es menos capaz de enfrentarlo. Las pruebas
muestran que nuestros estilos de vida modernos y los ambientes artificiales
infligen un daño importante. La forma en que dormimos, comemos, inclusive el
aire que respiramos disminuye el escudo contra el estrés” Michael Norden.
Irónicamente, muchos padres creen que sus hijos en la edad escolar no pueden
sufrir de estrés y que, de alguna manera, son inmunes a eso, pero debemos tener
claro que nuestros niños son muy sensibles a los cambios de su alrededor. El
temperamento de los niños varía, ellos pueden enojarse y volverse irritables, como
pueden estar felices y dispuestos a todo, no es un secreto que hay algunos niños
que son de trato fácil por naturaleza y se adaptan rápidamente a cualquier
situación. En cambio, hay algunos que los cambios en sus vidas los desestabilizan
y se ven reflejados en su comportamiento. Existen diversos eventos que traen
consecuencias duraderas, como el divorcio de sus padres, la muerte de algún
familiar cercano o simplemente fallar en sus responsabilidades, sacando una mala
nota en una tarea, por ejemplo; la presión impuesta por un docente o un
entrenador pueden motivar a un niño a mantener altas las calificaciones en la
escuela o a participar más en actividades deportivas. Como dicen comúnmente,
todo es bueno, pero no en exceso, ya que el estrés a veces puede tener
repercusiones en los niños y tener efectos en la salud y en el bienestar mental, el
sentido común nos dice que un cuerpo saludable nos conduce a una mente
saludable. A medida que persiste el estrés, los niños son más vulnerables a
enfermedades y tener fatiga, pesadillas, bruxismo, insomnio, berrinches,
depresión y quizás puede irle mal en la escuela.
Hay elementos que nosotros podríamos utilizar para ayudar a nuestros niños y
niñas a enfrentar el estrés como, por ejemplo, tener una cantidad apropiada de
sueño, aumentar el ejercicio para trabajar la serotonina en el cerebro; aunque
muchos no crean es de vital importancia la alimentación, todos debemos tener una
dieta baja en calorías y grasas. Además, no es un secreto que el humor es un
reductor de estrés natural, ya que al relajar los músculos los cambios que
experimentamos cuando reímos son maravillosos, esta herramienta en los niños
es mas que eficaz ya que con un chiste, una adivinanza o algún video gracioso
ellos logran descargar completamente el estrés de su cuerpo. Nada me satisface
mas que ver a un niño feliz, por lo tanto, la invitación es buscar cualquier
estrategia que alcance su felicidad, logrando que ellos tengan un buen manejo de
sus emociones, pero sobre todas las cosas que tengan una sana salud mental y
física.

En conclusión, la inteligencia emocional es muy importante en nuestras vidas y


debemos aprender a manejarla y expresarla de la manera adecuada. En el
momento de finalizar mi jornada laboral reflexiono acerca de los comportamientos
de algunos niños o niñas en particular, pienso si como docente estoy fallando o
quizás no estoy dando lo mejor de mí, así que me pongo a reflexionar y me
cuestiono a mí misma ¿Qué debo hacer para que algún niño en especial cambie
su comportamiento o mejore su actitud? No es una respuesta sencilla ya que se
debe seguir un proceso personalizado con cada uno de estos pequeños.
como docente del colegio Emmanuel d’Alzon me gustaría proponer un día al mes
de clase habitual para padres e hijos, ya que algunos niños carecen de afecto y
tiempo por parte de sus padres, es importante que ellos conozcan los
comportamientos de sus hijos en el colegio, además de esto se fortalecerán
vínculos afectivos y comunicativos entre padre e hijos. Además de esto no estaría
mal un día de juegos y competencias entre familias, ya que en este tipo de
actividades se conocen y se moldean las emociones, como por ejemplo aprender
a manejar el fracaso y la tristeza cuando se pierde.

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