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El voleibol

Aunque las competiciones carecen del seguimiento mediático de los


deportes «rey» como el fútbol y el baloncesto, que atraen audiencias
millonarias, el voleibol es en la actualidad uno de los deportes más
practicados ya desde la escuela, donde suele impulsarse por sus valores
colaborativos. También llamado «vóleibol» (esdrújulo) en la América
hispana, su nombre es una trascripción fonética del inglés volleyball; para
designarlo se formó también, del calco del mismo término inglés, la
palabra «balonvolea», que ha caído en desuso.
Historia
En 1895 el estadounidense William G. Morgan, que dirigía por entonces
una célebre entidad deportiva (la YMCA, Asociación Cristiana de Jóvenes,
radicada en Springfield, en el estado de Ohio), se planteó la necesidad
de ofrecer una alternativa al baloncesto a sus socios nocturnos, que
acudían a la asociación tras largas jornadas laborales. Pensando en una
actividad de carácter más recreativo, menos exigente y que no precisase
de costosas instalaciones, concibió un juego de equipo denominado
«mintonette»; un año después aceptó la sugerencia de llamarlo volleyball.
Aunque el reglamento ha sufrido numerosas modificaciones desde
entonces, el juego era idéntico al actual en sus líneas esenciales. Se da
la circunstancia de que esta misma asociación, la YMCA, había sido
cuatro años antes la cuna del baloncesto moderno.

William G. Morgan, creador del voleibol

La fórmula resultó un éxito y se extendió rápidamente, primero por


Estados Unidos y Canadá, y luego por Extremo Oriente. Los soldados
norteamericanos que participaron en la Primera Guerra Mundial lo
introdujeron en Europa, donde pronto alcanzó gran difusión,
especialmente en los países del bloque comunista formado tras la
Segunda Guerra Mundial. En 1947 se fundó la Federación Internacional,
en la que actualmente se integran más de doscientas federaciones
nacionales.

Dos años después, en 1949, se celebró el primer campeonato mundial


en Praga; desde 1952, los mundiales de voleibol se han venido
celebrando ininterrumpidamente, con periodicidad cuatrienal. Tras ser
elegido deporte de exhibición en las Olimpiadas de Roma (1960), el
voleibol debutó como disciplina olímpica en los Juegos de Tokio (1964).
Históricamente, los equipos de Estados Unidos, Japón, China, Rusia y el
antiguo bloque comunista tendieron a dominar las competiciones
internacionales, pero tal supremacía se ha diluido en las últimas
décadas.

Pista y equipos

La pista de voleibol es un rectángulo de 18 por 9 metros dividido en dos


campos cuadrados de 9 metros de lado. Los campos están separados
por una red cuyo borde superior se halla a considerable altura (2,44
metros en el voleibol masculino, 2,24 en el femenino y 2,13 o menos en
el infantil). Si la pista se halla en un recinto cerrado, el techo debe tener
una altura mínima de ocho metros para permitir el libre desplazamiento
del balón.

La pelota de voleibol mide de 65 a 68 centímetros de circunferencia y


debe pesar entre 250 y 280 gramos, con una presión de entre 0,30 y
0,35 kilogramos por centímetro cuadrado. La cubierta es de cuero o de
caucho sintético, y de un solo color. El balón puede jugarse con
cualquier parte del cuerpo, siempre que se evite retenerlo, lanzarlo o
acompañarlo.
Pista de voleibol

El voleibol se disputa entre dos equipos compuestos de seis jugadores,


que tienen como objetivo principal pasar el balón por encima de la red y
lograr que bote en el suelo del campo contrario; de conseguirlo,
obtienen un punto. Al mismo tiempo deben evitar que la pelota toque el
suelo de su propio campo, pues en tal caso es el rival el que se anota el
tanto.

Los jugadores de cada equipo no pueden salir de su propio campo (para,


por ejemplo, presionar u obstruir las acciones de los contrarios), de
modo que no tienen más opción que colaborar entre ellos para defender
su zona o preparar su remate; al no existir ningún contacto físico ente
los jugadores rivales, el voleibol es probablemente el deporte de equipo
más «limpio» y cooperativo que existe; de hecho, siempre se han
subrayado sus virtudes educativas.
El partido

Cada equipo puede dar como máximo tres toques para pasar el balón al
campo contrario. En el caso de que haya un bloqueo, éste no cuenta
como toque. Un equipo consigue punto si logra ganar el juego con su
servicio o saque. En el caso de ganarlo tras un saque del equipo
contrario se obtiene, además del punto, la recuperación del saque, y se
produce la rotación de todos los jugadores (antiguamente sólo podía
obtener puntos el equipo que tenía el servicio).

Los partidos se disputan al mejor de cinco sets, consiguiendo la victoria


el primer equipo que gana tres. Los sets se disputan a veinticinco
puntos, siendo necesario ganar por más de un punto de diferencia.
Después de un empate a veinticuatro puntos, gana el primero que
consigue una ventaja de dos puntos. Tras un empate a dos sets, el
quinto se juega a solamente quince puntos, debiéndose también obtener
una ventaja de dos puntos.

El esquema básico en todas las jugadas de un partido de voleibol es el


siguiente:

 Recepción del saque por parte de un defensa, que dirige el balón hacia el colocador de su
equipo.

 El colocador procura pasar la pelota al rematador de su equipo que está en mejor posición.

 El rematador culmina la jugada golpeando con fuerza el balón hacia el campo contrario
(remate).

Antes de cada jugada, los miembros de los equipos han de colocarse en


la posición inicial reglamentaria. En el momento de efectuar el saque, y
conforme al reglamento, cada equipo debe formar dos líneas de tres
jugadores (1, 6 y 5 en el área trasera y 2, 3 y 4 en la de la red); una
vez el balón ha sido puesto en juego, disponen de total libertad de
movimientos.

Posición inicial de las jugadores y orden de rotación

El jugador que ocupa la posición 1 es el encargado de sacar, hasta que


su equipo pierde el punto, provocando entonces una recuperación del
saque por parte del equipo contrario. Cuando se pierde el servicio, todos
los jugadores deben cambiar su posición haciendo una rotación en el
sentido de las agujas del reloj y manteniendo siempre el mismo orden
durante todo el partido. Todo jugador sustituido sólo puede volver a
entrar en la cancha si sustituye al mismo jugador por el que ha salido.

Acciones de ataque, defensa y pase


El saque. El saque o puesta en juego del balón se realiza desde detrás de
la línea de fondo. Con la progresiva especialización del voleibol, el
servicio ha adquirido una gran importancia. Un buen saque puede
provocar una deficiente recepción del equipo contrario, proporcionando
al equipo propio una ventaja evidente para la consecución del punto.
Existen diversas técnicas: el saque «de tenis» es el más habitual por ser
el que imprime mayor velocidad al balón; el saque bajo o «de cuchara»
es ideal para niños y principiantes.
La recepción del servicio. Los objetivos de la recepción son, en primer lugar,
evitar que el balón contacte con el suelo, y en segundo término, enviar
el esférico hacia el colocador o armador para la construcción de la
jugada de ataque. La recepción se efectúa habitualmente con los
antebrazos (técnica denominada pase en mano baja) para contrarrestar la
potencia de los saques. En general, el pase en mano baja se emplea
como técnica defensiva en todos los balones que siguen una trayectoria
por debajo de los hombros.

Saque «de tenis»

El toque de dedos. Es el toque característico para efectuar un pase de


precisión dirigido al rematador. Se utiliza cuando la pelota llega con una
trayectoria alta, siendo necesario colocarse por detrás y debajo, con las
piernas semiflexionadas. El golpe se realiza por encima de la cabeza con
una extensión de piernas y brazos, y el contacto es con las manos
abiertas, amortiguando el balón sólo con las yemas de los dedos.
El remate. El último toque de una jugada suele ser un golpeo del
rematador, que intenta colocar el balón con máxima precisión y potencia
en una zona desprotegida del campo rival. Los remates son
seguramente las acciones más espectaculares de este deporte, aunque
algunas acciones defensivas, como lanzarse en plancha para salvar un
balón, son igualmente meritorias y aplaudidas. En el remate, algunos
jugadores alcanzan los 3,65 metros con una mano, lo que equivale a
elevarse sesenta centímetros por encima de un aro de baloncesto. Se
divide en cuatro fases: una carrera previa, el impulso o batida, el salto y
la caída. El salto se realiza en vertical para no invadir el campo
contrario, y el golpeo se realiza en la fase más alta, con el brazo
extendido y la mirada fija sobre el balón. La caída es lo más estable
posible, con los dos pies, preparando el cuerpo para una posible
recepción posterior.

Los remates de los profesionales son verdaderos alardes de precisión y energía

El bloqueo. Es una acción realizada por los delanteros con el objetivo de


interceptar el balón y evitar que sobrepase la red ante un remate del
equipo contrario. Al realizar un bloqueo hay que colocarse a unos
cincuenta centímetros de la red, con las manos a la altura de los
hombros y las palmas hacia delante. El movimiento se inicia al mismo
tiempo que el del rematador, y cuando se alcanza la máxima altura, se
extienden los brazos y se juntan los pulgares e índices. Los bloqueos
dobles y triples son los realizados por dos o tres jugadores para cubrir el
máximo de espacio posible ante un rematador peligroso.
Táctica y sistemas de juego

En el voleibol, la posesión del saque y del balón determinan las


diferentes estrategias de posicionamiento de los equipos en los
respectivos campos. Así, entre los sistemas de recepción del saque, la
distribución más utilizada es el sistema en W (1:3:2), con el jugador n.º
3 o el jugador n.º 2, más adelantados, actuando como colocadores. Con
ello se pretende que los jugadores ocupen gran parte del espacio por
zonas individuales; para evitar situaciones de indecisión en las zonas
intermedias debe haber una gran compenetración entre los defensores.
Otro sistema característico es la formación de un semicírculo de cinco
jugadores con el colocador adelantado.

En la preparación del ataque para conseguir el punto, cada jugador tiene


asignada una labor, ya sea colocador, rematador o universal, nombre que
reciben los jugadores que asumen indistintamente uno u otro papel
según la circunstancia. Los posibles sistemas de ataque son múltiples y
se describen según la distribución de tales roles entre los miembros del
equipo. El sistema de cinco rematadores y un sólo colocador que dirige
el ataque es el más empleado en las competiciones de alto nivel, pero
otras muchas combinaciones son posibles. En ocasiones hay dos
colocadores y cuatro rematadores, y otras veces un único colocador se
combina con uno o más universales y dos o más rematadores.
Doble bloqueo

El ataque debe ser seguro, buscando las esquinas y los jugadores con
peor recepción del adversario. Entre los sistemas de defensa destacan
los adoptados inmediatamente después del servicio: el equipo que ha
efectuado el saque dispone rápidamente a sus jugadores para repeler el
ataque contrario que seguirá a la recepción. Se utilizan los sistemas
3:2:1 y 3:1:2, en los cuales los tres delanteros están cerca de la red,
con una separación entre ellos de unos dos metros.

La cooperación y el buen entendimiento entre todos los jugadores del


equipo es fundamental en el voleibol, tanto en el ataque como en la
defensa. Debe haber el máximo equilibrio en todas las zonas, ya que
cualquier descompensación puede ser aprovechada estratégicamente por
el rival.

El voley playa

Esta modalidad practicada sobre arena por equipos reducidos, disciplina


olímpica desde los Juegos de Atlanta (1996), ha alcanzado una gran
popularidad en las últimas décadas. En pocos años, el voley playa ha
pasado de mero entretenimiento de verano a deporte profesional, cuyos
más virtuosos practicantes se preparan diez meses al año con modelos
vanguardistas de entrenamiento centrados en ejercicios específicos de
playa y preparación física.

Como todos los deportes jóvenes, se trata de una modalidad en


constante evolución. El formato habitual es el que enfrenta a dos parejas
(2 contra 2), aunque a veces también se practica entre equipos de tres y
cuatro oponentes. A causa del reducido número de jugadores, muchas
de las habilidades técnicas y estratégicas son particulares. Los jugadores
tienen el reto de cubrir casi los mismos metros cuadrados de cancha con
el equivalente a una tercera parte de un equipo de voleibol. Esta
dificultad potencia la toma de decisiones y la estrategia defensiva,
llegando a acciones espectaculares de extrema audacia.

Defensa en plancha en un partido de voley playa

La pista de voley playa es un rectángulo de 16 por 8 metros acotado por


cintas de color vistoso u otro material no abrasivo de cinco centímetros
de ancho. Para tensar las cintas se utiliza un sistema de anclaje
subterráneo que evita lesiones. En el voley playa no están marcadas la
línea central (no se sanciona la invasión del campo contrario) ni tampoco
la línea de los tres metros, con lo que desaparece el concepto de jugador
delantero y zaguero.

La red, colocada en el centro de la cancha, la divide en dos cuadrados


iguales de 8 metros de lado. La altura de su borde superior está
establecida en los 2,24 metros en el voley sénior femenino y en los 2,43
metros en el masculino. La pelota, de diferentes colores y muy vistosa,
reúne características especiales. Hay diversos tipos de partidos en los
torneos regulares, aunque el sistema oficial es el de dos sets a veintiún
puntos con el cómputo de «punto por acción», con un tercer set, en caso
necesario, de quince puntos.
El minivoley

Esta adaptación del voleibol a los más pequeños se basa en una


reducción cualitativa y cuantitativa del juego de los mayores. En la
década de 1960, el alemán Horst Baacke estableció las primeras reglas
del minivoley; para su fundador, el ponerse de acuerdo entre tres o
cuatro jugadores es menos problemático que con un equipo más grande.
Menos jugadores significa también tocar más veces la pelota (más
contactos) e incrementar la participación y la continuidad, lo cual lo hace
más intenso y atractivo. El minivoley contempla asimismo una
simplificación notable de las reglas de juego que limita las posibilidades
tácticas y favorece la sencillez. Los formatos 3 contra 3 y 4 contra 4 son
los más utilizados, aunque hay numerosas diferencias en lo que se
refiere a la reglamentación de cada país.

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