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No.

Los siete samuráis


No. 3 Barajas Delgado Brenda Daniela

Japón, Siglo XVI. Una aldea de campesinos indefensos es repetidamente atacada y saqueada por
una banda de forajidos. Aconsejados por el anciano de la aldea, unos aldeanos acuden a la ciudad
con el objetivo de contratar a un grupo de samuráis para protegerlos. El único salario es comida y
techo, varios samuráis se van incorporando uno a uno al singular grupo que finalmente se dirige a la
aldea.

Es el film más conocido y popular del director japonés Akira Kurosawa. El guión, de Shinobu Hashimoto,
Hideo Oguni y Kurosawa, desarrolla una historia original de samuráis ambientada en el Japón del XVI,
inspirada en referencias históricas y leyendas.

La acción tiene lugar en un valle entre montañas en el s. XV. Una pequeña aldea de campesinos,
perdida en las montañas, recibe cada otoño la visita de un grupo de bandidos, que roban las cosechas,
violan, raptan y matan. Sumidos en la miseria y la desesperación, deciden contratar los servicios de
varios samuráis para que les ayuden a defenderse. En la población del llano más próxima, los cuatro
enviados de la aldea contactan con Kambei Shimada, que acepta ayudarles y, además, recluta a cinco.
A ellos se une espontáneamente Kikuchiyo. El líder del grupo es Kambei por sus dotes de mando y
capacidad estratégica. Shichirogi, antiguo amigo de Kambei, es un guerrero experto y disciplinado, que
hace las funciones de lugarteniente. Garobei es ingenioso y bondadoso. Kyuzo, de pocas palabras, es
un gran maestro en el manejo de la espada. Heihachi es alegre y divertido. Katsushiro, el más joven del
grupo, es fuerte, voluntarioso y no pertenece a la clase de los samuráis. Kikuchiyo es impulsivo,
presumido, borracho, fanfarrón y amigo de los niños.

El film suma drama, acción, aventura, humor, romance, suspense, crítica social y análisis de la
condición humana. La narración es sencilla y clara, como la de un cuento. Prescinde de artificios y
florituras innecesarias en beneficio de un estilo austero, sobrio y directo. Presta especial atención a los
aspectos humanos de los personajes, de sus relaciones y de la acción.

El discurso es fluido, equilibrado y realista. Dotado de un ritmo espléndido y de una incomparable


fuerza expresiva, absorbe la atención del espectador, al que ofrece secuencias de acción antológica. A
éstas incorpora innovaciones, como las soluciones de rodaje y montaje de las batallas, el uso de la
técnica del “stop motion” (que será imitada por Peckinpah en “Grupo salvaje” y otras) y la
emocionante aparición de los bandidos a contraluz en lo alto de una colina, idea que es imitada en
incontables ocasiones. El relato se divide en las tres partes clásicas de planteamiento, nudo y
desenlace.

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