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La polarización es la exageración y acentuación de las diferencias

atribuidas a las personas por el mero hecho de pertenecer a distintas categorías


sociales y, desde ese punto de vista, se trata de una de las consecuencias más
elementales de ese otro proceso central en la existencia de los grupos que es la
comparación. Categorización-comparación-acentuación de las diferencias-
polarización: ésa es la lógica que impregna la necesidad de ampliar la
cobertura de la polarización hacia extremos algo más comprometidos, de
suerte que cuando hablamos de diferenciación, de discriminación, o de
favoritismo respecto a los miembros de nuestro propio grupo, en realidad
estamos hablando de polarización. Existe, pues, una estrecha relación entre
dos de las proposiciones centrales de Tajfel: la de que los juicios sobre los
rasgos y características de las personas no son juicios absolutos suspendidos
en el vació , sino juicios esencial- mente comparativos (estereotipos), y la de
que existe una tendencia a exagerar las diferencias entre personas que
percibimos como pertenecientes a categorías distintas. los estereotipos son las
etiquetas que usa la polarización.

Los estereotipos, según Sherif, deben ser considerados como indicadores de


distancia social, con el que se quiso hacer referencia al grado de
acercamiento, «comprensión empática», entre dos grupos. La polarización es
la nueva medida de distancia social entre los grupos, las normas son los
estereotipos.

Los sesgos intergrupales son otra versión de la polarización referida a


personas. Esa es la idea que se desprende de la definición de Hewstone,
Rubin y Willis sesgos intergrupales se refieren generalmente a la tendencia a
evaluar nuestros grupos de pertenencia o a sus miembros de manera más
favorable que a los exogrupos o a sus miembros. De hecho, lo que los sesgos
intergrupales hacen es colocar a las personas pertenecientes al endogrupo y al
exogrupo dentro de un continuo en uno de cuyos polos se encuentran el
favoritismo, la solidaridad, la cooperación, y en el otro el desprecio y la
hostilidad. É sa es la razón de ser de la discriminación, del prejuicio y de los
estereotipos. O si lo preferimos, discriminación, prejuicio y estereotipos son
tres de las manifes- taciones más importantes de un proceso de
polarización que tiene como referente a las personas en cuanto miembros
pertenecientes a determinadas categorías sociales. También lo podemos
expresar de otra manera: los estereotipos, la discriminación y el prejuicio
son las tres normas más importantes de distancia social.
Marilynn Brewer ha definido los términos de la polarización cuando ésta se
refiere a los grupos en dos grandes términos: amor y odio. É stos pasan por una
serie de estrategias que tienen dos particularidades: se trata, en primer lugar,
de procesos que emergen del favoritismo endogrupal, que es la medida central
de la polarización, y son además mecanismos directamente implicados en el
conflicto intergrupal, que veremos con más detenimiento en un próximo
capítulo, lo que nos permite ahora ahorrar detalles:

1. Superioridad moral: la preferencia por el endogrupo se fundamenta en


́ seca moralidad, honestidad, deseo de paz, etc.
la creencia de su intrin
2. Amenaza proveniente del exogrupo: apelación al interés del grupo por
en- cima de los intereses particulares.
3. Metas comunes, en el sentido de las metas extraordinarias que veíamos
manejar a Sherif en el Capit́ ulo 2 a la hora de resolver el conflicto.
4. Metas y objetivos apetecibles.

Es justamente en el marco del conflicto donde Martín-Baró introduce la


polarización. Entendemos aquí por polarización aquel proceso psicosocial por
el cual las posturas ante un determinado problema tienden a reducirse cada vez
más a dos esquemas opuestos y excluyentes al interior de un determinado
ámbito social. Se da polarización social cuando la postura de un grupo supone
la referencia negativa a la postura de otro grupo, considerado como rival. Se
trata, por tanto, de un fenómeno dinámico, un proceso de fuerzas sociales
donde el acercamiento a uno de los polos arrastra no sólo el alejamiento, sino
el rechazo activo del otro. Al polarizarse, la persona se identifica con un grupo
y asume su forma de captar un problema, lo que le lleva a rechazar conceptual,
afectiva y comportamentalmente la postura opuesta y a las personas que la
sostienen. La polarización social constituye un proceso de ruptura y oposición
entre dos grupos rivales, cada uno de los cuales constituye un «nosotros»
frente al «ellos» del grupo opuesto. De ahí que uno de los fenómenos
característicos de la polarización social sea el de la «imagen especular».

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