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Memes y participación política

Por: Fredy Samir Bustos Bernal1


Ponencia presentada el 26 de Julio del 2019 en el marco del Primer foro de Gestión Social y
Comunitaria “Ciudadanía y Participación”
En el marco de este foro quisiera poner en discusión tres preguntas que parecen
fundamentales para entender el papel de la participación política en la sociedad
contemporánea:
1. ¿qué es eso del ciberespacio y como funciona en la política?
2. ¿Son los memes una forma de participación política?
3. ¿Qué nos espera entonces de los que se la pasan publicando memes por internet?
El ciberespacio y la política (¿Qué es eso del ciberespacio y cómo funciona en la
política?)
Pierre Levy, uno de los autores más representantes en los estudios sobre lo virtual, publicó
dos textos que, a mi parecer, son fundamentales para comprender las dinámicas,
características e implicaciones del espacio que nosotros llamamos virtual.
El primero de ellos es el libro de 1997 llamado La Cibercultura, cuyo objetivo es la
conceptualización y desarrollo de las interacciones resultantes en el espacio virtual. En
efecto, para Levy, desde que surge el internet, a finales del siglo XX y que se consolida en el
XXI, como una herramienta de lo virtual, las interacciones que tienen los usuarios, han
venido construyendo un complejo entramado de redes, elementos, conjuntos, prácticas y
dinámicas particulares que él mismo define como cibercultura. Este nuevo espacio de
interacción con sus particularidades y especificidades configuran dinámicas sobre la vida de
los usuarios. En este sentido lo virtual no es lo ficcional, lo falso; por el contrario, lo virtual
es real. La expresión o manifestación de lo virtual en la vida cotidiana es la actualización, las
prácticas reales que se representan, también de distintas maneras, sobre la vida. En este
sentido debe entenderse que la cultura y la cibercultura no son parte distinta, o elementos
diferentes de ámbitos desiguales, son construcciones paralelas que funcionan conjuntamente
y que se desenvuelven en la vida diaria al mismo tiempo
El segundo libro publicado en el 2004 es La Inteligencia Colectiva, en este, el autor plantea
que las dinámicas del ciberespacio en conjunto con la internet, como medio de comunicación,
decantará en una suerte de comunidad global que permitirá interactuar en búsqueda de la
construcción o solución de problemas que atañen a todos, en mecanismos de participación y
en la construcción de una política global. La propuesta de Levy alrededor del ciberespacio

1
Licenciado en Filosofía de la Universidad Pedagógica Nacional y candidato a Magister en Desarrollo
Educativo y Social del Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano (CINDE) y la Universidad
Pedagógica Nacional. Docente de la Secretaría de Educación y Cultura del Municipio de Soacha,
Cundinamarca.
como espacio en donde se configura la inteligencia colectiva se concibe desde el optimismo
de la eliminación de las barreras ideológicas y comunicacionales que hoy en día imperan en
la toma de decisiones. El espacio ideal para esto es lo que el autor llama como el ágora
virtual, un espacio en donde se conjugan todas las interacciones y participaciones políticas.
La pregunta imperante sobre estos dos elementos para entender el mundo contemporáneo en
relación con la comunicación es la siguiente, ¿qué prima sobre la efectiva comunicación y
posterior participación política: el lenguaje o la tecnología? Valdría la pena decir que no
podemos separar una de otra, a saber, que es mediante el uso de la tecnología que el lenguaje
logra ser codificado y recodificado, y logra, finalmente llegar a una pantalla u otro periférico
para realizar efectivamente la comunicación. Las herramientas físicas y dispositivos
tecnológicos son de variados tipos, y una vez creemos que se ha llegado al culmen del
desarrollo nos vemos maravillados con nuevos dispositivos que dejan atrás “la última
tecnología” (bien sean celulares, computadores, cámaras, televisores, etc.); sin embargo, no
me detendré a hablar de eso en este espacio. En últimas, lo que he querido proponer hasta el
momento es la incidencia del lenguaje en la transformación del espacio social contemporáneo
que nos traviesa. Esto, mediante el uso de la conectividad como eje de la internet y el lenguaje
como eje de la cibercultura.
En este sentido existen varios ejemplos que citar en términos de la incidencia de la
comunicación (virtual) y la política en el espacio contemporáneo. Algunos ejemplos que
repercutieron alrededor del mundo fueron: en el 2011 Occupy Wallstreet, Los Indignados en
el mismo año (Ambos hacían parte del 15-M Movement) y las revoluciones del medio oriente
entre el 2010 y 2011. En Colombia, por ejemplo, se rastrea el uso de las redes sociales para
afectar las decisiones políticas desde la campaña presidencial de Mockus en el 2010, el
plebiscito del 2 de octubre entre 2015 y 2016, las campañas presidenciales de Petro y Duque
en el 2018, y las innumerables tendencias, contenidos virales, memes, etc, que diariamente
circulan por las redes. En todos estos acontecimientos, los dispositivos, las redes, Twitter,
Facebook y otros programas que fueron creados para propósitos específicos, mostraron una
nueva esperanza -como lo llama Castells- sobre la posibilidad de pensarnos una nueva
democracia más conectada entre sí y más participativa.

La participación política y el “meme” (¿Son los memes una forma de participación


política?)
Un rastreo inicial del concepto de participación política puede remitirnos a la Grecia clásica
y a la aparición de la democracia como un mecanismo útil para la toma de decisiones
concernientes a la Polis y que además hacía parte de un ejercicio natural del “hombre
civilizado. Por ejemplo, (Aristóteles) concebía al ser humano como un Zoon Politikón (Pol.
I, 1253-1), es decir, lo única distinción entre los animales humanos y los no humanos -usando
referencias contemporáneas- es que los humanos son capaces de configurar sociedades
complejas que posteriormente se convertirán en sociedades políticas (polis). Si se acepta la
tesis de Aristóteles, podemos también aceptar que es innegable el hecho de que un elemento
de la condición humana civilizada es la política. Ahora bien, si la política es un elemento
fundamental de la naturaleza del hombre, la subsecuente acción de entrar en el mundo de la
política y de sus dinámicas implica necesariamente hacer uso de los mecanismos de
participación como elementos esenciales para la construcción de civilización y de acuerdos
sobre temas que conciernen a la mayoría.
Por otro lado, el concepto de participación hace parte innegable del concepto de democracia.
Esto, entendiendo que la democracia es un régimen que, en esencia, exige de la participación
de los ciudadanos para que se incida en el curso de los acontecimientos políticos (Sabucedo,
1988). A su vez, las formas de participación son variadas y van desde el voto para la elección
de los representantes, hasta la opinión pública y algunos autores proponen que la violencia
también se ha instaurado como un mecanismo de participación. Sin embargo, el ciberespacio
amplía la perspectiva de participación y se instaura en unas dinámicas que
contemporáneamente valen la pena de analizar.
Anteriormente se había hablado del lenguaje y la comunicación como elementos
fundamentales en las dinámicas que se establecen en el ciberespacio, en esta medida la
participación allí se esgrime entre la ayudad audiovisual y el lenguaje como puntos de
anclaje. En esta línea hoy en día se ha hecho visible distintas formas de participación tales
como los comentarios en todo tipo de redes sociales, el blog o las redes microbloging tales
como Twitter.
Ahora bien, en el Ágora virtual que predicaba Levy (2004) su motor será el lenguaje; sin
embargo, aunque no se pueda garantizar que se realice una efectiva participación, sí
observamos un gran aumento de la migración de las personas al ciberespacio para estar
informado y para participar políticamente. Uno de estos medios de participación ha sido el
meme. Se le atribuye su nombre debido a la investigación realizada por Richard Dawkins
(1976) sobre genética, en donde establece una unidad cultural llama meme y que, como los
genes, se replica y transmite la información cultural. Aunque Dawkins no es el inventor de
los memes, se le asigna este nombre debido a que se encuentra enmarcado en el contexto
cultural como una que por su simpleza logra transmitir una especie de código cultural.
(Jáuregui, 2018), de esta manera los memes que conocemos hoy en día comparten la
simplicidad del mensaje y son en muchas ocasiones imágenes solas o acompañadas de texto
que intentan, de manera satírica o humorística participar activamente ante algún
acontecimiento.
Según Rowan (2015) los memes se instauran como una nueva forma de participación en la
esfera del ciberespacio. Algunos ejemplos de ellos son los hechos ya antes citados como el
Ocuppy Wall Street (OWS) y el 15 Movement (15M) y, desde unos años atrás, han traído a
muchos jóvenes, que antes no se interesaban en las cuestiones políticas. En los memes se
observa el fenómeno humorístico, así mismo como la sátira y la burla, como una forma de
criticar directamente los hechos que suceden en la realidad política. Los memes también han
servido como estrategias para la llamada a organizar y los movimientos sociales ven en este
fenómeno una estrategia para el llamado a la organización y a la movilización. Por otra parte,
aunque aún falta investigación este aspecto, incluso los políticos ven el meme una ventaja
para la consecución de votos o para simplemente denigrar a sus adversarios políticos (Espinel
& Rodríguez, 2019)

Conclusiones (¿Qué nos espera entonces de los que se la pasan publicando memes por
internet?)
A penas iniciando el siglo XXI vemos grandes transformaciones a nivel tecnológico que van
acompañadas de unas transformaciones sociales. En este sentido, es indiscutible que la
tecnología se ha apropiado de cada uno de nuestros espacios (incluyendo los más íntimos,
como por ejemplo con el sextting). No es de extrañar que la política también se vea afectada
por estos fenómenos, y por tanto también sus formas de participación y de toma de
decisiones.
Habermas promulgaba una sociedad política incluyente que, inmersa en el acto comunicativo
producto de la razón, pudiera llegar a un acuerdo y afectar directamente las decisiones
políticas. No obstante, ante la masificación de la sociedad producida por la época moderna,
la dificultades en torno al llamado a la acción política se veían reflejadas en la movilización
o la agrupación de personas en un mismo lugar. Hoy en día, el internet brinda un espacio
para la reunión y la participación gracias a su ubicuidad y a su fácil acceso. Falta estudiar si
aún, en pleno siglo XXI, la mayoría de las personas pueden acceder a estas herramientas y si
lo hacen, falta estudiar si conocen cómo se accede y se participa en este.
Por otro lado, el ciberespacio es un conjunto de gran cantidad de información y es casi
imposible tener una cifra exacta de todo lo que ocurre allí. Mucho contenido viral (contenidos
que fluyen por la red con gran rapidez y a un gran número de personas) son diariamente
puestos en circulación, entre ellos, memes de todo tipo. Sin embargo, junto con la viralidad
se acompaña gran contenido de información que en muchas ocasiones resultan ser falsos o
buscan solamente engañar: tal es el caso de las fakenews o contenido bullshit. Aunque los
memes brindan un mecanismo de participación, no todos ellos se centran contar la verdad,
simplemente buscan denigrar a las personas o mediante el humor contar la vida, ridícula en
sí misma.
Se espera entonces de las y los jóvenes y todas las personas que hacen uso de esta herramienta
que aprendan a usarla. Participar va más allá de presionar un “compartir” o un publicar. No
dejemos que lo efímero del internet no nos dé la posibilidad de “pensar antes de publicar”. Y
no digo entonces que no debamos hacer uso de estos fenómenos para contar la vida, sino que,
como en todo relato, aprendamos a contarlo. No logremos acentuar la problemática de las
sociedades mediante la falsa información o el contenido que solamente busca desprestigiar a
los demás. No acentuemos la guerra que tantos años lleva en nuestro país generando más
odio, xenofobia o racismo a través de contenidos. Las transformaciones del mundo
contemporáneo exigen de nosotros un análisis constante de las implicaciones éticas de
nuestras acciones, sin importar que tan efímeras sean o que tan rápido circulen por la red.
Confío en el Ágora Virtual que predicaba Levy, pero aún nos encontramos ante un
aprendizaje constante sobre la manera y la senda por la que debemos andar. Estamos en un
mundo cada vez más conectado entre sí. La ciudadanía empieza cuando aprendemos que ese
otro, el que puede estar detrás de una pantalla también es un ser valioso y también me permite
construir un mundo mejor. Hagamos uso de la inteligencia colectiva para construir cada vez
un mejor país.

Referencias
Aristóteles. (1999). La Política. Madrid: alianza Editorial.
Espinel, O. A. P., & Rodríguez, L. M. R. (2019). Polarización y demonización en la campaña
presidencial de Colombia de 2018: análisis del comportamiento comunicacional en Twitter
de Gustavo Petro e Iván Duque. Revista Humanidades: Revista de la Escuela de Estudios
Generales, 9(1), 13.
Habermas, J. (1981). Historia y crítica de la opinión pública: la transformación estructural de
la vida pública (pp. 1-171). Barcelona: Gustavo Gili.
Jáuregui, D. (15 junio 2018) “Explorando la evolución de los memes en internet” Recuperado
de: https://www.senalcolombia.tv/series-de-ficcion/el-origen-del-humor-de-los-memes-y-
su-evolucion-en-la-red
Rowan, J. (2015). “Memes, jóvenes y política”. Ya nada será lo mismo. Los efectos del
cambio tecnológico en la política, los partidos y el activismo juvenil. 298-303.
Lévy, P. (2007). Cibercultura: informe al Consejo de Europa (No. 16). Anthropos Editorial.
Lévy, P. (2004). Inteligencia colectiva: por una antropología del espacio. São Paulo: Loyola.

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