Está en la página 1de 2

Las cuentas y medidas de valor

1. Las equivalencias

Se conocían dos formas principales de trueque: el simple y el avanzando. El primero configuraba


un canje con regateo y yapa. El avanzado, por el contrario, conformaba todo un sistema de
equivalencias de productos intercambiables, sin regateo ni yapa.

Los dos eran directos, es decir, objeto contra objeto, de conformidad al acuerdo entre las partes

En el mecanismo de las equivalencias, sus montos solían ser cantidades u objetos determinados y
fijos, conformando auténticos patrones de medida común, lo que significa que la equivalencia
consistía en que cada una de las partes interesadas daba igual valor a los productos
intercambiados, de conformidad a su eficacia es decir, ninguno de los productos debía perder su
valor de uso, hecho precisamente que facilitaba el intercambio. Las equivalencias, como se
percibe, conformaban escalas de valores.

Este mecanismo funcionaba muy bien en las economías de subsistencia y la llevaban a efecto,
tanto en sus moradas mismas, como en las chacras y aun en lugares conocidos que tenían para
intercambiar, tenía que realizarse entre bienes en excelente estado de conservación. Jamás se
daba una cosa buena a cambio de una mala, porque eso dejaba de ser equivalente.

Conocemos que ya funcionaba al lado del trueque simple durante el Tahuantinsuyo y que agilizaba
las transacciones.

2. El problema de las monedas andinas


La moneda: un instrumento de cambio que produce un beneficio; un implemento típico
que sirve para comprar mercancías y pagar servicio. Se utiliza para adquirir mercancías y
venderlas.

Ya se ha visto que el ayni era una ayuda mutua o recíproca dentro del ayllu. Esto
configuraba una ayuda interesada, nadie regalaba o proporcionaba nada, sino con la idea
de ser correspondido algún día inmediato. Se desenvolvía, un negocio permanente. Quien
ofertaba su trabajo, lo hacía con el pensamiento de que la persona beneficiada con él, le
devolviese aquel cuando necesitara ayuda. Lo que significa que la llamada reciprocidad no
tenía nada de gratuita, el beneficiado con la energía de su pariente estaba obligado, mientras
duraba dicha labor, a darle alimentación y bebida, aparte de algunos puñados de coca.

El colectivismo conformaba las tareas de la totalidad de los miembros hábiles en obras de bien
común: canales, andenes, caminos, puentes, templos. En esta categoría de trabajo, cada cual
sufragaba sus alimentos y bebidas. El curaca o cacique, redistribuía algunos puñados de coca.

Mientras que la redistribución de bienes de prestigio y lujo consistía en un verdadero pago hecho
en especies por parte de los señores o autoridades, en beneficio de sus servidores y amigos fieles y
leales.
3. Las monedas-mercancías

Las monedas-mercancías estaban conformadas por productos que tenían valor de dinero para
pagar y comprar esto poseía valor de moneda en el Antiguo Perú.

Existían artículos de aceptación universal o general en la totalidad de etnias, tales como el mullu,
el ají y la coca: tres productos de común acogida. Hombres y mujeres les otorgaron el carácter de
moneda. De manera que el trueque simple y las equivalencias fueron superados. Mullu, ají y coca
conformaban objetos que a la integridad de los ayllus les era imposible producir, estos también
eran considerados elementos ceremoniales; pero económicamente útiles entre pueblos
culturalmente semejantes.

Los artesanos fueron quienes transformaron al mullu, ají y coca en moneda natural, logrando que
las transacciones se generalizaran, favoreciendo incluso el comercio a larga distancia, lo cual ya no
era solo un producto el que podían adquirir con mullu, ají y coca, sino cualquier artículo en poca,
mediana y enorme cantidad; porque estas tres monedas naturales podían ser cambiadas sin
dificultades con otros productos.

Lo que quiere decir que aquellas tres monedas-mercancías andinas no eran simples cosas, sino
bienes económicos; pues calculaban las porciones para hacer las compras

4. Las hachuelas de cobre

Las etnias ubicadas en la serranía del Perú actual y en la parte surcosteña, se puede asegurar que
continuaron muy apegadas a sus trueques simples, equivalencias y monedas-mercancías. No les
atraía los pedazos de cobre arsenical. Por el contrario, los habitantes del litoral central y norteño
del espacio peruano eran quienes manipulaban los mencionados fragmentos de cobre que
exhibían la forma de hachitas. El material para activar las transacciones fue suministrado por el
cobre arsenical, fácil de manejar y transportar en forma de pedazos, empleándolo como medio de
pago y reserva de valor

Consecuentemente, fueron los artesanos y mercaderes del litoral peruano los que inventaron la
moneda metálica en el antiguo espacio andino. Le dieron la figura de hachitas diminutas en la cual
sus formas están determinadas por el proceso de martillado de cobre casi puro, por ser el metal
más útil para ellos.

También podría gustarte