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**Complemento a los apuntes de clase**

Todas las aguas contienen substancias disueltas en cantidades variables que dependen de
su origen. El agua puede contener varios tipos de sólidos, entre ellos, sólidos disueltos y
los sólidos suspendidos. Los sólidos y sales disueltas pueden afectar adversamente la
calidad de un cuerpo de agua, un efluente o un proceso de varias formas, en plantas
potabilizadoras por ejemplo el análisis de sólidos disueltos son importantes como
indicadores de la efectividad de procesos de tratamiento del agua.

Sólidos Disueltos Totales (SDT): Es el material soluble constituido por materia


inorgánica y orgánica que permanece como residuo después de evaporar y secar
una muestra previamente filtrada a través de un filtro de fibra de vidrio con poro de
1,5 µm a una temperatura de 105 °C ± 2 °C.

Sólidos Suspendidos Totales (SST): Es el material constituido por los sólidos


sedimentables, los sólidos suspendidos y coloidales que son retenidos por un filtro
de fibra de vidrio con poro de 1,5 µm secado y llevado a masa constante a una
temperatura de 105 °C ± 2 °C.

Sólidos Suspendidos Volátiles (SSV): Son aquellos sólidos suspendidos que se


volatilizan en la calcinación a 550 °C ± 50 °C.

Sólidos Totales (ST): Es el residuo que permanece en una cápsula después de


evaporar y secar una muestra a una temperatura de 105 °C ± 2 °C.

Sólidos Totales Volátiles (STV): Cantidad de materia orgánica e inorgánica que se


volatiliza por el efecto de la calcinación a 550 °C ± 50 °C.
Materia Flotante: Todo aquel material que quede retenido en una malla entre 2.8
mm y 3.3 mm de abertura.

El pH es una medida de la acidez (pH bajo) o alcalinidad (pH alto) del medio. Lo que significa
un pH con valor 7 es neutro, por debajo de 7 es ácido y, por encima de ese valor, es alcalino.

La conductividad se define como la capacidad de una sustancia de conducir la corriente


eléctrica y es lo contrario de la resistencia. La unidad de medición utilizada es el Siemens/cm
(S/cm), con una magnitud de 10-6, es decir microSiemens/cm (µS/cm), o en 10-3 miliSiemens
(mS/cm).

Conductividad del agua

Agua pura: 0.055 µS/cm


Agua destilada: 0.5 µS/cm
Agua de montaña: 1.0 µS/cm
Agua para uso doméstico: 500 a 800 µS/cm
Máx. para agua potable: 10055 µS/cm
Agua de mar: 52 mS/cm

La conductividad es una variable que se controla en muchos sectores, desde la industria


química a la agricultura. Esta variable depende de la cantidad de sales disueltas presentes
en un líquido y es inversamente proporcional a la resistividad del mismo.

En el caso de medidas en soluciones acuosas, el valor de la conductividad es directamente


proporcional a la concentración de sólidos disueltos, por lo tanto, cuanto mayor sea dicha
concentración, mayor será la conductividad. La relación entre conductividad y sólidos
disueltos se expresa, dependiendo de las aplicaciones, con una buena aproximación por la
siguiente regla:
1.4 µS/cm = 1ppm o 2 µS/cm = 1 ppm (partes por millón de CaCO3)
donde 1 ppm = 1 mg/L es la unidad de medida para sólidos disueltos.

Además de los conductivímetros normales, existen instrumentos que convierten


automáticamente el valor de conductividad en ppm, ofreciendo directamente las medidas
de la concentración de sólidos disueltos.

Los conductivímetros se diferencian según el método de medición que utilicen, es decir,


amperimétrico o potenciométrico. El sistema amperimétrico aplica una diferencia potencial
conocida (V) a dos electrodos y mide la corriente alternada que pasa a través de ellos. Según
la ley de Ohm, las dos dimensiones está sujetas a la relación: I = V / R. Donde R es la
resistencia, V es el voltaje conocido e I es la corriente que va de un electrodo a otro. Lo que
quiere decir que, cuanto más elevada sea la corriente obtenida, mayor será la
conductividad.

La resistencia, sin embargo, depende de la distancia entre los dos electrodos y sus
superficies, las cuales pueden variar debido a posibles depósitos de sales u otros materiales.
Por esta razón, se recomienda limitar el uso del sistema amperimétrico para soluciones con
baja concentración de sólidos disueltos (1 g/L, aproximadamente 2000 µS/cm).

Utilizando medidores de conductividad o sólidos disueltos, es posible obtener con muy


buena aproximación, el valor de la dureza del agua, incluso en grados franceses. La dureza
del agua está determinada por la concentración de carbonato de calcio (CaCO3), la que
constituye el 90% aproximadamente de los sólidos disueltos en el agua. La unidad de
medición de dureza más común es el grado francés (ºf), definido como:

1 ºf = 10 ppm de CaCO3
Dividiendo por 10 las medidas en ppm obtenidas con un medidor de sólidos disueltos, se
obtiene el valor de dureza del agua en of. Como se señalaba anteriormente, 1 ppm = 2
µS/cm de conductividad, por lo tanto:

1 ºf = 20 µS/cm

Dividiendo por 20 las medidas en µS/cm, se obtiene el valor de dureza del agua en grados
franceses.
Conductividad y dureza del agua
ppm µS/cm ºf Dureza
0-70 0-140 0-7 muy blanda
70-150 140-300 7-15 blanda
150-250 300-500 15-25 ligeramente dura
250-320 500-640 25-32 moderadamente dura
320-420 640-840 32-42 dura
superior a 420 superior a 840 superior 42 muy dura

La dureza se entiende como la capacidad de un agua para precipitar al jabón y esto está
basado en la presencia de sales de los iones calcio y magnesio. La dureza es la responsable
de la formación de incrustaciones en recipientes y tuberías lo que genera fallas y pérdidas
de eficiencia en diferentes procesos industriales como las unidades de transferencia de
calor. El término dureza se aplicó en principio por representar al agua en la que era difícil
(duro) de lavar y se refiere al consumo de jabón para lavado, en la mayoría de las aguas
alcalinas esta necesidad de consumo de jabón está directamente relacionada con el
contenido de calcio y magnesio

La cloración de aguas se utiliza para destruir o desactivar a los microorganismos causantes


de enfermedades. El tratamiento en aguas potables mejora la calidad del agua por reacción
del cloro con el amoniaco, hierro, manganeso, sulfuros y algunas sustancias orgánicas; sin
embargo, también puede producir efectos adversos. El color y olor característico de Fenoles
y otros compuestos orgánicos presentes en el agua puede intensificarse además de formar
compuestos carcinogénicos. El cloro aplicado al agua sufre diversas reacciones para
producir cloro libre que consiste en cloro molecular acuoso, ácido hipocloroso e ion
hipoclorito. A su vez el cloro libre es capaz de reaccionar fácilmente con el amoniaco y
ciertos compuestos de nitrógeno formando cloro combinado produciendo
monocloraminas, dicloroaminas y tricloruro de nitrógeno (compuestos potencialmente
cancerígenos). La concentración y presencia de las especies de cloro libre y combinado
depende de la temperatura, pH, proporción Cl2/N y tiempo de reacción. Tanto el cloro libre
como el combinado pueden presentarse simultáneamente en el agua. En aguas naturales,
tratadas y residuales tratadas es posible determinar la concentración de cloro libre, cloro
combinado y cloro total, en el caso de cloro combinado es posible hacer una diferenciación
entre monocloraminas, dicloraminas y tricloruro de nitrógeno. En aguas residuales no se
suele establecer diferenciación entre cloro libre y cloro combinado, debido a que la
cloración de aguas residuales raramente alcanza el nivel suficiente para producir cloro libre.

El yodo se usa en ocasiones como sustituto del cloro para desinfectar el agua: se encuentra
presente en forma de reactivos más estables y fáciles de transportar y no forma
subproductos organoclorados ni cloraminas, aunque requiere mayor tiempo de contacto
para lograr la desinfección.

El yodo residual libre comprende tanto el yodo molecular como el ácido hipoyodoso y el ion
hipoyodito, ya que estas tres formas coexisten en el agua.

La radiación ionizante hace que los átomos o moléculas neutros adquieran carga eléctrica,
bien positiva o negativa. Los tipos de radiación ionizante más conocidos son los rayos alfa,
beta, gamma, X, y neutrónicos. Las radiaciones consistentes en partículas cargadas, por
ejemplo, los rayos alfa o beta tienen un efecto ionizante directo; en cambio, el efecto
ionizante de las radiaciones neutras, como los rayos X, gamma o neutrónicos, es indirecto,
es decir, tales radiaciones generan primero partículas cargadas que, a su vez, producen el
efecto ionizante. La radiación es una forma de energía. Esta energía puede depositarse
parcial o totalmente en un medio adecuado produciendo así un efecto determinado.

Son diversos los materiales que pueden ionizarse, aunque, para tener aplicación en un
detector, las cargas originadas por la radiación han de desplazarse bajo la influencia de un
campo eléctrico. Los gases cumplen esta condición sin dificultad, por lo que los detectores
de ionización de la primera generación contenían gas. El detector de tipo más sencillo es la
cámara de ionización, que constituía ya un instrumento esencial en los primeros estudios
sobre rayos X.

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