Está en la página 1de 5

Día Uno Quest

Voy a jugar un juego conmigo. Puedes mirar si te interesa.


Las reglas son sencillas. Voy a subir una entrada diaria, por
exigua que sea, reportando mi progreso -o falta del mismo-
en las áreas de (a) condición física, (b) dominio del lenguaje
de código Python, (c) dominio de teoría, herramientas o
aplicaciones de psicología.
Navegar entre auto-aceptarse y auto-exigirse es un tema
importante a trabajar en la vida… ¿O no? ¿No? Uno lo
escribe con ciertas dudas… ¡Porque puedo ser sólo yo!
Puedo estar solo en la impresión de que unir el impulso de
desarrollar nuevas habilidades, a la vez que te sigues viendo
como un ser humano aceptable, es difícil. Mientras más
nítida vislumbras a la persona en la que te quieres convertir,
menos satisfecho estás con quien eres hoy. Una oruga
mirando mariposas. Quizás eso les pasa a ellas: se deprimen
y se van a acostar. Pero también es verdad lo que dice
Nathaniel Branden:

“Si apunto a probar que soy ‘suficiente’, el proyecto se


alarga hasta el infinito porque la batalla ya se perdió al
momento de conceder que eso era un tema a debatir.”

Nathaniel Branden, Los Seis Pilares de la Autoestima


En mi admitidamente precario entendimiento de Sartre
(1982), los seres humanos vivimos en plena tensión entre
la facticidad y la trascendencia, entre los hechos y nuestras
posibilidades. De otra forma, la tensión entre nuestra
historia hasta hoy: feliz, triste o apática, pero siempre
consolidada; y nuestro desarrollo futuro, potencial: lo que
no somos ahora. Sartre propone que las personas tienden
a escapar esta tensión. Porque es incómoda.

Podemos escapar esta tensión existencial negando nuestra


trascendencia. Soy sólo facticidad. “Yo soy así y no voy a
cambiar”. Auto-aceptación total. Trascendencia nula.

Podemos escapar la tensión negando nuestra facticidad. Soy


sólo trascendencia. “Yo puedo ser quien yo quiera ser”.
Auto-exigencia imposible. Facticidad nula.
Ambos escapes son desadaptados. La auto-aceptación total
lleva a no poder adaptarse al cambio o crecer. Si tengo
problemas con las personas en todos mis trabajos, al punto
en donde suelen despedirme sistemáticamente porque no
me llevo bien con nadie, posiblemente necesito no auto-
aceptarme tanto ¿Verdad? ¿Puede que, a fin de cuentas, no
sea yo tan perfecto?

Por otro lado, la auto-exigencia total lleva al quiebre con lo


real. Por mucho que lo desee y lo crea, si voy por ahí
diciendo que soy Bruno Díaz, vivo en ciudad Gótica y mi
enemigo jurado es un sujeto con maquillaje de payaso,
posiblemente van a explicarme que sufro un brote psicótico.
Ninguna cantidad de auto-exigencia puede modificar
sustancialmente quienes hemos sido ni nuestra
circunstancia. Cualquier desacuerdo entre expectativas
ilógicas y la realidad, se resuelve de forma más o menos
violenta a favor de la realidad.

Sartre invita a vivir en la tensión, reconociendo nuestra


historia y los elementos que no podemos cambiar, en
convivencia con nuestra conciencia, esa “nada” que busca lo
que aún no somos, pero que podemos llegar a ser; lo que
falta en nuestro ser, pero que no niega quienes somos.
Ahí está. Terminé de faenar al pobre Sartre. Perdón si es un
desastre, pero como yo entiendo su trabajo, sentí que era
pertinente. Uf. La filosofía es difícil y encantadora. #Sonrisa.
Como síntesis, Sherman y Hartson (2011) lo explican bien
cuando comentan que las personas poseen la notable
habilidad de verse a si mismas como adaptadas, capaces y
correctas, a pesar de las múltiples amenazas a esas ideas
que pueden encontrar en su vida. Sin embargo, sólo un
organismo muy mal adaptado podría estar tan involucrado
en la auto-aceptación que le sea imposible cambiar.
Estoy seguro que existen personas viven de forma fluida y
con grados de adaptación y exigencia óptimos sin darle un
segundo de pensamiento a esto. Felicidades por su apego
seguro. Quizás este tema es importante para mí y supongo
que eso es suficiente. Por lo menos una búsqueda rápida
en Google Académico acusa más de cinco millones de
artículos respecto. Académicamente, no estoy tan solo.
#Risa. Existen teorías psicológicas que exploran estas
dinámicas entre aceptación y exigencia (e.g., self affirmation
theory), sin embargo, hoy no las revisaré.
Hoy abro este blog con un sentido de parsimonia no
perfeccionista en mente: qué es lo menos que puedo hacer
para comprometerme con un crecimiento constante y nada
más. Me interesa aterrizar las palabras de San Agustín:

“Conócete, acéptate y supérate.”

San Agustín

Las Reglas

Para hacer eso, pensé en transformar mi persona a


personaje, como en un videojuego, con estadísticas que
pueda utilizar para hacer seguimiento de mi progreso,
retroceso o neutralidad.
No voy a utilizar métricas objetivas (e.g., cantidad de
minutos trotados, programas escritos, libros/artículos leídos)
porque, si bien sería interesante, es un gasto de tiempo y
energía que no puedo costear. La métrica estará compuesta
por categorías en base a mi experiencia subjetiva al
finalizar el día. Cada categoría contará con puntuación en
términos de puntos de experiencia (xp).
Las categorías serán:
(1) Retroceso claro | Evidencia contrastable | -2 xp.
(2) Retroceso intuido | Sensación | -1 xp.
(3) No avance | No sensación ni evidencia | 0 xp.
(4) Progreso intuido | Sensación | 1 xp.
(5) Progreso claro | Evidencia contrastable | 2 xp.
Un nivel se subirá o bajará cada 20 puntos en tal dirección.
Partiré con 100 puntos, correspondiente a nivel uno (Nvl 1).

La estructura de la entrada diaria tendrá la siguiente forma:

Título: “Día X: Subtitulo Relevante”.


Cuerpo: Descripción de las actividades realizadas y
proyectos en carpeta. Sensación subjetiva. Categorización y
puntaje del día en las áreas de seguimiento.
Estadísticas
(a) Condición Física (100 xp – Nvl 1)
(b) Código Python (100 xp – Nvl 1)
(c) Psicología (100 xp – Nvl 1)

Eso es todo. El sistema es muy mejorable y se adaptará en la


medida que las modificaciones ayuden a una forma de
seguimiento más efectiva. Espero tener las condiciones para
medir mi progreso, tanto como mi experiencia y sensaciones
puedan ser un buen instrumento. Ojalá que este sistema no
hable más de mis acomodaciones cognitivas o mi buena
autoestima que de mis progresos reales. Oh, bueno.
Veremos. Hasta mañana.

Referencias
Sherman, D. K., & Hartson, K. A. (2011). Reconciling self-protection with self-
improvement. Handbook of self-enhancement and self-protection, 128.
Sartre, J. P., Valmar, J., & Lamana, M. (1982). El ser y la nada. Aguilar.

También podría gustarte