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Agua

El agua como recurso a abastecer 5

Los Pomca y los PMA para el recurso del agua 6

La planificación estratégica y el monitoreo 7

La tasa por utilización de aguas 8

El agua como receptor de desechos 8

El agua como sujeto de derechos 10

Herramientas éticas 13

Bibliografía 15
Agua
El agua cubre el 75 % de la superficie del
planeta. Se encuentra en varios estados -lí-
quida, sólida, evaporada- y presentaciones
-nieve, granizo, niebla-. Es la base de la vida
y de la mayoría de actividades. Según pro-

””
yecciones hechas por Andaluz (2006):

Una persona necesita aproximadamen-


te 50 litros de agua diariamente para cu-
brir sus necesidades básicas (comida, be-
bida, higiene y saneamiento). Mientras
que la actividad agraria es la que más re-
curso hídrico demanda, pues se necesitan
15 metros cúbicos para producir un kilo
de carne y tres para un kilo de cereales.

Se le pueden sumar cálculos esgrimidos


por nuestras Corte Constitucional, que
afirma que se necesitan 17 litros de agua
para producir un solo grano de café 477 li-
Figura 1.
tros para producir un gramo de oro (Corte shutterstock/ 178274912
Constitucional, 2016).
Aunque existe una cantidad de agua fija en la Tierra se lo considera un recurso reno-
vable porque participa del ciclo hídrico, el que, de no interrumpirse, permite gozar del
recurso indefinidamente. El ciclo del agua es impulsado por la evaporación solar, así la
humedad sale de la superficie de la tierra hacia la atmósfera y vuelve en forma de lluvia,
nieve, granizo, garúa, etc. Cuando el agua vuelve a la tierra una parte se evapora in-
mediatamente, otra se escurre hacia riachuelos, ríos, represas, lagos o los océanos; otra
parte se deposita en los nevados; otra cantidad va al suelo manteniéndose allí (hume-
dad del suelo) o se infiltra formando la capa freática (mantos acuíferos), una cantidad
importante es absorbida por las plantas y es transpirada luego por las hojas volviendo
de nuevo al aire.

Colombia es una sociedad hídrica: arterias fluviales en todo el territorio, dos océanos,
la mitad de los páramos del mundo, grandes reservas de acuíferos subterráneos y más
de la mitad de su territorio susceptible de ser humedal o manglar. Paradójicamente,
nunca ha habido en el país un ordenamiento del territorio en torno al agua. Todo lo con-
trario, se suele ignorar el factor del agua, lo que genera grandes traumas posteriores.
Para hacerse a una idea: “Más del 80 % de las cabeceras municipales se abastece de
fuentes pequeñas (arroyos, quebradas, riachuelos) con bajas condiciones de regulación
y alta vulnerabilidad” (Ministerio de Ambiente, 2010). Ello, sumado a las “Frecuentes
inundaciones o sequias que disminuyen la oferta del recurso hídrico, especialmente en
época de influencia de los fenómenos de El Niño y de La Niña, respectivamente” (Minis-
terio de Ambiente, 2010).

Derecho ambiental y ética - eje 3 Pongamos en práctica 3


Existe en el país una Política Nacional para la Gestión Integral del Recurso Hídrico, for-
mulada el Ministerio del Ambiente. Allí se trazaron seis objetivos en el manejo del recurso
del agua, que tocan los temas de: la oferta, la demanda, la calidad, el riesgo, el fortale-
cimiento institucional y la gobernabilidad. De allí se transcribe el siguiente esquema de
compilado normativo sobre el agua.
Norma Número Año  
Ley 23 1973 Plantea la necesidad de proteger los recursos naturales, fija límites
mínimos de contaminación y establece sanciones por violación de las
normas. Se faculta al Presidente de la República para expedir el Código
de los Recursos Naturales y de Protección al Medio Ambiente.
Decreto 2811 1974 Por el cual se dicta el Código Nacional de Recursos Naturales Renova-
Ley bles y de Protección al Medio Ambiente.
Decreto 1449 1977 Por el cual se reglamentan parcialmente el inciso 1 del numeral 5 del
artículo 56 de la Ley 135 de 1961 y el Decreto Ley 2811 de 1974, parcial-
mente derogado Ley 79 de 1986. Ley 373 de 1997 y el decreto 1791 de
1996.
Ley 10 1978 Por medio de la cual se dictan normas sobre mar territorial, zona eco-
nómica exclusiva, plataforma continental, y se dictan otras disposicio-
nes.
Decreto 1541 1978 Por el cual se reglamenta la Parte III del Libro II del Decreto - Ley 2811
de 1974: “De las aguas no marítimas” y parcialmente la Ley 23 de 1973.
Decreto 1875 1979 Por el cual se dictan normas sobre la prevención de la contaminación
del medio marino y se dictan otras disposiciones.
Decreto 1594 1984 Por el cual se reglamenta parcialmente el Título I de la Ley 9 de 1979, al
como el Capítulo II del Título VI -Parte III- Libro II y el Título III de la Parte
III -Libro I- del Decreto - Ley 2811 de 1974 en cuanto a usos del agua y
residuos líquido.
Ley 1875 1993 Por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el
sector público encargado de la gestión y conservación del medio am-
biente y los recursos naturales renovables, se organiza el Sistema Nacio-
nal Ambiental—SIMA- y se dictan otras disposiciones.
Ley 161 1994 Por la cual se organiza la Corporación Autónoma Regional del Rio
Grande de La Magdalena, se determinan sus fuentes de financiación y
se dictan otras disposiciones.
Decreto 1600 1994 Por el cual se reglamenta parcialmente el Sistema Nacional Ambien-
tal -SINA- en relación con los Sistemas Nacionales de Investigación Am-
biental y de Información Ambiental.
Decreto 1933 1994 Por el cual se reglamenta el artículo 45 de la Ley 99 de 1993.
Ley 373 1997 Por la cual se establece el programa para el uso eficiente y ahorro del
agua.
Decreto 1729 2002 Por el cual se reglamenta la Parte XIII <sic>. Titulo 2, Capítulo III del
Decreto-Ley 2811 de 1974 sobre cuencas hidrográficas, parcialmente el
numeral 12 del artículo 5° de la Ley 99 de 1993 y se dictan otras disposi-
ciones.
Tabla 1.
Fuente: Ministerio de Ambiente

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El agua como recurso a abastecer

Figura 2.
Fuente: Shutterstock/26841334
Es de mencionar que el acceso al agua es un derecho fundamental, según los tra-
tados internacionales suscritos por Colombia y la Sentencia T-740 de 2011 de la Corte
Constitucional.

””
Así mismo, el Decreto 1729 de 2002, define cuenca así:

El área de aguas superficiales o subterráneas, que vierten a una red natural


con uno o varios cauces naturales, de caudal continuo o intermitente, que con-
fluyen en un curso mayor que, a su vez, puede desembocar en un río principal,
en un depósito natural de aguas, en un pantano o directamente en el mar.

El agua entonces, es un recurso que demanda tres acciones del Estado: 1) monitoreo;
2) planificación y 3) ordenación de sus fuentes. Estas acciones se pueden resumir en los
siguientes instrumentos concretos de gestión para el recurso agua.

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””
La obligación para que las entidades
territoriales adquieran, bajo cualquier
título, los predios donde existen naci- Artículo 111º.- Adquisición
mientos de agua o sean importantes de Áreas de Interés para
Acueductos Municipales.
para el cuidado de las fuentes hídricas.
Declárense de interés público
las áreas de importancia
Esto es una clara obligación legal que estratégica para la
obliga a las CAR y los municipios a tomar conservación de recursos
acciones para ubicar esos predios necesa- hídricos que surten de agua
rios para el cuidado del agua y garantizar los acueductos municipales y
su manejo haciéndose a su propiedad y distritales.
declarándolos de utilidad pública. Así se
consagra en el Código de Recursos Natu- Los departamentos y
municipios dedicarán durante
rales, artículo 69, literal c; en la Ley 99 de
quince años un porcentaje no
1993, artículo 107; en la Ley 373 de 1997,
inferior al 1 % de sus ingresos,
artículo 16; y, más recientemente, se rati- de tal forma que antes de
ficó en la Ley 1753 de 2015, que modificó a concluido tal período, haya
su vez el artículo 108 de la Ley 99, donde adquirido dichas zonas.
además se dijo que la adquisición de esos
predios de interés para el cuidado del agua La administración de estas
se debe hacer con la activa participación zonas corresponderá al
de la sociedad civil. respectivo distrito o municipio
en forma conjunta con la
respectiva Corporación
Para que no cupieran dudas al respec-
Autónoma Regional y con la
to, el artículo 111 de esa misma Ley 99, de opcional participación de la
1993, también fue modificado en los si- sociedad civil.
guientes términos:

Los Pomca y los PMA para el recurso del agua

El primer instrumento de ordenación en torno al agua, son los Programas de Ordena-


ción y Manejo de la Cuenca, Pomca, creados mediante el Decreto 1729 de 2002, y cuyos
criterios de estructuración se dan en el Decreto 1640 de 2012. Para su diseño y ejecución,
se tiene también un órgano de participación de la ciudadanía, denominado el Consejo
de la Cuenca, cuya conformación y funcionamiento está reglamentada en la Resolución
509 de 2013, del Ministerio del Ambiente.

Este instrumento se debe aplicar para las grandes cuencas susceptibles de ordena-
ción. En la actualidad en el país hay más de 400 Pomca ya diseñados y en ejecución.

Así mismo, para las microcuencas y las aguas subterráneas, ubicadas en sitios don-
de no hay un plan de ordenación, la norma exige que cuenten con un plan de manejo
ambiental. Existen guías técnicas, de muchas autoridades ambientales, que indican los
pasos para la formulación de los Pomca y de los planes de manejo ambiental para las
microcuencas.

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La planificación estratégica y el monitoreo

Figura 3.
Fuente. Ministerio de Ambiente. (2010)

Estos instrumentos se reservan paras las cuencas de especial importancia, y se rea-


lizan por el Ministerio de Ambiente y el Ideam. En la actualidad, hay cinco cuencas de
mayor relevancia que son objeto de planificación estratégica y 41 zonas geográficas a
las que se les impuso deberes de monitoreo. La figura ilustra las diversas clases de cuen-
cas, y los instrumentos de gestión con los que se les trata.

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La tasa por utilización de aguas • En cuerpos de agua que la autoridad
ambiental competente declare total o
Otro instrumento de gestión al recurso parcialmente protegidos.
natural del agua es la tasa por utilización
de aguas, que se entiende como una carga • En calles, calzadas y canales o sistemas
de alcantarillados para aguas lluvias,
tributaria que un usuario debe pagar por
cuando quiera que existan en forma se-
la utilización de un cuerpo de agua natural
parada o tengan esta única destinación.
para abastecerse en grandes cantidades.
El recaudo de dicho tributo se debe rein-
Aguas que admiten vertimientos
vertir en el cuidado de la cuenca. Esta tasa
ambiental se encuentra regulada en los A su vez, las aguas que sí admiten verti-
artículos 42 y 43 de la Ley 99 de 1993, y mientos, tienen también varios instrumen-
ha sido reglamentada por el Decreto 3100 tos de gestión desde la norma, que se ex-
de 2003, modificado por el 3440 de 2004. ponen a continuación.
A su vez, se han expedido las Resoluciones
1433 de 2004 y 2145 de 2005 por parte del Los permisos de vertimientos. Un
Ministerio de Ambiente. permiso de vertimiento es una autoriza-
ción dada por la autoridad ambiental para
El agua como receptor de desechos verter compuestos en un cuerpo de agua,
condicionado a que haya un tratamiento
La norma también considera al agua, ya
que garantice que bajo varios parámetros
no como recurso a abastecer, sino como re-
el agente contaminante puede remover
ceptor de actividades contaminantes por el
entre el 80 % y el 99 % de la carga conta-
ser humano. Y desde este punto de vista en-
minante generada en el agua.
tonces, las aguas se clasifican en dos clases:
Vertimiento es a su vez toda descarga
Aguas que no admiten vertimientos
puntual o no puntual, directa o indirecta,
que se haga de un acuífero usado. Así mis-
Según los Decretos 1541 de 1978 y 3930
mo, el artículo 41 del mismo Decreto 3930
de 2010, los sitios donde no se admiten

””
de 2010, consagró lo siguiente:
vertimientos a las aguas son los siguientes:

• En las cabeceras de las fuentes de agua. Artículo 41. Requerimiento de permiso


de vertimiento. Toda persona natural
• En acuíferos. o jurídica cuya actividad o servicio
genere vertimientos a las aguas
• En los cuerpos de aguas o aguas costeras superficiales, marinas, o al suelo,
destinadas para recreación y usos afines. deberá solicitar y tramitar ante la
autoridad ambiental competente, el
• En un sector aguas arriba de las bocato- respectivo permiso de vertimientos.
mas para agua potable.
Parágrafo 1°. Se exceptúan del
permiso de vertimiento a los usuarios
Vertimiento
y/o suscriptores que estén conectados
Todas las descargas puntuales o no puntuales, directas o a un sistema de alcantarillado público.
indirectas, que se hagan de un acuífero que ha sido usado.

Derecho ambiental y ética - eje 3 Pongamos en práctica 8


Los permisos de vertimientos los otorgan las CAR, y su desacato e incumplimiento
acarrea la suspensión de la actividad contaminante y una sanción ambiental.

 Para sanear dudas al respeto, el Ministerio del Medioambiente promulgó la Resolu-


ción 631 de 2015, donde se cambió la metodología de medición de la calidad del agua
vertida, estableciendo que, en adelante, el control se seguirá realizando a partir de la
medición de la cantidad de sustancias descargadas, y no del proceso de tratamiento,
pasando al estándar de medición mg/L, y dejando el de kg/día, como se venía haciendo.
Dicha Resolución trae el anexo 2, detallando todas las actividades industriales, comer-
ciales o de servicios, objeto de control por vertimientos.

La tasa retributiva para las descargas de agua.

La misma Resolución 631 de 2015 obliga al pago de una tasa ambiental retributiva por
el servicio de utilizar el cuerpo de agua como receptor de vertimiento. La cual debe liqui-
darse y cobrarse por la autoridad ambiental. Esta es otra clase de tasa como la explica-
da más arriba, donde se impone una carga tributaria a quien descargue contaminantes
en un cuerpo de agua de manera directa. Cuando se vierte al alcantarillado, la entidad
prestadora del servicio es quien la debe pagar. Estas tasas se encuentran reguladas en
el artículo 42 de la Ley 99 de 1993.

Figura 4.
shutterstock_60128515

Derecho ambiental y ética - eje 3 Pongamos en práctica 9


El agua como sujeto de derechos

No se puede finalizar este módulo dedicado al agua, sin mencionar dos fallos judicia-
les de suma trascendencia, dado que obligaron a replantear todo el tratamiento jurídico
que se le venía dando a los ríos. Esos fallos, son, en primer lugar, la sentencia del Consejo
de Estado sobre la problemática del río Bogotá, y la más reciente sentencia de la Corte
Constitucional sobre el río Atrato. Ambas aportaron nuevas luces sobre el régimen de
protección jurídico que se debe tejer en torno al agua, y plantearon una serie de tesis
novedosas que se pueden resumir en las siguientes.

1. La idea de que el río es un sistema complejo, y articulado con muchos otros ecosis-
temas, y que su tratamiento entonces debe ser integral, dado que, además, posee el dere-
cho a la restauración por sí solo, y no por la relación que tenga con las actividades humanas.

En la sentencia sobre el río Bogotá se habló de la necesidad de tratarse al río,


no solo como un cuerpo de agua aislado, sino como como un sistema hídrico inte-
grado por muchos subsistemas, Donde cada subsistema tiene un contexto diferen-
te, caracterizado por factores físicos, bióticos y socioeconómicos, y la solución en-
tonces a esos problemas diferentes, debe ser articulada, donde cada uno de esos
contextos debe confluir a un manejo integral de la problemática general del río.

Y en la sentencia sobre el río Atrato, la Corte con toda claridad afirmó:

””
RECONOCER al río Atrato, su cuenca y afluentes como una entidad sujeto
de derechos a la protección, conservación, mantenimiento y restauración...

En consecuencia, la Corte ordenará al Gobierno nacional que ejerza la tutoría


y representación legal de los derechos del río (a través de la institución que
el Presidente de la República designe, que bien podría ser el Ministerio
de Ambiente) en conjunto con las comunidades étnicas que habitan en
la cuenca del río Atrato en Chocó; de esta forma, el río Atrato y su cuenca
en adelante estarán representados por un miembro de las comunidades
accionantes y un delegado del Gobierno colombiano, quienes serán
los guardianes del río (Corte Constitucional, Sentencia T-622 de 2016).

Derecho ambiental y ética - eje 3 Pongamos en práctica 10


2. Desestima la idea falsa de que, tratándose de ecosistemas con un gra-
do de contaminación tan generalizado −que obedece a un factor de concen-
tración, donde la degradación se da por agentes difusos y no se puede saber a
ciencia cierta quién contamina y qué grado, dado que todos los hacen desde dis-
tintas posturas− no se puede hacer nada ni buscar responsabilidades individuales.

¿Quién puede ser el culpable de la contaminación del río Bogotá y del río Atra-
to? Todos desde distintas medidas. Sin embargo, estas sentencias dejaron claro que
eso no es excusa para la parálisis judicial. Y que todos deben asumir la culpa que les
corresponde, aún si han contaminado un río que ya estaba contaminado. La solución
que ambas sentencias encontraron, fue declarar responsables a todos los involucra-
dos, y a todos imponerles una carga que deben cumplir desde sus distintas posturas.

Así, por ejemplo, la sentencia del río Bogotá, a la hora de declarar responsabilidades afirmó:
Y la sentencia del río Atrato hizo lo mismo:

””
Declárense responsables de la catástrofe ambiental, ecológica y económico-social
de la cuenca hidrográfica del río Bogotá y de la contaminación de los ríos y quebra-
das afluentes del primero y de que dan cuenta las demandas, por acción a todos los
habitantes e industrias de la cuenca que desde hace no menos de treinta años han
venido realizando sus vertimientos domésticos e industriales, además de las malas
prácticas agropecuarias y de disposición de residuos sólidos, entre otras, todos ellos
como actores difusos, por omisión a la nación - Ministerio de minas y energía - Mi-
nisterio del Ambiente y desarrollo sostenible, Ministerio vivienda, ciudad y territorio,
Ministerio de salud y protección social, Ministerio del trabajo, Ministerio de agricultu-
ra y desarrollo rural, a la Corporación autónoma regional de Cundinamarca, - car, al
Departamento de Cundinamarca, al Distrito capital de Bogotá, y todos los munici-
pios aferentes a la cuenca (Consejo de estado, Sentencia del 28 de marzo de 2014).

””
3. Plantean la idea de que la solución para salvar estos ecosistemas hídricos, no consiste

DECLARAR la existencia de una grave vulneración de los derechos fundamentales a la vida,


a la salud, al agua, a la seguridad alimentaria, al medioambiente sano, a la cultura y al territo-
rio de las comunidades étnicas que habitan la cuenca del río Atrato y sus afluentes, imputable a las
entidades del Estado colombiano accionadas (Presidencia de la República, Ministerio de Interior, Mi-
nisterio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ministerio de Minas y Energía, Ministerio de Defensa
Nacional, Ministerio de Salud y Protección Social, Ministerio de Agricultura, Departamento para la
Prosperidad Social, Departamento Nacional de Planeación, Agencia Nacional de Minería, Agencia Na-
cional de Licencias Ambientales, Instituto Nacional de Salud, Departamentos de Chocó y Antioquia,
Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó -Codechocó-, Corporación
para el Desarrollo Sostenible del Urabá -Corpourabá-, Policía Nacional – Unidad contra la Minería
Ilegal, y los municipios de Acandí, Bojayá, Lloró, Medio Atrato, Riosucio, Quibdó, Río Quito, Unguía,
Carmen del Darién, Bagadó, Carmen de Atrato y Yuto -Chocó-, y Murindó, Vigía del Fuerte y Turbo
-Antioquia-), por su conducta omisiva al no proveer una respuesta institucional idónea, articulada,
coordinada y efectiva para enfrentar los múltiples problemas históricos, socioculturales, ambientales
y humanitarios que aquejan a la región y que en los últimos años se han visto agravados por la rea-
lización de actividades intensivas de minería ilegal (Corte Constitucional, Sentencia T-622 de 2016).

Derecho ambiental y ética - eje 3 Pongamos en práctica 11


en una orden judicial de aplicación inmediata. Dado que, en materia de derecho am-
biental, las órdenes judiciales inmediatas que mandan una orden de cumplimiento in-
mediato, son ineficaces. No serviría de nada que los jueces en la sentencia ordenaran
“no contaminar más” al río Bogotá o al río Atrato; pues esto involucra todo un sinnú-
mero de acciones y cambios que son imposibles de lograr de la noche a la mañana.

Lo que funciona en estos casos para de verdad ser eficaces, es que los jueces
dejen las órdenes inmediatas y, en cambio, procedan a dar “órdenes complejas”
de aplicación gradual y diferibles en el tiempo, cuyo complimiento se deba estar
siguiendo y monitoreando, y donde el juez se vuelva una especie de auditor
que constantemente está vigilando los avances del acatamiento de su orden.

Por eso la sentencia sobre el río Bogotá, ordena a muchas autoridades públicas y
privadas, el tener que diseñar un plan de descontaminación a largo plazo para el rio,
que puede llegar hasta a 20 años, donde se elaboren cronogramas y planes de acción
a seguir, con complimientos parciales que se logran a partir de ejecuciones graduales
en el tiempo. Y donde cada cierto tiempo se celebren audiencias de seguimiento en
las que el juez evalúe los avances en ese plan de descontaminación del río y castigue
a los responsables que se rezaguen en las acciones ordenadas.

Exactamente lo mismo, se ordenó en el caso del río Atrato, donde se pidió elaborar:

””
Un plan para descontaminar las fuentes hídricas del Chocó, comenzando por la
cuenca del río Atrato y sus afluentes, los territorios ribereños, recuperar sus ecosis-
temas y evitar daños adicionales al ambiente en la región. Este plan incluirá medi-
das como: (i) el restablecimiento del cauce del río Atrato, (ii) la eliminación de los
bancos de área formados por las actividades mineras y (iii) la reforestación de zo-
nas afectadas por minería legal e ilegal. Adicionalmente, este plan incluirá una se-
rie de indicadores claros que permitan medir su eficacia y deberá diseñarse y eje-
cutarse de manera concertada (Corte Constitucional, Sentencia T-622 de 2016).

Derecho ambiental y ética - eje 3 Pongamos en práctica 12


Herramientas éticas

El gestor ambiental, además del ser y el conocer, como se vio, fundamenta su pro-
fesión en el hacer. Sus tareas son eminentemente prácticas y sus actuaciones siempre
tienen como receptora a la comunidad. Pero su acción en la comunidad, ejecutada sin
atender los imperativos de la ética, se puede volver una llamada acción con daño. Como
cuando se justifican proyectos extractivistas en territorios étnicos sin atender a la cos-
movisión distinta que pueda manejar la comunidad receptora del mismo, lo que termina
menoscabando sus creencias y culturas.

Por eso, para evitar las acciones con daño, toda ejecución dentro de la comunidad ha
de basarse en atender los valores de la prudencia, la transparencia y la pertinencia.

Exige para el gestor


ambiental que toda
intervención en una
comunidad se haga
sobre la base de recono-
cer las limitaciones
propias en su actuar.
Prudencia
Evitando así generar
falsas expectativas,
promesas incumplidas,
y malestar social.

Transparencia

Alude a saber ejecutar la acción


adecuada, en el espacio ade-
cuado. Evitando las extrapola-
ciones mecánicas de modelos y
acciones que, mal transferidos,
pueden terminar degenerando
en efectos negativos para las Pertinencia
comunidades. Para ello es
necesario aludir a lo que se
conoce como el criterio diferen-
cial, y que exige atender las
necesidades especiales de un
sector especial, que exige solu-
ciones especiales también.
Figura 5.
Fuente: propia

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Lo invitamos a visitar el siguiente sitio web cuyo abordaje es fundamental para las
actividades de evaluación:

Visitar página

Biodiversidad como respuesta al cambio climático del Instituto


Alexander Von Humboldt.

http://bit.ly/2vRQh3x

Figura 6.
Fuente: shutterstock/ 69553438

Derecho ambiental y ética - eje 3 Pongamos en práctica 14


Bibliografía

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