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HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 115

los aplastan y desbordan. Carecen de importancia autónoma, de figuras


de mayor relieve, y no obstante aparecen en la historia como un valor
mediato necesario, como precursores muchas veces olvidados y vili-
pendiados, sobre todo los cínicos, del gran movimiento de ideas que
florecerá después de Platón y de Aristóteles. Es muy posible que la
carencia de datos importantes sobre sus doctrinas, la abundancia de
anécdotas en torno de sus representantes más peculiares y la fascina-
ción que a través de los siglos ejercieron sobre los investigadores
CAPÍTULO 3 Platón y Aristóteles hayan oscurecido y sin razones firmes la auténtica
labor de estas escuelas; pero también es indudable que én su semi-
I. PLATóN Y LA OBJETIVIDAD IDEAL DEL UNIVERSO penumbra no significan mucho como realización inmediata y sola-
mente sirvieran de reservorio para la conservación de temas que la
época, por su ideología, no estaba en condiciones de asimilar y desarro-
l. Los socráticos: cínicos y cirenaicos. - La muerte de Sócrates llar. Su insistencia sobre una subjetividad extremada parece completa-
dejó bien establecido en el pensamiento de la época que de los mo- mente fuera de lugar y, sin embargo, con el estoicismo y el epicureísmo
mentos negativos y disolventes de su obra podían emerger nuevos representará un freno al objetivismo metafísico de Platón y al realismo
aspectos positivos y reconstructores. Los primeros hundían sus raíces objetivista de Aristóteles. El tema del objeto, agotado por estas dos
en el pasado inmediato representado por la sofística, los segundos per- filosofías, es incapaz de ofrecer en sus análisis nuevos desarrollos y, al
tenecían a un futuro del cual Platón representaría el primer hito. La disolverse en el escepticismo, encuentra un cauce más apropiado por
enseñanza socrática tuvo grandísima influencia sobre sus contemporá- obra de los estoicos y epicúreos, que darán nuevo fundamento y desa-
neos, aunque sus exigencias metafísicas únicamente encontraran campo rrollo al principio de la· subjetividad y al repliegue del espíritu sobre
apropiado en la especulación platónica. Esa influencia inmediata se sí mismo como consecuencia práctica o praxis de la vida.
reveló a través de la obra de discípulos modestos que, continuando la Tanto en la escuela cínica como en la cirenaica, el subjetivismo se
tradición de algunas ideas preexistentes, convirtieron al socratismo en desenvuelve según una línea propia del pensamiento del siglo IV y cuya
sistemas filosóficos en cuyo seno germinan algunas ideas que solamente génesis se'remonta a los sofistas: confianza ilimitada en la paideía, la
llegarán a perder su inmadurez primigenia con los pensadores pos- educación, para formar y transformar al hombre según méi.odos racio-
aristotélicos. De estas escuelas, la cínica y la cirenaica, que son, res- nales. El objetivismo socrático, y con mayor razón la objetivización
pectivamente, la anticipación del estoicismo y del epicureísmo, repre- ideal del universo por Platón, negaban de hecho la maleabilidad de la .
sentan los dos focos principales. Su tema dominante es la acentuación naturaleza humana. El hombre socrático es, en este aspecto, un objeto
de la subjetividad, el repliegue del espíritu sobre sí mismo de un modo que lleva ínsita la ciencia;· en su concepción, educarlo no significa
hasta entonces nunca visto y, por consiguiente, la indiferencia absoluta «formarlo» o «transformarlo», sino ayudarlo a «parir» la sabiduría que
por lo objetivo. No se trata de un desplazamiento del centro de la lleva dentro y es eterna. Por su parte, el hombre de Platón debe des-
especulación del objeto hacia el sujeto, sino que directamente se plan- cubrir la «idea» para asir natural y deductivamente el saber. Ninguno
tea, en la teoría y la acción, la negación absoluta ·del sujeto. Esta acti- de los dos se forma, transforma, pues ambos, dentro o fuera de sí
tud resulta por lo demás extraña. Después del objetivismo de los natu- mismos, encuentran la sabiduría dada de una vez para siempre. Cuando
ralistas, la crítica acerva de los sofistas había descubierto al sujeto y su los sofistas descubren la subjetividad abren el camino de la paideía;
importancia para el conocimiento; Sócrates, en dando al sujeto como su enseñanza asienta en la educación, que es cambio del hombre. Pero
individuos el carácter de persona, presenta el problema ético de su donde este rasgo aparecerá bien destacado será en el subjetivismo a
acción, pero de sus mismas especulaciones surgía, aunque fuese en ultranza de los cinicos y cirenaicos, sobre todo en los cínicos, que no
germen, una orientación que finalmente se desenvolvería co:i,i sentido · titubean en desechar la denominación de «Sabios» o «filósofos», para
opuesto: la idea de la objetividad ideal del universo, que desarr.ollará presentarse como «conductores de hombres». Diógenes Laercio 1 relata
Platón. que un cínico del siglo m, Menipo, en su obra Venta de Di6genes, dice
Los cínicos y los cirenaicos están fuera de este camino, pero sin que este filósofo, puesto en venta en el mercado de esclavos, respondía
lograr crear un hiatus entre las filosofías de Sócrates y de Platón, C'_Ue a los posibles compradores que inquirían sobre sus habilidades: «Diri-
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gir a. los hombres.» Adversarios de la formación del espíritu por la
refugió por un instante en su seno, luego levantó vuelo hacia los cie-
dialéctica y por la ciencia, los cínicos y cirenaicos no se limitaban a
los, llenando de entusiasmo a los dioses y a los hombres. Todas estas
una reforma interior de ellos mismos: si se reforman es para ofrecerse curi~sas leyendas prueban, simplemente, que para sus contemporáneos
como modelo y para dirigir a los demás. Cinismo y cirenaísmo forman Platon encar;iaba el tipo humano de la belleza moral, de la mesura y
la contraposición en tono menor del platonismo y del aristotelismo, pues de la annoma de las que Apolo era el prototipo divino.
se niegan a reconocer cualqufor interés humano por la cultura inte- En la realidad, Platón pertenecía a las más grandes familias de la
lectual y buscan para el hombre un apoyo en sí mismo y sólo en sí aristocracia ateniense. Su padre, Aristón, descendía de Codros. Su ma-
mismo. De este mddo, y repetimos, aunque fueran oscurecidos por dre, Perictione, era pariente lejana de Solón. Platón recibió de sus
Platón y Aristóteles, y muy desdeñados por las filosofías posteriores, padres el nombre de su abuelo: Aristocles, que luego cambió por el
son los únicos que en el contenido general d~ sus doctrinas permiten que lo conoce la posteridad, sobrenombre que posiblemente le fuera
vislumbrar indicies para la estructuración de una antropología def adjudicado en. razón del ancho de su pecho o de su frente, 0 simpfe-
chombre tal cual es»,2 y cuya presencia posterior junto a la del <1:hom- ~e~te en ;azoz:, de la amplitud de su espíritu, y que le agradó. Re-
bre tal cual debe ser» servirá de trampolín a la introducción de los c1b10 la, eaucac1on que ~mtonces se consideraba perfecta y reservada
principios del transformismo y del evolucionismq en la psicología mo- a los vastagos de las familias aristocráticas. Aristón de Argos fue su
derna. maestro de gimnástica; Platón se reveló un digno alumno, puesto que
ganó dos premios en los juegos olímpicos. Dracón y Metellus de Agri-
2. Plat6n: uida y obras. - Con el pensamiento de Platón está unida gento le enseñaron la música. Dionisio el gramático lo inició en las
toda la historia de la filosofía occidental desde el siglo m a. C. en ade- artes liberales, que los antiguos denominaban con el término general
lante. Todavía en nuestros días la sombra del «filósofo divino», como de , gramática. Espíritu inquieto, abierto a todas las curiosidades, des-
quiso llamarlo la leyenda, pesa en las estructuras de las elucubraciones pues. de haber ensayado en diversas artes, la pintura, la música y la
filosóficas y científicas contemporáneas. Bien entendido, no se trata de poe,sia, pensaba dedicarse al teatro, para lo cual preparaba una tetra-
que aún seamos discípulos o adversarios, pues la época de esos enfren- log1a, cuando entró en relación con Sócrates. El encuentro fue decisivo·
tamientos pasó hace muchísimo, pero sí .está vivo en los tema.s de las abandonó sus aprestos de dramaturgo y se consagró a la filosofía. Te~
ideologías actuales el problema del idealismo y del materialismo. Esta nía entoz:ces veinte años. Se sumó al grupo de Sócrates y durante los
pugna que cuenta a Platón como padre del idealismo filosófico, es nuev: anos que :1 ?1aestro todavía viviría se reveló el más fiel y
todavfa muy sensible en el campo de la gnoseología, y por su inter- ent~~1asta d; los d1sc1pulos. Una enfermedad le impidió asistir a la eje-
medio repercute fuertemente en los planteos del saber y de la cultura. cuc1on de Socrates, enfermedad que para algunos historiadores fue sólo
La psicología actual ciencia conjetural por excelencia, aún tiene cla- un pre~exto; pero había seguido de cerca las vicisitudes del proceso
vada en un costado' la espina del innatismo como herencia platónica; Y. ofrecido s~ fortuna para favorecer la evasión del desgraciado amigo.
los estudios psicosociales y psicolingüísticos son bajo este aspecto, y en EJecutado Socrates, Platón, como la mayoría de los discípulos del filó-
primer lugar, por la afirmativa o la negativa, tributarios de Platón. sofo, cr.eyó prudente alejarse de Atenas. Se trasladó a Megara donde
La leyenda se apropió rápidamente de todos los actos de la vida de por algún tiempo cultivó la amistad de Euclides y Hermóge~es. Sin
Platón, pues los griegos hicieron de él un semidiós. Nació en Atenas, duda, fueron esos dos filósofos los que iniciaron a Platón en las teorías
mejor dicho, en el demos de Kollyte, muy cerca de esa ciudad, en el de los_ eleáticos. De Megara, Platón pasó a Egipto, donde permaneció
tercer año de la 87 Olimpíada, en el mes Thargelion, o sea el 21 de tres anos, del 393 al 390. De allá fue a Fenicia, donde, se dice los ma-
· mayo del año 429 a. C., según nuestro calendario. El día de su na- gos lo familiarizaron con la filosofía de Zoroastro, y los calde~s con la
cimiento coincidió con un aniversario del nacimiento del dios Apolo, astrología. Después visitó la Italia meridional, donde en Tarento trabó
Y se contaba que era hijo de ese dios, que había ordenado al marido amistad con Arquitos, Locres y Timeo, y posiblemente tuvo contacto
de su madre no aproximarse carnalmente a su mujer durante los diez ·~ con los pitagóricos, que en esa región todavía daban una enseñanza
primeros meses del matrimonio. Más adelante, cuando su padre lo • 1 esotérica. Luego pasó a Siracusa, donde por un tiempo mantuvo buenas
presentó a Sócrates, éste habría tenido la noche anterior un sueño relaciones con Dionisio el Viejo, rey de la región, y ,al que pretendió
singular que lo prevenía de esa presentación y de la gloria futura de convertir en gobernante filósofo. Pero el tirano no tardó en descubrir
su ,discípulo: del altar que en la Academia estaba consagrado al Amor las ~esventajas de la filosofía para un gobierno autoritario y lo con-
creyó ver que levantaba vuelo un pequeño cisne. El gracioso animal se deno a muerte. Los ruegos de Dión y de Aristomenes le salvaron la
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v~da, pero no lograron su libertad. Dionisio, aliado con los lacedemo- 3. La filosofía de Platón y el problema del conocimiento. - Desde
nios, Y por lo tanto enemigo de Atenas, dio a Platón la condición de los orígenes de la filosofía griega hasta nuestros días, la historia del
¡prisionero de Esp~. De acuerdo con los usos de la época en relación pensamiento occidental gira en torno de un problema: el conocimient:'.
<:on l~s p~isioneros, vendió a Platón como esclavo a la ciudad de Egina, Se trató y se trata de saber si la realidad se presenta al hombre baJo
en~m1ga Jurada. de Atenas. Una vez más, la vida del filósofo estuvo en la forma de objeto de conocimiento, o sea, que al percibir los fenómenos
peligro, pues para satisfacer los odios nacionales se requería la vida del que lo rodean el cdntacto con los mismos da en la sensación la aprehen-
esc~avo. ~o obstante, ~iceris, uno de sus amigos, logró el rescate por sión del fenó:neno en sí, el conocimiento de su ser, en otros términos
treinta minas, Y Platon regresó finalmente a Atenas. Su ausencia de de las relaciones que lo provocan y causan, o si a ese primer contacto
la ciudad había durado once años, y en medio de largos momentos de con la realidad se le debe agregar el análisis y la teorización del fenó-
estudio Y de terribles vicisitudes, el pensamiento de Platón había alcan- meno, que daría el polo necesario y complementario .del sujeto abs-
zado una madurez singular.
tracto, esto es, el conocimiento que se encuentra a la vez en el mundo,
. En :'-tenas, Platón se consagró a la enseñanza de la filosofía. Eri. el en la cosa, y fuera del mundo, de las cosas, en nuestro concepto de
g1mnas10 de la Academia profesó durante casi veintidós años un curso las mismas. Esta doble visión de la realidad y de su aprehensión abre
gratuito, en el que desarrolló sus doctrinas. Durante este período com- dos caminos divergentes al conocimiento humano. Por un lado, el hom-
puso la mayor parte de sus obras. En ·el año 386 a instancias de su bre está en relación directa con la realidad de los fenómenos que lo
amigo Dión, decidió intentar una vez más la ave~tura de convertir a rodean; cuando percibe las cosas aprehende su esencia y el ser de las
un rey en filósofo y hacerle aplicar sus doctrinas de gobierno que mismas, y la trama de acciones e interacciones, de las causas que las
conocemos por su obra La República o de la Justicia. Dionisio el joven producen, es adquirida con el conocimiento sensorial, o bien, lisa y
ocupaba el trono de Dionisio el Viejo, y su propósito era hacer del llanamente ignorada por la imposibilidad de llegar al mismo, de manera
nuevo tirano un perfecto filósofo, lo que a sus ojos equivalía a con- que el conocimiento sería la «captura» por los sentidos de la realidad.
vertirlo en el modelo de los príncipes. Confió la dirección de su escuela Por el otro lado, esa relación práctico-utilitaria con las cosas hace
a H~raclides ~e Heracle~, y partió para Sicilia, en compañía de su aparecer la realidad como un mundo de medios, de fines, de fuerzas
sobrino Espeusipo. Despues de algunas entrevistas con el tirano entre- y de reacciones, que deben ser sistematizados. As~ inmerso en el
vistas que hicieron peligrar nuevamente al filósofo, éste reton:ó, pru- mundo real, el hombre crea con sus propias representaciones de las
d~~temente, a Atenas. Retomó la enseñanza y se dedicó a revisar sus cosas y elabora un sistema correlativo de nociones que retienen y fijan
<l~alogos Y a componer otros. _Murió en el año 347 a. C. Las circunstan- la forma fenomenal de la realidad: la filosofía y la ciencia.
cias de su muerte nos son desconocidas. Los atenienses le dedicaron Para la época de Platón, todas las escuelas de filosoña, salvo el pita-
funerales grandiosos y erigieron su tumba cerca de la Academia. Su:s gorismo, se habían prácticamente fundido, frente al problema del co-
discípulos decidieron celebrar dignamente cada año el aniversario de nocimiento, en dos doctrinas opuestas en su método, su principio y sus
su nacimiento; para esa fecha organizaban un banquete solemne, du- resultados. Por una parte, el idealismo de los eleáticos, que proclama-
rante el cual se cantaban himnos a la memoria del filósofo. Aristóte- ba la unidad y la inmovilidad del ser, suprimía lo múltiple, el fenó-
. les, el otro gran filósofo ateniense, que fuera primero su discípulo y meno, el movimiento y el devenir; por otra, el naturalismo de la.
luego su rival de gloria, le erigió un altar.
escuela jónica, que profesaba la inestabilidad incesante de las cosas y
Los escritos de Platón comprenden !l6 obras, casi todas diálogos sustituía en el mundo al ~er por la apariencia del ser. Frente a esas
Y de las cuales 13 son consideradas apócrifas. Las obras de Platón so~ dos orientaciones, Platón se manifiesta con una doble refutación. En el
las primeras de un filósofo de la antigüedad que nos han llegado com- Teetetos 3 demuestra contra Protágoras y los jónicos que no ,hay cien-
pletas, en todo sentido, y de las cuales podemos. disponer de ediciones cia de lo que pasa, y que reducir ·el conocimiento a la sensación es
perfectas, siendo la primera la realizada por Aldo Manucio el Viejo destruirlo. En El Sofista, 4 uno dé sus diálogos más profundos, prueba
con texto revisado por Marc Musurus de Creta en Veneci~ en 15131 contra los eléatas que la verdadera ciencia admite los contrarios siem-
siendo considerada como edición fundamental ia de Henri 'Estienne' pre que se los enlace con una Idea superior; que el movimiento y el
publicada en París, en 1578, en tres volúmenes in folio. De l~s tra~ reposo, por ejemplo, aunque se e:x:cluyan recíprocamente, pueden, sin
ducciones, una de las más afamadas es la realizada por Víctor Cousin embargo, coexistir en la Idea del Ser.
editada en París por Rey y Gravier en 13 volúmenes entre lo~ El propósito de Platón es determinar el carácter de la ciencia y acar-
años 1822 y 1837. '
dar sobre ese pimto las doctrinas de los jónicos, que negaban la uni-
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dad, y las doctrinas de los eleáticos, que afirmaban esa unidad. Como íos, naturalistas como Alcmeón de Crotona, Galeno, Galileo Galilei,
para Platón la verdadera ciencia admite los contrarios, reuniéndolos Lamarck, Darwin, y qué otra cosa hacen en nuestros días los físicos
con una Idea Suprema, ¿por cuál método podrá, pues, conciliar el de- empeñados en explorar el unive1so atómico, que con el «Principio de
venir y el ser, la variabilidad infinita de los jónicos y la inmovilidad la incertidumbre» de Heisenberg retornan al mundo de las Ideas pla-
absoluta de los eleáticos? Por la dialéctica. Así, únicamente la dialéc- tónicas, o con la teoría de los quanta se acogen con De Broglie a la
tica resolvería el problema de las cosas. Busca lo que hay de común destrucción del pseudoconcreto, como postulara Marx? Platón, como
e invariable; reduce continuamente la variedad a la unidad. Dadas· por veremos en lo que sigue, inaugura un modo de pensar que la huma-
la sensación un cierto número de realidades individuales, la dialéctica nidad todavía lucha por superar o abandonar. Para él, y con él para
las compara, las considera en lo que tienen de común y de perma- todo el idealismo posterior, el pensamiento: la Idea crea lo concreto,
nente, puesto que las relaciona con una causa independiente y sepa- esto es, que los hechos sólo adquieren valor y significación en la con-
rada, con una causa que existe por sí misma: la Idea. Para Platón, las ciencia humana. De este modo, Platón objetiviza radicalmente al uni-
Ideas son principios independientes y superiores que· corresponden a verso como un mundo ideal, y dentro de ese mundo convierte el
un mundo aparte. conocimiento del hombre en una antropología abstracta y también ideal.
¿Qué son, entonces, la ciencia y el conocimiento? No son las s~nsa­
ciones, como pretendía Pitágoras, nos dirá Platón, ni él ser permanente, 4. La dialéctica de la sensaci6n. - Cuando ·Platón afirma en el
como sostenían los eleáticos. La ciencia y el conocimiento platónicos Sofista 5 que dianoia y lagos, pensamiento y discurso, son una misma
.son la inteligencia, que hace lo inteligible sin ningún intermediario Y cosa, con la única diferencia que el diálogo interior del alma consigo
que es una y misma cosa con su objeto. La ciencia y el conocimiento misma, y sin voz, se llama pensamiento, mientras que aquello del pen-
son la Idea. Con Platón y su teoría de las Ideas se plantea de manera samiento que se comunica con la voz se llama discurso, define la dialéc-
dramática que la evidencia sensible no expresa una visión clara y aguda tica como actividad discursiva de la mente, o sea que si el hombre pu-
del fenómeno mismo; que lo natural se revela no-natural, y que el diese intuir inmediatamente y en su pureza la verdad, no habría dia-
hombre debe cumplir un esfuerzo para salir del «conocimiento natu- léctica porque sería innecesario el trabajo de discernir poco a poco la
ral», y para convertirse en sabio que conoce la realidad en tanto que verdad de la masa de las falsedades y· apariencias. Pero el organismo
tal. Para todos los grandes filósofos, de todas las tendencias, que se del espíritu humano es tal que el pensamiento es una y sola cosa con
sucedieron en la historia desde los remotos tiempos de la Academia, el discurso, de manera que el aprendizaje es labor de investigación y
el dilema platónico quedó vigente. Francisco Bacon, Baruch Spinoza, de selección. El pensamiento siempre tiene frente a sí a un enemigo:
Friedri~h Hegel, Karl Marx, Martín Heidegger, definen el conocimiento lo falso, lo aparente, lo irreal, al que debe combatir discutiéndole y
como sobrepasando lo natural, como actividad superior o esfuerzo su- destruyéndole su obra. De aquí el carácter rítmico de la actividad del
premo. La imagen baconiana de los Idola; la categoría de la totalidad pensamiento, que es andar y desandar, un adelantar y un reflejarse, un
que elaboró Spinoza con su natura naturans y su natura naturata, la afirmar y un negar, como momentos de una afirmación mejor fundada.
maturaleza naturab y la «naturaleza creada:i>; el análisis hegeliano del En suma, !i!l conocimiento es una discusión o un coloquio según los
pensamiento reflexivo; la teoría de la abolición del pseudoconcreto, términos empleados por Platón. '
esto es, de la aparente autonomía del mundo cotidiano, de Marx; el Pero esta imagen corresponde al nivel especulativo de la lógica so-
(;:;tar en situación en el mundo del existencialismo, tanto heideggeriano crática 6 y revela la posición del problema tal como lo encontramos en
como sartriano son otros tantos modos del esfuerzo por descubrir la los primeros diálogos. Posteriormente, Platón cumplirá un gran pro-
estructura de ia cosa, y la búsqueda de la «CO~ en sí» e~ de tiempos greso que se revelará a f:>'avés de la crítica de las sensaciones y de las
iJ.unemoriales, y será siempre, tarea de la filosofia. Esta busqueda'. que opiniones, porque Una cosa es criticar la relatividad de las sensaciones,
inaugura Platón, es una actividad indispensable par~ la humanidad, como hicieran los cínicos y cirenaicos, y otra buscar en la estructura
porque la esencia de las cosas, la estructura de la realidad, la «cosa en misma de la sensación la causa de su relatividad. Especialmente en el
sh, el ser de la cosa .no se revelan al hombre de ma!-'1era dir~cta .e · Teeteto 7 está planteado el problema del conocimiento científico de la
inmediata. Con este sentido se puede definir la filosofia y la c1enc1a sensación; en partiendo de la pregunta ¿qué es?, encuentra que res-
como el esfuerzo sistemático y crítico que tiende a aprehender la cosa ponder que es algo ya significa trascender su naturaleza y darle una
en sí, a encontrar la estructura de las cosas y a descubrir la esenci~ de ,realidad que va más allá de la aparición fugaz en que se resume~ Esto
la realidad. ¿Qué de distinto hicieron, paralelamente con estos filoso- · afirma Platón, porque el discurso necesita prolongar en la pa-
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labra la instantaneidad de su aparecer, y de esa manera hablamos de , una petición de principio: el hombre sólo es la medida de las cosas
las cualidades de los objetos que los sentidos nos revelan, y como algo · .que aprendió.11 De esto deduce que la experiencia inmediata no con-
correlativo <le esas cualidades de sensaciones: hablamos de una activi- . tiene a la verdad, sino que la presupone, y por lo mismo contiene una
dad del objeto a !~ que responde una pasividad del sujeto, que simple- instancia que la trasciende. Y Platón va todavía más lejos. La sensa-
mente recibe la impresión. En realidad, explica Platón, estos términos ción es generada y como tal brinda a otro, al generador, el propio ser.
son obra de una reflexión posterior, porque en el momento del encuen- En consecuencia deviene, pero devenir es convertirse en algo; es fe-
tro del órgano, el ojo por ejemplo, con el objeto sensible, no se origina nómeno y, sin embargo, no tiene esencia. ¿Cómo, entonces, puede
un color, que es una cualidad sensible, sino algo, un blanco por caso, haber una verdad sin esencia? 1 2 Por ser la esencia la intimidad del
o sea que no hay una visión, sino un ojo que ve. Lo mismo es para real, que no puede estar en el fenómeno, debe recibir en este caso su
los demás sentidos; la dureza, el calor, etc., no son nada por sí mismos, razón, puesto que no le es inmanente.
sino que se originan en el encuentro del órgano con el objeto adaptado De esta crítica al empirismo, Platón saca en consecuencia dos ca-
para ello.s racteres de las sensaciones, · que en su sistema adquieren grandísima
En siendo ésta la génesis de la sensación, Platón deduce cuatro con-. importancia positiva. La sensación, como explicó, es individual y ais-
secuencias fundamentales: 1) su relatividad, por cuanto es función del lada. El ojo ve, el oído escucha, pero la sensación del ojo no tiene rela-
sensorio y del sentido, y en consecuencia una disposición distinta de ción con la del oído, y viceversa: cada una acoge un único aspecto del
los órganos o una acomodación diversa del objeto que determina un objeto. Pero bien, ¿cómo ocurre que el hombre siente como aguda o
cambio, una diversidad en la sensación; 2) su mera apariencia o fe- grave una misma cosa que ve como blanca o negra? El sentido de por
nomenalidad; la sensación es y no es, puesto que generada deviene y sí no decide porque no da la relación entre las dos sensaciones. Y de
está, por consiguiente, privada de existencia estable; 3) su individuali- la misma manera, en el campo de un mismo sentido, ¿qué nos dice que
dad, que se agota en el acto singular con que se genera y, por consi- una sensación es idéntica o diversa de otra, igual o desigual, más agra-
guiente, no abarca nada general, sino y únicamente una cantidad de- dable o desagradable? Estas relaciones, y el número infinito que de
terminada; 4) en consecuencia, es de hecho aislada, con el sentido de ellas puede aparecer, no poseen un órgano sensible apropiado: existen
que no tiene en sí misma la razón de una relación con otras sensacio- entre las sensaciones y no en la sensación, por lo cual deduce que por
nes. De aquí, como veremos más adela~te, que para Platón sea nece- otra vía el alma agrega al sentido una esencia suprasensible unida,
saria una exigencia que la trascienda y que requiera una integración pero no coµfundida, con el fenómeno sensible. De este modo, se agrega
a un nivel por encima de lo sensible. Ahora, supongamos, con la teiss a lo similar y a lo distinto, a lo igual y a lo desigual, las relaciones más
empírica propugnada por Protágoras,9 que las sensaciones, en lugar de profundas del ser y del no ser, del fenómeno y de la esencia, de lo
ser las formas espirituales más elementales, compendian toda la vida verdadero y lo falso, de lo hermoso y lo feo, de lo bueno y lo malo,
cognoscitiva del espíritu, esto es, el conocimiento de la verdad, porque · algo que forma una instancia superior al sentido, una obra que el alma
brindan la realidad en su integridad. Esto daría lugar a consecuencias con.struye por sí misma, «refiriendo las sensaciones entre ellas y pa-
muy extrañas, afirma Platón, porque quien ve conoce, quien cierra los rangonando en sí mismo el pasado y el presente con el futuro». 13 En
ojos no ve y, por consiguiente, no conoce. Y quien viera con un solo habiendo partido de los sentidos, Platón llega al descubrimiento de una
ojo, mientras conserva cerrado el otro, ¿no podría decirse que al mismo trama no sensible, de naturaleza intelectual o mental, que la com-
tiempo conoce y no conoce? Para superar estas antinomias del empi- pactibilidad aparente de la vida sensible ocultaba, pero que la dialéc-
rismo puro debe admitir que la realidad no está completamente pre- tica de la sensación terminó por revelarle. La primera parte de su aná-
sente en los sentidos, sino que en parte está idealizada en el recuerdo, lisis está realizada;. el hombre no es la medida de las cosas, ni de las
o sea que trasciende la inmediatez de su punto de vista y reconoce que son ni de las que no son: la sensación no es conocimiento, y a su
una mediación: el recuerdo, con todas las consecuencias suprasensibles antropología abstracta, a su psicología teorética, como diríamos hoy,
que ello implica. le resta la tarea más difícil, la de investigar en qué consiste esa trama.
Cuando Protágoras enunciaba el principio de que el hombre es la me-
º
dida de todas las cosas,1 ¿entendía por hombre a su propia persona? 5. La reminiscencia. como base del CO?Wcimiento. - Platón revela,
En verdad, pregunta Platón, ¿de qué cosas es el hombre :medida? ¿De por el camino de la dialéctica, que la verdadera realidad no es un
lo que sabe o de lo que no sabe? Su solución a estos dos interrogantes fenómeno, algo inmediato, sino una esencia, algo que es mediatez o
consiste en demostrar que el principio de Protágoras se resuelve en. idealidad, o, dicho de otra manera, llega a la conclusión de una pro-
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funda opos1c10n entre lo que es sensible y lo que propiamente perte- ! tan con lo que llaman hechos de experiencia interna y leyes o formas
nece al alma. Frente a la subjetividad de las sensaciones reafirma la a priori. del conocimiento. Es verdad que ya no enfocamos el problema
objetividad, esto es, la universalidad de los conceptos o relaciones men- con la orientación que le diera Platón, sino con la que se inicia en Des-
tales. Mientras las sensaciones son mudables y contingentes, los con- earles, más desde que aquél lo afirmara, pensando en la et~rnidad de
ceptos son invariables, porque si bien en ellos varían las cantidades los conceptos: el hombre los posee por una especie de reminiscencia;
naturales, las magnitudes, no varían la cantidad, la magnitud, que con -0tros, que son innatos del alma; otros aun que son funciones a priori
su inamovilidad resultan el criterio de cualquier cambio. Sin embargo, del intelecto, leyes inmanente a la constitución mental, encontramos
no sabemos cuál es la relación de los conceptos con el alma; lo único '· que todas son fórmulas diversas de filosofías diversas, pero que res-
que nos ha dicho Platón es que conocemos porque la luz del alma se ponden ·a un mismo y único enfrentamiento del .problema del cono-
irradia sobre los sentidos. Pero, ¿él conocimiento es un producto del cimiento humano. La psicología actual, la muy actual del análisis fac-
alma, o algo autónomo y no generado, que se comunica inmediata- : torial de. la inteligencia, ¿responde acaso de otra manera? Desde Platón
mente al alma, sin que nazca de ella? Grave problema que lleva al hasta nuestros días, y en base del principio de la reminiscencia, se clis-
filósofo a recurrir a la mayéutica socrática para una demostración. En : cute si los conceptos son ingerierables, eternos, idénticos, insusceptibles
uno de sus diólogos, el Menón,14 presenta a un es~lavo ignorante de las · de cambio y de corrupción, y en afirmándolo la psicología contempo-
matemáticas, y por medio de habilísimos interrogatorios lo pone en ' ránea con Piaget, · replantea y acepta el problema en su solución
capacidad de resolver un problema difícil. ¿De dónde extrajo el esclavo platónica con el análisis del pensamiento preoperativo del niño. 16 No
el saber? Por supuesto, no provenía de un conocimiento, del que care- se trata para los psicólogos de hoy en día de ser platónicos o no,. se
cía por completo, sino del fondo de la propia alma, por obra de una trata de un problema que Platón fuera el primero en poner sobre el
especie de despertar o reminiscencia (anamnesis). Su alma ya estaba tapete y que todavía debatimos. Mas, en retornando al filósofo, en la
impregnada por aquel saber, que la preexistía y no era fruto de una teoría de la reminiscencia encontramos otra consecuencia y que apunta
adquisición. Recordar es, pues, para Platón, extraer la ciencia de un a la clarificación del real. Según Platón, la eternidad de los conceptos
fondo propio.16 explica la preexistencia del alma al acto de la generación del hombre,
Se trata de un saber no adquirido, anterior al nacimiento del indi- y no viceversa, o, dicho de otra mallera, que el alma no es el sostén
viduo en que se alberga el alma, o sea poseer la memoria de un saber de los conceptos, sino que éstos la sostienen, y de lo cual resulta que
ya poseído en una vida precedente, lo que además significa postular los conceptos no son accidentes de una sustancia. -como defenderá el
la inmortalidad del alma, por lo menos en la línea regresiva que se sustancialismo empirista después de Descartes-, o manifestaciones de
hunde en el pasado. Pero dejando de lado el valor lógico y metafísico , una esencia --como enseña el esencialismo contemporáneo de la psico-
de estas premisas, sus consecuencias psicológicas nos presentan al prin- logía del profundo-, sino la verdadera sustancia, la verdadera esencia,
cipio de la reminiscencia como la primera gran tentati.va de encontrar que el alma expresa en su verdad incorruptible y eterna. Éste fue el
una explicación que no sea equívoca al origen de la naturaleza men- paso final de Platón, y que llevará a la filosofía, y a la antropología con
tal. Si el empirismo, la opinión de que los conceptos emanan de la el sujeto abstracto, hacia una nueva metafísica: el idealismo. Y así, por
experiencia sensible, es falso, y Platón lo demuestra, sólo queda la po- milenios reinó indiscutible en la civilización occidental la aceptación
sibilidad de admitir que sus límites no están determinados por los de una razón universal e inmutable, propia de todo el género humano,
límites de la vida humana, sino que preexisten al individuo como de- y que se perpetuaba a través de la historia, cualesquiera fueran las
pósito del alma, que se perpetúa más allá de la vida. Lo extraño de vicisitudes que en ésta sucedieran. La definición del hombre como ser
esta concepción es la idea de la metempsicosis, ese principio del pen- razonable fue su consecuencia natural y derivó en la tesis de. que sus
samiento oriental que los órficos introdujeran en Grecia (vid. parte pri- atributos naturales no admiten grados. Esta tesis de la catolicidad de
mera, cap. I, 1) ; pero si dejamos de lado este presupuesto psicológico la razón fue aceptada por cartesianos y tomistas, e incluso el Ilumi-
que tanto choca con la línea del pensamiento heleno clásico, sobre nismo, que no admitía sus fundamentos teológicos y metafísicos, la
todo con la fuerte tendencia racionalista y materialista de los natura- ' ·suscribió. Fue necesario el desarrollo de las ciencias físicas, en nuestro
listas, encontramos que la teoría de la reminiscencia es el primer gran .siglo, para que se dudara seriamente de concepto tan venerable que
esbozo de la teoría de las ideas innatas y del innatismo biológico y psi- ni siquiera el empirismo pusiera en el banquilo de la duda absoluta.
cológico en general, que todavía hoy constituye uno de los candentes La razón humana como reflejo de la razón universal: se la ubique
problemas de la psicología, sobre todo cuando los psicólogos se enfren- en Dios, o en el alma, o en las cosas, es un concepto que n<ice con Platón,
126 ALBERTO L. MERANI lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 127
o, mejor dicho, si dudamos en atribuirle lisa y llanamente su invención, (vid. part. pr., cap. I, 1). Luego, al tronco unieron la especie mortal del
adquiere con su pensamiento la forma y la fuerza con que se perpetuó. alma; pero como una parte de la misma era mejor que la otra, divi-
En s~ tesis de que «saber es recordar> está incubado este principio. En dieron al tronco con un «muro», el diafragma, y así a la parte del
Platon representa , la teoría de los principios racionales inmutables, alma que participa del coraje y de la cólera le dieron por asiento el
que gradualmente y en el curso de la historia del pensamiento se stis- tórax, la porción más cercana de la cabeza, para que, pudiendo e~cu­
tituye por la de las ideas innatas, sin que en uno y otro caso se ~enie­ char la voz de la razón, reprimiera, junto con ésta, los ímpetus salvajes
gue de la raíz idealista común. Se requerirá llegar al siglo xx para que del alma pasional o concupiscente. A esta última la ataron como a
por obra· de la psicología genética, o, mejor dicho de la corriente· de cuna bestia salvaje» más abajo, en el vientre y bajo vientre, con lo
dicha psicología, inaugurada por Henri Wallon 11' l~ etnografía y la cual Platón hace una concesión a la «teoría cardíaca del alma»
sociología, se alcance un nuevo concepto de la ~azón el de su histo- (vid. part. pr., cap. I, 1). De este modo es como nace la doctrina de
:icidad. Para comprender finalmente la crisis de la r~zón con que se · las tres almas, y la psicofisiología que las une respectivamente al cere.;
inaugura nuestro siglo, 18 y en la que se originan las psicologías de la bro, al corazón y a las víscéras inferiores, y que tanta fortuna tuviera
existencia y de la esencia, siempre y por consiguiente será bueno re- por casi dos mil quinientos años, hasta comienzos del ~iglo XIX.
cordar a Platón, cuyo Fedón es de todas sus obras la que con mayor Esta psicofisiología, que se separa netamente de los puntos de
claridad expone su teoría de la razón como reflejo de una razón uni- vista de los presocráticos, nos demuestra su aspecto más caracterís-
versal: de que· saber es recordar. tico en haber separado claramente, sin matices, una parte inmortal del
alma humana de las restantes partes mortales, y de haberles dado,
6. Las tres partes del alma, o la psicofisiología de Platón. - En el incluso, orígenes, funciones y destino final diversos. En la perspectiva
Timeo, 111 Platón pone como protagonista principal al Demiurgo, el Autor del Fedón, el alma que se separa del cuerpo con la muerte lleva con-
del. mundo, que, de acuerdo con el modelo trascendente de las Ideas, sigo y conjuntamente los elementos racionales y sensibles, y estos últi-
forJa con la materia caótica del devenir el cosmos ordenado y armónico. mos la atraen, muy a su pesar, hacia la tierra, obligándola a encar-
De la formación del universo en su totalidad, el relato cosmogónico pasa narse en nuevos cuerpos. Pero ya en el Timeo, el alma racional sólo
a la especificación de los individuos particulares. En analogía con tiene, dada su categoría de infusa directamente por el Demiurgo, rela-
el alma del mundo, son constituidas en orden sucesivo las almas de ción ocasional y transitoria con las almas inferiores, y está destinada
las estrellas, de los planetas, de los hombres, y de acuerdo con un a separarse completamente del cuerpo. Al extenderse sobre las rela-
orden d~ perfección decreciente. Con respecto al hombre, el Demiurgo ciones del alma y del cuerpo, la psicofísica platónica advierte del peli-
forma directamente sólo el alma verdadera y propia, racional e inmor- gro de un crecimiento desproporcionado o de un deterioro de una o
tal; los principios animados inferiores y que proveen a las funciones del otro, y señala como único medio práctico de salvación, de lo que
inferiores de la vida humana, y que son comunes a· los· animales, re- hoy llamamos csalud mental», de no ejercitar el alma sin hacerlo con
sulta1: la obra de seres a su vez creados por la divinidad y en los que el cuerpo, o el cuerpo sin hacerlo con el alma, para que, defendiéndose
delego la tarea de esa creación imperfecta. La exposición del Timeo una del otro y viceversa, se equilibren y sean sanos. Conviene, agrega
enumera en el hombre tres almas, cuyo origen y destino es diverso. en el Timeo, que el matemático o el que trabaja mucho con la mente en
En el Fedro, 20 esta jerarquización está simbolizada con el mito del torno de alguna otra ciencia, redima también al cuerpo con su debido
carruaje, del auriga y de los caballos: el auriga representa el alma ejercicio, entablando amistad con la gimnasia, y, por el contrario, el
racional, Y de los caballos, uno, el más fogoso, el alma noble que, que cultive con cuidado el cuerpo, compense su alma, sirviéndose de
acicateado por el auriga, tiende hacia lo alto, mientras que. el otro la música y de la filosofía, si quiere ser considerado como verdadera-
caballo, el más innoble, es el alma pasional, que tiende hacia lo bajo. mente hermoso y bueno. Esta doctrina de la armonía se integra, en ei
En el Timeo, el mismo relato se mezcla con un análisis psicológico que Timeo, con el principio socrático de que ninguno es voluntariamente
se entrelaza con otro fisiológico para explicar por qué son distintas las malo, y por Jo tanto el mal coincide con la ignorancia. De seguirse
tres almas y cómo finalmente se adaptan a la formación dsl cuerpo. estos preceptos, en la didáctica platónica, se asegura la inmortalidaci
Por delegación del Demiurgo, los dioses inferiores encargados de crear persona1,21 porque «finalmente, cuando todos los lazos que unen entre
~l hombre, pusieron el alma racional, que recibieran ya formada por ellos los triángulos de la médula no pueden permanecer firmes, disten-
el, en la cabeza, que separaron con un istmo, el cuello, del resto .del didos por la fatiga, dejan que a su vez se aflojen los lazos del alma,
cuerpo. Platón se adhiere de este modo a la «teoría cerebral del alma> y que ésta, liberándose según el curso de la naturaleza, emprenda ale-
128 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 129
gremente el vuelo. En efecto, todo lo que es contrario al orden de la fuerzas políticas en provecho de un estado hasta entonces poco impor-
naturaleza es doloroso, pero lo que ocurre según el orden natural es tante, la Macedonia, reduce primero a la impotencia a ciudades que
dulce. Por ello la muerte, si sobreviene a c~nsecuencia de enfermeda- eran de primera categoría; además, los macedonios suprimieron al
des o por causa de heridas, es dolorosa y violenta: pero la que acaece imperio persa y resolvieron de manera radical viejos problemas, que
con la vejez y conduce a un final natural es la menos penosa de las desde siempre se replanteaban sin ser resueltos. Frente a estos tras-
· muertes, y se acompaña con más alegría que dolox:..22 tornos, la civilización griega resistió, y aunque las ciudades que la
crearon desaparecieran con su sentido antiguo de «polis», se transformó
Y se adaptó para servir al papel que le asignaban las conquistas de
Alejandro. Aporta no solamente la koyné, literalmente la lengua griega
común, sino también sus costumbres y sus maneras de pensar; a su
II. ARISTóTELES Y EL ALMA COMO FORMA vez, el espíritu griego sufre la influencia de pueblos diversos con los
DEL INDIVIDUO ORGANICO cuales desde entonces vivirá confundido. Si en la Grecia misma las
ciudades todavía aferradas al particularismo pierden importancia polí-
l. De Hip6crates a los alejandrinos. - Entre la muerte de Hipócra- tica, grandes estados griegos por el espíritu comienzan a surgir más
tes, en el 377 a. C., y la fundación de la Escuela de Alejandría, apenas allá del Egeo, con sus. instituciones propias y todos reconociendo sus
transcurre un siglo. En ese siglo, la medicina, que tan elevado nivel orígenes en la civilización helena. Ésta se extiende tan desmesurada-
clínico alcanzara, decae rápidamente. También a la época de los filó- mente que en el futuro será posible hablar del helenismo de los se-
sofos naturalistas (vid. part. pr., cap. I, 3, 4) le ha sonado la hora de la léucidas o del helenismo de los Ptolomeos, a pesar de sus aspectos tan
declinación: cínicos y cirenaicos (vid. cap. III, 1) son incapaces de sopor- diferentes. A partir de este momento, el helenismo, esto es, el influjo
tar el embate arrollador de Platón y de su idealismo, y terminan langui- persistente de la civilización griega, se adaptará, con éxitos más o me-
deciendo en pequeños grupos que no alcanzan a ser escuelas por -la nos perdurables, y el período helenístico, de que nos habla la historia
mediocridad de sus representantes. ¿Fue acaso la falta de pensadores será la época de esa adaptación, de esa nueva evolución económica'
eminentes, como se .ha repetido siempre? En apariencia sí, pero sola- política Y cultural cuyos antecedentes remotos, y en lo cultural, co~
mente en apariencia, porque los acontecimientos políticos, tanto inter- menzaron con los poemas homéricos, adquirieron forma y estructura
nos como externos, fueron decisivos para ese rápido eclipse. Las l'iva- conceptual definida con los <i:physikói» presocráticos y alcanzaron la más
lidades y las querellas intestinas de las grandes ciudades helénicas elevada expresión conceptual con Platón, para concluir, como expre-
impidieron a los griegos apreciar en sus debidas proporciones el engran- ., sión griega propiamente dicha, con Aristóteles y las conquistas de Ale-
decimiento del poder de Filipo de Macedonia, sobre sus fronteras sep- ja~dro. En efecto, .~istóteles de Estagira será el último gran pensador
tentrionales, y sus aspiraciones de conquista. La ·ideología del particu- griego, tanto por las raíces de sus ideas como por el significado de sus
larismo ciudadano había tendido un velo de provincianismo sobre el pensamientos. La filosofía aristotélica es griega en la plena acepción
pensamiento griego, y la mentalidad de _sus mejores exponentes se del término; después de él, aunque los pensadores que le sucedan per-
sentía todavía Úilica, fuerte y capaz en la fortaleza del individualismo. tenezcan a la «koyné», por sus temas, por la estructura del discurso
Filipo comenzó por atacar y vencer a Tebas; Atenas cayó en conse- serán hijos del helenismo. Con la muerte de Alejandro, sin suceso;
cuencia, y Esparta, desde hacía tiempo, ya estaba fuera de causa. Por designado y sin hijo que lo suceda, comienza fa desintegración del
último, en Queronea, a pesar de la elocuencia y de los esfuerzos deses- Imperio. Los grandes jefes macedonios, reunidos en Babilonia tuvie-
perados de Demóstenes, que logró un despertar tardío e ineficaz de ron la intención de que el Imperio perdurara; esa idea, atribuida a
unidad cultural antes que política (vid. part. pr., cap. II, 1), cayó toda Ptolomeo, representaba un hermoso principio pero muy difícil de aplicar
la Grecia en manos de los macedonios. El hijo de Filipo, Ale1andro, tanto que no pasó de las buenas intenciones. Así comienza el períod~
arrastró inmediatamente a la conquista del Asia a todas las fuerzas. de la historia que denominamos helenístico, pero, ¿cuándo termina? No
griegas, que, siendo aliadas en apariencia, es~ban en realidad some- desapareció con la conquista de Grecia por Roma en el 146 a. C., tampoco
tidas. No es, por consiguiente, sorprendente que en medio de tantas en el año 31 a. C., cuando Octavio es vencido por Antonió, y bajo el em-
catástrofes y junto con la pérdida de la libertad, la ~fí~ica>. y la filo-
' . <.) ' -(,,.
perador Juliano (355-363) todavía conserva cierto brillo. Cualquier lí-
sofía griegas decayeran. . ' - ; '. r e- -
mit.e en historia de la cultura es convencional, pero se puede denominar,
El siglo rv señala el fin de una época: el desplázarltlento de las Y sm abuso de lenguaje, como helenístico el período que dura alrededor

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130 ALBERTO L. MERANI BISTOIUA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 131

de dos siglos y que se extiende desde el 323 a. C. hasta la conquista ro- inclusive de honores, pero no le ahorraron algunas amarguras. ~
mana, porque es entonces cuando los. grandes reinos formados des- el 343-342 fue llamado a la corte de Filipo, como preceptor de su hiJO
pués del último r,eparto del Imperio de Alejandro pasarán bajo el do- Alejandro, de trece años de edad, cargo que desempeñó du::ante 1:1":s
minio de Roma y perderán toda independencia. años. Conservó siempre la amistad de su alumno, que resulto pr?~1c1a
El comienzo de la decadencia de la «polis:. inicia un nuevo espíritu para sus estudios, pues le procuró medios para realiz:ar sus amphs1mas
en la especulación. Nunca se estudió tanto a la ciudad como entonces: investigaciones naturalístícas e históricas. 23 Regreso a Atenas trece
basta recordar la República y las Leyes de Platón, o las Constituciones años después de la muerte de Platón, y fundó en el. Lice? su escuela
de Aristóteles, casi completamente perdidas, pues solamente nQs llegó filosófica propia, denominada peripatétic~ por el p~npa~i, sombreada
la Constitución de Atenas. También, y es muy significativo, las cues- calle de árboles a lo largo de la cual solla pasear discurriendo con sus
tiones económicas comienzan a preocupar a los griegos. El tratado discípulos. A este período, que abarca doce años, corresp~nde la coi:i-
Rentas, de J enofonte, denota un espíritu nuevo que volvemos a encon- posición de sus obras,24 que, escritas en un momento de circunstancias
trar en las Económicas de Aristóteles. A menudo se ha reprochado a propicias revelan todas unidad en el plan y madurez en la concep-
los griegos de no haberse ocupado de la economía antes del siglo . v. ción. su' amistad con la corte macedónica le resultó funesta en s~s
Pero cabe destacar que todavía en esa época el metal es raro; sirve últimos años. Durante la guerra de toda la Grecia contra la Macedonia
casi únicamente al Estado, que lo utiliza para sus gastos, o para cons- invasora los atenienses únicamente vieron en Aristóteles al maestro
tituir una reserva, como hará Pericles, pero el tráfico de las mercade- de Aleja'ndro y, por lo mismo, un enemigo de Atenas. Sin duda hubo
rías aún está asentado sobre el trueque en el comercio al por mayor. un fondo de razón; Aristóteles pertenecía a la civilización griega pero
Este estado de cosas se modifica a partir del .siglo v, y más aún del no al particularismo de la «polis>, y en la conquista de los estados
siglo IV a. C., y así se explica el interés por temas nuevos y el cambio griegos por Macedo.nia veía, antes que la pérdida de la libertad,. la
fundamental que éstos debían imprimir a la ideología griega, que de extensión del pensamiento por la «koyné>. Sea como fuere, convertido
entregada por entero a los grandes problemas del universo,. de los en sospechoso, corría un gravísimo riesgo; logró huir '! se refugió. en
orígenes de los mundos y de los seres, de la realidad y de su cono- Calcide en Eubea donde poseía una casa de campo, de3ando como Jefe
cimiento, se ve constreñida, por las circunstancias, a ocuparse de pro- de la e~cuela a T~ofrasto. Al año siguiente, en el 322 a. C., murió en el
blemas más limitados, menos ambiciosos en sus alcances generales, exilio. Con respecto a su muerte también se ha fantaseado, Y .se suele
más c;oncretos, en una palabra, pero históricamente imprescindibles afirmar que se suicidó, amargado por la desconfianza de los at~ni_enses;
para la supervivencia. Y justamente en este momento, al iniciarse el · la verdad es que murió a causa de una enfermedad que sufr1a desde
siglo de esterilidad para el «gran:. pensamiento, aparece la figura de hacía tiempo.
Aristóteles, el último de los grandes pensadores griegos clásicos.
3. El O'l'ganismo y la sensaci6n. - Con la consideración del mundo
2. Vida de Aristóteles. -ARISTÓTELES DE EsTAGIRA, considerado el orgánico se entra en el dominio aristotélico por excelencia, Y en el que
más universal de los pensadores de la antigüedad, nació en el 384 a. C., más interesa desde el punto de vista de la psicología. En efecto, el
siendo hijo de Nicomaco, médico y amigo de Aminta, rey de Macedo- mundo orgánico es el centro de todo su sistema filosófico, pues en él
nia. A los dieciocho años se trasladó a Atenas y entró en la escuela encuentra la unidad de la potencia y del acto, de la materia y de la
platónica, en la cual permaneció por veinte años, hasta la muerte del forma en su realización más evidente, y, además, descubre que en el
maestro. Desde la antigüedad, mucho se ha conjeturado acerca de las mundo orgánico la finalidad del complejo _domina a la dist;ibuci~n _de
relaciones de estos dos hombres, y siempre con la intención de hacer las partes y dirige su desarrollo, al mismo tiempo que el carncter c1chco
resaltar desde los mismos comienzos de su trato la oposición de men- de su devenir es manifestación típica que se explica con la convergen-
talidades que captarnos en sus obras, y que se quiso suponer siempre cia armónica de todos sus principios constitutivos. En este orden de
grávida de choques. Son muchas las anécdotas que existen al respecto, investigaciones, Aristóteles dejó profunda huella: como ~lasificador,
pero todas carecen de valor histórico. De lo que no cabe duda es que. puesto que fue el primero en establecer algunos agrupamientos fun-
si bien poco a poco el discípulo demostró autonomía de pensamiento, damentales de las especies del reino orgánico; como fisiólogo y embrió-
siempre reconoció al maestro, a cuya muerte mandó erigirle un altar logo estudió el funcionamiento de órganos, y sobre todo su relación
cerca de la Academia. Las relaciones de su padre con la dinastía ma- instrumental en la vida del individuo, así como las leyes de su evo-
cedónica brindaron a Aristóteles la oportunidad de ventajas fecundas, lución;· como metafísico estucturó las grandes líneas dé· la explicación
132 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 133
de la vida orgamca, desde sus formas más elementales hasta las más del animal. Es, pues, debido a un exceso de calor del corazón y de los
complejas y perfectas. pulmones que se oponen los excesos de humedad y de frío del cere-
Naturalmente que todo este grandísimo trabajo ha caducado, Y que bro>,26 oposición que para Aristóteles, y fisiológicamente, significa que
incluso el finalismo implícito en sus ideas llevó por siglos a conclu- el corazón y los pulmones calientan la sangre, en tanto que el cerebro
siones ligeras y falaces, mas queda como la primera y gran adquisición la refrigera. Por otra parte, la médula espinal difiere del cerebro por
sistemática de las ciencias naturales. Sin embargo, de todos sus cono- su naturaleza: es caliente, en tanto que el cerebro es frío; es exangüe
cimientos, lo único que aquí nos interesa es su saber con respecto al e inexcitable como él. No conoce los nervios,. que con la denominación
sistema nervioso humano. Del mismo se forja una idea singular; como de «neura>, como los presocráticos e hipocráticos, hace partir del co-
todos sus contemporáneos, ignora la existencia de los nervios, pero razón. Galeno, casi siglo y medio después, le reprochará: «Puesto que
conoce la del cerebro y de la médula espinal, a los que cree dos órga- pretendes, ¡oh Aristóteles!, que los nervios vienen del corazón, ¿por
nos de naturaleza diferente. Ignora sus funciones, y aunque discípulo qué te contentas con esa afirmación? ~ opinión resulta más absurda
de Platón, que adoptara la «teoría cerebral» del conocimiento de. puesto que, realmente, el corazón no tiene nervios. Has tomado por
Alcmeón de Crotona, reniega del cerebro como asiento del cono- tales simplemente tejido fibroso.>
cimiento, al que ubica en el corazón, adoptando así la «teoría car- Mucho se ha discutido sobre los errores anatómicos y fisiológicos,
díaca» (vid. part. pr., cap. I, 2, 3), que venía de los tiempos homéricos. pretendidos o reales, del estagirita, y cuanto más creció su autoridad
Sus ideas acerca de la posición del encéfalo son sorprendentes: «El con el tiempo, mayor fue el afán de obtener lustre acumulando esos
cerebro del hombre -dice- tiene su asiento en la parte anterior de descubrimientos. La verdad es que con sus errores y aciertos la ana-
la cabeza (sic). Lo mismo vale para todos los animales que poseen esta tomía del sistema nervioso de Aristóteles no está ni más acá ni más
parte. Ahora bien, todos los animales que tienen sangre, y¡ además, los allá que la de sus predecesores y contemporáneos. Es verdad que en
moluscos la poseen. Pero en volumen, el hombre es el que tiene el ·materia de sistema nervioso, Aristóteles cometió errores muy groseros
cerebro más grande y más húmedo. Dos membranas lo rodean: una, para un observador de su talla y de su época, pero eso nada quita al
más resistente, del lado del hueso; la otra, más débil, rodea al cerebro eminente zoólogo que sentó las bases de la anatomía comparada. Había
mismo. El cerebro es doble en todos los animales. Y sobre el cere- disecado mucho, per-0 solamente animales. «Las partes del hombre nos
bro (sic), de hecho hacia atrás, está el cerebelo, que posee otra· forma, son desconocidas -declara con prudencia-; únicamente se las puede
siendo diferente al tacto y a la vista. La parte posterior de la cabeza juzgar por las semejanzas que deben tener con los órganos de ani-
es vacía y hueca (sic) en todos los animales ... En todos, el cerebro no' males.> 27 La disección de animales, especialmente la de los mamíferos
tiene sangre, ni contiene vena alguna, y es naturalmente frío al tacto ... superiores, había procurado nociones muy interesantes, pero inevita-
La meninge que lo rodea es venosa.» 2tí blemente llevó a errores. Basta echar una ojeada a las estructuras de
Para colocar el cerebro en la parte anterior del cráneo, quedando las diversas especies animales para comprobar grandes diferencias de
la posterior vacía y hueca, y ubicar el cerebelo por encima del cerebro, unas a otras y darse cuenta de que no se puede, sin serios inconve-
se requiere que Aristóteles nunca viera un encéfalo in situ o fuera de nientes, razonar por analogía y concluir del animal al hombre. Y Aris-
la cabeza. Más aún, su anatomía del sistema nervioso superior es pro- , tóteles disponía para este aspecto de su quehacer del método analógi-
dueto de la fantasía, porque con haber acudido a los conocimientos de co, que le servía de mil maravillas para su tarea de sistematizador, pero
los naturalistas presocráticos, y en especial de Alcmeón, sus referen- que en este campo lo llevaba a engaños.28 De aquí que se confundiera
cias hubieran estado más dentro de la realidad. Incluso cuando se re- al describir las vías ópticas: «Del ojo -escribe- tres canales (treis
fiere a las suturas craneanas, sobre todo de la mujer, deja suponer que p6roi) van al encéfalo; el mayor y el medio, al cerebelo; el más pe-
por sus manos jamás pasó un cráneo humano; según sus referencias, queño, al cerebro mismo; el más pequeñ:o es el más cercano a la nariz;
el cráneo masculino presentaría tres suturas, y el de la mujer una sola los dos más grandes son paralelos y no se encuentran; los medianos
y de forma circular. Y de pronto encontramos una observación correc- se reúnen, disposición sobre todo manifiesta en los peces; los conductos
tísima que parece desmentir su ignorancia de líneas anteriores: «Entre ·· medios están más cerca del cerebro que los grandes. Los más peque-
los animales, el hombre es el que tiene mayor cerebro, si tenemos en ños se alejan completamente uno del otro y nunca se reúnen.> 211 En
cuenta la proporción de la talla (en la especie humana, los machos este pasaje poco claro, un anatomista avezado puede descubrir la des-
tienen más que las hembras); en el hombre, la región que comprende cripción empírica de los nervios, el quiasma y las bandeletas ópticas,
el corazón y el pulmón es más caliente y más sanguínea que el resto cuyo reconocimiento por Aristóteles pudo ser posible, puesto que ese
134 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 135

c~njunto, notable por su disposición en la base del cráneo llama·' · · , ,ijianifiestamente emana.ª 4 «Si el cerebro fuera necesario para la sen-
diatamente
. la a t e,nc1on.
·' D e. cua1qmer
· •
manera, es seguro que mme-l
el estagi.;. 'sáción -continúa-, debería existir en todos los seres que sienten>,
rita no se percat9 de la existencia de los nervios auditivos y olí ti ,
1 y como en los invertebrados sólo lo encontró en los cefalópodos, con-
Entre las grandes discusiones acerca de las nociones anato'm~ vos ..... , ,cluye: «El principio de la sensibilidad animal reside por entero en
fi's' l' · d A · , , icas y ,
l 10 og1cas e nstoteles esta la presunción de que conocía lg ; , el corazón.» 35
forma d ·' ' . a una
e cone::cwn, anatom1ca o funcional, entre los órganos periféri;.i '{Por qué Aristóteles se empecinaba, contra los naturalistas pre-
cos de los sentidos y el cerebro propiamente dicho. Souques,ªº citando "' socráticos, sobre todo contra Alcmeón y los hipocráticos, en negar al
a Jule~ So~y, ,c?ncluye que nada autoriza a descubrirlo en la enci• · cerebro cualquier papel en la sensación? Para su época ya no se tra-
c~opedia ar~stotehca. En efecto, para Aristóteles, los «Canales> de l;i; ,taba de elegir entre una u otra teoría mitológica, entre el cerebro y
v1sta, del 01do, del olfato, desembocan en las venas de la piam d el corazón como asiento del sensorium commune en base de una buena
no establecen relación con el cerebro. «El órgano de la vista ~::_: o. mala observación. El problema es mu.chísimo más complejo y sus
:~P~~a, como to,dos los órganos de los sentidos, en canales ... En cuanto ráíces son ideológicas. El racion¡i.lismo crítico de los presocráticos, so-
. ,0 ato Y al 01do, sus canales, plenos de soplo natural están en rela bre·todo de los sofistas, que negaba la ciencia del pasado y con ella la
cwn con e1 a· d f d ' -
d 1 , ire e ª uera Y esembocan en las venitas que, subiendo razón de existir de una sociedad, de unas costumbres, de unos dioses
e c?razon, rodean al ~erebro.»31 «En' el corazón -prosigue--' está ne- que habían contribuido a sustentarla, había dado fuerza a las luchas
c.esanamente e.l sensorium commune de todos los órganos de los sen- «democráticas»: destruía la «Polis» y proclamaba la universalidad del
tidos. Ahora b1~n, hay dos sentidos que manifiestamente vemos termi- ser humano. Incluso Platón, aristócrata por excelencia, proclamaba la
nar ~n el c~~azon; son el ~usto y el tacto. Es, pues, necesario que los objetividad ideal del universo encarnada en la Idea. Pero los aconte-
demas tambien lleguen alh.» Esta extraña anatomofisiología que hará cimientos políticos habían reforzado, para la época de la madurez de
fvergo~~;f unf vez más a Galeno: «iÜh Aristóteles, ningún' órgano de Aristóteles, el particularismo, el -.:nacionalismo» diríamos hoy, de las
;~l sen i os a canz~ al cerebro! ¡Qué lenguaje es ése! Me ruborizo ciudades griegas aliadas frente al peligro y también el de sus rivales
. .uso ahora,, de citar tus palabras», tiene su explicación: Aristótele~ los macedonios. Demóstenes había conseguido la unión de los griegos
vivi~ en una epoca que ignoraba la existencia de los nervios y no se frente a Macedonia, pero Filipo ¿dirigía a 11;t conquista un pueblo o
~~b1~ e~ebr.ar hasta G~leno para refutarlo, pues hacía mucho q~e Heró- un conglomerado de pueblos? El particularismo macedónico había sido
o o ~ ia ~ech? directamente con sus hallazgos. antaño tan pronunciado como el griego, pero una ideología basada en
~ psicofisiologia, Aristóteles defendió la «teoría cardíaca> de la sen- tradicionés, en leyendas, en dioses del pasado, aliada con et poder,
sacwn. «Los canales o conductos de los órganos de los sentidos -afir- los convertía en monolíticos, en invencibles. Grecia requería de una
ma- van a ~arar al corazón o a la parte análoga en los animales que ideología similar para sobrevivir; la crítica de los naturalistas, de los
c~~ece~ te el.»
32
Para Aristóteles, el corazón es el principio de la
~i a, e oco de la sangre que las venas, nacidas del mismo, distri-
sofistas, de los cínicos y de los cirenaicos aseguró la formación de la
koYné: la expansión de la. cultura de lengua griega, pero resquebrajó
uyen en todas las regiones del cuerpo. El corazón es el asiento del la ideología del Estado como unidad. Y precisamente aquí está el pro-
ª!ma ~a~onant.e ~· por consiguiente, de la sensibilidad, de la inteligen- blema aristotélico para quien sabe leer en sus obras sin mentalidad
cia Y e movimiento voluntario, y también asiento de todas las alm de correctoi:, preocupado por el error o la i:verdad posibles. Mientras
cEs seguro, y apoyándose sobre hechos -escribe-- que en el co a ~s. ia zoología y la sistemática aristotélica quedan como obras insupera-
~e encuentra el pr~ci~i~ del alma que siente, el pri~cipio del alm; ~~~ das de observación y estudio, su antropología concreta se aparta de
.ª~e crecer Y el prmcip10 del alma que mitre.» El corazón es el prin- la ciencia y reconstruye el mito, acumula presunciones que resultan
c1p10 de todo el organismo; es el primero en formarse en el embrión· incomprensibles para la perspectiva de un observador tan sagaz, y
el cer~b~o, que .se forma después que él, está encargado de atemperar ei
1
ca or e corazon.» cBasta --dice- la más simple ojeada para ver · ue
tiende a la exaltación del chéroe> con el sentido ya clásico para su
época de los poemas homéricos. Aristóteles no se contradice en la
el cerebro no tiene la menor conexión con las partes que sirven ~ a intención cuando niega en el hombre lo que encuentra en los anima-
33
sent~.» Aristóteles psicofisiólogo del hombre contradice así ·las p~ les; es consecuente con la ideología, macedónica o griega, no importa
m~c1ones de Aristóteles zoólogo, cuyas investigaciones sobre el ca~a: cuál, que apoya. En Aristóteles, la naturaleza es una cosa y, el hom-
leon, co~ las c;uales de~cubrió que el ojo, órgano de los sentidos or bre como ser «político> otra, y de aquí que su aparente incompetencia
excelencia, esta en contmuidad de tejido con el cerebro, órgano del :ue psicofisiológica no le impide escribir páginas admirables sobre la
136 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 137

sensaciOn, que, dentro del discurso ideológico, no perturba en nada puesto que ella piensa todas las cosas, que no esté mezclada con las co-
y es conocimiento tan neutro y objetivo como la anatomía del ca- sas, como dice Anaxágoras, para que las domine, o sea para que las
maleón. conozca ... Por consiguiente, no es racional creer que la inteligencia se
Con respecto de la sensación visual, procura conciliar la concep- mezcla con el cuerpo, porque entonces adquiriría una cualidad: sería
ción de Empédocles con la de Demócrito. «No existe -declara- dife- fría o caliente; o bien poseería algún órgano como tiene la sensibi-
rencia en decir que se ve porque la visión sale del ojo, o en decir que lidad: y no existe ninguno. Y sobre esto les sobra razón a los que
se ve por el movimiento que viene de las cosas. En una y otra hipóte- dicen que el alma es el lugar de las formas, no siempre el alma entera,
sis se reconoce necesariamente que la vista proviene siempre del sino el alma inteligente ... La sensibilidad no puede ejercerse sin el
movimiento.> 36 La visión depende, pues, de un movimiento del aire, de cuerpo, pero la inteligencia le está separada.> 38 Este análisis de la
una vibración aérea. No son, destaca, efluvios provenientes del mundo sensación es el primero y fundamental que históricamente conocemos,
exterior, como quería Demócrito, ni emanaciones salidas del ojo, como y plantea el problema del conocimiento, como proceso psicológico, en
creía Empédocles, lo que produce la sensación visual. En realidad es los términos ~on que todavía ahora lo hácemos. Sin sensación no hay
el movimiento del aire, del aire· que está entre el ojo y los objetos conocimiento, pero la sensación no es el conocimiento. «Un ser --afir-
iluminados, el que determina la sensación visual. Lo mismo vale para ma Aristóteles- que no sintiera, nada podría conocer, nada compren-
la audición y la olfacción: las vibraciones sonoras u olorosas, arras- der. Desde el momento que se representa algo, se requieré que conciba
tradas por el aire puesto en movimiento, van a chocar con los oídos o también una imagen, puesto que las imágenes son las especies de la
con las narices, los cuales, por sus canales, las transmiten al sensorium. sensación, pero sin materia ... He aquí por qué las almas nunca piensan
Idéntico mecanismo para el gusto y el tacto: Aristóteles admite, pues, sin imágenes.> a11 Este concepto final, que traducido al lenguaje psico-
la existencia de una pequeña capa de aire entre las sustanc.ias táctiles lógico contemporáneo se expresa afirmando que no existe pensamiento
y la piel, como entre la lengua y las sustancias sápidas. A diferencia sin imagen, y viceversa, tendrá en un futuro lejanísimo valor sin pre-
de sus predecesores, Aristóteles separa al gusto y al tacto de la visión, cedentes en la lucha contra el sensualismo mecanicista primero, des-
de la audición y de la olfacción, puesto que los canales de la piel y de pués invalidará los análisis psicofisiológicos de la sensación por la psi-
la lengua van directamente al sensorium, mientras que los del ojo, del cología de laboratorio, y por último desembocará en la modernísima
oído y de la nariz alcanzan, para llegar a éste, las venas de la piamadre. problemática de· las teorías esencialistas y existencialistas del cono-
En resumidas cuentas, las sensaciones se reducen a un contacto entre cimiento psicológico. Para Aristóteles, las imágenes desempeñan un
el'moviai.iento aéreo y el sensorium, y la opinión del estagirita se con- papel fundamental en todos los actos intelectuales. Las nociones de
funde, pero en esto nada más, con la de Demócrito (vid. part. pr., ca- por sí más abstractas, las matemáticas por ejemplo,. no podrían existir
pítulo I, 4). sin imágenes.
Como fuera para los naturalistas presocráticos, en Aristóteles la Pero, ¿qué son. las imágenes? ¿Cómo se forman? Para Aristóteles,
sensación es la única fuente de conocimiento. «El principio del alma el movimiento del aire, que arrastra la forma de los objetos exteriores,
que siente -escribe- y el principio del alma que sabe son la misma choca con los órganos periféricos de los sentidos, y así «el aire modi-
cosa en potencia: acá el objeto es conocimiento, allá el objeto es sen- fica a la pupila y la pupila modifica otra cosa; y es lo mismo para el
tido. Pero, necesariamentt?, ¿se trata de los objetos mismos, o se trata oído, hasta un último término>.4<> Este «Último término», que no aclara,
de sus formas? Ahora bien, en verdad no se trata de los objetos mis- podemos interpretarlo, sin forzar el discurso aristotélico, como la inter-
mos, porque no es la piedra lo que está en el alma, sino solame:ite su vención del sensorium, esto es, la modificación de la sensación. «Ese
forma.> 37 Pero al mismo tiempo que reconoce la sensación como única movimiento que tuvo lugar -declara- imprime una especie de patrón
fuente del conocimiento, separa netamente al conocimiento de la sen- (typos), de figura análoga a aquella de la figura que se imprime sobre
sación, o, con- otros términos, al alma pensante del cuerpo. «En cuanto la cera con anillos.» u Esta impresión o imagen queda en el sensorium.
a esta parte del alma -dice- por la cual el alma conoce y reflexiona, Aristóteles no aclara si esas imágenes quedan en cada centro sensorial
esté separada en el espacio o no y que en realidad lo sea solamente en o se reúnen finalmente en el sensorium commune. En verdad, para su
razón, hay que ver lo que la distingue de las otras e investigar cómo teoría poco importa; lo importante es que permanecen almacenadas en
se produce la inteligencia, ver si la inteligencia es únicamente la sen- el órgano central de la sensación y constituyen los materiales que apro-
sación o si e¡¡ otra cosa. Se requiere que esta parte sea impasible, pero vecharán, seleccionando entre ellos, la memoria y la imaginación. «La
también se requiere que sea capaz de recibir la forma ... Es necesario, sensación --concluye Aristóteles- viene de afuera, pero, para recor-
138 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 139
dar, el alma debe referirse a los movimientos y a las impresiones en .. 4. El alma como forma de la materia. - La consideración del mundo
el órgano de los sentidos... De este modo, la· imaginación es una sen~. -0~gánico es el dominio aristotélico por excelencia, puesto que en el
sación debilitada, y la memoria, cosas intelectuales que no pueden exis-· fuismo se encuentra el motivo ·central de todo su sistema: la unidad
tir sin imágenes ... Gracias a las imágenes, la inteligencia puede calcu-. de la potencia y del acto, de la materia y de la forma, que aparecen en
lar y disponer del futuro, en relación con el presente, como si viera , su realización más evidente. En efecto, la generación de los seres pre-
las cosas.» Las pasiones y la edad, agrega, modifican esas imágenes.' .¡. supone un ente en potencia, germen o semen, y un ente en acto, al que
cAquellos que por efecto de las pasiones o de la edad sufren de gran lá potencia pueda referir la realidad de su ser, o sea que de la vida
agitación, no tienen memoria, como si el movimiento y el sello se . por ejemplo, ente en potencia, se genera el hombre, ente en acto, por-
hubiese!l aplicado sobre agua corriente. En otros, las impresiones no que «siempre de lo que es potencia se genera el ente en acto, da un
tienen lugar, a causa de la usura, pues se deshacen en polvo como el ente en acto como el hombre del hombre». 45 Sin _tluda, reconoce Aris-
estucado de las construcciones viejas y a causa de la duración de la tóteles, de la pluralidad de los elementos, como afirmaban los natura-
parte que debe sufrir la impresión. Ésta es la razón por la cual los listas presocráticos, la generación acaece por acción y pasión mutuas,
niños muy pequeños y los viejos poseen poca memoria.> 42 Tal es la: pero es necesario, dice, agregar el concepto de unidad al de pluralidad.
teoría aristotélica de las imágenes que, bajo una u otra forma de aná- " cEs mérito de Demócrito --eseribe- haber reconocido que agente y
lisis: empírico, racional o experimental, sobrevivirá hasta nuestros días. paciente deben tener algo en común, y que los diversos actúan unos
Más aún, en pasando de la teoría a la práctica, Aristóteles aplica su sobre .los otros no en tanto que diversos, sino en cuanto que idénti-
teoría a los sueños, al sonambulismo, a las ilusiones, a las paramnesias,. cos.» 46 «La identidad del agente y del paciente -agrega- es su gé-
a las alucinaciones de cualquier naturaleza, y especialmente a las· alu- nero», pero como la identidad no puede existir sin diferencia y oposi-
cinaciones autoscópicas o especulares. 11.A veces -escribe-- .nos ocurre ción, ésta queda representada por la especie. La definición del género
pensar y recordarnos que ya con anterioridad habíamos escuchado o es aquí dinámica, en contraste con la definición homónima que da
visto algo, y esta ilusión tiene lugar cuando, contemplando la cosa en la lógica, 4 7 porque la generación proviene de .los contrarios y tiende
misma, se la desconoce y se la considera como si fuese la imagen de hacia los contrarios. 48 Mas no se trata de que los contrarios pasan unos a
otra cosa. A veces pasa lo contrario, como le ocurriera a Antiferón los otros, de un encuentro e intercambio de posiciones; se requiere
de Orea y a otros que deliraban; hablaban de sus imaginaciones como de que haya un substracto común que reciba a los contrarios y que sea el
acontecimientos acaecidos y como si fuesen recuerdos.> Y en hablando que sufre .el cambio, y el substracto de la generación es la materia
del mismo Antiferón, agrega: «Le parecía ver siempre a su propia (hypokeímencm, hyle). Pero para que, por efecto del choque de los
imagen que lo precedía y que lo miraba en sentido contrario que éb 43 contrarios1 la materia que les subyace pueda producir algo, es nece-
Se trata de lo que hoy denominamos «alucinaciones autoscópicas .o ¡¡ario que posea un principio generador general, un principio de espe-
especulares, de cuyo conocimiento, como Aristóteles, no hemos podido cificación: que determine la especie a producir, y al mismo tiempo de
pasar de ~a descripción a la causa que las provoca. organización: que determine el género a producir. Este principio re-
Por últ\mo, y al margen de la sensibilidad, o, mejor dicho, como cibe de Aristóteles el nombre de forma. Con este nombre designa al
un paréntesis de la vida sensible, aborda el problema del sueño. Y, hecho principio general de la vida, tanto vegetal como animal, y que en el
sorprendente, lo atribuye al cerebro y a la acción refrigerante de ese individuo orgánico es el alma. No se trata de una sustancia de por sí
órgano. cEl cerebro es el asiento principal del sueño -dice--, porque, realizada y suficiente, porque sólo concede al alma el valor de forma,
de todas las partes del cuerpo, el encéfalo es la más fría.> Y, algo más o, en otros términos, de un momento del complejo orgánico, lo cual
sorprendente todavía, hace del sueño una especie de epilepsia. 11.El viene a significar que la sustancia es el individuo compuesto de alma
sueño -escribe-- semeja a la epilepsia, y 1 en cierto sentido, es una y cuerpo, dos momentos que separamos en el análisis científico, pero
epilepsia. No es, pues, de sorprender que esta afección comience muy que en realidad forman un todo único e indisoluble. El alma es intrín-
a menudo durante el sueño y que el acceso tenga lugar cuando se seca al cuerpo, porque «el alma está en el cuerpo como .el sello en la
duerme y no en la vigilia.> 44 En nuestros días, o más precisamente cera, como la visión en el ojo>.49
en la segunda mitad del siglo pasado, el gran fisiólogo francés- George Aristóteles completa el concepto de alma como forma con el acto;
Brown-Séquard adoptó ese punto de vista: cPodemos decir --escribe-- a di.ferencia del movimiento, que es un acto imperfecto, porque siendo
que, en muchas personas no epilépticas, el sueño semeja a un largo característico del viviente no lleva inmanente el propio fin, el alma es
ataque de epilepsia.> un acto perfecto (entelequia) que contiene inmanente el propio fin,
140 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 141
o sea, dar animac1on, vitalidad al cuerpo. Aristóteles está aquí muy hnposible porque nos ha enseñado que una forma no pasa a otra. Aris-
lejos de cualquier dualismo psicofísico, concepto que sólo veremos apa- tóteles ha dicho que por definición la forma es lo permanente, lo esta-
recer de manera definida con Descartes. En la idea del acto, de la ble en el cambio, que únicamente afecta al individuo como síntesis
forma aristotélicos está claro el principio de una explicación y de una de materia y forma, pero no a la forma como tal.líl ¿O diremos, por el
graduación orgánica cuyos significados empíricos se volverán precisos contrario, que la forma más alta existe ya en la más baja en estado po-
en la biología y en la psicología del siglo XIX, con el impacto darwi- tencial? La psicología infantil, por ejemplo, replanteó en nuestros días
niano sobre ambas ciencias. La potencialidad del cuerpo para vivir, el problema al preguntarse si la sensibilidad del niño es de alguna
para formarse, está dada por la presencia del principio vital cuya manera intelectual,5 2 y el psicoanálisis acepta, por su parte, que la
meta es la forma perfecta de la organicidad, y que en el hombre es el forma más alta ya existe en la más baja siempre de manera potencial,
alma. Según la jerarquía de los organismos, después de las plantas, y algunas veces en acto en el psiquismo prenatal.53 Dentro del sistema
vemos en los animales sumarse la sensibilidad, y por último en el de Aristóteles, éstas son dificultades que aparecen a cada paso, porque
hombre agregarse a ésta la razón. No se trata, como podría suponerse el intelecto, que en el adulto es una potencia, se convertiría en el niño
con ligereza de juicio y muchas veces se hace, de la adhesión de Aris- en potencia de segundo grado; ésta y otras son dificultades que el
tóteles a un principio transformista o evolucionista, por generales que estagirita no se propuso soslayar ni resolver, porque la verdad es que
fuesen; en realidad, es todo lo contrario. Para Aristtóeles, en el orden para su pensamiento el desarrollo presenta un significado ideal, tras-
de la naturaleza actúa el punto de vista opuesto: lo que es perfecto cendente, y no histórico, inmanente, como lo concebimos ahora.
precede por naturaleza, por dignidad, a lo que es menos perfecto, y lo Por último, ¿cuál es la explicación de Aristóteles para la actividad
pree-?Clste, de cualquier manera, dando impulso a su desenvolvimiento. intelectual? Primero recordemos la relación que establece entre lo
De este modo, el alma humana es, en el fondo, la razón primera y orgánico y la sensibilidad; cuando la sensación está ya representada en
última de la animación universal; y por ello del alma, en el estudio del la imagen, tenemos una percepción. Aristóteles carece de este segundo
ahna, Aristóteles busca también la explicación de los estados inferio- término, y ambos conceptos: sensación y percepción, los comprende
res del proceso orgánico. Con la terminología biológica que hereda- con una sola denominación: aisthesis. De la función representativa
mos del siglo pasado podemos afirmar que el estagirita sustenta un vimos desenvolverse, en su análisis de la sensación, las formas más
vitalismo determinista y antievolutivo absoluto. elevadas de la vida sensible, la imaginación y la memoria, y de este
. La lectura de los textos aristotélicos que se refieren a este problema modo la vida psíquica va a desembocar, a través de las generalizacio-
es difícil porque párrafos de gran claridad se entremezclan con otros nes empíricas de la doxa: la opinión, en la actividad intelectual. Como
de insondable oscuridad. Por ejemplo, queda claro que vegetatividad, según vimos el sentir presupone un sensorium y un objeto sensible,
sensibilidad, inteligencia, que considera graduahnente distribuidas en también el entender presupone una capacidad intelectual, que Aristó-
la serie jerárquica de los organismos, están presentes en el hombr~ teles denomina intelecto en potencia, y un objeto inteligible, pero es
Pero, ¿cuáles son sus relaciones? ¿Se trata de tres almas separadas o sólo aparente, porque se vuelve intrínseca en el acto de entender, en
de especies de un alma única? Si por naturaleza el alma está repar- el cual el intelecto y la inteligencia son uno. Hasta aquí, !a teoría es
tida, ¿qué la conserv.a unida? ¿Será el cuerpo? Imposible, porque de- relativamente simple y clara, pero se vuelve oscura y confusa cuando
mostró que el alma es ló'que une al cuerpo.5<> Las respuestas podemos pasa a determinar el carácter del acto de entender, porque están pre-
conjeturarlas de la totalidad de sus escritos, aunque no las leamos sentes dos actos, uno que es propiamente el de entender, otro que es el
claramente en ellos: al ahna la reconoce única porque niega la tripar- de una actividad que incide del exterior y que actualiza lo inteligible,
tición formulada por Platón (vid. prim. part., cap. III, 6), y está unida y que no son distinguidas por el estagirita, sino confundidas en uno
porque es, o sea que tiene conciencia de ser. El alma es la que piensa, solo. 54 Y así es como nos encontramos frente al dilema de si el pen-
siente, vive. Hasta aquí, y a pesar de las dudas de interpretación, las. samiento en acto precede a cualquier otra cosa, como la Idea en Platón,
potencias del ahna enumeradas aparecen claras en relación con un en el orden de las adquisiciones empíricas al pensamiento, o, por el
esquema general y un orden de gradación jerárquico, pero cuando contrario, presupone la sensibilidad y trabaja con sus datos. Platonismo
entramos a analizar sus implicaciones y explicaciones en el alma huma- y empirismo se entrecruzan en Aristóteles, sin llegar' a una síntesis,
na, aparecen las primeras grandes dudas. ¿Cómo se explica el pasaje de y por ello adopta una conexión extrínseca entre la sensibilidad y
la vegetatividad a la sensibilidad, y de ésta al pensamiento? Podríamos el pensamiento, al afirmar que en la imagen, que es la producción
suponer que la forma más baja se cambia por la más alta, lo cual es más generalizada y abstracta del sentido, el pensamiento encuentra la
142 ALBERTO L. MERANI IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 143

materia de su trabajo. 65 Se constituye así el pensamiento discursivo' ·e lo. aconsejara en asuntos culturales. Demetrius sugirió al monar-
el único susceptible de verdad y de error. Pero el pensamiento purJ : 1) reunir en Alejandría las obras maestras de la literatura y de la
Y el sentido es~ libres de esas dos posibilidades; en la cumbre y eni :iencia y disponerlas en un edificio adecuado; 2) atraer hacia la nueva
la base de la actividad psíquica, los resultados son unívocos: el sentido apital a los sabios más famosos del mundo conocido.
no ~uede errar porque no justiprecia, pues simplemente siente; el pen- ,1:f .Ptolomeo, cuyos deseos de brillo y realce de la corte coincidían con.
samiento puro tampoco yerra porque la comprensión que tiene del ·(las sugestiones de Demetrius, se puso a la tarea. Adquirió manuscritos
objeto propiamente dicho es un contacto inmediato, una visión, de .· ;_raros o preciosos y los reunió en uno de sus palacios del barrio Bra-
alguna manera una sensibilidad superior. Lo verdadero y lo fal.so " 1 chium. Cuando murió, la colección, origen de la gran Biblioteca, ya
~xiste en los juicios, nos dirá Aristóteles, porque en ellos la forma · contaba con 200.000 libros. Ptolomeo Filadelfo, que siguió tras las
intelectual se complementa con la materia sensible.5<1 huellas de su padre, agregó a la colección 300.000 manuscritos más, Y
Ptolomeo Evergeto, nieto de Soter, tuvo la idea providencial n de fun-
e
dar una segunda Biblioteca instalarla en otro barrio de la ciudad, en
el Serapeum,. viejo templo en cuyos subterráneos estaban las tumbas de
los Apis. Esta segunda Biblioteca pronto llegó a contar con 150.000 vo-
III. LA ESCUELA ALEJANDRINA Y EL RESURGIMIENTO lúmenes. Además, Ptolomeo I reunió en Alejandría a sabios que acep-
DE LA PSICOFISIOLOGíA taron su invitación: les ofrecía alojamiento y una mesa común en uno
de sus palacios, una indemnización generosa y privilegios de todas
clases, sin hablar de incomparables medios de estudio. Puso a su dis-
~· Orígenes del esplendor de Alejandría. - Cuando en el 323 a. C., posición un paseo y un jardín, que recordaban a la Academia y al Li-
AleJandro el Grande moría en Babilonia, hacía un año que su maestro ceo de los platónicos y peripatéticos. Estos sabios, que eran los miem-
Aristóteles había fallecido. La desaparición de estos dos hombres se- bros del Museo, tenían como única obligación examinar las obras que
ñaló, respectivamente, el fin de la unidad griega bajo el dominio ma- se les presentaran y clasificarlas por categorías y por orden de valor.
cedonio Y . de su dominio intelectual. A partir de ese momento sólo De este modo se formó una compañía académica. «El Museo -dice
. exi;stirá la uniformidad de la lengua, ·la koyné, en los inmensos terri- Filóstrato- es una mesa egipcia abierta a los hombres ilustres del
torio~ so~e~idos por Alejandro, y que sus generales se repartirán, pero mundo entero.» Estrabón, que permaneció mucho tiempo en Alejan-
Grecia, rap1damente conquistada por Roma, desaparece tanto del campo dría, después del incendio de la Biblioteca, escribe: «Una parte de los
político como intelectual. A su vez, los nuevos estados se consideran palacios reales forma también el Museo, que tiene un paseo, una ga-
todos Y cada uno herederos de la cultura griega y rivalizan por supe- lería de asientos; una gran sala donde se sirven las comidas en común
ra:la. Solamente uno consigue repetir en algunos aspectos el «milagro de los sabios. Ésta tiene rentas comunes y por jefe un sacerdote, antes
griego», Y es el Egipto de los alejandrinos, sobre todo con los trabajos propuesto por los reyes, hoy por César.» Sus miembros nunca fueron
de sus naturalistas y médicos, que .desembocan en la creación de la muy numerosos: . una docena a la muerte de Ptolomeo Soter, número
anatomía Y la fisiología del sistema nervioso. Las condiciones que pre- que más tarde fue duplicado o triplicado, y entre ellos Herófilo y Era-
cedieron a este nacimiento fueron creadas por la fundación de la Bi- sístrato brillaron en el primer rango.
blioteca y ..del Museo de Alejandría. ·
En el reparto del Imperio de Alejandro, el Egipto correspondió al 2. Her6filo y Erasístrato, o la fase alejandrina de la anatomía y la
g.eneral. z:iacedonio Ptolomeo, de la familia de los Lagidas. Lo que Fe- jisiología griegas. - De HERÓFILO poseemos muy pocos datos acerca de
rie.les ~1c1era con Atenas,_Ptolomeo Lagus resolvió hacerlo con Alejan- su vida; se sabe que fue originario del Asia Menor, tierra que diera
dria, cmdad que pocos anos antes Alejandro fundara sobre el empla- tantos nombres ilustres a Grecia, nacido en la ciudad de Calcedonia,
zamiento de una miserable aldea de pescadores. Al convertirse en y de ahí el sobrenombre de Calcedónico que se le solía aplicar. Igno-
capital del reino griego de Egipto, Alejandría conoció de improviso ramos tanto la fecha de su nacimiento como de su muerte. Sabemos
una rápida prosperidad y se convirtió en punto de encuentro de todas que tuvo por maestro de medicina a uno de los últimos Asclepiades,
las razas y de todas las lenguas, en metrópolis de la civilización medi- Praxágoras de Cos, cuya reputación en nada desmerecía a la de Hipó-
t~rránea .. Apenas Ptolomeo I, llamado Soter, fue coronado rey de Egipto, crates. También se le suele adjudicar que fue discípulo de Aristóteles,
hizo venir de Atenas a un gramático ilustre, Demetrius Falero, para pero esto es muy improbable. ERASÍSTRATO nació en Julis, en la isla
144 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 145
de Cos. Fue corriente decir que era nieto de Aristóteles, como afirmara sensoriales, .únicamente son venas. Hasta entonces nunca se habían
Plinio, pero Suidas lo niega y con muy buenas razones. Tuvo por disecado cuerpos humanos, porque la disección era considerada pro-
maestro a Krysippo de Cnid'o, y vivió por mucho tiempo en la corte fanación abominable, crimen sin expiación que las costumbres y las
del rey de Siria, Seleucos, que de general de Alejandro se convirtiera leyes prohibían. Ptolomeo Soter - ¿acaso por consejo de Herófilo? -
en fundador de la dinastía de los seléucidas. Una cura maravillosa le levantó la interdicción y autorizó la disección, favoreciendo y prote-
habría dado gran celebridad Antiocos, hijo de Seleucos, se debilitaba giendo en esta tarea, con todo su poder, a Herófilo y a Erasístrato. Se
a ojos vista, atacado de un mal misterioso que amenazaba matarlo. µarra que los primeros Lagidas entregaron a Herófilo y a Erasístrato
Nadie encontraba la causa ni el remedio. Erasístrato, fino observador, criminales vivos para sus investigaciones. Celso y Tertuliano lo 'afir-
sospechó un amor oculto. Para asegurarse, tuvo la idea de hacer des- 1 man. Celso escribe, no sin ironía para los partidarios de la medicina
filar por la cámara del enfermo, una después de otra, todas las muje- racional: cEstiman que es necesario abrir cadáveres para escrutar las
res del palacio. Y:, con la mano sobre el corazón de Antiocos, esperaba vísceras y las entrañas; que Herófilo y Erasístrato estuvieron incluso
el resultado de esta prueba. Muchas de las mujeres habían desfilado mejor inspirados abriendo, completamente vivos, los criminales que
sin perturbar la indiferencia del joven príncipe. De pronto su rostro ,:., · los reyes sacaban de las prisiones para entregárselos, y en examinando,
cambió de color, se cubrió de transpiración, y su corazón comenzó a ,! mientras todavía respiraban, la posición, el color, la forma, el tamaño,
latir aceleradamente: Estratonice acababa de aparecer en el umbral !' el ordenamiento, la consistencia, lo pulido y las relaciones de los órga-
Antiocos, sin duda un gran simpaticotónico, no había podido dominar j · nos que la naturaleza antes tenía escondidas, las saliencias y las depre-
su emoción. Ahora bien, Estratonice era la segunda esposa de Seleu- siones de cada uno de ellos, y la manera como uno se inserta sobre el
cos ... Orgulloso de su descubrimiento, Erasístrato fue al encuentro del otro o recibe una parte en su interior.» Esto, agrega, no solamente es
rey y le aconsejó ceder Estratonice a Antiocos. Seleucos escuchó este un argumento contra la abertura de hombres vivos, sino también
consejo, y el joven príncipe curó, como por encantamiento, de su contra mortuorum lacerationem, la disección de los muertos, pues esta
enfermedad de languidez. acción: quae, etsi non crudelis, tamen foeda est, aunque no es cruel
De las obras de Herófilo y de Erasístrato no conservamos ninguna, no es menos vergonzosa. Por su parte, Tertuliano escribe: «Ese Heró-
y únicamente conocemos fragmentos raros y breves, citados entre otros filo, ese médico o más bien ese carnicero, que disecó millares de cuerpos
por Plinio, Celso y sobre todo Galeno, que mucho debió a las mismas. para interrogar la naturaleza, que odiaba a los hombres para conocer-
Con seguridad sabemos que Herófilo escribió nueve tratados, de los los, ¿exploró todas las partes internas hasta llegar a ver claro? No lo
que solamente conocemos los títulos, y que estaban consagrados a las sé, porque la muerte cambia a lo que ha vivido, sobre todo cuando no
Causas, al Régimen, al Tratamiento, al Pu"lso, a los Ojos, a los Afo- es una muerte natural, sino una muerte acaecida en medio de los arti-
rismos, al Pronóstico, a las Expresiones oscuras de Hipócrates y a la ficios de la disección.» Un escritor pagano y un Padre de la Iglesia
Anatomía; este último, el más importante, comprendía varios libros. coinciden en acusar a Herófilo de haber disecado hombres vivos, y, por
Por su parte, Erasístxato habría escrito once obras, de las cuales sabe- no probada la acusación, lo único que tenemos .son los resultados de
mos con seguridad que una trataba la Anatomía y ·otra las Parálisis. su labor. ..l\natomista sagaz, Herófilo 5 8 descubrió los nervios periféri,.
Es a Herófilo y a Erasístrato que la escuela médica de Alejandría debe cos, sus orígenes cerebrales y espinales, sus trayectos y sus termina-
su prodigiosa reputación; durante cinco siglos, estudiar allá medicina ciones. Al mismo tiempo descubrió sus funciones, que dividió, como
fue la suprema recomendación para un médico, y por quinientos años veremos más adelante, en motoras y sensitivas. Sin embargo, no llegó

( el saber anatómico-fisiológico de griegos y romanos asentará sobre las


investigaciones y enseñanzas de esos dos alejandrinos. Herófilo murió
en Alejandría; Erasístrato, que Ptolomeo Filadelfo no supo retener
a separar los nervios motores de los ligamentos y de los tendones, tanto
que llama «neurón» al ligamento redondo de la cadera. Convencido de
que nervios, tendones y ligamentos son de la misma naturaleza, admite
\ en la corte, fue a morir en Jonia. Su tumba, cuenta Suidas, se veía dos variedades de nervios motores: unos que nacen del cerebro y de
sobre el monte Mycale, frente a Samos. la médula espinal, y que corresponden a nuestros nervios; los otros
Hasta la llegada de Herófilo a Alejandría, del sistema nervioso se son los que ahora denominamos ligamentos, tendones y aponeurosis.
conocía más o menos la ubicación del cerebro, de la médula espinal Admitió la presencia de cavidades en los nervios ópticos, .que cree des-
y la disposición general de las meninges. El resto se ignoraba, en espe- tinadas al encaminamiento del pneuma o espíritu; en consecuencia,
cial la existencia de los nervfos periféricos. Los «neura> sólo eran los continuó llamando «canales» a los nervios de la vista. «Los nervios sen-
ligamentos; los «poros> de Alcmeón, prefiguración de nuestros nervios sitivos -dice Galeno- que van del cerebro a los ojos, Herófilo los
10
146 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 147

llama ·poros, porque presentan cavidades distintas y reconocibles por 3. La psicofisiología de los alejandrinos. -Al descubrir el origen
donde marcha el espíritu;» 1111 cerebroespinal de los nervios, Herófilo descubrió, al mismo tiemp~, sus
Herófilo se ocupó principalmente del cerebro, que consideraba como funciones motrices y sensitivas. Observó que unos llevan a los mus.cu-
da parte más noble del cuerpo humano». No se contentó con el examen los las órdenes de la voluntad, y que otros transmiten al sens~~um
exterior del encéfalo, como sus predecesores; lo disecó y observó su cerebral las sensaciones; por ello dividió a los nervios en si;ns1tivos
interior. Por primera vez en el hombre vio las cavidades ventricu.- y motores. Estos descubrimientos de Her~filo _negaron. la teor~~ «Car-
lares, que Aristóteles reconociera en los animales. «Herófilo -explica díaca» de la sensación, despojando al corazon de cualqmer func1on sen-
Galeno- estudió con gran cuidado los ventrículos cerebrales, pues sos- sitiva. Sin embargo, y como explicáramos antes (vid. part. pr., ca~. l,3),
pechaba que en ellos reside la fuerza que dirige la vida animal y la dicha teoría perduró hasta el siglo XIX, cuando más de dos. mil an~s
vida espiritual. Para él, el más importante es el del cerebelo.60 En después los trabajos que hicieron célebres a Charles Bell Y a !1'ªn~o1s
efecto, describe los ventrículos laterales con sus cuernos, el ventrículo Magendie terminaron· por dar definitivamente la razón al aleJandrmo.
medio, y sobre todo el cuarto, que llama «Ventrículo del cerebelo». En cuanto a los famosos «poros» de Alcmeón, que hubieran podido ser
Estudió su surco mediano, terminado en punta en la médula alargada. desechados en base del descubrimiento de la sensibilidad nerviosa,
Por su semejanza con un junco o caña de los que servían a los egipcios Herófilo les concedió vigencia, pues imaginó en los nervios sensoriales
para escribir le dio el nombre de anáglyphe kálamoy, que traducido «canales» destinados al pasaje del eSPíritu o pneuma.
literalmente al latín constituye el nombre de calamus scriptorius, pluma Esta concepción del pneuma, embrionaria en Herófilo, fue desarr~­
para escribir, con que todavía lo designamos. Vio los plexos coroides llada por Erasístrato, para quien el enorme volumen de aire que día
y dio a las dos meninges cerebrales, para entonces conocidas, una y noche respiramos sil1 interrupción está destinado a llenar las arte-
relación superior a la que les otorgaban sus predecesores. «Las me- rias· las arterias están reservadas al aire, y las venas a la sangre, por-
ninges cerebrales que rodean al cerebro -dice Galeno-, Herófilo las que' no es posible que la naturaleza haya creado dos clases ,de vasos
llama coroides, por su semejanza con las envolturas coriales que rodean para una misma y sola función. Había demostrado que la traquea _no
al feto.» En efecto, relacionó las dos meninges cerebrales con las dos es un pasaje para los alimentos, como se cre~era hasta en;onces, s1~0
membranas que rodean al feto, y en razón de la consistencia y papel camino del aire, de donde el nombre de arteria que agrego ~l de tra~
protector de éstas, les dio los nombres sentimentales de dura· mcuLre y quea. Atraído por la respiración, el aire penetra en la traquea, los
pía madre. Por último, estudió la médula espinal y demostró que da bronquios y los pulmones, y por intermedio de los va~os pulmonares
nacimiento a nervios periféricos, a la vez motores y sensitivos. en el ventrículo izquierdo del corazón. En este ventnculo sufre una
Erasístrato confirmó la mayoría de los descubrimientos de Heréfilo; y primera elaboración, que los transforma en pneuma vital ( pneuma
muchos los perfeccionó, en especial los relacionados con la existencia, zotik6n). Gracias a la disposición de las válvulas cardíacas, el pneuma
origen cerebroespinal y funciones de los nervios. No obstante, por vital es expulsado, con cada contracción del corazón, hacia la aorta _Y
mucho tiempo sostuvo que los nervios motores nacen en la duramadre sus ramas, que los difunden por todo el cuerpo. La parte que por med~o
y que úDicamente los sensoriales se originan en la sustancia blanca del de las arterias carótidas sube al encéfalo, pasa primero por la rete ~dmi­
cerebro. Solamente hacia el final de su vida admitió el origen cerebral rabile llega después al cerebro y alcanza finalmente los ventnculos
de unos y otros. Como Herófilo, confundió los nervios motores con los cereb;ales donde sufre una segunda elaboración que lo transforma en
ligamentos, tendones y aponeurosis. Su descripción· de los ventrículos pneuma p~íquico (pneuma psychik6n).62 En los ventrículos cerebrales,
cerebrales es admirable: «En el hombre como en· los animales, el cere- sobre todo en el cuarto, el pneuma psíquico se encuentra con los eflu-
bro es doble; un ventrículo de forma oblonga se encuentra situado a vios y las vibraciones de los objetos. exteriores, y por ser ese lugar el
cada lado, pero esos dos ventrículos se reúnen en una sola cavidad por asiento del alma, se operan allí y de ese modo la sensación Y el cono-
una abertura o punto de unión de las partes [esta «abertura» es lo cimiento. Es de allí que pasan a los nervios motores para llevar a los
que ahora llamamos agujero o foramen de Monro]. Desde este punto, músculos las órdenes de la voluntad. La parte de pneuma vital que no
esas cavidades se extienden en longitud hasta lo que se llama cerebelo, sube al encéfalo llega por el camino de las arterias a todas las partes
y allí también hay otro ventrículo pequeño.» ª1 Pero lo más importante del cuerpo, donde entra en contacto con la sangre aportada por l~s
es que Erasístrato tuvo una noción muy clara del papel intelectual de venas: la sangre nutre, el pneuma vital estimula; el calor, la energia
las funciones cerebrales y del papel regulador o coordinador de las y la vida resultan de este encuentro. En resumen, la vida animal es. ~o
circunvoluciones cerebelosas. propio del pneuma vital; la vida intelectual, el hecho del pneuma psi-
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quico. Esta teoría de los espíritus regeneradores llegó sin modificacio- sas, en los animales de carrera veloz, como el ciervo, la liebre o cual-
nes notables hasta Harvey; Descartes afirmaba que «el pneuma psíquico quiera de los demás animales que se distinguen por su velocidad. A la
es una llama muy viva Y muy pura». .· rapidez en la carrera corresponde una organización ,notable de los
Sobre las grandes funciones cerebrales: sensibilidad e inteligencia, . músculos y de los nervios favorables a esa función.> De este pasaje se
y sus mecanismos, los alejandrinos sostenían aproximadamente las mis- i .. deduce que consideraba al cerebelo como regulador o coordinador de

mas ideas que sus antecesores, y sus puntos de vista al respecto coin- · los· movimientos, y lo más singular es que este avanzadísimo concepto
ciden con los de Straton de Lampsaco, discípulo de Teofrasto, que afir- de psicofisiología quedó completamente descuidado hasta hace poco más
maba: «No es en el pie que tenemos mal cuando tropezamos, en la ' de un siglo. Se sabe que las funciones del cerebelo fueron completa-
cabeza cuando la golpeamos, ni en el dedo cuando se lastima. Toda mente ignoradas, a pesar de Erasístrato, hasta mediados del siglo pasado,
nuestra persona es insensible, con excepción de la parte necesaria- 1
0 sea hasta las experiencias cruciales de Pierre Flourens (1749-1867).
mente dominadora [el cerebro]; es a ella que el golpe llevará con ra- , . Fue este gran fisiólogo quien demostró e:i¡;perimentalmente que la
pidez la sensación que llamamos dolor.» De este texto, como de varios ' ·: función del cerebelo es regula.r, coordinar los movimientos voluntarios,
otros, hoy se pueden sacar muchas conclusiones y, entre las mismas, como la· marcha, el vuelo, la natación, etc.
como se ha hecho, de que realizaron una feliz. interpretación de la 1
Del paralelo entre los dos alejandrinos se pueden sacar muchísimas
«ilusión localizadora», mecanismo esencial de la sensación dolorosa. conclusiones más, pero que se refieren particularmente a la historia de
Pero esto no está en el texto de los alejandrinos, y sólo aparece ·cuando la medicina y que aquí no interesan. No solamente fueron contemporá-
a sus conceptos, muy generales, los encuadramos con el contexto de las neos y trabajaron en el mismo lugar, ,sino que también fueron rivales
ideas neurofisiológicas modernas. También en razón de que Erasístrato y se opusieron en muchos puntos de vista médicos. Herófilo tuvo más
localizaba el alma en los ventrículos del cerebro, sobre · todo en el · ' discípulos que Erasístrato, y se le comparaba con Hipócrates. Más cir-
cuarto, se ha concluido que la ubicada en el líquido cefalorraquídeo cunspecto que su colega y rival, se atenía únicamente a los hechos,
que contienen, pero tampoco esto, que hará Samuel Th. von SOmme- · queriendo siempre haber visto con los propios ojos, tocado con las pro-
ring 63 a fines del siglo· XVII, corresponde a sus conocimientos, pues pias manos, y desconfiando a cada paso de las hipótesis, que casi no
Erasístrato ignoraba la existencia de ese líquido y confundía el alma prodigó. Erasístrato, especulativo por excelencia, gustaba de las teorías.
c9n el pneuma psíquico, que, creía, se elaboraba en esas cavidades. . Ambos estudiaron las mismas materias, en la misma escuela: el Museo,
Sobre el papel de las circunvoluciones cerebrales, Erasístrato tiene :, · y en Alejandría, y tal fue su éxito que hasta el siglo XVII sus sucesores
una opinión clarividente; declara que el desarrollo de la inteligencia no agregaron nada importante a la anatomía del sistema nervioso que
está en relación directa con la riqueza en circunvoluciones cerebrales edificaran. Esta fase alejandrina de la psicofisiología fue brevísima y
y que su desarrollo es proporcional a esa riqueza. «En el homb1'.e brillante: duró el tiempo de la actividad de dos hombres. Luego, por
-dice-, el cerebro es más rico en circunvoluciones que en los anin1a- falta de protección real, no se disecaron más cuerpos humanos después
males, porque el hombre supera en mucho a los animales por su inte- de la muerte de los dos jefes de la escuela anatómica de Alejandría.
ligencia.» Este texto notable provocará la burla de Gél.leno, que lo cita Sus discípulos, divididos en sectas enemigas, se apartaron de Ja natu-
Y replica: «Los asnos tienen un cerebro muy plegado, mientras que la raleza y se extraviaron en estériles discusiones de textos..
debilidad de su inteligencia exigiría que su cerebro fuese, si no com-
pletamente liso, por lo menos pobre en circunvoluciones»», 64 y agrega:
«es mejor creer que la inteligencia resulta de una buena mezcla, de
una buena crasis de la sustancia del cuerpo pensante, cualquiera que NOTAS
sea ese cuerpo pensante, y no de la complejidad estructural del mismo ...
No es a la cantidad, sino a la cualidad del pneuma psíquico que se l. Diogene Laerce, Vie, doctrin.ea, etc., Loe. cit.
2. Cf. Alberto L. Merani, ¿Es la psicología 11.na. ciencia? y Critica de los fun-
debe relacionar la perfección del pensamiento». En realidad, y lo sa- damentos de la psicología, Loe. cit.
bemos ahora, cantidad y cualidad no se excluyen, y su reunión en 3. Oeuvres completes, Loe. cit.
un mismo sujeto favorece la perfección de las funciones intelectuales. 4. Ibídem.
Pero lo sorprendente para la época resulta lo que Erasítrato aseguraba 5. Ibídem.
6. Cf. cap. Il, 2, 3 y 4.
sobre las funciones de las circunvoluciones cerebelosas: «El cerebelo 7. Oeuvres completes, Loe. cit.
-afirma- está formado por gran número de circunvoluciones diver- 8. «Teeteto», Oeuvres complete&, Loe. cit.
150 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 151

9. Vid. cap. II, 3. «Generación y corrupción», en Oeuvres completes, Loe. cit.


10. Ibídem. «Organum», en Oeuvres completes, Loe. cit.
11. «Teeteto», en Oeuvres completes, Loe. cit. «Gen. y corrup.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
12. Ibídem. «Org.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
13. Ibídem. «Gen. y corrup.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
14. Oeuvres completes, Loe. cit. «De Anima», en Oeuwes completes, Loe. cit.
15. «Menon», en Oeuvres completes, Loe. cit. . Ibídem.
16. Vid. Alberto L. Merani, Conflicto entre· ciencia y filosofía en la psicología" 51. El problema todavía se discute en biología y psicobiología, en función de -
de Jean Piaget, ed. Instituto de Psicología, Caracas, 1968. ' ¡iuevas concepciones biológicas y psicológicas, por ejemplo la Gestalt biológica y
17. Vid. Alberto L. Merani, Presencia de Henri Wallon, ed. Instituto de Psi~. . : la psicológica. Cf. Alberto L. Merani, Psicología, Grijalbo, 1964.
cología, Caracas, 1966, y «De Bergson a Henri Wallon», en Problema.s y pseudo-. 52. Cf. La discusión sobre los estadios del desarrollo entre Wallon y Piaget, en
problemas de la Psicología, Loe. cit. ·Alberto L. Merani, cDe Bergson a Henri Wallon», en Problema.s y pseudoproble-
18. Cf. Alberto L. Merani, Freud y el Talmud, Grijalbo, 1974. - mas de la psicologia, Loe. cit.
19. En Oeuvres completes, Loe. cit. 53. Vid. Alberto L. Merani, :El despertar de la inteligencia, Buenos Aires, 1955.
20. Ibídem. 54. Cf. Guido de Ruggiero, «Filosofia del cristianesimo», en Storia della fi-
21. Esta psicología, y sus corolarios pedagógicos y sociales, se apartan radi- losofia, Loe. cit.
calmente del rigorismo psicológico y moral que Platón expresa en el Fedón, y que 55. «De Anima», en Oeuvres completes, Loe. cit.
justificará la metempsicosis, en cuyas raíees estaría el hecho de que el mal no 56. «Organum», en Oeuvres completes, Loe. cit.
es a7hacado a la ignorancia, la maldad a una disposición involuntaria, sino que 57. Providencial fue la idea, porque, situada fuera de Brachium, esta segunda
domina el acento de la culpa y del pecado. De este modo la culpa se convierte Biblioteca escapó al incendio del año 47 a. C. y, junto con los libros salvados de
en una verdadera caída que se expía en el curso de las generaciones y que para las llamas y la colección de Pérgamo, donada por Antonio a Cleopatra, sirvió
expiarse requiere de una misteriosa ayuda divina. para reconstruir la gran Biblioteca, la cual, bajo Aureliano y durante la con-
22. «Timeo», en Oeuvres completes, Loe. cit. quista árabe, debía sufrir nuevos e irreparables desastres.
23. También en este aspecto muchas veces se exageró y se exagera; se dice 58. Prescindimos aquí del restó de los trabajos anatómicos y fisiológicos de
y se repite que Alejandro el Grande lo había provisto de un zoológico y de un Herófilo y que no conciernen al sistema nervioso.
museo, compuestos con animales y plantas que le hacía enviar de todas las partes 59. Galenus; Opera omnia, Loe. cit.
del mundo. En realidad no se trataría más que de una leyenda, acred,i.tada sola- 60. Ibídem.
mente por la autoridad de Cuvier. 61. Cit. por A. Souques, Étapes de la neurologie dans l'antiquité grecque,
24. Entre las ediciones modernas de Aristóteles, es fundamental la de la Aca~ Loe. cit.
demia de Ciencias de Berlin, y según la cual se acostumbra citar el orden de 62. El pneuma vital y el psíquico de Erasístrato no serán otra cosa que el
los escritos aristotélicos (en 5 vols., Berlin, 1832). En todas nuestras citas utiliza- espíritu vital y el espíritu animal de Galeno, que los espíritus vitales y animales
remos la traducción francesa de las «Obras completas», por Barthélemy - Saint- de los psicofisiólogos de la Edad Media y del Renacimiento. Así, su teoría psico-
Hilairc: Aristóteles, Oeuvres completes, Paris, ed. 1912-1922. fisiológica será la única verdaderamente admitida por los partidarios de la «teoría
25. «De Anima», en Oeuvres completes, Loe. cit. cerebral» de la sensación hasta los tiempos modernos.
26. «Hist. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit. 63. Sommering (1755-1830) localizaba al sensorium commune en la serosidad
27. Ibídem. de los ventrículos del cerebro, opinión que Kant examina con mucho cuidado.
28. Cf. Alberto L. Merani, Crítica de los fundamentos de la psicología, Loe. cit. 64. Galenus, Opera omnia, Loe. cit.
29. «De resp.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
30. A. Souques, Étapes de la neurologie dans l'antiquité grecque, Loe. cit.
31. «De Part. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
32. «De Anima», en Oeuvres completes, Loe. cit.
33. «Hist. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
34. «De Part. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
35. «El corazón -explica- es el primero en aparecer y el último en morir,
y ocupa el medio del cuerpo.» Por esas razones debe ser el principio de la sangre,
el asiento del alma.
36. «Hist. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
37. cDe Anima., en Oeuvres completes, Loe. cit.
38. Ibídem.
39. Ibídem.
40. Ibídem.
41. Ibídem.
42. Ibídem.
43. Ibídem.

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