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El cóndor y la vicuña

Había una vez un cóndor muy bonito y se creía, pero una


vicuña lo reto a que la gente decidiera quien era el más
bonito.

La vicuña se estaba poniendo hermosa para ganar el


concurso y el cóndor no se hacia nada porque sabia que era
el más bonito, el confiado en el concurso.

La vicuña gano y el cóndor se asombró, la vicuña estaba


alegre y el cóndor se sentía triste porque no había ganado el
concurso, el cóndor aprendió la lección.

Moraleja: no debemos de confiarnos de la belleza externa,


cuando la verdadera belleza está en el corazón de cada uno.

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