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Perfil del camIno carretero de Bo~otá al rlo Magdalena por!a 3~ variJnte de! contrafuerte
del alto de las Tlbl1l5,pmentada a laJunta el Sr.lndaieclo U~vaIlO
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CAMINO CARRETERO AL MAGDALENA.
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IN"FOFlME
d~l señor Indalecio Liévano, miembro de la Junta.
Señores miembros de la Junta.
No obstante los graneles esfuerzos que la nueva Junta ha hecho desJe
que se instaló en el mes de enero último, para ejecutar todo el trazado del
camino carretero desde Jos Manzanos hasta el rio Magdalena, ántes ele la
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proxima reunion de la Asamblea, no ha sido posible concluirlo hasta hoi,
porque a consecuencia del invierno los trabajos fueron interrumpidos,
pero ya están al terminar. El señor Manuel Ponce ha concluido su tra-
zado en todo el trayecto que va de Pan de Azúcar a Chumbamui, i el
señor Manuel Peña, en un mes que trabajó, hizo 9,000 metros de trazado
de Ohumbamui para adelante sin inconvenientes topográficos. El señor
Santamaría fué .encargado de abrir la pica en los dos estremos de la línea,
a saber: del Roble a Pan de Azúcar, i de la cima del Sarjento a Bodegui-
tas; el primero lo ejecutó prontamente declarándolo bien practicable,
quedando por tanto la pica abierta s.in interrupcion desde el Roble hasta
el alto de las Tablas; i en el segundo trayecto, no ha podido superar hasta
ahora algunas dificultades que ha encontrado, pero so}ámente siguiendo
cierta inclinacion i direccion. Con el objeto de vencer estos inconvenientes
me dirijo a la Junta espresanclo mi opinion.
Al efectuar la instalacion de los trabajos en el mes de febrero me
trasladé a recorrer la línea, i habiendo estado con los señores Santamaria i
Ponce en el Portou i en la Ensillada, convinimos en que el trazado debería
sacarse a este último punto, verificado lo cual continuaría mas fácil por
haber varios modos de hacerlo entre la Ensillada i Bocleguitas. En seguida
el señor Santamaría siguiendo uno de estos modos, que fué el de llevar
con el nivel el 5 por 100 ele inclinacion i en direccion al norte atravesando
la falda de la cordillera, encontró el piso muí inclinado en largos trayec-
tos,-i ademas el trazado que hizo resultó mui alto porque necesitaba des-
aiTollos para llegar a Santa Rosa i caer al valle del rio. Por uno i otro
resultado se cae en cuenta de que para disminuir las dificultades se debe
principiar a bajar cuanto ántes desde la Enslllada por medio de desarrollos
todo lo que sea necesario, tanto para evitar la grande inclinacion de la
vertiente, como paFa lograr salir a un pequeño contrafuerte que se desp1·ende
en Santa Rosa, i lograr pasar el río Seco mas abajo del paso actuál; i aun
el trazado del Porton a la Ensillada debería sacarse abajo de este último
punto por In. cabezera del gran derrumbe que allí existe. N o hai que olvi-
dar que ·el .ante-proyecto se refiere siempre al mejor trazado posible entre
los puntos indicados. Mas, aparte de esto i suponiendo que haciendo el
mejor trazado entre el Porton i Bodeguitas quedase la línea bastante
costosa por los fuertes banqueos, todavía bai tres variantes sin pendientes
negativas para evitar la primera falda del Porton sin perder por esto la
direccion jeneral de la linea¡ pues consisten solamente en atravesar la cor-
dillera del Sa~jento un poco mas al sur, saliendo siempre a Bodeguitas.
Dichas variantes las he puesto en conocimiento del señor Ponce, quien
por dísposicion de la Junta se ha ido a asociar al señor Santamaría con el
objeto de activar mas los trabajos en aquella parte, que es la única que
f~lta. Las tres variantes son las siguientes colocadas en órden topográfico.
1.• Partiendo del alto de las 'l'ablas, o desde el punto en qne el señor
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Peña dejó la trocha, bajando con declive del 1 al 5 por 100 a pasar por
entre el pueblo ele Chaguani i el alto del mismo nombre, para llegar sin
pendiente negativa, descabezanuo la quebrada de la Porquera, a la cima
de la cordillera del Sarjento en un punto mas bajo que el Porton pero
mas alto que el talweg, de la quebrada de Chaguaní que corta la cOJ·di-
llera del Sarjento, para despues tomar en bajada por un pequeño contra-
fuerte la direccion jeneral a Bodegnitas con declive que podrá variar entre
el horizontal hasta el 5 por 100 segun lo vaya permitiendo el teneno;
2." Del alto de las Tablas, con gran desarrollo, descender con el
5 por 100 al boqueron de Chaguani (punto en que las aguas de dicho
valle cortan al Smjento) para seguir la direccion de esta quebrada hasta
llegar al valle del río Magdalena i continuar a Bodeguitas. Esta seria la
variante mas larga i la mas costosa en su ejecucion; i
3.• Empezar a descender desde Chumbamui o desde el alto de las
Tablas para tomar el contrafuerte que se desprende del Raizal i que
pasando por el alto de las Tablas va a terminar en el rio Magdalena en
direccion perpendicular, seguir la direccion de este contrafuerte con el 5
por 100 hasta llegar a las mií.Jjenes del rio Magdalena; en seguida atrave-
Sar la quebrada de Chaguani cerca de su embocadura, para continuar por
las vegas del Magdalena a las Bodegas de Bogotá.
Cualquiera de estas val'iantes es practicable sin pendientes negativas:
la euestion se reduce solamente a ele)ir la mas corta i ménos costosa.
De conformidad con el ofrecimiento que he hecho de prestar gratúi-
tamente todos los servicios que juzgare necesarios para la realizacion de
esta empresa, que es sin duda la mas interesante del país, debo repetir mi
viaje con el doble earáct¡¡r de miembro de la Junta, ántes de la termina-
cion de este mes; i me es grato comunicar que el señor presidmte de la
Junta, Nieolas Pereinl. Gamba, animado de los mismos sentimientos pa-
trióticos, ha ofrecido acompañarme para reconocer prácticamente la linea
i las variantes presentadas. Del resultado informaremos oportunamente.
Señores de la Junta.
INDALECIO LIÉV ANO.
Bogotá, 16 de junio de 1869.
IN""FOR..ME
del señor Indalecio Liévano, miembro de la Junta.
Señores micn1bros de la Jnnta.
Tenao
n
el honor de informar sobre el resultado del viaje que os anuncié
en mi informe ele 16 de junio último.
Salí de Bogotá asociado del presidente de la Junta, señor Nieolas
Pcreira Gamba, el' día 23 del mismo mes, i nos fnimos directamente a
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proxima reunion de la Asamblea, no ha sido posible concluirlo hasta hoí,
porque a consecuencia del invierno los trabajos fueron interrumpidos,
pero ya están al termimtr. El señor Manuel Ponce ha concluido su tra-
zado en todo el trayecto que va de Pan de Azúcar a Chumbamni, i el
señor Manuel Peña, en un mes que trabajó, hizo 9,000 metros de trazado
de Chumbamui. para adelante sin inconvenientes topográficos. El señor
Santamaría fué ,encargado de abrir la pica en los dos estremos de la linea,
a saber: del Roble a Pan de Azúcar, i de la cima del Sarjento a Bodegui-
tas; el primero lo ejecutó prontamente declarándolo bien practicable,
quedando por tanto la pica abierta sin interrupcion desde el Roble hasta
el alto de las Tablas; i en el segundo trayecto, no ha podido superar hasta
ahora algunas dificultades que ha encontrado, pero solamente siguiendo
cierta inclinacion i clireccion. Con el objeto de vencer estos incom,enientes
me dirijo a la Junta espresando mi opinion.
Al efectuar la instalacion de los trabajos en el mes ele febrero me
trasladé a recorrer la línea, i habiendo estado con los señores Santamaria i
Ponce en el Porton i en la Ensillada, convinimos en que el trazado debería
sacarse a este último punto, verificado lo cual continuaría mas fácil por
haber varios modos de hacerlo entre la Ensillada i Bocleguitas. En seguida
el señor Santamaría siguiendo uno ele estos m0dos, que fué el de llevar
con el nivel el 5 por 100 de inclinacion i en direccion al norte atravesando
la falda de la cordillera, erwontró el piso muí inclinado en largos trayec-
tos; i aclemas el trazado que hizo resultó muí alto porque necesitaba des~
arrollos para llegar a Santa Rosa i caer al valle del rio. Por uno i otro
resultado se cae en cuenta de que para disminuir las dificultades se debe
11rincipiar a bajar cuanto ántes desde ]a Ensillada por medio de desarrollos
todo lo que se(t necesario, tanto para evitar la grande inclinacion de la
vertiente, como para lograr salir a un pequeño contrafuerte que se desrJrende
en Santa Rosa, i lograr pasar el rio Seco mas abajo del paso actuál; i aun
el trazado del Porton a la Ensillada debería sacarse abajo de este último
punto por la cabezera del gran derrumbe que allí existe. No hai que olvi-
dar q1.1e el ante-proyecto se refiere siempre al mejor trazado posible entre
los puntos indicados. Mas, aparte de esto i suponiendo que haciendo el
mejor trazado entre el Porton i Bodeguitas quedase la linea bastante
costosa por los fuertes banqueos, todavía hai tres variantes 8in pendientes
negativas para evitar la primera falda del Porton sin perder por esto la
direccion jeneral de la linea, pues consisten solamente en atravesar la cor-
dillera del Sa1jento un poco mas al sur, saliendo siempre a Bodeguitas.
Dichas variantes las he puesto en conocimiento del señor Ponce, quien
J>Or disposicion de la Junta se ha ido a asociar al señor Santamaria con el
objeto de activar mas los trabajos en aquella parte, que es la única que
falta. Las tres variantes son las siguientes colocadas en órden topográfico.
l.• Partie-ndo del alto de las Tablas, o desde el punto en qne el señor
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Peña dejó la trocha, bajando con declive del 1 al 5 por 100 a pasar por
entre el pueblo de Chaguani i el alto del mismo nombre, para llegar sin
pendiente negativa, descabezando la quebrada de la Porquera, a la cima
de la cordillera del Sa1jento en un punto mas bajo que el Porton pero
mas alto que el talweg, de la quebrada de Chagnani que corta la cordi-
llera del Sarjento, para despues tomar en bajada por un pequeño contra-
fuerte la diroccion jcneral a Bodeguitas con declive que podrá variar entre
el horizontal hasta el 5 por 100 segun lo vaya permitiendo el terreno;
2." Del alto de las Tablas, con gran desarrollo, descender con el
5 por 100 al boqueron de Chaguani (punto en que las aguas de dicho
valle cortan al Sa1jento) para seguir la direccion de esta quebrada hasta
llegar al valle del rio Magdalena i continuar a Bodeguitas. Esta seria la
variante mas larga i la mas costosa en su cjccncion; i
3.• Empezar a descender desde Chumbamui o desue el alto de las
Tablas para tomar el contrafuerte que se desprende del Raizal i que
pasando por el alto de las Tablas va a terminar en el rio Magdalena en
direccion perpendicular, seguir la clireccion de este contrafuerte con el 5
por 100 hasta llegar a las m;üjenes del río Magdalena; en seguidn atrave-
Sar la quebrada de Chaguani cerca de su embocadura, para continuar por
las vegas del Magdalena a las Bodegas de Bogotá.
Cualquiera de estas variantes es practicable sin pendientes negativas:
la cuestion se reduce solamente a ele)ir la mas corta i ménos costosa.
De conformidad con el ofrecimiento que he hecho de prestar gratúi-
tamente todos los servicios que juzgare necesarios para la realizacion de
esta empresa, que es sin duda la mas interesante del pais, debo repetir mi
viaje con el doble caráct~r de miembro de la Junta, ántes de la termina-
cion de este mes; i me es grato comunicar que el señor presidente de la
Junta, Nicolas Pereira Gamba, animado de los mismos sentimientos pa-
trióticos, ha ofrecido acompañarme para reconocer prácticamente la linea
i las variantes presentadas. Del resultado informaremos oportunamente.
Señores de la Junta.
INDALECIO Lnh ANO.
Bogotá, 16 de junio de 1869.
IN"FOFlME
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del presidente de la Junta administradora del ca.mino de Occidente, despues
de practicado el reconocimiento de la linea del trazado.
De la cordillera oriental de los Andes se desprenden al occidente los
ramales que forman las altiplanicies que' se estiendeu desde Bogotá hasta
cerca de Chiquinquirá: dos de estas ramificaciones, la que partiendo de
las vertientes del río Tunjuelo pasa por San Fortunato, Tequendama i
Cipacon, i la q\le desde Fúquene viene por Carupa i laa vertientes delrio
Patasía hasta Subachoque, constituyen el reborde de la sabana i se unen
en el alto del Roble. De entra este i las alturas de Manjui se desatan,
oomo de un nudo complicado, muchos ramales secundarios formando dos
hoyas hidrográficas bien distintasJ la de los rios Apulo i Bogotá al sur, i
la del Síquima, Tobia, Villeta i demas que forman el Rionegro al norte:
dividiendo estas dos rejiones, baja, en dircccion casi perpendicular al rio
Magdalena, un contrafuerte de la cordillera que, sin solucion de continuidad,
Ya a terminar en la orill~l delrio al snr de la quebrada do Chaguani.
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Basta esta sencilla esposicion, que se comprenderá mejor con la ins-
peccion del mapa, para convencerse de que, solo por el desconocimiento de
la jeografía física del país i la tendencia a construir los caminos por
donde hemos encontrado las sendas ele comunicacion de los primeros
pobladores, es que una cosa tan sencilla, como llevar el camino por todo el
contrafuerte, no se haya ocurrido a ninguno hasta hace poco tiempo.
I, cosa singular, la línea por donde únicamente se puede construir el
camino con nuest.tos recursos, es precisamente la mas corta; la única que
no tiene pendientes negativas, que no está interrumpida por ríos ni por
torrentes i la sola que satisface a las necesidades de la comunicacion con
el alto i el bajo Magdalena.
En toda montaña o cadena de montañas el descenso hasta la primera
garganta o plano . es por lo jeneral brusco i escarpado; atravesada la
llanura, plano o garganta, hai casi siempre una eminencia de donde se
desprenden los ramales o contrafuertes; llegando sobre cada nueva cima se
ven desprender nuevos contrafuertes, algunos como los llamados cOJ·di-
lleras terciarias perpendiculares a la cresta del ramal o paralelos a la cor-
dillera principal i por consiguiente al rio que corre por el fondo del valle.
Haciendo aplicacion de estos principios de jeografía i de jeolojía,
vemos que de la cresta de la, cordillera, detras de los cerros de Monserrate
i Guadal u pe, el descenso a la sabana ele Bogotá es escarpado; a la estre-
midad de la llanura hai una eminencia como el alto del Roble; sigue un
escalan i se toma el contrafuerte hasta el cerrito de Pan de Azúcar, de
donde se ven desprender nuevos contrafuertes; continuando por Ohum~
bamui i el alto de las Tablas se ven las cordilleras terciarias del Trigo, el
Raizal i el Sarj ento, a la derecha del ramal que continúa directamente
ácia el Magdalena. En este se nota que, a medida que se ac.,rca al río,
sus estribos o ramales son mas raros i ménos prolongados, i termina
por una pendiente escarpada, lo mismo que toda la falda occidental del
Sarjento, hasta una especie de descanso o meseta de base muí ancha, de
donde se desprenden varias lomas o colinas que, truncadas i despedazadas,
van descendiendo hasta confundirse suavemente con el plano horizontal
de las vegas del rio.
El camino en la sabana existe ya; el primer escalan, uno de los mas-
bruscos i difíciles, está vencido: por el trazado, pica i banqnéo ejecutados
por el señor Nepomuceno Santamaría hoi se pasa el alto del Roble i se
desciende al lado opuesto por un camino en que 1a pendiente máxima no
pasa del cinco por ciento. El señor Liévano i yo lo recorrimos en coche.
El resto del camino hasta el último descenso al río ha sido medido i
trazado materialmente por el suelo con el nivel, por los señores Nepomuceno
Santamaría, José María V alenzuela i Ricardo Pereira, hasta el cerro de
Pan de Azúcar; Manuel Ponce i Camilo Caicedo, hasta Chumbamui;
Manuel Peña, hasta el alto de las Tablas; i de aquí al rio, por los señores
Santamaria, Pedro María París i Camilo Caicedo.
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V encidM las difi.oultades de la montaña i llevado el camino hasta la
orilla delrio, ya nadie dudará de la comunicacion por la vía fluvial o de
la de vehículos de ruedas para Ambalema i para Honda, puesto que las
vegas son basta~te planas i el rio es navegable.
El camino continuará luego por terreno plano (esceptuando el cerro
de Bodeguitas) hasta el pié del chorro del Mesuno que es el verdadero
límite natural de la navegacion del bajo Magdalena i en donde debe esta-
blecerse el puerto i las bodegas por cuenta del Gobierno.
Por lo que hace a medidas i detalles, me refiero al informe del señor
Liévano: solo agregaré que los ochenta i dos mil metros de distancia del
Roble al Magdalena, construillo el camino, se pueden recorrer en un día,
puesto que hoi, por las malas sendas por donde se transita, habiendo salido
nosotros a las siete de la mañana de un punto distante cuatro leguas del
Magdalena i de donde se divisa el rio, llegamos al Roble a la una del dia,
i mi sirviente, que se habia adelantado, lleg6 a Facatativá a las dos de la
tarde. ¡Él hubiera podido llegar a Bogotá el mismo dia!
Demostrada la posibilidad física de la apertura del camino, basta
observar, por lo que hace a la posibilidad pecuniaria, que la parte mas
dificil de lo ejecutado ya en el Roble, ha costado a razon de $ 1-76
el metro.
Cuando nos hallamos en presencia de un acontecimiento de tan grande
magnitud, como es para nosotros el de la apertura de un camino carretero,
o de rieles, que ponga en .comunicacion las mesetas de los Andes con un
rio navegable; cuando se puede medir i apreciar la influencia que esto
tendría sobre los espíritus por una parte, i sobre la sociedad por otra;
cuando se piensa en la vasta carrera de riqueza que se abre para todos;
en que tendrá que ser reemplazado por un movimiento en sentido contrario,
el de disolucion, dispersion i egoísmo que amenaza conducirnos al estado
salvaje; en el cambio de teatro o esfera de accion, que traerá por conse-
cuencia la emancipacion de los espíritus que están esclavizados por el
fanatismo político; cuando se ve que ya no falta mas que un pequeño
esfuerzo para salirle al encuentro al mundo civilizado que busca frutos de
nuestra rejion, i que no falta mas que dar un paso para sacar al Estado
de Cundinamarca i a la capital de la Union colombiana de_l rincon estre-
cho donde están enclavados, para ponerlos en la orilla del mar en contacto
con la civilizacion, no debe estrañarse que me presente con cierta pompa i
solemnidad a decir: "HE RECORRIDO LA LÍNEA EN TODA SU .~STENSION,
HE VISTO QUE EL CAMINO CARRETERO ES PRACTICABLE," Í me he con-
venci~o hasta la evidencia de que puede llevat·se a cabo la ob?"a con
nuestros recuTsos.
A mi regreso del segundo viajo que he hecho hasta el río Magdalena a inspeccio-
nar los trabajos i recorrer la línea del trazado, he tenido el honor de recibir la nota de
usted, de 28 del próximo pasado, número 114 .
. . El ci~dadano Presidente del Cuerpo lejis_lativo del Estado, al ordenar que se me
ptdtera e[ Informe a que usted se refiere en dtcha nota, no ha hecho mas que antici-
parse a mis deseos, siendo el eco fiel de la espectacion jeneral que tiene que causar
una empresa de tan fecundos resultados, como es la de unir por camino <>arretero las
altiplanicies de los Andes con el rio nav~gable que pone en r.omunicncion casi todos
los Estados colombianos con el esterior.
Cumplo pues gustoso con dar a usted el informe que me pide.
Para no cansar con repeticiones inútiles, me refiero en todo lo relativo al aspecto
fisico del pais comprendido entre las mesetas superandiuas i el río Magdalena, a mi
informe de J 2 del pasado i a los del señot· Liévano, miern bro de la Junta, los cuales
tengo el honor de presentar, impresos, junto con el plano del terreno i el perfil de]·
trazado del camino. ·
-r.or los informes da los injenieros, que orijinales tengo el honor de presentar a
usted, se vet·á que el trazado de esploracion está ya concluido i resuelta la cuestion de
practicabilidad del camino carretero. Dichos informes comprenden toda la estension
de la línea del trayecto, así: el del señor Santamaría, desde el Roble hasta el cerro de
Pan de Azúcar, el del señor Ponce, de aquí al boqueron ele Chumbamui, el del señor
Peña, hasta el alto de las Tablas, el de les señores Santa maría i Paris, el descenso del
contrafuerte hasta la laguna de Capira i el del señor Caicedo, de este punto hasta el
río, operacion que practiqué yo por tres vezes, dos de ellas por el valle de Santa Rosa,
unido a Capira por el boqueron hasta donde llegó el trazado de los señores Santa-
maría i Pat·is.
Las esploraciones se han estendido ademas al exámeo· de otras de las líneas pro-
puestas o indicndas anteriormente.
La del injeniero frances, señor Poncet, se ha juzgado inaceptable porque nuestros
recursos son insuficientes para vencer las dificultades del Encantado, Salsipuedes, cerro
del Chimbilá, i puentes, túnel i costos de tan larga via:
La indicada para atravesar la cordillera del Sarjento, por las vertientes del
Rioseco para descender al lado occidental por encima de Calamoima, sin entrar en
otros graves inconvenientes, tendría el de hacer de doce leg uas de largo el camino de
Guaduas a Honda.
La del señor Codazzi, si se tratara de ir a Arnbalema, seria la mejor sin el
espantoso insuparable inconveniente de la peña tajada a plomo que forma el borde es-
carpado de la Loma de la punta. Esta peña habria que atravesarla, poco mas o ménos,
en el punto en que nosotros estuvimos suspendidos sob1·e el abismo, aganándonos de
los bejucos i egpinos que nacen entre las breñas a 500 metros debajo de su cima i a
216 sobt·e el ·va ll ecito que se estiende al pié.
Para nosotros, con nuestros recursos, no hai mas. que dos líneas de camino carre-
tero al Magdalena; la de la Guayacana o Jirardot i la del contrafuerte de la conhllera
que desciende del Roble en direccion perpendicular al puerto de Chaguaní; pero aten-
dido el costo de la via, los puelltes i obras de arte que habría que ejecutar i ~obre todo
la lonjitud del camino i las desventajas para servir a la comunicaciou del ba¡o Magda-
lena, que tendría la primera, no hai mas que una, la del descenso por todo el contra-
fuerte por donde ahora ~e ha trazado. . . . .
Esta linea ha sido reconicla i examinada incesantemente por vanos m¡em~ros
desde el mes de febrero; lo ha sido por el señor Liévano que la indicó_ en~re las vanan-
tes que presentó a la consideracion de la Junta; ha sido concienzuda 1 cutdadosame~te
recorrida por mí en toda su estension desde el Roble has! a el Magdalena en ,vanas
ocasiones i declarada practicable por el injeniero señor Nepomuceno Gouzález Vasquez
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que ha aceptado el cargo de director de la obra del camino. La junta no espera, pam
principiar con toda actividad los trabajos, mas que la autorizacion que le debe dar la
comision permanente, en vista de los fondos que para la obra destine la Asamblea
lejislativa.