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¿Sigue siendo tan importante la agricultura hoy en día como siempre lo ha sido? Las estadísticas de
la FAO revelan que en los albores del nuevo milenio 2 570 millones de personas dependen de la
agricultura, la caza, la pesca o la silvicultura para su subsistencia, incluidas las que se dedican
activamente a esas tareas y sus familiares a cargo sin trabajo. Representan el 42 por ciento de la
humanidad. La agricultura impulsa la economía de la mayoría de los países en desarrollo. En los
países industrializados, tan sólo las exportaciones agrícolas ascendieron aproximadamente a 290
000 millones de dólares EE.UU. en 2001. Históricamente, muy pocos países han experimentado un
rápido crecimiento económico y una reducción de la pobreza que no hayan estado precedidos o
acompañados del crecimiento agrícola.
Pero quizás la aportación más significativa de la agricultura sea que, para más de 850 millones de
personas subnutridas, la mayoría de ellas en las zonas rurales, constituye un medio para salir del
hambre. Sólo cuentan con un acceso seguro a los alimentos si los producen ellos mismos o tienen
dinero para comprarlos. El sector que ofrece más posibilidades de ganar dinero en las zonas rurales
es un sector floreciente de la alimentación y la agricultura.
Muchas iniciativas internacionales y redes de la sociedad civil, como la Alianza Internacional contra
el Hambre, sirven de foro para que personas de diferentes culturas se reúnan y planeen medidas
para reducir el hambre. La campaña TeleFood de la FAO sensibiliza acerca del hambre mediante
manifestaciones culturales, como por ejemplo conciertos. El Día Mundial de la Alimentación brinda
una oportunidad a escala local, nacional e internacional para impulsar el diálogo y aumentar la
solidaridad
La ingeniosidad humana y cultural, una visión adecuada, las asociaciones y el apoyo -incluidos el de
la FAO y el de la comunidad internacional- pueden sin duda generar progresos en la consecución de
la seguridad alimentaria para todos.
De la biotecnología y la sabiduría
Cuando para la solución de un problema se aplican por igual la ciencia moderna y la cultura
tradicional, pueden conseguirse resultados impresionantes y duraderos.
Pongamos como ejemplo el caso de la oca, un tubérculo que constituye un alimento tradicional
y básico de 10 millones de personas que viven en los Andes. En el decenio de 1980, un
estudiante postgraduado de la Universidad Nacional de San Marcos de Lima (Perú), sirviéndose
de la biotecnología del cultivo de meristemas -tejido vegetal formado por células que se
multiplican activamente- y gracias a una pequeña beca de investigación, se propuso eliminar un
virus congénito que reducía el rendimiento del cultivo. Tomó un trozo de meristema y reprodujo
una planta entera sin virus. El rendimiento de los cultivos se duplicó.
Las medidas que se tomaron después fueron tan importantes como el adelanto científico. En
lugar de intentar vender su variedad de "superoca" a los agricultores pobres de los Andes, el
investigador reflexionó sobre la naturaleza y los usos de la oca en su contexto cultural. Había
conseguido suprimir el virus de una variedad, pero cada zona agroecológica tenía su propia
variedad, adaptada y seleccionada a lo largo de milenios para aclimatarse a la altitud, el clima y
el suelo de su zona y para resistir a las enfermedades y plagas locales. Lo que es más, cada
variedad se acomodaba a las necesidades y los gustos de la comunidad que la cultivaba.
Una variedad única de "superoca" no prosperaría en cualquier sitio. La acertada solución del
investigador consistió en recoger variedades de zonas diferentes, desarrollar versiones sin virus
en el laboratorio y devolver cada una de esas variedades a su lugar de origen. Dado que
normalmente las familias campesinas no vendían ese cultivo sino que lo destinaban a su
consumo o lo intercambiaban con vecinos de la zona, esta estrategia supuso una forma concreta
y económica de reducir la pobreza y mejorar la seguridad alimentaria.
En opinión del escritor alemán Günter Grass, la papa, gracias a que puede cultivarse de forma
rápida y barata, liberó a las masas del hambre, permitió que la clase obrera creciera más robusta
y que más personas que trabajaban en las granjas pudieran incorporarse a las fábricas del siglo
XIX. Las fábricas supusieron el desarrollo de una fuerte clase trabajadora que, a su juicio,
democratizó Europa.
Por otro lado, el impacto cultural de la papa en Irlanda generó controversia cuando se convirtió
en un alimento básico en el siglo XVIII. Si bien se elogiaba este cultivo por proteger a los pobres
del hambre, los críticos argumentaron que también había empobrecido a los irlandeses haciendo
aumentar la población de tres a ocho millones en menos de un siglo, lo que provocó un descenso
de los salarios. Algunos incluso criticaron a la papa como "mero" alimento, primitivo y carente de
toda resonancia cultural, frente al trigo, que debía cosecharse, trillarse, molerse, amasarse y
hornearse para obtener una hogaza de pan, con todas sus connotaciones de civilización y
simbolismo religioso.
La interdependencia de los recursos genéticos sigue siendo muy fuerte en todas las regiones y
países del mundo. El diálogo entre las diferentes culturas es necesario para mantener,
intercambiar y utilizar estos recursos y la información conexa con vistas a conseguir la seguridad
alimentaria y una agricultura sostenible, tanto hoy como en el futuro.
mportancia de la Agricultura
Desde tiempos ancestrales, gracias a la agricultura, pero sobre todo, a
través del dominio de las técnicas de cultivo del suelo para la obtención
controlada de vegetales, se encontró la solución para el abastecimiento
regular de los seres humanos, y con ello, la reducción de la mortalidad de
los mismos. De este modo, gracias al progreso social y económico que
supuso el suministro de alimentación, y posteriormente, el desarrollo del
comercio, se consiguió, por consiguiente, el impulso necesario para
el crecimiento económico de los países.
Por ello, como sostiene la OCDE, la agricultura es considerada como una
de las actividades económicas, sociales y ambientales más esenciales para
el ser humano. Como es conocido por todos, en primer lugar, la agricultura
nos provee de bienes naturales en forma de alimento, o de materias primas
para la industria textil; pero no sólo cumple estas funciones primarias. Las
actividades agrícolas además, tienen consecuencias ambientales, pues
construyen el paisaje y aportan ventajas medioambientales en la
conservación del suelo, preservando la biodiversidad y procurando una
gestión sostenible de los recursos naturales. Asimismo, supone unas de
las actividades económicas esenciales para el desarrollo económico de las
naciones, ya que fomentan el desarrollo económico y social de numerosas
zonas rurales.
La agricultura es, por tanto, una parte fundamental del sector económico
primario junto con la ganadería, y es una base importante para el
crecimiento de la economía de los países. En la actualidad millones de
personas se sustentan gracias a la agricultura, tal y como indican los últimos
informes elaborados por la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura, fomentando la seguridad alimentaria e
impulsando las economías de los países en vías de desarrollo.
Así, las políticas agrícolas, en todos sus ámbitos (nacional, regional o
internacional) se han convertido en herramientas imprescindibles para el
desarrollo de los países en general, aunque, sobre todo, para los países
menos desarrollados; pues son los medios más eficaces para la reducción
de la pobreza en estas áreas, siendo una fuente primaria de alimentos y de
empleo para la población de las mismas.
Características comunes
Todos los pueblos que practican este tipo de agricultura tienen un policultivo de subsistencia
que les proporciona todos los alimentos que consumen. En este tipo de agricultura es
fundamental la integración de la ganadería, que ocupa las tierras que quedan en barbecho.
En este modelo la propiedad del suelo, normalmente, es comunal, ya que todos participan
en la roza del bosque. Pero, también, hay propiedad privada, bien sea esta de la explotación,
que se trabaja temporalmente, o de la producción.
Esta es una agricultura que no proporciona excedentes, por lo que está en franco retroceso
ante el empuje de la agricultura capitalista. Sin embargo, exceptuando algunos casos, la
agricultura tradicional está afectada por la técnica y las modernizaciones propugnadas por
la revolución verde. La agricultura de secano comienza a reducir los barbechos: con la
utilización de abonos, los ciclos de cultivos y los regadíos. La introducción de cultivos
comerciales debilita el sistema tradicional, comprometiendo el equilibrio biológico del suelo y
Agricultura tradicional: tecnica de la
agricultura tradivcional
Agricultura tradicional: Sistema de producción basado en conocimientos y prácticas
indígenas, que han sido desarrollados a través de muchas generaciones.
English version
7 métodos de agricultura
sustentable para combatir
la hambruna del futuro
Frente a la escasez de comida, aprender las técnicas para mantener un
cultivo sano y suficiente serán habilidades básicas en el futuro.
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Está previsto que la población mundial alcanzará los 9.2 mil millones de
personas para el 2050. Si en 2012 la Organización Mundial de Alimentos
y Agricultura (The Food and Agricultural Organisation, FAO, por sus
siglas en inglés) estimó que una de cada ocho personas se van a dormir
con hambre, esta situación sólo puede agravarse en las condiciones
actuales. Y esto no es lo único de lo que nuestros nietos tendrán que
preocuparse.
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Una opción es el cultivo sustentable. Desarrollar junto con los agricultores
nuevas técnicas para producir comida sin agravar los costos al medio
ambiente es una opción. En sí misma, producir menos carne ayudaría a
reducir el impacto ambiental (al utilizar el grano para consumo del ganado
en otras formas de alimentación humana, así como invertir con mejor
eficiencia el agua y la tierra destinadas a su manutención): hoy en día
producir un kilo de carne cuesta en promedio unos 10 kg de alimento y
15,000 litros de agua.
2. Mantenimiento de la tierra
Métodos tradicionales como el arado aseguran que la tierra tenga
movimiento y que puedan aprovechar el aire. Los fertilizantes naturales
como el estiércol o los cultivos de cobertura, así como el uso de cenizas
de carbón natural también pueden mejorar la calidad de la tierra, y por
ende, la calidad del cultivo.
4. Variedades de cultivo
No es recomendable plantar siempre el mismo tiempo de semilla. Utilizar
distintas variedades de la misma especie asegura que la diferencia genética
produzca cultivos más fuertes. Las semillas transgénicas tratan de sustituir
este proceso que las semillas realizan por sí mismas a través del tiempo;
cabe decir que es mejor utilizar semillas no transgénicas.
7. Rotación de cultivo
Otra técnica milenaria para mantener la calidad del suelo y permitir que
los nutrientes vuelvan a estar disponibles para las siguientes siembras.
También puede ayudar a deshacerse de enfermedades o plagas que
afectaran a los cultivos anteriores.
[EcoStreet]