Está en la página 1de 7

El yelmo de lasalvación

Cuando recibimos al Señor, Él nos equipa para hacer su voluntad. Una de las
cosas que nos da es su armadura espiritual para pelear contra el diablo. Una de
las partes más importante de la armadura de Dios es el yelmo de la salvación, el
cual protege nuestra mente.

¿Qué es el yelmo de la salvación?

Antes de dar la definición de lo que es el yelmo de la salvación que trae


esperanza, primero debemos definir ¿que es la esperanza?. La palabra
esperanza significa una espectativa de nuestro futuro. Cuando Pablo habló
acerca de la armadura espiritual, la comparó con la armadura que usaban los
saldados romanos en aquellos tiempos.

¿Qué es el yelmo? . El yelmo romano era como un casco que cubria la cabeza
y parte de la nuca del soldado romano. Podemos tener una espada de doble filo,
el escudo de la fe y el resto de la armadura, pero si nuestra cabeza no esta
cubierta con el yelmo, ¡el enemigo nos puede destruir rápidamente con un solo
golpe!.

El yelmo es un componente crucial en la armadura que nos colocamos como


soldado de Cristo. Ponerse el yelmo de la salvación, tal como lo menciona la
palabra de Dios es tan sencillo como decir cubro mi mente con el yelmo de la
esperanza y la salvación por medio de Jesucristo ¿por qué?. Porque la salvación
de Dios nos trae esperanza, aun en medio de la peor crisis.

1. Como cristianos debemos recordar que somos soldados (II Ti. 2:3-4), que
estamos en una guerra espiritual (Efe. 6:12; II Cor. 10:3) y que como tales
debemos estar, todo el tiempo, vestidos de la armadura de Dios (Efe. 6:13).

1. Hacer un hábito de vestirnos con la armadura completa, que Dios nos


otorga a diario, nos ayudará definitivamente a mantenernos con una
actitud adecuada y sabia para nuestro crecimiento y seguridad como
cristianos.

1. Todas las piezas de la armadura de Dios son importantes, pero en esta


ocasión nos estaremos enfocando solamente en una de ellas – El Yelmo de
la Salvación.

1. El apóstol Pablo escribió: “Tomad también el yelmo de la salvación…” (Efe.


6:17). Con esto en mente, observemos lo siguiente:
I. ¿Qué Es El “Yelmo de la Salvación”?

A. El Yelmo de la Salvación y su significado.

1. La palabra Yelmo viene del término Griego


[περικεφαλαία – PerikefalaiaG4030] y significa literalmente “un casco.” Esta
palabra, metafóricamente, denota la protección del alma o la mente, la cual
consiste en la esperanza de la salvación (I Tes. 5:8). En otras palabras, el
yelmo de la salvación es la salvación que Dios, mediante su gracia, nos da y
que nosotros hemos escogido recibir.

2. El apóstol Pablo dice: “Tomad también el yelmo de la salvación…” La


palabra tomad en este versículo es diferente a la palabra que también se
traduce “tomad” en los versículos 13 y 16. En los versículos 13 y 16 la palabra
que se traduce tomad y significa “tomar o recoger algo y llevarlo consigo para
usarlo.” Y “tomad” en el versículo 17 viene del término significa “tomar, en el
sentido de ‘recibir’ o ‘aceptar’ algo.

II. ¿Por qué Es Importante El Yelmo de la Salvación?

A. La importancia del yelmo de la salvación.

1. El yelmo de la salvación es importante porque protege nuestra cabeza, el


lugar donde nuestros pensamientos residen.

2. En los tiempos antiguos, los soldados romanos usaban el yelmo para


proteger su cabeza de los golpes del enemigo. Ellos se aseguraban que el
yelmo siempre estuviera puesto en su lugar, para evitar recibir una lesión
mortal que les terminará quitando la vida.

3. Nosotros hemos recibido salvación (Efe. 6:17) y con ella la esperanza de


la vida eterna (I Tes. 5:8), pero si no cuidamos nuestras mentes, sino que
dejamos que el enemigo la llene de malos pensamientos, entonces vamos a
ser distraídos de tal manera que vamos a perder el enfoque que debemos tener
en nuestra salvación y vamos a empezar a entretener pensamientos que nos
van a llevar a perder la salvación que hemos recibido – o sea, el yelmo que nos
protege del enemigo.

4. Por lo tanto, para que el yelmo de la salvación pueda protegernos,


nosotros debemos ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor (Fil.
2:12) y mantener alejados, de nuestras mentes, los malos pensamientos.

III. ¿Por qué Es Importante Proteger Nuestros Pensamientos para


Mantener Fijo en Su Lugar el Yelmo de la Salvación?

A. La importancia de proteger los pensamientos para mantener fijo en su


lugar el yelmo de la salvación.

1. Es importante proteger nuestros pensamientos porque ellos forman


nuestra personalidad (Prov. 4:23; 23:7).

2. Es importante proteger nuestros pensamientos porque tarde o temprano


ellos saldrán a relucir en nuestras palabras y nuestro comportamiento (Mat.
15:18-20; cf. Luc. 6:45).

3. Es importante proteger nuestros pensamientos, ya que estamos en una


batalla espiritual donde el campo de batalla es nuestra mente. Satanás,
nuestro enemigo, sabe que si él puede ganar en el área de nuestros
pensamientos, nos tiene cautivos. No obstante, recordemos que podemos
tomar control y rechazar en el Nombre de Jesús todo pensamiento que nos va
a ensuciar (Fil. 4:13). A lo mejor hemos oído el dicho: “No puedes evitar que
un pájaro vuele sobre tu cabeza pero si puedes evitar que haga nido allí en
ella.” Este dicho nos enseña que tenemos la opción de cultivar malos
pensamientos o no cultivarlos. Pero recordemos, Satanás no nos puede
obligar a guardar malos pensamientos en nuestras mentes.
4. Y, es importante proteger nuestros pensamientos porque ellos
determinarán nuestro destino final. Dice un viejo proverbio: “Siembra un
pensamiento y cosecharás una acción. Siembra una acción y cosecharás un
hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y
cosecharás una vida. Siembra una vida y cosecharás un destino.”

5. Por lo tanto, para mantener el yelmo de la salvación (i.e. nuestra


salvación) fijo en su lugar, y no perderlo, debemos cuidar nuestros
pensamientos.

IV. ¿Qué Tipo de Pensamientos Deben Ser Reemplazados Para No


Perder El Yelmo de Nuestra Salvación?

A. Debemos reemplazar los pensamientos de desesperación y derrota por


los del objetivo de servir a Dios obedeciendo a Cristo sin importar las
circunstancias.

1. Debido a que estamos en una guerra espiritual, van a haber momentos


en que la batalla va a ejercer tal presión que vamos a llegar al punto de
desesperarnos y darnos por vencidos (II Cor. 1:8).

2. Sin embargo, nosotros no debemos dejar que ese tipo de pensamiento


nos despoje de nuestro yelmo de la salvación; sino al contrario, debemos
recordar con certeza y depositar nuestra confianza en que Dios, de ante mano,
ya nos ha concedido la victoria en Cristo (I Cor. 15:57) y que por medio de Él,
nosotros podemos lograrlo todo (Fil. 4:13) y ser mas que vencedores (Rom.
8:37).

3. Por lo tanto, no nos dejemos vencer por este tipo de pensamientos.

B. Debemos reemplazar los pensamientos de odio y envidia por


pensamientos que reflejen amor y generosidad.
1. El odio y la envidia son obras de la carne (Gál. 5:19-21) de los cuales
debemos despojarnos si queremos crecer para salvación (I Ped. 2:1-2).

2. Entretener este tipo de pensamientos nos va a llevar a hacerle daño a


las personas que amamos; y no solamente eso, sino que estaremos
dañándonos a nosotros mismos porque el yelmo de la salvación ya no va a
estar con nosotros.

3. Además, recordemos que el odio y la envidia fueron algunos de los


muchos pecados que crucificaron a Jesús (Juan 15:25; Mat. 27:18; Mrc. 15:10).

4. Por lo tanto, evitemos este tipo de pensamientos.

C. Debemos reemplazar los pensamientos de cobardía por el de entereza y


convicción.

1. La cobardía nos impide cumplir con la voluntad de Dios. Es por eso que
este tipo de pensamientos van a condenar aquellos que los cultivan (Apoc.
21:8).

2. Para nosotros poder evitar ser condenados, debemos tener presente en


nuestras mentes que Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio (II Ti. 1:7).

3. Por lo tanto, seamos fuertes y valientes por la causa de Cristo (I Cor.


16:13; Efe. 6:10; II Ti. 4:6-8).

V. ¿Qué Tipo de Pensamientos Debemos Cultivar Para No Perder


El Yelmo de la Salvación?

A. Debemos cultivar pensamientos que reflejen verdades bíblicas, o


principios cristianos verdaderos (Fil. 4:8).
1. Los pensamientos verdaderos son aquellos que están relacionados con la
verdad. La mentira nunca debe formar parte de nuestros pensamientos ya que
esta nos puede condenar (Apoc. 21:8).

2. Permitamos que nuestro pensar y hablar cotidiano deje translucir nuestra


luz como hijos de Dios (Prov. 23:23; Efe. 4:15, 25; cf. Jn. 8:40; 14:6).

B. Debemos cultivar pensamientos dignos (Fil. 4:8).

1. Los pensamientos dignos son aquellos que son honestos, serios y sobrios
en acciones (Rom. 12:17; II Cor. 8:21; I Tes. 4:12).

C. Debemos cultivar pensamientos justos (Fil. 4:8).

1. Los pensamientos justos son aquellos que tienen que ver con la justicia,
especialmente en el trato que le damos a otros (Deum. 16:20; Salmo 82; Prov.
11:1; 20:7).

D. Debemos cultivar pensamientos puros (Fil. 4:8).

1. Los pensamientos puros son aquellos que nos mantienen espiritualmente


castos delante de Dios (I Cor. 6:18; 10:8; Efe. 5:3-4; Col. 3:5; I Tes. 4:3-5).

E. Debemos cultivar pensamientos amables (Fil. 4:8).

1. Los pensamientos amables son aquellos que tienen que ver con la
amabilidad y el amor que nosotros debemos tener los unos con los otros (Jn.
13:34-35; Efe. 4:32).

F. Debemos cultivar pensamientos honorables (Fil. 4:8).

1. Los pensamientos honorables son aquellos que tienen que ver con lo que
es de buen nombre; por lo tanto si saturamos nuestros pensamientos con la
verdad, nuestras acciones reflejaran su esencia y sin duda nuestra reputación
dará honra a nuestro Dios, siendo reconocidos al mismo tiempo como personas
de andar cristiano (Prov. 22:1; Ecl. 7:1; Mat. 5:13-16; cf. I Ped. 2:12).

2. Por lo tanto, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en eso
meditemos.
Conclusión:

1. Satanás siempre está activo y anda como león rugiente buscando a quien
devorar (I Ped. 5:8).

1. Por lo tanto, es imperativo que mantengamos el yelmo de la salvación como


una constante en nuestro diario pensar, el cual nos ayudará a
desarraigarnos de todo mal pensar y poder así conseguir obediencia
completa a Cristo (II Cor. 10:3-6).

1. Nuestras peticiones, en nuestras oraciones diarias, deben ser sabias,


humildes y con un carácter sumiso como la oración del salmista David en
Salmo 139:23-24, “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y
conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y
guíame en el camino eterno.” (RV1960)

1. ¡Que Dios nos ayude a mantener siempre puestos el yelmo de la salvación!

También podría gustarte