Está en la página 1de 14

¿Cómo pudo Madoff estafar a ricos y

grandes de la banca?
Actualizado martes 16/12/2008 15:19

Bernard Madoff. (Foto: Reuters)

J. A. NAVAS | J. G. GALLEGO

MADRID.- La increíble estafa piramidal de Bernard Madoff ha salpicado a gigantes de la banca


mundial, que han reconocido ya pérdidas propias o de sus clientes que alcanzan unos 10.000
millones de euros debido a su exposición a los productos del ex presidente del Nasdaq.

En España, las entidades españolas han gestionado o invertido unos 3.000 millones de euros -
con el Santander a la cabeza- en instrumentos financieros afectados por la estafa cometida por la
firma de Madoff, que podría ascender globalmente a alrededor de 37.400 millones.

Las grandes dudas suscitadas ante este fraude son cómo pudo pasar desapercibido a grandes
entidades financieras y a los reguladores durante más de 40 años. Aunque la investigación será la
que aporte luz al caso, con los datos actuales, éstas son algunas claves para entender el fraude:

 ¿Qué es una estafa piramidal?. Es un tipo de fraude que consiste en pagar las
rentabilidades prometidas con el dinero que va entrando de nuevos clientes del fondo de inversión.
La representación gráfica sería como una pirámide invertida, de tal modo que en la base se
encuentra el primer inversor y éste va recibiendo plusvalías de los nuevos accionistas que entran.
El problema es que si dejan de entrar nuevos clientes, la pirámide se derrumba. Es un sistema de
fraude que ya tiene más de 100 años.

 ¿Cómo funcionaba el fraude de Madoff?. Su 'tapadera' era la sociedad que fundó en


1960 con el nombre de Madoff Investment Securities y que servía para captar las inversiones de
personas adineradas. Oficialmente, Madoff invertía ese capital en acciones de grandes compañías
y opciones de compra de esos títulos. Ofrecía altas rentabilidades -entre 10-12%-, que nunca se
veían afectadas por los vaivenes de los mercados, algo muy inusual. La realidad es que invertía
sólo una pequeña parte de esos fondos y la mayor se utilizaba para pagar a los antiguos clientes.
 ¿Cómo captaba nuevos clientes?. Debido principalmente a dos motivos. Por un lado, la
mencionada alta rentabilidad -de hasta el 12% anual-. En segundo lugar, por su prestigio y el aura
de exclusividad que otorgó a su sociedad. Madoff fue presidente del consejo de administración del
índice Nasdaq de EEUU, uno de los más importantes del mundo, lo que le daba credibilidad.
Además, reclutaba a sus clientes en clubes exclusivos, como el Palm Beach de Florida, y su
reputación creció entre estas personas ricas hasta llegar incluso a grandes de la banca
internacional.

 ¿Qué vehículos de inversión utilizaba Madoff?. Principalmente, los 'hedge funds', es


decir, fondos de inversión libre que se caracterizan por una laxa regulación, capacidad para aplicar
estrategias arriesgadas y la búsqueda de altas rentabilidades en cualquier situación de mercado.
Teóricamente los 'hedge fund' están limitados a grandes inversores, ya que requieren un
patrimonio mínimo muy elevado.

 ¿Cómo se desmoronó la pirámide?. La crisis financiera provocó que entraran cada vez
menos clientes y Madoff tenía que hacer frente a los pagos de los inversores que querían
recuperar su capital, un dinero que ya se había evaporado en el pago a otros que se fueron antes.

 ¿Por qué no lo descubrió el regulador del mercado?. Ésa es la gran duda y lo cierto es
que el fraude deja en entredicho el sistema regulatorio de EEUU. El patrimonio de Madoff bajo su
gestión era oficialmente de 17.000 millones de dólares, aunque en realidad estaba moviendo
cantidades que pueden superar los 50.000 millones. Esto quiere decir que una parte del dinero
nuevo que entraba en el fondo se invertía directamente en la cartera, pero otra parte se desviaba a
pagar rentabilidades a los accionistas. La SEC ha alegado que Madoff fue muy inteligente al
rechazar facilitar a sus clientes acceso a sus cuentas por Internet. Según 'Washington Post',
enviaba los informes por correo ordinario, mientras que la mayoría de los 'hedge fund' lo hacen por
e-mail para facilitar su análisis.

 ¿Operan los 'hedge fund' en España?. Esta industria está sometida a una estricta
regulación por la CNMV y apenas está desarrollada en comparación con otros países. Actualmente
hay 24 fondos de inversión libre registrados en España, aunque existen otros 40 fondos de fondos.
Estos vehículos captan dinero de los inversores y los distribuyen en otros 'hedge fund'
internacionales.

 ¿Cómo se extendió el fraude entre la banca?. Principalmente, mediante la inversión del


dinero de sus clientes en la sociedad a través de sociedades y gestoras de grandes patrimonios.
Por ejemplo, el Santander invirtió más de 2.300 millones de sus clientes en la sociedad de Madoff
a través de Optimal, un fondo que invierte en otros fondos. Otros bancos también invirtieron parte
de su propia tesorería en la sociedad de Madoff.
 ¿Corren peligro las inversiones de los pequeños ahorradores?. No, porque los 'hedge
fund' no son accesibles a ellos, ya que muchos requieren una inversión mínima muy elevada.
Además, en el caso de Madoff la inversión en esos fondos era prácticamente por invitación.

http://www.elmundo.es/mundodinero/2008/12/16/economia/1229435860.html

El caso Madoff: ¿Quién era? ¿Cómo maquinó su estafa? ¿Por qué nadie lo detectó?

enero 21, 2009 por analisisglobal

Bernard L. Madoff, ex-presidente de Nasdaq y uno de los inversores más activos de los últimos 50
años y considerado el gestor favorito de los ricos de Florida y Manhattan, gestor “único” de una
de las mayores estafas financieras (junto con el conocido caso Enron) fue detenido por el FBI tras
confesar que su negocio era un “esquema Ponzi gigante” que habría causado pérdidas de 50.000
millones de $ (aproximadamente 37.500 millones de €) a clientes. Un esquema Ponzi es un fraude
piramidal: la rentabilidad prometida se paga con el dinero ingresado mediante la entrada de
nuevos clientes.

Madoff era propietario de Madoff Investment Securities (BMIS) asesoramiento e intermediación


bursátil. Desde su creación por Madoff en 1960, BMIS ha llevado a cabo el comercio y el mercado
de las actividades de los agentes-corredores, bancos e instituciones financieras. En las dos últimas
décadas, Madoff, además se ha especializado en operar con acciones, crear mercados y aconsejar
a inversores acaudalados, instituciones, escuelas y organizaciones benéficas.

¿Cómo Madoff conseguía vender humo?


Decía usar una estrategia de inversión conocida como split strike conversión, que consiste en
comprar acciones de grandes compañías y opciones de compra y venta de esos mismos títulos. De
este modo es posible ganar dinero tanto en mercados en alza como en mercados a la baja.

Este sistema no era nuevo para la banca de inversión, pero Madoff, a través de su firma Fairfield
Greenwich Group, que tiene también una oficina en Madrid, ofrecía rentabilidades garantizadas
entre el 8% y el 12%, pasase lo que pasase en Bolsa. El producto atractivo unido a la reputación de
la que gozaba Madoff y el hecho de haber sido presidente del consejo de administración del
índice Nasdaq de EE UU (uno de los más importantes del mundo y del cual fue uno de los
fundadores), y a su imagen de exclusividad, hizo que el humo que Madoff vendía fuese corriendo
de boca en boca entre los grandes millonarios y entre la gran banca de inversión.

Nota: “Beneficios seguros con bajo riesgo y prestigioso inversor = ESTAFA”

Madoff en lugar de utilizar la mencionada técnica de inversión, lo que hacía realmente era ir
levantando su pirámide financiera. Cuando BMIS recibía nuevos fondos, en vez de reinvertirlos
como prometía en las acciones de grandes compañías o en las opciones de compra, invertía sólo
una mínima parte y dedicaba el resto a pagar a los inversores iníciales las rentabilidades
acordadas.

Madoff además de captar fondos directamente también conseguía a través de sociedades


gestoras de grandes patrimonios y a través de fondos como el fondo “Optimal” ofrecido por el
Grupo Santander (alrededor de US$ 3 mil millones que se invirtieron en BMIS), fundos ofrecidos
por Banco Safra y (3) fondos ofrecidos por Fairfield Greenwich Group (alrededor de US$ 7 mil
millones que se invirtieron en BMIS).

Como no podría ser de otra manera, España ha sido el país mas afectado, después de EEUU, por
este escándalo de fraude piramidal de Madoff. Parece que no aprendemos, aún cuando tenemos
tan reciente el escándalo de Afinsa cuya estafa seguía un sistema piramidal similar al de Madoff.

Las entidades mas afectadas en esta trama han sido los dos grandes bancos a través de su banca
de inversión. El Santander colocó unos 2.320 millones de euros, de los cueles 2.010 corresponden
a la banca privada internacional de América Latina. El BBVA invirtió unos 400 millones de euros,
operación que puede suponer unas pérdidas de 300 millones equivalentes al 5% de su beneficio
en 2007.
¿Cómo Madoff conseguía superar las inspecciones los organismos reguladores?

80567422

Resulta increíble como entre la SEC, el FBI, auditores y agencias de rating alguien pueda estar
cometiendo fraude durante 20 años y nadie se de cuenta hasta que se encuentran con un agujero
distribuido por varios países de 50.000 millones de dólares. Si añadimos a esta estafa sin
precedentes todo lo relacionado con las subprime, hay muchos más motivos para buscar cabezas.
Tarjeta roja para todos ellos.

Madoff fue investigado en 1992 por la SEC sin descubrir nada ilegal. En 1999 varias empresas
denunciaron a la firma de Madoff, pero tampoco esta vez se hizo nada contra ésta. Como tampoco
sirvieron de mucho los reportajes que se publicaron en los años 2000 y 2001 en contra de los
métodos del gestor.

Pero una de las razones más importantes de que el fraude no fuese detectado, a pesar del
escepticismo que reinaba entre los profesionales del sector, es que sus clientes no estaban
interesados en investigar. Se fiaran o no de él, la rentabilidad que les ofrecía por su dinero era
demasiado tentadora, un 8%, y el hecho de que Madoff gestionara sus inversiones era un símbolo
de prestigio.

Se cree, que es posible que el fondo de Madoff no haya realizado una sola operación, sugiriendo
que los detallados comunicados, en los que Madoff detallaba las operaciones realizadas por su
gestora de acciones y que recibían cada mes los inversores, podrían haber sido un elaborado
espejismo del multimillonario fraude. También mostraba transacciones en el Fondo Fidelity
Investments’ Spartan. Pero Fidelity, el mayor fondo mutuo del mundo, no tiene constancia de que
Madoff o su empresa hicieran ninguna inversión en sus fondos.

¿Por qué se cayó la pirámide?

Irónicamente Bernard Madoff puede considerarse una víctima más de la crisis económica y
financiera que azota la economía global. Por un lado, muchos inversores empezaron a reclamar su
dinero al llegar la época de vacas flacas. Por otro, la crisis hizo que cada vez fuese más difícil
convencer a nuevos clientes para que invirtiesen en el mercado financiero, ya fuese a través de
Madoff o de cualquier otro gestor. Empezó a fallar así la condición fundamental para que la
pirámide se mantenga. Si no entran clientes nuevos, no hay con qué pagar a los viejos y los
cimientos de la pirámide se tambalean destapando una de las mayores estafas financieras de la
historia.

https://analisisglobal.wordpress.com/2009/01/21/el-caso-madoff-%C2%BFquien-era-
%C2%BFcomo-maquino-su-estafa-%C2%BFpor-que-nadie-lo-detecto/
Hace diez días el agente del FBI Theodore Cacioppi llamó a un apartamento
de Manhattan. Sabía que la persona que estaba al otro lado de la puerta no
sólo era el hombre que modernizó la Bolsa de Nueva York y consiguió que
los intermediarios cambiaran el teléfono por el ordenador, con lo que las
operaciones empezaron a cerrarse en segundos en vez de minutos y se
podía ganar más dinero en menos tiempo.

No sólo había sido el presidente del Nasdaq, el mercado electrónico de


acciones de EE UU. Ahora era el director de una empresa que se dedicaba
a la intermediación bursátil y de otra, Bernard Madoff Investment Securities,
que asesoraba a grandes inversores particulares y a gestoras de fondos. Su
empresa ostentaba el récord de haber pagado beneficios superiores al 8%
anual durante 72 meses consecutivos.

Era un buen donante del Partido Demócrata y un generoso


filántropo

Confesó al FBI que el fraude puede alcanzar los 50.000 millones de


dólares

No logró engañar a algunos inversores, que supieron retirarse a


tiempo

Vive bajo arresto domiciliario y permanece en casa toda la noche

Entre los afectados hay docenas de entidades y miles de


pensionistas
MÁS INFORMACIÓN
 Ruth Maddoff deberá justificar cualquier gasto superior a 100 dólares
 ¿Pero dónde estaba el supervisor?
 Traición en Palm Beach
 Un grupo de ladrones da una lección a Madoff
 La lista de afectados del caso Madoff incluye varias sociedades españolas
 La mujer de Madoff sacó 15,5 millones de una cuenta poco antes del arresto de su marido
 Descubierto un supuesto fraude masivo de 8.000 millones de dólares en EE UU
 ¿Quién quiere las entradas de Madoff?
 El Santander pagará 168 millones a sus clientes en EE UU estafados por Madoff
 "Sentencie a ese monstruo llamado Madoff con el castigo más severo"
Bernard Madoff era, a sus 70 años, un sabio de Wall Street. Pero además,
era un buen donante de las campañas electorales del Partido Demócrata y
un generoso filántropo. Junto a su esposa, Ruth, dirigía la Fundación
Madoff, que el año pasado donó 19 millones de dólares al grupo voluntario
Kav Lachayim para que trabajase en escuelas y hospitales de Israel.

Él agente sabía todo eso y Bernard Madoff sabía a qué venía Cacioppi.
Según consta en la denuncia por fraude masivo presentada por el
investigador del FBI, una vez que el magnate les invitó a pasar a su casa el
agente le advirtió:

-Estamos aquí para averiguar si hay una explicación inocente.

Y Madoff le contestó:

-No hay ninguna explicación inocente.

Madoff había empezado a juntar sus primeros ahorros como socorrista en


las playas neoyorquinas de Long Island mientras estudiaba Derecho. A los
30 años, sin haber terminado la carrera y con 5.000 dólares en el bolsillo,
fundó la empresa que llevaría siempre su nombre. Diez años después
incorporó a su hermano Peter al negocio. Y después llegarían sus dos hijos
y una nieta abogada.

El jueves 11 de diciembre, frente al agente Cacioppi, el gran sabio de las


finanzas reconoció que durante 40 años tuvo a todo el mundo engañado.
Que montó su empresa con un esquema fraudulento, que había cometido
una estafa por valor de 50.000 millones de dólares (37.470 millones de
euros) y que estaba arruinado y dispuesto a ir a la cárcel.

El agente había hablado dos días antes con dos directivos de su empresa.
Ellos le contaron cómo a primeros de diciembre Madoff los llamó a su
despacho para decirles que se veía obligado a devolver a ciertos inversores
unos 7.000 millones de dólares y tenía dificultades para hacerlo. Los
ejecutivos creían hasta ese momento que la empresa de Madoff disponía de
una liquidez de entre 8.000 y 15.000 millones de dólares para responder a
cualquier emergencia.

El martes nueve de diciembre Madoff los llamó de nuevo para comentarles


algo aparentemente contradictorio con esa falta de liquidez: quería
adelantar a diciembre la paga de los bonos que la compañía pagaba a sus
trabajadores en febrero. ¿Por qué? Madoff les advirtió de que no le era
posible abordar el asunto en la oficina y los invitó a su apartamento en
Manhattan. Una vez allí, el jefe se quitó la careta. Les dijo que su negocio
de asesoría financiera era "un fraude", que no tenía "absolutamente nada"
de dinero y que antes de entregarse a la policía quería repartir los 200 o 300
millones de dólares que le quedaban entre empleados y familiares. Todo
había sido "una gran mentira" sostenida durante cuarenta años sobre un
"gigantesco esquema de Ponzi".

El inmigrante de origen italiano Carlo Ponzi (1882-1949) logró ingresar en


los manuales de economía cuando en 1919 arruinó a 20.000 personas en
Estados Unidos, a las que robó nueve millones de dólares. Ponzi se hizo
millonario devolviéndole a algunos clientes el doble de lo invertido en sólo
90 días; eso sí, pagaba con el dinero de otros miles de clientes a los que
nunca devolvió nada. En ese sistema, los últimos que llegan son los que
están condenados a perder todos sus ahorros. Y los que llegan primero y
saben retirarse a tiempo ganan un dinero fácil. Pero el sistema es ilegal,
está basado en el engaño. A diferencia del fraude piramidal, en la estafa
Ponzi es sólo una persona la que mantiene contacto directo con los
inversores, mientras que en la pirámide la víctima también se convierte en
estafador.

"Madoff fue más listo que Ponzi", indica un economista afincado en Estados
Unidos, "porque él no prometía intereses del 30% ni del 40%, y mucho
menos del 100% en tres meses, como Ponzi. Sus fondos de inversión
daban unos beneficios de entre el 10% y el 15% al año, lo cual es algo
extraordinariamente bueno, pero no escandalosamente bueno. Y aunque
lloviese o nevase fuera, él aseguraba ganancias cada mes".

"El alza de la Bolsa y de la vivienda ha permitido todos estos años atrás


ocultar muchos errores de gestión", explica el consultor financiero de
Washington Isaac Cohen, de 68 años. "El dinero que ingresaba Madoff lo
usaba para pagar a algunos de sus clientes. Y cuando dejó de entrar dinero
se cayó la escalera. Se quedó sin ingresos para cubrir con las obligaciones".

Tras oír la confesión del jefe, los dos directivos, que en la denuncia del
agente Cacioppi aparecen citados como "empleado senior número uno" y
"empleado senior número dos", delataron a su jefe. En realidad, los
empleados de Madoff eran sus hijos Andrew, de 42 años, y Mark, de 44.
Ambos aseguran haber invertido varios millones de dólares en la empresa
del padre y desde aquella conversación le retiraron la palabra, según
fuentes citadas por la agencia Bloomberg. La policía no ha emprendido
acciones contra ellos, pero sí contra Ruth, la esposa de Madoff, por
supuesta connivencia en los desfalcos.
Madoff confesó al agente Cacioppi que el fraude podría alcanzar los 50.000
millones de dólares. También le dijo que estaba arruinado. "Pero yo no me
puedo creer que 50.000 millones se puedan haber esfumado así como así.
Madoff debe haber comprado algo y algún dinero se recuperará", indica
Arturo Porzecanski, de 59 años, profesor de finanzas internacionales de la
American University, en Washington, quien trabajó durante 30 años en
instituciones de Wall Street.

Lo cierto es que no se conoce ni cuánto dinero robó Madoff ni a cuánta


gente. La Securities Investor Protection Corporation (SIPC), el organismo
que tratará de recuperar el capital de los inversores, ha advertido que se
puede tardar hasta seis meses en aclarar las cuentas de Madoff. Hay miles
de pensionistas adinerados y docenas de entidades financieras entre los
afectados. El Banco Santander ha sido uno de los más perjudicados. La
imagen de sus sucursales con su logotipo rojo se han mostrado a menudo
en los informativos de los principales canales de televisión en Estados
Unidos.

No había transcurrido ni medio año desde que la revista Euromoney otorgara


en junio al Santander el premio al mejor banco del mundo. Su presidente,
Emilio Botín, envió a la ceremonia celebrada en Londres ante los
representantes de las principales entidades financieras británicas un
discurso pronunciado en inglés. Sus palabras resultaron premonitorias en
verano y se han vuelto contra él en invierno: "Como ustedes saben, el
Banco Santander es una de las pocas entidades financieras que ha
atravesado exitosamente las turbulencias financieras del año pasado sin
que se viera afectado por los productos tóxicos. Ustedes pueden
preguntarse cómo fue eso posible. Bien, déjenme explicárselo: Si no
entiendes completamente un producto, no lo compres; si no comprarías un
producto para ti mismo, no lo vendas; y si no conoces a tus clientes muy
bien, no les prestes dinero. Si haces estas tres cosas serás un mejor
banquero, hijo mío".

El banco Santander pareció seguir bien la primera máxima (si no entiendes


completamente un producto, no lo compres), porque apenas invirtió 17
millones de euros en la empresa de Madoff, pero desatendió el segundo
precepto (no vendas lo que no comprarías para ti), porque invirtió 2.300
millones con el dinero de sus clientes.

Entre los miles de afectados se encuentra Alicia Koplowitz, una de las


mujeres más ricas de España, quien ha podido perder unos 10 millones de
euros, y el empresario Juan Abelló. Entre las firmas españolas que
invirtieron en Madoff destacan M&B Capital Advisers, de Javier Botín (hijo
de Emilio) y Guillermo Morenés (marido de Ana Patricia Botín, hija del
presidente del Santander); el BBVA y el propio Santander a través de
Optimal, su gestora de hedge funds.

Otras víctimas son el asesor financiero de los famosos de Hollywood,


Gerald Breslauer, quien a su vez invirtió dinero del director Steven
Spielberg, y entidades humanitarias, además de otros bancos como el
británico HSBC, con casi 750 millones de euros, o el BNP, el mayor banco
francés por valor de mercado, con unas potenciales pérdidas de 350
millones de euros.

Hay periodistas judíos que han lamentado el daño que Madoff ha infligido a
su pueblo y han recordado que entre los estafados también hay
organizaciones benéficas judías.

Después del descalabro surge la pregunta: ¿Cómo pudo engañar a Bernard


L. Madoff durante casi 40 años a todo el mundo? ¿A sus dos hijos, a su
hermano Peter, a PwC, KPMG y Ernst & Young, tres de las cuatro mayores
auditoras del mundo, a medios como The Wall Street Journal, bancos como el
Santander, a la comisión de valores de EE UU (Securities and Exchange
Commission, SEC), en cuya plantilla de 3.000 empleados hay 400 técnicos
cuya misión es precisamente velar para que no se perpetren fraudes cómo
éste? Hubo periodistas especializados en hedge funds, como Michel Ocrant,
que en 2001 entrevistó durante varias horas a Madoff porque tenía ligeras
sospechas sobre su negocio. Y lo vio tan sereno y seguro de sí mismo que
salió convencido de que Madoff, sencillamente, había dado con una gran
fórmula de hacer dinero.

Es verdad que Madoff poseía una gran capacidad de convicción. Para meter
la mano en los bolsillos mejor protegidos del mundo tuvo que limarse bien
las uñas. Madoff transmitía riqueza, pero no excesiva ostentación.
Seguridad, pero no codicia. Cada vez que visitaba su barbería predilecta en
la avenida Worth de Palm Beach (Florida) se gastaba el equivalente a 15
euros en manicura, 45 en el corte de pelo y 27 en el afeitado. Vive en un
piso que compró en 1990 a diez manzanas de su oficina por 3,3 millones de
dólares; tiene otra casa frente a las playas de Long Island, donde solía
invitar a sus empleados, y es propietario también de una vivienda valorada
en 21 millones de dólares junto a las canchas de golf del Palm Beach
Country Club. Y posee un yate de 16 metros de largo que compró en 1977
por 462.000 dólares. En definitiva, tres casas, un yate y el abono de socio a
unos selectos clubes de golf, donde solía jugar junto a su esposa.
"Todos los tramposos son simpáticos. Y él lo era hasta el punto de que iba a
los funerales de sus inversores", explica el consultor Isaac Cohen. Es
verdad que el aura de triunfador ayuda a convencer a los demás, pero no
basta para explicar por qué cayeron tan ingenuamente en sus redes
tantísimos expertos financieros. ¿Cómo pudo, entonces, engañar a todos?
En la pregunta está la trampa. Se trata de uno de los mayores fraudes
financieros de la historia, si no el mayor. Pero Madoff no engañó a todos.

Hubo alguna entidad, como la francesa Société Générale, que cumplió con
su deber de supervisar el lugar donde pensaba invertir el dinero de sus
clientes. Hace cinco años, cuando todo lo que rodeaba a Madoff olía a
prestigio y solvencia, un equipo del banco acudió a la oficina de Manhattan
para efectuar una supervisión rutinaria. Y vieron que los números no
cuadraban. Lo mismo ocurrió con Aksia, una empresa neoyorquina
especializada en asesorar sobre fondos de inversión. La gente de Aksia,
tras 18 meses de inspecciones, averiguaron el año pasado que la
contabilidad de la empresa de Madoff la llevaba la compañía Frieshling &
Horowitz. Y detrás esa empresa sólo había tres personas. Una de ellas
tenía 78 años y vive en Florida y la otra era una secretaria.

Además, hubo gente como el financiero Harry Markopolos, de Boston, que


trabajaba en una empresa rival y venía remitiendo cartas a la SEC ¡desde
1999! en las que denunciaba que Madoff estaba actuando ilegalmente con
un sistema Ponzi. "Yo fui el chico que gritó que viene el lobo", declaró
Markopolos esta semana. A Markopolos le espolearon sus jefes para que
consiguiera los mismo resultados que Madoff.

Pero era imposible. No disponía de pruebas corroborables, pero escribió en


el año 2000 una carta que comenzaba diciendo: "Soy un idiota por hacerles
perder el tiempo" y en las que pedía que se investigara a Madoff. La carta
llegó a Edward Manion, un empleado de la SEC en Boston, que le confió
por teléfono: "Esto parece serio". Al año siguiente, la investigación de la
SEC en Boston pasó a Nueva York. Pero Manion pidió a Markopolos que
siguiera remitiendo informes a la sede central de la SEC. Y así lo hizo
durante ocho años.

Por fin, en junio de 2006, la SEC abrió fin una investigación sobre Madoff.
Ese mismo año, Eric Swanson, un funcionario de la SEC de nivel medio,
conoció a Shana Madoff, una nieta del financiero que trabaja como abogada
en la empresa de Madoff. Swanson dejó su puesto en la SEC y se casó el
año pasado con Shana. En noviembre de 2007 la SEC concluyó su
investigación afirmando que no había evidencia de fraude en la empresa de
Madoff. Hay quien se pregunta si en la actitud de la SEC influyó en algo la
relación del funcionario Eric Swanson con la nieta de Madoff. Puede incluso
que alguien de la SEC cobrara no ya por mirar hacia otro lado -cosa que era
imposible puesto que la investigación tenía como objetivo descubrir se
había producido un fraude de sistema piramidal-, sino por mentir a
sabiendas. O puede que sólo influyera el hecho de que los inspectores de la
SEC creían en la magia de Madoff. Los intereses que supuestamente
repartía iban hacia arriba cuando todo el mundo se precipitaba hacia el
fondo de la crisis. Y Madoff siguió jugando al golf y reclutando clientes.

En un acto de asunción de responsabilidad sin precedentes, el presidente


de la SEC, Christopher Cox, reconoció que durante casi una década hubo
"específicas y creíbles" denuncias contra la empresa de Madoff a las que la
Comisión de Valores no prestó atención. Cox ha puesto en marcha una
investigación interna. Pero antes de empezarla ya se sabe que la SEC se
conformó con estudiar los libros que el propio Madoff le facilitaba, libros que
estaban llenos de datos falsos, según reconoce ahora el propio Cox, sin
solicitar una autorización judicial para inspeccionar todas las cuentas. Esta
semana el presidente electo, Barack Obama, ya nombró a la que será
sustituta de Cox en la SEC, Mary Schapiro.

Madoff tampoco logró engañar, probablemente, a algunos inversores que


supieron retirarse a tiempo. "Y esos estarán ahora bien calladitos, pero
seguro que ganaron un buen dinero", indica un economista afincado en
Washington que prefiere no revelar su nombre. Esta fuente del sector
considera que el Santander pecó de negligencia. "Se produjo algo parecido
a lo de las hipotecas subprime. Un intermediario deposita su confianza en
otro, que a su vez la deposita en otro... y al final se evapora el dinero de los
clientes del Santander. Es cierto que vivimos hoy en una sociedad en la que
todo el mundo se especializa y subcontrata a alguien. Pero si yo dejo mi
dinero en el Santander es porque confío en que vaya a hacer el trabajo de
supervisión en los fondos que yo no puedo hacer".

Hay quien se pregunta también si de verdad engañó Madoff a sus propios


hijos. La empresa de asesoría de Madoff, desde donde se venía cometiendo
el fraude, se encontraba en el piso 17 del edificio Lipstick, y la de corretaje,
donde trabajaban el hermano, los hijos y la nieta, en los pisos 18 y 19. Las
empresas usaban sistemas informáticos distintos y Madoff guardaba los
libros de contabilidad bajo llave. Mientras la empresa de arriba ofrecía una
transparencia absoluta, la de abajo era opaca.

¿Por qué confiaron tantos inversores en que de en esa oscuridad del piso
17 su dinero estaba a buen recaudo? El agente Cacioppi deja entrever una
posible respuesta citando un párrafo que aparecía en el portal de Internet de
la empresa de Madoff: "En la época de las organizaciones sin rostro que
pertenecen a otras organizaciones igualmente sin rostro, Bernard L. Madoff
Investment Securities vuelve a una época anterior en el mundo financiero:
El nombre del propietario está en la puerta. Los clientes saben que Bernard
Madoff tiene un interés personal en mantener el intachable historial de
retorno sobre las inversiones, negocios justos y altos estándares éticos que
siempre han distinguido a esta empresa".

O lo que es lo mismo: la palabra de un hombre es su contrato. A pesar de


ser un adalid de los avances electrónicos, Madoff no abría el sistema
informático del piso 17 para que los clientes comprobaran la evolución de
sus propias inversiones. A cambio, Madoff les vendía su gran aura de
persona con acceso a las informaciones más confidenciales de Wall Street.
Su nombre estaba en la puerta. Parecía tan fiable que le apodaban el judío
de las Letras del Tesoro. Pedirle que desvelara sus métodos, según The
Economist, era como pedirle a Coca-Cola que enseñara su fórmula mágica.
Madoff cultivaba con tanta convicción su imagen de tipo selectivo que se
permitía rechazar clientes adinerados.

Madoff ha pagado una fianza de 10 millones de dólares y ha de llevar un


brazalete metálico. Vive ahora bajo un arresto domiciliario que le obliga a
permanecer en casa desde las siete de la tarde a las nueve de la mañana.
Uno de los principales humoristas del país recordaba que no parece un
castigo muy duro para una persona de 70 años pasar la noche en casa. Lo
máximo que le puede caer por el fraude cometido son el pago de una multa
equivalente a 3,4 millones de euros y 20 años de cárcel.

Entre las muchas explicaciones que puede ofrecer Madoff para contar lo
que hizo, no hay ninguna inocente. -

"YA NOS ESTÁBAMOS MERECIENDO UN FRAUDE"

Arturo Porzencanski, profesor de finanzas internacionales de la American University, en Washington, se


ha pasado 30 de sus 59 años trabajando para empresas de Wall Street. Porzencanski cree que no debe
sorprendernos en exceso esta gran estafa. "Se trata del primer gran fraude de la gran recesión que
sufrimos, pero era lógico que viniera. Cada vez que ha bajado la marea, empiezan a descubrirse
cadáveres. Cuando bajan los beneficios y llegan las pérdidas quedan al descubierto las malas prácticas.
En las recesiones de los años 70, 80 y 90, ocurrió lo mismo. De tantos errores financieros honestos como
hemos padecido en los últimos meses, ya nos veníamos mereciendo un fraude. Por fin llegó, es parte del
drama y hay que asumirlo".
No obstante, Porzencanski cree que el Gobierno de Estados Unidos debería extraer enseñanzas de este
fraude y renovar la comisión de valores, la tan temida y respetada Securities and Exchange Commission
(SEC). "La SEC ha llevado a muchos ejecutivos a la cárcel desde su creación en los años 30, pero ahora
ha demostrado su inoperancia", dice Porzencanski. "Bajó la marea y se vio que el rey también estaba
desnudo. Debe haber una gran reforma regulatoria, la primera grande en 80 años. Porque es verdad que
existen muchas normas para regular y vigilar el mercado. Cuando empiezas a trabajar en un banco tienes
que leerte libracos enteros con las normativas internas donde casi te dicen hasta a qué horas has de ir al
baño. Pero el problema es que las reglas se han quedado muy por detrás de los avances tecnológicos". -

También podría gustarte