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UNIDAD.
Esta asignatura trata del último de los tres parámetros de la biosfera, después del
agua y del aire: el suelo. Tal y como ha quedado de manifiesto, no son elementos
independientes, sino que existe una relación entre ellos, de manera que ninguno
puede ser alterado negativamente sin repercutir en los demás.
Constituyentes
Mineralogía y composición química
Dar a conocer los inorgánicos del
de los suelos
factores que determinan suelo
Capítulo 2
la geoquímica de los Constituyentes
suelos Estudio de la influencia de la materia
orgánicos del
orgánica en la formación de un suelo
suelo
Particularidades en relación a la
Propiedades
textura, estructura, porosidad,
físicas
consistencia, etc., de un suelo
Proporcionar una visión Propiedades Intercambio iónico y grado de acidez
del suelo como medio fisicoquímicas y basicidad de un suelo
Capítulo 3
idóneo para el desarrollo
de organismos vivos Propiedades Estudio de la salinidad de un suelo
químicas desde un punto de vista químico
OBJETIVO
Dar a conocer algunos conceptos básicos sobre el origen de los suelos y maneras
de clasificarlos.
- Fase líquida: está formada por agua, la cual queda retenida en parte de los
poros del suelo. Puede llevar iones y sustancias en solución o suspensión.
El espacio poroso total varía de acuerdo con el tipo de suelo, que resulta ser algo
menor en suelos arenosos y algo mayor en suelos arcillosos (aunque pudiera
parecer no intuitivo). La porosidad ocupada por el aire y por el agua son
inversamente proporcionales y están sujetas a fluctuaciones rápidas, dependiendo
de las condiciones de humedad del suelo.
Otra definición del suelo es aquella que atiende a su origen y considera que no es
más que la respuesta de la litosfera a la acción conjunta de la atmósfera y la
hidrosfera (Felipó & Garau, 1986, 7). La acción del clima y de la vegetación sobre
las rocas determinan su génesis y tranformación a lo largo del tiempo; el relieve es
un factor genético que también condiciona su formación y evolución.
Una de las propiedades que diferencian los suelos de las rocas es su incremento
en la porosidad, de tal modo que existen más posibilidades de almacenar agua y
ponerla a disposición de la vegetación.
Una mala gestión del suelo puede hacer que éste se degrade en poco tiempo. En
efecto, la erosión, la salinización, la contaminación, el deterioro de las propiedades
físicas o la disminución de la fertilidad, son causas comunes de la degradación de
un suelo.
Volumen más pequeño del suelo que puede ser reconocido a nivel individual
como un suelo. Figura tridimensional con dimensiones laterales suficientes
Pedión
como para permitir el estudio de las formas de los horizontes y de las
intercalaciones que puedan existir.
Horizonte
Horizonte identificable mediante la observación.
morfológico
Material
Material mineral a partir del cual se ha originado un suelo. Es el estado original
originario o roca
del suelo.
madre
De esta manera, el suelo era considerado por los botánicos como un simple
soporte para el crecimiento de los vegetales; para los químicos como un sustrato
inerte, capaz de almacenar solamente los elementos nutritivos necesarios para el
cultivo y, finalmente, los geólogos lo entendían como una formación superficial
producida por la alteración de las rocas.
El suelo no se consideró como una entidad natural hasta el año 1883, fecha en la
que el ruso V.V. Dukuchaev, formado en una escuela naturalista de gran tradición,
fue el primero en citar como factores causales de los procesos de génesis y
diferenciación de los suelos, la composición química y mineralógica de la roca
parental, los organismos (plantas y animales) vivos o muertos, el clima y la
morfología del lugar.
A partir de este momento ya se puede hablar de una verdadera Ciencia del Suelo.
Esta ciencia, también denominada edafología o pedología, estudia los suelos en
sus aspectos físicos, químicos, biológicos, mineralógicos, morfológicos y
evolutivos, con el objetivo de clasificar los diferentes tipos de suelos y determinar
sus características y distribución en los diferentes continentes.
Para realizar un estudio del suelo, éste debe hacerse en toda su amplitud, desde
las capas más profundas a partir del material originario, hasta las más
superficiales, que son las que reciben los materiales que se incorporan
externamente al suelo.
Distribución de partículas
Textura
SÓLIDA minerales según tamaño
Mineralogía
Superfície específica
Composición
Componentes orgánicos
Procesos de transformación y de
transporte de estos componentes
INTERFASE
Interacción suelo-agua Reacciones de superficie
SÓLIDO-LÍQUIDO
Flujo de aire
- La consistencia, etc.
Un corte vertical del suelo permite apreciar las distintas capas u horizontes que lo
componen (figura 1.2).
Figura 1.2: Corte vertical en el suelo o perfil.
1 Como meteorización se entiende la alteración llevada a cabo por los agentes atmosféricos.
- A propiedades morfológicas:
- Textura.
- Estructura.
- Elementos gruesos.
- A propiedades asociadas:
Figura 1.4: Secuencia de formación de un suelo. Fuente: Porta, López-Acevedo & Roquero (1994).
Hay que remarcar que no existe un único sistema de clasificación de suelos y que
cada uno posee una nomenclatura específica donde se reflejan sus características
y propiedades. Por ejemplo, tal y como se verá a continuación, la taxonomía
americana de la Soil Taxonomy System, además de los horizontes principales, se
basa en la definición precisa de los horizontes de diagnóstico del suelo,
sustentada en las propiedades fisicoquímicas y morfológicas de los mismos, sin
tener demasiado en cuenta los procesos de edafogénesis, a diferencia de lo que
ocurre en la sistemática europea.
1 En la sistemática americana se habla de pedión como figura tridimensional, mientras que en la
europea se considera el concepto de perfil, como una sección vertical del suelo de dos
dimensiones.
1.3.1 Horizontes genéticos
- horizontes principales;
- horizontes de transición; y,
- discontinuidades litológicas.
Entendemos por horizontes principales cada una de las capas, que con entidad
propia, se forma al evolucionar los procesos edafogenéticos. Se designan por
medio de letras mayúsculas, A,E,B,C, que identifican niveles diferentes a lo largo
del suelo.
Horizonte mineral empobrecido por eluviación. Presenta un color claro debido a la pérdida
de una o más de las siguientes sustancias: materia orgánica, hierro, arcilla o aluminio. Presenta
E
un enriquecimiento relativo de limo y arena. Si existe, se halla debajo de un O o de un A y
encima de un B. Horizonte de algunos suelos ácidos.
Horizonte mineral formado en el interior del suelo. Se caracteriza por presentar una
acumulación de elementos minerales, con distintos grados de transformación en función del
B
desarrollo que tenga el suelo.Existen horizontes B de alteración o de acumulación de distintos
componentes: yeso, arcilla.
La letra mayúscula que designa el horizonte principal puede llevar como subíndice
otra letra minúscula que designa el proceso que ha tenido lugar para originarse el
horizonte. Por ejemplo Bt, representa acumulación de arcilla por movilización
dentro del perfil (translocación), o Bw, representa síntesis de arcilla por
neoformación. Además de estos subíndices, también pueden llevar otros
numéricos que marcan una secuencia en la posición del horizonte dentro del
suelo, (Bt1, Bt2,..).
Iluviación de
Horizonte subsuperficial muy rico en arcilla
arcilla muy pl Btpl
iluviada
marcada
Acumulación
Acumulaciones de carbonato cálcico
secundaria de k Bk
(CaCO3)
carbonatos
Acumulación
secundaria de y Acumulación de formas de yeso By
yeso
Acumulaciones
secundarias de q Recubrimientos blancos de ópalo Cq
sílice
Horizonte
permanentemente f Zonas boreales
helado
Grado de a
descomposición
e Se aplica a un horizonte O Oa
de la materia
orgánica i
- Alta
- Media
- Baja
Tabla 1.4. Proceso edafogénico dominante en un horizonte genético, nomenclatura
(en minúscula) que lo indica, criterio para la determinación de dicho
proceso y ejemplo de denominación del horizonte genético.
Fuente: Porta, López-Acevedo & Roquero (1994).
Dadas las dificultades que presenta la aplicación de los horizontes genéticos por
su carácter cualitativo, el Soil Taxonomy System desarrolló lo que se conoce como
horizontes de diagnostico. Con éstos se persigue definir los horizontes
morfométricamente, en base a datos de campo y de laboratorio. La medición de
muchos parámetros que pueden cuantificarse, asegura la comparación entre los
distintos componentes del suelo, y permite diferenciar las unidades con mayor
precisión.
EPIPEDIONES
Horizonte de color oscuro, rico en humus, con una saturación de bases alta (>50%) y
Móllico
con buena estructura. Suelo típico de praderas.
Con poca materia orgánica, en general de colores claros y poco espesor para ser
Óchrico
móllico, estructura moderada, a veces duro o muy duro en seco.
Hístico Horizonte orgánico formado en condiciones de humedad muy alta. Típico de turberas.
Horizonte de color oscuro, con un alto contenido en materia orgánica. Típico de suelos
Melánico
volcánicos.
ENDOPEDIONES
Horizonte con poco espesor, rojo oscuro, cementado por hierro, hierro y
Plácico
magnaneso o por un complejo de materia orgánica y hierro.
Kándico
Horizonte enriquecido en arcilla, no es necesario que la arcilla se identifique como
iluvial.
Horizonte franco, franco arenoso o franco limoso, de densidad aparente muy alta,
Fragipán duro en estado seco y frágil en estado húmedo, a menudo con moteado.
Estructura laminar, red poligonal con zonas blanquecinas.
Horizonte iluvial, formado bajo una capa cultivada, con gran cantidad de limo,
Ágrico
arcilla y humus iluviados por los poros grandes de la capa labrada.
La siguiente pregunta que cabría plantearse sería qué factores condicionan los
cambios en los materiales originales hasta formar el suelo.
Por último, los cambios que se producen en el material para pasar de roca a suelo
necesitan para desarrollarse que transcurra un tiempo determinado.
Así pues, el suelo puede considerarse como una combinación de cinco factores
formadores (Jenny, 1940):
donde:
S= suelo
cl= clima
r= geomerofología
p= material originario
t= tiempo
1.4.1 El clima
El clima desempeña un papel decisivo en la formación del suelo, dado que regula
el aporte de agua al mismo, así como su temperatura. La precipitación condiciona
el movimiento de las sustancias en el suelo y la temperatura, por medio de la
radiación del sol, aporta la energía al sistema.
Estos factores son determinantes en los tres procesos básicos de formación del
suelo:
Por otra parte, el clima también influye directamente en otros factores formadores,
como es el factor biótico y el relieve. En este contexto, tanto la humedad como la
temperatura ejercen una marcada influencia sobre las poblaciones de los
microorganismos, pues determinan los estados óptimos de actividad de las
distintas especies. Asimismo, en ambientes donde la humedad es elevada, la
acción sobre los materiales es provocar su disolución con la formación de nuevos
minerales. En ambientes secos, el proceso predominante es la fragmentación del
material sin la aparición de nuevos minerales.
Al igual que en los elementos, las acciones del clima también quedan reflejadas en
muchas de las propiedades del suelo. La capacidad de cambio (cantidad de iones
adsorbidos en las superficies de los materiales del suelo) aumenta
proporcionalmente a las precipitaciones, e incluso, los iones fijados en las
posiciones de cambio también muestran una dependencia.
Por último, las acciones del hombre sobre la formación de los suelos pueden tener
repercusiones tanto beneficiosas como totalmente destructivas. Algunos ejemplos
son la fertilización, el estercolado, el laboreo, las puestas en regadío,
deforestaciones, drenajes, excavaciones, nivelaciones, construcciones, etc.
Los materiales de granulometría grosera, los arenosos, van a presentar una gran
estabilidad frente a la alteración. Cuanto mayor sea el tamaño del grano menos
representará la superficie frente al volumen total del grano y, por tanto, menos
superficie de ataque presentará a la agresión del medio.
1.4.4 La geomorfología
Las principales formas del relieve a considerar son tres: los interfluvios o divisoria
de aguas, las vertientes o laderas y los fondos.
A raíz del estudio de la relación del suelo con el paisaje se han establecido dos
términos edafológicos: la catena y la toposecuencia. La catena es una secuencia
de suelos desarrollados a partir de un material originario parecido, bajo unas
condiciones climáticas parecidas, pero que, a causa de que ocupan diferentes
posiciones en el paisaje, presentan características diferentes. Con carácter menos
restrictivo la toposecuencia hace referencia a la misma idea pero el material
originario no tiene porqué ser el mismo (figura 1.12).
Figura 1.12: Toposecuencia de un estudio de suelos en una zona de la comarca del Segrià
(Lleida).
1.4.5 El tiempo
El paso del tiempo incide en la formación del suelo dado su condición de sistema
dinámico. Los cambios que sufren algunas de sus propiedades pueden verse a
corto plazo -horas- (la temperatura de superficie, contenido de humedad, etc.), a
medio plazo -meses- (salinidad, pérdida de materiales por erosión, contenido de
nutrientes, etc.) o a largo plazo -años- (procesos de meteorización, diferenciación
de horizontes, translocación de componentes, etc.). El tiempo como factor
formador del suelo afecta a las propiedades que varían a largo plazo.
La edad del suelo expresa el tiempo durante el cual han actuado los procesos
formadores. El momento cero, a partir del cual se determina la edad de un suelo,
coincide con el de formación de la superficie geomórfica sobre la que se desarrolla
el suelo, ya sea esta una roca o un suelo preexistente que empieza a evolucionar
bajo unas nuevas condiciones del medio, etc. Por tanto, la edad de un suelo no
será la del material originario, sino el tiempo empleado por este último en dar lugar
al suelo.
- Agua.
- Oxígeno.
- Materia orgánica.
- Sales disueltas.
- Polvo.
- Meteorización.
- Formación de la estructura.
- Cementación.
- Sodificación, etc.
- Translocación de arcilla.
- Agua y gases.
- Calor, etc.
PÉRDIDAS POR LA PARTE INFERIOR DEL SUELO
- Agua.
La formación del suelo tiene lugar como consecuencia de la actuación de los cinco
factores formadores, ya descritos, y en ella se pueden distinguir dos etapas: la
inicial, que representa la diferenciación de los constituyentes del suelo, y una
etapa final, en la que los constituyentes se reorganizan y evolucionan para formar
el suelo.
Por otra parte, los vegetales y animales sufren al morir unas intensas
transformaciones químicas, desarrollándose un nuevo material orgánico que
evoluciona para alcanzar un equilibrio en las condiciones edáficas, llamado
humus. Durante estos procesos de transformación del material orgánico se
desprenderán compuestos sencillos que irán a engrosar la solución del suelo y
también se pueden desprender como consecuencia de estas reacciones
determinados gases, además de agua; sin embargo, el agua y los gases del suelo
proceden fundamentalmente de la atmósfera.
Hoy por hoy no existe un sistema único a la hora de clasificar los suelos. Las
razones o criterios que nos mueven a realizar una clasificación edáfica pueden ser
diversos. También el propio objeto de estudio, el suelo, puede agruparse de más
de una manera; por tanto, un mismo suelo podrá presentar diversas
clasificaciones, todas ellas igual de validas pero de diferente interés según el
ámbito en que se empleen.
Figura 1.14: Nivel y número de taxones establecidos para los principales sistemas de clasificación
de suelos vigentes.
Fuente: Porta (1987).
Los criterios más significativos, muchos de ellos novedosos, de los que se vale
esta clasificación de suelos son:
- Clasifica suelos y no procesos formadores, por lo que sólo requiere conocer las
propiedades y características del suelo y no su génesis.
El resultado es una vasta obra de clasificación taxonómica que, para clasificar los
suelos mundiales, comprende seis niveles jerárquicos, de homogeneidad creciente
entre los suelos incluidos en cada unos de ellos: 10 ordenes de suelos, 47
subórdenes, 185 grupos, 970 subgrupos, 4.500 familias y 13.000 series.
CATEGORÍAS TAXONÓMICAS
Grandes
Son divisiones del suborden en función de los horizontes de diagnóstico.
grupos
Son divisiones del GRAN GRUPO que se hacen para diferenciar aquellos
Subgrupo subgrupos que tienen características que son integradas con otros GRANDES
GRUPOS. Cada SUBGRUPO tiene un concepto central (Typic).
Tabla 1.8. Características de los taxones establecidos por la Soil Taxonomy System.
Mollisol Orden
Aquoll Suborden
Entisol ENT
Inceptisol EPT
Alfisol AL
Aridisol ID
Mollisol OLL
Vertisol VERT
Espodosol OD
Ultisol UL
Oxisol OX
Histisol HIS
Naturargids
Durargids
Paeargids
Haplargids
Salorthids
Paleorthids
Durorthids
Orthids
Gypsiorthids
Calciorthids
Camborthids
Tabla Ejemplo de clasificación Soil Taxonomy. Subórdenes y grupos del orden aridisoles: en
1.11. total 2 subórdenes y 11 grupos. Obsérvese las secuencias de la nomenclatura.
Figura 1.15: Cuadro resumen de la clasificación de un suelo (ejemplo extraído del estudio de
suelos de una zona de la comarca del Segrià, en la provincia de Lleida).
Aridisoles 2.504.274 19
Alfisoles 1.713.450 13
Inceptisoles 1.186.235 9
Mollisoles 1.054.432 8
Oxisoles 1.054.432 8
Los alfisoles están muy distribuidos por todo el planeta y podemos encontrarlos en
numerosos lugares del mundo; abundan principalmente en el norte de Europa y
Asia y en las regiones mediterráneas.
Los ultisoles y los oxisoles son típicos de ciertas zonas y ocupan la mayor parte de
las zonas tropicales y subtropicales.
OBJETIVO
2.1 Introducción
Estos procesos de alteración son los responsables de que los materiales de tipo
inorgánico que podemos encontrar en la fase sólida del suelo sean,
principalmente, silicatos, óxidos e hidróxidos metálicos; en algunos casos hay
aluminosilicatos amorfos, en otros carbonatos o sulfatos y, más raramente,
cloruros, fosfatos o sulfuros.
En la tabla 2.2 se muestran los minerales más comunes que se pueden encontrar
en los suelos. El grupo de los silicatos recibe también el nombre de minerales
primarios, ya que derivan directamente de la roca madre y no se han formado
como resultado de los procesos químicos que suelen acompañar a la erosión, a
diferencia de los minerales no silicatados, formados como resultado de la
alteración de los suelos.
MINERALES SILICATADOS
Minerales de arcilla.
Filosilicatos
Micas.
Sorosilicatos Epidota.
Cuarzo.
Tectosilicatos Feldespatos.
Feldespatoides.
MINERALES NO SILICATADOS
Cuarzo.
Material calcáreo.
Concreciones ferroginosas.
Cuarzo.
Arena fina 20-200
Micas.
Feldespatos.
Agregados arcillosos.
Aluminosilicatos amorfos.
Cuarzo.
Fragmentos de micas.
Feldespatos.
Minerales arcillosos.
Calcáreo activo.
Cuarzo.
Tabla Relación entre la naturaleza de los constituyentes inorgánicos y la fracción
2.3. granulométrica del suelo.
Fuente: Porta, López-Acevedo & Roquero (1994).
Los silicatos forman una extensa familia, no en vano constituyen el 95% en peso
de los materiales presentes en la corteza terrestre.
Los nesosilicatos están formados por unidades tetraédricas aisladas. Tienen como fórmula
empírica: (SiO4)4-.
Los sorosilicatos resultan de la interacción de dos tetraedros que comparten un átomo de oxígeno:
(Si2O7)6-.
Los inosilicatos están formados por asociaciones lineales polimerizadas generadas por la
compartición de 2 oxígenos, según dos criterios:
En cadenas sencillas: grupo de los piroxenos: (Si2O6)4-.
Los filosilicatos están formados por asociaciones bidimensionales de tetraedros que comparten 3
oxígenos de un mismo plano, normalmente en disposición pseudo-hexagonal y, más raramente,
pseudo-tetragonal: (Si2O5)2-.
Los tectosilicatos son edificios tridimensionales que comparten totalmente los vértices oxigenados
del tetraedro elemental: (SiO2).
La carga aniónica de las estructuras posibles se compensa con una serie de cationes como Al 3+,
Fe3+, Ca2+, Mg2+, K+, Na+, de modo que se foma una red cristalina que puede llegar a incorporar al
retículo grupos aniónicos complementarios como OH-, F-, Cl-, etc.
- Una capa de tetraedros unida a una de octaedros caracteriza a los minerales 1:1
o O-T.
- Una capa octaédrica unida a uno y otro lado a sendas capas tetraédricas da por
resultado una estructura 2:1 o T-O-T.
Estas uniones de dos o tres capas forman una lámina o paquete, cuya
composición, estructura y contenidos interlaminares varían en función del tipo de
arcilla. El conjunto de un paquete y su material interlaminar se denomina unidad
estructural.
Las arcillas poseen carga eléctrica, negativa en la mayoría de los casos (si bien
las arcillas de estructuras 1:1 tienen carácter anfótero, es decir, pueden presentar
ambas cargas). La cantidad de carga y su distribución espacial dependerá del tipo
de arcilla. El proceso de formación de una arcilla es el que determina su carga
eléctrica. Este proceso implica un crecimiento en la distancia entre las capas que
constituyen la arcilla.
CAOLINITAS
Son filosilicatos de tipo 1:1 dioctaédricos, es decir, resultantes de la unión de una capa T y una
capa O gipsítica. Como que no presentan una sustitución isomorfa, las unidades estructurales de la
caolinita son prácticamente neutras y el espaciado interlaminar, muy pequeño, permanece vacío
(ya que las diferentes unidades estructurales están unidas con puentes de hidrógeno). La
capacidad de intercambio catiónico (CIC) es baja, entre 3 y 10 meq/100 g de arcilla. Los suelos con
caolinitas tienen una baja actividad químico-física, una baja capacidad de intercambio, son poco
fértiles y con un límite líquido bajo. Especies importantes: caolinita y halloysita.
ESMECTITAS
Son filosilicatos de tipo 2:1, di y trioctaédrico. Pueden presentar sustituciones isomorfas en láminas
T y O, y compensan su carga con cationes de tipo Ca 2+, Mg2+, Na+ y K+ más o menos hidratados e
intercambiables. Su capacidad de intercambio catiónico (CIC) es elevada (del orden de 60 a 120
meq/100 g de arcilla), y tienen también una capacidad de retención de agua, por lo cual se las
denomina arcillas expandibles. Los suelos con esmectitas son sometidos a fluctuaciones
volumétricas en función del contenido hídrico. Son generalmente fértiles, debido a su elevada CIC
y su riqueza en bases. Tienen un límite líquido alto. Especies importantes: montmorillonita,
hectorita y saponita.
VERMICULITAS
Son filosilicatos de tipo 2:1, di y trioctaédrico. Pueden presentar sustituciones isomorfas en láminas
T y O. La ausencia de potasio interlaminar difícilmente intercambiable, les proporciona una mayor
CIC, 100-150 meq/100g. Las vermiculitas son frecuentes en suelos fuertemente alterados, siendo
posible su evolución a materiales amorfos y posteriormente a mica o caolinita.
ARCILLAS MICÁCEAS
Son filosilicatos de tipo 2:1, di y trioctaédrico. Es una arcilla no expansionable con sustituciones
isomórficas del Si2+ por el Al3+ en las capas tetraédricas y, ocasionalmente, del Al3+ por Mg2+ en las
capas octaédricas. La CIC es del orden de 10 a 40 meq/100 g. La ilita es la especie más frecuente.
CLORITAS
Son filosilicatos de tipo 2:1 ó T-O-T. Existen cloritas de tipos di, di-tri y trioctaédricas, atendiendo a
la naturaleza de las dos capas octaédricas que integran su particular unidad estructural. Las
sustituciones isomórficas pueden ser muy variadas en ambas láminas. Su CIC está entre 10 y 40
meq/100 g. Especies de cloritas: donbasita, sudoita y camosita.
Las micas son minerales del suelo similares a las arcillas. También son filosilicatos
y se caracterizan por tener unidades estructurales tipo 2:1 o T-O-T, tri y
dioctaédricas, con un grado de sustitución isomorfa en capas tetraédricas
importante y una organización en el espacio estratificada. Tienen, sin embargo,
una baja capacidad de intercambio catiónico (CIC). Las dos especies más típicas
son la moscovita y la biotita
A diferencia de las arcillas, se trata de un material no cristalino que cuenta con una
distribución muy restringida entre las rocas y que está asociado a ciertos depósitos
arcillosos y a rocas volcánicas alteradas. Se trata de un producto de alteración de
determinados silicatos. La alófana tiene una CIC elevada, del orden de 100-200
meq/100 g.
- Los cloruros (Cl-), principalmente la halita, los sulfatos sódicos (Na2SO4), tenarlita
y mirabilita y el sulfato magnésico (MgSO4) o la epsomita, están presentes en
suelos que sufren salinidad.
- Los fosfatos (PO43-) y nitratos (NO32-) tienen una presencia muy escasa en el
suelo. Suelen ser incorporados al suelo en forma de abonos.
Los carbonatos son incoloros, blancos o poco coloreados, por lo que los suelos en
los que abundan presentan colores claros (figura 2.4). Se dividen en tres grupos
estructurales:
Los sulfatos presentan el grupo aniónico SO42- y tienen como especies más
características en suelos el yeso (CaSO4.2H2O) y la anhidrita (CaSO4),
pudiéndose transformar la una en la otra mediante procesos de hidratación o de
deshidratación.
El resto de sulfatos son muy conocidos por ocasionar la salinización de los suelos:
el sulfato sódico en forma de tenardita (Na2SO4) o de mirabilita (Na2SO4.10H2O) y
el sulfato magnésico o epsomita (MgSO4.7H2O). El sulfato magnésico es el doble
o el triple de tóxico que el sulfato sódico.
En casos muy concretos podemos encontrar otros sulfatos en el suelo, como los
sulfatos de hierro (Fe2(SO4)3) y de aluminio (Al2(SO4)3), causantes de una acidez
extrema y muy desfavorable, o la jarosita (K Fe3(SO4)2(OH)6).
Los cloruros son minerales muy solubles, desfavorables para las plantas si están
en cantidades importantes, lo cual es frecuente en suelos con problemas de
salinidad. Los minerales presentes en el suelo son el cloruro cálcico (CaCl 2) y la
halita (NaCl) con una solubilidad altísima (264 g/l). En general, los cloruros tienen
una dinámica y una movilidad muy alta, por lo que pueden concentrarse en la
superficie del terreno, dando lugar a eflorescencias blanquecinas, tan
características de suelos salinos.
EJEMPLO
Los agricultores experimentados, antes de comprar un terreno en una zona susceptible de tener
problemas de salinidad, siguen el siguiente criterio: esperar hasta el verano para ver el aspecto de
la capa superficial del suelo. La razón estriba en que, cuando hace calor (y gracias a la movilidad
de estos compuestos), el agua (y con ella las sales y cloruros) asciende por capilaridad por los
poros, tiñendo de manchas blancas las capas superficiales del suelo. En invierno, en cambio, este
fenómeno es mucho más difícil de apreciar.
El problema que ocasiona la halita (NaCl) es debido a la actividad del ión sodio
(Na+), capaz de ocupar un buen porcentaje de los lugares de intercambio
catiónico, provocando una serie condiciones que son desfavorables para las
raíces, como una pérdida de estructura del suelo, una disminución de la
conductividad hidráulica, etc.
Los fosfatos son compuestos minoritarios en los suelos. Suelen ser bastante
insolubles y su estructura es el resultado de la agrupación aniónica del ión PO43-,
con cationes (sodio en medio alcalino, calcio en medio básico y hierro o aluminio
en medio ácido). Entre los fosfatos destacan:
- La apatita (Ca5(PO4)3(F, Cl, OH)): solución sólida con aniones (como cloruro,
fluoruro o hidroxilo); es la fuente más importante de fósforo en el suelo.
- Óxidos cristalinos: los más importantes son la goetita -responsable del color ocre
del suelo junto con la limonita- y la hematita -responsable del color rojo del suelo-.
Otros óxidos de menor importancia son la limonita y la magnetita.
La materia orgánica en el suelo puede tener diversas procedencias, entre las que
cabe destacar:
Cuando esta biomasa finaliza su ciclo vital, los restos se van depositando en la
superficie o en el interior del suelo y se van descomponiendo lentamente. Los
microorganismos del suelo aportan sus excreciones y su propia biomasa. Si el
suelo está cultivado, también existirán aportes de materia orgánica procedentes
del abonado.
Los suelos con un mayor contenido de materia orgánica (>20%) son los de zonas
húmedas (de alta montaña, por ejemplo), mientras que los suelos de zonas áridas
tienen cantidades mucho menores (hasta <0,5%, en casos extremos). En los
suelos agrícolas el cultivo continuado aumenta la tasa de mineralización e
incrementa el déficit de materia orgánica, que en suelos de zonas del
mediterráneo se sitúa entre el 1 y el 3%.
- Biomasa microbiana.
- Sustancias no húmicas:
La materia orgánica fresca representa del 5 al 20% del total de la materia orgánica
del suelo. Su presencia disminuye a medida que se profundiza en el perfil,
pasando a su vez el humus a ser la fracción dominante. La biodegradabilidad de la
materia orgánica fresca y su transformación en humus varía mucho en función del
tipo de cada uno de sus principios constituyentes (glúcidos, compuestos
nitrogenados y compuestos lipídicos).
2.3.2.2 El humus
- Ácidos húmicos.
- Ácidos fúlvicos.
- Humina.
ÁCIDOS HÚMICOS
Son extraíbles con reactivos alcalinos y pueden precipitar en forma de flóculos al reaccionar con
ácidos. Están formados por grandes moléculas complejas con grupos aromáticos, unidas a
estructuras orgánicas (aminoácidos, péptidos, ácidos alifáticos, aminoazúcares, etc). Su color va
del pardo al negro. Pueden ser de tres tipos: ácidos húmicos pardos, ácidos húmicos grises y
ácidos himatomelánicos.
ÁCIDOS FÚLVICOS
Son extraíbles con reactivos alcalinos pero no precipitan con ácidos después de su extracción. Su
tamaño molecular es inferior a 2000. Su composición química, no específica, depende de factores
tales como la categoría de suelo, la vegetación de la que proceden o el método de extracción.
HUMINA
- humina microbiana (formada por cuerpos microbianos y por compuestos alifáticos que derivan de
ellos);
- humina heredada (próxima a la materia orgánica fresca);
- humina neoformada (resulta de procesos de inmovilización por los cationes, no es extraíble con
reactivos alcalinos); y,
- humina estabilizada (producto de la evolución lenta de los ácidos húmicos lo que provoca la
polimerización de los núcleos aromáticos y un descenso de su solubilidad en los reactivos de
extracción).
En general, se puede concluir que las moléculas que presentan más dificultad a la
mineralización (ligninas, compuestos fenólicos, etc.) son aquellas que presentan
una estructura muy ramificada, frente a una estructura lineal.
Hay que tener en cuenta que no todas las moléculas orgánicas sufren
mineralización por parte de los organismos saprófitos, existiendo compuestos que
por su estructura son de descomposición difícil, como es el caso de la lignina.
COMPLEJOS ARCILLO-HÚMICOS
Compuestos por una parte de humus y otra de minerales de arcilla, el resultado son estructuras
con un tamaño relativamente grande, caracterizadas por su insolubilidad.
Tienen importancia en la formación de la estructura del suelo (donde el humus actua como
cemento en la formación de microagregados) y en la estabilización de la materia orgánica.
COMPLEJOS ORGANOMETÁLICOS
Son el resultado de las uniones de cationes al gran número de grupos funcionales de la materia
organica; dichas uniones se dan con diversos grados de energía. Son de tamaño relativamente
pequeño.
OBJETIVO
Proporcionar una visión del suelo como medio idóneo para el desarrollo de
organismos vivos.
Las propiedades físicas del suelo están condicionadas por la masa total del
mismo. Son una función de sus componentes tanto en lo que se refiere al tamaño
como a su naturaleza: por ello, una de las propiedades más influyentes es la
distribución por tamaños de las partículas edáficas.
Estas partículas se unen para crear edificios cuya forma, tamaño y consistencia
modifica el comportamiento de las partículas aisladas. Todo ello crea un
entramado sólido que deja un gran espacio poroso que puede ser ocupado por
aire o agua, lo que permite el suministro de estos indispensables elementos a las
plantas.
3.1.1 Textura
En la tabla 3.1 se muestra una clasificación de los elementos del suelo según su
tamaño.
TIERRA FINA
ELEMENTOS GRUESOS (DIÁMETRO>2mm)
(DIÁMETRO <2mm)
Bloques Más de 25 cm
Cantos 6 a 25 cm Arena
Clasificación según sistema
Grava gruesa 2 a 6 cm Limo
USDA o ISSS
Grava media 0,6 a 2 cm Arcilla
Para separar las distintas fracciones granulométricas, arcilla, limo y arena, se hace
necesario establecer primero los límites entre cada una de ellas. Puesto que no
hay ninguna división natural y limpia entre medidas, se han de adoptar criterios un
tanto arbitrarios que dependen de los objetivos perseguidos, de ahí que se hayan
propuesto y se utilicen diversos valores numéricos. Los más comunes en
edafología son los adoptados por la International Society of Soil Science (ISSS) y
los del United States Department of Agriculture (USDA). Las distintas fracciones
granulométricas establecidas se proporcionan en la tabla 3.2.
FRACCIONES
GRANULOMETRÍA DENOMINACIÓN
Denominación Diámetros aparentes ( m)
Arena USDA 50< <2000
Arcilla <2
Arcilla <2
FRACCIONES
GRANULOMETRÍA
DENOMINACIÓN Diámetros aparentes (
Denominación
m)
USDA completa
Arena fina USDA sentido estricto 100< <250
Arcilla <2
FRACCIÓN
GRANULOMETRÍA DENOMINACIÓN
Denominación Diámetros aparentes ( m)
Arcilla <2
1El umbral de 2 mm se debe a que las partículas de diámetros superiores no presentan fenómenos
de capilaridad.
Las operaciones que se llevan a cabo en este análisis se ilustran en la figura 3.1.
Cada muestra de suelo viene definida por un punto del interior del triangulo, dicho
punto se obtiene trazando una paralela al lado anterior desde la escala que señala
el contenido en la correspondiente fracción; con sólo dos líneas queda definido el
punto representativo, porque la tercera componente es función de las primeras al
tener que ser 100 la suma de todas ellas.
En las figuras 3.3 y 3.4 se ilustran las clases texturales según criterio de la USDA
y de la ISSS, respectivamente.
Figura 3.3: Clases texturales según criterio USDA. (Ar=Arenoso, L=Limoso, a=arcilloso y
F=Franco). Por ejemplo: F-a: suelo franco-arcilloso. Ar-F: suelo arenoso-franco. F-a-L: suelo
franco-arcillo-limoso.
Al establecer los nombres de las clases texturales se ha querido dejar patente que
la acción de ciertas fracciones es más acentuada que la de otras, a igualdad de
porcentaje, para determinar las propiedades del suelo y el comportamiento del
agua y las plantas.
En este sentido, la fracción arcilla resulta mucho más determinante del
comportamiento de un horizonte y en consecuencia del suelo y de la respuesta de
las plantas que las restantes fracciones, y así se pone de manifiesto en la
denominación de la clase textural. Debe haber unas tres veces más arena que
arcilla para que el suelo tenga unas propiedades condicionadas por la arena.
1 Textura con composición de arena, arcilla y limo compensada. No tiene un perfil exacto, pero es
el que ofrece las mejores condiciones para el crecimiento de las plantas.
3.1.2 Estructura
Estas unidades estructurales están separadas las unas de las otras por superficies
fragmentables y hacen que el suelo tenga un comportamiento diferente al que
tendría si una misma proporción de partículas elementales se encontrara
individualizada. La estructura es el resultado de interacciones físico-químicas entre
las arcillas y los grupos funcionales de materia orgánica.
Características de la Una buena estructura evita el sellado del suelo por formación de
superficie del suelo costra. Facilita la emergencia de plantas y la infiltración del agua.
El aumento de la infiltración:
Infiltración del agua en el
suelo
Disminuye la escorrentía y con ello el riesgo de erosión.
Aumenta las reservas en agua del suelo.
Favorece el laboreo.
Compacidad
Hace disminuir la densidad aparente.
Tabla 3.4. Efectos positivos de una buena estructura en determinadas propiedades del suelo.
Fuente: Porta, López-Acevedo & Roquero (1994).
FACTOR EFECTO
Técnicas de riego y calidad Riego a manta por surcos, por aspersión, localizado. Riesgos de
del agua de riego. salinización y de alcalinización.
CONDICIONES AMBIENTALES:
Condiciones metereológicas
Cambios estacionales en las características estructurales.
a lo largo del año.
Tabla 3.5.
Factores que inciden en la formación estructural de un suelo.
Fuente: Porta, López-Acevedo & Roquero (1994).
3.1.3 Porosidad
Vt=Va+Vw+Vs
donde:
Mt=Ma+Mw+Ms
donde:
De estas dos relaciones se definen una serie de propiedades, entre las que
destacan la densidad aparente y la densidad real o específica.
La densidad aparente ( a) se define como la masa del espacio ocupado por los
sólidos por unidad de volumen. Se mide en g·cm-3 y se define como:
donde:
Vt= volumen total de muestra de suelo.
Ms= masa del espacio ocupado por los sólidos.
La densidad aparente de los suelos es función del espacio poroso del suelo. A
menor espacio poroso, la densidad aparente aumenta. Es por esta razón que
generalmente la densidad aparente es una de las propiedades físicas más
utilizadas en la determinación de compactación de los suelos. Sin embargo, esta
propiedad no debe ser considerada como el único parámetro, o el más apropiado
para la determinación de la compactación.
Los valores de densidad aparente varían de acuerdo al tipo de suelo y del manejo
a que estén expuestos. Valores entre 0,1 y 0,7 g·cm -3 son comunes para suelos
orgánicos. En suelos minerales, los valores de densidad aparente aumentan
desde 0,6-0,8 g·cm-3 (suelos de cenizas volcánicas o Andosols) hasta 2,3 g·cm -3
en suelos compactados y derivados de materiales glaciares.
- Aumenta la aireación.
donde:
Vs= volumen de sólidos.
Ms= masa del espacio ocupado por los sólidos.
donde:
3.1.4 Permeabilidad
CONDUCTIVIDAD HIDRÁULICA
CARACTERÍSTICA DEL SUELO
K (cm/h)
0,2<K<2 Permeable
Los suelos con estructuras estables son en general permeables, mientras que los
suelos con estructuras inestables o degradadas, son poco permeables, sobre todo
cuando la composición física del suelo, su granulometría, esta mal equilibrada. Los
suelos arenosos pueden presentar también, en ciertos casos, una permeabilidad
reducida, debido a la colmatación de los poros grandes por partículas de limo y
por la ausencia casi total de materia orgánica.
3.1.5 Consistencia
Un suelo cuando está seco es un sólido, al añadirle agua puede sufrir un proceso
de expansión. A medida que el contenido de agua aumenta pasa a estado
semisólido, luego a estado plástico y finalmente a estado líquido.
Figura 3.8: Suelo con capa freática próxima a la superficie (horizonte genético Bg).
El aire del suelo tiene una composición que difiere un tanto de la composición del
aire atmosférico. Así, mientras el contenido en nitrógeno es el mismo, en el suelo
existe una concentración más alta de CO2 y más pequeña de O2, que en el caso
atmosférico (tabla 3.7).
O2 21 15-20
N2 78 78-80
En el suelo, el oxígeno será utilizado por parte de los microorganismos del mismo,
así como por las raíces de los vegetales, para oxidar la materia orgánica en CO2 y
obtener energía. Este proceso de oxidación, además de comportar una ganancia
de oxígeno, trae consigo una transferencia de electrones; por lo tanto, en el suelo
se ha de hablar de la existencia de procesos redox o de oxidación-reducción. La
cuantificación de estos procesos se lleva a cabo mediante el parámetro potencial
redox de un suelo, que se expresa en milivoltios (mV).
Las propiedades fisicoquímicas son las que afectan a los fenomenos de superficie,
especialmente a la interfase sólido-líquido.
Por último, no se pueden olvidar las condiciones óxido-reductoras del suelo, tanto
en lo referente al potencial de oxidación del sistema suelo como en la relación
existente entre éste y el pH, que regulan la movilidad y biodisponibilidad de
muchos micronutrientes
3.2.1 El intercambio iónico
COMPONENTE CIC
Arena 0
Mica 0
Limo Escasa
Caolinita 1-10
Ilita 10-40
Clorita 10-40
Alófana 10-150
Esmectita 80-150
Vermiculita 120-150
Tabla 3.8. CIC (cmol/kg) de los principales componentes del complejo de intercambio del suelo.
Fuente: Porta, López-Acevedo & Roquero (1994).
En conjunto, la CIC de las arcillas puede cifrarse entre 1-150 meq/100 g. Para el
caso de la materia orgánica, la disparidad de valores de CIC se debe al distinto
grado de descomposición-humificación que puede presentar. La existencia en el
terreno de alófana -aluminosilicatos amorfos- también proporciona una importante
CIC. En menor importancia también existe intercambio aniónico.
Los fenómenos de intercambio tienen una gran importancia, dado que afectan al
movimiento y la retención de cationes en el suelo, la nutrición de las plantas, la
dinámica de los elementos contaminantes y el poder de reciclaje natural del suelo.
pH = - log [H3O+]
La escala de pH va de 0 a 14, si bien en los medios edáficos los valores que se
obtienen van de 3 a 11. El valor 7 es el indicador de neutralidad, por encima de
este valor se pasa al intervalo de basicidad y en los casos extremos (por encima
de 8,5) se habla de alcalinidad. Los suelos que presentan un pH alcalino indican
condiciones en que hay un predominio del sodio de intercambio. Los valores de
pH normales en un suelo se situan entre 4,4 y 8,4.
PROPIEDADES AFECTADAS
Estructura.
Porosidad y aireación.
Físicas
Circulación del agua.
Etc.
Meteorización química.
Disponidad de nutrientes.
Adsorción de aniones.
Etc.
Fijación de nitrogeno.
Etc.
Son las que dependen de la parte más íntima del suelo como es su propia
composición química.
Tan sólo queda considerar unos compuestos que perteneciendo a la fase sólida
del suelo, pueden pasar fácilmente a la fase líquida por ser extraordinariamente
solubles, es lo que consideramos las sales solubles del suelo, que incluyen a
aquellas cuya solubilidad es más alta que la del yeso. Nos estamos refiriendo a la
salinidad del suelo
Para preparar el extracto se añade agua destilada a una muestra seca y tamizada, hasta conseguir
que se forme una pasta, con suficiente agua para poder considerar que está saturada, y sin que
aparezcan dos fases por exceso de agua. Se deja equilibrar la pasta y después se extrae el líquido
mediante vacío.
Se mide con el conductímetro, y las lecturas se refieren a 25ºC (los valores tomados a otras
temperaturas deberán ser corregidos). Las unidades de medida en el sistema internacional son:
dS/m (deciSiemens por metro) a 25ºC; también sa ha venido expresando como mmho/cm (milimho
por centímetro), donde: 1 mmho/cm = 1 dS/m.
El suelo constituye también un conjunto de hábitats para los seres vivos. Muchos
microorganismos y animales realizan todo su ciclo vital en el suelo, del cual
obtienen todo lo necesario. Para los vegetales superiores constituye un soporte
donde desarrollar sus raíces y encontrar los nutrientes necesarios para su
metabolismo.
Los organismos edáficos tienen además efectos positivos para las propiedades
físicas del suelo, ya que favorecen su estructuración, pueden descomponer
sustancias orgánicas tóxicas, etc.
3.5.1 La profundidad
3.5.2 El color
El interés por describir y estudiar el color del suelo reside en el hecho de que es
una propiedad que suministra información cualitativa indirecta sobre las
características y el comportamiento de éste. Existen para su estudio diferentes
clasificaciones, la más empleada es el código Munsell, que define un espacio
tridimensional de color, las coordenadas del cual son:
- El croma: o saturación cromática que expresa la pureza relativa del color. Una
pureza baja del color supone una dominancia