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Abogacía
Contrato de obra:
Se entiende al contrato de obra, como aquel contrato en virtud del cual una de las partes,
actuando independientemente, se compromete a realizar una obra y la otra a pagar por esa
obra un precio en dinero, que se llama retribución. (Art 1251)
En lo que respecta a las partes del contrato de obra, por un lado se encuentra el contratista,
que es aquel que ejecuta la obra, y por otro, el comitente, quien paga la obra, según lo
establecido en el C.CyC.N.
En cuanto a los caracteres, el contrato de obra, es bilateral dado a que origina obligaciones a
cargo de ambas partes, y por lo tanto, oneroso. Sin embargo, el artículo 1251 del C.CyC.N
prevé la posibilidad de que el contrato sea gratuito, cuando las partes así lo pacten, o cuando
por las circunstancias del caso pueda presumirse la intención de beneficiar. Es también, de
tracto sucesivo, porque sus efectos se prolongan en el tiempo. Y, finalmente, es conmutativo,
ya que se supone que las contraprestaciones recíprocas son aproximadamente equivalentes.
Cuando hablamos del objeto del contrato de obra, decimos que este es amplio, y aunque las
reglas de nuestro Código Civil y Comercial hayan sido pensadas teniendo en mira
fundamentalmente la realización de una construcción u obra material, lo cierto es que alude a
las obras más diversas como ser, la construcción de un edificio, puente, camino, etc, su
modificación o refacción, y aún su demolición.
Además, el objeto de los contratos de obra, debe ir de acuerdo a las reglas generales relativas
a los actos jurídicos, en donde se establece que debe ser posible, lícito, concorde con la moral
y las buenas costumbres y determinado.
En lo que respecta a la forma, la ley no prescribe forma alguna para el contrato de obra, por lo
tanto queda concluido y se perfecciona por el simple consentimiento, sea verbal o escrito.
Pero existen ciertas excepciones en las cuales el contrato de obra debe cumplir con ciertas
exigencias formales, como ser, el contrato de obras públicas nacionales, el cual debe hacerse
por escrito, aunque no es necesaria la escritura pública; el contrato de construcción de un
buque de más de 10 toneladas, el cual también debe celebrarse por escrito y además debe
hacerse la inscripción en la Sección especial del Registro Nacional de Buques; y por último, el
contrato de obra subsumida en la ley de Defensa de Consumidor, el cual deberá
instrumentarse por escrito y conforme a presupuesto previo.
Cuando hablamos de la prueba de este tipo de contratos, decimos que puede probarse por
cualquier medio con excepción de testigos, en tanto es de costumbre que el mismo se
instrumente por escrito. Pero los testigos serán útiles, si hay principio de prueba instrumental,
o principio de ejecución, como ocurre si una de las partes hubiese recibido alguna prestación y
se negase a cumplir el contrato.
El Código Civil y Comercial ha regulado entre los artículos 1262 y 1266 los sistemas a los que
puede ajustarse la ejecución de una obra material; siguiendo para ello los estipulados en la ley
de obras públicas.
A partir de esto, se hace referencia a que las contrataciones pueden ser ejecutadas por unidad
de medida, por costes y costas o por ajuste alzado, sin perjuicio de otros sistemas de
contratación que se establezcan.
Además, el artículo 1262 del C.CyC.N establece que ‘’la contratación puede hacerse con o sin
provisión de materiales por el comitente. Si se trata de inmuebles, la obra puede realizarse en
terreno del comitente o de un tercero. Si nada se convino ni surge de los usos, se presume,
excepto prueba en contrario, que la obra fue contratada por ajuste alzado y que es el
contratista quien provee los materiales.’’
En cuanto al ajuste alzado, decimos que la obra se contrata por éste, o también llamado
‘’retribución global’, cuando las partes establecen desde el comienzo un precio fijo e invariable
para toda la obra. Las modificaciones en el precio de los materiales o de la mano de obra
benefician o perjudican al contratista y no alteran el precio. Dentro de este sistema, podemos
encontrar, el ajuste alzado común o absoluto, que es aquel en el que no hay variaciones de
ninguna naturaleza; y también, el ajuste alzado relativo, que se da en ciertos casos donde el
propietario se compromete a reconocer ciertas alteraciones en el precio, dentro de los límites
topes.
Al igual que con el sistema de ajuste alzado, las partes no podrían pedir reajuste sobre el
precio pactado, salvo mediante un hecho que justificare la aplicación de la teoría de la
imprevisión.
Y por último, se encuentra el sistema de costes y costas, en donde el precio de la obra se fija
teniendo en cuenta lo que esta costaría de mantenerse los actuales precios de los materiales y
salarios. Pero se reconoce al contratista el derecho de reajustarlo de acuerdo con la variación
de aquellos.
Dentro de este sistema se encuentran dos modalidades, en una de ellas, el aumento se limita
estrictamente a rubros indicados (materiales y mano de obra) sin afectar la retribución
reconocida al contratista que se mantiene invariable; y en la otra, se reconoce también un
aumento de gastos generales y retribución proporcional al aumento que en su conjunto han
experimentado los materiales y la mano de obra.
En base a lo antes mencionado, podríamos decir, que desde el punto de vista del comitente, el
sistema más conveniente es el del ajuste alzado o por unidad de medida, ya que de esta
manera queda cubierto de cualquier imprevisto. Y a su vez, estos dos sistemas también
otorgan ventajas al contratista, puesto que como el sistema inspira mayor confianza, le será
más fácil contratar con un margen de mayor beneficio. Pero a causa de la inflación, se ha
impuesto en la mayoría de las obras importantes y de duración prolongada, el sistema de
costes y costas. En conclusión, la construcción por ajuste alzado y por unidad de medida es
más conveniente en épocas de estabilidad económica, y el sistema de costes y costas es
conveniente en períodos de inflación.
Dentro de los sistemas más comunes de ejecución de obra, también podemos encontrar: los
contratos separados, en donde el comitente de la obra puede suscribir contratos separados
para la realización de distintas partes de una misma obra, asi por ejemplo una empresa se
puede encargar de la demolición y otra de la construcción; los subcontratos, que se da en los
casos en los que por ejemplo la obra se haya encargado a una sola empresa, y esta a su vez
subcontrate por cuenta de distintos aspectos de la construcción; y por último, por
administración, en donde por medio de esto, los comitentes pueden ejecutar el contrato de
obra, en estos casos, prescinden del contratista, y ellos realizan la obra con personal propio y
comprando directamente los materiales, es decir, no hay contrato de obra.
En lo que respecta al derecho a verificar, el C.CyC.N, en su artículo 1269, establece que ‘’En
todo momento, y siempre que no perjudique el desarrollo de los trabajos, el comitente de una
obra tiene derecho a verificar a su costa el estado de avance, la calidad de los materiales
utilizados y los trabajos efectuados.’’ Es decir, que el comitente tiene el derecho de poder
verificar la obra y de ver si esta se está desarrollando de acuerdo a lo establecido en el
contrato.
CONTRATO DE SERVICIOS:
Según lo dispuesto en el artículo 1251 del C.CyC.N, el contrato de servicios tiene lugar cuando
una de las partes se obligare a prestar un servicio y la otra a pagarle por ese servicio un precio
en dinero, también conocido como retribución. Y al igual que el contrato de obra, como
principio general es oneroso, pero como excepción puede ser gratuito, si así lo pactaron las
partes o si por las circunstancias del caso se pueda presumir la intención de beneficiar.
Varios empleadores intentan encubrir una relación de empleo detrás de una prestación de
servicios con el fin de evadir sus obligaciones laborales y tributarias.
Con respecto a los caracteres del contrato de servicios, decimos que es consensual, no formal,
conmutativo y se lo presupone oneroso, pero como hemos mencionado anteriormente, el
contrato puede ser gratuito, si así lo pactan las partes, o si se entiende que tiene la intención
de beneficiar.
En cuanto a su relación con los contratos de obra, decimos que ambos contratos implican la
realización de un esfuerzo en procura del cumplimiento de una obligación, y es ese sentido de
esfuerzo el que nos va a marcar la distinción entre uno y otro.
Ricardo Lorenzetti (Tratado de los Contratos, parte especial, Rubinzal-Culzoni, Santa Fé, 1999,
y III p.567) señala que la principal distinción radica en que mientras la prestación de servicios
constituye principalmente una obligación de ‘’hacer’’, el contrato de obra implica una
obligación de ‘’dar’’.
En cuanto a la noción de ‘’servicio’’, el autor indica que este es todo aquello que le brinda al
adquiriente una función intangible que no incluye un producto. Y por su lado, la obra según
Lorenzetti, implica que el trabajo sea un medio, y el objeto propio del contrato sea la utilidad
abstracta que se puede obtener, y ello es lo perseguido por el comitente.
El CCyCN en su artículo 1252, establece que ‘’Si hay duda sobre la calificación del contrato, se
entiende que hay contrato de servicios cuando la obligación de hacer consiste en realizar
cierta actividad independiente de su eficacia. Se considera que el contrato es de obra cuando
se promete un resultado eficaz, reproducible o susceptible de entrega.’’
Las obligaciones del contratista y del prestador, se encuentran establecidas en el artículo 1256
del C.CyC.N, lo cual también se aplica en el contrato de obra, y son las siguientes:
c) proveer los materiales adecuados que son necesarios para la ejecución de la obra o del
servicio, excepto que algo distinto se haya pactado o resulte de los usos;
Y en el artículo 1257 del C.CyC.N, se encuentran las obligaciones del comitente, las cuales son:
c) recibir la obra si fue ejecutada conforme a lo dispuesto en el artículo 1256.’’ (antes citado)
Por otro lado, existen tareas que son excluidas de la locación de servicios, es decir que no
vamos a poder realizar un contrato de servicios sobre estas prestaciones. Y estas son, por
ejemplo el servicio doméstico; servicios de transporte de cosas y personas, que se rige por las
reglas específicas de transporte; y las relaciones entre artesanos y sus aprendices o entre los
maestros y sus discípulos. Estas relaciones no están reguladas en el Código Civil y Comercial,
sino en leyes especiales que regulan su funcionamiento y desarrollo.
Bibliografía: