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Reseña: Relación hombre y naturaleza

Natalia Acosta Olivera 164003700

La Tierra, tal como la conocemos, es una red increíblemente compleja y frágil de


sistemas interconectados que se han desarrollado lentamente durante los últimos
4.500 millones de años. De las cenizas del Big Bang, este planeta surgió como
una masa de energía y elementos. De esa masa recién nacida de energía y
elementos evolucionaron sistemas estructurados y dinámicos de sólidos, líquidos y
gases. La evolución de este planeta continuó desarrollándose durante miles de
millones de años de una manera tan única que eventualmente surgieron
condiciones con la capacidad de fomentar la vida.

Desde los microorganismos más pequeños hasta los animales más grandes, toda
la vida en la Tierra tiene un ancestro común. Todo está conectado a todo.

En 3.500 millones de años de vida en la Tierra, todo ha seguido un curso natural


de evolución. Sin embargo, nuestro éxito como especie ha comenzado a afectar
este orden natural. Con una población de siete mil millones y escalando, hemos
jugado un papel tremendo en la interrupción de los sistemas naturales de la Tierra.
A medida que continuamos creciendo y teniendo un mayor impacto en los
sistemas de la Tierra, es imperativo que abordemos nuestro papel y relación con
la naturaleza.

La filosofía ambiental examina nuestra relación, como seres humanos, con la


naturaleza o nuestro entorno natural, revisa nuestra comprensión filosófica de la
naturaleza y nuestra concepción del valor y los derechos de la naturaleza; explora
cómo debemos vivir con y en la naturaleza, y en qué medida la naturaleza está o
no implicada en nuestra propia identidad humana. También se considera la
cuestión de si la naturaleza y el medio ambiente son conceptos útiles o
simplemente contribuyen a actitudes que apologizan nuestras relaciones con
nuestro mundo. La filosofía ambiental incluye en su alcance todos los discursos
centrales de la filosofía: metafísica, nuestras suposiciones sobre las cosas básicas
y la estructura de las cosas; epistemología: cómo llegamos a conocer y
comprender la naturaleza, y cómo las diferentes epistemologías revelan diferentes
aspectos del mundo natural; estética. Los patrones que pueden o no tomarse para
conferir significado o valor a la naturaleza; y ética, la moralidad de nuestro
tratamiento de los seres vivos y los sistemas. La investigación ambiental también
se superpone con otras disciplinas, como la psicología ambiental, la política
ambiental, y además es intercultural, ya que las diferentes sociedades entienden y
se relacionan con sus entornos naturales de diferentes maneras.
Cabe resaltar que la filosofía ambiental toma prestados conceptos filosóficos de
Heidegger y en qué medida la filosofía de Heidegger ayuda a proporcionar la base
filosófica de la ética ambiental. Puesto que el pensamiento posterior de Heidegger
a menudo se interpreta como orientado a trascender la subjetividad humana para
alcanzar un reino trascendental.

Estos conceptos me permiten descubrir lo que realmente importa siendo una


fuente trascendental de significado que no puede reducirse a entidades tangibles
de ningún tipo.

Sin embargo, muchas perspectivas éticas occidentales tradicionales son


antropocéntricas o centradas en el ser humano, ya que asignan un valor intrínseco
solo a los seres humanos o asignan una cantidad significativamente mayor de
valor intrínseco al ser humano.

Una cita de Aristóteles que me llamo mucho la atención es: "la naturaleza ha
hecho todas las cosas específicamente por el bien del hombre" y que el valor de
las cosas no humanas en la naturaleza es meramente instrumental.

Desde mi cosmovisión debemos no solo como biólogos sino como humanos


proporcionar bases morales para las políticas sociales destinadas a proteger el
medio ambiente del planeta Tierra y remediar la degradación ambiental.

Los seres humanos estamos incrustados en entornos naturales y sociales;


encarnado en formas organísmicas; cautivado por significaciones significativas,
símbolos, valores morales e ideología; y enredado en redes económicas,
tecnológicas y ecológicas de producción y consumo.

Nuestro "poder utópico de negar lo que está a favor de lo que creemos que
debería ser, de exigir lo que no desafía lo que es" expresa la compra en un reino
de valores que orientan las prácticas cotidianas, permitiendo el comentario
reflexivo categorial sobre el lugar humano en la naturaleza y en nuestras visiones
ecológicas para el futuro de la humanidad.

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