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Aniuune. Revista de Filosofia, #19, 1999, 9.25 Et cetera... (and so on, und so weiter, and so forth, y asf sucesivamente, und so iberall, ete.) JACQUES DERRIDA —¥ al comienzo, hay el y. KV...» dice Usted? {Qué hay en un «y»? gY euando digo «un y>, se convierte lx eonjunciGn ey» en un nombre? ;Qué hay en un nombre, en este nombre? Y me pregunto qué puede hacer una desconstruccién con una palabra tan pequefa, y casi insignificant —EI caso es que se ha propuesto, y decidido, y nuestro amigo nos lo confirmaré, tratar, de todas las maneras, de «La desconstruccién y..ef cetera..»? Y eso depende, en efecto, de lo que sigue. ,Cémo dejar en suspenso un sintagma asi? y el «syi-» de un sintagma asf? Junto eon este con» (cum, syn, mit, with), ¥ con este y», henos aqui expuestos a tantas conexiones peligro- —2Y por qué no? También a todo tipo de desconexiones. Peto tranquilicese. ;Y si Usted supie- se de qué manera es independiente la desconstruccién, y de qué manera esta sola, tan sola, com- pletamente sola! ¥ es como si se la hubiese abandonado, en pleno coloquio, en un andén de estacidn, 0 en un vestibulo de aeropuerto que se parecerfa a este mismo, en corespondencia o a pun- to de salir hacia no sé qué destino, —Pero no, creo antes por el contrario que no hay nada menos solo, y pensable separadamente Y la desconstruccién es también algo asf como un pensamiento de la teoria de los conjuntos. Habria que decir siempre, sicreemos en ellos, «la desconstruccin y...1 cetera... ete.» Y «desconstruccién» itia siempre con, junto con alguna otra cosa. ¥ tendria Usted entonces unos cuadros taxonémicos diferentes segin el nombre de esa «cosa»; y segiin su presunto concepto, y segin el juego del aniculo definido, y segin el tipo de comtigitidad y ta estructura conceptual de ‘cuencia o consecucién, sigue al y —Y eso sin contar con que Ia desconstruccisn introduce un «y» de asociacisn y de disociacion en el corazén mismo de cada cosa, que reconoce mas esa division de si en el interior de cada con- ceplo, a esto querria volver mas tarde, Y todo su «trabajo» se sitia en esa juntura o en esa dis-yun- ura: hay escritura y eseritura, invenci6n e invencién, don y don, hespitalidad y hospitalidad, perdén y perdiin, Cada ver una hipérbole viene a apelar a, y a decidir sobre, esa indecidibilidad ylo de ese double bind entre X y X: que hay X y X, viene a ser pensar X sin X; volveremos a esta ley: por lo demas «bind» significa una conexidn, una conjuncién, como «y». Un double bind toma siempre la forma de una doble obligaciGn: et ..e?. —Y asi, para quien quisiese poner orden en todas las frases o en todos los textos que se expon- rian en nombre de «La desconsiruccién y X», las tablas de conjuncién, si cabe decirlo asf, y Ia «el6gica de sus titulos serian diferentes, incluso radicalmente heterogéneos en las series ta X que, conse- 10 Jacques Derrida —on las que, al igual que los sustantivos categoriales el sincategorema y se eneuentra afectado, se encuentra en realidad profundamente modificado en su sentido y en su funcin: |. desconstruccién y ertica, desconstruccisn y filesofia, desconstruceién y metafisica, descon teuccién y ciencia, te. la desvonsiruceisn y ta literatura, la desconstruccién y el derecho, o la arquitectura, o la ges- {ign empresaria, 0 las artes visuales, ola misiea, etc 3. la desconstruccion y el don, o el perdu, o el trabajo, 0 la tr l amor. o la familia, o a amistad, ota ley, 0 lo imposible, o la hospitalidad, o el seereto, tc 4. la desconstruccién y América, la desconsirucci6n v la politica, la desconstruccién ylareligién, la desconsiruccidin y la universidad, et. 5. desconsiruccidn v marxismo, desconstrucciGn y psicoandisis, deseonstruccign y feminism, desconstruccién y nev historicism, desconstruccién y postmodernism, etc. Y se podria continua, y seria bastante facil hacer ver que en cada una de estas series, en cada uno de estos grandes conjuntos, la conjuncivin «y> resiste no sélo a la asociacin sino a la serie; y protesta contra una reduceiGn en el fondo absurd e incluso ridicula —Y efectivamente, se parte uno de risa, y me veo tentado de aitadir «la desconstruccidn y yoy 0. y yO..» por parodiar la parodia de una célebre cancidn trancesa —«50 millones de chinos y yo ¥ yo.» ¥ ante esta clasificacion rapsadica «a la china» y esta acumulacién falsamente rigutosa, hay ue repetir que segin el tipo de categorema de esta manera conjuntado a la desconstruccidn por medio de la gramatiea de lo que se llama una conjuncién («y>), no es ya sélo el sentido de alguno de esos categoremas lo que empieza a tener alguna determinacion (y que tendri que continuar com- Pleténdose en una frase y por medio de un discurso, ec.) es también el destino enigmiitico de la ‘misma palabrita «y>, a saber, el sincategorema, como decia Usted, «y> lo que se determina... ¥ el Son, el avee de la palabra sincategorema, como el cum de canjuncién, tiene también el sentido de Ja conexién conjunmtiva, es una especie de «y> en gener —Peto cy qué quiere entonces suerir nuestro amigo, sin embargo, con su alusidn a una rap- sodia «ala china»? Un ejemplo de esto podria ser esa clasificacién de los animales en «cierta enci- lopedia china» evocada por Borges y recordada por Foucault desde el umbral de su Prefacio a Las palabras y las cosas. Por 1o demés. ely del tiwlo, Las palabras y las cosas. es totalmente dife rente de cualquier otro y que asociara solamente palabras entre ells, o Solamente cosas entre ella. Entre palabras ¥ cosas, no puede haber conjuncidn o coleecién homogénea, ah no puede haber cenumeracién 0 adicidn simple, etc, Las palabras y las cosas no se aftaden ni se siguen en una mis- ma sere. —Salvo (y «salvo» es como «sin», una preposicién conjuntiva que resguarda la acciGn de tun cierto «y», ,n02) salve si se considera, y no es forzosamente ilegitima, que las palabras, también, son palabras y también cosas (er des mots et des closes) (y ahi acabo de hacer un uso del er que me parece que solo puede ser francés, poniendo un er antes del primer término de la enumeracién, y cabe que uno se pregunte si ese primer wt» sigue siendo traducible); y a menos que se considere ademés que cualquier unidad discreta de lo existente (0 lo-que-es) (palabra y cosa, palabra o cosa) puede tomarse en cuenta en una coleccin, Como recuerda Husserl, muy Pronto, en sus debates con et psicologismo, cabe, bajo la categoria de «algo en general» (etwas ‘therkaupe), asociar numéricamente, y en consecuencia enumerat, de un y 8 01F0, unas unidades aritméticas y unos objetos tan diferentes como un grupo de drboles, y un sentimiento, y un Angel, y una cuatidad de rojo, y la luna, y Napoledn. Y cabe también asociar, puesio que se hacen entonces, en cuanto concepios, mas homogéneos. los «conceptos» de palabras y los a, 0 el tiempo o la muerte, © Exceters ul concepios» de cosas, incluso si una palabra, en principio, no es mas que la designacién de una cosa a través de su sentido. Una palabra es «algo» en general, Estas precauciones y distincio- nes elementales serian indispensables para quien quisiera tratar de «la desconstrucci6n y X.. (X: {a cosa, la palabra, el concepto. el sentido”. y ¢se las puede distinguir en este caso? gy en singular cada ver?) —Lo que parece importar a los que seguimos aqui. antes incluso de la discusién en torno a una desconsiruccisn (en singular), {no es el 1? Pero al escuchar la extrafa conversacion que acaba de ‘comenzar, notemos tan s6lo, en el texto ya citado por Foucault, una palabra doble. Digo bien el doble de una palabra mas bien que una sola cosa. En el desorden de esta enumeracién acumulat va (yi.¥--¥--) que nos indicarfa. segtin Foucault, el «limite» de nuestro pensamiento, y para noso- tros, «la» imposibilidad desnuda de pensar estor, he aguf que aparece. como el ubismo en el ccorazén de las cosas. un «er caetera», una categoria del er cetera» que de una ver se traga todo en su abismo, Piensi uno en alguna ballena Ge Jonés trasformada en arca de No para todos los animales de la lista, o en una insaciable Bacea della Verita que amenazaria con englutir toda iden- tidad. y hasta ef concepto de concepto. Lemos: «alos animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestra- dos. (d) lechones, (e)sirenas, (D Fabulosos. (g) perros sueltos. (h) incluidos en esta clasificacién, (i) {que se agitan como locos, (k) dibujados con un pincel finisime de pelo de camello, (I) ecaetera, {(m) que acaban de romper el jarron, (n} que de lejos parecen moscas»' — {Ha notado usted la omisisn de la J. ;Yoluntaria © involuntaria? En la pagina siguiente, Fou- ccault la reinscribe en su sitio, entre ['y K, en ese orden alfabético det que acababa de decir: «Lo que trasgrede toda imaginacidn, todo pensanmiento posible, es simplemente la serie alfia- beética (a, b,¢, d) que liga con todas las dems a cada una de estas categoriasy Pero la letra que habia omitido. y que va a restablecer como si nada, como incluso si no se die- se cuema de que reparaba una omisidn por distraccidn, es, pues, J. y anuncia una sola palabara en Ja clasificaci6n: ‘«(J) innumerables.» {Cul es e! conjunto més abismal y/o més comprensivo? cel de los «innumerables»? cel del «et caetera»’ ;0 el del «incluido en la presente clasificacién»” Foucault lo dice muy bien: ‘«...) si todos los animales repartidos se alojan sin excepcién en uno de tos casos de la distribu- ci6n, gacaso todos los demas no estin en éste? Y éste. su vez, cen qué espacio reside? E] absurdo arruina el y-de la enumeracién al llenar de imposibilidad el en en el que se reparttian las cosas enu- meradas! —Foucault lo sabe sin duda, cada y no se reduce necesariamente a su funcién enumerativa, incluso si gsta puede quedar discretamente implicada en cualquier otra modalidad seméntica 0 pragmitica de! y. Como la del y que é! mismo utiliza para hablar del y («Y ésta a su vez, ;d6n- de reside?»), Esta inclusién del todo en la parte, esta serie que se inscribe toda entera en uno 1 Michel Fowcauit. Les morse es chores, Une archelogie des Sciences humains. Gallimard Pais. 1965p, 7. (Trad esp, Las palabras vas eos. Una aque dela cieacias lumanas. Siglo xi. México. 1968. p 1), Algunos. como Faw suit, eseibenetcactei.etos «deter ty es éte sin embargo el caso dela traduccidn ances en el fragmento que ‘ita Foucault sn dr Io referencia Borges la langue anaytique de John Wilkins». in Engnétes. 1937-1952. Py S, Bénichou, Gallimard, 1957, p, 144), Ouos, alos que vamos a seguir aqui escriben. com mi seguridad, etcetera 2 Pp. 89 cad. esp. p.2) 12 Jacques Derrida de sus términos, parece quiza, en efecto, desde un cierto punto de vista, «absurdan, y de un absurdo que carruina el y de la enumeracién>. Pero no testimonia también otros recursos, poderosos de otra forma, y que harian de la ruina misma del «y una fuerza casi invencible? Preguntarse qué ¢s el «1», lo que quiere y lo que no quiere decir, lo que have y no hace un y, © incluso un sineategorema en general, he aqui quiz, antes de toda enumeradién de todos los titulos posibtes del tipo «la desconstruccién ¥.. ete», a trea m&s constante de toda descons- trucei6n. Aquellos que participan en Ia conversacién que estamos escuchando lo saben sin dua, Pera glo dirin’? —Y de paso, y de vuelta a Europa, esta historia china puede recordar tambiéw Ia historia judta bien conocida: el letrero vel mejor sastre de la calle» quedard por encima de todos los demas lete- tos de la misma calte (wel mejor sastre de la ciudad, «el mejor sastre del pais», «el mejor sastre {del mundo»). Pues «el mejor sastre de la calle» no es mejor que aquel que se dice wel mejor sas- tre del mundo» si éste tiene su tienda en la misma calle? =Y tratdndose del er eaetera de la enciciopedia china, recordémoslo, Borges titulé simplemen- te «Eteétera> un conjunto de textos breves afadidos en una reedicin de la Historia universal de la infaria: «En la soccisn Etcetera he incorporado tres piezas nuevas, he agui la ima frase de un Prologo a la edicin de 1954". ¥ este Prologo se abre con una definicin del barroco, es decir, de sf su escritura misma, una definici6n del barcoco que se abliga a ser barraco. Incipit de un prélogo, primera palabra de! discurso que viene al principio: «Yo dirfa que harroco es aque! estilo que deli beradamente agota (0 quiere agotar) sus posibilidades y que linda con su propia caricature» El pro logo a la primera edicién designa, entre los procedimientos de los que abusan estos «ejercicios de ‘rosa narrativa», «las enumeraciones dispares>* Y sin duds hay que complicar un poco las cosas. Hay que atemperar tanto esta alusién un poco confiada de Borges a lo que lama «enumeraciones heterogéneas>. y tambicn la intepretacion que Je permite @ Foucault hablar de una «risa que sacude»" al leer en texto de Borges. Mas adelante hhablaréasimismo de una sincomodidad que hace reit>'. Pues la risa se have menos eufrica, sobre todo menos comunicativa, més incomoxa en efecto, cuando el ubjero de la divisi6n o de la clasli- cacin no es ya fide de manera ingenuamente realista(Laxonomia de las Cosas mismas, de los ani ‘males mrismas, de los individuos o de las especies de animales) sino eomo la serie de los caracteres, de les tributos, de los modos de aprehensién, de ls cualidades de actividad o de experiencia inten- ional que pueden referirse a animales. No se clasi imales, sino, como otros tantos temas o néemas posibles, las experiencias de la relacién con cl animal. La lista de Borges resulta- rig entonces incompleta,ciertamente, para sus entradas no bastaria un alfabeto, pero no seta ya rs ble, incémoda o aherrante, Podtria incluso aspirar a una ier ciemificidad fenomenoligica. ¥ en cuanto a la ostensible falta de jerarqui la simple yuxtaposicidn de los temas, 4 no ser que responda sun principio eculio de composicin (por ejemplo harroeo), he aqui que acta también de forma interesante, cuando menos para volverses de todo orden, @ su 3. Sigo naturale. el esto originale Sammente mis adelance et autor cy Missoria universal de ta nami. in Obras Complete. kp. 294. Emsse Hatclens, 1989. p 291 bid. p. 289. Las palabras vas coms Mdp Ja tas de Borges. En ete pa. sere a Coetera ya Ehaetent i 8 laque rete expre- ‘aya used saber porque Brewers 13 cardeter historico y no natural. Bs en esta direccidn —una nueva probematica del orden y su cons- tituciGn— hacia donde se orienta, como es sabido, Las palabras y tas cosas, e inscribe asi ese ‘momento de risa inedmoda en su prefaci. 'Y no nos apresuremos sin embargo a suscribir el doble diagndstico de Foucault a propésito de este «cuadrom. 1. Foucault declara, en efecto: «El absurdo arruina el y de la enumeraci6n al Henar de impo: sibilidad el en en el se repartifan tas cosas enumeradas»#. Ahora bien, no todo «y» es enumera- tivo de parte a parte; ni toda enumeracién enumera cosas areales» 0 «palabras» existentes. Un <<)» puede poner en un cierto orden, otro orden, unos fenémenos intencionales. y puede hacer- lo después o en esa reduccicn fenomenolégica que puede someterse a cuestiones desconstructi- vas, ciertamente, hasta un cierto punto, pero sin la disciplina de la cual no podria empezar ninguna desconstruccién, Como tampoco ningiin volver a poner en cuestidn un orden dado por natural (y por eso se puede suponer que una cierta reduccién fenomenolégica esté actuando implfcitamente en el proyecto de Foucault, incluso si ésie lo desconoce, eree necesario no acne Gitarlo, 0 hébil no asumirlo jams bajo ese nombre). Esta disciplina de la reduceién fenomeno- Jogica, esta puesta entre paréntesis o cntre corchetes del realismo ingenuo o de la actitud natural, €s, por el contrario, el abe de la desconstrucciGn. Pero no su alfa y su omega, su primera 0 su Ultima palabra, pues aquella cuestiona también la axiomstica de las reducciones fenomenol6gi- as, de camino —y el camino cuenta, nada actia en una desconstruccién sin la toma en consi deracién de un trabajo o de un trayecto, de una ruta que hay que distinguir, sin embargo, del hhodos de un método 2, ¥ Foucault encadena inmediatamente: «Borges no afade ninguna figura al atlas de lo impo- sible: no hace brotar en parte alguna el relampago del encuentro postico...» Tan seguro es esto? {Quién puede atestiguarlo? gy en nombre de quién? (De qué postica ya legitimada? ;Y st ese ‘reldmpago» uese el texto mismo de Borges? ade Borges que pone en accidn la poética (barca 0 10, por ejemplo) . que expone y describe siempre —y en consecuencia simultaneamente (esta simul: toneidad, esta sincronia es uno de los valores del sy, y en drabe, tendremos que volver a esto, de! waw: amientras quer, «sin embargo», «y he aqui que, c.)? ‘.Cmo y cudntas veces se nos impone el «), bajo su nombre propio o bajo alguna figura pscudsnima? ; Qué pasaria si borrasemos de un golpe. por algtin mecanismo de ordenador, todos los «ay» de nuestros discursos? Dificil de calcular, Mas y menos de lo que se imagina uno en principio, sin duda, pues todos los «y> no tienen el mismo valor, y una operacidn asi serfa ingenua desde el ‘momento en que tendrfa que limitarse a tos «y» marcados y explictos. Pero hay tantos otros, entre todas las palabras, mas claramente entre aquellas que entre éstas, y a veces en el interior mismo de ciertas palabras. Etcetera, por ejemplo, Cabe preguntar por otro lado si no se descubririan secretos apasionantes al someter un texto, un discurso, un libro a un analisis espectral —estiistico o prag- Indtica, y estadistico— de todos los usos del «y>.. ¥ cada escritor, cada poeta, cada orador. cada sujeto hablante, cada proposicién incluso puede poner en accién un «y diferente, diferente en cuan- to a la modalidad, diferente en cuanto al nimero, y a veces para decir la misma «cosa, en fin para decir lo que realistas presionados Hamarian la misma «cosa, allf donde habria que distinguir al ‘menos entre cosa, objeto, sentido y significacién, etc. Y hacerlo justamente mediante reducciones apropiadas. 8 Op cep.2. 4 Jacques Derida —Y mds alld del texto citado por Foucault, coda ta obra de Borges juega con esas posibilidades imposibies, sobre todo sus Ficeiones. Relced, on especial, «Examen de la obra de Herbert Quain» yy «Funes el memorioso»" — ylo el «istin.»). —El mi-ni, algunos dirian que «lam desconstruccién lo usa y que abusa de él, repitiéndolo has- tael infinito; y especialmente en la atencién a los indecidibles, sl double bind y a las aporias de todo tipo. La desconstruccién se parece, en efecto, a una reafirmacién repetida tanto del ni...ni como de Ja reafirmacién repetida (ni... pero si, sf, sty sf, siendo a la vez reclamado o prometido el segun- do si por el primero, y estando ast aliado a él, pero estando también necesariamente solo, y disyut to, y siendo de nuevo inaugural, significando entonces el «yn del «si y sh» tanto la coleécién o la adicién como la disociacion, tanto la memoria como fa amnesia). El mi. pues, ,e8 slo un caso, ‘una modalidad negativa del santo..como, 0 incluso de un 0..0 que modifica él mismo a su ver un tanto...como? :Y qué haa usted del «y now? jy del sfy no? —Ve usted que para hacer justicia al «y», los que hablan aqut han tenido que privilegiar, en el polilogo més abierto, una forma aforistica 0 diaforfstica. Estos interlocutores proceden por distin- cones, disyunciones, interrupciones, conjunciones y yuxtaposiciones, conexiones y desconexiones, serialidad y ejemplaridad, simplificaci6n: y simplificacién: y..y.....0t..et Ceveri onmes, et cetera, ¥¥ todos los demas, y los dems cualesquiera que sean. Pero ;no es esa interrupeién que aboca al aforismo la condicign de toda conversacién’? {Qué seria una conversecién © un polilogo sin inte- rupcién y sin alguna yuxtaposicién, sin un encadenamiento un poco arbitrario o aleatorio, sin una «asociacién de ideas» que sélo la insignificancia de un —Y sf. y eso sin embargo mediante una palabra «y> que lo més frecuentemente tiene un valor 6gico diferente © una finalidad propia (escansién, espaciamiento, quasipuntuacién, respiracidn, incipit exclamativo, adicién neutra, conexién o encadenamiento, disyuncién o simple escansién, sobrepuija, objecidn, concesién, etc.) hasta el punto de que se la podria sustitur o traducir, sin gran dio semimtico, por otras eras tantas conjunciones, setin el caso, por «pero», «ahora biem>, «pues», -, pues «sim» significa siempre, aungue usted Jo ponga en dud, «sin: con» 0 «con-sin», «y-sin». Es una ley general de logica formal: en toda disyuncidn se desliza y se insinéa por anticipado una conjuneidn, y viceversa). -Y entonces cabria que uno se preguntase sila funcidn asf marcad en el hebreo o en el érabe enciosamente 0 no, y diferentemente, en todas las lenguas, en todos los textos. cele todas las unidades a recoriar y/o a encadenar. Pero lo que se llama la desconstruccidn, ;n0 es ante todo tomar en cuenta fuerzas de disociacidn, de dislocacién, de desconexién, en una palabra de diferencia y de heterogencidad tales que un cierto puede él mismo traducirlas? ;Y ante todo las fuercas de oposicidn jerarquizadas que instalan todas las parejas de eoncepios alrededor de las cua: les se afana una desconstrucei¢n (el habla y la escritura, el dentro y el afuera el espiitu y la mate- ria, esto versus aquello, etc)? Sf, pero el «y» puede tambicn mantener las diferencias juntas conio diferencias, y la diferen- ia! es también esta insistencia de lo mismo en la oposicidn, incluso en la heterogeneidad infinita, racias a Mounira Khem (CE Reins dl anim Fong cana, Barslons, Fondacio la Caixa, 1997). Esa fea, me dice Mounira Khem. «sera tambien la et de los viajes. Enc] Cords (Por ciemplo, al comenza de uno de las suras que empiezan con esta era), ndica aga en nombre de Toque se ur ose pest ramen, aquello ie invoca y y mediante Toque uno se compromete: Em wonbye de Ali el Clemente. el Miscricordiono, Por el lay li ier roches. Porto par yloimpar./ Por la noche cuando Hega se eid .No es te un jurarente,? (sara LXXXIO, 13 eDiferencian es la raduccidn dela retorantewdiflérances. propusta pos José Matin Atancibia gn La diseminciin. Fundamentos. Madd. 1975) Se ha querido suger alguna ve ier eno lillbrencian. Per quia nova af nae con est palabra pseudopalara heerogrifica toda vez que noes ella tampoco, una palabra capita: ses que, Encerra 7 De ahi el debate imterminable con la Versammlug, con el pensamiento del juntarse sobre lo que insiste tamto Heidegger. ¥ de ahi concluyo que una de las dificultades del metalenguaje, la necesi- dad de los efectos de metalenguaje y la inposibilidad del metalenguaje absoluto {y en consecuen- cia la desconstruccién misma, ;n0 es asi?) depende de la I6gica de este imperative, No se puede , sin hacer uso ya de él en la definicién formalizante misma, Hay que servirse, al menos implicitamente, del «3 para decir cualquier cosa a propsito del «y>; hay que usarlo para meneionarlo o para citarlo entre comi Tas —Y en efecto, es eso lo que pasa en Husserl, puesto que de él se trataba hace un momento. Hay cen juego siempre una diferencia entre fo leno y lo vaefo de una intuiciGn del sentido, entre un més ¥y un menos en la plenitud de la presencia intutiva, en lo que Husser! Hama (jextrafia metéfora que Plantea muchos problemas!) el lenarse (Evfitlluig) de la intuicidn, Se podria traducir también Efi lung por «cumplimiento», ejecucién, realizacidn, incluso performance. Se trata entonces de res- ponder a lo que lama Husserl una «dificultad seria». ;Cémo comprender sincategoremas ««lesligados de todo enlace (aus jeder Verknitpfiug herausgerissene)? Pues Husserl encuentra esa sdificultad seria» al afirmar en primer término cémo y por qué, segun él, no puede haber sincate~ gorema desligado (herausgerissene), y asi independiente en un discurso categoremtico conciso y consistente (y la palabra y seria agui un buen ejemplo de categorema). Pues se hace entonces a si mismo una objecién: si fuese asf, gc6mo se podrla entonces «eonsiderar» solamente estes sincate- _goremas a parte, en cuanto tales, fuera de toda conexién, como lo ha hecho Arist6tcles? zeémo, por ejemplo, interesarse, como lo estamos haciendo aqui, cn el y por si mismo y en si mismo? Respuesta ala objecién: hay que distinguir entre ef més 0 menos eno y/o el mas o menos vacio. Y a esa dis- Lincién en ef allenarse» de una intencida de signifi sentaciones propias» y «representaciones impropias» «4A esta objeci6n, podrfames por de pronto contestar remitiéndonos ata distincién entre repre- sentaciones «propias» y representaciones «impropias» (auf den Unterschied der «eigentlichen» und uneigenilchens Vorstellungen), 010 que aqui es lo mismo, la diferencia entre las significaciones ‘meramente intencionales y ls impletivas (der boss intendierenden und der erfllenden Bedeutin- geno Y para decirlo, ha sefialado usted que Husserl tiene que servirse él mismo mas de una ver jus- to para marcar la disyuncign diferenial de la conjncn y (por dos veces: diferencia entte X y X) y de laconuneida o para marcar. al coniraro, a equivlercioa asocintiva, no disyuntiva (40 fo. que aqui es lo mismo, ele.). Tiene que servirse tambicn de aquelio que menciona. En la misma frase —Ast pues, las Investigaciones Légicas intentan demostrar que sincategoremas desligados (herausgerissene),disociados, en estado libre, «tales como «igual (gleich). «en conjuncida con» (in Verbindung mit), «y» (und). «o> (oder)» no pueden dar lugar por sf mismos a ninguna «com- prension intuitivay (kein innetives Versdidis), a ningin «cumplimiento signficativo, como no sen en conexign (im Zusammertang) de un todo de significacién més amplio (umfassenderen Bedew- hngsganzen)>.¥ ya ls otalidades, los encadenamientos, y Ios contextos que van a asegura al «y> tuna mayor pleninid de significacién, no podemos descrbiris y anaizarios mis que como enlaces, conexiones, asociaciones, dicho de otro modo, realizaciones de un cierto utlizados (que subrayaré) y los «y» mencionados: ‘«Si queremos eselarecer (ws klarmachen) la significacién (Bedeutung) de la palabra y (und), lendremos que verificar realmente un acto de coleccién y. en el conjunto que ast viene a ser lleva- do a representacidn propia (und in dem so zu eigentlicher Vorstellung kommenden Inbegrif). llevar ‘a cumplimiento una significacisn de la forma a y b (eine Bedeutung der Form and b cur Erjitlung bringen). ¥ asi sucesivamente (Und so idberall) Si se sigue aqui la l6gica de esta demostracién, el y asi iilizado para hablar del y mencionado no daria lugar @ una intencién de significacidn cumptida por la intuicién a no ser en la medida en que el contexto de la frase 0 de las frases que la rodean y Ia encadenan es suficientemente compre- Iensivo y determinante. Pero llega a serlo alguna vez totalmente? ¥ sino llega nunca hasta ka satu- racién intuitiva, gno quedaré siempre en todo discurso, en todo texto, una pare irreductible de esi swependencia», de esa no-independencia, de ese no-cumplimiento del que el sincategorma yes al ‘menos ejemplo? Y dejemos por el momento de lado la espinosa cuesti6n de saber si yes un ejem- plo de sincategorema entre otras, en la serie de los otras, a lado, como dice Huser, de «gleich», or ejemplo y de «in Verbindung mio», soder», 0 més bien por el contrario, el quasitrascendental, cl sincategorema por excelencia y silenciosamente implicado en todo enlace 0 conjuncién sincatc- goremética entre todos los categoremas posibles; pues el catdlogo de los categoremas parece supo- ner algun y entre todas las unidades diseretas asi clasificadas, al igual que un cierto y jumta también todos los categoremas. —Y x0 a Jo que apelan siempre las desconstrucciones, ;no es esa necesaria y rigurosa toma en consideracién del contexto, ciertamente, pero de un contexto del que se dice y repite desde hace tiempo que no es nunca plenamente saturable? ;No es en esa no saturabilidad donde se abre Ia inde- ciibilidad («tanto..como», «ni..ni», «0..0>), pero también el double bind, es decir la fuente y la condicién de toda decisién, de toda responsabilidad (ctica. juridica, politica —y en lugar de cada coma, en esa lista, podria leerse un 1)? {No se ve asf que aparece una de las razones por la que una desconstruecisn dedica el mayor interés a la sintaxis, no menos que a Ja Semdntica, a los sincate- goremus (conjunciones, preposiciones, adverbios: no, sin, salva, sf etc.), al interminable devenir itlegoremidtico 0 nominal de los sincategoremas? ,Y no Se compreade mejor por qué todo esto tenia que empezar con una puesta en cuestién del intuicionismo? del intuicionismo fenomenol6gico. ante todo, y de la confianza husserliana en el cumplimiemto y en la adecuacion entre la intencion y el cumplimiento?", 15. notrio queen todo este desarao ct ecumplimieno» ite necesariamente as contol "decepcin”(Enin- ‘hn bi. p. 315, tad. esp 9p. 115-116). Esta decepsion acute cuando el cunplimvento espero rela nips ble. bien por uma contadieién. por una incompatitilidad. bien porque la signficacin incompletso dependents tens |e queda a falta de contexosufeiememente determina, prvada de toda intviekn posible, Resula entones inn i de sgniticaci sin significacisn plea 16 Este optimsmo telclisico es sn duds iredutble:y se deca al final del pasaje que estamos leyendo. Huser on lye en efecto «qu de esa suet existe realmente la suai objtva ad as sm dic Sage wirklich ber ‘ein que viene exigida como necesaria por la posibilidad dela adeeuneion ent la intencion ye eumpliniento>(p 316, tea. esp. I. 117, Subeay, lao este us dl x). Breer 9 —Cierto, y Husserl sin embargo no hia terminado con sus dificultades. Empieza rehusindole a todo sincategorema, por ejemplo «y», una funcidn de conocimiento, Esta Sélo puede eonferirsela en el contexto de una significacidin categoremitica’”. «Y» por sf mismo no da nada a conocer. Pero Imantiene sentido sin embargo y hay que disociar aqui la aprehensidn del sentido de la funcién det conociniiento. Tras haber subrayaclo que «tambien las sinificaciones vacias —las representaciones impropias», «simbsticas», que dan sentido ala expresicn fuera de toda funeién cognoscitiva— lle- van en sla diferencia entre independencia y no-independencia»', Husserl se plantea una cuestion crucial. Esta cuestion tiene que ver con la juntura y/o la disyuncién entre sentido y/o conocimien- to, y ha jugado un papel estratégico determinamte, ast lo creo, en la historia de «la deseonstruccién yeatodos sus otros»: ge6mo comprender un sincategorema por si mismo, (por ejemplo «y») y por {qué hay abt sentido, y sentido pensable, alli donde falta el conocimiento? «Y» no nos ensefia nada, nno nos have conocer nada, y sin embargo comprendemos un cierto sentido de la palabra 0 del noe= ma «xy». Podemas incluso nominalizario, como Husser! precisera mas adelante, Convertido en cate- gorema, el «y» de conjuncién es designado como un nombre, opera como el nombre de la conjuncisn, y podemos entonces citario, reconocerio e identificario fuera de todo context de cond- cimiento, Pero Husserl esté resuelto « resolver la cuestién que formula valientemente en estos términos: «<{e6mo se explica el hecho indiscutible de que los sincategorematicos aislados, por ejemplo, la palabra aistada y, sean comprendidos? Decir que son no-independientes con respecto a sus inten- ciones significativas, es decir, que esas intenciones no pueden existir mas que en eonexiones cate- -goreméticas; asi pues, la particula desprendida, el yaislado, tendrfa que ser un mero flats vacis. La dificultad sélo puede ser resuelta del siguiente modlo:>". ¥ sigue entonces un pérrafo muy embara- z2as0. Esti organizado mediante una Iégica del complemento virtual o mediante una oposicién entre funcionamiento normal y funcionamiento anormal: o bien el sincategorema no tiene la mim significacién que en un contexto categorematico o bier: ha recibido potencialmente un «comple ‘mento de significaciGn» que lo ha trasformado en expresiGn incompleta, ciertamente, pero expre- sion incompleta de una significacién virtualmente «viva y eompletada» ‘El y aislado lo comprendemos: 6 bien porque se asocia a él, como significacién anémala (als ancmate Bedeutung), el pensamiento indirecto, aunque no articulado en palabras, de cierta pavti- ula bien conocida de nosotros, © bien porque sin auxilio de vagas represcntaciones de cosas y sin complemento verbal se nos ofrece un pensamicnto del tipo A y B>>. En este ultimo caso, concluye Huser, el «y> cumple su funcign a la vez normalmente y anor: ‘malmente: normalmente en la medida en que est ligada a una completitud virtual interior, y anor: imalmente en la medida en que esta completitud no est incorporada en expresiones exteriores. La diferencia entre siormal y anormal jugar un papel mayor un poco més adelante a propésito de la suppositio materials, a saber, la posibilidad para toda expresién (sincategorema 0 categorema) de convertirse en su propio nombre, por ejemplo cuando se nombra a si misma como fenémeno 17 «ninguna signification sineategoreica. est €, ningin acto de intencin significative no-independicmte, puede estar en la funcién de eonecimiena, como no eat on lo caneniin do uma sinificaion eategeremsitica. Y en lugar de Sgnificacin podiamos nazualmente decir tambin expeion.enenida pormalmente como Ia nia de wocablo signifcacon 0 sentido Ibid. p. 315: td. esp. p. 117} Husse!subeaya por parte el segundo x, per os dos «d= {e estas leas tenca un valor operat, no temic, som ulzadosy no macionades. 18 Pp 1S. tea, esp Ih p16, 19 Op.cit, pp. 3ES-316: trad. esp. Up. 116-117 20. Pp. 322, tad xp. p17. 20 Jacyues Derrida ‘gramatical. Esa es para Husser! una significacién «anormal», pues —proposicién axiomatiea a Ja ver necesaria, evidente, y bastante sorprendente para quien la lieve hasta sus ditimas consecuen- cias— «considerado légicamente, todo cambio de significacisn debe considerarse como anorma- Tidad»”. «Si decimos «ys es una conjuncisn, no habremos colocado en el puesto del sujeto el momento e significaciéin que normalmente correspond a la palabra «9», sino que habremos colocado en él la significacidn independiente dirigida hacia la palabra «a». En esta significacién andmala, et «»» no es en verdad una palabra sincategoremética, sino una expresién c: e nombra a sf misma como palabra, Existe un anélogo exacto de la suppositio materialis cuando la expresiGn, en lugar de su signi= Jficacién normal, sustenta una represeniacidn de esa significacién (es decir, una significacion que va dirigida a esa representacién tomada como su objeto). Tal sucede cuando decimos «y=, «pero» mayors, son significaciones no-independientes. Regularmente diriames en este caso: las signiti- ceaciones de las palabras x, pero, mayor, son no-independientes, Igualmente en la expresidin «hom. bbrev, «mesa», «caballo», son conceptos de cosas. funcionan como represemtaciones del sujeto representaciones de esos conceptos y no los conceptos mismos. En estos casos como en Jos ante- riores, sucle regularmente indicars¢ el cambio de significacisn (Bedeutungsiinderung) —por Jo menos en la expresiGn escrita— mediante comillas u otros medios de expresidn hieterogramuticos (heterogrammatische Ausdrucksmittel) (como podemos exactamente Hamarlos)>" —Si entiendo bien, la desconstruceisn, 0 al menos lo que se ha Hamado en un momento dado «la desconstrucciény, es un gesto que no parece frontamente opuesto a esta W6gica de Ta fenomeno- logfa hussertiana, Para aquella se tratarfa mds bien de sacar rigurosamente las consecuencias de una Jmposibilidad de saturacisn total para los contextos llamados categoremiticos, y para un contexto en general, o también, mas precisamente, de la posibilidad siempre abierta de estos funcionamien- tos incompletos, sincategoremdticos, que Husserl llama por sf mismos ? —i¥ que raros son! :No son raros? Y mezclan sin cesar las referencias eienitficas y de tipo lin- silstico-filosofico (mirad con Husser), ct. y la confidencia personal, y el estilo narativo en et inercambio ficticiamente dialdgico, como si hubiese en esto una rlacion. Extras manera. — Pero ose titulo de «La desconstruccin y.., lo mantenéria as en francés? gNo es ésta la Gn ca lengua en la que el «y» (et) resuena como el homéfono de wes» (est? Siento que muchas cosas Se mantienen aqu latentes entre el «et» y el cest En primer higar, no se podrfa decir nada de «la «y> «eso... Husser] nos recordaba hace un ‘momento esa posibilidad de nominalizacién catcgoremética. Adem, entre wet» y su homdtono (0 su homénimo) francés «cst» se implica una conexidn equivoca en Ia escena francesa, precisamen- tc, y asi en una firma intraducible y oscura (anormal, extrafia a toda funcién cognoscitiva y a toda verdad, diria Husser) de la desconstruccién, Pues ésa,o To que se lama con este nombre, eamien- 27a poniendo en cuestion la cuestion «zqué 6.» la custiGn que se instituye sobre la autoridad de! «eso, a saber, de una determinacidn del ser del ser nominalizado asia partir dl indicativo o del Partcipio presente del verbo set A partir de lo ente de ese «23» (0 de lo ente como objeto en gene- ral) se organiza una ontologia fundamental o una fenomenologie tascendental que, en principio y dle jure, domina vericalmente ta primide de las ontologies, de Ins fenomenologtas 0 de las dispi- plinas llamadas regionales. Al poner en cuestin este esquemajerirquico, al desplazario sin nece sariamente desacreditalo, «la desconstrecisin», 6 lo que se llama asi, abre cl espacio para otra onganizacién de las relaciones (no necesariamente piramidales) entre la serie de los «y» que coor dinan horizontalmente ls dics «regiones» (designacion que hay que repensar) y el orden ontofe- nomenolégico del wes. Pr eso no hay enciclopedia, no hay principio circular de la pedagogta y segran lgica» de Ia universidad que no se deje desconstrir. Desde e! momento en que afecta a la 23. Jacques Deri, fnroducion a Lavine de la géemérie, de Mussel, PUR, 19 mente» como forma fundamental dela ceaizaciin id. p18. 56s. Acer del oy as suse 2 Jacques Derrida jerarquia omtolégica, una desconstruccién afecta a todo, disloca la identidad consigo de un ses» y de un «y>, introduce en todas partes, entre todos los dominios © campos diseiplinares, un principio de contaminacién, de transferencia e incluso de traduccién, pero de una traduceisn sin trasparencia y sin adecuacién, sin analogia pura. De ah¢ la mezcla de atracci6n y de intolerancia que suscita en las instituciones en general, y sobre todo en Ia universidad. El orden tradicional, inquietado asi hasta en su principio jerarquico, es aquel que subordina ‘en suma el «y» al «es», Y Husserl, él de nuevo, le da una forma notablemente densa en el apéndi: cee | de Légica formal y lgica trascendentat™, Las formas de conexidn conjumtivas («la del y y la el om, adie des Und und Oder», dice: pero habra podido decir «la del o o del y) no tiene 1a rela- ciGn privilegiada con el juicio por excelencia, con el «juicio predicativen 0 «apofimtico», Para éste, 5 cl «el modo «conectivon» de la copula o incluso «la forma: es» (die fst-Form) la mejor forma funcional», Pues ella «convierte los términos en términos de la proposici6n total (des Satzeanzen)». Relea la retorica de este pasaje, Husserl distingue ahi ficmemente, subray4ndolo, lo que se situa por una parte (Einerseits), a saber, el «y>.y lo que se sitda por ovra parte (Andersseits), a saber, el «es» pero no hay en esto ni simetria horizontal ni conmensurabitidad, Para una I6giea, una ontologfa, una fenomenologéa, lo que se encuentra por la parte del «y» se ordena y se subordina a lo que esta por la parte del «es». Clisico. Este es el lugar estratégica mas decisivo para las cuestiones descons tructivas, con los desplazamientos que de ah se siguen. en las relaciones de «la desconstruccin yo, segtin todos 10s «conjuntos» sintagmaticos que evoedbamos al principio. Y entonees, qué quiere decir «lesconsiruceidin y..ete.>? —Nadla antes de hacer con ella una frase, desde luego, o un discurso organizado. Veamos, le desconstruccisn, {se ha sabido alguna ver qué queria decir eso? ;Y no se trataba de hacer todo por regresar a ese punto de pensamicnto en que se pensaria un pensamiemto que en principio o al final ‘no quiso decir nada? Y el léxico del pensamiento (pensamiento, pensar, pensamiento pensante, pen- samiento pensado) no se determinaria y no tomaria su sentido ms que a partir del punto de origen de lasignificacién, del querer decir, es decir, allf donde la significacin y la no significacién, el que- rer decir y ef no-querer-decir, 6 como dirfan algunos. los que identifican significacién y sentido, el sentido ye! sin-sentido se articulan, se adjuntan, se juntan y se disyuntan (de nuevo el «y» y el «o») conjuntamente. Conjuntamente y separadamente. ;Pero no es todavia més necesario para la «des- construcci6n y...X (cualquier otra cosa)» Pues lo otro de la desconstruccién, quiero decir lo otto. cen todas sus formas, lo opuesto, lo asociado, el amigo © el enemigo, el complemento o el suple: mento, se encuentra entonces afectado por la misma necesidad: dejarse reducir, es decir, recondu- cir alli donde «eso» no quiere decir. no todavfa o ya no, Por otto lado, «y», por sf mismo, no quiere decir nada, No se puede tener ninguna intuicién plena de ¢. Hussert no estab equivocado al decir que ése es uno de esos sincategoremas «incompletos». incluso si no se le sigue en lo que hace de sa incompletitud Nadie eseribird entonces un dia la historia, la historia auisnomna y espeeitica del ey», de su Logica o de su sistema, incluso de la idea misma de sistema. de multiplicidad organizada, de tesis, al representar el «syn» (cum, avec, apud, hoc. with, mit) bien una modalidad més estre- ccha o bien, al contrario, una categoria mas potente del sinctevorema «kai», «ands, «und», «2, <¥», ef cetera, Jo que incluso se podria decir también del e1vetera. ¢ mucluso (etiam) del también, igualmente de incluso, ;Quién escribird un dia la historia de la tavonomia de todos los valores del 24 Formale und mascendemuale Logik. Nemayet, 1929 Belage 1 pa 5.1 264, fe. sp. Las Villa, UNAM, México, 1962, pp. 310-518 Frectens 23 “¥» —entre los cuales se encontrarfa también la idea misma de orden taxonémico: clasificacién, Jerarquica 0 no, por disyuncién, conjuncisn, yuxtaposicién, oposicisn (y asi en primer lugar de Posici6n)? Y si la desconstruccién tiene algo que decir en relacién con la idea de esa historia, de 84 posibilidad o de su imposibilidad, zquién escribir la historia del «y> que, de forma sin duda Sinica, habré, no ya nombrado, sino juntado, adjuntado, conjuntado o disyuntado (pues es una gi Iitica de Ia conexidn/desconenién) la desconstruccion «y» X (la letra para tantas incOgnitasy? Antes de pensar en esta historia, habria que preguntarse por su sistema. Pero qué es un sistema? ‘Al menos un orden de conjuncién, pero que sigue siendo una forma determinada en la historia de \odas las weonjunciones» y de todos los «conjuntos» consistentes posible. Hay wy» ¢ ay, como hay edesconstruccin» y edesconstruccisn>. El y mismo no pucde reunificase:fracasa, pero ea ¢ su ocasiGn, en hacerse uno consigo mismo: se desconstruye o mas bien se deja desconstrui, en defensa propia y disyunto, por medio de lo que le sucede, le sigue ole precede, sobrevinién dole de oa parte («..y X>) 0 de Ia serie misma, homogénea © heterogénca, de los y Guragete. ~Se refuia usted a menudo, a falta de tiempo y de espacio, quiz4, en esa palabra miniscule <>. EI abrigo parece seguro, y la formalizacién, econdmica, y af, potente. Antes de dar vwueltas en torno al wes» 0 a la cuestion «qué e8?>, antes de toda la historia de ta filosotfa como ontologia dates dela defiicion filosfica de la desconstruccin («ia desconstruccidn es eso 6 aquello,o nada © talon, ete), antes de especular sobre la distincién problematic entre el «eS» tcdtico, constataive, © descriptivo y la potencia realizativa de crear el acontecimiemto, antes incluso del acontevimiento. Pre-ealizativo, cl que sucede, como completamente otro, antes incluso de toda espera y de toda rea, Uzatividad posible, habra habido, palabra todavia més breve que el «es», al menos en francés, su ‘homéfono (en franeés), «et» (una letra menos). Sin el «sentido» de algiin «y», nada sucederta, ni la conjuncién nila disyuncién. ni Ja conexin ni la oposiciGn, ni la alianca estatéica, nila yuntapo Sici6a, ni el ser-con, el ser-sin, el ser-junto, el ser-salvo, el no-ser, ete = Si hay que formalizar para ir deprisa (y la desconsiruccisn, como el movimiento mismo de la diferencia, apela aun pensaimiento de la economia, y asi, de la velocidad), hay que deci algo mée ito de una eierta ley que parece regir (oda relacién del tipo «desconsiruceidn y..» Simi hipshesis es just, y si hay realmente abf una ley, cabe entonces registrar una recurrencia. una serie rezluda de repeticiones, de las que cada una debe ser ejemplar de todas las dems (de nuevo la cues, Ui del «y» —indice de serialidad yfo de ejemplaridad, dos temas privilegiados para toda descons. trucci6n). Cada ver que digo wdesconstrucciGn y X (sca cual sea el concepto 0 el tema)y, es el Preludio a una division muy singular que hace de esta X, o que mds bien hace aparecer en esta X tuna imposibilidad que se conviete en su propia y Gnica posibilidad, de tal modo que entre la X Gomo posible y la «misma» X como imposible, hay ms que una rlacin de homonimia, de la que de nuevo hay que dar cuenta (filoséficamente esta ver, segun el principio de razén implicada en ‘oda entativa de explicar, de dar cuenta, etc.) Por ejemplo, por referirme a demostraciones ya inten, jadas en trabajos o en seminarios, una invencién (y asi, un acontecimiento) un don, un perdén, una hospitaidad, la muerte incluso (y as, tantas otras cosas) slo pueden ser posible como mpostbles, como lo im-posible, es decir. incondicionalmente, Si queda uno convencido con estas demostrac mes que no podemos reproducir aqui, entonces (y me atendré aqut a esta consecuencia), entre X y X (don y don, perdcn y perdi, ete.) entre la X como posible y la X como lo imposible no hay mie ue una relacién de hommonimia, y asi, una no-relacién semntica o de sinonimia, una relacign sin relacién. Hay don y dan, dos usos heterogéneos de la misma palabra, y sin embargo, a pesar de esta inconmensurabilidad, hay que dar cuenta de nuevo de esta homonimia, Pues noes fortuita: uno de a Jacques Derrida los dos conceptos lleva el mismo nombre que el otro porque es el enfoque o la tensi6n hiperbdlica de éte (eI Gnico don, la tiniea invencidn, el sinico perdén, la Gnica hospitalidad, dignos de su nom- bre, son el el don, la invencién, el perdén, la hospitalidad im-posibles). Bs entonces cuando hay «desconstruccin y X», pero primeramente «X y Xm, y asi, «desconstruceién y desconsirucciGn». {He comprendido bien? Habria como una regla, un procedimiento privilegiado en una des- ‘construcci6n que no es sin embargo ni un metodo, ni una técnica apropiable, sino un acontecimiento un estilo, La recurrencia, la probabilidad de esta quasi-regla (regla sin regla puesto que cada vez el ejemplo es absolutamente diferente) pasarfa a menudo a través de una especie de eonjuncicin dis- yuntiva al interior amenazado de cada étomo conceptual 6 verbal: estoy esto, esto sin esto, esto sal- Yo esto, amor y(sin) amor, Dios y(sin) Dios, ser y(sin) ser, religién y(sin) religion, fe y(sin) fe, perdén y(sin) perdsn, don y(sin) don. el uno haciéndose desconstruir en nombre de él mismo. o mas bien de aquello que, siendo completamente diferente, se convierte en su simple homénimo. Y el «y> tmarcaria entonces tanto la diferencia como la indiferencia, Hay desconstruccién y desconstruccidn. —No se deberfa decir nunca (y me esfuerzo en no decirlo nunca, en decitlo lo menos a menu «do posible) «la» desconstruccidn. ¥ sia embargo sila desconstruccisin es siempre plural sihay sola- mente desconstracciones cada ver firmadas de forma diferente, entonces persiste la cuestion socrética: {qué tienen en comiin?, zqué hace de estas desconstrucciones desconstrucciones que metezcan llevar y justificar el mismo nombre, aunque sea en plural? Qué justifica el nombre «des- construccién»’ A no ser que haya que preguntarse: ;«quigno lo justfica, ese nombre, quién lo auto- riza, qué firma ejemplar? Todas las aporias del «y> que acabamos de evocar (y son también las de lo indecidible como condicién de la decisién posible-impesible, de la decisién pasiva como deci- sid del otro en mi, y del double bind, y del suplemento: tanto..coma, 0.0, Wo, mi..mi et.) sur fan entre cada acontecimiento (desconstructor) y su firma («La desconstructiGn y yo, y yo. ¥ yO). CCuestidn del nombre propio. A propésito del nombre propio, pero también del aforismo y del con- tratiempo, habl6 él hace un tiempo de un cierto teatro del «y.% —Yo aiadirfa todavia una palabra, antes de olvidar: la desconstruccitin no es s6lo plural, a la vez posible ¢ imposible, puesto que posible coma imposible. No sélo toma en cuenta, y en primer lugar para formalizarlo, cl sy» de todas las sumas y de todos los «peligrosos suplementosm, y de todas las jerarquias que actian mas o menos secretamente en el orden enumerativo y/o oposicional del ay», Se esfuerza tambien en pensar (y esto seria el pensamiento mismo, si existe azo asf) el «y> del exceso ambiguo, el «y» que pone todo orden colectivo en via de diseminacién. El wy» disemi- 25 Reo y Juliet. conjunc de dos deseosaforsties pero que se mantcnen juntos.) Ely de esa connec lea tuo de ex y's lh presenta frecuentemeate. se lo ha tepresentad como la escena del Sonam eit, dela nacroni leo: I ets falda, el accident despraviado, In carta que mo legs «destino.» aes Derr El afo- ism a contaiemps, in Po lnventons de 'aure, Galle, 1987. p. 522) ‘Aeetea del Dowbie bind y la doble estrctura del Tazo o del conjuncidn, ef Gla y La carte posta passin Aceres 4 la decisin pasiva como decision del er en mf sobwe todo Pticas de la asta (rad os. Troy. Aserea at suplemento, ef, sobre todo De la srumaologi, pas {Los recursos logics del wy» se analizan también en Otbigryphis. Lenselynement de Mites fa poli dh om pre (Gaile. 198, . 265g) a props de al pasaje de a Declaracic de Indepeaeneia f.) soleil pulse are ‘declare, th shee anited Colmes ave cad of righ ough be free cd independant sates.) “Are and oa be fy antculaconjuna aga las dos mexaidads dssursivs, el ser el dber se. la constaacion Ta prescapeign, el Ineho y el deveho. Yes Dios: la vez creado de la naturaleza y juz. juez supremo de 10 que eel estado del mundo} 1 de lo que pone ea relacién on Jo que debe sr (la ettud de muss intencions (.) para qe eta declaracis te ‘22un somtdo yun efecto hice Tl Uns lima insti, Dios es el nombre. mejor. par eta ima instancay esta poster firma Eroetera 25 nal es el «mas de uno», y el «mis de una voz», y cl «més de unc lenguan*, y el «mals de dos»: y-el «mas de tes», ete ¥ como li firma de un nombre propio es siempre un sf, una afirmacién que promete repe- tirse, confirmarse y refrendar. y asi, ala vez acordarse y olvidarse para volver a firmar €ada vez la primera y la ltima vez (si, st y si). hay que afladit s/a la lista de estes minivocablos que se des- Jizan y se sobreentienden entre la desconstruccisn y toda X posible. Sty no, pues, si no, y salvo el no, un sf no seria nunca posible. Si, dird usted, pero también no, jno? SY sf ‘Traduccion: Patricio Peftalver Gomez. 26 A partir de ot. difernce». 1967 (en Marges de la pilosopie, Minuit. 1972) tata Yormulacioes de wel Uno que ire de sin. ms y menos que €l mismo, parecen conduct 3 los enancas nis econdmicos de Ma d'art (al ce. 1995) tales convo por ejemplo, we! Uno se guada de lo otro» 0 el Uno se hace volta ¢p. 124. 125) tad esp Paco Vidar, Trot, 1997, p. 86 27. Cl, por ejemplo las ulimas palabras de «Psyche, veeton de autem in Povche. ventions de Pare: «exo sto sucede en varias yours, Galle. 1987p. 28 Encuanioa la expresin wan de uns Keng». para defini inicamemte la desconsricién, aparece en Mémoires pir Paul de Mn (Gable. 1988. p38), aquela va seguida de un desarollo y de una pregunta que resueman ay «Cin. tas frases se puede hacer con "desconstrecia 29 specialmente en tome a a cuestin del tercers. ef. Adiew mantel Lévinas, Gaile, 1997, passim, sore todc p (68. trad esp. Juli Saris, Teta. 1998, p49, 30 Sob ef mis ali del ues, sobre In reacionenteel tes yel cuatro, f, Lr dssennaion (Seu. 1972) tad. esp. Jose ‘Manta Aranebia, Fundamentos. 1975

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