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Nombre del profesor:

María del Pilar Ayala Babativa

Nombre de los alumnos:


María Guadalupe Puente Obrajero
Bryan Cesar Lara Rentería

Materia:
Rehabilitación conductual

Aplicación de la terapia conductual en la drogadicción

Psicología Clínica
9° Semestre
¿Qué es la adicción?
La adicción

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe Neurociencia del


consumo y dependencia de sustancias psicoactivas define la adicción como una
enfermedad emocional, física y con predisposición genética. Otras organizaciones
como National Institute of Drug Abuse y la American Society of Addiction Medicine
también definen la adicción en sus propios términos.

Se define la adicción como una enfermedad, porque el abuso de sustancias o


conductas compulsivas modifica la estructura y el funcionamiento del cerebro. Las
características son:

 Primaria: No es consecuencia de otras enfermedades.


 Crónica: Persiste a lo largo del tiempo.
 Progresiva: Conlleva cambios físicos, emocionales y sociales acumulativos
y que se incrementan mientras el abuso continúa.
 Mortal: Tiene consecuencias fatales para el propio enfermo y
eventualmente para las personas de su contexto.
La adicción destruye no solo la vida de los que la padecen sino también la de sus
seres queridos. Nuestro cálculo es que cada adicto afecta a por lo menos tres
vidas más, ya sea la de los padres, novio/a, esposo/a, hermanos, hijo/s, amigo/s,
compañero/s de trabajo o jefe, entre otros.

La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos:

- Dependencia física: El organismo se vuelve necesitado de las drogas, tal es así


que cuando se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos fisiológicos,
lo que se conoce como síndrome de abstinencia.

- Dependencia psíquica: Es el estado de euforia que se siente cuando se


consume droga, y que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el
malestar u obtener placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de
consumir droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la consigue.

Algunas drogas producen tolerancia, que lleva al drogadicto a consumir mayor


cantidad de droga cada vez, puesto que el organismo se adapta al consumo y
necesita una mayor cantidad de sustancia para conseguir el mismo efecto.

La dependencia, psíquica o física, producida por las drogas puede llegar a ser
muy fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades básicas,
como comer o dormir. La necesidad de droga es más fuerte. La persona pierde
todo concepto de moralidad y hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la
droga, no haría, como mentir, robar, prostituirse e incluso matar. La droga se
convierte en el centro de la vida del drogadicto, llegando a afectarla en todos los
aspectos: en el trabajo, en las relaciones familiares e interpersonales, en los
estudios, etc.

Intervención de la Terapia conductual

Tratamiento

Los trastornos por abuso de drogas constituyen uno de los problemas de salud
pública más importantes, por lo que el desarrollo de programas de tratamiento
eficaces es un asunto de gran relevancia. Las clasificaciones diagnósticas
tradicionales proporcionan escasa utilidad clínica desde el punto de vista aplicado,
sin embargo, una explicación bio-conductual del fenómeno aporta una información
relevante para la comprensión del problema y la planificación del tratamiento. En
la actualidad, existe suficiente soporte empírico que avala la eficacia de las
terapias conductuales en la dependencia a la nicotina, alcohol, cocaína y heroína.
Una característica esencial es que estas técnicas se aplican dentro de paquetes
de tratamiento en combinación, frecuentemente, con terapias farmacológicas. Sin
embargo, a pesar de esta relativa eficacia, las tasas de recaídas siguen siendo
elevadas.

Enfoque Clínico Habitual

Se utilizó un enfoque cognitivo-conductual basado en la prevención de recaídas.


Se realizó una atención individualizada y también familiar (cuando se requería) de
una vez por semana orientada a la abstinencia, de aplicación en un medio
ambulatorio. La duración media de la intervención era de seis meses. El objetivo
era ayudar a los individuos a anticipar y a afrontar los problemas de recaída en el
proceso de cambio de su conducta adictiva. Se trabajaba sobre elementos básicos
de la prevención de recaídas que incluían los componentes: reducción de la
exposición a la cocaína y las señales de cocaína, estrategias de manejo de
deseos de consumo, apoyo y asesoramiento para manejo de ansiedad y estados
de ánimo negativos, prevención sobre uso de otras sustancias, y desarrollo de
actividades alternativas al consumo de cocaína. La abstinencia a la cocaína se
evaluó mediante controles analíticos de orina que se realizaban dos veces por
semana. Los enfoques cognitivo-comportamentales como la prevención de
recaídas, se basan en la teoría del aprendizaje social y en los principios del
condicionamiento operante. Los rasgos definitorios de estos enfoques son: 1) un
énfasis en el análisis funcional del consumo de drogas, es decir, entender el
consumo de drogas en el contexto de sus antecedentes y consecuencias, y 2)
entrenamiento en habilidades, a través de las que el individuo aprende a
reconocer las situaciones o estados en los que es más vulnerable al consumo de
drogas.

La literatura han establecido que los enfoques cognitivo-comportamentales tienen


un fuerte apoyo empírico para su uso en el tratamiento de trastornos por consumo
de sustancias.

Enfoque de Reforzamiento Comunitario (cra)

El cra reconoce el importante papel del medio ambiente y se centra en los


recursos alternativos positivos del entorno social. En este sentido, el desarrollo de
actividades sociales gratificantes que sean incompatibles con el uso de sustancias
resulta fundamental para iniciar y mantener la abstinencia. El programa hace
hincapié en el cambio de contingencias ambientales en diferentes áreas vitales,
como el trabajo, la familia, las actividades recreativas, etc., para promover un
estilo de vida que sea más gratificante que el uso de sustancias. El cra integra
intervenciones comportamentales y farmacológicas, y puede aplicarse
individualmente o en grupo.

Se trata de una terapia ambulatoria intensiva e individual con una duración


recomendada de 24 semanas. Los objetivos fundamentales son: a) lograr
abstinencia a la cocaína por suficiente tiempo para que los pacientes aprendan
nuevas técnicas de vivir que les ayuden a mantener dicha abstinencia, y b) reducir
el consumo del alcohol para los pacientes que asocian la bebida con el uso de la
cocaína. La intensidad es de una o dos sesiones semanales de terapia individual e
incluye cinco componentes: habilidades para el rechazo de consumo de drogas,
cambios en el estilo de vida (que incluye: mejora de las relaciones sociales,
actividades de ocio incompatibles con el consumo y asesoramiento vocacional),
terapia conductual de pareja, tratamiento del abuso de otras drogas y abordaje de
psicopatología asociada. Dos o tres veces por semana, los pacientes se someten
a muestras de orina para comprobar la abstinencia. Se adaptó la intensidad en la
aplicación de los módulos del programa a las necesidades de cada individuo.

Técnicas

Técnica en control de estímulos

Las técnicas de control de estímulos se diseñan individualmente para reestructurar


el ambiente del sujeto sobre el que queremos intervenir planificando el medio
social y físico en el que se desenvuelve para reducir la probabilidad de que la
conducta que queremos cambiar o el patrón general de comportamiento se sigan
manteniendo. Con esta técnica se pretende en definitiva identificar que estímulos
o situaciones más generales están controlando la conducta del sujeto para, más
adelante reducir su influencia o dirigirla hacia donde se ha propuesto el programa
de intervención.

Manejo de contingencias

Hay tres fases principales en la aplicación eficaz de manejo de contingencias:

1 Fase inicial o de evaluación: Consiste en medir la frecuencia con que se


producen las conductas, tanto apropiadas como inapropiadas, y determinar las
condiciones bajo las que se producen estas conductas operantes. En esta fase de
evaluación se identifica también el reforzamiento que mantiene la conducta
inapropiada y los reforzadores potenciales que se utilizarán para las conductas
adecuadas.

2. Fase de contrato de contingencias: En esta fase se determina la respuesta


operante deseada y la relación precisa entre la respuesta y el reforzamiento.
Además, se decide el programa de reforzamiento que se utilizará para establecer
la respuesta deseada.

3 3. Fase de ejecución

Prevención de Recaídas

La tendencia natural de la adiccion es a la recaida. Sin embargo es posible


prevenirlas. Esta técnica esta dirigida a reforzar la capacidad de mantener la
recuperación y prevenir las recaidas.

Entrenamiento

Este entrenamiento, diferenciaba muy bien dos términos: la “caída” y la “recaída”,


y basándose en esta diferencia, se desarrollaba a través de una secuencia de
pasos:

Informar al sujeto de que las recaídas son posibles.


Diferenciar la caída vs. la recaída.
Asumir el papel en el proceso de caída o recaída.
Analizar los factores que le han llevado a caer o reacer.
Entrenar habilidades específicas de afrontamiento ante situaciones de alto
riesgo.
Entrenarle en la toma de decisiones hacia el no consumo en situaciones de
alto riesgo.
Entrenarle en estrategias globales de afrontamiento y de estilo de vida para
mantenerse abstinente.
Escenarios de aplicación

La terapia conductual hace énfasis en el empleo de técnicas objetivas y validadas


científicamente para estudiar e intervenir en los trastornos psicológicos. Desde
este enfoque se ve la conducta como resultado del aprendizaje, pero también de
constructos cognitivos que la están determinando.

Uso de la realidad virtual: en especial para el tratamiento de trastornos de


ansiedad como las fobias específicas. La realidad virtual se ha empleado para
construir escenarios que permitan la aplicación de intervenciones basadas en
exposición, una terapia clásica dentro del conductismo.

Terapias digitales online: ya hay terapias cognitivo conductuales para trastornos


específicos que están automatizadas en la mayor parte del proceso. Puede
parecer contraproducente en una ciencia tan humanista como la psicología, pero
los adelantos actuales permiten la creación de softwares muy potentes con
características como la monitorización en tiempo real de parámetros de actividad,
la posibilidad de incluir elementos multimedia y la gamificación del proceso, que
facilita la entrega de recompensas.

Digitalización de los autorregistros conductuales: este instrumento usado para


profundizar en el conocimiento de la conducta, tradicionalmente realizado en lápiz
y papel, ha pasado a poder hacerse a través de aplicaciones diseñadas con ese
fin. Esta tecnología ha sido especialmente útil para la evaluación ecológica
momentánea (EMA), que permite al evaluador solicitar un registro conductual en
tiempo real.

Aplicaciones que permiten una conexión más directa y constante con el terapeuta:
hay trastornos, como la adicción, en que la accesibilidad al terapeuta es clave en
momentos de crisis. Se han creado aplicaciones, como pala-linq, que monitorizan
varios parámetros de actividad de la persona y también facilitan la conexión con el
terapeuta y con otros miembros de la red de apoyo del paciente.

Son solo algunos ejemplos de un campo con un amplio potencial de crecimiento,


que seguramente veremos avanzar de forma sostenida en los próximos años.

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