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TECNOLÓGICO NACIONAL DE

MÉXICO

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE ZACATEPEC

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA QUÍMICA Y BIOQUÍMICA

ENSAYO

“BIORREMEDIACÓN: UNA EXCELENTE ALTERNATIVA A LA


PROBLEMÁTICA DE LA CONTAMINACIÓN”

PRESENTAN

ERICK ANTONIO CARIAGA ESCOBAR

YANIN GUADALUPE MORALES MORALES

PATRICIA RIVERA FLORES

ISHUA CAROLINA ROMÁN MURRIETA

MIGUEL SÁNCHEZ FLORES

ASESOR:

IBQ. ROMÁN DÍAZ OMAR GENARO

MATERIA:

INGENIERÍA Y GESTIÓN AMBIENTAL

Miércoles 24 de julio del 2019.


ÍNDICE

ABREVIATURAS……………………………………………………...……………….IV
LISTA DE FIGURAS……………………………….………………………………...V
LISTA DE TABLAS………………………………….……………………...……….V
RESUMEN…………..…………………………………………………..…………...…VI
ABSTRACT…………………………………………………………….………..........VII
CAPITULO 1.

1.1. Introducción……………………………………………………..1

CAPITULO 2..

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………...…………………………21
ABREVIATURAS
LISTA DE FIGURAS
LISTA DE TABLAS
RESUMEN
Palabras Clave:

ABSTRACT
Key Words:
INTRODUCCIÓN

El crecimiento de la población y el avance de las actividades industriales a partir


del siglo XIX trajeron aparejados serios problemas de contaminación ambiental.
Desde entonces, los países generan más desperdicios, muchos de ellos no
biodegradables o que se degradan muy lentamente en la naturaleza, lo que
provoca su acumulación en el ambiente sin tener un destino seguro o un
tratamiento adecuado.

De este modo, en lugares donde no existe control sobre la emisión y el tratamiento


de los desechos, es factible encontrar una amplia gama de contaminantes.
Habitualmente, los casos de contaminación que reciben mayor atención en la
prensa son los derrames de petróleo. Pero, en el mundo constantemente están
sucediendo acontecimientos de impacto negativo sobre el medio ambiente, incluso
en el entorno directo, generados por un gran abanico de agentes contaminantes
que son liberados al ambiente.

Un ejemplo lo constituyen algunas industrias químicas que producen compuestos


cuya estructura química difiere de los compuestos naturales, y que son utilizados
como refrigerantes, disolventes, plaguicidas, plásticos y detergentes. El problema
principal de estos compuestos es que son resistentes a la biodegradación, por lo
cual se acumulan y persisten en el ambiente y lo perjudica tanto como a los seres
vivos, entre ellos el ser humano. En las últimas décadas, entre las técnicas
empleadas para contrarrestar los efectos de los contaminantes, se comenzó a
utilizar una práctica llamada biorremediación.

El término biorremediación fue acuñado a principios de la década de los ‘80, y


proviene del concepto de remediación, que hace referencia a la aplicación de
estrategias físico-químicas para evitar el daño y la contaminación en suelos. Los
científicos se dieron cuenta que era posible aplicar estrategias de remediación que
fuesen biológicas, basadas esencialmente en la observación de la capacidad de
los microorganismos de degradar en forma natural ciertos compuestos
contaminantes.
Hoy en día los procesos de biorremediación se han establecido tanto para
tratamiento de suelo y aguas subterráneas contaminados in situ como ex situ. Se
ha demostrado en las diferentes experiencias que cuando se adapta
correctamente a las condiciones del medio a intervenir, la biorremediación puede
ofrecer disminución significativa de costes y beneficios ambientales en
comparación con tecnologías alternativas [31,32 y 33].

Por otra parte, la biorremediación ha demostrado ser útil en la reducción de las


emisiones de vapores de compuestos orgánicos, en particular de los efluentes
gaseosos que son bajos en Compuestos Orgánicos Volátiles (COV). Dos procesos
biotecnológicos principales están disponibles para la eliminación de compuestos
orgánicos volátiles de los gases [34]. Se evidencia que la biorremediación ha
venido desempeñando un papel importante en el mantenimiento de un ambiente
limpio, el cual se ampliará sustancialmente a medida que esta biotecnología se
desarrolle e implemente para el tratamiento de todo tipo de efluentes, residuos y
emisiones industriales [32, 33 y 34].
CAPÍTULO 1. BIORREMEDIACIÓN

En la actualidad se reconoce ampliamente que la contaminación del agua, aire y


suelo es una amenaza potencial para la salud humana, lo cual ha llevado a
formular esfuerzos internacionales para poner remedio a muchos de estos
problemas, ya sea como respuesta a los riesgos para la salud de la población
involucrada, a los efectos medioambientales causados por la contaminación, o
para que el medio sea reconstruido [17].

La naturaleza y la magnitud de los problemas son siempre cambiantes, planteando


nuevos retos y creando una necesidad constante de desarrollar tecnologías
apropiadas. En este contexto, la biorremediación tiene un gran potencial para
atender estos desafíos representa para algunos científicos la esperanza de
protección del ambiente, la sostenibilidad y la gestión [18, 9, 19 y 20].

Dentro de la amplia gama de tecnologías con el potencial de llegar a la meta de la


sostenibilidad, la biorremediación, entendida esta como la aplicación de
microorganismos, hongos, plantas o las enzimas derivadas de ellos para la
restauración del ambiente [21 y 22], podría ocupar un lugar importante. Esta
tecnología actúa a través de las intervenciones de la diversidad biológica para los
propósitos de mitigación (y siempre que sea posible, la eliminación) de los efectos
nocivos causados por los contaminantes ambientales en un sitio dado [23].

1.1. ¿QUÉ ES LA BIORREMEDIACIÓN?

Se refiere a cualquier método que usa microorganismos para reciclar materiales


orgánicos y separar iones inorgánicos. Los microrganismos deben estar presentes
en suficiente cantidad y diversidad. [1]

Para que ocurra este proceso en condiciones óptimas se requiere que la


concentración de oxígeno residual sea 1 ppm o superior (procesos aeróbicos), que
estén presentes los nutrientes inorgánicos esenciales, y que los microorganismos
y el sustrato estén en contacto.
La biorremediación presenta ventajas sobre otras técnicas alternativas para
eliminar compuestos contaminantes como lo son tratamientos fisicoquímicos, ya
que es un proceso natural para destruir contaminantes orgánicos, los productos
formados son generalmente inocuos, la relación coste/efectividad es menor
comparada con las otras tecnologías y puede ser ejecutada in situ. [1] Además su
ámbito de aplicabilidad es muy amplio, pudiendo considerarse como objeto de
remediación cada uno de los estados de la materia, es decir, sólido (suelos o
sedimentos), o bien directamente en lodos, residuos, etc. Líquido, en aguas
superficiales, subterráneas y residuales; así como gases, derivados de las
emisiones industriales [24]

1.2. TIPOS DE BIORREMEDIACIÓN

En los procesos de biorremediación generalmente se emplean mezclas de ciertos


microorganismos o plantas capaces de degradar o acumular sustancias
contaminantes tales como metales pesados y compuestos orgánicos derivados de
petróleo o sintéticos. Básicamente, los procesos de biorremediación pueden ser
de tres tipos:

Biorremediación

1. Degradación Enzimática
2. Remediación con Plantas (Fitorremediación)
3. Remediación Microbiana

1.2.1. Degradación Enzimática

Este tipo de degradación consiste en el empleo de enzimas en el sitio


contaminado con el fin de degradar las sustancias nocivas. Estas enzimas se
obtienen en cantidades industriales por bacterias que las producen naturalmente,
o por bacterias modificadas genéticamente que son comercializadas por las
empresas biotecnológicas. Por ejemplo, existe un amplio número de industrias de
procesamiento de alimentos que producen residuos que necesariamente deben
ser posteriormente tratados. En estos casos, se aplican grupos de enzimas que
hidrolizar (rompen) polímeros complejos para luego terminar de degradarlos con el
uso de microorganismos (ver en la próxima sección). Un ejemplo lo constituyen las
enzimas lipasas (que degradan lípidos) que se usan junto a cultivos bacterianos
para eliminar los depósitos de grasa procedentes de las paredes de las tuberías
que transportan los efluentes. Otras enzimas que rompen polímeros utilizados de
forma similar son las celulosas, proteinasas y amilasas, que degradan celulosa,
proteínas y almidón, respectivamente. Además de hidrolizar estos polímeros,
existen enzimas capaces de degradar compuestos altamente tóxicos. Estas
enzimas son utilizadas en tratamientos en donde los microorganismos no pueden
desarrollarse debido a la alta toxicidad de los contaminantes. Por ejemplo, se
emplea la enzima peroxidasa para iniciar la degradación de fenoles y aminas
aromáticas presentes en aguas residuales de muchas industrias.

1.2.2. Remediación con plantas (Fitorremediación)

La fitorremediación es el uso de plantas para limpiar ambientes contaminados.


Aunque se encuentra en desarrollo, constituye una estrategia muy interesante,
debido a la capacidad que tienen algunas especies vegetales de absorber,
acumular y/o tolerar altas concentraciones de contaminantes como metales
pesados, compuestos orgánicos y radioactivos. La fitorremediación ofrece algunas
ventajas y desventajas frente a los otros tipos de biorremediación:

Ventajas:

 Las plantas pueden ser utilizadas como bombas extractoras de bajo costo
para depurar suelos y aguas contaminadas.
 Algunos procesos degradativos ocurren en forma más rápida con plantas
que con microorganismos.
 Es un método apropiado para descontaminar superficies grandes o para
finalizar la descontaminación de áreas restringidas en plazos largos.
Limitaciones:

 El proceso se limita a la profundidad de penetración de las raíces o aguas


poco profundas.
 Los tiempos del proceso pueden ser muy prolongados.
 La biodisponibilidad de los compuestos o metales es un factor limitante de
la captación.

Las plantas pueden incorporar las sustancias contaminantes mediante distintos


procesos que se representan en la siguiente ilustración y se explican en la tabla
que continúa:

FITORREMEDIACIÓN: Tipos de fitorremediación, en donde se indica la


zona de la planta en donde ocurre el proceso.
Tipo Proceso Involucrado Contaminación tratada
Fitoextracción Las plantas se usan para concentrar Cadmio, cobalto, cromo,
metales en las partes cosechables niquel, mercurio, plomo,
(hojas y ráices) plomo selenio, zinc

las raíces de las plantas se usan Cadmio, cobalto, cromo,


para absorber, precipitar y niquel, mercurio, plomo,
concentrar metales pesados a partir plomo selenio, zinc, isótopos
de efluentes líquidos contaminados radioactivos, compuestos
Rizofiltración y degradar compuestos orgánicos fenólicos.

Lagunas de deshecho de
Las plantas tolerantes a metales se
yacimientos mineros.
usan para reducir la movilidad de los
Propuesto para fenólicos y
mismos y evitar el pasaje a napas
compuestos clorados.
Fitoestabilización subterráneas o al aire.
se usan los exudados radiculares Hidrocarburos derivados del
para promover el desarrollo de petróleo y poliaromáticos,
microorganismos degradativos benceno, tolueno, atrazina,
Fitoestimulación (bacterias y hongos) etc.

Las plantas captan y modifican Mercurio, selenio y solventes


metales pesados o compuestos clorados ( tetraclorometano y
orgánicos y los liberan a la triclorometano)
Fitovolatilización atmósfera con la transpiración.

Municiones (TNT, DNT, RDX,


Las plantas acuáticas y terrestres nitrobenceno, nitrotolueno),
captan, almacenan y degradan atrazina, solventes clorados,
compuestos orgánicos para dar DDT, pesticidas, fosfatados,
subproductos menos tóxicos o no fenoles y nitrilos, etc.
Fitodegradación tóxicos.

Se conocen alrededor de 400 especies de plantas con capacidad para


hiperacumular selectivamente alguna sustancia. En la mayoría de los casos, no se
trata de especies raras, sino de cultivos conocidos. Así, el girasol (Heliantus
anuus) es capaz de absorber en grandes cantidades el uranio depositado en el
suelo. Los álamos (género Populus) absorben selectivamente níquel, cadmio y
zinc. También la pequeña planta Arabidopsis thaliana de gran utilidad para los
biólogos es capaz de hiperacumular cobre y zinc. Otras plantas comunes que se
han ensayado con éxito como posibles especies fitorremediadoras en el futuro
inmediato son el girasol, la alfalfa, la mostaza, el tomate, la calabaza, el esparto, el
sauce y el bambú. Incluso existen especies vegetales capaces de eliminar la alta
salinidad del suelo, gracias a su capacidad para acumular el cloruro de sodio. En
general, hay plantas que convierten los productos que extraen del suelo a
componentes inocuos, o volátiles. Pero cuando se plantea realizar un esquema de
fitorremediación de un cuerpo de agua o un área de tierra contaminados, se
siembra la planta con capacidad (natural o adquirida por ingeniería genética) de
extraer el contaminante particular, y luego del período de tiempo determinado, se
cosecha la biomasa y se incinera o se le da otro curso dependiendo del
contaminante. De esta forma, los contaminantes acumulados en las plantas no se
transmiten a través de las redes alimentarias a otros organismos.

1.2.3. Remediación microbiana

En este tipo de remediación se usan microorganismos directamente en el foco de


la contaminación. Los microorganismos utilizados en biorremediación pueden ser
los ya existentes (autóctonos) en el sitio contaminado o pueden provenir de otros
ecosistemas, en cuyo caso deben ser agregados o inoculados.

La descontaminación se produce debido a la capacidad natural que tienen ciertos


organismos de transformar moléculas orgánicas en sustancias más pequeñas, que
resultan menos tóxicas. El hombre ha aprendido a aprovechar estos procesos
metabólicos de los microorganismos. De esta forma, los microorganismos que
pueden degradar compuestos tóxicos para el ambiente y convertirlos en
compuestos inocuos o menos tóxicos, se aprovechan en el proceso de
biorremediación. De esta forma, reducen la polución de los sistemas acuáticos y
terrestres.

La gran diversidad de microorganismos existente ofrece muchos recursos para


limpiar el medio ambiente y, en la actualidad, esta área está siendo objeto de
intensa investigación. Existen, por ejemplo, bacterias y hongos que pueden
degradar con relativa facilidad petróleo y sus derivados, benceno, tolueno,
acetona, pesticidas, herbicidas, éteres, alcoholes simples, entre otros. Los metales
pesados como uranio, cadmio y mercurio no son biodegradables, pero las
bacterias pueden concentrarlos de tal manera de aislarlos para que sean
eliminados más fácilmente. [7*]
Las actividades microbianas en el proceso de biorremediación se pueden resumir
en el siguiente esquema:

FIG 1 : “METABOLISMO MICROBIANO”. Los microorganismos ingieren


contaminantes como fuente de carbono y algunos nutrientes como fósforo y
nitrógeno. La digestión de estos compuestos en sustancias más simples como
parte del metabolismo del microorganismo, puede resultar en la degradación del
compuesto en forma parcial (transformación) o total a dióxido de carbono (CO2) y
agua (H2O).

1.2.3.1. Microorganismos que limpian el medio ambiente

En sus procesos metabólicos, los microorganismos transforman los nutrientes que


obtienen del ambiente en sustancias más simples, y en este proceso obtienen
materia y energía que utilizan para su subsistencia. El hombre ha aprendido a
aprovechar estos procesos metabólicos de los microorganismos para obtener
diferentes productos de utilidad. De esta forma, los microorganismos que pueden
degradar compuestos tóxicos para el ambiente y convertirlos en compuestos
inocuos o menos tóxicos, se aprovechan en el proceso de biorremediación.
Existen, por ejemplo, microorganismos capaces de nutrirse a partir de
hidrocarburos, detergentes o bifenilos policlorados, de manera que su
metabolismo los convierte en productos inocuos para el medio ambiente. La gran
diversidad de microorganismos existente ofrece muchos recursos para limpiar el
medio ambiente y, en la actualidad, esta área está siendo objeto de intensa
investigación. Se han aislado de la naturaleza varios tipos de microorganismos
que consumen vertidos de petróleo y otras sustancias tóxicas, tanto directamente
en el sitio mismo del vertido como después de que los materiales tóxicos hayan
sido difundido por los suelos o alcanzado las aguas subterráneas.

1.3. Condiciones para la biorremediación

La selección del método de biorremediación a utilizar depende de varios factores:


los microorganismos presentes en el medio contaminado, la concentración y
toxicidad del contaminante y las condiciones del medio. Para que la
biorremediación tenga lugar, los microorganismos utilizados deben presentar una
actividad adecuada. Para lograrlo se deben generar las condiciones ambientales
óptimas (nutrientes, temperatura, oxígeno, etc.) que favorezcan el crecimiento de
la población de microorganismos. Esto, a su vez, provocará un aumento en la
velocidad de biodegradación de los compuestos contaminantes, y con ello la
detoxificación del medio. La biorremediación puede tener lugar bajo condiciones
aerobias o anaerobias (en presencia o en ausencia de oxígeno gaseoso,
respectivamente). En algunos casos, se utilizan los microorganismos presentes en
forma natural en el ambiente contaminado, o microorganismos autóctonos. En
estos casos se deben mejorar los factores ambientales mediante el agregado de
nutrientes como nitrógeno (N) o fósforo (P) para que los microorganismos crezcan
a mayor velocidad. A este proceso se lo llama fertilización o bioestimulación. En
cambio, cuando la actividad microbiana necesaria no se encuentra en el ambiente
contaminado en forma natural, se deben añadir microorganismos de otras fuentes.
A esta tecnología se la denomina bioaumentación. En términos generales en la
biorremediación de hidrocarburos en agua se utilizan bacterias, levaduras y algas
verdes, mientras que en la biorremediación de hidrocarburos en suelo intervienen
hongos, bacterias y protozoos.

1.4. Uso de organismos modificados genéticamente en


biorremediación

En los últimos años, los avances en ingeniería genética han permitido el desarrollo
de organismos transgénicos. Y la biorremediación hace uso de esta nueva
tecnología para resolver varios problemas de contaminación.

Muchos grupos de investigación están desarrollando en el laboratorio, plantas y


microorganismos genéticamente modificados para ser mejores agentes de
biorremediación, es decir que degraden mejor o más eficientemente a los agentes
contaminantes. Por ejemplo, se puede utilizar material genético de bacterias
resistentes a metales para insertarlo en el genoma de una planta que, entonces,
adquiriría esta nueva característica. Un grupo de investigación utilizó un gen
llamado merA, que codifica para la enzima reductasa del ion mercúrico, altamente
tóxico, que cataliza su reducción hasta la forma volátil y poco tóxica de mercurio
elemental, gaseoso en condiciones de temperatura no muy elevadas. Estos
investigadores, consiguieron la transferencia del gen bacteriano merA a cultivos de
Liriodendro tulipifera (álamo amarillo). El gen se expresó adecuadamente en ese
material vegetal, de modo que las plántulas regeneradas germinaron y crecieron
vigorosamente en los medios de cultivo, que contenían niveles de iones mercurio
que son normalmente tóxicos, siendo capaces de captarlo en su forma iónica y de
reducirlo en el interior de la planta, tras lo cual era liberado en la forma gaseosa no
tóxica. Esta investigación ha abierto el camino para que en el futuro sea posible
realizar plantaciones arbóreas transgénicas que, mediante este proceso de
fitovolatilización u otros parecidos, sean capaces de descontaminar terrenos con
altos niveles de contaminantes. Se están perfeccionando nuevos métodos de
biotecnología para el tratamiento del agua, que eliminarán los compuestos que
contengan fósforo, nitrógeno y azufre. Este bioprocesamiento se está extendiendo
a varios procesos industriales, entre ellos los de las industrias petroquímicas,
químicas y mineras, con el uso de bacterias oxidantes. La biorremediación
mediante bacterias ofrece grandes posibilidades de limpiar y descontaminar
sistemas complejos y gracias a sus ventajas económicas y ambientales será una
de las tecnologías más desarrolladas durante este siglo. Se están utilizando cepas
especializadas de microorganismos de alta actividad para tratar agentes
contaminantes en diferentes sectores, como las industrias que utilizan
catalizadores, las textiles, las curtiembres, el procesamiento de celulosa y almidón,
la galvanoplastia, la minería, el desengrasado y recubrimiento de superficies y la
impresión.
CAPÍTULO 2.

MICROORGANISMOS Y METALES PESADOS: UNA INTERACCIÓN EN


BENEFICIO DEL MEDIO AMBIENTE

La acumulación de desechos, sobre todo en áreas urbanas, genera la dispersión


de gran diversidad de compuestos en suelos, aguas superficiales y aire, con la
consecuente filtración de los mismos hacia las aguas subterráneas: los acuíferos
que constituyen la reserva de agua potable.

La solución al problema es lo que llamamos remediación que es el uso intencional


de procesos de degradación químicos o biológicos para eliminar sustancias
contaminantes ambientales que han sido vertidos con conocimiento o
accidentalmente en el medio ambiente. Los procesos de remediación pueden
efectuarse in situ, o sea en el mismo lugar donde ha ocurrido el derrame, o bien ex
situ, separando la porción contaminada y trasladándola a un reactor. Tal es el
caso de efluentes industriales o domiciliarios que se tratan previamente al vertido
al medio ambiente.

Las actividades industriales generan una contaminación a gran escala con metales
pesados (Cu, Zn, Pb, Cd, Cr, Ni, Hg, Co, Ag, Au) y radionúclidos (U, Th) en el
medio ambiente. En el caso particular de los suelos, suelen afectar la fertilidad y/o
el uso posterior de los mismos, mientras que en el caso de los acuíferos y aguas
superficiales, pueden comprometer seriamente el uso de este recurso como fuente
de agua para el consumo humano.

La remediación de estos ambientes contaminados mediante la utilización de


métodos químicos involucra procesos de costos excesivamente altos debido a la
especificidad requerida. Además, este tipo de solución no es aplicable en
procesos de remediación in situ, ya que es imposible tratar un metal determinado
debido a la competencia existente por la presencia de otros. La aplicación de
métodos de remediación efectivos depende del conocimiento de los factores
hidrológicos y geológicos del sitio, la solubilidad y especiación de los metales
pesados, los procesos de atenuación e inmovilización y la medida en que los
metales puedan dispersarse tanto horizontal como verticalmente a medida que
migran por el suelo. Por otra parte, la utilización de métodos biológicos para
remediar un ambiente contaminado (biorremediación) ofrece una alta especificidad
en la remoción del metal de interés con flexibilidad operacional, tanto en sistemas
in situ como ex situ.

IMPACTO AMBIENTAL

El impacto ambiental de los contaminantes metálicos en suelos y sedimentos es


estrictamente dependiente de la capacidad de complejamiento de éstos con
componentes del medio ambiente y su respuesta a las condiciones fisicoquímicas
y biológicas de su entorno. Los metales son especies químicas no degradables.
Por tal motivo, una vez volcados al medio ambiente, sólo pueden distribuirse entre
los entornos aire, agua y suelo, a veces cambiando su estado de oxidación, o
incorporarse a los seres vivos. Los procesos de adsorción y la formación de
complejos en medios naturales son responsables de que la mayor parte de los
vestigios de metales pesados se acumulen en los sólidos en suspensión,
incorporándose rápidamente a los sedimentos, donde se presentan los mayores
niveles de concentración de estos contaminantes. Como resultado de estas
interacciones, los sedimentos juegan un papel muy importante en la regulación de
la calidad del agua. Por su parte, las aguas intersticiales, en contacto directo con
los sedimentos, actúan como fuente o sumidero de estos contaminantes y en ellas
se observan concentraciones intermedias entre las aguas superficiales y los
sedimentos

BIODISPONIBILIDAD

La toxicidad de los metales pesados es muy alta. Su acción directa sobre los seres
vivos ocurre a través del bloqueo de las actividades biológicas, es decir, la
inactivación enzimática por la formación de enlaces entre el metal y los grupos -
SH (sulfhidrilos) de las proteínas, causando daños irreversibles en los diferentes
organismos. Para que los metales pesados puedan ejercer su toxicidad sobre un
ser vivo, éstos deben encontrarse disponibles para ser captados por éste, es decir
que el metal debe estar biodisponible. El concepto de biodisponibilidad se
encuentra íntimamente relacionado con las condiciones fisicoquímicas del
ambiente, que determinan la especiación y por lo tanto la concentración de metal
libre y lábil. Por ello es fundamental al determinar el grado de contaminación por
metales pesados de un ambiente, conocer su biodisponibilidad, es decir, la
concentración de metal libre y lábil presente en la muestra. Los métodos
electroquímicos permiten determinar la especiación de un metal y analizar la
disponibilidad del mismo en diferentes ambientes.

TRANSFORMACIONES MEDIADAS POR MICROORGANISMOS

Todas las interacciones entre los microorganismos y los metales u otros


elementos como carbono, nitrógeno, azufre y fósforo son componentes
fundamentales de los ciclos biogeoquímicos. Las interacciones metal-microbiota
son estudiadas entonces en profundidad en el contexto de la biotecnología
ambiental, con el objeto de implementar métodos de remoción, recuperación o
detoxificación de metales pesados y radionúclidos.

Dependiendo del estado de oxidación que se presente un metal y la especie que


esté conformando, un microorganismo puede realizar dos transformaciones
posibles. Una correspondería a la movilización del metal, es decir el pasaje de un
estado insoluble inicial (metales asociados a suelos, sulfuros u óxidos metálicos,
por ejemplo) correspondiente a una fase sólida, a un estado soluble final, en fase
acuosa. Este proceso se conoce con el nombre de lixiviación microbiana. El otro
corresponde a la inmovilización del metal, es decir el pasaje de un estado soluble
inicial en fase acuosa a uno insoluble final en fase sólida. A su vez existen en la
naturaleza diferentes mecanismos por los cuales la inmovilización del metal puede
llegar a ocurrir. Veamos entonces un poco más en detalle estas interacciones
metales pesados-microorganismos.

MOVILIZACIÓN DE LOS METALES PESADOS

Biolixiviación

Este mecanismo de solubilización es utilizado en la industria minera. Por


intermedio de la acción microbiana, los metales presentes en los minerales
resultan extraídos en fase acuosa. Tal es el caso de la obtención de Cu por la
oxidación de las menas de Cu2S (calcocita) a CuSO4 por intermedio de la acción
de las bacterias Thiobacillus ferroxidans y Thiobacillus thiooxidans

Desde el punto de vista de la biorremediación, el biolixiviado puede utilizarse


dentro de la perspectiva de la hidrometalurgia, recuperando metales a partir de
materiales sólidos contaminados como suelos, cenizas resultantes de quema de
desechos, sedimentos acuáticos, etc.

Este proceso se ha aplicado con éxito utilizando bacterias oxidadoras del hierro o
sulfuros, como Thiobacillus ferroxidans o Thiobacillus thiooxidans,
respectivamente, en la recuperación de Cu, Ni, Zn y Cd, tanto en condiciones
aerobias como anaerobias, ya que estos microorganismos pueden utilizar el catión
Fe3+ como último aceptor de electrones en lugar del O2 (4*). Las bacterias del
género Thiobacillus son microorganismos acidófilos, es decir, requieren un pH =
2,5 para crecer en condiciones óptimas, lo cual resulta adecuado para mantener a
los metales en solución, sobre todo al Fe3+. Con valores de pH mayores a 5,5,
estos microorganismos no se desarrollan, por lo tanto la lixiviación no sería
efectiva. Pero como era de esperar, existen otros microorganismos en la
naturaleza capaces de lograr una solubilización efectiva de metales tales como
Mn, Fe, Zn, Cd y Pb a pH mayores a través un mecanismo diferente. Se ha
comprobado que este mecanismo ocurre a través de la liberación de compuestos
orgánicos capaces de complejar y así solubilizar metales, tales como ácidos
carboxílicos o los compuestos llamados sideróforos (*5,* 6, ). Algunos hongos
como Trichoderma harzianum pueden solubilizar MnO2, Fe2O3 y Zn metálico
mediante la liberación de agentes quelantes. Ralstonia eutropha (Alcaligenes
eutrophus) es una bacteria capaz de acumular metales pesados, previa
solubilización de los mismos mediante la liberación de sideróforos. Los sideróforos
son péptidos con capacidad complejante que son liberados al medio con el objeto
de captar Fe, que es utilizado como oligoelemento dentro del metabolismo celular.
La biosíntesis de sideróforos, si bien se induce en ausencia de Fe en el medio,
también ocurre en presencia de otros metales, con el fin de detoxificar el entorno
celular. Otro caso interesante resulta la utilización de una combinación de la
solubilización microbiana del Pb de la piromorfita, Pb5(PO4)3Cl, mediada por el
hongo Aspergillus niger con la acumulación del metal disuelto por parte de plantas
que crecen en suelos contaminados con dicho mineral (5*). Este último fenómeno
es conocido por fitorremediación, donde la retención del metal es mediada por la
acumulación en vegetales.

INMOVILIZACIÓN DE METALES PESADOS

Dentro de la amplia diversidad microbiana, existen microorganismos resistentes y


microorganismos tolerantes a metales. Los resistentes se caracterizan por poseer
mecanismos de detoxificación codificados genéticamente, inducidos por la
presencia del metal (3*). En cambio, los tolerantes son indiferentes a la presencia
o ausencia de metal. Tanto los microorganismos resistentes como tolerantes son
de particular interés como captores de metales en sitios contaminados, debido a
que ambos pueden extraer los contaminantes. La resistencia o tolerancia
experimentada por microorganismos es posible gracias a la acción de diferentes
mecanismos [Figura 3]. Estos fenómenos son: biosorción, bioacumulación,
biomineralización, biotransformación y quimiosorción mediada por
microorganismos.
Biosorción
La biosorción es un fenómeno ampliamente estudiado en la biorremediación de
diversos metales pesados como el cadmio, cromo, plomo, níquel, zinc y cobre.
Los microorganismos utilizados como biosorbentes, aislados a partir de
ecosistemas contaminados, retienen los metales pesados a intervalos de tiempo
relativamente cortos al entrar en contacto con soluciones de dichos metales. Esto
minimiza los costos en un proceso de remediación, ya que no requiere el
agregado de nutrientes al sistema, al no requerir un metabolismo microbiano
activo. La biomasa capaz de participar en estos procesos es fácilmente extraíble
de sistemas acuosos como cursos de aguas o efluentes de diversos orígenes, por
lo que el proceso global de biorremediación sería rentable. Es por ello que la
búsqueda de este tipo de microorganismos se encuentra en crecimiento
constante, junto con el estudio de sistemas biosorbentes como por ejemplo la
utilización de consorcios microbianos, o sistemas mixtos formados por
microorganismos y macromoléculas (polímeros) sorbentes, que incrementarían los
rendimientos en la captación de mezclas de metales pesados .
Los fenómenos de biosorción se caracterizan por la retención del metal mediante
una interacción físicoquímica del metal con ligandos pertenecientes a la superficie
celular. Esta interacción se produce con grupos funcionales expuestos hacia el
exterior celular pertenecientes a partes de moléculas componentes de las paredes
celulares, como por ejemplo carboxilo, amino, hidroxilo, fosfato y sulfhidrilo. Es un
mecanismo de cinética rápida que no presenta una alta dependencia con la
temperatura y en muchos casos puede estudiarse en detalle mediante la
construcción de los modelos de isotermas de Langmuir y Freundlich.

Bioacumulación
Este mecanismo celular involucra un sistema de transporte de membrana que
internaliza al metal pesado presente en el entorno celular con gasto de energía.
Este consumo energético se genera a través del sistema H+-ATPasa. Una vez
incorporado el metal pesado al citoplasma, éste es secuestrado por la presencia
de proteínas ricas en grupos sulfhidrilos llamadas metalotioneínas o también
puede ser compartimentalizado dentro de una vacuola, como ocurre en hongos.
Algunos ejemplos de este proceso son muy interesantes, como el caso de
acumulación de uranio por la bacteria Pseudomonas aeruginosa, el cual fue
detectado íntegramente en el citoplasma, al igual que en la
levadura Saccaromyces cerevisiae .

Biomineralización
Los microorganismos son capaces de precipitar metales y radionuclidos como
carbonatos e hidróxidos, mediante un mecanismo de resistencia codificado en
plásmidos. Este mecanismo aparece por el funcionamiento de una bomba que
expulsa el metal tóxico presente en el citoplasma hacia el exterior celular en
contracorriente a un flujo de H+ hacia el interior celular. Esto produce una
alcalinización localizada sobre la superficie celular externa y por lo tanto la
precipitación del metal pesado (Figura 3.).
Otra forma de precipitar los metales es a través de la formación de sulfuros o
fosfatos, como resultado de alguna actividad enzimática celular. Un ejemplo de
ello es la precipitación de sulfuros metálicos en reactores con cultivos mixtos de
bacterias reductoras de sulfato o la acumulación de CdS en la pared celular de las
bacterias Klebsiella planticola y Pseudomonas aeruginosa .

Biotransformación
Este es un proceso que involucra un cambio químico sobre el metal pesado, como
por ejemplo en el estado de oxidación o metilación. Esta transformación biológica
de los metales pesados que resultan tóxicos mediada por enzimas microbianas
puede dar como resultado compuestos poco solubles en agua o bien compuestos
volátiles. El ejemplo más claro es el ciclo del Hg en la naturaleza, donde la
bacteria Pseudomonas aeruginosapuede reducir el catión Hg2+ a Hg0, y otros
organismos pueden luego metilarlo dando como producto el CH3Hg+ y (CH3)2Hg,
que son volátiles y aún más tóxicos que el propio Hg (Figura 4.).

Las reducciones de V(V) a V(III), Au(III) a Au(0) y Cr(VI) a Cr(III), conducen a la


precipitación del metal bajo condiciones fisiológicas. Entre estos últimos el Cr es el
metal más ampliamente utilizado en la industria de aceros, automóviles,
equipamiento de hospitales y curtiembres, entre otras. El Cr(VI) es un
contaminante de prioridad 1 catalogado por la Agencia de Protección Ambiental de
los Estados Unidos (EPA), ya que es estable en solución acuosa y por lo tanto de
alta movilidad en diferentes ambientes, con un alto potencial mutagénico y
carcinogénico. El pasaje a Cr(III) produce la inmovilización por precipitación de
hidróxidos y la disminución en la mutagenicidad. La utilización de microorganismos
resitentes a Cr con capacidad de bioconversión Cr(VI) en Cr(III) es de fundamental
importancia en el tratamiento biológico de efluentes industriales. [1*]

Quimiosorción mediada por microorganismos

Dentro de este término se pueden describir aquella clase de reacciones en donde


los microorganismos biomineralizan un metal, formando un depósito primario. Este
depósito primario funciona como núcleo de cristalización, con la subsecuente
deposición del metal de interés, promoviendo y acelerando así el mecanismo de
mineralización.

CAPÍTULO 3. ALGUNAS APLICACIONES DE LA


BIORREMEDIACIÓN MICROBIANA

La Biorremediación frente al vertido del Prestige

El desastre del Prestige fue un derrame de petróleo en Galicia provocado por el


hundimiento del buque petrolero Prestige en 2002. El accidente afectó a 2000
kilómetros de costa española, francesa y portuguesa.

El derrame de petróleo del Prestige ha sido considerado el tercer accidente más


costoso de la historia, pues la limpieza del vertido y el sellado del buque tuvieron
un costo de 12 000 millones de dólares según algunas fuentes, el doble que
la explosión del Challenger pero por detrás de la desintegración del Columbia y
el accidente nuclear de Chernobyl.

Una de las iniciativas se llevó a cabo en una isla afectada la contaminación del
petróleo había llegado con fuerza tras el hundimiento del Prestige. Los
investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
probaron la eficacia de Pseudomonas putida, un microorganismo muy utilizado en
biorremediación. La biorremediación in situ no fue la única aproximación científica
que se planteó tras el desastre del Prestige. En otros casos, los investigadores
estudiaron las comunidades microbianas que lograban vivir sin problemas con
altas concentraciones de hidrocarburos. Otras ideas que plantearon desarrollar
técnicas de bioaumentación, que buscaban incrementar el número de bacterias
para tratar de limpiar antes el petróleo. [*2]

Otras aplicaciones

Según lo reportado por Pan Wu y colaboradores en el 2018, la bioremovilidad de


Fósforos orgánicos y el mejoramiento de la calidad del suelo y su fertilidad
utilizando la bacteria Rhodobacter Sphaeroides en las aguas residuales tratadas
es factible. La Rhodobacter sphaeroides, es una bacteria fotosintética distribuida
en ríos y lagos, con capacidades para crecer en aguas residuales con
contaminantes orgánicos, además de que no presentan actividad patógena hacia
los seres humanos y animales.

En el 2010, Carlos Lezama-Cervantes y colaboradores desarrollaron un sistema


de recirculación (SR) integrando el cultivo del camarón con tapetes microbianos
constituidos por comunidades autotróficas y hetero-tróficas con una diversidad de
diatomeas, cianobacterias, bacterias púrpuras, bacterias reductoras y no
reductoras de sulfato, entre otros taxones con el objetivo de mitigar los impactos
ambientales de los subproductos del cultivo del camarón y avanzar hacia la
biorremediación del agua de cultivo.

También Granados-Machuca en 1999 y Paniagua-Michel & García en el 2003


evaluaron a nivel ex situ la capacidad de tapetes microbianos para depurar el nivel
de carga orgánica (DBO5) y de compuestos nitrogenados (N-NH4+, N-NO2- y N-
NO3-) de un efluente de cultivo de camarón.

En la actualidad, la producción de plásticos sintéticos es muy elevada y la


degradación de la mayoría de estos plásticos depende en gran medida de factores
ambientales y en muchas ocasiones la degradación de estos plásticos puede ser
de un tiempo muy prolongado. Por eso, se ha optado por la aplicación de
microorganismos, los cuales no solo facilitan la degradación de estos compuestos,
sino que pueden llegar a acelerar el proceso afectando sus propiedades físicas,
como lo son: cristalinidad, orientación y morfología como lo reportaron Sangeetha,
D. y colaboradores en el 2016.

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