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INTEGRANTES:
• RUIZ GUERRERO JOSE MARTIN
• PONCE JULCA GABRIEL ALFONSO
• BRUNO MIO JORDY GONZALO
• JUAREZ GONZALES DIEGO
La ética puede ser definida como una ciencia del comportamiento moral pues, mediante
un exhaustivo análisis de la sociedad se determina como es que deberían
(hipotéticamente hablando) actuar todos los miembros pertenecientes a ella.
Se logra clasificar los actos humanos como correctos e incorrectos sin tomar
en consideración los prejuicios, una conducta o acción humana es adecuada
o inadecuada, no importa el porqué. Hablamos de teorías que son
estudiadas, por ejemplo, por la axiología moral o la deontología.
En los párrafos anteriores, al hablar de las situaciones y los problemas morales, hemos
usado la palabra “persona”. ¿Qué significa esta palabra? ¿tiene ella una importancia
especial tratándose de la vida moral? He aquí dos interrogantes que es bueno abordar
desde el principio para situar en su justo terreno la discusión de las cuestiones éticas.
Seguramente si propusiéramos calificar moralmente una cosa, como por ejemplo una
piedra, una planta o una mesa, nadie tomaría en serio esta propuesta. De una cosa en
efecto no podemos decir que comete injusticia que cumple con sus deberes o que es
honesta o incorrecta. de igual modo, no decimos nunca de una piedra, una mesa o
cualquier cosa inerte, que son personas. Pero tampoco juzgamos moralmente a los
animales. A nadie se le ocurre -si no es bromeando o haciendo una ficción- exigir a los
animales el cumplimiento de deberás o llamarlos honestas o injustos. Y tampoco en este
caso, como en el anterior, usamos para designarlos la palabra persona. Ni siquiera a los
niños muy pequeños se les damos la trata propia de personas y asimismo nadie con
sensatez los juzga moralmente. Solo a los hombres, a parte de una cierta etapa de su
desarrollo y cuando son normales (los enfermos mentales graves, por ejemplo, quedan
excluidos) consideramos cabalmente personas y solo a ellos los juzgamos moralmente.
Pero ¿Qué sentido tiene la palabra “persona” aplicando en la vida moral? ¿Por qué no
podemos usarla para designar cosas o animales, a niños pequeños o a hombres atascados
de serias afecciones mentales? Para responder a esto y para precisar el concepto de
persona, consideramos cuales son las características que poseen los hombres maduros
normales a quienes llamamos personas y que en cambio de los demás seres no poseen.
Pero no solo en este carácter de la conciencia estriba la distinción entre los seres que son
personas y los que no lo son. No pueden olvidarse otro rasgo importantísimo del ser
consiente maduro: el conocimiento de los bueno y malo, de los justos y los injusto, del
deber y la culpa. Discernir lo que es moralmente correcto y lo que no lo es, reconocer y
acatar obligaciones, aceptar responsabilidades son cosas que solo los hombres son
capaces de hacer. Justamente a este darse cuenta de los valores y deberes de la conducta
aluden a muchas frases morales que estamos muy habituados a oír a emplear, por
ejemplo: “los dictados de la conciencia”, “la voz de la conciencia”, “obedecer a su
conocimiento”, “su conciencia lo acusa”, etc. Todas ellas se refieren a nuestra
conciencia en tanto que es conocimiento de lo bueno y lo malo, de los deberes y
obligaciones a que estamos sujetos como hombres y de la conformidad o desacuerdo de
nuestras acciones con esos principios, es decir, a la conciencia moral. No se llama
persona a quien no tiene la conciencia moral y, por ende, no se le juzga moralmente.
Con las distinciones que se nombró estamos ya mejor preparados para precisar el
concepto de personas. Pero hay todavía un rasgo de los seres humanos personales, no
poseído por los demás seres, que es indispensable para completar la caracterización que
estamos haciendo. Tan principal es que cuando falta en la conducta como propia de la
persona. Veamos esto a través de algunos ejemplos. cuando un hombre actúa bajo la
presión poderosa de un impulso corporal, como ocurre con un morfinómano, o de una
coacción externa, como la amenaza de muerte, su conducta pierde carácter personal en
mayor o menor grado, según sea la fuerza de esa acción extraña, igualmente, los actos
que un hombre realiza cuando ha perdido el control de su cuerpo (parálisis,
convulsiones epilépticas, caídas) no le pertenecen ya y no pueden contarse como formas
de una conducta en tanto que persona. ¿Qué es lo que estos casos faltan y en cambio
esta presente en los actos propios de la persona? Falta de decisión y ejecución propia de
las acciones, el dominio sobre nuestras facultades y nuestro cuerpo, la independencia de
nuestra conducta, en una palabra, la libre disposición de nuestro ser. La libertad,
especialmente la libertad de la voluntad así pues un carácter fundamental de la persona
y un requisito indispensable para juzgar moralmente las acciones de los individuos.
La palabra “ética” deriva de dos raíces griegas, la primera “ethos” (ἦθος) con la letra eta
(η) que significaba “hogar”, “morada” o “lugar donde se reside”. Específicamente se
utilizaba en el contexto del hábitat de los animales o, incluso, el lugar donde viven seres
humanos. A veces, este término llego a utilizarse para significar “país”, y la segunda es
la palabra “ethos” (ἔθος), con la letra épsilon (ε), que connota algo más parecido a la
manera que la palabra “ética” se utiliza hoy día, es decir, el carácter o aquellas acciones
por las que una persona lleva a cabo su proyecto de vida. Aristóteles utilizaba, a
propósito, las dos raíces de la palabra “ética” para argumentar que la ética es parte de la
política.
Por ello es usual decir que el objeto de estudio de la ética es la moral. De igual forma se
puede referir a la ética llamándola “teoría moral”. He ahí la ética es la reflexión y
sistematización filosófica sobre la moral. Se ocupa de dos cosas:
Evaluar crítica y racionalmente las morales de cualquier sociedad.
Un desarrollo teorético que busca establecer criterios racionales para dicha
evaluación.
La raíz de la palabra “moral” proviene del latín “mos” o el plural “mores”, término que
llevo a Cicerón a utilizar la palabra latina “moralis” para traducir el termino griego
“ethiká” (ἦθικά). El termino “morales” significa “costumbre” o “habito”. Llamemos
moral al conjunto de normas, reglas, principios, valores y costumbres que rigen el
comportamiento de los grupos humanos, dictado por instituciones como la familia, la
Iglesia, la es cuela o los medios de comunicación. También se le puede llamar
moralidad vigente.
En muchos casos ética y moral, se utilizan como sinónimos, en otros casos adquieren
significados distintos dependiendo de la doctrina filosófica que se quiera defender.
Savater en su filosofía, menciona la moralidad y sobre la reflexión de nuestros actos,
porque todo lo que uno hace repercute de alguna manera, ya hace bueno o malo, en el
instante o después, pero repercute al final de cuentas, e intenta que uno se ponga en el
lugar de otro, mantener, sobre todo, el vínculo de respeto y amistad para poder llevar
una sana convivencia. Savater critica fuertemente a la política, porque lo que dice
grandes rasgos, es que todos se pasan la bolita, nadie se hace responsable de los actos
que pueden llegar a realizar y es ahí donde la libertad queda truncada con el hecho de
saber hacer, es donde la gente y su libertad quedan en juego y a su vez, la confianza que
existe en la gente se pierde.
La moralidad describe los principios que gobiernan nuestro comportamiento. Sin estos
principios vigentes, las sociedades no sobrevivirían por mucho tiempo. En el mundo de
hoy, la moralidad es considerada frecuentemente como el pertenecer a un particular
punto de vista religioso, pero por definición, vemos que ese no es el caso. Todo el
mundo se adhiere a algún tipo de doctrina moral.
Los valores éticos son pautas de comportamiento que regulan la conducta, tienen
un carácter universal y se van adquiriendo durante el desarrollo individual de
cada persona.; por el contrario.
Los valores morales son aquellos valores que son transmitidos por la sociedad,
son introducidos desde la temprana infancia por los padres o las figuras de
autoridad, para luego, en la etapa escolar, ser reforzados por los maestros o
profesores. Muchos de ellos también vienen determinados por la religión que
practicamos y otros tantos están tan arraigados en nuestras sociedades que su
violación puede conducir, incluso, a sanciones legales.
Existen, asimismo, ciertas escalas jerárquicas entre los valores morales que, en
medio de un conflicto, nos obligan a priorizar unos sobre otros. Por ejemplo, la
lealtad es fundamental en una amistad, pero si un amigo ha cometido un delito y
la policía nos interroga, lo correcto sería que privilegiáramos el valor de la
honestidad por encima de nuestra lealtad.
Finalmente, los valores fundamentales son, según ASB, los que no pueden faltar
en la sociedad. Conforme a ellos la sociedad se organiza, se desarrolla y
perfecciona, y permiten establecer positivas relaciones sociales entre sus
miembros. Estos valores son:
La ética es importante por una razón: porque es la que nos recuerda que los seres
humanos tienen una responsabilidad en calidad de ser moral. El teólogo y aticista Hans
Kung ha identificado dos modos simultáneos de ser responsable:
Como diría Immanuel Kant con una de sus formulaciones del imperativo categórico, el
ser humano, en calidad de ser racional y moral, debe considerarse fin-en-sí mismo y no
solamente como un medio. Considerar al ser humano como fin-en-si por ser una entidad
moral, capaz de ser responsable, es reconocer su dignidad, es decir, su valor interno
como ser racional, que no tiene precio.
BIBLIOGRAFÍA
• https://concepto.de/que-es-moral/#ixzz5NSMKJE8d
• https://concepto.de/etica/#ixzz5NSNWmrIS
• www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/maslibros/etica-para-amador.pdf
• http://blocs.xtec.cat/enraonar/files/2011/08/Etica-para-Amador.pdf
• https://www.tabiblion.com/liber/Filosofia/Eticayvalores.pdf
• http://pmrb.net/home/sites/default/files/etica2.pdf