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UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

FACULTAD DE INGENIERIA INDUSTRIAL


DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA MECATRÓNICA

CURSO: FILOSOFÍA Y ETICA

DOCENTE: ALEJANDRO MUÑINCO CÓRDOVA

INTEGRANTES:
• RUIZ GUERRERO JOSE MARTIN
• PONCE JULCA GABRIEL ALFONSO
• BRUNO MIO JORDY GONZALO
• JUAREZ GONZALES DIEGO

TEMA: EL PROBLEMA DE LA ÉTICA

PIURA, 07 DE AGOSTO DEL 2018


1. INTRODUCCIÓN

En el mundo contemporáneo y en la historia de la humanidad en general encontramos


eventos y hechos sociales y personales que nos alegran, y otras emociones que
involucran el sentido moral, es decir, el sentido que nos permite intuir algunas acciones
como buenas o malas, correctas o incorrectas, incluso la distinción de lo que es virtuoso
o vicioso, lo que debemos valorar y lo que no. Como vimos en ¿Por qué somos seres
morales? Una perspectiva biológica, el sentido moral es resultado de todo un proceso
evolutivo que hizo posible nuestra supervivencia. Sin embargo, en esta lección veremos
esto desde una perspectiva distinta, la filosófica, es decir, desde un punto de vista
racional. Para ello, es necesario reconocer que el mero hecho de tener sentido moral no
basta, porque esa facultad es imperfecta y falla ocasionalmente. A veces, por querer
hacer lo que creemos que es bueno terminamos haciendo lo malo, por ayudarnos a
nosotros mismos y a otros, terminamos haciendo exactamente lo contrario, empeorando
alguna situación. El problema filosófico al que nos enfrentamos cuando hablamos del
mundo es “¿cómo debemos actuar en determinadas circunstancias?” y “. ¿debería ser el
mundo como es o debería ser de otra manera?” De una forma u otra nos hacemos estas
preguntas a la luz de la pobreza y miseria de niños alrededor del mundo, las
consecuencias horrendas de las guerras y conflictos a nivel mundial, el genocidio y
etnocidio, crímenes sexuales como la violación a mujeres, el abuso infantil, o asuntos
tales como la ventajeria de políticos que se aprovechan de los pueblos o de
corporaciones y negocios que abusan a los consumidores y trabajadores.
2. EL PROBLEMA DE LA ÉTICA

2.1. ¿QUÉ ES ÉTICA?

La ética es una rama de la filosofía que se dedica a analizar la conducta humana y


paralelamente, estudiar la moral y encontrar una manera de juzgar a la misma. El
término ética tiene su origen en el griego, proviene del vocablo ethikos que significa
carácter.

La ética puede ser definida como una ciencia del comportamiento moral pues, mediante
un exhaustivo análisis de la sociedad se determina como es que deberían
(hipotéticamente hablando) actuar todos los miembros pertenecientes a ella.

Cabe resaltar, que la ética no es coactiva ya que, al no imponerse sanciones legales en el


individuo (claro está, no existen las leyes éticas) se promueve una autorregulación a
través de normas colectivamente establecidas para todos. La ética posee diversas ramas
en las cuales se encuentra dividida:

2.1.1. ÉTICA NORMATIVA

La ética normativa que enfatiza su objetivo en exponer qué debe ser


considerado bueno o malo para una persona. Se dedica a la elaboración y
posteriormente la formación de normas sociales excluyendo el seguimiento
y/o cumplimiento de las mismas.

Se logra clasificar los actos humanos como correctos e incorrectos sin tomar
en consideración los prejuicios, una conducta o acción humana es adecuada
o inadecuada, no importa el porqué. Hablamos de teorías que son
estudiadas, por ejemplo, por la axiología moral o la deontología.

2.1.2. ÉTICA APLICADA

La ética aplicada es uno de los campos más actuales de la filosofía


contemporánea donde se hace una reflexión sobre la fundamentación de las
normas. Aquellos especializados en estudiar y ejercer la ética aplicada
trabajan en distintos ámbitos como por ejemplo la bioética, la ética
ambiental, la ingeniería ética, entre otras.
En dichos ámbitos, la ética aplicada trata problemas éticos que tienen su
origen en la cotidianeidad ya que, se ocupa de estudiar las cuestiones
morales en concreto y sus controversias.

3. LA PERSONA MORAL Y LA ACCIÓN.

En los párrafos anteriores, al hablar de las situaciones y los problemas morales, hemos
usado la palabra “persona”. ¿Qué significa esta palabra? ¿tiene ella una importancia
especial tratándose de la vida moral? He aquí dos interrogantes que es bueno abordar
desde el principio para situar en su justo terreno la discusión de las cuestiones éticas.

Seguramente si propusiéramos calificar moralmente una cosa, como por ejemplo una
piedra, una planta o una mesa, nadie tomaría en serio esta propuesta. De una cosa en
efecto no podemos decir que comete injusticia que cumple con sus deberes o que es
honesta o incorrecta. de igual modo, no decimos nunca de una piedra, una mesa o
cualquier cosa inerte, que son personas. Pero tampoco juzgamos moralmente a los
animales. A nadie se le ocurre -si no es bromeando o haciendo una ficción- exigir a los
animales el cumplimiento de deberás o llamarlos honestas o injustos. Y tampoco en este
caso, como en el anterior, usamos para designarlos la palabra persona. Ni siquiera a los
niños muy pequeños se les damos la trata propia de personas y asimismo nadie con
sensatez los juzga moralmente. Solo a los hombres, a parte de una cierta etapa de su
desarrollo y cuando son normales (los enfermos mentales graves, por ejemplo, quedan
excluidos) consideramos cabalmente personas y solo a ellos los juzgamos moralmente.

Por lo anterior, se ve que el concepto de persona esta íntimamente vinculado al de la


moralidad, de tal manera que solo allí donde tratamos con personas podemos aplicar
calificativos morales. El concepto de persona se nos revela de este modo como un
concepto central de la ética.

Pero ¿Qué sentido tiene la palabra “persona” aplicando en la vida moral? ¿Por qué no
podemos usarla para designar cosas o animales, a niños pequeños o a hombres atascados
de serias afecciones mentales? Para responder a esto y para precisar el concepto de
persona, consideramos cuales son las características que poseen los hombres maduros
normales a quienes llamamos personas y que en cambio de los demás seres no poseen.

La primera diferencia se refiere a la conciencia. Las cosas no la poseen ciertamente;


pero en los demás seres vivos, a los cuales se puede llamar consientes en un sentido
amplio, falta la referencia a un centro organizador de las vivencias y los actos, falta la
aprehensión de un yo que preside la conducta, es decir, la conciencia de sí. Ahora bien,
el hombre propiamente tal, ese a quien sin vacilación llamamos persona, es consciente
de si mismo, se sabe agente de su comportamiento voluntario y se reconoce como el
mismo sujeto, como una unidad permanente a través de la sucesión de acciones.

Pero no solo en este carácter de la conciencia estriba la distinción entre los seres que son
personas y los que no lo son. No pueden olvidarse otro rasgo importantísimo del ser
consiente maduro: el conocimiento de los bueno y malo, de los justos y los injusto, del
deber y la culpa. Discernir lo que es moralmente correcto y lo que no lo es, reconocer y
acatar obligaciones, aceptar responsabilidades son cosas que solo los hombres son
capaces de hacer. Justamente a este darse cuenta de los valores y deberes de la conducta
aluden a muchas frases morales que estamos muy habituados a oír a emplear, por
ejemplo: “los dictados de la conciencia”, “la voz de la conciencia”, “obedecer a su
conocimiento”, “su conciencia lo acusa”, etc. Todas ellas se refieren a nuestra
conciencia en tanto que es conocimiento de lo bueno y lo malo, de los deberes y
obligaciones a que estamos sujetos como hombres y de la conformidad o desacuerdo de
nuestras acciones con esos principios, es decir, a la conciencia moral. No se llama
persona a quien no tiene la conciencia moral y, por ende, no se le juzga moralmente.

Con las distinciones que se nombró estamos ya mejor preparados para precisar el
concepto de personas. Pero hay todavía un rasgo de los seres humanos personales, no
poseído por los demás seres, que es indispensable para completar la caracterización que
estamos haciendo. Tan principal es que cuando falta en la conducta como propia de la
persona. Veamos esto a través de algunos ejemplos. cuando un hombre actúa bajo la
presión poderosa de un impulso corporal, como ocurre con un morfinómano, o de una
coacción externa, como la amenaza de muerte, su conducta pierde carácter personal en
mayor o menor grado, según sea la fuerza de esa acción extraña, igualmente, los actos
que un hombre realiza cuando ha perdido el control de su cuerpo (parálisis,
convulsiones epilépticas, caídas) no le pertenecen ya y no pueden contarse como formas
de una conducta en tanto que persona. ¿Qué es lo que estos casos faltan y en cambio
esta presente en los actos propios de la persona? Falta de decisión y ejecución propia de
las acciones, el dominio sobre nuestras facultades y nuestro cuerpo, la independencia de
nuestra conducta, en una palabra, la libre disposición de nuestro ser. La libertad,
especialmente la libertad de la voluntad así pues un carácter fundamental de la persona
y un requisito indispensable para juzgar moralmente las acciones de los individuos.

La persona moral, podemos decir ahora resumiendo el examen procedente, es el ser


consciente de si de los principios a que está sometida su conducta, capaz de decir y
ejecutar por su libe voluntad las acciones que configuran su existencia.

La acción de la persona es la acción moral. ¿Cómo podemos caracterizarla?, aplicando


nuestras conclusiones anteriores, sin dificultades podemos decir que ellas es la serie de
actos realizados voluntariamente por un ser personal que es consciente del valor moral
de dichos actos.

Según estos, la acción moral es necesariamente, en primer término, una acción


consciente. Pero no es solo esto. Ciertamente, el sujeto tiene que darse cuenta del acto
que realiza, pero además debe ser consciente de los medios de que dispone para actuar.
Pero estos medios, así como los fines que persigue, no pueden ser naturalmente
considerados. El sujeto lo valora, los califica de acuerdo los demás que reconoce. La
acción moral implica actos valorativos por tanto comporta todos los ingredientes que,
según hemos visto en el problema del valor, constituyen los actos valorativos. Pero hay
además en la acción moral un elemento indispensable de autoconocimiento, un darse
cuenta de que es el mismo y no otra persona quien actúa. Y hay por eso también un
factor domínate de voluntad, de esa libre decisión y ejecución de los actos que funda la
independencia de la persona humana. En suma, en la acción moral el sujeto sabe qué
hace y como lo hace (conciencia del acto, conocimiento de los fines y medios); que
debe hacer y evitar (conciencia de lo bueno y malo), y quien lo hace, quien es autor del
acto conciencia de sí mismo como agente libre.
4. EL CAMPO FILOSÓFICO DE LA ÉTICA

Si a la ética no le corresponde el ámbito de verdades-de-hecho, entonces sí le


corresponde al de verdades-de-razón. Por eso, la ética es un campo de la filosofía. El
problema de cómo podemos resolver problemas individuales, sociales y mundiales
surge debido a que muchos de estos eventos (algunos de los que ya vimos) nos chocan,
por lo que nos preguntamos “. debería ser así?” Las respuestas a estas preguntas
solamente se pueden resolver a nivel racional. Tomemos, por ejemplo, la marginación
de minorías. En el mundo moderno, prácticamente todos estamos de acuerdo (al menos
a nivel general) de que todos los seres humanos son iguales. La pregunta que nos
debemos hacer es la siguiente: “. en que nos basamos para decir que son iguales?” Lo
primero que nos damos cuenta cuando salimos a la calle es que cada individuo que
vemos es distinto a todos los demás individuos: algunos son altos y otros más bajos,
unos más robustos y otros más débiles, hay variación de colores de piel, pelo y ojos,
ciertamente no pensamos igual y así por el estilo. La filosofía resuelve el problema al
hacer la distinción metafísica entre identidad e igualdad. Hay identidad cuando dos o
más objetos comparten todas las características e igualdad cuando comparten solo
algunas. Todos los seres humanos somos iguales, pero no idénticos: compartimos
nuestra humanidad, dignidad y la capacidad innata de ser racionales y morales, pero no
compartimos todas las características individuales. Reflexionamos de manera semejante
en torno a otros problemas: queremos reclamar responsabilidad a todos, incluyéndonos
a nosotros mismos, y exigimos el sostenimiento de ciertos valores y virtudes como
normas de vida. ¿En cuanto a valores, por qué valoramos ciertas acciones y otras no?
¿Por qué valoramos a nivel ético el auto-sacrificio y no valoramos el egoísmo? ¿Por que
llamamos unas acciones “buenas” y otras “malas”? ¿Se basan estos valores en nuestra
herencia cultural? ¿Son creencias racionales o no? ¿Qué es justicia? Como hemos
discutido en ¿Por qué somos seres morales? Una perspectiva biológica, el
comportamiento moral se ha desarrollado en gran medida gracias a varios factores
evolutivos. Sin embargo, en esta reflexión filosófica nos preguntamos si hay
fundamentos para saber si dicha manera de actuar es éticamente buena o no. ¿Qué es la
bondad? ¿Qué es la maldad? ¿Realmente existen o son meras ficciones mentales?
5. LA ÉTICA Y LA MORAL

La palabra “ética” deriva de dos raíces griegas, la primera “ethos” (ἦθος) con la letra eta
(η) que significaba “hogar”, “morada” o “lugar donde se reside”. Específicamente se
utilizaba en el contexto del hábitat de los animales o, incluso, el lugar donde viven seres
humanos. A veces, este término llego a utilizarse para significar “país”, y la segunda es
la palabra “ethos” (ἔθος), con la letra épsilon (ε), que connota algo más parecido a la
manera que la palabra “ética” se utiliza hoy día, es decir, el carácter o aquellas acciones
por las que una persona lleva a cabo su proyecto de vida. Aristóteles utilizaba, a
propósito, las dos raíces de la palabra “ética” para argumentar que la ética es parte de la
política.

Por ello es usual decir que el objeto de estudio de la ética es la moral. De igual forma se
puede referir a la ética llamándola “teoría moral”. He ahí la ética es la reflexión y
sistematización filosófica sobre la moral. Se ocupa de dos cosas:
 Evaluar crítica y racionalmente las morales de cualquier sociedad.
 Un desarrollo teorético que busca establecer criterios racionales para dicha
evaluación.

La raíz de la palabra “moral” proviene del latín “mos” o el plural “mores”, término que
llevo a Cicerón a utilizar la palabra latina “moralis” para traducir el termino griego
“ethiká” (ἦθικά). El termino “morales” significa “costumbre” o “habito”. Llamemos
moral al conjunto de normas, reglas, principios, valores y costumbres que rigen el
comportamiento de los grupos humanos, dictado por instituciones como la familia, la
Iglesia, la es cuela o los medios de comunicación. También se le puede llamar
moralidad vigente.

Por moral también se entiende el comportamiento real y visible de los individuos y su


relación con el código moral, que puede ser de aprobación, reprobación o
cuestionamiento. Código moral es el conjunto de preceptos y prohibiciones de la moral,
formulados ya sea en forma clara o difusa, a través del cual se establecen las sanciones
morales.

En muchos casos ética y moral, se utilizan como sinónimos, en otros casos adquieren
significados distintos dependiendo de la doctrina filosófica que se quiera defender.
Savater en su filosofía, menciona la moralidad y sobre la reflexión de nuestros actos,
porque todo lo que uno hace repercute de alguna manera, ya hace bueno o malo, en el
instante o después, pero repercute al final de cuentas, e intenta que uno se ponga en el
lugar de otro, mantener, sobre todo, el vínculo de respeto y amistad para poder llevar
una sana convivencia. Savater critica fuertemente a la política, porque lo que dice
grandes rasgos, es que todos se pasan la bolita, nadie se hace responsable de los actos
que pueden llegar a realizar y es ahí donde la libertad queda truncada con el hecho de
saber hacer, es donde la gente y su libertad quedan en juego y a su vez, la confianza que
existe en la gente se pierde.

“No le preguntes a nadie que debes de hacer con tu vida:

pregúntatelo a ti mismo.” – Fernando Savater

6. MORALIDAD Y NUESTRO COMPORTAMIENTO

La moralidad describe los principios que gobiernan nuestro comportamiento. Sin estos
principios vigentes, las sociedades no sobrevivirían por mucho tiempo. En el mundo de
hoy, la moralidad es considerada frecuentemente como el pertenecer a un particular
punto de vista religioso, pero por definición, vemos que ese no es el caso. Todo el
mundo se adhiere a algún tipo de doctrina moral.

La manera en que la moralidad se relaciona con nuestro comportamiento es importante


en tres niveles: El renombrado pensador, erudito, y autor, C.S. Lewis los define como:

1. Para asegurar justicia y armonía entre los individuos.


2. Para ayudarnos a ser buenas personas a fin de tener una buena sociedad.
3. Para mantenernos en una buena relación con el poder que nos creó.

6.1. LOS VALORES ETICOS Y MORALES FUNDAMENTALES.

Los valores éticos son pautas de comportamiento que regulan la conducta, tienen
un carácter universal y se van adquiriendo durante el desarrollo individual de
cada persona.; por el contrario.

Los valores morales son aquellos valores que son transmitidos por la sociedad,
son introducidos desde la temprana infancia por los padres o las figuras de
autoridad, para luego, en la etapa escolar, ser reforzados por los maestros o
profesores. Muchos de ellos también vienen determinados por la religión que
practicamos y otros tantos están tan arraigados en nuestras sociedades que su
violación puede conducir, incluso, a sanciones legales.

VALORES MORALES son, por ejemplo, la honestidad, el respeto, la gratitud,


la lealtad, la tolerancia, la solidaridad y la generosidad, entre otros.

Existen, asimismo, ciertas escalas jerárquicas entre los valores morales que, en
medio de un conflicto, nos obligan a priorizar unos sobre otros. Por ejemplo, la
lealtad es fundamental en una amistad, pero si un amigo ha cometido un delito y
la policía nos interroga, lo correcto sería que privilegiáramos el valor de la
honestidad por encima de nuestra lealtad.

VALORES ÉTICOS son pautas de comportamiento que regulan la conducta,


tienen un carácter universal y se van adquiriendo durante el desarrollo individual
de cada persona.; están constituidos por una serie de normas o pautas que
regulan la conducta de los individuos, como la verdad, la justicia, la libertad y la
responsabilidad.

Finalmente, los valores fundamentales son, según ASB, los que no pueden faltar
en la sociedad. Conforme a ellos la sociedad se organiza, se desarrolla y
perfecciona, y permiten establecer positivas relaciones sociales entre sus
miembros. Estos valores son:

• La dignidad personal (considerar al hombre como fin y no como medio y,


por tanto, no sujeto a discriminación racial, marginación y opresión; vale
decir, no concebirlo como «animal o cosa»)
• La justicia (reparto de bienes, premios y castigos en sentido armónico entre
los constituyentes de la sociedad -justicia conmutativa-, o de acuerdo con la
función, necesidad, responsabilidad -justicia distributiva)
• La solidaridad (además de exigir «la perfección y unidad armónica de todos
los hombres», significa ayudar a los demás a resolver sus problemas
existenciales)
• El bien (cumplimiento universal de nuestra esencia)
• La libertad (independizarse de las fuerzas inconscientes y necesarias de la
naturaleza -libertad natural-, o la independencia que posee una persona o
pueblo para organizarse y construir su propio destino dentro de los
principios y normas morales –libertad, personal y político-social).
7. LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA

La ética es importante por una razón: porque es la que nos recuerda que los seres
humanos tienen una responsabilidad en calidad de ser moral. El teólogo y aticista Hans
Kung ha identificado dos modos simultáneos de ser responsable:

• Identidad: Ser responsable hacia uno mismo


• Solidaridad: Ser responsable hacia los demás seres humanos, seres vivos y el
medio ambiente.

Como diría Immanuel Kant con una de sus formulaciones del imperativo categórico, el
ser humano, en calidad de ser racional y moral, debe considerarse fin-en-sí mismo y no
solamente como un medio. Considerar al ser humano como fin-en-si por ser una entidad
moral, capaz de ser responsable, es reconocer su dignidad, es decir, su valor interno
como ser racional, que no tiene precio.

BIBLIOGRAFÍA
• https://concepto.de/que-es-moral/#ixzz5NSMKJE8d
• https://concepto.de/etica/#ixzz5NSNWmrIS
• www.itvalledelguadiana.edu.mx/librosdigitales/maslibros/etica-para-amador.pdf
• http://blocs.xtec.cat/enraonar/files/2011/08/Etica-para-Amador.pdf
• https://www.tabiblion.com/liber/Filosofia/Eticayvalores.pdf
• http://pmrb.net/home/sites/default/files/etica2.pdf

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