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ÍNDICE

ÁNGEL DE NOVELÉ
TOMÁS DE KEMPIS
KALIL GIBRAN
JIDDU KRISHNAMURTI
MIGUEL DE UNAMUNO
SAN AGUSTÍN
MIGUEL DELIBES
WILLIAM SHAKESPEARE
JOHANN WOLFGANG GOETHE
LA BIBLIA
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
DIVERSOS AUTORES
DOCTRINA SHAOLIN
SANTA TERESA
LA QUINIELA DE TU VIDA
(Ángel de Novelé)
 Porque vive el que manda en su vida.
 Vivir es tener problemas, porque vivir es hacerse.
 El que trata de resolver serenamente el problema de turno, sin prisas ni
aspavientos, ése sabe vivir su vida.
 "No mires hijo mío, de dónde vienes, sino a dónde vas".
 ... el que no espera nada más allá de la muerte está ya muerto.
 Sólo el tiempo el nuestro. (Séneca)
 Es menos grato procurar la propia perfección que criticar la imperfección
del vecino. Pero es más sabio.
 Comenzar cada día como si cada día naciéramos.
 Las personas sensatas comienzan por reconocer lo que le deben a Dios
y lo que deben a los demás.
 Si no estás contento de ti, buena señal.
 Aunque todo el mundo me dijera que soy bueno, no lo creeré nunca.
 Serás tú mismo en la medida en que te dejes gobernar y poseer de Dios.
 Callar y obrar el bien: esta es la fuerza de las almas. Porque la palabra
muere, pero el ejemplo arrastra.
 Que mi conciencia sea siempre la voz de Dios.
 Los muertos duermen en el sueño de la muerte.
 Nuestras envidias por el bien ajeno duran con frecuencia más tiempo que
la felicidad de los envidiados.
 Si amas de verdad te complicarás la vida.
 Haremos muy bien en pensar que lo que atrae el corazón de Cristo hacia
nosotros son nuestras miserias, más que nuestros méritos.
 Cuantas mayores dificultades encuentres en la vida, más debes pensar
que tus recursos invariables son paciencia, oración y confianza.
 Me decía uno el día del entierro de su madre: "Lo que más de duele ahora
es la cantidad de cosas que debí decir a mi madre y no le dije. ¡Mi madre
se fue con sed de palabras de cariño!
 Lo que viene de Dios no turba. Lo que viene de nuestro egoísmo siempre
turba.
 Lo malo es tener un plan y empeñarte en que se cumpla por encima de
todo. Es mejor saber adaptarse.
 ¡Qué difícil es saber esperar!
 Si te preocupas demasiado por lo que ha de venir, y andas atormentado
por lo que ya vino, no gozarás de lo que está viniendo.
 Progresarás espiritualmente en la medida en que mengüe a tus ojos tu
propio valer.
 No temas pasar desapercibido, ni temas que te olviden. Cuesta aceptar la
sombra.
 Los tontos se colocan en primer lugar para ser vistos, y los listos se
colocan en el último lugar para ver.
 Si no fuéramos vanidosos ni pretendiéramos justificarnos siempre, ni
buscáramos reconocimientos y aplausos, viviríamos tranquilos.
 Comprar algo que no sea Dios con el precio de uno mismo, siempre será
mal negocio.
 Más vale el paciente que el fuerte; más vale el que domina su corazón
que el que conquista ciudades. (Proverbios)
 Una renovación interior profunda ha de ser normalmente lenta. Por eso
importa en todo la paciencia y la constancia.
 Si buscas el bien búscalo con la cara alta y la sonrisa pronta.
 La verdadera virtud cristiana ha de apoyarse en la ayuda constante de
Dios.
 ¿Quieres ser sobrio? Comienza con alguna sobriedad en la comida, en
las palabras, en la curiosidad. ¿Quieres ser humilde? Acepta las
humillaciones que te vayan viniendo.
 La fe es aceptar muy razonablemente lo que se nos propone, pero sin
acabar de entenderlo.
 Entre la conducta de una persona y aquello que cree hay siempre
relaciones muy estrechas.
 No cree el que quiere, sino aquél a quien Dios da el don de la fe.
 En favor de la fe están los sufrimientos de la vida.
 Una manera normal de vivir la fe es ver a Dios en todos los
acontecimientos de la vida.
 El que espera en Dios no busca aplausos y reconocimiento de los
hombres.
 Cuento menos esperemos de nosotros más debemos esperar de Dios.
Cuanto menos nos fiemos de nosotros, más debemos fiarnos de Él.

IMITACIÓN DE CRISTO
(Tomás de Kempis)
 El humilde conocimiento de ti mismo es más seguro camino para ir a Dios
que escudriñar las profundidades de la Ciencia.
 Todos somos flacos, pero tú a nadie tengas por más flaco que a ti mismo.
 Rezar es respirar el alma su ambiente, lo que le mantiene la vida y la
salud.
 Nada puede purificarnos y redimirnos como la sinceridad.
 Para orar o hace falta ir a la Iglesia. En cualquier parte en que estemos,
basta recogerse un poco y dirigirse a Dios.
 Que tu oración sea siempre humilde. En la oración va mejor el recuento
de nuestros pecados y tonterías que el de nuestros pinitos en el bien.
 No se nos ocurra nunca compararnos con los demás.
 El que ama conversa siempre a gusto con la persona amada, aunque repita mucho
las cosas que le dice.
 Si pides mucho por los demás, puedes estar seguro de que Dios se
encargará de ti.
 Pidamos fortaleza, dignidad, alteza de miras, hombros robustos para
llevar nuestra cruz.
 El que hace lo que pude hace lo que debe.
 Hay que ser pródigos en dar y en servir.
 Antes de juzgar a las personas, observa mucho. Y después de observar
mucho, lo mejor será que no juzgues.
 Entre el sabio y el padre, quédate con el padre.
 Nada es molesto cuando se hace de buena ganar.
 El prudente ha de parecer muchas veces sordo, ciego y tonto.
 Hijo, ahora te enseñaré el camino de la paz y de la libertad verdaderas:
procura hacer antes la voluntad de otro que la tuya; escoge siempre tener
menos que más; busca el lugar más humilde y estar sujeto a todos.
 Has de temer solamente lo que te acobarde.
 San Bernardo nos dice: la carne nos tienta con dulzuras, el mundo con
vanidades, y el demonio con amarguras.
 Porque los corazones y las almas se entienden y se compenetran
hablando.
 Si amas de verdad te complicarás la vida.
 Haremos muy bien en pensar que lo que atrae el corazón de Cristo hacia
nosotros son nuestras miserias, más que nuestros méritos.
 Cuantas mayores dificultades encuentres en la vida, más debes pensar
que tus recursos invariables son paciencia, oración y confianza.
 Me decía uno el día del entierro de su madre: "Lo que más me duele ahora
es la cantidad de cosas que debí decir a mi madre y no le dije. ¡Mi madre
se fue con sed de palabras de cariño!
 Lo que viene de Dios no turba. Lo que viene de nuestro egoísmo siempre
turba.
 Lo malo es tener un plan y empeñarte en que se cumpla por encima de
todo. Es mejor saber adaptarse.
 ¡Qué difícil es saber esperar!
 Si te preocupas demasiado por lo que ha de venir, y andas atormentado
por lo que ya vino, no gozarás de lo que está viniendo.
 Todos somos flacos, pero tú a nadie tengas por más flaco que a ti mismo.
 Progresarás espiritualmente en la medida en que mengüe a tus ojos tu
propio valer.
 No temas pasar desapercibido, ni temas que te olviden. Cuesta aceptar la
sombra.
 Los tontos se colocan en primer lugar para ser vistos. Y los listos se
colocan en el último para ver.
 Si no fuéramos vanidosos, ni pretendiéramos justificarnos siempre, ni
buscáramos reconocimientos y aplausos, viviríamos tranquilos.
 Son necesarias para vencer las tentaciones la paciencia y la humildad:
con ellas nos hacemos inexpugnables a todos nuestros enemigos.
 Más fácilmente vencerás poco a poco, con paciencia y confianza,
mediante el favor divino, que obrando con obstinación y dureza.
 Pide a menudo consejo en las tentaciones y no te muestres desabrido con
quien las padece, antes procura consolarle como desearías que hicieran
contigo.
 El origen de las tentaciones es el espíritu inconstante y la poca confianza
en Dios.
 Con harta frecuencia ignoramos lo que podemos por nosotros mismos;
mas la tentación pone de manifiesto lo que en realidad somos.
 Ataja el mal en sus principios; porque, de lo contrario, toda dilación lo
agrava, y entonces será tardío el remedio.
 Fija los ojos en ti mismo y guárdate de juzgar las acciones de tu prójimo.
 Si te fundas más en tu razón e ingenio que en la virtud de la sumisión, de
que nos dio ejemplo Jesucristo, rara vez y a duras penas serás iluminado;
porque Dios nos quiere totalmente entregados a su beneplácito y que por
encima de toda razón reine en nosotros una encendida caridad.
 Por nada de este mundo ni por amor a nadie se ha de cometer el mal.
 Las obras externas que no tienen por móvil la caridad carecen de todo
merecimiento; mientras que lo que se hace a impulsos del amor, por
insignificante y humilde que sea, siempre resulta fructífero.
 Porque Dios atiende más a la intención de que obra, y de la da más
importancia, que a la obra misma.
 Mucho hace el que mucho ama. Mucho hace el que hace bien lo que hace.
Bien hace el que sirve al interés común antes que a su querer particular.
 ¡Oh, quién tuviera un destello siquiera de auténtica caridad! ¡Cómo vería
entonces que todas las cosas de este mundo están llenas de vanidad!
 Por la veleidad de nuestro corazón y el descuido en corregir nuestros
defectos, no sentimos las dolencias que aquejan al alma, y por eso reímos
a menudo neciamente, cuando en realidad debiéramos llorar con razón.
 No hay auténtica libertad ni cumplida alegría sino en el temor de Dios
unido a una conciencia tranquila.
 Dichoso el renuncia a cuanto puede mancillar o gravar su conciencia.
 Debes reconocerte indigno de las consolaciones divinas, y, en cambio,
acreedor a muchas tribulaciones.
 Si pensaras más a menudo en tu muerte que en la posibilidad de una vida
larga, indudablemente desplegarías mayor celo en enmendarte.
 Mientras vivimos en este cuerpo frágil, no podemos estar libres de
pecado, ni vivir sin tedio ni dolor.
 Deberías conducirte de tal modo en toda acción y pensamiento, como si
hoy mismo hubieses de morir.
 Si hubiera tranquilidad en tu conciencia, no temerías mucho la muerte.
Más te valiera precaverte del pecado que huir de ella.
 ¡Qué feliz y prudente es aquel que se esfuerza por ser en vida cual desea
ser hallado en la hora de la muerte!
 Porque el que ama a Dios de todo corazón, ni la muerte, ni los suplicios,
ni el juicio, ni el infierno le inspiran temor alguno, porque el amor perfecto
se abre camino seguro para llegar a Dios.
 Espera en el Señor y obra bien, y habita en la tierra, y te nutrirás de sus
riquezas.
 Porque el hombre logra mayor provecho espiritual y consigue mayor
gracia en la medida en que se vence a sí mismo y se mortifica en el
espíritu.
 En especial, dos cosas contribuyen a una enmienda eficaz de la vida:
apartarse con decisión de las inclinaciones torcidas de la naturaleza e
insistir con tenacidad en adquirir la virtud que se juzga más necesaria.
 Trata de sufrir con paciencia los defectos y cualesquiera flaquezas de tus
prójimos; pues no debes olvidar que tú también adoleces de muchas
deficiencias que los demás deben tolerar.
 Sin embargo, no dejes de rogar a Dios se digne ayudarte en tales
dificultades y sepas tolerarlas con ecuanimidad.
 Quien otra cosas busca que o sea Dios solo y la salvación de su alma no
hallará sino aflicción y dolor.
 No puede permanecer mucho tiempo en paz quien no se esfuerza en ser
el más pequeño y hacerse el súbdito de todos.
 Viniste a servir, no a mandar... no para entregarte al ocio y diversión sino
para trabajar y sufrir.
 Pues aquí se prueba a los hombres como el oro al crisol.
 Porque el hombre propone y Dios dispone, y no es del hombre el camino
que debe seguir.
 Esforcémonos cuanto podamos, que aún así, caeremos con facilidad en
muchas faltas.
 Debemos examinar y poner en orden nuestros actos, tanto interiores
como exteriores, porque unos y otros están en relación con nuestro
provecho espiritual.
 Deja aquellas cosas que despiertan la curiosidad, y lee aquellas materias
que fomentan la compunción, más que la que te ofrece una ocupación
intrascendente.
 ¡De qué paz y sosiego gozaría el que prescindiera de todo vano afán y
pensase únicamente en las cosas saludables y divinas, poniendo en Dios
toda su esperanza!
 El alma fervorosa hace progresos en el silencio y la quietud, y penetra los
arcanos de las escrituras.
 ¿Para qué quieres ver lo que no te es lícito poseer?(salir al exterior)
 La gozosa partida ocasiona muchas veces un triste regreso, y la alegre
vigilia nocturna causa un triste despertar. Así, todo placer carnal se
insinúa en nosotros blandamente; mas al fin lacera y mata.
 Si no sales y no prestas atención a los rumores del mundo, permanecerás
en una paz inalterable.
 El valor de las personas no se mide por lo que hacen, sino por el corazón que
ponen en lo que hacen.
 Pasan los días y las horas. Ninguna pasa en balde. Todas nos hieren. La
última acabará de matarnos. ¿Qué queremos haber hecho cuando llegue
la hora del ocaso? Ahora estamos a tiempo.
 El que ama se da. El que ama necesita, además, sacrificarse por el
amado. El amor se apagaría sin el combustible de la entrega de quien
ama.
 Me amas con especial amor siempre que haces la voluntad de otro antes
que la tuya.
 El placer promete mucho pero se va pronto.
 Solamente a los que sufren mucho y sufren bien les está reservado
conocer la estremecedora verdad de que Dios está en ellos y que Dios
nos basta.
 Buen maestro tiene el que anda en la escuela del dolor. Porque el dolor,
primero nos interioriza y nos concentra. Luego nos da la versión verdadera
del mundo y de las cosas.
 Solamente vive el que sostiene la vida de los demás.
 La única forma de reprender como Dios manda es con dulzura.
 El que dice y no hace trabaja en el vacío.
 Lo que más atrae a las personas en el apóstol es la dulzura y el sacrificio.
 Cuanto menos hables, más verás, más oirás y más sabrás. Y al revés.
 Nunca te desaliente el mal que te hagan. Teme al mal que hagas tú.
Porque éste es el único que te pude dañar verdaderamente.
 ¿Quieres ganarte a todo el mundo? Sé más sufrido y muy bondadoso.
 Porque de dos medios suelo usar para visitar a mis elegidos: la tentación
y la consolación.
 Nada tienes de que puedas gloriarte, y sí mucho de qué humillarte; porque
eres más frágil de lo que alcanzas a imaginar. Por lo mismo, no te parezca
gran cosa ninguna de cuantas haces.
 Sobre todas las cosas sean tus delicias la eterna verdad; y, en cuanto a
ti, menosprecia siempre tu suma vileza.
 Yo te enseñaré -dice la verdad- las cosas que son buenas y gratas a mis
ojos.
 Nada temas tanto, nada censures y rehúyas con más empeño que tus
vicios y pecados. Ellos deben causarte mayor tristeza que cualquier daño
que puedan ocasionarte las cosas de esta tierra.
 El que ama sabiamente no mira tanto los dones del amado cuanto el amor
del que los da. Atiende más al afecto que a la merced que le hace, y coloca
al Amado por encima de todas las dádivas con que pueda favorecerle.
 Gustoso acepto aquella gracia que me hace más humilde y temeroso, y
me torna más apto para renunciarme a mí mismo.
 El que ha experimentado el Don de la Gracia y ha sufrido la amargura de
su privación, no osará atribuirse bien alguno, antes se proclamará a sí
mismo pobre y desnudo de todo.
 Con signo adverso, los que aman a Jesús por el mismo Jesús, y no
atraídos por alguna consolación egoísta, le bendicen tanto en cualquier
tribulación y angustia del corazón, como en los más dulces consuelos.
 ¿Dónde se hallará alguno que se sienta capaz de servir a Dios de balde?
 ¿Quién hallará, en efecto, un verdadero pobre de espíritu que esté
desnudo de toda criatura? Es un tesoro inapreciable, venido de los últimos
confines de la tierra.
 Cuando hubieres hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: "siervos
inútiles somos". Entonces podrás ser de veras pobre y desnudo de
espíritu, y repetir con el profeta: Estoy realmente solo y afligido.
 Todo el afecto que deposites en los hombres, prescindiendo de Jesús,
tenlo completamente por perdido.
 Sé humilde y pacífico, y Jesús estará contigo. Sé piadoso y sosegado, y
Jesús permanecerá contigo.
 Pronto puedes dar motivo a que Jesús se aleje de ti, e incluso puedes
perder su gracia, si te inclinas a las cosas exteriores.
 Sin un amigo no puedes vivir feliz, y si no es Jesús tu más íntimo amigo
entre todos, vivirás muy triste y desolado.
 Por Él y en Él (Jesús) tienes que amar a todos, amigos y enemigos, y
rogarle por todos, para que todos le conozcan y le amen.
 Jamás pretendas ser particularmente elogiado y amado, porque esto es
sólo propio de Dios, que no tiene semejante.
 Sé puro y libre interiormente, sin que te absorba criatura alguna. Si quieres
gustar y ver qué suave es el Señor, preciso es que estés desnudo de
todas las cosas y puedas presentar a Dios un corazón sin mancha. Y en
verdad no lo conseguirás, si Dios no te previene e impulsa con su gracia.
 Porque cuando la gracia de Dios se infunde en el hombre, entonces se
acrece y todo lo puede; mas cuando la gracia se oculta, el hombre se
torna pobre e incapaz, se queda abandonado a merced de todas las
calamidades. Mas no por eso se debe descorazonarse ni perder toda
esperanza, sino conformarse serenamente con la voluntad de Dios...
porque después del invierno sigue el verano, tras la noche viene el día y
pasada la tempestad viene la calma.
 Es gran cosa poder carecer de todo consuelo, por amor a Dios, y sufrir
con agrado ese destierro del corazón, y en ningún caso buscarse a sí
mismo ni calcular los propios méritos.
 Ponte a ti mismo primero en Paz, y luego podrás pacificar a los demás.
Vale más el hombre pacífico que el sabio.
 Quien vive en paz no sospecha de nadie. En cambio, el descontento y
malicioso se agita constantemente en mil suspicacias, y ni él tiene sosiego
ni deja en paz a los que le rodean.
 Más justo sería que te acusaras a ti mismo y disculparas a tu hermano.
 Quienes no tienen paz son insoportables para aquellos con quienes
conviven, aunque mucho más para consigo mismos.
 El que mejor sepa padecer, mayor paz tendrá. Este es el que vence a sí
mismo y se hace dueño del mundo.
 No exige gran virtud tratar con gente buena y tranquila.
 Con dos alas se remonta el hombre por encima de la tierra: la simplicidad
y la pureza.
 Si tu corazón fuera simple y recto, todo lo creado sería para ti un espejo
de vida y un libro de santas enseñanzas.
 Un corazón puro penetra el cielo y el infierno. Como es uno por dentro,
así juzga lo de fuera. Si alguna alegría existe en el mundo, es la que posee
el hombre de corazón inmaculado.
 Si te concentras solo en Dios y en ti, poco te importará cuanto puedas
observar a tu alrededor.
 Nunca descansarás tan dulcemente como cuando de nada te acuse tu
corazón.
 Al que ama no se le hace difícil gloriarse en las tribulaciones. Porque
gloriarse así es mostrarse orgulloso de la Cruz del Señor.
 La alegría de los justos procede de Dios y culmina en Dios, y su gozo
nace de la verdad.
 El que hace caso omiso de las alabanzas y de los vituperios se mantiene
en una gran serenidad de corazón.
 El hombre ve el cuerpo; Dios el alma. El hombre mira las acciones, Dios
pesa las intenciones.
 El amor de las criaturas es falaz e inestable; el amor de Jesús, en cambio,
es fiel y permanente.
 Siempre que el hombre apetece algo fuera de razón, pierde en seguida el
sosiego de su alma.
 Resistiendo, pues, a las pasiones y no doblegándose a su yugo como
esclavo es como se halla la verdadera Paz del corazón.
 Aunque haya en ti cosas buenas, piensa que puede haberlas mejores en
los demás: así mantendrás la humildad.
 Hay que tener caridad con todos, pero no conviene la familiaridad con
nadie.
 Gran cosa es permanecer en obediencia y vivir bajo un superior y no ser
dueño de sí mismo.
 Nos gusta tanto hablar porque merced a la conversación tratamos de
consolarnos mutuamente, y deseamos aliviar nuestro corazón oprimido
por la multiplicidad de pensamientos que lo acosan. Si es lícito hablar y
conviene hacerlo, hazlo sobre cosas que edifiquen.
 Bueno es que de vez en cuando tengamos que sufrir algunas tribulaciones
y contratiempos, porque suelen hacer entrar al hombre en sí mismo, en
cuanto le dan a conocer que se halla desterrado en este mundo y que no
debe poner su esperanza en cosa alguna de la tierra.
 Muchas cosas hay cuyo conocimiento nada o poco importan al alma.
 Esta es la más profunda y útil de las ciencias: el verdadero conocimiento
de sí mismo y el propio menosprecio.
 Todos somos frágiles, es cierto; pero a nadie tengas por más frágil que a
ti mismo.
 ¿Quién te embaraza y estorba más que la afección inmortificada de tu
corazón?
 ¿Quién entabla mayor combate que el que se empeña en vencerse a sí
mismo?
 Verdaderamente sólo es grande quien se tiene por pequeño y estima en
nada los más encumbrados honores.
 Y realmente es sabio quien cumple la voluntad de Dios y renuncia a la
suya propia.
 Cuanto más humilde sea el hombre y más sumiso a Dios, tanto más sabio
será y encontrará más Paz.
 Piedra de toque de la prudencia: ponderarlo todo según Dios.
 No te sonroje el preguntar, hazlo con gusto y escucha.
 Prepárate para sufrir con paciencia más que para gozar de consuelos, y
más para llevar la cruz que para la alegría.
 Porque los goces del espíritu sobrepujan todas las delicias de este mundo
y los placeres de los sentidos.
 Constituyen gran obstáculo para la visitación divina la falsa libertad de
espíritu y la presuntuosa confianza en sí mismo.
 Mejor es para ti tener poco que mucho de qué ensoberbecerte.
 Entre dos males hay que decidirse siempre por el menor.
 El que desea tener un bien individual malogra el colectivo.
 No existe enemigo más pernicioso y nefasto para tu alma que tú mismo,
cuando no estás en Paz y Armonía con tu espíritu.
 Las cosas del tiempo sean para usarlas, las eternas para desearlas.
 El que posee la auténtica paciencia no repara en quién le pone a prueba.
 Aprende a dejar algún pariente o amigo querido por amor de Dios. Y no
lleves a mal que tu amigo te abandone, sabiendo que al fin todos sin
excepción debemos separarnos los unos de los otros.
 Así, pues, cuando dios te concede el consuelo espiritual acógelo con
acción de gracias; pero es preciso que entiendas que se trata de un don
de Dios, no de un merecimiento tuyo.
 Cuando te veas privado del consuelo, no pierdas enseguida la esperanza,
mas con humildad y paciencia espera de nuevo la visita celestial, porque
poderoso es Dios para volver a darte consuelo mayor.
 Pues, aun cuando me prestan su ayuda hombres buenos o hermanos
fervorosos, o amigos leales, o me sea dado leer libros santos o tratados
bellos, o escuchar himnos suaves y dulces cantos, todo esto de poco me
sirve y a nada me sabe, si me veo privado de la gracia y abandonado a
mi propia miseria.
 No hay mejor remedio entonces que la paciencia y la propia resignación
a la voluntad de Dios.
 Pues la tentación precedente suele ser el preludio de un nuevo consuelo.
 Y si sorprendes en los demás algo reprensible, guárdate de hacerlo.
 El que anda buscando un camino más ancho y cómodo vivirá siempre en
la ansiedad, porque unas veces por una cosa, otras por otra, todo le
causará disgusto y desazón.
 Cuando el hombre llega al punto de no buscar ya su consuelo egoísta en
criatura alguna, entonces comienza a tener plenamente el gusto de Dios,
y entonces también está contento ante cualquier acontecimiento que le
sobrevenga.
 En fin, tanto más progresarás en la perfección cuanto mayor violencia te
hicieres.
 Los que hoy están de tu parte pueden estar contra ti mañana, y al
contrario; porque con harta frecuencia son volubles como el viento.
 Todas las cosas pasan, y tú con ellas.
 ¿Cómo se te va a premiar tu paciencia, si no se te ofrece ninguna
adversidad?
 ...pues el amor de Jesús hace que el hombre se desprecie a sí mismo.
 No hay nada que mancille y esclavice tanto el corazón del hombre como
el amor impuro a las criaturas.
 No pienses haber adelantado un paso mientras no te sientas inferior a
todos los demás.
 Cuando el hombre se humilla por sus deficiencias calma fácilmente a los
demás, y eso satisface por si solo a los que estaban airados contra él.
 Quien no está dispuesto a arrostrarlo todo y vivir pendiente de la voluntad
del amado no es digno del hombre "amador".
 Y es que sin dolor no se sirve en el amor.
 Es preferible tener poca cultura e ingenio con humildad que poseer
grandes tesoros de doctrina con vana suficiencia.
 Una cosa debes desear, solo una cosa, y es que en vida o en muerte sea
Dios siempre glorificado en ti.
 De la verdadera contrición y de esa humildad cordial nace la esperanza
del perdón, se tranquiliza la "conciencia perturbada", se repara la gracia
perdida, se guarda el hombre de la ira venidera y se juntan en abrazo de
paz Dios y el alma penitente.
 ¡Oh, cuánta confianza tendrá al morir aquel a quien no le detiene el afecto
por ninguna cosa de este mundo!
 Porque quien se tiene sometido a sí, de modo que los sentidos obedezcan
a la razón y la razón a su vez me obedezca a Mi (el Señor), es
verdaderamente vencedor de sí mismo y dueño del mundo.
 Donde está tu tesoro, allí está tu corazón.
 Porque con gusto hablo de aquello que amo, y lo escucho, y de buen
grado llevo conmigo a mi casa su recuerdo.
 Yo lo di todo (el Señor), y quiero que se me devuelva todo, y con gran
rigor exijo acciones de gracias. Esta es la pura verdad, y esto es lo que
ahuyenta la vanagloria.
 Para librarte perfectamente del daño que puede hacerte el mundo has de
tener tres cautelas: 1ª:Sobre todas las personas ten igualdad de amor,
igualdad de olvido. 2ª: Templar la demasía del apetito, aborrecer toda
manera de poseer. 3ª:Guárdate de poner el pensamiento, y menos la
palabra, en lo que pasa en la Comunidad.
 Cautelas para librarse del demonio en la religión: De corazón procura
humillarte siempre en el pensamiento, en la palabra y en la acción,
holgándote más de los otros que de ti mismo y queriendo que los
antepongan a ti en todas las cosas. Y esto procura ejercitarlo en los que
menos te caen en gracia.
 Porque para Dios no hay cosa, por trivial que sea, que sufrida por amor,
carezca de mérito en su presencia.
 Sin fatiga no se llega al descanso, y sin lucha no se consigue la victoria.
 Tú no tienes que dar razón de los demás; en cambio, tendrás que rendir
cuentas de ti mismo.
 No corras tras la sombra fugaz del gran nombre, ni andes solícito en
granjearte muchos amigos, ni en gozar del afecto particular de los
hombres. Porque todo esto engendra disipación y llena el corazón de
densa oscuridad.
 El amor propio te es más perjudicial que cualquier otra cosa del mundo.
 La quietud y el sosiego del alma consisten, no en la satisfacción exterior
de uno o más deseos, sino más bien en despreciar y cortar de raíz esos
mismo deseos del corazón.
 Porque toda inquietud de la mente y la disposición de los sentidos parten
en definitiva de las intenciones torcidas y de los temores infundados del
corazón.
 Es vano, y además inútil, afligirse o alegrarse por las cosas del mañana,
que quizás jamás sucederán.
 Y ¿quién más libre en este mundo que el que nada ambiciona en la tierra?
 Sin mi (el Señor) no es sólida ni duradera la amistad; ni es puro y
verdadero el amor cuyos lazos no estrecha mi providencia.
 Cualquier cosa de este mundo, por mínima que sea, si la miramos con la
intención aviesa de un amor desordenado, nos pone trabas para llegar al
Sumo Bien, y emponzoña además el corazón.
 Es mezquino y breve todo lo que pasa con el tiempo.
 …porque el amor nació de Dios, y no puede aquietarse con todo lo criado,
sino con el mismo Dios.
 El que no está dispuesto a sufrirlo todo, y a hacer la voluntad del amado,
no es digno de llamarse amante.
 El discreto amador no considera tanto el don del amante, cuando el amor
del que da. Antes mira a la voluntad que a la merced; y todas las dádivas
estima menos que el amado.
 Los que se tienen por sabios rara vez sufren con humildad que otro lo
dirija.
 Sean las cosas temporales para el uso: las eternas para el deseo.
 Sin trabajo no se llega al descanso, ni sin pelear se consigue la victoria.
 La naturaleza mira las cosas exteriores del hombre; mas la gracia se
ocupa de las interiores. Aquella muchas veces se engaña, y ésta espera
en Dios para no engañarse.
 Déjalo todo, y hallarás todo; deja tu apetito, y hallarás sosiego.
 Porque todo lo que no procede de Dios, perecerá.
 Poco y breve es todo lo que pasa con el tiempo.
 Una cosa debes desear, y que, en vida o en muerte, sea Dios siempre
glorificado en ti.
 Mientras lleves el cuerpo mortal, sentirás tedio e inquietud de corazón.
 De la verdadera contrición y humildad de corazón nace la esperanza de
ser perdonado, se reconcilia la conciencia turbada, repárase la gracia
perdida, se defiende el hombre de la ira venidera, y se juntan en santa
paz Dios y el alma contrita.
 ¡Oh, cuánta confianza tendrá en la muerte aquel que no tiene afición a
cosa alguna de este mundo!
 La perfecta victoria es vencerse a sí mismo.
 Porque los dones naturales son comunes a buenos y a malos, mas la
gracia y la caridad es don propio de los escogidos, y con ella se hacen
dignas de la vida eterna.
 Pues no hay ofrenda más digna, ni mayor satisfacción para borrar los
pecados, que ofrecerse a sí mismo pura y enteramente a Dios, con el
sacrificio del cuerpo de Cristo en la Misa y Comunión.
 Jesucristo: Así como no te bastarían todas las cosas sin Mí, así no puede
agradarme a Mí cuanto me ofrecieras sin ti.
 Fe se te pide y vida sencilla, no elevación de entendimiento ni profundidad
de los misterios de Dios.
 Pues toda nuestra paz en esta miserable vida, está puesta más en el
sufrimiento humilde que en dejar de sentir contrariedades.
 Si no piensas ni buscas sino el beneficio divino y el provecho del prójimo,
gozarás de interior libertad.
 Suavemente descansarás, si tu corazón no te reprende.
 Ten buena conciencia, y siempre tendrás alegría.
 No eres más santo porque te alaben, ni más vil porque te desprecien. Lo
que eres, eso eres; y por más que te estimen los hombres, no puedes ser
ante Dios más grande de lo que eres.
 Porque suele ser la tentación precedente, señal que vendrá la
consolación.
 Porque las consolaciones espirituales exceden a todos los placeres del
mundo, y a los deleites de la carne.
 Si miras a la dignidad del dador, ningún don te parecerá pequeño o vil.
 ¿Dónde se hallará alguno tal que quiera servir a Dios de balde?
 Si te dispones para hacer lo que debes, es a saber, sufrir y morir, luego te
irá mejor, y hallarás paz.
 ¡Qué bienaventurado y prudente es el que vive de tal modo cual desea le
halle Dios en la hora de la muerte!
 Trata ahora de vivir de modo que en la hora de la muerte puedas más bien
alegrarte que temer.
 ¡Oh, necio! ¿Por qué piensas vivir mucho no teniendo un día seguro?
 No hay vicio que no tenga su propio tormento.
 Porque los que aman a Dios de todo corazón no temen la muerte, ni el
tormento, ni el juicio, ni el infierno.
 Dos cosas especialmente ayudan mucho a enmendarse; es a saber:
desviarse con esfuerzo de aquello a que le inclina la naturaleza
viciosamente y trabajar con fervor por el bien que más le falta.
 Así como tú miras a los otros, así los otros te miran a ti.
 Todas las cosas pasan, y tú con ellas.
 Nada mancilla ni embaraza tanto el corazón del hombre cuanto el amor
desordenado de las criaturas.
 Mira cuán lejos estás aún de la verdadera caridad y humildad, la cual no
sabe desdeñar y airarse sino contra sí.
 Pues ciertamente más mira Dios el corazón que a la obra que se hace.
 Bien hace el que sirve más al bien común que a su voluntad propia.
 El que tiene verdadera y perfecta caridad, en ninguna cosa se busca a sí
mismo, sino que desea que Dios sea glorificado en todas.
 Si no puedes hacerte a ti cual deseas, ¿cómo quieres tener a otro a la
medida de tu deseo?
 Si continuamente pensases más en tu muerte que en vivir largo tiempo,
no hay duda que te enmendarías con mayor fervor.
 Mientras estamos en este frágil cuerpo no podemos estar sin pecado, ni
vivir sin fatiga y dolor.
 Así habrías de conducirte en toda obra y pensamiento, como si hoy
hubieses de morir.
 Si tuvieses buena conciencia, no temería mucho la muerte.
 Mejor fuera evitar los pecados que huir de la muerte.
 Mañana es día incierto; y ¿qué sabes si amanecerás mañana?
 ¡Ojalá hubiéramos vivido un día bien en este mundo?
 Más deseo sentir la contrición que saber definirla.
 El que bien se conoce, tiénese por vil y no se deleita en alabanzas
humanas.
 No quieras con presunción saber cosas altas; mas confiesa tu ignorancia.
 Si vieres alguno pecar públicamente o cometer culpas graves no te debes
juzgar por mejor; porque no sabes cuánto podrás perseverar en el bien.
 El espíritu puro, sencillo y constante no se distrae, aunque entienda en
muchas cosas, porque todo lo hace a la honra de Dios.
 Y verdaderamente es sabio aquel que hace la voluntad de Dios y deja la
suya.
 Si quieres aprovechar, lee con humildad, fiel y sencillamente, y nunca
desees hombre de letrado.
 El soberbio y el avariento nunca están quietos: el pobre y humilde de
espíritu vive en mucha paz.
 Has lo que puedas, y Dios favorecerá tu buena voluntad.
 Si puedes y conviene hablar, sea de cosas que edifiquen.
 El principio de toda tentación es la inconstancia del ánimo y la poca
confianza en Dios.

KALIL GIBRAN
 Y es verdad que el amor no conoce su hondura hasta el momento de la
separación.
 Es bueno dar algo cuando ha sido pedido, pero es mejor dar sin demanda,
comprendiendo.
 Hay quien da con alegría y esa alegría es su fortuna. Y hay quienes dan
con dolor y ese dolor es su bautismo. Y hay quienes dan y no saben del
dolor de dar, ni buscan la alegría de dar, ni dan conscientes de la virtud
de dar. Dan como el mirto, que en hondo valle ofrece su fragancia a los
aires. A través de las manos de los que como esos son Dios habla, y
desde el fondo de sus ojos, Él sonríe sobre el mundo.
 Mirad en el fondo de vuestro corazón cuando estéis contentos:
comprobaréis que sólo lo que os produjo tristeza os devuelve alegría; y
mirad de nuevo en vuestro corazón cuando estéis tristes: comprobaréis
que estáis llorando por lo que fue vuestro deleite. Son inseparables (la
alegría y la tristeza).
 El ansia de comodidad seca la pasión del alma y luego camina haciendo
muecas en el funeral.
 Porque lo que en vosotros es ilimitado habita en la casa del cielo, cuya
puerta es la niebla de la mañana y cuyas ventanas son las canciones y
los silencios de la noche.
 El pudor no es protección contra los ojos del impuro.
 Seréis en verdad libres cuando la necesidad y la angustia rodeen vuestra
vida y, sin embargo, seáis capaces de elevaros sobre ellas desnudos y
sin ataduras.
 El sabio de verdad no os pedirá que entréis en la casa de su sabiduría,
sino que os guiará hasta el umbral de vuestro propio espíritu. Y así como
cada uno de vosotros se halla solo ante el conocimiento de Dios, así debe
cada uno de vosotros estar solo en su comprensión de Dios y en su
conocimiento de la tierra.
 No permitáis más propósito en la amistad que la consolidación del espíritu.
 Porque en el rocío de las pequeñas cosas el corazón encuentra y alborada
y se refresca.
 Cuando sois incapaces de habitar en la soledad de vuestro corazón, vivís
en vuestros labios, y el sonido de vuestras palabras es diversión y
pasatiempo.
 Él sabe que lo eterno en vosotros es consciente de la eternidad de la vida.
Y el ayer es sólo la memoria del hoy, y el mañana es el ensueño del hoy.
 Sois buenos cuando sois uno con vosotros mismos. Sois buenos cuando
tratáis de dar de vosotros mismos. Sois buenos en incontables modos y
no sois malos cuando no sois buenos. Sois solamente perezosos y
dejados.
 Oráis en vuestra angustia y en vuestra necesidad; deberíais también
hacerlo en la plenitud de vuestro júbilo y en vuestros días de abundancia.
 A menudo, al negaros placer, no hacéis otra cosa que guardar el deseo
en los recesos de vuestro ser. Vuestro cuerpo es el arpa de vuestra alma.
Y sois vosotros los que podéis sacar de él dulce música o sonidos
confusos. Para ambos, abeja y flor, el dar y el recibir placer son una
necesidad y un éxtasis. Sed en vuestros placeres como las abejas y las
flores.
 La belleza es la eternidad que se contempla a sí misma en un espejo.
Pero vosotros sois la eternidad y vosotros sois el espejo.
 Cualquier cosa que hagáis, hacedla de todo corazón, como si fuera para
el Señor y no para los hombres.
 Esfuérzate tanto como puedas en cumplir cualquier cosa que se te
presente.
 Pero tú, -el verdadero tú-, eres una chispa de la Divina Llama, Dios, que
es omnipotente, mora en ti y por esta razón nada existe que tú no puedas
hacer si quieres lograrlo.
 Tres son los pecados que en el mundo producen más daño que todos los
demás: la maledicencia, la crueldad y la superstición, porque son pecados
contra el amor. El hombre que desee llenar su corazón con el amor de
Dios, deberá estar continuamente en guarda con estos tres.
 Nunca hables mal de nadie y rehúsa escuchar a quien se expresa mal de
otro, haciéndole observar con dulzura: "Quizá no sea verdad y si lo fuera,
es más caritativo no hablar de ello".
 Hasta tal punto deberás estar lleno del intenso deseo de ser servicial, que
continuamente aprovecharás la ocasión de ser útil a todo aquello que te
rodea, no solamente a los hombres, sino también a los animales, a las
plantas.
 Es preciso servir en las pequeñas circunstancias de la vida diaria para
adquirir el hábito y no dejar escapar cuando se presenten las raras
oportunidades de hacer alguna cosa grande.
 Si se te confía el cargo de educar a una persona, será tu deber hacerle
notar con dulzura sus defectos. Exceptuando tales casos ocúpate de tus
propios asuntos y cultivar la virtud del silencio.
 El hombre sabio, sabe que sólo Dios es grande y que toda buena obra es
tan solo hecha por Él.
 Fija atención sobre lo que estás haciendo para que resulte perfectamente
bien hecho.
 Deja que cada cual haga su propio trabajo a su modo; está siempre
dispuesto a ofrecer ayuda cuando se necesite, pero nunca te entrometas.
 Por el hecho de que intentes emprender una labor más elevada no te es
lícito descuidar tus deberes ordinarios, pues mientras éstos no estén
cumplidos no quedarás libre para otro servicio.
 Debes alimentar sentimiento de perfecta tolerancia para todos, y un
sincero interés por las creencias religiosas de otros, tanto como el que
sientes por las tuyas propias. Porque su religión, lo mismo que la tuya,
sirve de sendero hacia lo Supremo. Y para ayudar a todos, deberás
comprenderlas todas.
 Sé indulgente en todo y benevolente en todas las cosas.
 Soporta tu Karma, cualquiera que sea con ánimo alegre, considerando
como un honor el sufrimiento que te sobrevenga y porque ello hará que
los Regentes del Karma te juzguen digno de su ayuda. Por duro que sea,
agradece que no haya sido peor.
 El Karma podría separarte de las cosas que más quieres, aún de las
personas que más amas. También, en este caso, deberás estar contento
y pronto a desprenderte de cualquier cosa y de todo.

JIDDU KRISHNAMURTI
 Un hambriento no se satisface mirando la comida y diciendo que está
buena; necesita extender la mano y comerla.
 Los hombres que no saben, trabajan por conquistar riquezas y poder, pero
éstos duran a lo sumo una vida; y por tanto son irreales. Hay bienes más
grandes que esos, bienes que son reales y perdurables; y una vez
descubiertos se extingue para siempre el deseo de los otros.
 La religión que un hombre profesa, la raza a que pertenezca, no son cosas
importantes; lo único que realmente importa es este conocimiento: el
conocimiento del Plan de Dios para los hombres. Porque Dios tiene un
plan, y este plan es la Evolución.
 ...todos somos UNO y de que, por tanto, sólo aquello que el UNO quiere,
puede ser agradable para todos.
 Cuando tu cuerpo desee algo, detente y reflexiona si tú realmente lo
deseas.
 El cuerpo es un animal a tu servicio, el corcel sobre el que cabalgas. Por
consiguiente, debes tratarlo bien y cuidarlo.
 Porque sin un cuerpo perfectamente limpio y sano no podrás llevar a cabo
el arduo trabajo de preparación, no podrás soportar el esfuerzo incesante
que ello requiere. Pero tú, debes ser siempre quien domine a tu cuerpo y
no el cuerpo quien te domine a ti.
 Estudia profundamente las leyes ocultas de la naturaleza y cuando las
hayas conocido adapta tu vida a ellas, empleando siempre la razón y el
sentido común.
 Porque debes ser siempre amable y bondadoso, razonable y
condescendiente; dejando a otros la misma plena libertad que a ti te es
necesaria.
 Una minucia que sea directamente útil para la labor del Maestro, es mucho
más digna de hacerse que una cosa notoria que el mundo juzgaría buena
y grande.
 Alimentar a los pobres es una obra buena, noble y útil, pero alimentar las
almas es todavía más noble y más útil que nutrir sus cuerpos.
 Estudia, pues; pero ante todo estudia aquello que más te capacite para
ayudar a otros.
 Persevera pacientemente en tus estudios, no con el fin de que los
hombres te consideren sabio, y ni aún por la felicidad de ser sabio, sino
porque tan sólo el hombre que sabe puede ayudar sabiamente.
 En lo referente a los demás, los pensamientos deben ser verídicos. No
pienses de ellos lo que no sepas, ni supongas que ellos te tienen
continuamente en su pensamiento.
 Cada alma tiene sus propias tribulaciones, y sus pensamientos giran
principalmente en torno de sí misma.
 Debes igualmente ser verídico en tus palabras, preciso y sin exageración.
 Si oyes palabras en contra de alguien, no las repitas; podrían no ser
ciertas y, aunque lo fuesen, es más caritativo callar. Reflexiona bien antes
de hablar para que no digas inexactitudes.
 Sé sincero en la acción; nunca pretendas aparecer diferente de como
realmente eres; porque toda simulación es un obstáculo para la luz pura
de la verdad.
 Tienes que usar aún el discernimiento en otra forma: aprende a descubrir
a Dios en todos los seres y en todas las cosas, por malos o malas que
puedan parecer superficialmente.
 Puedes ayudar a tu hermano mediante aquello que tienes de común con
él, que es la Vida Divina. Aprende el modo de despertar aquella vida en
él; aprende a hacer un llamamiento a esa vida en él, y de esta forma
salvarás a tu hermano del mal.
 Recuerda que todo deseo egoísta encadena, por elevado que pueda ser
tu objeto, y mientras no te hayas desprendido de él no estarás
enteramente libre para dedicarte a la labor del Maestro.
 Por tanto, deberás hacer el bien por amor al bien y no con esperanza de
recompensa; deberás trabajar por amor al trabajo, no con la esperanza
de percibir el resultado; deberás dedicarte al servicio del mundo porque lo
amas y porque no puedes dejar de ayudarlo.
 Guárdate asimismo de ciertos pequeños deseos que son comunes en la
vida diaria. Nunca desees figurar ni parecer inteligente.
 No desees hablar. Bien está hablar poco; mejor aún es callar del todo, a
menos que estés perfectamente seguro que lo que vas a decir es
verdadero, bueno y útil.
 Acostúmbrate, pues, a escuchar mejor que a hablar; no des tus opiniones
si no se te piden directamente.
 Si ves tratar con crueldad a un niño o a un animal, es tu deber defenderlos.
 Si crees que alguien procede mal y puedes hallar ocasión de hacerle
observar en privado, con perfecta dulzura, por qué piensas así, es posible
que lo convenzas; pero en muchos casos incluso esto resultará una
intromisión indebida. Por ningún motivo deberás tampoco murmurar de
ello con terceros, porque eso sería una acción extremadamente malvada.

MIGUEL DE UNAMUNO
 Lo más propio, lo más íntimo, lo más profundo de uno mismo no es lo que
es, sino lo que quiere ser.
 La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre
espiritual.
 Sólo se pone en paz uno consigo mismo para morir.
 A medida que los corazones más se unen, más se separan las cabezas.
 El hombre nace bueno, es naturalmente bueno, la sociedad lo malea y lo
pervierte.
 El sueño de uno solo es la ilusión, la apariencia, el sueño de dos es ya la
realidad, la verdad.
 ¿Qué es el mundo real sino el sueño que soñamos todos, el sueño
común?
 Probablemente no nace el amor sino al nacer los celos; son los celos los
que nos revelan el amor.
 Las necesidades de cada uno son las más universales porque son las de
todos.
 Da, da, y nunca pidas, que cuanto más des más rico serás en dádivas.
 Quien no conoció la inquietud, jamás conocerá el descanso.
 Sé dueño de la vida y no su esclavo.
 La falta de intimidad lleva a la pobreza de espíritu.
 La fama, sombra de la inmortalidad.
 No dejes que la codicia ahogue a la ambición en ti.
 Sólo el porvenir es reino de libertad.
 Teme al día en que se te conviertan en recuerdos las esperanzas.
 No te creas más, ni menos ni igual que otro cualquiera, que no somos los
hombres cantidades. Cada cual es único e insustituible; en serlo a
conciencia pon tu mayor empeño.
 El que se preocupa de mostrarse humilde o de aparecer modesto es que
alimenta una real soberbia.
 Los hombres vivimos juntos, pero cada uno muere solo, y la muerte es la
suprema soledad.
 Desconfío del que no lucha, y veo siempre un mayor enemigo en el que
se somete que en el que me resiste.
 La diferencia que he visto siempre entre la moral y la religión es la de que
aquélla nos enseña a hacer el bien, y ésta a ser buenos.
 El peso el vacío es seguramente lo que más nos pesa.
 Que sea nuestro proceder hijo de nuestro sentir, y nuestras palabras
revelación de nuestros sentimientos.
 Nada une a los hombres más que el secreto.
 La sinceridad se ahoga en las palabras.
 El silencio es lo más terriblemente revelador que hay.
 De la cuna nos viene la tristeza/ y también de la cuna la alegría.
 No hay obra poética más grande que un hijo o hija.
 Sólo odiamos, lo mismo que sólo amamos, lo que en algo, y de una u otra
manera, se nos parece; lo absolutamente contrario o en absoluto diferente
de nosotros no nos merece amor ni odio, sino indiferencia.
 Haz cada día por merecer el sueño, y que sea el descanso de tu cerebro
preparación para cuando tu corazón descanse; haz por merecer la
muerte.
 El hombre animal no recibe lo del Espíritu de Dios, pues es para él locura;
y no puede entender, porque hay que juzgarlo espiritualmente. Locura…,
locura… ¿Qué es cordura? Pues por aquí acaso se debería empezar.
 El amor precede al conocimiento, y éste mata a aquél.
 Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona
y enriquece, más aún por lo que de él mismo nos da, por lo que de
nosotros mismos nos descubre.
 La libertad está en el misterio; la libertad está enterrada y crece hacia
adentro, y no hacia afuera.
 El aburrimiento es el fondo de la vida.

SAN AGUSTÍN
 Dilige et quod vis fac - Ama, et fac quod vis. (Ama, y haz lo que quieras).
 Noli foras ire, in te ipsum redi: in interiore hominis habitat veritas. (No
vayas fuera, entra en ti mismo: en el interior del hombre habita la verdad).
 Lo caduco y transitorio debe despreciarse para ir en pos de lo seguro y
eterno.
 Nadie te buscó debidamente sin hallarte. Y debidamente te buscó el que
recibió de ti el don de buscarte como se debe.
 Dios, de quien separarse es caer, a quien volver es levantarse;
permanecer en ti es hallarse firme.
Dios, darte a ti la espalda es morir, volver a ti es revivir, morar en ti es vivir.
Dios, dejarte a ti es perderse; seguirte a ti es amar; verte es poseerte.
Dios, a quien nos despierta la fe, levanta la esperanza, une la caridad. Te
invoco a ti.

 Existe otra oración interior y continua, que es el deseo. Si no quieres cesar


en tu oración, no ceses en tu deseo. Callarás si cesas de amar. El
enfriamiento de la caridad es silencio del corazón; el ardor de la caridad
es clamor del corazón.
 Cuando uno vive tranquilo y sosegado, debe abastecerse de la palabra
de Dios, depositándola en su corazón al estilo de la hormiga, que soterra
el grano en sus nidos. En buen tiempo se puede hacer esto; per viene la
mala estación, viene el infortunio, y, en faltando este alimento interior,
sobreviene la ruina y desfallecimiento.
 El que es amigo de roer vidas ajenas, no es digno de sentarse a comer
en esta mesa.
 No debe tenerse por mala muerte aquella a que precedió buena vida,
porque no hace mala a la muerte sino lo que a ésta sigue
indefectiblemente.
 Con cuánto temor elegimos antes el vivir largos años debajo del imperio
de un continuado sobresalto y amenazas de tantas muertes, que
muriendo de una, no tener en adelante ninguna.
 Los incrédulos echan siempre de menos las respuestas… aprenden
siempre y nunca acaban de conseguir la ciencia de la verdad. (La ciudad
de Dios)
 La inmundicia de nuestro espíritu corre hacia abajo por el amor de los
afanes terrenos.
 Esto sólo sé: que sin vos me va mal, no sólo fuera de mí, sino aun dentro
de mí mismo; y que toda abundancia que no es mi Dios, es indigencia.
 …porque por el sentimiento de nuestra flaqueza nos compadecemos para
remediar a los indigentes.
 Vive el alma evitando aquellas cosas por cuya apetencia muere.
 El alma se mantiene de aquello en que se goza.
 La Providencia divina acostumbra a corregir y aniquilar con los funestos
efectos que presagia una guerra cruel los vicios y las corrompidas
costumbres de los hombres. (La Ciudad de Dios)
 Porque el bueno, ni se ensoberbece con los bienes temporales, ni con los
males se quebranta. (La Ciudad de Dios)
 En una misma calamidad, los pecadores abominan y blasfeman de Dios,
y los justos le glorifican y piden misericordia. (La Ciudad de Dios)
 Dios aflige a los buenos con calamidades temporales para que de este
modo se conozca el hombre a sí mismo y aprenda a amar a Dios con
virtud y sin interés. (La Ciudad de Dios)
 Es así como tienes ordenadas y dispuestas las cosas: que todo desorden
en los afectos lleve en sí mismo su pena.
 No hay nada más lamentable que la compasión de un miserable que no
tiene compasión de su miseria.
 Para aprender, mayor eficacia tiene la natural curiosidad que no una
temerosa coacción.
 …es tu ley que todo se vea mezclado de saludables amarguras, con las
que nos llamas hacia ti en expiación de las pestilentes alegrías que de ti
nos alejan.
 Como si le fuera posible a alguien causarle a otro un daño mayor que el
que se causa a sí mismo con el odio que le tiene; como si pudiera causarle
a otro una devastación mayor que la que a sí mismo se causa siendo su
enemigo.
 Porque nada puede haber que más vecino sea de tu oído que un corazón
que te confiesa y una vida de fe.
 Sin el dolor y la miseria es imposible la misericordia.
 No es posible que se pierda el hijo de tantas lágrimas. (Las derramadas
por su madre suplicándole a Dios)
 ¡De cuán admirables maneras nos conviertes a ti!
 Ni rastro quedaría de nuestra esperanza si no llorásemos delante de ti.
 Dichoso el que te ama a ti y a su amigo en ti y a su enemigo en ti; pues el
único que no pierde a sus seres queridos es el que los quiere y los tiene
en Aquél que no se pierde.
 A ti no te pierde sino el que te abandona.
 …; porque del espíritu de Dios será lo que digas, si lo dices ardiendo en
caridad. (Confesiones)
 En ti nuestro bien está siempre vivo y cuando de ti nos apartamos, nos
pervertimos. (Confesiones)
 Tú enjugas con blandura sus lágrimas, para que lloren todavía más y en
su llanto se gocen. (Confesiones)
 Pues nadie fuera de ti enseña la verdad dondequiera que brille y de donde
proceda. (Confesiones)
 ¿Ni qué pretensión de salvación puede haber si no viene de tu mano, que
recrea lo que creaste? (Confesiones)
 La muerte es la paga y el estipendio del pecado.
 La vida y la paz eterna es la paga y estipendio de la santidad y justicia.
 Jesucristo murió por todos, para que los que viven, no vivan ya para sí
mismos, sino para aquél que murió por ellos.
 Porque Vos no tenéis necesidad de mí…, que si no os doy culto quedaréis
baldío, sino para serviros y daros culto, a fin de que me venga la felicidad
de Vos, de quien me viene el ser capaz de ser feliz.
 Vanos son, ciertamente, todos aquellos hombres que no tienen
conocimiento de Dios.
 Mira que la piedad es verdadera sabiduría.
 No quieras parecer sabio, porque los que dicen que son sabios, ellos
mismos se hacen necios.
 Siempre a la mayor alegría precede mayor molestia.
 …en el libre albedrío de la voluntad humana está la causa de que
hagamos el mal.
 Él (Dios) sabe cómo gobernar su obra. Por lo que a ti se refiere, haz lo
que te manda y aguarda el cumplimiento de sus promesas.
 Comience a despreciar el mundo, a distribuir sus posesiones al
necesitado, a tener en nada lo que los hombres aman. Deteste las injurias,
no apetezca la venganza, ponga la mejilla al que le hiere, ore por los
enemigos; si alguien le quitare lo suyo, no se lo exija; si al contrario,
hubiera quitado algo a alguien, devuélvale el cuádruplo. (San Agustín)
 ¿Pediste y no recibiste? Fíate del Padre; si te conviniera, te lo habría
dado.
 Los tiempos somos nosotros: cuales somos nosotros, tales son los
tiempos.
 ¿Por qué afligirnos y censurar lo que Dios ha permitido?
 Así, a la manera de una vasija de barro, serás modelado con la
predicación y cocido en el fuego de la tribulación.
 ¡Oh, si los hombres acertasen a conocer que son hombres! ¡Y el que se
alaba y gloría, se alabase y gloriase en el Señor!
 Sólo en Dios halla un alma su esperanza y alegría.
 Son los hombres tan deseosos de saber de la vida ajena como desidiosos
para enmendar la suya.
 Esa es la vida bienaventurada, una alegría ordenada a Vos, dimanada de
Vos y poseída por amor de Vos, Señor.
 Así como los amigos adulando nos pervierten, así muchas veces los
enemigos injuriando nos corrigen.
 Así, ¡desventurado el hombre, por más laudable que haya sido su vida, si
Vos le juzgarais sin misericordia!
 Cualquiera que delante de Vos contara y alegara sus verdaderos méritos,
¿qué hacía sino contar lo que Vos le habíais dado, pues todos son dones
vuestros?
 Porque la vida bienaventurada es alegría y gozo que nace de la verdad.
 De tal modo se ama la verdad, que aun aquellos que aman otra cosa muy
distinta quisieran que fuese la verdad aquello que aman; … Así pues, la
correspondencia que tendrá de la verdad será que a los que no quieren
que los descubra y manifieste, los manifestará y descubrirá, aunque ellos
no quieran, sin que la misma verdad se descubra y manifieste a ellos. Así
es el espíritu del hombre que quiere ocultar su ceguedad, sus achaques,
su fealdad, sus indecencias, y no quiere que a él se le oculte cosa alguna;
pero sucede al contrario, que él queda descubierto para la verdad, y la
verdad queda oculta para él.
 El mejor de todos nuestros siervos es aquél que no atiende tanto a oír de
Vos lo que él desea y quiere, como a querer y ejecutar lo que de Vos
oyere.
 Vos sois misericordia, yo lleno de miseria.
 Toda mi esperanza, Dios y Señor mío, se funda únicamente en vuestra
grandísima misericordia.
 El que quiere ser amado de los hombres, vituperándoles Vos, Señor, no
será defendido de los hombres cuando Vos le juzguéis, ni ellos podrán
libertarle si le condenáis.
 Dadme, Señor, lo que mandáis y mandadme lo que queréis.
 Toda nuestra vida es enfermedad sobre enfermedad.
 Tú eres delante de Dios, por tu inexperiencia de las cosas divinas, como
tu hijo ante ti con su inexperiencia de las cosas humanas.
 Los tiempos somos nosotros: cuales somos nosotros, tales son los
tiempos.
 ¿Por qué afligirnos y censurar lo que Dios ha permitido?
 Viviendo en la fe, esperanza y caridad, oramos siempre con un continuo
deseo.
 Y pone nuestras lágrimas en su presencia, y escucha nuestros gemidos
aquel que todo lo creó por su palabra y no necesita de la palabra humana.
 Dios quiere que para recibir se pida, y para hallar se busque, y se llame
para entrar… Si la puerta está cerrada, no es como para decirte que le
dejes en paz, sino para estimularte.
 Nuestra única esperanza reside en llamar por la oración, en creer y tener
fijo en el corazón que tu Padre te rehúsa sólo lo que no te conviene.
 Nuestro Dios y Señor no pretende que le descubramos nuestros deseos,
pues él ciertamente no puede desconocerlos, sino que pretende que, por
la oración, se acreciente nuestra capacidad de desear, para que así nos
hagamos más capaces de recibir los dones que nos prepara.
 Con frecuencia, la finalidad de la oración se logra más con lágrimas y
llantos que con palabras y expresiones verbales. Porque el Señor recoge
nuestras lágrimas en su odre y a él no se ocultan nuestros gemidos, pues
todo lo creó por medio de aquel que es su Palabra, y no necesita las
palabras humanas.
 Demos gracias a Dios por todo, sin dudar en lo más mínimo de que lo más
conveniente para nosotros es lo que acaece según la voluntad de Dios y
no según la nuestra.
 Para enseñarnos a orar oró él, de igual modo que, para enseñarte a sufrir,
sufrió él, y para confirmar la esperanza de tu propia resurrección, él
resucitó. (San Agustín)
 Si quieres conseguir la santidad, hazte mendigo de Dios.

MIGUEL DELIBES
 La vida es una sala de espera. (La hoja roja)
 La jubilación es la antesala de la muerte. (La hoja roja)
 Cumplir lo que estimamos nuestro deber ya encierra en sí mismo una
recompensa. (El hereje)
 ¿Qué valor tienen nuestros actos comparados con los méritos de la
Pasión de Cristo? (El Hereje)
 El antagonista, lejos de ser un enemigo, viene a darnos fe de que
existimos.
 En amor lo que no es sinceridad es hipocresía.
 La aspiración de todo hombre es elevar su rango, anteponerse, no tanto
acrecentando su cultura y sus facultades como amedrentando a su
adversario o debilitándolo.
 En vista de que una fraternidad cálida y universal parece fuera de nuestro
alcance, nos resignamos a aceptar el miedo como garantía de
superviviencia.

WILLIAM SHAKESPEARE
 Cuanto nos proponemos hacer debería ejecutarse en el instante mismo
en que lo deseamos, porque la voluntad se altera fácilmente, se debilita y
se entorpece, según las lenguas, las manos, y los accidentes que
atraviesan; y entonces aquél estéril deseo es semejante a un suspiro que,
exhalando pródigo el aliento, causa daño en vez de alivio.
 Para conocer a otro es menester conocerse bien a sí mismo.
 Pero la naturaleza es muy fina en amor, y cuando éste llega al exceso, el
alma se desprende tal vez de una preciosa parte de sí misma para
ofrecérsela en don al objeto amado.
 ¡Ser o no ser; he aquí la cuestión! ¿Cuál es más digna acción del ánimo:
sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta u oponer los brazos a este
torrente de calamidades y darles fin con atrevida resistencia? Morir es
dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño diremos las aflicciones se acabaron y
los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza...? Este es
un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir... Y tal vez
soñar. Sí, y ver aquí el grande obstáculo; porque considerar qué sueños
podrán ocurrir en el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado
este despojo mortal es razón harto poderosa para detenernos. Esta es la
consideración que hace que nuestra infelicidad tan larga.
 La mayor seguridad estriba en el temor prudente.
 No publiques con facilidad lo que pienses, ni ejecutes cosa no bien
premeditada primero. Debes ser afable, pero no vulgar en el trato. Une tu
alma con vínculos de acero a aquellos amigos que adoptares después de
examinada su conducta. Presta el oído a todos y a pocos la voz… Pero
sobre todo usa de ingenuidad contigo mismo y no podrás ser falso con los
demás.
 Todos esos sueños son ambición, y todo cuanto el ambicioso agita no es
más que la sombra de un sueño.
 Hay en los cielos y en la tierra, Horacio, más que lo que sueña tu filosofía.
 No hay más suerte que Dios, ni más destino.
 Dame un hombre que no sea esclavo de sus pasiones y yo lo colocaré en
el centro de mi corazón.
 Por diferente senda se encaminan los designios del hombre y sus afectos,
y sólo en él la voluntad es libre mas no la ejecución; y así el suceso
nuestros designios todos desvanece.
 Palabras sin afectos nunca llegan a los oídos de Dios.
 Propia es de la culpa la desconfianza.
 El tiempo desenmascarará lo que la astucia oculta; la vergüenza al fin
burla a quien faltas encubre.
 Es la suprema estupidez del mundo que cuando enfermos de fortuna, muy
a menudo por los excesos de nuestra conducta, culpemos de nuestras
desgracias al sol, la luna y las estrellas; como si fuéramos malvados por
necesidad; necios por exigencia de los cielos.
 Para los hombres testarudos, los daños que ellos mismos se procuran
han de ser sus maestros.
 El sentimiento, más rico en fondo que en palabras, se enorgullece de su
esencia, no de su ornato.
 Un sentimiento moderado revela amor profundo, en tanto que si es
excesivo indica falta de sensatez.
 ¡Qué dulce no será la posesión del ser amado, cuando la sombra del amor
es tan rica en deleites!
 Todas las cosas de este mundo se persiguen con más ardor que se
gozan.
 Dime dónde nace la pasión./¿En el corazón o en el cerebro?/¿Cómo se
engendra? ¿Cómo se nutre?/ Responde, responde./ Se engendra en los
ojos,/ se nutre de miradas y muere/ en la cuna donde reposa.
 …, porque nuestra sensibilidad, soberana de nuestras pasiones, les dicta
lo que deben amar o detestar.
 Está bien pagado quien está contento de sí.
 …, pues no hay cosa tan estúpida, tan dura, tan llena de cólera que la
música, en un instante, no le haga cambiar su naturaleza.
 ¡Los temores reales con menos horribles que los que inspira la
imaginación!
 La desgracia que no habla murmura en el fondo del corazón, que no
puede más hasta que lo quiebra.

JOHANN WOLFGANG GOETHE


 Haz, pues, de manera que vuelvan a mí aquellos tiempos en que yo
también vivía en lo futuro, en que brotaban del fondo de mi espíritu cantos
no interrumpidos, en que nacaradas nubes me ocultaban la baja tierra, en
que todos los cálices me ofrecían aún maravillas y me era dado coger las
mil flores que hermoseaban los más fecundos valles: nada tenía, y no
obstante, tenía lo suficiente; el deseo de verdad y se de ilusiones.
Devuélveme aquellas irresistibles tendencias, aquella dicha profunda y
embriagadora, aquella fuerza en el odio, aquel poder en el amor. ¡Ah!
¡Devuélveme mi juventud!
 (El hombre) Viviría un poco mejor, si tú (Dios) no le hubieras dado el reflejo
de luz celeste, a la que da el nombre de razón, y sólo le sirve para ser
más bestia que todas las bestias.
 ...los dos primeros sentimientos de la vida: el amor y la amistad.
 La vejez no nos devuelve a la infancia como vulgarmente se dice, sino
que cuando la alcanzamos todavía seguimos siendo niños.
 Cuando vamos arrastrados por la vida creemos actuar por nosotros
mismos, eligiendo nuestra actividad y nuestras diversiones; pero, en
realidad son solamente los planes y las inclinaciones del tiempo lo que
estamos obligados a ejecutar.
 El destino nos otorga nuestros deseos, pero a su manera, para poder
darnos algo por encima de nuestros deseos.
 Sólo el infeliz, cuando se recobra, sabe cultivar para sí y para los demás
el sentimiento de que asimismo un bien mediocre debe ser disfrutado con
entusiasmo.
 …ofrecemos en holocausto lo de menos importancia, aunque nos toque
el corazón, en aras de un propósito superior, por así decirlo, como a una
dividnidad…
 Los individuos de buen corazón gustan ver el dedo de Dios en la
naturaleza.
 La inestimable dicha de la libertad no consiste en hacer todo lo que se
puede…, sino en hacer sin obstáculos ni impedimentos y por el recto
camino aquello que se considera justo y pertinente.
 ¡Qué hermosa es la paz del alma, y qué triste, amigo mío, el que
semejante joya tenga tanto de frágil como de bello y singular!
 ¡Ah! Lo que yo sé, cualquiera lo puede saber; pero mi corazón lo tengo yo
solo.
 ¿Qué otro destino le cabe al hombre sino el de llenar todo el camino con
sus dolores, y apurar su cáliz hasta las heces?
 Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada.
 No hay nada en el mundo que produzca una alegría tan grande y tan
verdadera como el hallazgo de un alma privilegiada que nos abre sus
puertas.
 Es preciso obrar con los niños como obra con nosotros el Señor, que
nunca nos hace más felices que cuando nos deja embriagarnos con una
ilusión agradable.
 Aquí abajo habría menos amarguras si los hombres no se dedicasen con
ahínco a recordar los dolores antiguos, en vez de soportar con entereza
un presente tolerable.

LA BIBLIA
 No hay nada nuevo bajo el sol. (Eclesiastés)
 El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. (1 Sal 2,6)
 Sembrad justicia y cosecharéis misericordia. (Oseas 10,8)
 Te han explicado, hombre, lo que Dios desea de ti: simplemente que
respetes el derecho, que ames la misericordia y que andes humilde con
tu Dios. (Miqueas 6, 8)
 Estima por rica y crecida hacienda la voluntad y gracia del Señor, y no te
entristezcas ni te cause pena el dejar en vida lo que has de dejar bien
presto muriendo. (San Pablo)
 Lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor. (San Pablo
a los Gálatas 5, 6)
 Cuando empiece a suceder esto (el principio del fin), levantaos, alzad la
cabeza, se acerca vuestra liberación. (Lucas 21, 28)
 No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el Reino de los Cielos,
sino el que cumple la voluntad de mi padre que está en el Cielo. (Mateo
7, 21)
 Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y
humillado, tú no los desprecias. (Salmos 50, 18)
 El ayuno que yo quiero es este: abrir las prisiones injustas, hacer saltar
los cerrojos de los cepos, dejar libras a los oprimidos, romper todos los
cepos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo,
vestir al ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne. (Isaías 58)
 Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la
ley y los profetas. (Mateo 7, 12)
 Sed como Yo (Jesús) pues también yo me hice como vosotros. (Gal 4, 12)
 Perfecciona tu obra con la mansedumbre, y amado serás de todo hombre.
(Eclesiastés 3, 19)
 Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por
añadidura. (Mateo 6)
 A cada día le bastan sus disgustos. (Mateo 6)
 Principio del Saber, el temor de Dios. (Salmos 110, 10)
 La caridad de Dios ha sido derramada en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que se nos ha dado. (Romanos 5, 5)
 Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida
por mi causa se salvará. (San Lucas 9, 25)
 Y amar significa seguir los mandamientos de Dios (Segunda Carta San
Juan)
 Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos y amigos os
traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por
causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra
perseverancia salvaréis vuestras almas. (Lucas 21 ,18-19)
 Abrochaos el cinturón de la verdad, por corazón poneos la justica; …y por
supuesto tened embrazado el escudo de la fe, donde se apagarán las
flechas incendiarias del malo. Tomas por casco la salvación y por espada
la del Espíritu, es decir, la palabra de Dios. (Efesios 6)
 Lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado
en el Hijo. (San Juan 14,14)
 Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría, Señor. (Salmos 30)
 Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. (San
Juan 6, 44)
 Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende, viene a mí. (San
Juan 6, 48?)
 El espíritu es el que da la vida. La carne no sirve para nada. (San Juan 6,
63)
 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que
yo he guardado los de mi Padre y permanezco en su amor. (San Juan 15)
 Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos (San
Juan 15, 12)
 Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu
enviado, Jesucristo. (San Juan 17)
 Es nuestro deber trabajar para socorrer a los necesitados, acordándonos
de las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”.
(Hechos de los apóstoles 20)
 Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas
obras y den gloria vuestro Padre que está en el Cielo. (San Mateo 5,16)
 Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí.
(San Juan 14, 1)
 Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis
discípulos míos. (San Juan 15, 8)
 El que no tiene mujer se preocupa de las cosas de Dios y de cómo
agradarle; pero el que está unido en matrimonio se preocupa de las cosas
del mundo y de cómo agradar a su mujer. (1 Cor 7, 28.32.33)
 Sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que lo pidáis. (Mat
6, 8)
 A cada uno le viene la tentación cuando su propio deseo lo arrastra y
seduce. (Carta Santiago 1, 12)
 Sed puestos para escuchar, lentos para hablar y lentos para la ira. (Carta
Santiago 1, 19)
 Lo mismo que un cuerpo sin espíritu es un cadáver, también la fe sin obras
es un cadáver. (Carta Santiago 2, 26)
 Esta es mi esperanza, para ella vivo: contemplar las delicias del Señor.
(Proverbios 26, 4)
 El espíritu que Dios nos infundió está inclinado al mal. Pero mayor es la
gracia que Dios nos da. (Carta Santiago 2)
 Quien conoce el bien que debe hacer y no lo hace es culpable. (Carta
Santiago 4, 17)
 Hay algunos que se humillan fingidamente, y allá en lo interior de su
corazón está lleno de soberbia y engaño.
 ¡Vanitas Vanitatum et omnia vanitas! – Vanidad de vanidades y todo
vanidad. (Eclesiastés)
 En el amor, no hay lugar para el temor: al contrario, el amor perfecto
elimina el temor, porque el temor supone un castigo, y el que teme no ha
llegado a la plenitud del amor. (1º carta San Juan 4, 18)
 Porque, a partir de la grandeza y hermosura de las cosas, se llega, por
analogía, a contemplar a su autor. (Libro de la Sabiduría 13)
 Reprende al sabio y te amará por ello. (Proverbios 9, 8)
 Porque el cuerpo corruptible es un peso para el alma y el hecho mismo
de vivir sobre la tierra deprime la mente agitada por muchos
pensamientos. (Sabiduría 9, 15)
 Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban
por perderlo. (Salmo 1)
 …la sabiduría de Dios se justifica a sí misma por sus obras. (San Mateo
11)
 Cuanto pedimos lo recibimos de Dios, porque guardamos sus
mandamientos y hacemos lo que le agrada. (1ª carta San Juan 3, 22)
 Así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al
diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida
entera como esclavos. (Carta a los Hebreos 2, 15)
 Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora
pasan por ella. (Carta a los Hebreos 2, 18)
 Cuando se da de corazón y según lo que se tiene, Dios lo acepta; a nadie
se le piden imposibles. (2 Corintios 8 ,12)
 Pensad: el que siembra con misericordia, misericordia cosechará; y el que
siembra con abundancia cosechará abundantemente. Que cada uno dé
lo que le dicte la conciencia; no de mala gana o por compromiso, pues
Dios ama a quien da con alegría. (2 Corintios 9, 6-7)
 Por eso, en el cuerpo o fuera del cuerpo, nos esforzamos por agradar al
Señor, pues todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para
que cada cual reciba lo que mereció durante su vida mortal, conforme a
lo que hizo, bueno o malo. (2 Corintios 5, 9-10)
 Pues el que quiera presumir de algo, que presuma de lo que ha hecho en
el Señor. Porque no es digno de aprobación el que se alaba a sí mismo,
sino aquel a quien Dios alaba. (2 Corintios 10, 17-18)
 Encomienda tu camino al Señor, confía en Él, y Él actuará. (Sal 36)
 Obedecer vale más que un sacrificio. (Samuel 15)
 Anota en tu libro mi vida errante, recoge mis lágrimas en tu odre… (Samos
55)
 …pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás,
cargará con su pecado para siempre. (San Marcos 3, 30)
 El que me ofrece acción de gracias, ése me honra. (Sal 49, 21)
 El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
(Mateo 23, 12)
 Como todo depende la fe, todo es gracia. (San Pablo a los Romanos 4,
13)
 Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, y no
holocaustos. (Oseas 6, 6)
 El sacrificio que Dios quiere es un espíritu contrito, un corazón contrito y
humillado. (Salmos 50, 19)
 Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve
el corazón. (Samuel 16)
 Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. (Salmos 26, 14)
 Bajo el Cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos
(Jesús). (Hechos de los apóstoles 4, 12)
 Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y encontraréis vuestro descanso. (Mateo 11, 30)
 Si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso. El
que no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios, al que no ve.
(1 Juan 4, 20)
 Pero nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha; y el que
no es de Dios no nos escucha. En esto distinguimos el espíritu de la
verdad y el espíritu del error. (1 Juan 4, 6)
 No olvidéis de hacer el bien y de compartir vuestros bienes con los demás,
pues ésos son los sacrificios que agradan a Dios. (Hebreos 13, 16)
 …porque es mejor afianzar el corazón con la gracia que con alimentos
que no son de provecho alguno para quienes se aferran a ellos. (Hebreos
13, 9)
 Confesaos los pecados unos a otros y rezad unos por otros, para que os
curéis. La oración fervorosa del justo tiene un gran poder. (Santiago 5 16)
 Pues el que sabe hacer el bien y no lo hace comete pecado. (Santiago 4,
17)
 Uno solo es el legislador y juez, el cual puede salvar y perder; pero tú,
¿quién eres para juzgar a tu prójimo? (Santiago 4, 12)
 Adúlteros, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad de Dios?
El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. (Santiago
4, 4)
 De la misma manera que el cuerpo sin el alma está muerto, así la fe sin
las obras está muerta. (Santiago 2, 26)
 Lo mismo es la fe: si no tiene obras está muerta en sí misma. Por el
contrario, alguien dirá: “Tú tienes la fe, y yo las obras. Muéstrame, si
puedes tu fe sin obras, y yo con mis obras te mostraré la fe. (Santiago 2,
17-18)
 Porque si uno escucha la palabras y no la practica, es semejante a un
hombre que mira a su cara a un espejo y, después de haberla visto, se
olvida enseguida de cómo era. (Santiago 1, 23-24)
 Que el hermano de humilde condición se sienta orgulloso de su alta
dignidad, y el rico de su humillación, porque pasará como la flor del heno.
(Santiago 1, 9)
 Si alguno de vosotros está falto de sabiduría, que se la pida a Dios –que
a todos da con generosidad y sin echarlo en cara-, y le será concedida.
Pero que pida con confianza, sin dudar nada; porque el que duda es
semejante a las olas del mar, agitadas por el viento y llevadas de una
parte a otra. (Santiago 1, 5-6)
 Hermanos míos, tened como suprema alegría las diversas pruebas a que
podéis ser sometidos, sabiendo que la fe probada produce la constancia.
(Santiago 1, 2/3)
 ¿Quién es el que ama la vida y quiere vivir años felices? Guarde del mal
su lengua y sus labios de palabras mentirosas. Apártese del mal y haga
el bien, busque la paz y corra en pos de ella. Pues el Señor mira por los
que practican la justicia y tiene los oídos atentos a sus súplicas; pero el
Señor se enfrenta con los criminales. (1 Pedro 3, 10/12)
 ¿Qué merito tenéis en soportar los castigos que merecen vuestras
culpas? Pero soportar pacientemente los sufrimientos habiendo obrado
bien, eso agrada a Dios (1 Pedro 2, 20)
 Pues todo lo que Dios ha creado es bueno, y nada se debe rechazar, sino
recibirlo con agradecimiento, pues la palabra de Dios y la oración todo lo
hace bueno. (1 Timoteo 4, 4)
 Ejercítate en las prácticas religiosas, pues los ejercicios corporales son
útiles para bien poco, pues tiene promesas para la vida presente y para la
futura. (1 Timoteo 4, 8)
 No reprendas con dureza al anciano, sino más bien exhórtalo como a un
padre; a los jóvenes, como hermanos; a las ancianas como a madres; a
las jóvenes, como a hermanas, con toda pureza. (¡ Timoteo 5, 1-2)
 Nada hemos traído a este mundo, y nada nos llevaremos de él. Debemos
contentarnos con tener lo suficiente para comer y vestir. Pues los que
quieren enriquecerse caen en la tentación y en la trampa de deseos
insensatos y funestos que hunden a los hombres en la ruina y en la
perdición. (1 Timoteo 6, 7-9)
 Evita discusiones estúpidas y tontas, consciente de que sólo engendran
altercados. (2 Timoteo 2, 23)
 Existe, pues, un reposo reservado para el pueblo de Dios; pues aquel que
entre en el reposo de Dios, descansará también él de sus obras, como
Dios de las suyas. (Hebreos 4, 10)
 La fe es la garantía de las cosas que se esperan, la prueba de aquellas
que no se ven. (Hebreos 11, 1)
 Ahora bien, sin la fe es imposible agradarle; porque aquel que se acerca
a Dios debe creer que existe y que recompensará a aquellos que lo
buscan. (Hebreos 11, 6)
 Habéis olvidado la exhortación que os dije como a hijos: Hijo mío, no
desprecies la corrección del Señor, ni te desaliente cuando te reprenda;
porque el Señor corrige al que ama, y castiga al que recibe como hijo.
(Hebreo 12, 5-6)
 …El Señor es mi auxilio, no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres?
(hebreo 13, 6)
 No olvidéis la hospitalidad, ya que, gracias a ella, algunos, sin saberlo,
hospedaron ángeles. (Hebreos 13, 2)
 Mejor es sufrir por hacer el bien que por hacer el mal, si Dios así lo
dispone. (1 Pedro 3, 17)
 Por eso debéis esforzaros en añadir a vuestra fe virtud, a la virtud ciencia,
a la ciencia templanza, a la templanza paciencia, a la paciencia piedad, a
la piedad cariño fraterno, al cariño fraterno amor, pues si estas virtudes
se encuentran en vosotros y van en aumento, no permaneceréis ociosos
y estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. (2 Pedro 1, 9)
 Sabemos que le conocemos en que guardamos sus mandamientos. El
que afirma que le conoce pero no guarda sus mandamientos, es un
mentiroso y la verdad no está en él. (1 Juan 2, 3-4)
 El mundo pasa, y con él sus deseos insaciables; pero el que hace la
voluntad de Dios vive para siempre. (1 Juan 2, 17)
 En esto conocemos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra
conciencia delante de él: en que, si alguna vez nuestra conciencia nos
acusa, Dios está por encima de nuestra conciencia y lo sabe todo.
Queridos míos, si vuestra conciencia no nos acusa, podemos estar
tranquilos ante él. (1 Juan 3, 19-21)
 …”pues:/ Todo mortal es hierba,/ toda su gloria como flor del campo./ La
hierba se seca,/ la flor se marchita/ pero la palabra del Señor/ permanece
por siempre. (1 Pedro 1, 24-25)
 Esta es la voluntad de Dios: que reduzcamos al silencio la ignorancia de
los insensatos con nuestra conducta ejemplar. (1 Pedro 2, 15)
 Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad. (San Pablo)
 Entonces Yahveh Elohim dijo: “¡Hete aquí al hombre vuelto como uno de
nosotros, sabedor del bien y del mal! ¡No vaya ahora a alargar su mano y
tome también del árbol de la vida, coma de él y viva eternamente.
(Génesis 3, 22)
 Dijo entonces Yahveh a Caín: “¿Por qué te has irritado y por qué se ha
abatido tu semblante? ¿No lo erguirías, acaso, si obraras bien?; pero si
bien no obras, el pecado acechará a la puerta y tenderá hacia ti, aunque
podrás dominarlo”. (Génesis 4, 6/7)
 Al aspirar Yahveh el calmante aroma, dijo en su corazón: “Nunca más
volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, pues la tendencia del
corazón humano es mala desde su mocedad, ni volveré a herir a todo ser
viviente como lo he hecho”. (Génesis 8, 21)
 No aceptarás soborno, porque el soborno ciega a los más clarividentes y
tuerce las palabras de los justos. (Éxodo 23, 8)
 No odiarás a tu hermano en tu corazón, mas reprenderás a tu prójimo
para no incurrir en pecado por su causa. No te vengues ni guardes rencor
a los hijos de tu pueblo, mas amarás a tu prójimo como a ti mismo…
(Levítico 19, 17)
 Moisés era hombre muy humilde, más que hombre alguno sobre haz del
suelo. (Números 12, 3)
 No tengáis en cuenta en vuestros juicios la apariencia de la persona; oíd
a los pequeños lo mismo que a los grandes sin temor a nadie, pues el
juicio pertenece a Dios. (Deuteronomio 1, 17)
 Te ha humillado y te ha hecho padecer hambre, luego te ha alimentado
con maná, que nos conocías ni habían conocido tus padres, a fin de
hacerte saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive
de todo lo que sale de la boca de Yahveh. (Deuteronomio 8, 3)
 …porque Yahveh, vuestro Dios, desea probaros para saber si lo amáis
con todo vuestro corazón y toda vuestra alma. (Deuteronomio 13, 4)
 En verdad no faltarán menesterosos en el país; por eso te ordeno,
diciendo: “Has de abrir ampliamente tu mano a tu hermano, a tu pobre y
tu indigente en tu país. (Deuteronomio 15, 11)
 No torcerás el derecho, no harás acepción de personas, no admitirás
soborno, porque el soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las
sentencias de los justos. (Deuteronomio 16, 19)
 Entonces exclamó Samuel: “¿Acaso se complace Yahveh tanto en
holocausto y sacrificios cuanto en la obediencia a la voz de Yahveh? He
aquí que la obediencia vale más que el sacrificio y la docilidad más que la
grosura de los carneros. Porque cual el pecado de adivinación es la
rebeldía y como el crimen de los terafim es la insubordinación. (I Samuel
15, 22/23)
 En verdad, nosotros morimos sin remedio y somos cual agua derramada
en tierra, que ya no se puede recoger. (II Samuel 14, 14)
 Porque los ojos de Yahveh recorren toda la tierra para ayudar a los de
corazón perfecto para Él. (II Crónicas 16, 9)

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA


 Se ha de amar a Nuestro Señor, por sí solo, sin que nos mueva esperanza
de gloria o temor de pena. (El Quijote)
 …que la verdadera nobleza (alcurnia) consiste en la virtud. (El Quijote)
 Las letras divinas tienen por blanco llevar y encaminar las almas al cielo.
(El Quijote)
 La paz es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida…
que sin ella en la tierra ni en el cielo puede haber bien alguno. (El Quijote)
 Las plumas, con más libertad que las lenguas, suelen dar a entender a
quien quieren lo que en el alma está encerrado; que muchas veces la
presencia de la cosa amada turba y enmudece la intención más
determinada y la lengua más atrevida. (El Quijote)
 La honra y las virtudes son adornos del alma, sin las cuales el cuerpo,
aunque lo sea, no debe de parecer hermoso. (El Quijote)
 Los deseos se sustentan con esperanzas. (El Quijote)
 La alabanza propia envilece. (El Quijote)
 …que quien busca el peligro perece en él. (El Quijote)
 Esa es natural condición de las mujeres: desdeñar a quien las quiere y
amar a quien las aborrece. (El Quijote)
 Que cada uno es hijo de sus obras. (El Quijote)
 …la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo
pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir. (El
Quijote)
 …del amor se dice: que todas las cosas iguala. (El Quijote)
 …porque a quien se humilla, Dios le ensalza. (El Quijote)
 …aunque los atributos de Dios son todos iguales, más resplandece y
campea, a nuestro ver, el de la misericordia que el de la justicia. (El
Quijote)
 La vanagloria y la hipocresía son enemigos que blandamente se apoderan
del corazón más recatado. (El Quijote)
 La pluma es la lengua del alma: cuales fueren los conceptos que en ella
se engendrasen, tales serán sus escritos. (El Quijote)
 Es común proverbio que la diligencia es madre de la buena ventura. (El
Quijote)
 Que la virtud más es perseguida de los malos que amada de los buenos.
(El Quijote)
 Donde reina la envidia no puede vivir la virtud, ni adonde hay escasez la
liberalidad. (El Quijote)
 El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como
es muerta la fe sin obras. (El Quijote)
 Porque no hay en la tierra, conforme a mi parecer, contento que se iguale
a alcanzar la libertad perdida. (El Quijote)
 Que no hay candados, guardas ni cerraduras que mejor guarden a una
doncella que las del propio recato. (El Quijote)
 La honra puédela tener el pobre, pero no el vicioso. (El Quijote)
 Que la abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hacen que no se
estimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo. (El Quijote)
 …, que de la abundancia del corazón habla la lengua. (El Quijote)
 Los daños que nacen de los bien colocados pensamientos, antes se
deben tener por gracias que por desdichas. (El Quijote)
 …;que no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios. (El Quijote)
 Los que reciben son inferiores a los que dan; y así es Dios sobre todos.
(El Quijote)
 De las cosas obscenas y torpes, los pensamientos se han de apartar,
cuanto más los ojos. (El Quijote)
 Donde hay mucho amor, no suele haber demasiada desenvoltura.
 Tan de valientes corazones es tener sufrimiento en las desgracias como
alegría en las prosperidades. (El Quijote)
 No hay fortuna en el mundo, ni las cosas en él suceden, buenas o malas
que sean, vienen acaso, sino por particular providencia de los cielos,…
que cada uno es artífice de su ventura. (El Quijote)
 La persona que es agradecida a los que bien le han hecho, da indicio que
también lo será a Dios, que tantos bienes le hizo y de continuo le hace.
(El Quijote)
 A la sombra de la manquedad fingida y de la llaga falsa andan los brazos
ladrones y la salud borracha. (El Quijote)
 Sola la vida humana corre a su fin ligera más que el tiempo, sin esperar
renovarse si no es en la otra, que no tiene términos que la limiten. (El
Quijote)
 Las obras que se hacen declaran la voluntad que tiene el que las hace.
(El Quijote)
 … que el amor y la afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento.
(El Quijote)
 … que a los dos que Dios junta no podrá separar el hombre. (El Quijote)
 La sabiduría del diablo no se puede estender a más que las cosas
pasadas o presentes, que las por venir no las sabe si no es por conjeturas,
que solo Dios está reservado conocer los tiempos y los momentos, y para
Él no hay pasado ni porvenir, que todo es presente. (El Quijote)
 Que las gracias y los donaires no asientan sobre ingenios torpes. (El
Quijote)
 La ingratitud es hija de la soberbia. (El Quijote)

DIVERSOS AUTORES
 ¡Qué cosa miserable y qué gran cosa es esto de ser hombre! (Jonathan
Swifit)
 Cosas terribles, muchas hay, pero ninguna más terrible que el hombre.
(Sófocles)
 Mi centro está en mí. (¿)
 No puede quererse nada que no se haya conocido antes. (Apotegma
escolástico)
 Es fácil vivir en el mundo en el mundo según la opinión del mundo, y fácil
vivir en la soledad según la nuestra; pero el hombre grande es el que en
medio de la muchedumbre mantiene con perfecta mansedumbre la
independencia de la soledad. (Emerson)
 La vida y los sueños son hojas de un mismo libro; leerlas en orden es vivir,
hojearlas, soñar (Schopenhauer)
 Dios es una esfera inteligible, cuyo centro está en todas partes y la
circunferencia en ninguna. (Jorge Luis Borges le adjudica al teólogo
francés Alain de Lille o Alanus de Insulis)
 Podemos perdonar a un hombre el haber hecho una cosa útil en tanto que
no la admire. La única disculpa de haber hecho una cosa inútil es
admirarla intensamente. (Oscar Wilde)
 …pero existe un libro horrible, sucio, horrendo, corruptor, siempre abierto,
que nunca nadie cerrará, el gran libro del mundo. (H. de Balzac)
 Si hice algún bien al prójimo, en su sentido, era, sin duda, algo de
excepcional e insignificante, comparado con el bien o el mal que estoy
haciendo constantemente con ser lo que soy. (Enrique David Thoreau)
 Hay hombre que en su misión/ sobre la tierra que habita/ es una planta
bendita/ con frutos de maldición. (Zorrilla)
 El verdadero humilde desea ser tenido de los otros en poco, no por
humilde, sino por vil, y gózase en eso. (San Bernardo)
 El último Evangelio en este mundo es: conoce tu obra y llévala a cabo.
(Tomas Carlyle)
 Muchos que no creen en Dios, creen en todo lo demás. (Julio Verne)
 Jamás olvides que eres libre, y que mostrar emociones no es una
vergüenza. (Paulo Coelho)
 Los que perdieron lo único que tenían están en mejor disposición que
mucha gente; porque, a partir de ahora, sólo pueden ganar. (P. Coelho)
 Quien perdona lava y perfuma su propio corazón. (P. Coelho)
 Quien siente miedo, y a pesar de ello sigue adelante, está demostrando
su valentía. (P. Coelho)
 Si sabes decir que no a las tentaciones, no te causarán ningún daño. (P.
Coelho)
 Dios acostumbra a actuar como el eco de nuestras acciones. (P. Coelho)
 Dios vive en los lugares en los que lo dejan entrar. (P. Coelho)
 Por miedo a mermar, dejamos de crecer. Por miedo a llorar, dejamos de
reír. (P. Coelho)
 Para tener fe en nuestro camino, no es preciso demostrar que el camino
del otro es equivocado. El que actúa así, no confía en sus propios pasos.
(P. Coelho)
 No consiste la fuerza en echar por tierra al enemigo, sino en domar la
propia cólera. (Máxima Oriental)
 Porque cuanto es cada uno en tus ojos, tano es y no más. (San Francisco)
 Muchos tienen apariencia de humildad, pero no tienen la virtud de la
humildad. (San Ambrosio)
 El envidioso no ve más que la sombra del bien ajeno. (P. A. de Alarcón)
 ¡Oh! ¡Cuántas inmensidades contiene un minuto de dolor! Y ¡cuán
pasajera es una inmensidad de dicha!
 Mucho aprendió quien sufrió gran dolor. (Anónimo. Cantar de Roldán)
 Aquel que obtiene la ayuda de Dios lleva a buen término sus empresas.
(Anónimo. Cantar de Roldán)
 Esperar es rogar a Dios. (Ortega y Gassett)
 Nuestra opulencia contiene en sí las semillas de la muerte. (Roberto
Rossellini)
 Lábrate cada día, con la piqueta de tu esperanzada mansedumbre, lo que
no quieras perder nunca. (Juan Alcaide)
 La belleza hace eterno el momento fugaz y sin latido, como muerto para
siempre aún vivo. (Juan Ramón Jiménez)
 La muerte no es espanto; es alivio tan sólo. Y el no poder vivir es desalivio
y lucha que se pierde. (Camilo José Cela)
 Todo el mundo siente. Sólo a algunos seres les es dado el guardar, como
un tesoro, la memoria viva de lo que han sentido. Yo creo que éstos son
los poetas. Es más, creo que únicamente por esto lo son. (G. A. Bécquer)
 ¡Las estrellas! ¿Son las flores doradas sobre el pecho enamorado del
cielo? (H. Heine)
 Jamás dejes de hacer las obras por el sinsabor que en ellas hallares,…
porque sin esto es imposible que ganes constancia y que venzas tu
flaqueza. (San Juan de la Cruz)
 Al brillar un relámpago nacemos,/ y aún dura su fulgor cuando morimos:/
¡tan corto es el vivir!/ La Gloria y el Amor tras que corremos/ sombras de
un sueño son que perseguimos:/ ¡despertar es morir! (Bécquer)
 ¿Quién, en fin, al otro día,/ cuando el sol vuelva a brillar,/ de que pasé por
el mundo,/ quién se acordará?. (LXI Bécquer)
 Fingiendo realidades/ con sombra vana,/ delante del Deseo va la
esperanza./ Y sus mentiras/ como el Fénix renacen/ de sus cenizas.
(LXXIX Bécquer)
 Para que los leas con tus ojos grises,/ para que los cantes con tu clara
voz,/ para que llenen de emoción tu pecho,/ hice mis versos yo./ Para que
encuentren en tu pecho asilo/ y les de juventud, vida, calor,/ tres cosas
que yo ya no puedo darles,/ hice mis versos yo./ Para hacerte gozar con
mi alegría,/ para que sufras tú con mi dolor,/ para que sientas palpitar mi
vida,/ hice mis versos yo./ Para poder poner ante tus plantas/ la ofrenda
de mi vida y de mi amor,/ con alma, sueños rotos, risas, lágrimas,/ hice
mis versos yo. (A Elisa, Bécquer)
 Yo no soy yo./ Soy este que va a mi lado sin yo verlo,/ que, a veces, voy
a ver,/ y que, a veces, olvido./ El que calla, sereno, cuando hablo,/ el que
perdona, cuando odio,/ el que pasea por donde no estoy,/ el que quedará
en pie cuando yo muera. (De Eternidades, Juan Ramón Jiménez)
 Es tan misterioso el país de las lágrimas. (Antoine de Saint Exupery)
 Sólo hay que pedir a cada uno lo que cada uno puede dar. (A. Exupery)
 Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si
consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio. (Exupery)
 …es el único que no parece ridículo, quizás porque se ocupa de otra cosa
y no de sí mismo. (A. Exupery)
 Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los
ojos. (A. Exupery)
 Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido
con ella. (A. Exupery)
 Nunca se siente uno contento donde está. (A. Exupery)
 Pero lo ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón. (A. Exupery)

DOCTRINA SHAOLIN
 El misterio es encontrar la forma de que otros puedan ver cómo eres tú.
 Aprende primero a vivir, después aprende a no matar y luego aprende a
vivir con la muerte, y por último aprende a morir.
 Para conocer el amor, siente el dolor del exceso de ternura, despierta al
amanecer con el corazón henchido y da las gracias por vivir un día más
de amor. Vacíate y, a la vez, llénate.
 El odio mata un buen corazón.
 Nos posee aquello que es poseído. Nos ligan a las cosas de la tierra las
ataduras que hacemos con ellas, las cosas sagradas como un cáliz y las
cosas sencillas como una pequeña piedra.
 Un hombre que no se conmueve ante nada no es un verdadero hombre.
 Una mente no juiciosa en como la raíz de un árbol que absorbe todo lo
que toca, incluso el veneno que puede matarla.
 Cada momento de la vida es como un peldaño de una escalera infinita.
Cada paso que damos se apoya sobre el peldaño anterior.
 No te veas a ti mismo como el centro del Universo, sabio, bueno y
hermoso. Busca en cambio la sabiduría, la belleza y la bondad para que
puedas honrarlas en todas partes.
 Algunos hombres reciben heridas pero devuelven bondad.
 El río fluye, la lluvia cae, la montaña permanece. Cada uno actúa según
su naturaleza.
 Pregúntate a ti mismo qué camino has escogido.
 Imagina la vida como un río; el hombre flota y el viaje es apacible. El
mismo hombre luchando contra corriente acaba por agotarse. Para ser
uno con el Universo cada cual debe encontrar su camino y seguirlo.
 Cuando uno encuentra su camino todo es dulce.
 La vida es un pasillo, y la muerte sólo una puerta.
 Cuando un hombre no tiene nada, es cuando está mejor preparado para
ponerse en pie.
 Sin esfuerzo el hombre tiene menos que nada.
 Entregar la vida sin un gran propósito no el algo bueno.
 Creer en la superstición es crear un nuevo destino desgraciado.
 Todas las palabras son en parte falsas y en parte verdad. Nuestro
entendimiento es imperfecto, pero siempre debes buscar la sinceridad
dentro de ti mismo.
 Perdónate a ti mismo.
 La cobardía es el reconocimiento de la propia debilidad. La valentía es el
reconocimiento de la propia fuerza. El cobarde y el héroe van unidos
dentro de cada hombre. Llamar cobarde a un hombre o valiente a otro
simplemente sirve para las posibilidades que uno tiene de encontrarse
con el otro.
 En toda pérdida hay ganancia; y en toda ganancia hay pérdida.
 No es buena la autocompasión.
 El amor no se puede medir hasta la hora de la separación.
 La confianza viene de nuestro interior.
 ¿No consiste la confianza en creer a alguien aun no sabiéndolo todo?
 Con cada final llega un nuevo comienzo.
 Se sufre más con la desconfianza que con la confianza.
 La mejor manera de afrontar la muerte de un ser querido es sabiendo que
si es un amor verdadero nunca se pierde. Es sólo después de la muerte
cuando de verdad se siente la fuerza del vínculo y nuestro ser querido se
convierte en una parte de nosotros más importante que antes.
 Ignora la lengua que ofende, esquiva el golpe provocador, huye del asalto
del fuerte. Al huir salvas tu vida y la del otro. Eso no es cobardía, es amor
a la vida.
 Entre padre e hijo hay un puente que ni el tiempo ni la muerte pueden
romper. Cada uno está en un extremo necesitando cruzar al otro lado para
encontrarse. Ese puente es tu amor por él.
 El sentido de pertenecer a un grupo se encuentra en lo reconfortante del
silencio y la compañía de la soledad.
 Hablar y escuchar, enseñar lo que sabemos en verdad a los que no lo
sepan; enviar pensamientos de paz a través del puente de las palabras.
 Guarda sobre todas las cosas la pureza de tu visión.
 Si un hombre se regodea en el pasado, entonces le roba el presente; pero
si un hombre ignora el pasado puede robar el futuro. La semilla de nuestro
destino se alimenta de las raíces de nuestro pasado.
 Hay que afrontar el mal a través de la fuerza, y la bondad del hombre con
la confianza. De ese modo estamos preparados para el mal, pero
fomentamos el bien.
 Cuando luchamos por un ideal no buscamos recompensa. El amor es más
grande que el bien.
 Los que más valorar la libertad no optan a veces por perderla.
 Estar solo, sin alguien a quien amar, es asolador para el cuerpo. Pero no
estar solo sin alguien a quien amar es asolador para el alma.
 La mente, el cuerpo y el alma son uno. Cuando el cuerpo expresa los
deseos de la mente y del alma, el cuerpo está en armonía con la
naturaleza, el acto es puro y no sientes vergüenza.
 El amor es armonía, incluso en la discordia.
 El amor nacido de una traición es mejor perderlo que vivirlo.
 Acepta el carácter de los demás, pero respeta primero el tuyo.
 Tres tesoros: 1. La misericordia, de la misericordia surge el coraje; 2. La
frugalidad, de la cual surge la generosidad con los demás; 3. La humildad,
pues de ella viene el liderazgo. Hay que guardarlos en los hechos.
 La paz no se encuentra en el mundo, sino en el hombre que hace el
camino.
 Todo hombre encuentra su camino buscándolo.
 Para alcanzar la perfección un hombre debe desarrollar compasión y
sabiduría por igual.
 En un corazón que es uno con la naturaleza, aunque el cuerpo luche no
hay violencia. Y en aquel que no es uno con la naturaleza, aunque el
cuerpo repose siempre hay violencia.
 El dolor y el placer son como dos campanas una al lado de la otra. La voz
de una hace vibrar a la otra.
 Nada muere, si antes ha existido.
 Los que saben rendirse saben encontrar la fuerza interior.
 Cuando el corazón no conoce el miedo, el miedo no existe.
 ¿Qué criatura siendo una con la naturaleza se atacaría a sí misma?
 ¿Dónde hay miedo, no existe también el peligro? ¿Dónde no hay miedo,
no muere también el peligro?
 Sé tú mismo, y nunca temas estar desnudo a los ojos de los otros; a veces
lo sencillo no es comprendido.
 El antagonista más sabio es el que consigue vencer sin entablar combate.
 Las manos son la lengua y los ojos del tacto.
 Para todo hay una primera vez.
 La única oscuridad es el miedo.
 Si las palabras no son más bellas que el silencio, es mejor no decir nada.
 Un hombre sabio camina con la cabeza inclinada, humilde como el polvo.
 ¿Quién está libre de defectos?
 Quitar una vida no da honor a nadie.
 La vida de un hombre está escrita de antemano. Viva según los designios
de su destino.
 No hay vida insignificante.
 Debemos evitar la pelea. Si no hay lucha no hay victoria ni derrota.
 La debilidad prevalece sobre la fuerza. La delicadeza triunfa.
 Son los ojos los que ciegan al hombre, porque su visión es lo que le impide
ver.
 Al final, lo que queda es el recuerdo de las personas con las que unimos
nuestro espíritu.
 Todas las vidas son sagradas.
 La espina defiende a la rosa; sólo hiere a aquellos que roban la flor de la
planta.
 La venganza es una vasija de agua con un agujero, lo único que contiene
es la promesa segura del vacío.
 El sufrimiento es la deuda.
 Odiar es como beber agua salada, sólo da más sed.
 Hay que pagar la bondad siempre con bondad y el dolor con justicia y con
perdón.
 Aquél que se conquista a sí mismo es el mayor de los guerreros. Haz lo
que debas hacer con un corazón dócil.
 Sentir vergüenza sin causa es inútil; sentir vergüenza con causa es
también inútil, porque es preferible emplear el tiempo en corregir aquello
de lo que te avergüenzas.
 Aquél que sabe cómo vivir no necesita temer a la muerte, porque no existe
lugar para que pueda entrar la muerte.
 Antes de despertar no podemos saber que lo que soñamos no existe.
Antes de morir no podemos saber que la muerte no es la mayor gloria.
 Porque el espíritu no contabiliza el tiempo, solo contempla el crecimiento.

SANTA TERESA
 Dos grandes mercedes que Dios hace: la una, un temor grandísimo de
ofenderle; la segunda, un espejo para la humildad, morando cómo cosa
buena que hagamos no viene su principio de nosotros, sino de Dios.
 Quien más ha recibido queda más adeudado.
 Pues, mientras estemos en esta tierra, no hay cosa que más nos importe
que la humildad.
 Jamás nos acabamos de conocer, si no procuramos conocer a Dios;
mirando su grandeza acudamos a nuestra bajeza, y mirando su limpieza
veremos nuestra suciedad; considerando su humildad, veremos cuán
lejos estamos de ser humildes.
 Los sentidos son los vasallos del alma.
 Porque está tan muerta la fe, que queremos más lo que vemos que lo que
ella nos dice.
 Que no es otra cosa, sino morir muchas veces, vivir sin Vos.
 Adonde está su tesoro se va allá el corazón.
 Las cosas ocultas de Dios no hemos de buscar razones para entenderlas.
 El Señor no desea otra cosa, sino tener a quien dar.
 …que no tenemos nada, que no lo recibimos.
 Porque el dolor de los pecados crece más, mientras más se recibe de
nuestro Dios.
 Quien con más mortificación, humildad y limpieza de conciencia sirviese
a nuestro Señor, ésa será la más santa.
 Primero da el Señor un gran conocimiento propio.
 Que es lo más seguro no querer sino lo que quiere Dios, que nos conoce
más que nosotros mismos y nos ama. Pongámonos en sus manos, para
que sea hecha su voluntad en nosotros, y no podremos errar.
 ¡Oh, válame Dios, Señor, cómo apretáis a vuestros amadores!
 Es grandísima limosna rogar por los que están en pecado mortal.
 Su Majestad nos ampare siempre: suplicárselo, para que no le
ofendamos; es la mayor seguridad que podemos tener.
 No nos puede su Majestad hacer mayor regalo que es darnos vida que
sea imitando a la que vivió su Hijo tan amado, y ansí tengo yo por cierto,
que son estas mercedes para fortalecer nuestra flaqueza, para poderle
imitar en el mucho padecer.
 Siempre hemos visto que los que más cercanos anduvieron a Cristo,
nuestro Señor, fueron los de mayor trabajos: miremos los que pasó su
gloriosa Madre y los Apóstoles.
 Porque si el alma está mucho con El Señor, poco se debe acordar de sí;
toda la memoria se le va en cómo contentarle y en qué o por dónde
mostrarle el amor que le tiene.
 ¿Sabéis qué es ser espirituales de veras? Hacerse esclavos de Dios.
 El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se
hacen.
 Quizá no sepamos qué es amar, …(está) en la mayor determinación de
desear contentar en todo a Dios, y procurar en cuanto pudiéramos no
ofenderle, y rogarle que vaya siempre adelante la honra y la gloria de su
Hijo.
 Conozcamos nuestra miseria y deseemos ir adonde nadie nos
menosprecia.
 Nuestra vida está escondida en Cristo.
 Lo que debemos hacer es pedir como pobres necesitados delante de un
grande y rico emperador (Dios), y luego bajar los ojos y esperar con
humildad.
 ¿Qué no dará quien es tan amigo de dar, y puede dar todo lo que quiere?
 De una manera o de otra ha de haber cruz mientras vivimos.
 ¡Oh, gran deleite padecer en hacer la voluntad de Dios!
 El camino del Cielo son los mandamientos.
 Amor de Dios y del prójimo: guardándolo con perfección hacemos su
voluntad, y así estaremos unidos con Él.
 Es harto daño no creer que Dios es poderoso para hacer obras que no
entienden nuestros entendimientos.

ANTOINE DE SANTI-EXUPERY

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