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UN PANORAMA DE LA EPISTEMOLOGÍA(S)

Ensayo redactado a partir de la pregunta: ¿Tiene la disciplina académica


“Administración” una epistemología propia?

Por: Luis E. García


Master en Historia y Filosofía de la Ciencia
Indiana University
Universidad de Manizales

En algún momento de su evolución, el autollamado Homo Sapiens experimentó asombro ante los
fenómenos y los cambios en la naturaleza. Del asombro surgen preguntas, de ellas, respuestas, y del
conjunto estructurado de respuestas obtenemos el conocimiento, compartible, y registrado por el
mayor invento de todos los tiempos: el lenguaje oral y escrito.

Contemplado este hecho histórico desde hoy, observamos diversas maneras de comprender
intelectualmente el mundo, circunscritas a pueblos y geografías (Egipto, Babilonia, América, África,
Palestina, Fenicia, etc.) y entre todas se destacan básicamente dos tradiciones: la occidental (nacida
en la actual Grecia y alrededores) y la oriental (en India y China principalmente). Con el paso de los
siglos la tradición occidental resultó más fructífera, de tal manera que su fruto más acabado, la
ciencia, llegó a ser aceptado, integrado y compartido en todo el planeta (hasta nos permitió poner pies
en la Luna¡). De esta tradición occidental se terminará ocupando la epistemología.

1. El primer gran salto: De la imaginación a la razón

La cultura occidental nace en la antigua Grecia, representada en las portentosas composiciones


literarias del llamado Homero (siglo VIII a.C.), que describen una compleja visión y explicación del
mundo basada en dioses, mitos y leyendas. Aunque en buena parte superado, este recurso a la
imaginación, al pensamiento mágico infantil, nos sigue acompañando en la vida de cada individuo y de
la especie.
Pero hacia el siglo VI a.C. aparecen unos pensadores que fracturan este pensar mítico y generan el
primer gran salto en la evolución del pensamiento humano, cuando:
a) Descubren que los cambios en la naturaleza no obedecen al azar ni al capricho de dioses, sino
a regularidades y situaciones antecedentes en la misma naturaleza. Es decir, no se explica la
ocurrencia de un evento diciendo “porque sí”, sino aludiendo a una ley o regularidad. Hay un orden en
ella que podemos descubrir.
b) Intentan explicar la naturaleza desde la misma naturaleza; los hechos serán el juez último para
determinar la verdad de una afirmación, o la solidez de una teoría.
c) Introducen el debate racional y el análisis crítico de posiciones propias y ajenas. El razonamiento
nos lleva más allá de las simples percepciones (el aire no se ve; el sol tiene el tamaño de un balón; la
tierra se ve plana…). Se requiere el uso de la lógica y la exigencia de coherencia en las posiciones.

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En síntesis: superan de la DOXA (afirmaciones sustentadas por la mera opinión personal, apreciación
subjetiva, experiencia propia o creencias compartidas) y privilegian la EPISTEME (el conocimiento
fundado en hechos, comprobaciones empíricas y argumentos correctos).

2. Origen de la filosofía

Las primeras preguntas de estos pensadores intentaban explicar porqué las cosas cambiaban unas por
otras, o si existía un principio común o básico -el arje-; debatieron con razones si éste fuera el agua, el
aire, varios, algo indefinido o incluso algo inobservable, como los átomos. Su interés por saber los
hizo llamarse filo-sofos (amigos de la sabiduría). El vocablo -filosofía- aún persiste pero con infinidad
de sentidos y matices, aunque conserva su núcleo original: plantearse e intentar responder
preguntas ra-di-ca-les.

Entre estos pensadores hay dos nombres que marcaron sendas sendas en el devenir filosófico:
Parménides y Heráclito. En pocas palabras, según Parménides lo que existe es el ser, uno, único,
inmutable, accesible solo por la razón; y según Heráclito, lo que existe es el siendo, el cambio, lo
mutable y accesible por los sentidos. Esta balanza sentidos-razón sigue presente en la discusión
epistemológica y hasta en las discusiones de cafetería; individuos y culturas se inclinan hacia uno u
otro lado, determinando no sólo filosofías, sino conductas, criterios y políticas.

3. Epistemología

La pregunta radical: qué es el conocimiento, cuándo podemos calificar de verdadero un


conocimiento, cuáles serían sus límites y limitaciones, su lógica, qué tanto aportan los sentidos y la
razón, cómo se accede a él, cómo se justifica, etc. constituyen desde entonces el núcleo de la
epistemología como una rama de la reflexión filosófica.

La epistemología se ocupa entonces del conocimiento como abstracción intelectual, expresable en


afirmaciones susceptibles de ser verdaderas o falsas, compartidas y objetivas (o intersubjetivas, para
no discutir), justificables por la razón, no por la emoción o el sentimiento. Admitir lo contrario,
destruiría el conocimiento mismo. Desde luego que existen diversas formas de saberes (tradicional,
religioso, literario, mítico, artesanal), pero el punto es la justificación apelando a los sentidos o a la
lógica (que incluye la apelación a la autoridad como premisa mayor) o a ambos, como lo exige la
ciencia. Apelar a la intuición, la propia convicción o la fe, tiene más de creencia personal que de
conocimiento.

*Veamos un ejemplo de DEMOSTRACIÓN LÓGICA: sabemos por biología que a una persona no tiene más
de 100.000 folículos pilosos en la cabeza, y la está cuantificado que Manizales tiene más de 300.000
habitantes. Con base en estos datos, ¿puedo estar absolutamente seguro de que en Manizales hay más por
lo menos dos personas con igual número de pelos en la cabeza? Sí, No, Porqué?

4. ¿Es posible conocer la verdad?

La participación de los ciudadanos atenienses en decisiones políticas (S. V a.C.) promovió la actividad
racional. Para defender sus ideas, intereses o derechos debían argumentar, o contratar a quienes lo
hicieran por ellos. Así surgió otra especie de pensadores que la historia ha llamado peyorativamente
“sofistas”.

Originalmente este vocablo aludía al “maestro que sabe y vende sus conocimientos”, pero dado el
relativismo, subjetivismo, escepticismo, agnosticismo y convencionalismo jurídico que defendieron y
enseñaron, fueron el blanco de ataques de Sócrates, registrados por Platón, quienes sostuvieron, en

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contra de ellos, que el hombre sí podía acceder al auténtico Conocimiento, Verdad y Justicia.
Desde entonces, esta ha sido una “búsqueda sin término” (expresión de K. Popper).
*Las digresiones vienen en cursivas

En cuanto a la verdad, la verdad –o la falsedad-, no está en las cosas sino en las proposiciones, es decir
en el contenido o sentido de los enunciados que describen algo. (Ej. lo que es verdadero es la expresión
“la Tierra es redonda” no el hecho de que sea redonda. La verdad es material cuando se establece
apelando a los hechos; y es formal si se establece sin apelar a los hechos (porque el enunciado
corrresponde a una estructura lógica: “Las ciencias de la administración exigen una epistemología “,
porque cada disciplina cientíìfica o académica la requiere).

5. Platón y Aristóteles

Platón produce la primera concepción del mundo, completa y coherente para su tiempo, e intenta
responder a esos tres grandes interrogantes, privilegiando la razón sobre los sentidos: los sentidos
sólo nos proporcionan imágenes opacas o borrosas de la realidad, pero interviene el alma racional
para darnos la idea auténtica y verdadera: uno puede ver incontables estructuras vegetales, sólidas,
verdes… pero no ve el concepto “árbol”, aplicable incluso a objetos similares no vistos (entendemos qué
significa “un bosque con un millón de árboles”). Así, posiciona una tradición de pensamiento occidental
englobada bajo los nombres idealismo-racionalismo. Negativamente, Platón duplicó los mundos
para explicar el que vivimos.

Aristóteles fue más aterrizado y se acerca más al sentido común: existen las cosas tal como las vemos
y son individuales, particulares, efímeras (realismo-empirismo), pero mediante un proceso
inductivo extraemos lo característico de grupos de cosas y elaboramos conceptos generales, que luego,
mediante procesos deductivos, los aplicamos a casos particulares .

6. Epistemología medieval

Simplificando, durante el medioevo –o milenio cristiano (ss. IV- XIV d.C.) la garantía del conocimiento
tomó otro rumbo: se entronizaron autoridades del pasado para extraer, deducir y justificar a partir
de ellas y de sus principios todo lo conocido y por conocer.

La Biblia, Platón, Aristóteles, Ptolomeo, Euclides, Hipócrates fueron las mas reconocidas autoridades.
Se trataba entonces de comprender, explicar, enseñar, adoctrinar, a partir de sus afirmaciones o de un
principio establecido por ellos. Por ejemplo: una flecha se mueve porque al primer impulso se crea un
vacío detrás de ella, que al llenarse de aire conforme al principio aristotélico “la naturaleza aborrece el
vacío”, la empuja hacia adelante; pero finalmente cae porque “el lugar natural de los cuerpos es el centro
del universo” y hacia él tienden las cosas. Este tipo de justificación racional se conoce como método
categórico, con el cual los hechos comprobados se subordinan a principios, prejuicios, creencias, o
supuestos (o a venerables autores “de moda”). Y este método entorpecedor del conocmiento NO es de esa
época: lo practican ahora quienes ante un problema o situación proponen cualquier hipótesis afín a sus
prejuicios o ideologías, y tratan de encajar en ella los datos, hechos y evidencia , o sobrevaloran las que
son favorables y minimizan o ignoran las que les resultan desfavorables a su hipótesis.

7. Segundo gran salto: la nueva ciencia de Galileo-Newton

Quien atacó con arrojo y éxito el método categórico fue Galileo con la nueva ciencia (s. XVII), basada
en un nuevo método de investigación denominado hipotético-deductivo, el cual que consiste
básicamente en:
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1. Detectar un fenómeno o problema nuevo, relevante e interesante.

2. Formular una hipótesis tentativa para explicar su ocurrencia. (“…sucedió, porque tal cosa”).

3. Deducir racionalmente consecuencias observables de esa hipótesis (de darse “tal cosa”, debe
darse tal otra).

4. Observar o experimentar para verificar o rechazar la hipótesis propuesta (la “tal cosa”).

5. En lo posible, emplear el lenguaje cuantitativo (establecer 1, 2, 3, minutos u objetos) en lugar del


cualitativo (ahorita, más tarde, mañana, o algunos, poquitos, muchos).

6. Someter los resultados al escrutinio crítico de la comunidad científica.

Este procedimiento es, de hecho el mismo que emplea hoy cualquier persona sensata y racional para
resolver problemas cotidianos, técnicos o profesionales (cuando no se enciende una lámpara, por
ejemplo); sólo que es más refinado, metódico y emplea el lenguaje cuantitativo porque otorga precisión.

Las primeras disciplinas que adoptaron este método –la física mecánica y la astronomía- progresaron
de una manera admirable e insospechada, así que paulatinamente otras disciplinas (química, biología,
electricidad, óptica, etc.) lo adoptaron y se fueron convirtiendo en ciencias, progresando en igual
medida. Desde entonces, una disciplina o campo de estudio no sería ciencia sólo por autoproclamarse
como tal, sino por adoptar un método que le permitiera describir, explicar e incluso predecir hechos
en su campo de estudio. Gracias a esto, la nueva ciencia se convirtió en el paradigma del
conocimiento humano. Así suene presumida y prepotente esta afirmación, es sustentable, porque
hasta entonces ninguna disciplina proporcionaba a sus objetos de estudio tanta capacidad
explicativa, acumulativa y algo nunca visto: ¡predictiva!

Este valor –la predicción- es lo que esperamos y hasta exigimos de profesionales que, presentándose
amparados en la ciencia, se ocupan de la salud, o de nuestros ahorros. Esta bien que manejen conceptos
que les permitan describir bien una situación (o hechos) “x”, y que nos digan: …”En efecto… usted
presenta placas liquenificadas e hiperpigmentadas..”, o ”…su capital está en inversiones TES, CDT y
acciones tecnológicas afectadas por el yen, que baja un poco, con una tasa de rendimiento esperado del
4.% con una probabilidad del 88.8%” en mercados emergentes…”. Eso es describir los hechos, pero otra
cosa, más profunda, es explicarlos, o que nos digan el porqué de ese hecho “x”, y eso es posible solo
cuando la disciplina en cuestión ha adquirido un mayor grado de desarrollo y ha descubierto y
comprobado leyes o regularidades que comenzaron siendo hipótesis de trabajo.

Pero lo que más valoramos en una disciplina (o en su experto) que se precie del calificativo de científica
(o), es su capacidad de hacer predicciones precisas y verificables: que nos digan que “con tal tratamiento
la mancha en la piel esa desaparecerá”, o “así evitará que su platica se esfume¡”, “o que el edificio no se
desplomará”, o que estimen con acierto una probabilidad del resultado. Esta es la característica distintiva
de la ciencia. Lo demás serán adivinaciones, intuiciones o especulaciones cargadas de doxa o subjetividad.

La palabra “ciencia” adquirió entonces reconocimiento universal, en occidente y oriente. Quizás por
ello este vocablo se lo apropien disciplinas cuya naturaleza u objeto de estudio no sea observacional
ni objetivo ¿Qué tan correcto será hablar de ciencias jurídicas, ciencias políticas, ciencia teológica?,
(anexo 3) o¿ ciencias morales, ciencia literaria, ciencia extraterrestre, ciencias funerarias (cuya
licenciatura ya se ofrece)?”.
Desde luego que cualquier disciplina tendrá que atenerse a la lógica y presentar argumentos válidos
(que las conclusiones se desprendan de sus premisas, así sean imaginarias, como las astrológicas),

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porque de lo contrario sería ininteligible; pero careciendo de objetividad, verificabilidad o precisión
distan mucho de ser ciencias. El hecho es que la palabra “ciencia” o “científicamente comprobado” da
prestigio, como lo saben muy bien las agencias publicitarias (científicamente comprobado”, añaden).
Las intuiciones, la fe , sentimientos, poemas, descripciones literarias, etc. son parte fundamental de
nuestra existencia y de las vivencias cognoscitivas; pero lo que llamamos “conocimiento” debe ser en
principio intersubjetivo y verificable. Tal es núcleo del saber científico, con todas sus crisis, errores y
limitaciones.

8. Y ¿qué hacían los filósofos?

Mientras Galileo y Newton desentrañaban misterios y leyes de la naturaleza, siguiendo la pauta de los
mencionados primeros filósofos y desestimando la acción de “la mano de Dios” sobre el universo,
otros filósofos, llamados luego humanistas, se ocuparon de reflexionar sobre la naturaleza humana.
Razón y fe ya irían por su propia senda. El hombre se convirtió en el centro de sus reflexiones.

Por otra parte, la epistemología era tratada a profundidad por una pléyade de filósofos europeos (de
Descartes a Leibniz, llegando a Hegel) e ingleses (de Locke a Hume, brincando luego a Comte)
quienes estuvieron enfrascados en el heredado debate empirismo vs. racionalismo: ¿Qué pesa más
en el conocimiento, los sentidos o la razón? Ambas posiciones llegaron a extremos absurdos (al
escepticismo una, al dogmatismo la otra). Pero apareció un descomunal pensador: Emmanuel Kant
quien, en buena parte –considero- resolvió los dilemas realismo vs. idealismo, empirismo vs.
racionalismo, en la obra cumbre de la epistemología: “Crítica (o mejor, análisis) de la razón pura”, que
se ocupa de “qué y cuánto pueden conocer el entendimiento y la razón, independientemente de toda
experiencia”.

9. Kant y el constructivismo

Siguiendo sus propias palabras: “si bien todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, no por
eso origínase todo él en la experiencia”. El ser humano no puede acceder a la “realidad real”, a la “cosa
en sí”, a “ese árbol como tal” (al noumeno); lo único que recibe del mundo externo son impresiones,
que la sensibilidad organiza en un espacio y tiempo determinados como fenómenos, y luego en el
entendimiento logramos conceptualizarlos, entenderlos, pensar sobre ellos, y comunicarnos sobre
ellos.

Demuestra Kant que no captamos datos crudos de la realidad. Nuestros conocimientos –y en especial
los mejor comprobados -física y matemáticas- no son “retratos” de la realidad (como defiende el
realismo científico) sino más bien construcciones de la razón , siempre aproximadas, coherentes con
una realidad existente, pero falibles (posición llamada realismo critico, o instrumentalismo). En
consecuencia, las teorías científicas validadas podrán modificarse ya sea porque entrañen
contradicciones internas o porque sean refutadas por nuevos hechos. Y serán más fuertes en la medida
en que ofrezcan más poder explicativo y predictivo, y los intentos de refutación sean fallidos.

Sin embargo, estaría lejos Kant –y los científicos e incluso el sentido común- de aceptar la
degeneración de este constructivismo hacia un tipo de subjetivismo personalista, como lo harán
posteriormente algunos filósofos .

10. Ciencias de la naturaleza, ciencias del hombre.

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Pasado el siglo XVII, el exitoso nuevo método se dejó sentir en los humanistas y comenzó el estudio
sistemático del ser humano social; así surgieron las llamadas ciencias del hombre: sociología (fundada
por el vapuleado Comte), antropología, demografía, psicología, historia etc.

Sin embargo, como expuso W. Dilthey, este nuevo objeto de estudio –el hombre- presentaba una
variable ajena a la naturaleza: su capacidad de decidir y elegir entre varias opciones (movido no
sólo por razones sino por sentimientos), factor éste que multiplica la complejidad al englobar no un
individuo sino sistemas sociales donde interactúan los individuos. Por tanto, si bien el estadio
descriptivo de estas ciencias resultaba prometedor, no así el explicativo, y menos aún el predictivo.
Aparecen cantidad de teorías rivales sobre el hombre, ancladas en tradiciones, culturas, políticas e
ideologías diferentes. Este hecho condujo entonces a rediseñar el método científico, hacerlo más laxo
y aceptar más limitaciones en cuanto a la capacidad descriptiva, explicativa y predictiva. Pero siempre,
teniendo como tribunal de la verdad los hechos comprobados, no las ideologías que las inspiran. Como
dijimos,los griegos intentaron descubrir el orden matemático del universo, y una nueva rama de las
matemáticas –la estadística y probabilista- entró en apoyo a las ciencias del hombre…

Así que para las postrimerías del s. XIX tendremos ciencias de la naturaleza, ciencias del hombre, y a
éstas se añaden la lógica y las matemáticas que comienzan a estructurarse como disciplinas de
verificación formal, no fáctica.

Aritmética
Matemáticas
Formales: Geometría
Lógica
CIENCIAS
Naturales (duras, exactas, deterministas, de conjuntos cerrados)
Fácticas
Humanas (blandas, inexactas , probabilistas, de conjuntos difusos)

No existe un único método –o receta- en el sentido de una sola secuencia de actividades que
ejemplifique todas las variedades de la investigación científica. Cada disciplina científica que deriva de
este cuadro posee su objeto de estudio, sus métodos de recolección de información, de estructuración
de su saber, de validación, de perspectivas de progreso, sus limitaciones y relaciones con otras, etc. es
decir, tiene un carácter epistemológico distintivo. Aparte de esto, con el tiempo las ciencias se
multiplican e interrelacionan, generando nuevos campos del conocimiento (psicobiología, por
ejemplo).

Y de este tema y sus discusiones empieza a ocuparse una nueva rama de la filosofía, la filosofía de la
ciencia, con preguntas radicales como ¿qué es ciencia?, cómo se diferencia de la no-ciencia, cuándo
una disciplina puede llamarse ciencia, como influyen la sociedad, la cultura y hasta los sentimientos,
cómo es la relación sujeto-objeto, cuáles son los presupuestos de la ciencia, cómo progresa (por
acumulación, revoluciones), la ética en la ciencia, etc.

Pero la ciencia (verificable, teórica, aplicada, etc.) es sólo una parte del esfuerzo humano por
comprender y extender nuestro mundo en todos sus aspectos, por trascender lo inmediato, como
también lo intentan –a su modo- la literatura, el arte, la filosofía, la religión, la historia. Sólo que ella se
esfuerza por eliminar lo que es puramente subjetivo, individual, emocional (…y eso no tiene nada de
censurable).

11. Dimensiones de la ciencia


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Las nuevas ciencias, como era de esperar, dejaron el escritorio, el laboratorio (ciencia pura) y se
pusieron al servicio del las necesidades humanas (ciencia aplicada). Por ejemplo, la termodinámica
generó la máquina de vapor, y el electromagnetismo los motores eléctricos; recientemente la
informática, la inteligencia artificial y la suma de todas las anteriores: la robótica, vienen
transformando las sociedades humanas con resultados no previstos.

Así que una vez decantada por la historia, la ciencia puede entenderse en tres dimensiones
(interrelacionadas, desde luego).

a) Como investigación (pura): Empleo de métodos para descubrir, describir, explicar sectores de la
realidad, y en algún grado predecir los efectos de las causas.

b) Como teoría: una construcción intelectual con conceptos bien definidos (observacionales,
disposicionales o teóricos), hipótesis confirmadas (leyes o regularidades) que explican ese sector de la
realidad.

c) Tecnología científica: investigación desde las de las teorìas para solucionar problemas concretos
del hombre, generales o particulares (así generen otros problemas. ¿Será controlable?*).

Estrictamente hablando –y así se nos afecte la vanidad- los profesionales universitarios pertenecen en
su mayor parte a la tercera dimensión: tecnología científica; por ejemplo, un médico aplica muchas
ciencias para resolver problemas de salud; las instrumentos usuales de un ortopedista se diferencian de
las herramientas de un mecánico… en que están galvanizadas¡
*Otra cosa es el problema ético de la ciencia como investigación y como tecnología…No se puede detener y menos eliminar
el internet, ni la investigación nuclear, ni la genética, ni la robótica…para prevenir el dark web, “mejores” armas atómicas,
degeneración de la especie humana, eliminación de puestos de trabajo… Las teorías, en sí mismas, no son ni buemas ni
malas moralmente hablando (pero sí pueden serlo lógicamente hablando).

Como investigación la ciencia exige conocimiento de punta, imaginación creadora, método. Como
teoría exige lenguaje preciso, raciocinio, consistencia lógica, claridad expositiva (los temas pueden ser
complejos, mas no enredados), evidencia empírica, verificación, y como tecnología exige eficiencia,
precisión y prescripción

12. El tercer gran salto: cuántica y relatividad

Estas epistemologías recibieron un violento sacudón al iniciarse el siglo XX con la física de las
partículas elementales (cuántica), y la visión del mundo relativista (TER y TGR). La naturaleza
entendida de manera observable, mecánica, determinista resultó ser una cosa muy distinta cuando los
científicos se adentraron en sus niveles micro y macro: la partícula elemental y el espacio y el tiempo
universal. Ahora resultó que los electrones brincaban de una posición A la B, pero ¡nunca podrían estar
entre A y B¡; o que entre más nos aceleremos, más nos encogemos en la dirección del movimiento y el
tiempo transcurre mas lento… Y además: que el mero hecho de observar algo, altera la medición misma
(incertidumbre).

Un golpe al determinismo y la objetividad “objetiva” (aunque para Einstein no era más que un “hasta
luego”).

Estos descubrimientos entusiasmaron en demasía a algunos filósofos (denominados post-modernos)


quienes, degenerando el sensato constructivismo kantiano, no tardaron en predicar una versión del
escepticismo-subjetivismo-personalista, en tesis como: todo vale; sólo hay construcciones
individuales de la realidad y ésta es siempre subjetiva; viva la libre especulación (sea fundamentada o
no); ¡abajo las ciencias pretendidamente exactas y la tecnología! (…pero que no nos vayan a cortar la
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luz¡), etc. Lo poco que intenté conocer de ellos es de tan modesta importancia que no vale la pena
incluirlos ahora. Solo les recomiendo que al menos revisen la obra de A. Sokal titulada Imposturas
Intelectuales.

Sin embargo, aportes valiosos de algunos de ellos y de otros filósofos analíticos (no todos, porque
también los hay charlatanes) ha sido el análisis del lenguaje de la ciencia, y el papel de los “factores
socio-político-económico-sociales” en la construcción de la ciencias.

13. Postmodernismo

En la última sección me referí al llamado “postmodernismo” (que incluye el “giro lingüístico de la


epistemología” y “el constructivismo social”). Ha sido en una tendencia de pensamiento y docencia
actual -zeitgeist- , que si bien ha señalado las falencias del racionalismo y del empirismo y resaltan
importantes factores que intervienen en la comprensión del mundo, se ha convertido en una actitud
intelectual facilista y enredadora, por cuanto desestima algo que cuesta trabajo alcanzar: verdades,
objetividad, la sensatez, claridad, aumento del conocimiento; privilegian el verbo sobre las sustancia.
Los textos de sus advocantes (Derrida, Lacan, Deleuze, Guatari, Iragaray, Baudrillard, etc.) suele ser
confusos, ininteligibles, vagos, generosos en pseudoproposiciones (afirmaciones sintácticamente
correctas pero carentes de sentido). Abran cualquier página para que lo constaten. De ellos diría
Nietzsche: “el que se siente profundo se esfuerza por escribir claro; el que se sabe superficial, escribe
oscuro”.

Por combatir un empirismo y positivismo extremos -que ya nadie predica- se fueron al otro extremo:
la verdad –alegan- es contingente a la narrativa, la hermenéutica y la perspectiva; el lenguaje es un
instrumento para formular verdades. La ciencia es creada y sostenida por las fuerzas sociales. Pero
pretenden igualar las ciencias humanas -y la sociología en primera fila- con las ciencias naturales,
atribuyendo a éstas las deficiencias y debilidades intrínsecas de aquéllas. “No existen hechos; solo
interpretaciones” (Gadamer), proclaman. ¡No!, replicamos. Existen hechos y también interpretaciones.
Que las teorías científicas establecidas fueran construidas por sociedades y hombres, no significa que
tal sea su único factor, y no las priva de su racionalidad y lógica. Y ya está claro que nuestras mentes
median entre la experiencia empírica y lo que conocemos (Kant-Popper).

Pero si queremos entendernos intelectualmente, avanzar sin chapucear entre discursos, es preciso ser
consecuentes, saber definir las palabras que usamos (su intensión), comprender su alcance
(extensión) y expresarnos o redactar textos con las reglas propias del lenguaje común. Así que en
nuestra exposición vamos en contravía a esta tendencia.

14. Ciencias y epistemologías


Qué una disciplina sea ciencia o no-ciencia empírica depende, en principio, de la definición de esta
palabra y del alcance de su concepto. Entendida como un cuerpo organizado de conocimientos sobre un
tema específico le daría entrada a cualquier cosa (ufología, teología…). Si le añadimos la característica:
obtenido mediante aplicación del método científico, señalaríamos los requisitos y metas del método y
sobre esto ya existe algún acuerdo universal: observación, descripción objetiva de hechos, verificación
externa (empírica) o interna (lógica), búsqueda de leyes o regularidades, etc. Si quisiéramos
clasificarlas por su potencia cognoscitiva, añadiríamos con poder explicativo y, el summum, predictivo.

Según su objeto de estudio, tenemos ciencias natural y ciencias humanas o sociales. La ciencia
natural es mensurable, precisa en su lenguaje, permite controlar variables, experimentar, predecir
con acierto, y explicar satisfactoriamente los hechos; son estables, salvo en períodos de revoluciones
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científicas; sus fenómenos son repetibles y replicables. La ciencia humana es menos precisa y más
cualitativa o probabilista en su lenguaje; por buenas razones éticas, la experimentación es limitada o
está fuera de consideración; poco predecible, más ceñida a paradigmas locales (contextos ideológicos
y axiológicos); cambian constantemente, permiten comprender un fenómeno más que explicarlo, sus
fenómenos son irrepetibles y difícilmente replicables. Dadas esta diferencias fundamentales, sí
podemos hablar de epistemologías de ciencias naturales, sociales y formales (una cosa es la verdad en
matemáticas, en un enunciado sobre la naturaleza, o en otro sobre el hombre y su actuar). Sin embargo,
la observación sistemática, la verificación de sus asertos y el rigor lógico son esenciales en ambas.

Sabemos que este objeto de estudio –el hombre- realiza múltiples actividades diferentes (artísticas,
artesanales, de conocimiento, de conducta…) y algunas de ellas son susceptibles de investigación
científica sea teórica o aplicada. Empleando una metáfora, podríamos intentar visualizar al ser
humano como un poliedro de múltiples caras, donde cada cara a su vez presenta diversas facetas
según el ángulo desde donde se mire. Las caras corresponderían, por ejemplo, a su conducta
observable (objeto de la psicología), sus modos de relacionarse con los demás (sociología), el manejo
de sus bienes y servicios para satisfacer sus necesidades (economía), el manejo y optimización de
estructuras sociales privadas o públicas (administración), etc. Como se trata de la misma estructura
geométrica, todas esas caras estarían relacionadas desde su interior: la administración, por ejemplo,
tendría lazos con la psicología, la sociologìa, la economía.

Ahora bien, cada una de estas actividades humanas –las caras, en nuestra metáfora- pueden
contemplarse o iluminarse desde distintos ángulos y así resaltan facetas, para cuya descripción y
explicación se pueden diseñar teorías. Por ejemplo, la psicología estudia su conducta (una “cara” en el
ser humano) y según se estudie, mire, o analice, resultarán teorías (facetas) diferentes como el
conductismo, el psicoanálisis, el neoconductismo, teorías de la personalidad, etc. etc.

El problema epistemológico con las ciencias humanas resulta cuando las diversas teorías (facetas)
sobre un aspecto de su actividad (caras) resultan no complementarias sino contrarias, conflictivas
o incluso contradictorias. Son complementarias cuando un caso “a” se explica o se controla mejor con
la teoría “x” , que con la “y” o la “z “ sin ellas excluirse necesariamente (digamos, en psicología, “x” es la
teoría de Jung, “y” el psicoanálisis freudiano, “z” el conductismo). Son teorías contrarias cuando ambas
son excluyentes (la economía capitalista y economía comunista). En el primer caso sí cabría destacar
aspectos epistemológicos de esa ciencia o disciplina académica; en el segundo sería una tarea
conceptualmente imposible. Por esto, en ciencias o disciplinas complejas o multidisciplinares
(administración) o teñidas de diferentes ideologías (como sucede en sociología y economía) las
discusiones sobre su epistemología no conducen a ningún lado, se quedan girando en remolinos
verbales.

15. Disciplinas académicas. Carreras universitarias


Ahora bien, el crecimiento de los conocimientos ha dado lugar a una cantidad de disciplinas e
interdisciplinas científicas, puras o aplicadas, que se imparten en academias, razón por la cual han
adoptado –y se les ha reconocido socialmente- el calificativo de ciencias: ciencias de la educación de la
administración, de la salud, etc.

Ahora bien, nos preguntamos: ¿estas disciplinas académicas establecidas como carreras universitarias
exigen su propia epistemología, es decir, establecer cómo se obtiene su conocimiento, cómo se valida,
cómo se determina su verdad, qué limitaciones y alcances tienen? Desde luego que cada campo de
estudio (teórico o aplicado) tiene sus propias maneras de abordar sus problemas; pero de ahí a
establecer que tiene una epistemología propia, sería una extrapolaciòn exagerada. Para ilustración

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propia, le pregunté sobre la “validaciòn de sus verdades” a un experto matemático financiero que trabaja
en un importante banco de inversiones (Goldman&Sachs, New York) para saber si su teorìa y actividad
tendrían una epistemologia particular. Incluyo su respuesta (5).

Esto de las epistemologìas particulares no fue un problema filosófico sino hasta que apareció el tal
postmodernismo. Su pretendido demoledor ataque a los criterios, métodos y presupuestos del
pensamiento científico occidental, llevaron entonces a que todos se preguntaran de nuevo por el
estatus epistemológico de todas las disciplinas especialmente las humanas, y, por ende, de las carreras
universitarias que las imparten. Este hecho, quizás, ha sido la causa remota de esta invitación.

16. Administración y epistemología

Cuál es el tema a debatir o aclarar? ¿Es la administración una ciencia? ¿Una tecnología? ¿Exige una
modalidad especial para construir su conocimiento o para validarlo? ¿Aplica a ella la discusión
epistemológica? ¿ ¿Qué se espera de un doctor en administración: un docente, alguien capaz de
investigar y crear conocimiento en este campo, un administrador de alto nivel? Según las respuestas,
se podrá diseñar un programa atractivo, atrayente y eficiente, que aporte mucho más que un título

Bien sabemos que la administración de personas y organizaciones se montó en el tren de la ciencia


hacia 1911 (Taylor): la administración debe basarse en métodos científicos, y no en la mera
experiencia o el sentido común. A un siglo después, la administración se ha tornado demasiado
compleja y multidisciplinaria como objeto de conocimiento y de estudio formal, e incluye variadas
ciencias, disciplinas y técnicas que debieran capacitar para tener criterios sobre:

-Manejar presupuestos, teorías y técnicas de información, sistemas de administración, estadísticas,


-Racionalizar el flujo del trabajo, aplicar algoritmos matemáticos para efectuar proyecciones.
-Comprender contabilidad, auditoría, reportes financieros, relaciones laborales y contractuales.
-Seleccionar y optimizar el personal.
-Relacionarse con el sector público (gestiones) y privado (recursos y competencia).
-Conocer legislación general y particular.
-Habilidades personales administrativas.
-Comprender el manejo y el efecto sobre su empresa de los grandes poderes de la sociedad:
económico, político, comunicacional y…burocrático.

Lo que se espera de un administrador de alto nivel es que esté formado en el know-how-to-do-things to


get the expected results; y de un doctor en la disciplina: to make significant advancements in his field, y
esto no es nada sencillo, dada la naturaleza multicompleja de cualquier organización, la imposibilidad
práctica de contar con grupos de control, y el riesgo empresarial que supondría experimentar aislando
unas variables para investigar otras. Por eso sobreabundan las propuestas teóricas y, para complicar
más el asunto, muchas de ellas vienen inspiradas en orientaciones políticas muy diferentes y hasta
opuestas.

Al parecer, la administración pertenece más a la dimensión tecnológica de la ciencia, que a la teórica.


La recolección de datos de manera científica no presente problema en este campo y se puedan
proponer hipótesis y teorías; la dificultad estriba en la posibilidad de verificación empírica de las
mismas, o su integración a un cuerpo teórico homogéneo, acumulativo, compartido por una amplia
comunidad científica (a menudo la “verdad” sobre enunciados de Administración radica en el autor
mejor vendido, el propietario, el gobierno, la polìtica imperante, los niveles burocráticos, los
jurados de turno, etc., no en la verificación de sus hipótesis y teorìas.

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Por lo que he consultado los programas existentes en el país (de doctorado) se ciñen a estudiar o
investigar sobre un tópico empresarial o administrativo y a repasar un par de materias; falta ver
cómo logran contribuir con un avance de punta teórico o investigativo de amplio alcance en su
disciplina, o si esta formación los hace más doctos que doctores en la materia (anexo 1).

En el entorno académico occidental el virus mencionado ha venido infectando varias generaciones de


estudiantes especialmente en ciencias sociales, incorporándoles relativismo cultural, social y
científico. Así, cada disciplina académica, en especial las mutidisciplinares, pueden ser lo que sea, o lo
que exponga el maestro de turno, o el autor de moda, sean cualesfueren los fundamentos de sus
afirmaciones (casi siempre oscuros). En consecuencia, cada disciplina ha de tener su propio discurso
epistemológico (vocablo que hoy en día añade cierto prestigio artificial a los programas, como antaño
y hogaño lo hace el vocablo “ciencia”).

Así las cosas, creo que no hay base real para construir una epistemología propia de las ciencias
administrativas, porque ya la tiene las disciplinas que la conforman (aritmética, estadística, psicología,
sociología, etc.). Enseñar entonces una “epistemología de la administración” -más allá de saber
identificar los supuestos adoptados por cada investigador cuando describe o teoriza sobre una
realidad organizacional- poco aportaría a un programa académico Incluso en textos que he
consultado para esta presentación, la palabra “epistemología” es más un adorno que un aporte
conceptual enriquecedor; se puede prescindir de ella en la lectura sin perder mayor cosa. Me
encantaría conocer un programa de la asignatura “Epistemología” de un curso de pregrado o posgrado,
y descubrir que sus contenidos realmente forman o le aportan al futuro administrador o investigador.

Recomendados:
Lukasz Sulkowski: Epistemology of Management
Galo Gómez: La universidad a través del tiempo
https://users.dcc.uchile.cl/~cgutierr/cursos/INV/bunge_ciencia.pd
http://www.ucs.louisiana.edu/~kak7409/EpistemologicalResearch.htm
http://www.physics.nyu.edu/faculty/sokal/index.html

Luis E.

ANEXOS

(1) PRESENTACION DE PROGRAMAS DE DOCTORADOS EN ADMINISTRACIÓN (analicen lo ideal y lo


real, y la especificidad de esta disciplina académica, que le exija una base epistemológica propia).

UNIVERSIDAD NACIONAL

El programa de Doctorado en Administración está dirigido a profesionales, investigadores y


académicos interesados en la generación de conocimiento científico en el campo de la Gestión de
las Organizaciones, la Cultura y los Sistemas Informáticos.
Perfil del Egresado

El egresado del programa …tendrá las siguientes competencias específicas:


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- Proponer, liderar y ejecutar investigaciones en el campo de la gestión de las organizaciones, la
cultura y/o los sistemas informáticos, con el fin de enriquecer la postura epistemológica de dicha
disciplina, en función de comprender los fenómenos que confluyen a nivel organizacional.

- Capacidad de liderar comunidades científicas dedicadas a la construcción colectiva de


conocimiento, para brindar soluciones conceptuales y aplicadas dentro de los diferentes contextos
empresariales.

- Identificar y diseñar soluciones empresariales que emerjan de procesos investigativos de alto


nivel, con el propósito de mejorar el tejido empresarial, económico y social de la región y del país.

EXTERNADO

Formamos investigadores capaces de producir conocimiento científico


que genere cambios en las organizaciones desde la perspectiva de los
estudios de futuro, la estrategia, y el liderazgo; la eco innovación y el
desarrollo sostenible; la economía y el discurso jurídico que da lugar a
las políticas públicas, dentro de un enfoque intertextual e
interdisciplinario.

EAFIT
Presentación
El programa de Doctorado en Administración (Ph.D.) es el fruto de un amplio
proceso de intercambio y cooperación desarrollado, desde 1991, entre la
Universidad EAFIT y la École de Hautes Études Commerciales (HEC) de
Montreal; en particular con los docentes e investigadores vinculados al Grupo
de Estudios Humanismo y Gestión, creado en 1989. Desde sus orígenes, este
grupo ha favorecido la movilidad internacional de docentes e investigadores
respetuosos de las especificidades, de los contextos y de la singularidad de las
culturas y personas. En términos conceptuales, el Grupo Humanismo y
Gestión está basado en un enfoque multidisciplinar de la administración,
construido a partir de una síntesis de conocimientos provenientes de las
distintas ciencias sociales.

(2) DEL LIBRO: EPISTEMOLOGY OF MANAGEMENT

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Epistemological foundations of Critical Management Studies Critical management studies go back
to the philosophical sources of the radical vision of the development of organizations, interpreted
as a tool of domination and oppression. Intellectual background of this cognitive perspective is as
rich as it is controversial. Firstly, it is neo-Marxism in its various schools starting from the concept of
class struggle by Karl Marx, to the criticism of the society of consumption and mass media,
advocated by the Frankfurt school . An important point of reference is also a critical theory of
Jürgen Habermas . Secondly, historically later, but no less important than neo-Marxism, the source
of critical approach has become postmodernism. Michael Foucault deemed to be the precursor of
postmodernism, took the problem of power and domination, as a primary engine of social action
(e.g. the concept of knowledge-power) and universal invigilation and supervision as methods of
forcing obedience in organizations and society. Among other authors, taking the position of
cognitive and cultural relativism, who exerted influence on the development of the critical trend
there are Jean-Francois Lyotard, Frederic Jameson, Richard Rorty, Jean Baudrillard, Jacques
Derrida and Zygmunt Bauman. The third source, which is not only of cognitive perspective, but also
of a social movement is radical feminism, which is supposed to lead to the demolition of the order
based on patriarchal relations of power…
... The approach to management was modeled on natural history and drew on neopositivism
ideals. Inspiration drawn from social and humanities sciences, as well as from philosophy, bore
fruit in the form of transition to the area of epistemological pluralism, which assumes an open
approach to the cognition potential of an organization. Belief in the possibility of a creative
approach to management processes while using interpretive and constructivist views is shared
more readily today. This change can be illustrated by the spread of metaphor, paradox, or
archetypes concepts

(3) SOBRE CIENCIA TEOLÒGICA (cualquier parecido de este lenguaje con textos clàsicos
postmodernistas ¡no es coincidencia)!)

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(5) VALIDACIÓN DEL SABER EN ADMINISTRACIÓN FINANCIERA

La actividad financiera historicamente se ha fundamentado en la interaccion humana y como


tal, deberia estudiarse partiendo de las leyes y circunstancies que condicionan el decidir
humano. A partir de esta concepcion, es fácil reconocer los dos pilares del conocimiento que
constituyen esta disciplina: el modus operandi de los agentes que componen el mercado,
y entender/predecir los eventos economicos/sociales/politicos que nutren la mente del
financista para definir sus expectativas sobre el futuro y tomar decisiones.

Otra caracteristica particular de este campo y que le otorga su caracter multidisciplinario, es


que esta interaccion humana confluye y se consolidad en un sencillo y conciso concepto:
un número - el precio de un activo. Para ser mas preciso, un número en un momento
dado del tiempo. Al agregar tantos años y volumenes de actividad financiera, el resultado es
una mina de datos enorme. Todo este contenido cuantitativo facilita al investigador
desprenderse del aspecto social ( inclusive real ) de la actividad financiera, para
simplemente buscar a traves del estudio de estos datos, descifrar el paradigma de
modelo que constituye el mercado en ese momento, y así pretender hacer predicciones
sobre precios futuros. Todo este contenido cuantitativo se comienza a interprear a traves de
un lente mágico, pseudo cientifico… como si las cifras obtenidas fueran mediciones de
experimentos fisicos con la expectativa que estos guardan una verdad fundamental sobre los
mercados, la cual puede ser explotada para obtener rendimientos positivos o al menos
mejores que el promedio.

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Otro tipo de productos financieros que surgieron en los mercados y se popularizaron lo
suficiente para volverse los protagonistas de las finanzas modernas, son los derivados.
Estos productos son, como su nombre lo indica, activos financieros cuyo precio deriva del
precio de otro activo (el subyacente ). Esta caracteristica particular permite de forma
asombrosa, describir, entender y establecer el precio del derivado a traves del modelamiento
matemático formal; prácticamente, en el lenguaje de un teorema se puede inferir el precio
correcto del derivado. Vale aclarar, que siempre habrá un componente de incertidumbre, y es
el precio del subyacente. Este mercado de derivados, permite a las matematicas ( y
particularmente a ramas de la física ) establecer ecuaciones útiles que, bajo algunos supuestos
sobre la dinamica del precio del subyacente, determinan el precio correcto del derivado.

Si bien en el día a día de un financista, este recurre a experiencias pasadas (propias y


referenciadas ), a modelos económicos y a ecuaciones generalmente aceptadas que
constituyen el precio de un activo, todo esto tendra validez y poder predictivo, siempre y
cuando el paradigma mental y socio-economico en el que originalmetne se concibio este
conocimiento persista.
Nota: Lo logré entender bien –supongo- porque el autor me explicó luego todos los conceptos técnicos empleados y sus relaciones.

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