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INTRODUCCION

En la presente investigación desarrollamos aspectos referentes al Título Tercero


de la Sección Primera del Código Civil Peruano titulado Nombre.

Debemos señalar que el Nombre es la designación exclusiva que corresponde a


cada persona. Citado por el Dr. Abogado Ruiz García (2009) en su Diccionario
Jurídico define al Nombre como “el término que sirve para designar a las
personas de manera habitual”. Por otro lado Alterini(1977) expresa que el
Nombre “es el modo de designar a una persona”. Para Ciocco y Sanchez Urite
(1970) “el nombre individualiza a la persona dentro de la masa de sus
semejantes. El nombre es, pues, la designación exclusiva que permite mencionar
individualmente a la persona; también se lo ha definido como el modo de
identificación de una persona dentro de la sociedad en que vive”.

El Titulo tercero del Código incluye catorce dispositivos y parten del supuesto del
deber de la persona a llevar un nombre que la identifique y, simultáneamente, del
derecho de exigir que se le designe por dicho nombre. Dicho Título, por ende,
regula las acciones tendientes a hacer cesar la vulneración de este derecho o a
impedir la utilización indebida del nombre. Por otro lado establece de manera
sistemática aquellas normas que contraen a regular el nombre de los hijos
matrimoniales, extramatrimoniales, adoptados o con progenitores desconocidos,
así como el de la mujer casada, separada, divorciada o viuda. También se
contempla la facultad del registrador del estado civil de atribuir un nombre
adecuado al recién nacido cuando se desconozca la identidad de los
progenitores.

Finalmente exponemos el expediente N°2008-0104-JC1, del juzgado


especializado en lo civil de la provincia de San Martin, cuyo demandante es Jorge
Luis Mendoza Moreno quien demanda al Ministerio Público, en Materia de
cambio de nombre, juez que atendió el caso el doctor Félix Ramirez Sánchez.

TITULO I

NOMBRE

ARTICULO 19.- DERECHO AL NOMBRE.


Toda persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre. Este incluye los
apellidos.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Los seres humanos, a medida que vamos conociendo la realidad, vamos
asignando nombres a todos los seres para distinguir unos de los otros.
Los nombres o sustantivos son esas palabras con las que designamos a las
personas, animales, cosas, ideas, sentimientos y sensaciones.
Ahora veamos que Nombre es como se denomina, en Derecho,
al nombre atribuido a la persona física, considerado uno de los Derechos
fundamentales del hombre, desde que nace, y que integra el individuo durante
toda a su existencia y, a sí mismo después de su muerte, continua identificándolo.
Está compuesto de prenombres, apellidos y, en casos excepcionales, del
seudónimo. Es un atributo de la personalidad.
Nombre en las personas naturales
El nombre en las personas naturales comprende:
El nombre propio o Nombre de pila: Es el que colocan los padres cuando van
a registrar al hijo en la oficina del Registro civil, sirviendo para distinguirlo
jurídicamente de los restantes hijos de los mismos padres (individualización).
El Nombre patronímico o apellido: Es el nombre de la familia que distingue a
la persona del resto de los integrantes de la sociedad, con diversos formatos
según las culturas, el nombre de la persona es el que se impone al nacido en la
inscripción de nacimiento. La elección del nombre de pila se deja al libre
arbitrio de los padres o de aquellas personas con potestad para imponerlo
(Ej. Abuelos), aunque algunas culturas establecen reglas especiales que
predeterminan el nombre de la persona.
Nombre en las personas jurídicas
El nombre en las personas jurídicas queda definido en el acta o escritura de
constitución misma, así en las sociedades civiles y comerciales el nombre se
llama razón social y en las sociedades anónimas denominación de giro.
Funciones del nombre
El nombre del individuo tiene las funciones de particularización o
individualización por la cual apenas solo aquella persona pueda ser reconocida
con aquel nombre; y de identificación donde el nombre tiene una atribución
social que permite identificar, por un nombre, al individuo que posee.
Garantías
El nombre civil presúmase constituido para toda a vida del individuo y, como
registro de su existencia. Por su importancia primordial, es objeto de varias
garantías, como: Inmutabilidad, imprescriptibilidad, inalienabilidad,
inestimabilidad, irrenunciabilidad y, finalmente, a intransmisibilidad.

Características
Inmutabilidad
El nombre civil, por norma, es inmutable: o sea, una vez consignado en el registro
civil no puede ser alterado. Solo en virtud de hechos jurídicos que son
antecedentes motivo de cambio: matrimonio, adopción, causas graves que
justifiquen su calificación.
Pueden ser alterados los nombres que causen vergüenza a su portador, o
degradantes y equívocos respecto del sexo, criterios muy variables según la
época, hasta las que imponen una serie de nombres confesionales de una
religión Otras hipótesis abarcan a incorporación de apodos o nombres de
casada de cambio de sexo.
Imprescriptibilidad
El derecho al nombre y el derecho de ejercer su defensa no decaen con el tiempo.
Al contrario de otros derechos que, una vez que no son ejercidos temporalmente,
dejan de poder ser reclamados, el nombre permanece al infinito.

Inalienabilidad e inestimabilidad
El nombre no puede ser objeto de negocio; nadie puede disponer de su nombre
para transferirlo o retirarlo, mediante pago. El nombre de alguien no se vende.

Por otro lado, el valor del nombre civil es inestimable – o sea – es imposible
atribuirle un valor, al contrario de lo que ocurre con las marcas.
Intransmisibilidad e irrenunciabilidad
Por intransmisibilidad del nombre no se entiende el derecho de atribuir al
descendente el sobrenombre la misma homónima con diferencias (ex: Fulano de
Tal Hijo; Júnior; Neto; etc.), si no el derecho de usar aquel nombre que no se
transmite.
Nadie puede renunciar a su propio nombre. Una vez nombrado, el individuo se
ve obligado a usar el nombre durante toda su vida. En el caso de que la persona
no le guste su propio nombre esto no constituye causa jurídicamente válida para
el cambio de éste.

ARTÍCULO 20.- APELLIDOS DEL HIJO.


Al hijo le corresponde el primer apellido del padre y el primero de la madre.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:

Para referirnos a los apellidos que debe llevar el hijo citaremos a Juan Carlos
Esquivel Oviedo quien apostilla en el texto del Código Civil comentado de Gaceta
jurídica, sobre legislación comparada del tema que nos ocupa trayendo a
colación
“la legislación extranjera los Códigos Civiles que, autorizan u ordenan llevar a los hijos
matrimoniales los apellidos del padre y la madre, tenemos el Código Civil español
(artículo 114 y el artículo 53 de la Ley de Registro Civil), Código portugués (artículo 1877)
Código boliviano (artículo 10), Código portorriqueño (artículo 118), Código japonés
(artículo 790), Código paraguayo de 1985 (artículo 50) (PLlNER). “
La doctrina define al apellido como el nombre de familia, debido a que la
adquisición de éste se encuentra supeditada a la clase de filiación que
corresponda a la persona.

El prenombre con el apellido o nombre patronímico ubica a la persona dentro de


una determinada familia, nuestro Código Civil establece en su artículo 361 que el
hijo nacido durante el matrimonio o dentro de los trescientos días siguientes a su
disolución tiene como padre al marido. En consecuencia, serán matrimoniales los
hijos nacidos durante el matrimonio, aunque hubieran sido concebidos antes de
éste, así como los nacidos después de la disolución del casamiento pero que
hubieran sido concebidos durante su vigencia.
Asimismo el artículo 20 del CC, regula la cantidad y calidad de los apellidos del
hijo matrimonial En tal sentido, es que se establece que éste solo debe llevar
dos apellidos, el primero del padre y el primero de la madre. Fernández
Sessarego refiere en su análisis que esta disposición elimina la posibilidad de los
llamados apellidos compuestos, en la medida que estos no cumplen a cabalidad
la función individualizadora que es propia del nombre.

Sobre el particular consideramos que cuando el artículo en comentario dispone


que el apellido que le corresponde al hijo matrimonial sea el primero de ambos
padres, está impidiendo que el hijo tenga más de dos apellidos, evitando que se
genere un apellido compuesto. Sin embargo, si el primer apellido del padre o la
madre es compuesto, tal apellido se transmitirá a su hijo, sin que ello signifique
una contravención al artículo en comentario.

ARTÍCULO 21.- INSCRIPCION DEL NACIMIENTO


Cuando el padre o la madre efectúen separadamente la inscripción del
nacimiento del hijo nacido fuera del vínculo matrimonial, podrá revelar el nombre
de la persona con quien lo hubiera tenido. En este supuesto, el hijo llevará el
apellido del padre o la madre que lo inscribió, así como del presunto progenitor,
en este último caso no establece vínculo de filiación.
Luego de la inscripción, dentro de los treinta (30) días, el registrador, bajo
responsabilidad, pondrá en conocimiento del presunto progenitor tal hecho, de
conformidad con el reglamento.

Cuando la madre no revele la identidad del padre, podrá inscribir a su hijo con
sus apellidos.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Se establece con claridad, los apellidos que corresponden al hijo habido fuera
del matrimonio, así que el hijo extramatrimonial lleva los apellidos del progenitor
que lo haya reconocido. Si ambos lo reconocen se le atribuye, al igual que al hijo
matrimonial, el primer apellido de cada uno de sus progenitores.

Igualmente la norma prescribe igual solución si el reconocimiento emana de una


declaración judicial.

ARTÍCULO 22.- NOMBRE DEL ADOPTADO


El adoptado lleva los apellidos del adoptante o adoptantes.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
El menor que ha perdido a sus padres o ha caído en un estado de abandono
material o moral, se incorpora plenamente a una nueva familia, ingresa a un
hogar que lo acoge como si fuera el suyo propio. En cualquiera de los casos el
parentesco de origen carece, para el menor adoptado, de sentido afectivo o
simplemente lo ignora.

Esta norma guarda concordancia con el artículo 377 del código, el que prescribe
que el adoptado asume la calidad de hijo del adoptante y deja de pertenecer a su
familia consanguínea.

ARTICULO 23.- NOMBRE DEL NEONATO DE PROGENITORES


DESCONOCIDOS
El recién nacido cuyos progenitores son desconocidos debe ser inscrito con el
nombre adecuado que le asigne el registrador del estado civil.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Este presente artículo prescribe la plena facultad del registrador del estado civil
de atribuirle un nombre adecuado al recién nacido cuyos progenitores sean
desconocidos. Esto se justifica plenamente por la necesidad jurídica, fundada en
el interés social, de otorgar un nombre a cada persona.

ARTICULO 24.- DERECHO DE LA MUJER A LLEVAR EL APELLIDO DEL


MARIDO.
La mujer tiene Derecho a llevar el apellido del marido agregado al suyo y a
conservarlo mientras no contraiga nuevo matrimonio. Cesa tal Derecho en caso
de divorcio o nulidad del matrimonio.

Tratándose de separación de cuerpos, la mujer conserva su Derecho a llevar el


apellido del marido. En caso de controversia resuelve el juez.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
La mujer tiene Derecho a llevar el apellido del marido, mas no está en la
obligación de hacerlo, de no ser así, seguirá llevando la misma identidad de
soltera. Dicho derecho de llevar el apellido del conyugue se extingue cuando:

 Se produce el divorcio
 Nulidad del matrimonio
Pero en el caso de que se produjera una separación de cuerpos, la mujer sigue
conservando la plena facultad de llevar el apellido del marido mientras no existan
razones justificadas que la obliguen a renunciar a dicho derecho. Para tal caso
deberá ser resuelto directamente por el juez encargado de llevar a cabo el
proceso.
Pueden existir razones por lo cual la mujer le sea imposible renunciar a dicha
identidad que pueden ser por razones de haber alcanzado notoriedad, y fama en
diferentes actividades profesionales, literarias, u otras análogas y que al
renunciar al apellido podría afectar el normal desarrollo en el futuro de dicha
conyugue; en tal caso el juez deberá dar solución evitando perjuicios a las partes
a través del común acuerdo entre los conyugues o en otros casos mediante una
autorización judicial.

Dicha justificación ha sido aprobada por la comisión revisora el 10 de noviembre


de 1997.

ARTÍCULO 25.- PRUEBA DEL NOMBRE


La prueba referente al nombre resulta de su respectiva inscripción en los registros
del estado civil.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
En los registros del estado civil se inscribe el nacimiento de la persona y,
consecuentemente el nombre que le es atribuido por sus progenitores, o como lo
establece el artículo 23.

En los registros o partidas correspondientes contienen la información referente al


nombre de la persona. Y acreditan de forma veraz el hecho en ella contenido, es
una prueba preconstituida, salvo que se demuestre judicialmente su falsedad.

ARTICULO 26.- DESIGNACION DEL NOMBRE.


Toda persona tiene derecho a exigir que se le designe por su nombre.

Cuando se vulnere este derecho puede pedirse la cesación del hecho violatorio
y la indemnización que corresponda.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Prescribe el derecho que asiste a toda persona de exigir que se le designe e
individualice mediante la utilización de su nombre, se comprueba aquí que la
identidad es inherente a toda persona, de lo cual el nombre es una de sus más
importantes expresiones en su vida de relación

El artículo dispone que la persona a quien se conteste su nombre, se le discuta


o niegue, esté facultada para exigir judicialmente la cesación del hecho violatorio.
Asimismo exigir la indemnización que corresponda en caso que haya daño a la
persona.

ARTICULO 27.- USO COMERCIAL DEL NOMBRE .


Es nulo el convenio relativo al nombre de una persona natural, salvo para fines
publicitarios, de interés social y los que establece la ley.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Quiere decir que un acuerdo no es válido cuando es referente al nombre de un
ser humano porque puede causar controversias o conflictos que solo pueden ser
solucionados por la vía arbitral y judicial como por ejemplo cuando una persona
celebra con otra un contrato de compra venta y una de ellas usa el nombre de
otra persona ajena a dicho contrato es donde se vulnera el artículo 28 y es lo que
quiere evitar este artículo; por otra parte hay unas excepciones como cuando es
para fines publicitarios, intereses sociales y los que la ley establezca(tiene que
ser legal o licito)

ARTICULO 28.- USURPACIÓN DEL NOMBRE.


Nadie puede usar nombre que no le corresponde. El que es perjudicado por la
usurpación de su nombre tiene acción para hacerla cesar y obtener la
indemnización que corresponda

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Nadie puede usar un nombre que no le pertenece, de ser asi la persona
perjudicada puede tomar acción legal y otener la indemnización que le
corresponda.

Artículo 29.- CAMBIO O ADICIÓN DEL NOMBRE.


Nadie puede cambiar ni hacerle adiciones a su nombre, salvo por motivos
justificados y mediante autorización judicial, debidamente publicada e inscrita.

El cambio o adición del nombre alcanza, si fuere el caso, al cónyuge y a los hijos
menores de edad.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Como bien sabemos, por regla general nadie puede cambiar ni hacerle adiciones
a su nombre, salvo por los motivos justificados que son los siguientes:

Que el nombre que se pretende cambiar haya dejado de cumplir su función


individualizadora:

Podemos decir que es procedente el cambio o adición del nombre, cuando


este tenga una significación deshonrosa, indecorosa, grosera, ridícula o que
genere la burla de terceros, con la consiguiente afectación a su tranquilidad y a
su bienestar también se considera precedente un cambio de nombre cuando el
nombre que se quiera cambiar tenga fallas ortográfica, sea de difícil
pronunciación o este en otro idioma.

Otra causa justa, es que el nombre que se quiera cambiar o adicionar valla contra
las buenas costumbres, el orden público o a la dignidad de la persona.

Es también viable un cambio de nombre de una persona cuando es homónima


a la de un avezado delincuente o de una persona que ha sufrido escarnio público,
que le impide realizar normalmente sus actividades cotidianas por las continuas
discriminaciones o temores de la que es víctima.
Puede ser que el cambio de nombre obtenido por una persona coincida con el
nombre de otra, configurándose a si una homonimia que puede
resultar inconveniente y hasta intolerable para la segunda.

En esta circunstancia, corresponde al juez apreciar los efectos adversos que


puede generar una homonimia a cierta persona perjudicada por el cambio de
nombre de otra persona.

El juez no solo debe tener en cuenta los daños patrimoniales que puede generar
un cambio de nombre, si fuere el caso, sino también considerar aquellos de
carácter no patrimonial cometidos en agravio de la persona. Daño que de alguna
manera. Puede atentar contra la integridad psicosomática de la persona, al
causarle intranquilidad y desequilibrio psicológico o lesionar su honor.

Es dable advertir que el concepto “cambio de nombre“ tiene una significación


comprensiva de todo caso vinculado con la sustitución total o parcial del
nombre, su adicción, su supresión parcial, corrección, adecuación.

Para cambiar el prenombre se debe presentar:


Los siguientes documentos, dependiendo del caso:

Requisitos obligatorios:
1. Partida de nacimiento (prueba principal para probar el nombre)

2. Copia legalizada del DNI del solicitante.

3. Cualquier documento que pruebe el motivo justificado para cambiar de


nombre y otros que sustentan el nuevo nombre (Evaluación psicológica, partidas
de nacimiento de sus hermanos, abuelos, bisabuelos, grados y títulos
profesionales, certificados de estudios, etc.).
4. 02 testigos que declaren sobre el motivo justificado para cambiar de nombre.
5. 02 Tasas judiciales.

Requisitos adicionales principalmente para mayores de edad


6. Certificado de antecedentes policiales.

7. Certificado de antecedentes penales.

8. Certificado de antecedentes judiciales.

¿Quién puede realizar este trámite?


 El mismo interesado, si es mayor de edad.
 Su representante legal, de ser el caso.
 Su apoderado, con poder especial otorgado por Escritura Pública.
Debemos de tener en cuenta que cuando hablamos de nombre nos referimos a
los prenombres o pilares y a los apellidos.

Para el cambio de apellidos se debe presentar:


 Certificación de nacimiento de los padres.
 Certificado literal de matrimonio, en su caso.
 Certificado literal de nacimiento de otros ascendientes.
 Prueba documental que acredite, en su caso, el uso o cualquier circunstancia
en que se base la petición.
Generalmente, al recién nacido se le imponen dos apellidos, el primero que
coincide con el primero de los que ostenta el padre, y el segundo que es el
primero de los que ostenta la madre.
Generalmente son los progenitores del recién nacido, los que tienen la posibilidad
de alterar el orden e imponer como primer apellido el de la madre, siempre que
se den las siguientes circunstancias:

 Que así lo decidan de común acuerdo.


 Que el orden (bien primero el del padre y segundo el de la madre o viceversa)
sea escogido en el momento de la inscripción del nacimiento del niño en el
Registro Civil.
Si no existe dicho acuerdo, o no se opta de forma explícitamente por ello, figurará
como primer apellido del hijo el primero del padre.

Es importante destacar que el orden escogido para el primogénito determinará el


orden que se impondrá a sus hermanos, esto es, no podrá alterarse el orden
elegido cuando se inscriba el nacimiento de un segundo hijo.

En el artículo 826 del Código Procesal Civil vigente se regula la pretensión


de rectificación de nombre, con trámite en vía no contenciosa, ante un Juzgado
de Paz Letrado, pretensión que no puede equipararse a la de cambio de
nombre, pues rectificar significa subsanar un error u omisión, generalmente
involuntarios, en que se incurrió al consignarse el nombre civil en la respectiva
partida de nacimiento. En cambio, en el cambio de nombre, lo que se pretende
es cambiar una denominación personal, en mérito a ciertas motivaciones; a lo
que accederá el Juez si encuentra que las mismas son justificadas
La falta de una norma que precise la vía procedimental y el Juzgado competente
para conocer de las pretensiones de cambio de nombre ha originado la
expedición de resoluciones judiciales contradictorias, pues para algunos, el
competente para conocer la referida pretensión es el Juez de Paz Letrado,
tramitándose la pretensión en la Vía de Proceso No Contencioso. En cambio,
para otros, el competente es el Juez Civil.

En efecto, en Cajamarca, se tramitó una solicitud de cambio de nombre ante un


Juzgado de Paz Letrado, como Rectificación de Partida de Nacimiento, esto es
en vía no contenciosa. (Expediente 2002-0077-0-0601-JP-CI-01).

En el expediente N° 2003-254, un Juzgado de Familia de Cajamarca declaró


IMPROCEDENTE una demanda, por considerar que: “la demandante interpone
demanda de cambio de nombre de su menor hijo, lo cual es de competencia del
Juzgado de Paz Letrado, como lo prevé el artículo 750 del Código Procesal
Civil…”
El cambio o adición de nombre no convierte a su titular en otra persona. Según
el artículo 30 del Código Civil, no altera la condición civil de quien lo obtiene ni
constituye prueba de filiación.

Lamentablemente, en sede judicial, los abogados se enfrentan con problemas al


momento de iniciar un proceso de cambio o adición de nombre, pues, en la
doctrina y en los órganos jurisdiccionales del país aún no existe consenso
respecto al Juez competente, su carácter contencioso o no, y la vía procedimental
para tramitar esta pretensión.

Para algunos, la pretensión de cambio o adición de nombre debe tramitarse ante


un Juez Civil, como proceso contencioso. Para otros, debe realizarse ante un
Juez de Paz Letrado, en proceso no contencioso, como Rectificación de Partidas.
También, hay quienes son del parecer que el competente es el Juez de Familia.
Se debe tener en cuenta que según lo dispuesto en el artículo 749 inciso 12 del
Código Procesal Civil (en adelante CPC), se tramitan en proceso no contencioso
las solicitudes que a pedido del interesado y por decisión del Juez carezcan de
contención. Una solicitud de cambio o adición de nombre, en principio, no tiene
contención, siendo suficiente comprobar el motivo justificado que se invoca para
el cambio o adición, sobre la base de los medios probatorios presentados por el
interesado, y tramitarla en vía no contenciosa, con la garantía de la publicidad.

Según lo señalado en el artículo 31 del Código Civil, si una persona se siente


perjudicada por el cambio o adición de nombre, puede impugnarlo judicialmente.
Al existir ya contención, esta pretensión se tramita como proceso abreviado
(Inciso 1) de la Cuarta Disposición Final del CPC)

Respecto a determinar el Juez competente, hay quienes arguyen que el cambio


o adición de nombre implica en el fondo una rectificación de Partida de
Nacimiento, por lo que el competente es el Juez de Paz Letrado (artículo 750 del
CPC)

Quienes son del parecer que el competente es el Juez Civil, se basan en el


artículo 5 del CPC y artículo 49 inciso 1) del Decreto Supremo No. 017-93-JUS,
Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en los que se
señala que corresponde a los órganos jurisdiccionales civiles el conocimiento de
todo aquello que no esté atribuido por la ley a otros órganos jurisdiccionales.

Respecto al segundo párrafo del mismo artículo, podemos afirmar que solo el
cambio de apellidos es el que alcanza al cónyuge, recordando que al momento
de contraer matrimonio la mujer tiene el derecho de llevar el apellido del esposo
ligado al de ella, por lo que se daría paso también a la rectificación de la partida
de matrimonio. Respecto a los a los hijos menores de edad si los tuviese, es
decir a los hijos sujetos a la patria potestad, es decir, aquellos hijos cuyos bienes
son administrados por el adulto que los tiene bajo su cuidado personal,
les afectaría también a ellos el cambio de apellidos, por lo que al igual también
se deberá a fundamentar en la solicitud de cambio de nombre, la rectificación de
la partida de nacimiento de los niños.
Articulo 30.- EFECTOS DEL CAMBIO O ADICIÓN DEL NOMBRE.
El cambio o adición del nombre no altera la condición civil de quien lo obtiene ni
constituye prueba de filiación.
INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Como bien sabemos no es motivo justificado para cambiar el nombre , el
pertenecer al sexo opuesto , sea por inclinaciones psicológicas o por haber
sufrido intervención quirúrgica destinada a la modificación de los
caracteres sexuales a fin de adecuarlos , en la medida de lo posible , a los del
sexo opuesto
No existe ley en nuestro país ley alguna que lo permita, ni se han efectuados a
la fecha los estudios médico-jurídicos previos sobre la materia, ni se
conoce jurisprudencia alguna. El asunto de fondo de esta hipótesis, es la
posibilidad médico-legal del cambio de sexo.
Podemos basarnos en el artículo 30 del mismo código civil, y decir que el cambio
de nombre de una persona no la convierte en otra.

Por lo tanto como bien sabes el nombre está muy relacionado al derecho a la
identidad, entonces al igual que los derechos fundamentales de la persona es
irrenunciable .por eso el cambio de nombre no puede afectar a la identidad sexual
ya que estaría violando unos de los derechos constitucionales.

Filiación: es el vínculo jurídico. Que existe entre dos personas donde una es
descendiente de la otra, sea por un hecho natural o por un acto jurídico. En
términos generales, se puede indicar que:

« (…) comprende el vínculo jurídico que existe entre los sujetos llamados
ascendientes y descendientes, sin limitaciones de grados; es decir, entre
personas que descienden las unas de las otras

Filiación matrimonial
Es común definir la filiación matrimonial refiriéndola al hijo tenido en las relaciones
matrimoniales de sus padres, sin embargo el concepto termina siendo impreciso,
pues hay dos momentos distanciados en el tiempo, la concepción y el nacimiento
o alumbramiento y que estos no necesariamente ocurran en el matrimonio, y así
puede ser concebido antes del matrimonio y nazca dentro de él, o concebido en
el matrimonio y nazca después de la disolución o anulación de éste; entonces,
es necesario saber si por tenido ha de entenderse al concebido o alumbrado, y
por último que el hecho de que una mujer casada concebida y/o alumbre un hijo,
no significa necesariamente que el padre éste sea el marido de aquella.

Filiación extramatrimonial.
La filiación extramatrimonial es también conocida como filiación ilegitima: es
decir, la derivada de la unión no matrimonial. Esta se da tanto en los casos en
que no hay imposibilidad de matrimonio entre los padres como en aquellos en los
que media algún impedimento, ya sea por matrimonio subsistente de algunos de
ellos, relación de parentesco, etc. Así, por filiación extramatrimonial debemos
entender el vínculo que se establece entre padres e hijos cuando los primeros no
están unidos en matrimonio.

Los que dan origen a la filiación extramatrimonial o ilegitima son los hijos de la
mujer soltera provenientes de una relación fuera del matrimonio.

Para el tratadista Guillermo Borda, se refiere. Que son hijos extramatrimoniales


los nacidos de una unión libre de un hombre. y una mujer. Por su parte, afirma
Arturo Yungano, que todo hijo nacido fuera del matrimonio sea cual fuere el
estado civil de los padres, es considerado hijo extramatrimonial.

De acuerdo dentro de los alcances del Art.: 386 que doce: “son hijos
extramatrimoniales los concebidos y nacidos fuera del matrimonio”. No interesa
que los padres sean solteros, divorciados, viudos o uno de ellos esté ligado a un
matrimonio, etc.

ART.31: PERJUICIO POR CAMBIO O ADICION DE NOMBRE


La persona perjudicada por un cambio o adición de nombre puede impugnarlo
judicialmente.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
El artículo se refiere a que cuando una persona “x”, cambia su nombre por una
persona “y”; cual nombre lo lleva una persona que es muy importante, con una
profesión y una reputación muy buena. Entonces digamos que en un medio de
comunicación la persona “y” que el gran profesional con un buen prestigio, ve
que su nombre está involucrado en un acto delincuencial o de estafa pero no por
él; si no por la otra persona, entonces él puede pedir judicialmente la impugnación
del nombre ya que lo perjudica en el tema social y laboral y daña la reputación
de muchos años de buen trabajo.

ART.32: PROTECCION JURIDICA DEL SEUDONIMO


El seudónimo, cuando adquiere la importancia del nombre, goza de la misma
protección jurídica dispensada a este.

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS:
Bueno este artículo se refiere a que no se puede tomar el seudónimo de otra
persona para beneficio económico ya que algunos seudónimos están registrados
y adquieren una protección jurídica y el titular puede comenzar un proceso legal
en contra del que está tomando el nombre o seudónimo.

COMENTARIO DEL EXPEDIENTE N°2008-0104-JC1, DEL JUZGADO


ESPECIALIZADO EN LO CIVIL DE LA PROVINCIA DE SAN MARTIN,
MATERIA: CAMBIO DE NOMBRE.
EL CAMBIO DE NOMBRE COMO MANIFESTACIÓN DEL DERECHO A LA
IDENTIDAD PERSONAL EN EL CASO DE LOS TRANSEXUALES.
¿Existen razones suficientes para permitir que una persona que sufre disforia de
género o transexualismo cambie de nombre? En otros términos. ¿Los
transexuales tienen o no el derecho al cambio del prenombre en nuestro sistema
legal? tomando como punto de partida las reflexiones del juez Ramírez, que en
este caso las razones expuestas son más que suficientes para responder
afirmativamente a la pregunta propuesta. Veamos.

El ciudadano José Luis Mendoza sufre de disforia o transexualismo, es decir, es


una persona que pertenece físicamente a un sexo pero que siente pertenecer a
otro, y para acceder a una identidad que le corresponda y menos equívoca se
somete a tratamientos médicos o procedimientos quirúrgicos, a fin de adaptar
sus caracteres físicos a su psiquismo, armonizando su sexo biológico y físico con
el psicológico y social. Estas personas, viven en situaciones de rechazo tornando
caótica su existencia y entorpeciendo su desarrollo personal, dado que el
proyecto de vida que han decidido elegir se ve entorpecido, ya sea por la propia
situación en sí, o por la actitud de rechazo que estas personas reciben por parte
de la sociedad y el Estado.
Lo dicho anteriormente queda demostrado a cabalidad con la siguiente
declaración hecha por Pamela Estela: “Al llegar a mi adolescencia mi situación
empeoró dado que era inocultable mis ademanes y gestos propios del sexo
femenino, y durante el curso de educación física en el Colegio Nacional
Guadalupe de Lima (exclusivo para varones) padecía continuas burlas que me
llevaron a privarme de las clases para no compartir el vestuario de varones, de
realizar algún tipo de paseo recreacional, y, recluirme en mis propios estudios y
en mi propia soledad8.
Es decir, a razón de este sentimiento de inconformidad que Pamela Estela decía
experimentar por la incongruencia entre su “yo físico” y su “yo psicológico”, por
decirlo de algún modo, se vio obligada a buscar refugio en su mundo interior,
aparatándolo de los demás niños y jóvenes de su edad, todo ello con la finalidad
de evitar burlas, mofas o expresiones peyorativas en su contra.

El aislamiento social en la personas que sufren de disforia no es sino la


consecuencia de un estado mental previo que los mortifica, que los hace sentirse
inconformes con su yo personal, generando una profunda depresión que puede
poner en riesgo su salud, su tranquilidad emocional y psicológica, incluso su vida.

En esa misma línea, resulta de suma importancia la respuesta que Pamela Estela
brinda al Juez de la causa ante la pregunta ¿Cuáles son las razones por las que
pretende cambiar de nombre? Pamela Estela responde: “El nombre de Jorge es
propio de una persona masculina y yo no me identifico con dicho sexo y mucho
menos con el nombre antes referido, es por ello que solicito judicialmente el
cambio de mi nombre, ya que me identifico con el sexo femenino, dejando en
claro que me siento muy mal, cuando se me nombra con el nombre de Jorge, tal
como ha ocurrido cuando el personal del Juzgado me llamó por dicho nombre al
convocarme a dicha audiencia sin embargo lo comprendo” (…)9
Solo como dato adicional, cabe señalar que en el presente caso la ciudadana
Pamela Estela, aportó abundante material probatorio que acreditaba
ampliamente su condición de transexual. Además, acreditó ser una persona con
un desarrollo psicológico normal y una madurez personal e intelectual suficiente
que la convierten en una persona capaz para decidir libremente si opta por
cambiar de sexo o no, incluso, se menciona un informe en el cual la ciencia
médica, reconociendo que Pamela Estela lleva una vida física, psicológica y
social propia de una mujer, recomienda regularizar su situación legal mediante el
cambio de nombre para favorecer su total adaptación a los roles propios del sexo
femenino10.

Entonces, a la luz de lo antes dicho, creo que existen motivos justificados para
que en este caso se autorice el cambio de nombre, tal y como lo señala el artículo
29 de nuestro Código Civil, en el cual si bien es cierto no se prevé de manera
explícita la causal de cambio de nombre para personas que experimentan
transexualismo, éste debe ser entendido a la luz de lo que nuestra Constitución
señala al reconocer de manera explícita el derecho a la identidad personal y el
derecho al libre desarrollo. Con lo cual es evidente que la negativa del Estado a
modificar el nombre de una persona que presente disforia de género y que haya
acreditado fehacientemente dicha condición, como sucede en el presente caso,
sobre la base de que no existe en la legislación civil una norma que regule de
manera específica este supuesto, resulta a todas luces inconstitucional y
arbitraria. Más cuando debemos recordar que el ejercicio o vigencia de un
derecho fundamental no puede estar supeditado a la presencia de una norma
que lo viabilice o desarrolle.

Lo contrario sería supeditar el ejercicio pleno de un derecho fundamental a la


voluntad del legislador, el cual muchas veces por desconocimiento o desidia, deja
en el vació normativo a importantes situaciones de hecho, que por su
trascendencia y su vinculación con el Derecho- Principio- Valor dignidad merecen
ser reguladas, como es el derecho de los transexuales a cambiar su nombre
como manifestación de su derecho a la identidad personal.

En tal sentido, debe quedar claro que, como bien señala el juez, el
reconocimiento del derecho a la dignidad de los transexuales pasa por
reconocerles su verdad personal, otorgándoles la posibilidad de ser
auténticamente libres, eligiendo vivir como hombre o mujer, de conformidad con
el desarrollo psicológico y social que presentan, todo ello según su propia
autodeterminación personal.

A modo de conclusión
A manera de conclusión, solo nos resta decir que, más allá de las
consideraciones morales o religiosas que se tenga sobre el particular, fallos como
éste profundizan y tornan visible el compromiso del Estado y sus órganos
jurisdiccionales con la defensa, promoción y el ejercicio pleno de los derechos
fundamentales por parte de sus ciudadanos, independientemente de la raza, la
religión o la opción sexual de cada uno.

En tal sentido, permitirle a Pamela Estela el cambio de nombre, y por


consiguiente abrir esa posibilidad a toda persona que se encuentre en una
situación similar, es un acto que encuentra fundamento en principios
fundamentales del Estado Constitucional de Derecho, como el de dignidad,
identidad personal, libre desarrollo personal y autonomía personal, más si se
tiene en cuenta, como ya dijimos anteriormente, que la decisión de cambiar de
nombre o no, hecha por una persona capaz y madura, no es más que una
conducta autorreferente, vinculada estrictamente a la esfera más íntima de la
persona, la cual no lesiona ningún bien jurídico de terceros o un bien jurídico
público, sino por el contrario, reivindica los derechos fundamentales de un grupo
tradicionalmente marginado en una sociedad tan conservadora como la nuestra,
como lo han sido históricamente los homosexuales, lesbianas o transexuales.

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