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“LA OPINIÓN PUBLICA EN UN CONTEXTO DE

CORRUPCIÓN”

Alumno(a): Diana Chiri Moreno


Código: 1522758
Curso: Gestión de la Comunicación en el sector Público

Lima, Perú 2019


¿Como han cambiado los escenarios de la opinión pública desde la caída
de Fujimori en el año 2000?

Pues el politólogo Eduardo Dargent expone que:

“El fujimorismo actualmente usa su poder en forma poca reflexiva, que


parece volver a los errores de los 90 y que no ha hecho ningún esfuerzo
por reformarse. De acuerdo a eso la opinión pública mantiene una idea de
ligar al partido fujimorista con la comisión de delitos Políticos y de
corrupción, hay una masiva opinión pública y acerca de cómo afecta a la
crisis Política actual, cosa que antes no era tan predominante, por la
censura existente de aquella época”.

Por consiguiente, Milagros Rejas, politóloga resalta:

“Si bien esta agrupación política personalista terminó en el 2000 con una
crisis política interna, como organización, y externa, en relación a sus
lazos con la sociedad; para las elecciones del 2002 y 2006 consolidó a un
grupo de congresistas que hasta ahora están en la arena política, donde
se destaca la figura de Keiko Fujimori. Entonces la opinión pública siempre
estará basada en lo que hizo el partido en aquella época, lo que
significaba hacer una crítica a las decisiones políticas y a los actos
delictivos de sus funcionarios. Se podría decir que la opinión ha
evolucionado en cuanto a la cantidad de actos cometidos, como la
corrupción, y a la permisión que existe ahora de exponer estos casos.”

De acuerdo a esta pregunta, Ariana Miranda, socióloga, menciona:

“Fujimori, pese a haberse comprobado los delitos que cometió, sigue


teniendo apoyo y aprobación. Sin embargo, las generaciones más jóvenes
son más conscientes de la corrupción de su gobierno y de los abusos de
poder cometidos, así que hay un mayor rechazo a los representantes del
partido como El expresidente Fujimori y su hija Keiko, quien básicamente
tiene aún aprobación en ciertos sectores por tal condición”.

Según Adriana Urrutia, analista política:

“Para algunos, 2000 es el año de la recuperación de la democracia. Para


los fujimoristas representa el año del inicio de la “persecución política”.
Partiendo de eso, la opinión pública se ha visto con menos limitaciones,
porque expresar libremente lo que significo aquella etapa de gobierno de
Alberto Fujimori ha sido determinante para reconocer actos delictivos de
políticos y funcionarios públicos actuales.”

¿cómo han afectado los hechos de corrupción de aquel entonces en el


contexto social y político actual?

La socióloga Ariana Miranda responde a esto considerando que:

Un indicador bastante alarmante es el tener varios expresidentes encarcelados


por actos de corrupción eso ya es una gran muestra de que la política peruana
está fallando. Fujimori está entre los presidentes más corruptos a nivel no solo
americano sino mundial, s gobiernos privatizo un gran número de empresas
estatales, precarizo el trabajo y empobreció, aun mas, a los sectores más pobres.
Pero, más allá de Fujimori, la corrupción está muy normalizada n las
instituciones, claramente es perjudicial porque los fondos no son aprovechados
en beneficio de la sociedad sino e las arcas de unos cuantos.

Milagros Rejas contesta teniendo en cuenta lo siguiente:

“Considerando que el fujimorismo cuenta con numerosas agrupaciones


bajo el mismo liderazgo de Alberto Fujimori, estrategia que puede ser
entendida como “divide y reinaras”. Esto hace hasta el momento que el
fujimorismo siga siendo una imagen a seguir para las agrupaciones
políticas en realización de actos de corrupción. Y siguiendo esto, la
estrategia de dividir y reinar, apunta a siempre tener personas en todas
las instituciones que te aseguren la facilidad de accesos a particulares
situaciones”.

Eduardo Darget acerca de la afectación:

“Es un fujimorismo con la arrogancia del poder que viene de antes, pero
con una cara más popular y conservadora. Todo se ve afectado partiendo
principalmente de ahí, porque hay una debilidad estatal. A su vez, esta
debilidad estatal es reforzada y mantenida por gobernantes corruptos que
tienen interés en que el Estado siga siendo débil. Estos gobernantes no
dirigirán recursos al fortalecimiento institucional. Al contrario, privilegiarán
a funcionarios subordinados y debilitarán aquellas oficinas que puedan
afectar sus componendas.

Adriana Urrutia bajo un rotundo análisis contextual, expone que:

“Las acciones realizadas durante “la época de la persecución” han sido


valorizadas, y sus militantes se incorporan al “entorno partidario”. Que
quiere decir esto, pues básicamente que aquella época fue de los
gobiernos de corrupción más prolongados y fuertes en la historia de
gobernanza de un estado. Es consecuente que los partidos políticos
actuales reciban tal influencia, así tengan una ideología distinta, estos
saben el cómo actuar frente a cada caso en específico usando este delito
como medio”.

Los recientes hechos de corrupción como han afectado en la opinión


publica en los distintos niveles socio económicos.

Milagros Rejas, politóloga, basa su opinión en que:

“Esta tendencia de cara al presente muestra el posicionamiento de los


acontecimientos de corrupción tienen un carácter normalizado por la
gente, y esto se debe a la cantidad de casos que se muestran cada
semana, por jueces, alcaldías, el mismo congreso, y toda la cúpula
corrupta existente., de otro lado hay conflictos de liderazgos que no
conllevan a cambios en términos del estilo personalista, al contrario, se
constata cómo se fortalece el autoritarismo personalista en la
organización política del país. La gente ahora tiene mayor conocimiento,
pero las confrontaciones hacia este problema siguen siendo mínima”.

Adriana Urrutia plantea que:

“Los actos de corrupción actuales solo presentan un cumulo de acciones


fraudulentas por parte de varios funcionarios del estado, la gente solo está
sabiendo lo que por muchos años ha estado ocurriendo, pero, ¿sabe
realmente como atacar este problema? Creo que no, porque no se ha
planteado un método de confrontación efectivo. La gente vive en un
contexto de desconfianza, y de inseguridad de falta de protección jurídica,
pues la corrupción beneficia más que nada a quien posea buenos
recursos esté ligado a toda la cúpula corrupta”.

La socióloga Ariana Miranda respecto de este tema:

“Bueno, hay una mayor conciencia, las redes sociales ayudan a difundir
los escándalos de corrupción, pero aún falta organización y politización.
La población es muy apolítica, creo que hay un sentimiento de
conformidad, se piensa que las cosas son así, están mal, pero no
podemos hacer nada”.

Eduardo Darget comparte particularmente que:

“Me parece que los últimos actos confirman hay temores democráticos y
claramente son actos que traspasan lo que es la fiscalización y el control
de poder horizontal. La gente opina que no hay político que sea honesto
y que no robe o realice hasta el mínimo acto de corrupción, y no están
alejados de la verdad. Desde jueces, quienes son los encargados de
administrar justicia hasta funcionarios de estado congresistas”.

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