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Estudios Varios

De la República de Maquiavelo a la
República de Giannotti
From the Maquiavel’s Republic to the Giannotti’s Republic

María Luisa Soriano González


Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

Fecha de recepción: julio de 2008


Fecha de aceptación: septiembre de 2008

Palabras clave: Giannotti, Maquiavelo, república, teoría política moderna.


Key words: Giannotti, Machiavelli, Republic, modern political theory.

Abstract.: This essays addresses the comparative analysis of the differences and
similarities of two great representatives of the Italian modern political theory, Donato
Giannotti y Nichola Machievelli. The latter one deals with aspects not examined in the
former one’s writings as the double moral standards of rulers and the antagonistic
relationship between virtue and fortune. Both do however reflect on their work coinci-
dental opinions on different issues: the perverse nature of human condition, the value
of history as method of knowledge of customs, and the Republic’s protective militia. On
a general plane, both agree on the conditions for a well constructed and lasting Repu-
blic: internal protection grounded on the existence of good and respected laws and the
external protection by means of an own militia.

Resumen.: El artículo aborda el análisis comparativo de lo que une y separa a dos


grandes representantes de la teoría política moderna italiana, Donato Giannotti y
Nicolà Maquiavelo. El segundo trata de cuestiones no contenidas en los escritos del
primero, como la doble moral del gobernante y la relación antagónica de la virtud y
la fortuna. Sin embargo, ambos reflejan en sus obras coincidentes opiniones sobre
varios temas: la perversa condición humana, el valor de la historia como método de

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conocimiento de la política, la forma de gobierno ideal, las leyes y procedimientos, los
principios y costumbres, y la milicia protectora de la república. En un plano general
ambos coinciden en los requisitos de una república bien constituida y duradera: la
protección interna mediante la existencia de buenas y respetadas leyes y la protección
externa por medio de una milicia propia.

1. LAS DISTINTAS PERSPECTIVAS neral de la política como han afirmado le-


DE APROXIMACIÓN A LA giones de politólogos, sino un escudriñador
REALIDAD POLÍTICA DE D. de la política real, pura y dura, de la que
GIANNOTTI Y N. MAQUIAVELO predecir algunos hechos y extraer algunas
Giannotti y Maquiavelo son florentinos que reglas de la política práctica. Se introduce
tienen ante sí el mismo escenario de las lu- en el rompecabezas de la política diaria de
chas interminables de los Estados italianos. Italia para colocar algunas piezas en su si-
Ambos reflexionan sobre los hechos y des- tio, pero no termina de construir la figura
criben cómo superarlos mediante una re- completa. Afirma F. Copleston de él que
pública que dé estabilidad política y proteja “fue inteligente y brillante, pero no puede
la libertad de los súbditos. ¿Hasta dónde llamársele un filósofo político profundo”1 El
las diferencias y semejanzas de ambos en mismo Maquiavelo dice de sí mismo: “me
el análisis de los hechos y en el diseño de ha parecido más conveniente seguir la ver-
la teoría política? dad real de la materia que los desvaríos de
la imaginación en lo concerniente a ella”.2
La gran diferencia reside, a mi juicio, en que
Giannotti es un ideador de un proyecto polí- Junto a esta diferencia de principio, hay
tico y Maquiavelo un agudo comentarista de otros importantes contrastes entre ambos
la realidad politica, por decirlo de una ma- politólogos. Los ricos y sesudos plantea-
nera simplificada. La descripción del Estado mientos maquiavelianos sobre la doble
ideal es en Giannotti una constante como ética, pública y privada, el papel de la re-
objetivo de su literatura: cómo debe ser el ligión en el Estado, la pugna entre virtud y
Estado, cuya estructura le permita mante- fortuna, por poner algunos ejemplos des-
nerse en el tiempo y dispensar el bienestar tacados, están ausentes o mínimamente
a sus súbditos. Todo en él gira alrededor de abordados en Giannotti.
este diseño de una república ideal, cuya mo-
tivación reside en la necesidad de superar la Pero, aparte de estas diferencias, son nu-
lamentable historia pública de los Estados merosas las semejanzas entre ambos poli-
italianos y singularmente de Florencia. tólogos, quizás porque no pueden escapar
de los acontecimientos de un mismo esce-
A Maquiavelo no le interesa la construcción nario político y del marco ideológico de su
de un proyecto político; no es un teórico ge- tiempo. Ambos son florentinos y desde Flo-

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rencia contemplan los mismos convulsos lo justifica todo: “en las deliberaciones en
acontecimientos políticos. que está en juego la salvación de la patria,
no se debe guardar ninguna consideración
2. LO QUE LES SEPARA. a lo justo e injusto, lo piadoso y lo cruel, lo
2.1. La doble moral: moral laudable o lo vergonzoso, sino que, dejan-
privada y moral pública. La do de lado cualquier otro respeto, se ha de
función de la religión seguir aquel camino que salve la vida de la
Es esta cuestión la que ha dado mayor po- patria y mantenga su libertad”.3
pularidad a Maquiavelo y la que durante
siglos le ha ganado enemigos sin cuartel. En Giannotti la moral tiene un solo plano:
Una distinción de planos en la ética ex- el de la moral tradicional cristiana y a ella
temporánea para su época y verdadera- se deben tantos los ciudadanos de a pie
mente atrevida. Pronto vinieron las malas como los gobernantes. Los gobernantes
e interesadas interpretaciones del pensa- –en el autor reciben el nombre de magis-
miento maquiaveliano, elevando al nivel de trados- deben sujetar sus acciones, más
la generalidad y normativo lo que en sus si cabe que los simples ciudadanos, a la
palabras no tenía sino un marco fáctico y moral cristiana debido a un especial deber
sociológico. Maquiavelo se limitaba a decir de responsabilidad ante la república defen-
cómo era realmente la política y otros po- diendo sus valores. Hay en él una mezcla
nían en sus labios una prédica sobre cómo de lo religioso y lo político, un todo unifor-
debía ser. Y la verdad era y es que la inter- me; no distingue los dos planos de la moral
pretación maquiaveliana de la cambiante maquiaveliana. Bien es verdad que tampo-
realidad de la política se ajusta a la realidad co podemos encontrar en sus páginas un
y ha persistido incólume hasta ahora, por canto a la moral cristiana y a la religión,
más que sus detractores arrojen sus escri- pues se aplica más a la defensa de la re-
tos a la hoguera. La política es así, como pública y a la educación dentro de ella en
dice Maquiavelo, aunque debiera ser de los valores republicanos. Es como si diera
otra manera. Y efectivamente los príncipes por hecho que la moral cristiana es un valor
en sus acciones y comportamientos políti- incontestable al que por esta razón no hay
cos se rigen con frecuencia por los prin- que prestar mucha atención.
cipios de una moral que dista de la moral
cristiana. 2.2. La virtud y la fortuna. El
tiempo en la política
El Príncipe de Maquiavelo está salpicado Son estos conceptos clave de la teoría ma-
de hechos históricos, reflexiones y máximas quiaveliana los que la dotan de profundi-
en las que resplandece esta moral pública dad. El contraste entre la virtud del príncipe
no cristiana de los príncipes, que remata y el destino adverso de la fortuna. La fortu-
con los párrafos últimos de sus Discursos, na parece que tiene personalidad singular,
donde incluso pone por encima de todo cri- como si fuera un ente independiente y con
terio moral la salvación de la república, que vida propia, que se mueve y agita contro-

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lando la acción de los hombres. La fortuna tiempos cambiantes y naturaleza humana
elige a los hombres según su designio. Los permanente hace que una misma persona
hombres no pueden oponerse a la fortuna, pase a lo largo de su vida por momentos de
pero tampoco conviene que se abandonen, fortuna favorable y momentos de fortuna ad-
porque la fortuna es oblicua y no se conoce versa, y , como acostumbra, no le faltan a
por dónde va a ir.4 Maquiavelo ejemplos al caso. Sonderini, el
calanforieno de Florencia, cuya “humildad y
Sólo el valor del príncipe puede prosperar paciencia” le valió al comienzo de su gobier-
contra ella, si el príncipe sabe adaptarse a no, pero no al final. Otras veces la naturaleza
las exigencias de los tiempos que corren. El del hombre concreto se sitúa bien y abarca
tiempo es decisivo en la política maquiave- toda su vida, como aconteció al papa Julio
liana. El gobernante fracasa si actúa contra II, que tuvo la suerte (fortuna) de vivir en un
lo que demandan los tiempos; tiene éxito si tiempo siempre favorable a su naturaleza
se comporta conforme a ellos. Virtud, for- impetuosa.7
tuna y cambios en el tiempo se relacionan
constantemente en los escritos de Maquia- Fortuna y virtud no son conceptos presen-
velo. “He pensado muchas veces -dice- que tes en la obra giannottiana. Tampoco el
la causa de la buena o mala fortuna de los tiempo y su influencia en la política real:
hombres reside en su capacidad de acomo- la dimensión temporal de la política y su
dar su proceder a los tiempos”.5 Este ajus- acomodo al comportamiento público de los
te a los tiempos no suele darse porque los gobernantes. Giannotti habla con frecuen-
hombres tienen una determinada inclina- cia de la virtud de los hombres –jóvenes y
ción de su naturaleza y mientras los tiempos adultos- y su necesidad para el éxito de la
cambian la naturaleza humana permanece república, pero lo hace en el marco repu-
idéntica. “Se equivocará menos y tendrá la blicano de la utilidad y bien público y de la
fortuna próspera quien sepa ajustar su pro- educación en los valores de la república. El
ceder con el tiempo”.6 El problema es el si- buen republicano es un hombre virtuoso.
guiente: la naturaleza humana, la de cada Hasta aquí su discurso, pues no compagi-
persona, permanece pero los tiempos cam- na o contrasta la virtud del gobernante con
bian. No existe -o es una pura excepción de la fortuna externa que le controla ni tampo-
la regla general- el hombre que sabe aco- co establece la relación de los signos de los
modarse al cambio de los tiempos. No es tiempos cambiantes y las características de
habitual la contemporaneidad de las necesi- la naturaleza humana. Su discurso sobre la
dades del tiempo concreto y la forma de ser historia política no da entrada a estos ele-
determinada de cada hombre. Maquiavelo mentos, por lo que es más plano que el rico
hace un repaso a los grandes capitanes que y versátil discurso de Maquiavelo.
se acomodaron a sus tiempos: el ímpetu de
Escipión en África contra los cartagineses y 3. LO QUE LES UNE
la cautela de Fabio Máximo en Italia mante- 3.1. La perversa condición
niendo a raya a Aníbal. Este desajuste entre humana y el realismo político

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Es quizás la coincidencia mayor entre am- deseos de grandeza, honor y libertad de sus
bos pensadores de la política; el pesimismo compatriotas.
antropológico. A veces las frases emblemá-
ticas sobre la deplorable condición humana La condición humana está muy presen-
son intercambiables de tan terminológica- te en los escritos de ambos pensadores y
mente ajustadas. Hay un parecido asom- justifica el fuerte realismo de sus teorías
broso cuando Maquiavelo asegura que “los políticas.
hombres sólo obran bien por necesidad”8,
o “los hombres son más inclinados al mal 3.2. La historia: método de
que al bien”9 y cuando dice Giannotti: “(los sabiduría política
hombres) si obran bien es raramente, y Ambos coinciden en la valoración de la ex-
porque no pueden obrar mal”.10 ¿Cabe periencia y de la historia para saber acertar
peor concepción de la condición humana? en la política adecuada. Un buen gobernan-
Ambos coinciden en que los hombres son te debe instruirse en el conocimiento de las
malos por naturaleza y buenos cuando no causas del florecimiento y decadencia de los
tienen mas remedio. Estados, y extraer de ellas criterios a aplicar
a su comportamiento político cara al futuro.
Desde esta visión de la naturaleza humana
se llega fácilmente al realismo político, pues- Una de las ideas centrales de Maquiave-
to que los hombres pervierten las formas de lo es la sabiduría política. El buen príncipe
gobierno ideales. Ninguno de los dos pen- es sabio en política: sabe lo que tiene que
sadores florentinos se ocupan, por ello, de hacer en todo momento. Esta sabiduría es
describir y explicar una utópica forma de obra del estudio y el conocimiento de la
gobierno, sino la forma más adecuada a las historia. Un príncipe adquiere la sabiduría
circunstancias. Maquiavelo se limita a decir política cuando consigue el conocimien-
que las formas históricas de gobierno no sir- to de la naturaleza de la realidad política,
ven y fracasan e insinúa que la forma más es capaz de prever y predecir el curso de
aceptable sería un Estado mixto con mezcla los acontecimientos políticos y de arbitrar
de los elementos de las formas históricas, los medios necesarios para controlar estos
aunque no configura en su composición y acontecimientos y hacerse dueño del deve-
funcionamiento este Estado mixto, el menos nir. Maquiavelo considera la historia como
malo de los Estados posibles. Y Giannotti, el instrumento para atesorar el arte de pre-
por su lado, se ocupa en configurar una for- decir acontecimientos políticos futuros. La
ma republicana ideal -a la que también lla- historia es la fuente de la sabiduría política,
ma Estado mixto-, pero es la república ideal porque los hechos históricos se repiten con
para una ciudad concreta, Florencia, y a tal carácter cíclico y por medio de su conoci-
efecto narra la evolución de las clases socia- miento es posible construir una tipología de
les florentinas, que en su tiempo muestran hechos históricos, reduciendo la variedad
un organigrama adecuado para garantizar de los hechos singulares a sus rasgos co-
el éxito de la república, porque satisface los munes. “En cuanto al ejercicio de la mente,

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debe el príncipe leer las historias, y en ellas todos los tiempos, mientras que el primero
considerar las acciones de los hombres in- se concentra en la historia política recien-
signes, ver cómo se gobernaron en las gue- te de Florencia, desde finales del siglo XV
rras, examinar las causas de sus victorias hasta mediados del siglo XVI. Un importan-
y sus pérdidas, para poder evitar éstas e te apartado de la obra de Giannotti es la
imitar aquéllas”.11 aclimatación de la historia a la teoría po-
lítica, estudiando el proceso de las clases
El método para alcanzar el saber político es sociales florentinas y cómo en ellas han
la historia política. Es el primer conocimien- influido los regímenes políticos para esta-
to que tiene que adquirir el político; el de blecer finalmente una adecuación entre la
la historia, una historia que se desenvuelve configuración concreta en un momento de
en una serie alocada de hechos dinámicos la historia de unas determinadas clases so-
y al parecer inciertos. Sin embargo, en este ciales y la búsqueda intelectual de la mejor
dinamismo el príncipe debe saber discernir forma de gobierno pertinente a dicho orga-
los ciclos de los hechos políticos, porque nigrama de clases.
la historia política es cíclica, diseñar una
tipología de hechos históricos, recondu- Giannotti incluso entra en el ámbito de los
ciendo el montante de hechos singulares a conceptos históricos y los aplica a aconteci-
los rasgos comunes, y finalmente construir mientos importantes de la historia próxima
reglas prácticas del decurso de la historia italiana, como cuando distingue entre oca-
política. sión y causa y pone en guardia sobre el mal
uso y confusión de estos conceptos. “Son
El saber político maquiaveliano es un sa- muchos –asegura- los que toman la ocasión
ber positivo y pragmático, donde priman por la causa, y a ésta no la tienen en cuen-
reglas prácticas derivadas del casuismo de ta… La causa no es, pues, sino un estado
los hechos políticos y no los enunciados de de cosas que se hace sentir cada vez que la
principios generales. ocasión se presenta y muy a menudo tiene
tal fuerza que en lugar de esperar más bien
Giannotti, por su parte, presta tanta aten- produce ella misma la ocasión”.12
ción a la historia como madre de sabidu-
ría política que dedica el libro más grueso 3.3. La forma de gobierno.
de los cuatro que componen su Repúbli- De las formas de la tradición
ca de Florencia a la historia de los últimos aristotélica al Estado mixto
gobiernos de esta ciudad, para, conocién- Las alusiones constantes de Maquiavelo al
dola, aprender a evitar sus errores en el príncipe fundador o reformador de la repú-
futuro. Para Giannottí la historia política es blica y sobre todo su convicción de que sólo
tan importante como para Maquiavelo. La un príncipe absoluto puede fundar o refor-
diferencia está en que el segundo amplía mar una república decadente ha hecho
el abanico de la historia con una extraor- que muchos consideren que Maquiavelo
dinaria referencia a hechos históricos de es proclive a la monarquía como la mejor

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forma de gobierno. En este planteamiento tantemente derivando la utilidad y el bien
estaría bastante lejos de Giannotti, que es común de la república. Entresaco un pa-
partidario de una república mixta, donde saje donde contrasta el bien común entre
todas las clases sociales desempeñen sus la república y el principado: “lo que hace
funciones propias y en la que el más gran- grandes a las ciudades no es el bien parti-
de poder esté en las manos del pueblo. cular, sino el bien común. Y sin duda este
bien común no se logra más que en las re-
Pero no es así, pues Maquiavelo solamente públicas, porque éstas ponen en ejecución
es partidario del legislador absoluto en los todo lo que se encamine a tal propósito…
momentos críticos de la fundación o refun- Lo contrario sucede con los príncipes, pues
dación del Estado, pero no durante el tiem- la mayoría de las veces lo que hacen para
po de crecimiento y desarrollo del mismo. sí mismos perjudica a la ciudad y lo que ha-
Considera que la participación del pueblo cen para la ciudad les perjudica a ellos”.16
en el poder es un factor de estabilidad del
Estado. Sueña con la república romana, no Incluso ambos autores coinciden en dos
con la monarquía absoluta de los empera- cosas: a) el rechazo de las formas tradi-
dores. Afirma que las libertades del pueblo cionales de gobierno alumbradas desde la
se consiguen en las repúblicas y no en las teoría aristotélica, y b) la necesidad de la
monarquías. Incluso tiene mejor opinión superación de estas formas por una nueva:
del pueblo que de los príncipes: fijémonos la de un Estado o república mixta.
cómo títula dos epígrafes de sus Discursos:
“La multitud es más sabia y constante que Giannottí distingue entre formas de gobierno
un príncipe”13 y “Los defectos de los pue- buenas y malas, siguiendo a Aristóteles, y
blos tienen su origen en los príncipes”.14 tanto a unas como a otras no les ve futuro,
porque las buenas son utópicas y exigirían
No hay contradicción entre Giannotti y para su eficacia una distinta naturaleza e in-
Maquiavelo a la hora de valorar las formas clinaciones de los hombres y las malas por
de gobierno, Ambos son partidarios de la su propia definición son perversas. No sir-
república, donde el pueblo desempeñe ven como diseño para el buen gobierno de
un papel importante (más desde luego en la ciudad de Florencia, y se impone inventar
Giannotti que en Maquiavelo) La república una nueva que denomina Estado mixto.
es la fórmula ideal de Giannottí. Pero tam-
bien para Maquiavelo, pues un Estado se Maquiavelo, igualmente siguiendo a Aris-
funda o refunda (cuando está en declive) tóteles, autoridad consagrada en su tiem-
por un monarca legislador, pero una vez po, enumera las formas de gobierno según
fundado o refundado se mantiene si adop- tres formas buenas y tres degeneradas con
ta la forma republicana. En la república ocasión de la corrupción de las buenas.17
–afirma Maquiavelo- es donde es posible Todas ellas son “formas pestíferas”, porque
“la utilidad común que se deriva de la vida las buenas duran poco y las malas son per-
en libertad”.15 Es una idea que repite cons- versas. Por ello- continúa- los legisladores

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prudentes no las admiten “eligiendo un tipo a agresiones internas y externas es la bien
de gobierno que participe de ellas”18, porque organizada porque en su interior hay y se
de esta forma se consigue un régimen más respetan buenas leyes y bien protegida de
duradero, un mayor control de unas partes agresiones externas por una milicia propia
por las otras. Así “en la misma ciudad se constituida por los ciudadanos. Leyes y mili-
mezclan el principado, la aristocracia y el cia. De esta guisa la república gozará de una
gobierno popular”.19 Hasta aquí los pare- protección interna frente a los enemigos in-
cidos, pues en adelante mientras Giannotti teriores y de una protección externa frente a
desarrolla ampliamente su Estado mixto, del las posibles invasiones. La buena república
que he dado cuenta en otro trabajo, Ma- vendrá promovida y asegurada por la con-
quiavelo para su discurso en este tramo y si- junción de “las buenas leyes y las buenas
gue con su relato de hechos históricos y sus armas”22 en palabras de Maquiavelo, y por
reflexiones sin construir una teoría política y “la buena ordenación de la república y una
organización del Estado mixto. Maquiavelo milicia establecida mediante buenas leyes y
pone un ejemplo de síntesis de un Estado buenas instituciones”23 en las de Giannotti.
mixto acudiendo al ejemplo de su enalteci- Buenas leyes y respeto a las mismas, pues
da república romana: en la historia de Roma no bastan la existencia de leyes excelentes si
apareció primero la monarquía de los reyes, no se aplican, residiendo el principal deber
luego la aristocracia del Senado y finalmente de su observancia en las magistraturas. “No
el tribunado en representación del pueblo. creo que exista cosa de peor ejemplo en una
república -dice Maquiavelo- que hacer una
Es curioso constatar las palabras de Ma- ley y no observarla, sobre todo si el que no la
quiavelo afirmando que en Roma los no- observa es quien la ha hecho”.24
bles tenían “un deseo de dominar” y los
plebeyos “un deseo de vivir libres”,20 mien- Las leyes deben bosquejar procedimientos
tras en el mismo sentido dice Giannotti de para que los ciudadanos puedan defen-
los florentinos de su época que los grandes derse de las tropelías cometidas por las
tenían “un deseo de gobernar” y el pueblo magistraturas o los particulares. Los proce-
“un deseo de libertad”.21 dimientos, de los que tan ayuna está la re-
pública florentina, son necesarios para evi-
3.4. La protección interna tar los desórdenes interiores, único camino
de la república: leyes y de escape que le queda a quienes no pue-
procedimientos den defenderse de otro modo más racional.
La coincidencia de ambos politólogos en la Por medio de estos procedimientos, por el
necesidad de existencia de buenas leyes es contrario, los ciudadanos encuentran una
total. Hasta el punto que la presencia y ob- vía de salida de sus humores (Maquiavelo)
servancia de la ley es para los dos uno de los y deseos insatisfechos (Giannotti).
dos pilares de la república ideal. El otro es la
existencia de una milicia propia. La repúbli- Como es lógico se echa en falta los procedi-
ca ideal que se mantiene en el tiempo frente mientos en el ámbito de la administración de

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justicia. Maquiavelo exige un procedimiento de toma de decisiones de las magistraturas:
de acusación pública, y Giannotti insiste en el quiénes proponen, cómo lo hacen, cómo
procedimiento de defensa de los ciudadanos se debate, cómo se toman los acuerdos.
mediante la interpelación de los custodios Especialmente garantista se muestra en la
(especie de ministerio fiscal) y los abogados administración de justicia. Encomienda la
particulares ante el Consejo de los Cuarenta y elección de los altos jueces del Consejo de
el depósito público de las sentencias. los Cuarenta al Gran Consejo y propone la
creación de jueces por materias en asuntos
Maquiavelo insiste en la necesidad de un privados y la apelación contra su decisión
procedimiento de pública acusación, como ante el Consejo de los Cuarenta. Además in-
tenían los romanos que podían25 apelar a los siste en la transparencia y publicidad de los
tribunos. Este procedimiento evita que los procedimientos rechazando las delaciones
ciudadanos tengan que acudir a conjuras privadas sin conocimiento del acusador y la
internas y llamadas a enemigos exteriores confiscación de los bienes del condenado,
para obtener remedio contra los desafueros que aumentan las delaciones. Propone la
del poder. “Nosotros hemos visto –asegu- creación del colegio de los custodios, una
ra-, en nuestro tiempo, cuántos desórde- especie de ministerio fiscal, para entender
nes ha provocado en la república de Flo- en primera instancia de las acusaciones y,
rencia el no poder desfogar la multitud su una vez aceptadas a trámite, defenderlas
indignación contra un ciudadano por vías ante el Consejo de los Cuarenta. Critica, ya
legales”.26 Un grave problema de Florencia en un plano general, que la justicia es cara
ha sido la sucesión de desórdenes por cau- y lenta.
sa de ausencia de procedimientos de de-
fensa de los derechos. Para Maquiavelo la 3.5. El respeto a la tradición:
falta de acusación pública ha sido causa de principios y costumbres
la ruina de la ciudad. “Si hubiera existido Junto a la leyes los principios. Maquiavelo
en Florencia un procedimiento para acusar dedica un capítulo de sus Discursos a su-
a los ciudadanos y castigar a los calumnia- brayar la necesidad de que los principados y
dores, se habría evitado la mayoría de los las repúblicas –también las sectas- respeten
alborotos que han tenido lugar”. sus principios y vuelvan a ellos, cuando los
abandonan. “Concluyo que no hay cosa más
Giannotti va más allá en el capítulo de los necesaria para la vida de una comunidad,
procedimientos, pues se ocupa tanto de la sea secta, reino o república, que devolverle
organización y composición de las magis- la reputación que tenía en sus orígenes, y
traturas como del procedimiento ante las procurar que sean los buenos ordenamien-
mismas, con un detallismo que ni por aso- tos o los hombres buenos los que cumplan
mo está presente en las páginas de los teó- esa función”.27 Esto se une a la conveniencia
ricos coetáneos de la política. Es el garantis- de observar las costumbres y que una acción
ta procedimental de la república. Con toda de gobierno no las olvide de plano. La acción
clase de detalles va hilvanando el proceso de gobierno innovadora debe dar la apa-

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riencia de que se respetan las costumbres gunos capítulos finales de sus Discursos) y
o que se ejecuta sin dañarlas. “Cualquie- Giannotí las apunta y desarrolla en varios
ra que desee o necesite reformar el modo capítulos de su República de Florencia, no
de gobierno de una ciudad, si quiere que sin antes advertir que Maquiavelo ha trata-
el cambio sea aceptado y mantenido con do extensamente esta materia y que com-
satisfacción general, precisa conservar al parte su posición.29
menos la sombra de los usos antiguos”.28
Encuentra, como tantas veces en su dis- Intentan destruir algunos tópicos sobre el
curso, un fundamento en la psicología funcionamiento de la guerra, como la me-
humana, pues piensa que los hombres no jor defensa de las ciudades por obra de los
son dados al cambio. Por eso valora los ejércitos mercenarios formados por exper-
efectos del cambio, que debe ser medido tos en el arte de la guerra y la incapacidad
y pausado. para la guerra de los ciudadanos propios.
Contraponen dos argumentos en contra de
Giannottí parece en principio más innova- estos tópicos: el riesgo de los mercenarios,
dor y menos tradicionalista. Todo su pro- que luchan por su propio beneficio, siguen
yecto de república es una apuesta por el al mejor postor e incluso se pueden volver
cambio en Florencia. Pero, como en Ma- contra la ciudad que les contrató, si ven
quiavelo, un cambio moderado por temor a una ocasión propicia de dominio, y la ma-
que la resistencia de los intereses creados yor seguridad y eficacia, por el contrario,
se vuelva contra la innovación; razón por la de una milicia propia, que quiere y protege
que en su proyecto de república ideal para a su ciudad, educada en los valores de la
Florencia mantiene instituciones importan- republica.
tes que les parece caducas y corruptas,
especialmente la Señoria, y toma en con- “De todos los soldados –afirma con
sideración a la perjudicial nobleza, cuyo rotundidad Maquiavelo-, los auxiliares
deseo de grandeza y gobernación intenta (mercenarios) son los más perjudicia-
les, porque el príncipe o república que
satisfacer.
demanda su ayuda no tiene autoridad
alguna sobre ellos, sino que sólo obe-
3.6. La milicia decen a sus jefes”. 30
También coinciden ambos pensadores flo-
rentinos en la crítica durísima a la milicia Giannotti, siguiendo a Maquiavelo alude a
mercenaria (fuerzas exteriores contratadas los muchos defectos de las armas merce-
por las republicas o principados para que narias y auxiliares31, y que en consecuencia
les defiendan) y en la absoluta necesidad “sólo quedan las armas propias como me-
de que la república posea una milicia pro- dio de defensa de principados y repúblicas”.
pia para defenderse de las invasiones ex- “Me parece claro, pues, -sigue- lo poco que
ternas. Maquiavelo dedica muchas páginas se ha de confiar en esos capitanes merce-
de El Príncipe a defender estas dos ideas narios, que por traición, ignorancia o mez-
básicas sobre la guerra (que reitera en al- quindad te hacen perder la guerra”.32

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N o t a s

1
Copleston, F., Historia de la Filosofía. De Ockham 25
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 58.
a Suárez, Ariel, Barcelona, 2001, p. 303. 26
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 54
2
Maquiavelo, El Príncipe, Bruguera, Barcelona, 27
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 310.
1974, p. 143.
28
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 102.
3
Maquiavelo, Discursos sobre la primera
década de Tito Livio, Alianza editorial, Madrid, 29
Giannottí se refiere varias veces a
2005, p. 433. Maquiavelo con admiración. Véase La
República de Florencia, cit., pp. 159 y 172.
4
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 292.
30
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 260.
5
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 348.
31
Giannotti, La República de Florencia, cit., p.
6
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 348.
159.
7
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 350. 32
Giannotti, La República de Florencia, cit., p.
8
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 41. 176.
9
Maquiavelo, Discursos, p. 61.
10
Giannotti, La República de Florencia, cit., p.
129.
11
Maquiavelo, El Príncipe, cit., p. 142.
12
Giannotti, La República de Florencia, Boletín
Oficial del Estado y Centro de Estudios Políticos
y Constitucionales, Madrid, 1997, p. 30.
13
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 175 (Libro I,
58)
14
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 400 (Libro III,
29)
15
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 82
16
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 196.
17
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 35.
18
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 38.
19
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 38.
20
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 44.
21
Giannotti, La República de Florencia, cit., pp.
35-37.
22
Maquiavelo, El Príncipe, cit., p. 131.
23
Giannotti, La República de Florencia, cit., p.
159.
24
Maquiavelo, Discursos, cit., p. 146.

Revista Internacional de Pensamiento Político · I Época · Vol. 4 · 2009 · [181-191] · ISSN 1885-589X
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