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Proceso ejecutivo:

demanda,
excepciones y
sentencia

Derecho
Procesal II
(Procesal Civil)
Proceso ejecutivo: demanda,
excepciones y sentencias
Título ejecutivo. Títulos fiscales y otros títulos ejecutivos.
Preparación de la vía ejecutiva. Trámite (pp. 209 a 232, T
II).
Figura 1

Fuente: Elaboración propia.

El art. 546 C. P. C. C. Córdoba, indica que transcurrido el plazo de la citación de remate sin que se
haya opuesto excepción legitima, el Tribunal dictará sentencia sin llamamiento de autos.

El procedimiento ejecutivo es el instrumento acordado por el legislador que permite a través de una
sustanciación ágil obtener la realización del crédito plasmado en un título que debe reunir ciertas
características específicas. Este tipo de procedimiento busca asegurar dos valores: celeridad y
seguridad.

Se ha expresado que el proceso ejecutivo es un verdadero juicio, siempre jurisdiccional, con etapas
necesarias de conocim iento (el examen del título por parte del juez), bilateralidad y posible contienda,
cuando el demandado -ejecutado- excepciona.

Respecto de la demanda, en los juicios ejecutivos impera la tesis de la individualización, que se


manifiesta en la nominación de la relación jurídica en que se fundamenta. En este tipo de proceso el
juez realiza un control minucioso del título, presupuesto indispensable.

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A su vez, citado de remate, el demandado solamente puede defenderse oponiendo las excepciones
previstas en el art. 547 del C. P. C. C. Córdoba, por ello se ha señalado que nuestro juicio
ejecutivo no es ejecución pura, como la legislación francesa o italiana, sino que es de conocimiento.
Aunque, según hemos puntualizado, limitado y en ocasiones contencioso.

Cabe advertir que, si no se oponen excepciones, se omite el contradictorio y en consecuencia el


juez dictará sentencia sin que tengan lugar las etapas probatorias y discusorias, art. 546 C. P. C.
C. Córdoba.

Respecto a la etapa probatoria, también advertimos particularidades, de este modo no se admite el


término extraordinario de prueba. Respecto a la carga de la prueba, la ley le atribuye al demandado
el esfuerzo de arrimar al proceso la prueba fundante de sus excepciones. Ello es exigido bajo
pena de inadmisibilidad, lo que implica que si el accionado no cumple, la carga no será admitida
al proceso de la oposición de excepciones.

Por otro lado, en sede ejecutiva el juez puede, por resolución fundada, desestimar in limine la
prueba manifiestamente inadmisible, meramente dilatoria o carente de utilidad (art. 553 C. P. C. C.
Córdoba). Ello sin duda importa un acrecentamiento de las facultades del Tribunal para desechar
pruebas inconducentes y reñidas con el objeto del proceso.

El título ejecutivo

El procedimiento de ejecución tiene como base o fundamento un título ejecutivo. Este título no existe
en los procedimientos de conocimientos, en los que, precisamente por ello, se parte de una situación
de inicial incertidumbre con respecto a la existencia de un derecho. Dicho título es requisito esencial
para ingresar a la vía o procedimiento ejecutivo.

El título ejecutivo goza de una presunción de autenticidad. Para ser hábil o apto para la ejecución
debe cumplir determinadas formalidades: contener una obligación exigible de dar sumas de dinero
líquida o liquidable por las mismas pautas que proporcione el instrumento. La liquidez y la exigibilidad
son requisitos de un título hábil.

El título base de la ejecución puede ser judicial o extrajudicial. En este último caso, pueden ser
convencionales o administrativos. El título judicial, denominado por la doctrina título ejecutorio, es la
sentencia de condena que se encuentra firme, por no haber sido impugnada o habiéndolo sido,
ha sido confirmada por el órgano judicial jerárquicamente superior

Los títulos ejecutivos extrajudiciales convencionales son los suscriptos por los particulares en sus
relaciones comerciales (verbi y gratia: pagarés) y los administrativos son las certificaciones o
constancias expedidas en forma unilateral por la administración en donde consta la existencia de
una deuda líquida y exigible (verbi y gratia: impuestos, tasas, contribuciones, etc.); también los
certificados de deudas por expensas comunes confeccionados por los administradores de los
consorcios de propietarios de inmuebles sometidos al régimen de propiedad horizontal, en la forma en
que los respectivos reglamentos lo establecen.

El art. 518 C. P. C. C. Córdoba, contiene una nominación de los títulos a los que la ley le acuerda
fuerza ejecutiva, sin perjuicio de otros, dotados de tal por las leyes particulares.

Los títulos ejecutivos extrajudiciales convencionales: características

Ya dijimos que los títulos ejecutivos extrajudiciales podían ser convencionales o administrativos. Los
administrativos se confeccionan en forma unilateral por el acreedor, en cambio, los convencionales
son suscriptos por el deudor, lo que equivale a un reconocimiento de deuda. El ordenamiento
jurídico establece determinadas características, a fin de dotar a estos documentos de eficacia, brindar
seguridad al tráfico jurídico en general y dar garantías a quienes son los beneficiarios de este tipo de
documentos.
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Así, se establecen como características:

a) Literalidad: "la literalidad se refiere al contenido del título de crédito, e indica que la significación del
derecho incorporado se delimita exclusivamente por el tenor escrito del documento, cuya significación
literal prevalece respecto de cualquier otra declaración o documentación emitida previamente." (Escuti,
1998, p. 298).
b) Autonomía: "significa que cada adquisición del título y por ende del derecho incorporado, es
independiente de las relaciones existentes entre el deudor y los poseedores anteriores." (Escuti,
1998, p. 298). Cada poseedor adquiere ex novo el derecho incorporado al documento, sin pasar a
ocupar la posición que tenía su transmitente o los anteriores poseedores.
c) Independencia: permite que, aunque el título lleve firmas de personas incapaces, falsas, o de
personas inexistentes, sean igualmente válidas las obligaciones asumidas por los suscriptores que no
se encuentren en alguna de las circunstancias antedichas.

d) Abstracción: consiste en la desvinculación del documento respecto de la relación causal, o sea


de la relación subyacente que le dio origen. Escuti (1998) afirma que es indiferente que la causa
se mencione o no en el texto del documento; "pues aun expresándose ésta frente al tercero la
abstracción predomina sobre la literalidad" (p. 298). La razón de ser de la abstracción es,
precisamente, facilitar la circulación del documento y proteger al tercero poseedor del documento.

La preparación de la vía ejecutiva

La doctrina distingue en títulos completos e incompletos, estos últimos son nominados de tal manera
que la fuerza ejecutiva depende de haber cumplido un trámite previo y necesario llamado preparación
de la vía ejecutiva. El art. 523 del C. P. C. C. Córdoba limita esta posibilidad a los casos en que el
crédito conste en instrumentos privados o derive de arrendamientos de inmuebles. Se admite también
como una forma para determinar el plazo de obligaciones carentes de aquél.

Como se advierte, los títulos en los que no se tiene certeza sobre la autenticidad de la firma, debe
ser citado el suscriptor a los fines de llevar a cabo esta diligencia.

El trámite de la preparación de la vía ejecutiva debe llevarse a cabo contra el sujeto que aparezca en
el instrumento o título a completar como presunto obligado. De este modo, en el supuesto de que se
trate de un instrumento privado que reúna los demás requisitos de título ejecutivo, será citado el
presunto firmante.

En cambio, en la hipótesis de créditos provenientes de arrendamientos deberá ser convocado el


locatario y, en su caso, también el garante. Pero es importante destacar que en la preparación de la vía
resulta indispensable la intervención del locatario, ya que la obligación de garantía reviste el
carácter de ser accesoria de la obligación del locador principal. Por lo tanto, no puede
prepararse la vía sin que el inquilino reconozca su calidad y, a partir de allí, surge la obligación
de sufragar los arriendos para el garante, de tal modo que en este supuesto especifico, tendrán
que ser citados tanto el locatario cuando el fiador, según las prescripciones del art. 519, inc. 1 y 2
del C. P. C. C. Córdoba.

Conforme lo prevé el art. 523 del C. P. C. C. Córdoba, en su primera parte, se establece que el
demandado será emplazado para que cumplimente las diligencias requeridas en la forma ordinaria, ello
hace de aplicación de las reglas generales previstas en el art. 161 y siguientes del C. P. C. C.
Córdoba.

El demandado tiene la carga de contestar en forma categórica clara y precisa, ya que el


requerimiento es de responder y su cumplimiento o cumplimiento defectuoso por ambigüedad conduce
a la aplicación del apercibimiento.

Citado el demandado se presentan varias hipótesis. Cuando el requerido no comparece, será pasible
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de los apercibimientos establecidos en el art. 523 del C. P. C. C. Córdoba, dándosele por reconocida
la firma, por acreditada la calidad de tal, y de este modo, quedará preparada la vía ejecutiva.

Si el demandado comparece y exhibe los recibos correspondientes a los arrendamientos que se le


reclaman, el accionante no podrá entablar la demanda ejecutiva. Otra situación sucede si el
citado acredita el pago de parte del crédito reclamado, en cuyo caso la vía queda preparada tan
solo por la diferencia y sólo por ello podrá demandarse ejecutivamente.

El juicio ejecutivo en la provincia de córdoba. Regulación normativa en el código de


procedimientos civiles y comerciales (C.P.C.C. Ley Nº 8465)

En la Provincia de Córdoba, el juicio ejecutivo se encuentra regulado en el Libro Segundo donde


aborda los "Juicios Generales", en el Título II: "Juicio Ejecutivo", Capítulos I a VI.

En el Capítulo I, artículos 517 a 525 se ocupa del título ejecutivo, los títulos que traen aparejada
ejecución y los que se requiere un trámite previo para que proceda la vía ejecutiva: la preparación
de la vía ejecutiva.

En el Capítulo II, artículos 526 a 544, se ocupa de los trámites iniciales del juicio y específicamente
regula, en la Sección Primera, la demanda ejecutiva, en la Sección Segunda, el embargo, los bienes
embargables o inembargables, el procedimiento para hacerlo efectivo: acta de embargo, designación
de depositario, etc.

En el Capítulo III, artículos 545 a 555, se encarga de la sustanciación, donde hace mención a las
excepciones oponibles al progreso del trámite o de la pretensión, y de la prueba a fin de
acreditarlas, como también quién tiene la carga de la confirmación.

En el Capítulo IV, artículos 556 y 557, se hace mención a la sentencia y al juicio declarativo
posterior.

En el Capítulo V, artículos 558 a 560, se regulan los recursos, apelación de la sentencia y otras
resoluciones recurribles.

Finalmente, en el Capítulo VI, artículos 561 a 600, se regula el cumplimiento de la sentencia. Así, en
la Sección Primera se establecen las disposiciones generales; en la Sección Segunda, las diligencias
previas a la subasta, designación de martillero; en la Tercera, la orden de remate, contenido de la
orden y notificación de la misma, la publicación de los edictos y el contenido de los mismos, las
bases para el remate, la forma de pago y la suspensión del remate; en la Cuarta la subasta, el
acto y el acta de remate, la responsabilidad del adjudicatario y la compra en comisión; y en la
Quinta los trámites posteriores: pago del saldo, créditos fiscales, prioridad al ejecutante, reserva
para terceristas, posesión al adjudicatario, títulos y cancelación de gravámenes.

Presentada la demanda ejecutiva el juez deberá realizar un análisis minucioso de los requisitos del título
en orden a los extremos de suficiencia e integración para habilitar la sede ejecutiva. Además, deberá
ponderar la legitimación activa y pasiva sobre la base que suministre el propio título. Cabe señalar
que este examen preliminar no reviste el carácter de definitivo ni genera, en consecuencia, preclusión
alguna, pues puede volver a efectuarse, aunque el ejecutado no haya opuesto excepciones, en
oportunidad de dictar sentencia. Si aquel examen es positivo, la primera orden será la de librar
mandamiento de ejecución y embargo sobre bienes del demandado, suficientes para cubrir el
crédito que se reclama con sus accesorias, y en el mismo acto se lo cita de comparendo si es
que no se hubiese cumplido esta diligencia con anterioridad. Además, se le cita de remate.

La citación para comparecer y de remate tienen por efecto imponer al demandado las cargas
correspondientes y para ejercer el derecho de defensa en juicio.

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Excepciones admisibles en juicio ejecutivo. El artículo 547 ( C.P.C.C. Cba.). Carácter de la
enumeración n. La discusión de la causa de la obligación en el juicio ejecutivo cordobés

El Código Procesal Civil cordobés (C.P.C. C.), en su art. 547, excepciones admisibles, establece:

En el juicio ejecutivo son excepciones admisibles las de:


1) Incompetencia.
2) Falta de personería en el demandante, en el demandado o en sus
representantes.
3) Falsedad o inhabilidad de título.
4) Litispendencia o cosa juzgada.
5) Prescripción.
6) Pago, plus petición, quita, espera, remisión, novación, transacción o
compromiso documentado.
7) Compensación con crédito líquido y exigible que resulte de documento que
traiga aparejada ejecución1.

Como se ve, se puede alegar imposibilidad de procesar porque el juez no es competente, porque el
demandante, el demandado o sus representantes no tienen la capacidad para estar en juicio, o
porque actualmente existe un proceso abierto entre las mismas personas, por el mismo objeto y
la misma causa, o porque el título base de la acción ha sido adulterado o no contiene los requisitos
esenciales para producir la hábil apertura de la vía ejecutiva, o porque ya se decidió mediante
sentencia definitiva en anterior procedimiento entre las mismas personas, por el mismo objeto y la
misma causa. O bien, se puede alegar la existencia de un hecho extintivo de la pretensión, ya sea total
(pago) o parcial (plus petición, transacción, novación, quita) o por haber expirado el plazo conferido
por el ordenamiento legal para reclamarlo judicialmente. En el caso de la espera pensamos que se
trata de un supuesto de imposibilidad de procesar que afectaría la habilidad del título, ya que la
obligación no sería exigible por propia declaración de voluntad del acreedor, debidamente
documentada.

Nos preguntamos: ¿Cuál es el carácter de la enumeración?

El artículo 547 del C.P.C.C. cordobés brinda un plexo de posibilidades defensivas. A lo largo de sus
siete incisos da un panorama de las diferentes actitudes o estrategias defensivas que el
demandado civil, en un procedimiento ejecutivo puede adoptar. Pero, ¿qué carácter tiene dicha
enumeración? O, dicho de otro modo, ¿es posible adoptar una estrategia defensiva distinta a las
enumeradas expresamente en dicha norma jurídica? Del carácter que atribuyamos a dicha norma
dependerá la respuesta al interrogante planteado. Así, quienes otorgan un carácter taxativo a dicha
enumeración responden negativamente dicho interrogante, en cambio, quienes afirman que dicha
enumeración es solamente enunciativa sostienen que puede adoptarse una estrategia defensiva
distinta a las meramente enunciadas posibilidades defensivas brindadas por el artículo.

La doctrina en forma mayoritaria nos dice que la enumeración es taxativa. Que son esas
excepciones y ninguna otra las posibles de interponer en un procedimiento de ejecución. Fuera de
dicha enumeración, no cabe posibilidad defensiva para el demandado. Quienes así lo sostienen se
fundamentan en que el juzgador debe interpretar teniendo en cuenta la naturaleza del procedimiento
en cuestión, según el contexto. Al tratarse de un procedimiento ejecutivo no es posible la discusión
causal.

Por último, en la sentencia de remate, el Tribunal deberá asumir un examen pormenorizado del
título y conocer las defensas opuestas. La decisión será llevar adelante la ejecución o no hacer
lugar a ella.

1
Art. 547 - Ley N° 8465 (1995). Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba. Senado y Cámara de
Diputados de la provincia de Córdoba.

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Juicios ejecutivos especiales (p p . 232 a 236, T II)
Ejecución hipotecaria
Ante el incumplimiento del deudor, el acreedor tiene la vía ejecutiva para la ejecución de la
garantía real, con las modalidades previstas por la ley de fondo y por el Código Procesal Civil y
Comercial.

Al no contener la ley de fondo mayores preceptos en cuanto al trámite, como la ley procesal sólo hace
referencia al caso de existencia de terceros poseedores, la ejecución hipotecaria ha quedado
absorbida por la normativa del juicio ejecutivo general. Entonces, por imperio del art. 528 del C. P.
C. C. Córdoba, la ejecución hipotecaria se regida por dicho C. P. C. C. Córdoba.

Al respecto, las reglas especiales del código provincial:



En la citación de remate deberá incluirse la intimación de pago del capital y los intereses. Se requerirá
al ejecutado para  que denuncie el nombre y domicilio de terceros poseedores del inmueble
hipotecado.

En la misma providencia se ordenará requerir del Registro General informe, nombre y domicilio de
terceros poseedores o de otros acreedo
res hipotecarios, y precede a una anotación preventiva de la
existencia de la ejecución.

Si resultare la existencia de terceros poseedores, se ordenará su citación de comparendo y de


remate, de acuerdo con el primer párrafo del art. 526 del C. P. C. C. Córdoba, para que en el
plazo indicado pague la deuda, abandone el inmueble u oponga excepciones. Los terceros
poseedores, posteriores a la anotación preventiva prevista en el inc. 2 no serán especialmente
citados, pero podr án tomar intervención en cualquier estado de la causa, sin retrotraerse el
procedimiento.

Régimen especial de ejecución (Ley Nº 24.441)

El régimen especial de ejecución de hipotecas establecido en la Ley Nº 24.441 está limitado


únicamente a los casos en que las partes hayan convenido su aplicación, en forma expresa en la
escritura hipotecaria.

También se establece para aquellas hipotecas en las cuales se hayan emitido letras hipotecarias con
las constancias previstas en el art. 45 de la Ley Nº 24.441.

En caso de mora y previa intimación extrajudicial, el acreedor hipotecario tiene expedita la vía de
la ejecución.

De la presentación del acreedor se correrá traslado por cinco días (plazo fatal) al ejecutado para
que la conteste y oponga las excepciones que tuviere.

Verificado el estado del inmueble, el acreedor dispondrá la venta en remate público del inmueble
hipotecado, sin intervención judicial, por intermedio de un escribano y un martillero que el acreedor
designe y en las condiciones de mercado, previa publicación de edictos.

Ejecución prendaria

El Código procesal no prevé el trámite especial para la ejecución prendaria, por lo que debe acudirse
a las disposiciones de las leyes de fondo que contienen normas procesales, que resultan de
aplicación supletoria en todos los supuestos no contemplados por aquélla, el Código Procesal de la
Provincia en la regulación del juicio ejecutivo.

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La legislación de fondo establece un procedimiento sumarísimo, verbal y actuado (art. 26 Decreto
Ley 15.348/46), donde el deudor tiene taxativamente limitadas las defensas que puede oponer.

El Tribunal competente es el juez del lugar del pago o el del lugar de situación de los bienes o el
domicilio del deudor. Todo a opción del acreedor, conforme art. 28 de la citada ley.

El certificado de prenda constituye el título base para intentar la acción ejecutiva para cobrar el crédito
y sus accesorios. Presentada la demanda con el certificado prendario, el juez debe librar
mandamiento de ejecución y embargo. Además, en la primera providencia el Tribunal debe ordenar
el secuestro del bien prendado.

Por último, la sentencia será apelable, sin recurso alguno.

Ejecución extrajudicial

Cuando el acreedor prendario sea el Estado, sus reparticiones autárquicas, un banco, una entidad
financiera autorizada por el Banco Central de la República Argentina o una institución bancaria o
financiera internacional, la ley ha previsto un procedimiento especial de naturaleza extrajudicial (art. 39).

En este caso, ante la presentación del certificado de prenda, el juez ordenará el secuestro de los
bienes y su entrega al acreedor, sin que el deudor pueda promover recurso alguno. El acreedor
procederá a la venta de los objetos prendados conforme el art. 2.229 del C.C. y C. de La Nación,
sin perjuicio que el deudor pueda ejercer en juicio ordinario los derechos que tenga que reclamar
al acreedor.

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Referencias

Decreto/Ley 15.348/46 (1946). Prendas con registro. Poder Ejecutivo Nacional (P.E.N.)

Escuti, H. (1998). Títulos de crédito. Buenos Aires: Ed. Astrea.

Ley N° 8465 (1995). Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba. Senado y Cámara de
Diputados de la provincia de Córdoba.

Ley N° 24.441 (1994). Vivienda y Construcción. Financiamiento y Leasing. Honorable Congreso de la


Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

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