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Grupo 5: Mikel Sainz, César Martínez, Analia Pascual, Álvaro Palencia.

“¿Fue la Revolución Industrial inglesa consecuencia de una acumulación de


eventos que se produjeron al azar?

En este ensayo vamos a intentar resolver la cuestión planteada: “¿Fue la Revolución


Industrial inglesa consecuencia de una acumulación de eventos que se produjeron al
azar?”. El “azar”, según la RAE es una "casualidad o caso fortuito”. Cuando hablamos
de una acumulación de eventos estamos haciendo referencia a una consecución de
hechos. Afirmar que los eventos de la Revolución Industrial (que desde la década de
1780 se produjeron a través de una transformación que dio origen a la moderna
sociedad industrial, la cual consistió en una aceleración de la producción y el aumento
constante de las inversiones, unido a un mayor desarrollo tecnológico que provocó un
crecimiento económico continuo) fueron hechos aleatorios, es altamente improbable.
Así pues, el trabajo estará basado en la hipótesis de que este proceso no se dio al “azar”
sino que fue fruto de una consecución de eventos correlacionados.

Es innegable que algunos hechos tales como su marco geográfico (hay que recordar que
Inglaterra es una isla; hecho fundamental para evitar las invasiones, lo cual no les
eximió de mantener conflictos bélicos) y la disponibilidad de materias primas
fundamentales para el proceso industrializado (tales como el carbón o el hierro)
constituyen los únicos acontecimientos que se dieron completamente al azar. Cierto es
que de estas dos casualidades han podido surgir otros sucesos posteriores, pero para ello
se necesitó un trabajo de fondo e innovaciones realizadas a lo largo de un periodo de
tiempo determinado. Un ejemplo sería la simplicidad que tuvieron para construir una
red nacional de transportes que fuera bastante barata y que facilitara el comercio
interior.

Dejando a un lado los hechos derivados de la aleatoriedad, procederemos a explicar los


acontecimientos que se desarrollaron de manera correlacionada. En primer lugar la
Revolución Gloriosa de 1688 provocó una modificación de las instituciones que
fortalecieron el desarrollo económico a través de la regulación de los derechos de
propiedad; “enclosure acts” (cercamientos). A su vez, este hecho potenció la
Revolución Agrícola, que ya se venía dando a lo largo del siglo. El sector primario fue
cediendo mano de obra a otros sectores, y ésta fue empleada en las fábricas que
empezarían a emerger debido a la disponibilidad de capital, materializada en
inversiones, y a la mentalidad emprendedora de la burguesía; así se generaron los
primeros centros urbanos. Además se incrementó la productividad de la tierra mediante
técnicas de “ensayo y error” que reflejan el afán de la obtención de beneficio y de
innovación de la sociedad.

Según el profesor Robert C.Allen, (catedrático de la universidad de Oxford) Inglaterra,


durante estos siglos, controló el comercio Europeo y construyó una red comercial
intercontinental que incluía a América y las Indias. El crecimiento que empezó a
experimentar la economía británica propulsó un incremento demográfico, a partir del
cual incrementó la necesidad energética. Fue necesario buscar sustitutos a un recurso
natural, la madera, que empezó a escasear y como consecuencia sufrió un drástico
cambio inflacionario. Esta necesidad provocó cambios en la sociedad para adecuarse al
uso del carbón, un recurso que otorgaba energía a un precio muy inferior al que podían
obtener otros países, y así mismo hizo posible la creación de invenciones que no fueron
económicamente viables para otros territorios. (C.Allen)
Grupo 5: Mikel Sainz, César Martínez, Analia Pascual, Álvaro Palencia.

Toda esta labor que se estaba desarrollando vino dada por un proceso de invención y de
difusión de la innovación constante. Destacan desde una perspectiva de mayor
importancia los micro-inventos con los que poco a poco se fue desarrollando una mayor
eficiencia y eficacia de las máquinas que se fueron introduciendo y, los continuos
esfuerzos por ir buscando respuestas a los desafíos planteados por los “cuellos de
botella”. Un ejemplo, el provocado por la “Lanzadera” de John Kay que se intentó
resolver a través de innovaciones en el tejido hilado como la “Spinning Jenny”, la cual
producía hilos débiles que provocaron otro “cuello de botella”, resuelto por otro
invento, y así sucesivamente.

Podemos concluir que hemos refutado la teoría de Crafts (R.I. promovida casi
únicamente por cambios producidos al azar) y que hemos ratificado la teoría de Rostow
(take- off mediante procesos de cambio ocurridos cronológicamente). Podemos por
tanto establecer que, aunque existieron transformaciones nacidas por un factor suerte
(como puede ser la especialización en la industria textil que más tarde iba a poder
mecanizarse), la mayor parte del cambio provino de una serie de acontecimientos
históricos que se enlazaron en un proceso lento y que desembocaron en lo que hoy
conocemos como “Revolución Industrial”.

Referencias bibliográficas consultadas

Cameron, R. (2004), Historia Económica Mundial. Desde el Paleolítico hasta el presente. Alianza,
Madrid.
Douglass C. North y Robert P. Thomas. (1989) El nacimiento del mundo occidental. Una nueva
historia económica (900-1700). Madrid: Siglo XXI.
Harley, C. K. (1993), “Una nueva evaluación macroeconómica de la revolución industrial”, RHE-
JILAEHR, Año nº 11, 2, pp. 259-303. http://hdl.handle.net/10016/1910.
Mokyr, J. (1987), “La revolución Industrial y la Nueva Historia Económica (I)”, RHE-JILAEH, Año nº 5,
Nº 2, 1987, págs. 203-244.
Mokyr, J. (1987), “La Revolución Industrial y la Nueva Historia Económica (y II)”, RHE-JILAEH, Año
nº 5, Nº 3, 1987, págs. 441-482.
Newby, E. (2009), “Introduction to the Why Britain First? debate”, University of Cambridge.
http://www.econ.cam.ac.uk/teach/newby/teaching09/HandoutforLectureII.pdf.
Robert, C.Allen (2009), “Why was the Industrial Revolution British?”. VOX. University of Oxford.
http://www.voxeu.org/index.php?q=node/3570.

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