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Friedrich Hélderlin HIPERION 0 EL EREMITA EN GRECIA Director de coeceén CARLOS GARCIA GUAL ‘© EDITORIAL GREDOS,5. A, 2003 ‘Stoches Pacheco, 85 ~ 28002 Maid ww edtraigredos.com “Tul agin: Hyperion er der Erin Griechenand © tnrodversn,tradvetony nots [MIGUEL SALMERON MIGUEL SALMERON Distho de olsen [MANUEL JANEIRO Depésto Legal M. 475872003 ISBN 6424026035 Impreso en Espa Prise in Spain Sobre papel Hennes de 90 grams GGuifcas Condor, S.A ata Teradas, 12~Polgono Industral Leganes (Mad) Encusdernacién Ramat BIBLIOTECA asa, reno gutios INTRODUCCION Ya se ha convertido en un tSpico el motivo del poeta loco, el que queda estigmatizado por su pacto con la divinidad en una afeccién incurable. Esa afeccién que lo incapacita para la vida co- riente y al mismo tiempo para su vuelo y su experiencia de unién istica, Por eso, Hélderlin no fue un poeta, fue &l mismo tun poema. Asi cumplié con una ley no eserita: el radical compro. miso con la poesta no excluye, si ha menester, cualquier quebranto Personal. No en balde, quien «sin la locura de las musas acude a lis puertas de la poesta, persuadido de que, como por arte, va a ha- cerse un verdadero poeta, lo seré imperfecto, y la obra que sea cx. paz de crear, estando en su sano juicio, quedard eclipsada por la de los inspirados y posesosy'. Al fin y al cabo, es sdlo el destino quien apremia a ciertos in- Alividuos para que concedan afinidad a la naturaleza con lo que de inmortal hay en todo hombre: los arquetipos eternos de todas las cosas, las Ideas, He ahi el peligro: concederle mas importancia de 4a que tiene a la naturaleza, ver signos de inmortalidad donde no los hay, haciendo correr a nuestra raz6n un severo riesgo de oscu- recimiento, Sin embargo, Holderlin, consciente de lo arriscado del ino, tenfa claro que «ese destino nos da derecho 4 ellos?, Si el destino cata como una maldicién y convertia en com. de E. Lledo, Madi, Gredos, 1981), in, Borrador de la version métrca de Hiperine, en Hiperion, Versio nes previs, edicin de A. Ferrer, Madrid, iperin, 1989, pig, 74 F, Holdertin pulsiva la bisqueda de la divinidad, el goce ante el presentimiento de una epifania es una prerrogativa y, ante tal goce, la locura s6lo una anéedota. LA VIDA DE JOHANN HEINRICH FRIEDRICH HOLDERLIN, 1a familia del poeta pertenecia a la Ehrbarkeit de Worttem- berg, que podria traducirse por «La Lealtady 0 «Los Leales» y defi nirse como Ia alta burguesa fel al Duque. El inveterado pacto entre el Ducado y sus Leales, que data del Acuerdo de Tubinga de 1514, avo como consecuencia el com- promiso de proteccién por el estamento nobiliario a cambio de la obediencia de esta minorfa selecta, Los Leales, en reciprocidad al acceso privilegiado a una solida formacion académica que les ase- guraba el desempento de los principales puestos del funcionariada y la Iglesia, sustentaban la autoridad del soberano, Johanna Christina, de soltera Heyn, hija de un pastor protes- tante, se cas6 con Heinrich Friedrich Hélderlin, administrador de las tiertas del monasterio de Lauffen, donde nacié el poeta el 20 de marzo de 1770, Una apoplejia acabé con la vida del administrador dos aftos después y su vinda contrajo de nuevo matrimonio. Por aquella época, su segundo esposo, Johann Christoph Gok, era con cejal de Nartingen, otra localidad suaba de la que lleg6 a ser alcal de en 1776, Desafortunadamente, Gok muri6 en 1779 de una pul- monia contraida a raiz de unas labores de salvamento durante una mn, Johanna Christina no volvi6 a unirse a ningun hombre de entonces vivié del préstamo de dinero de su capital liar, Holderlin, para quien la muerte de su padrastro supuso un trauma, fue adquiriendo una personalidad muy dependiente y ‘muy ligada a su madre. Introduccion 5 Uno de los destinos habituales de los vistagos de la Lealtad era la carrera eclesiéstica, que por aquel entonces se comenzaba es- tudiando en las Klosterschulen, o escuelas monacales, y se culmins- ba en el Stift,o Seminario Superior, de Tubinga. La viuda de Gok, de fuertes convicciones pietistas?, sofiaba para su hijo una vida respetable en una parroquia suaba y una boda con una muchacha virtuosa. Atal efecto Holden ingres6 en las escuelas de Decken- dorf, donde estudio de 1784 a 1786, y Maulbro necid desde entonces a 1788. En esta segunda inst beral que la anterior, el joven empez6 a mostrar un interés por la poesia que le hace dudar de su vocacion. De ah que pidiera a su ‘madre interrumpir sus estudios y comenzar los de Derecho. Su es pperanza era que éstos le proporcionaran un contacto vivo con el ‘mundo que enriqueciera su experiencia y ampliara su pensamien- to, La madre se mostré renuente y en 1788 queda matriculado en 1 Seminario Superior de Tubinga Alli el joven coincidid, entre otros, con Friedrich Wilhelm Jo- sef Schelling y Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Los tres amigos formaron una sociedad postica, leyeron febrilmente a Spinoza, a Kant y a Jacobi y plantaron el arbol de la libertad mirando a Occi- dente, mirando a Francia, donde una revolucién sin precedentes estaba en marcha. El duque Ulrich von Wairttemberg, preocupado por que se infrara el pensamiento revolucionario en la institu- ion mas prestigiosa, que estaba bajo su jurisdiccién, empez6 a ejetcer sobre la misma un control estrecho, manifestado en visitas constantes y en la vigilancia del profesorado*, 9 plctismo es una coment interiors recidla, por el acento que ponia en el di | ordenancismo de las autoridades ed ranciay alos eudqueros en el mundo anglosajn. 4 Se cuenta que, en una de sus visitas, el Duque lanz6 por la ventana ‘con que fumaban dos estudiancs, mostrando la indignacin y el que le produjo tal desacato ala autor. 10 F. Holderl De todas formas, no habia para tanto: la libertad sélo fue de comercio, la igualdad ante la ley results anulada por las subsisten- tes desigualdades econémicas y la fraternidad siguié siendo un en- gaiio para incautos y una esperanza de ilusos. ¥ he aqui la segunda gran decepcién de Holdetlin. A Holderlin s6lo se le abria una posibilidad de restatiar la he- rida causada por la frustracion de sus ideales colectivos: retornar a sus suefios de grandeza individual. {Como intentar su realizacion? La futura vida de pastor le iba a asegurar tranquilidad, posicién y buen casamiento. Pero el temor 4 la posible mezquindad y al provincianismo le hicieron retroce- der. Hélderlin rompié su compromiso con su prometida Luise Nast y después de obtener su licenciatura decidis buscar nuevos horizontes: 'No era tan fécil, Los licenciados en Teologia tenfan la obliga-

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