Está en la página 1de 2

La constitución de un plan de autoprotección tiene por objeto minimizar al máximo los

riesgos de este tipo de celebraciones dotándolas del mayor nivel de seguridad posible.
Se realizan mediante la planificación y coordinación de los servicios públicos que
afrontan la emergencia, acortando los tiempos de respuesta al conocer, desde el
principio, los organismos que han de intervenir y la responsabilidad de las acciones que
ejecutan.

3 de julio de 2013

Castilla y León | Delegación Territorial de Palencia

El delegado territorial de la Junta, Luis-Domingo González, y los jefes de las secciones


de Protección Civil y de Interior de la Delegación Territorial de la Junta, Juan Carlos
Pérez y Heliodoro García, se han reunido con los alcaldes de los ayuntamientos de
Dueñas, Torquemada, Villarramiel y Paredes de Nava para darles a conocer y establecer
un plan de autoprotección del encierro de reses bravas. Se trata de un protocolo de
actuación que indicará còmo actuar en cualquier percance que pueda ocurrir durante la
celebración de encierros de reses por circuito urbano y a campo abierto.

Estos espectáculos festivos que se organizan en estos cuatro ayuntamientos, con fuerte
tradición y capacidad de convocatoria, contienen aspectos importantes de alteración de
la convivencia social en el normal funcionamiento de sus procesos que año tras año
requieren ser perfeccionados en correspondencia con la amplia experiencia que imponen
las situaciones de riesgo generadas.

Los planes de protección civil abarcan un amplio abanico competencial desde el ámbito
privado, mediante los planes de autoprotección, hasta el ámbito público a través de los
planes territoriales de protección civil y los planes especiales.

El Real Decreto por el que se aprueba la norma básica de autoprotección deja abierta la
posibilidad de que las administraciones públicas competentes puedan exigir la
elaboración e implantación de planes de autoprotección a los titulares de actividades
cuando presenten un especial riesgo o vulnerabilidad.
Por otra parte la Ley 4/2007 de Protección Ciudadana determina que los organizadores
de las actividades susceptibles de causar riesgos son los responsables de la prevención y
control de estos y de los daños que pudieran causar, haciéndoles responsables de
elaborar, mantener e implantar un plen de autoprotección acorde con sus riesgos y
actividades.

Los planes de protección civil son un instrumento esencial que permite hacer frente a las
situaciones de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública. Esta respuesta a situaciones
de riesgo se realiza básicamente de dos formas distintas. La primera de ellas, mediante
el estudio de los riesgos y la prevención de los mismos. La segunda, mediante la
respuesta a estos riesgos cuando se producen.

El objetivo de estos planes es minimizar al máximo los riesgos que imponen este tipo de
celebraciones dotándolas del mayor nivel de seguridad posible.

Esta respuesta se realiza mediante la planificación de los esquemas de coordinación de


los distintos servicios públicos que ha de afrontar la emergencia. Estos esquemas de
coordinación permiten acortar enormemente los tiempos de respuesta ya que desde el
principio se conoce a los organismos que han de intervenir y la responsabilidad de las
acciones que se ejecuten.

Se deberá garantizar la seguridad ciudadana frente a los riesgos que para las personas o
sus bienes se puedan derivar de:
- La ubicación del evento.
- Las condiciones meteorológicas.
- El número de participantes y asistentes.
- El bloqueo de tráfico rodado.
- La invasión de las reses bravas fuera de los espacios previstos.
- El comportamiento de los participantes en el evento.
- El cierre de vías de comunicación.

Se dispondrá de una vía de evacuación perimetral a la zona de actuación, que estará en


todo momento libre y controlada para que pueda ser utilizada por vehículos de
emergencia. Además se contará con los medios sanitarios y de emergencias suficientes
en función del número de participantes y se garantizará la seguridad del público y la
vigilancia del buen orden en el desarrollo de la actividad. Para ello se deberá supervisar
y certificar el correcto montaje y seguridad de todas las instalaciones: talanqueras,
“atajes”, graderíos, protecciones…

Deberá mantenerse abierto un proceso de evaluación y reevaluación de todos los


imprevistos imaginables para incluirlos en el catálogo de riesgos a contemplar en el plan
de autoprotección y se adoptarán las medidas correctoras que afronten los posibles
riesgos.

Se establecerá un programa de formación del personal con competencias en el plan de


autoprotección, tanto a los responsables de su dirección como a los componentes de los
servicios de intervención previstos (sanitarios, orden público, logística).

También podría gustarte