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“LA COSA”

DERECHO DE CONTRATOS I

Profesor : Dr. Walter Felipe SILVA MURGA


Alumno : GUERRA MARINA, Giancarlo
Carrera : Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
Ciclo : IX – ESPEL – 2019

Lima, Setiembre del 2019


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Este trabajo va dedicado a nuestros padres, por brindarnos su

apoyo incondicional día a día y al docente por educarnos con

esfuerzo y entusiasmo, para lograr nuestros objetivos y

agradecerle por su dedicación.

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ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN 3
II. MARCO TÉORICO 4
2.1 DEFINICIÓN DE COSA 5
2.2 COSA EN EL DERECHO ROMANO 6
2.3 COSA EN DERECHO 9
2.4 LA REGULACIÓN DE LAS COSAS POR EL DERECHO 9
2.5 CLASIFICACIÓN DE COSA EN DERECHO 10
2.6 COSA Y BIEN – DIFERENCIAS CONCEPTUALES 13
2.7 COSA COMO OBJETO DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA 20
III. CONCLUSIONES 22
IV. RECOMENDACIONES 23
V. BIBLIOGRAFIA 24

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I. INTRODUCCIÓN

En la presente monografía se tocará el tema de DERECHO DE


CONTRATOS I, relacionado a “LA COSA”.
Como objetivo general trasmitir en forma práctica y sencilla los
conocimientos básicos referentes al concepto de “COSA”, la COSA EN EL
DERECHO ROMANO y la COSA EN DERECHO.
En cuanto al objetivo específico es conocer la regulación de las cosas por
el derecho, la clasificación de cosa en derecho, la cosa y bien – diferencias
conceptuales y la cosa como objeto del contrato de compraventa,
estimulando a los compañeros de estudios su entendimiento y pueda
propiciar (como se dará en el transcurso de los temas expuestos) una
cultura de investigación con relevancia jurídica.

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II. MARCO TÉORICO

DERECHO DE CONTRATOS

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2.1 DEFINICIÓN DE “COSA”

Existen conceptos que se utilizan con mucha frecuencia y son de fácil


entendimiento, aunque su definición no resulta tan sencilla. Un ejemplo de
este tipo de términos es cosa, que tiene su origen etimológico en la lengua
latina.
La primera definición que menciona el diccionario de la Real Academia
Española (RAE) alude a aquello que tiene entidad, sin importar si se
trata de algo artificial, natural, abstracto o concreto.
Por lo general, de todos modos, la idea de cosa alude a algo inanimado,
carente de vida. Los objetos, en este sentido, son cosas: los muebles, los
automóviles, los aparatos electrónicos, las casas, etc. Por el contrario, las
personas, los animales, las plantas y el resto de los seres vivos no lo son.
Si bien por definición no debemos incluir a los seres vivos en el conjunto de
las cosas, sí es posible calificar a alguien de este modo para expresar
desagrado con respecto a su forma de ser o a su aspecto físico. Esto se
usa en el habla cotidiana, en conversaciones o discusiones informales, y se
considera un insulto: «¿Qué hace esta cosa aquí?! ¡Dile que se vaya
inmediatamente!», «No puedo creer que me hayas dejado para salir con
esa cosa».
También se llama cosa a una cuestión o un asunto. Por ejemplo: “No
voy a poder ir a jugar al fútbol esta noche, tengo que resolver algunas
cosas en mi casa”, “Estoy con muchas cosas de trabajo, te llamaré luego”,
“Hay una cosa que me preocupa y que me gustaría hablar contigo”.
En el ámbito del derecho, una cosa es un objeto de una relación
jurídica cuyo sujeto son una o más personas. Las obligaciones, los
derechos y los bienes son cosas a nivel jurídico.
Un hombre puede ser titular del derecho de propiedad de una cosa, como
una motocicleta o un departamento (apartamento). Se puede distinguir
entre cosas muebles, cosas inmuebles, cosas comerciables, cosas no
comerciables, cosas fungibles y cosas no fungibles, entre otros tipos.

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2.2 “ COSA” EN EL DERECHO ROMANO

El vocablo «cosa» se usa para indicar todo aquello que tenga una
existencia en la naturaleza y se diferencia de la expresión «bien», que
puede ser cualquier cosa que proporcione alguna clase de utilidad al
hombre y sea susceptible de apreciación económica. Por ejemplo, las rocas
en medio del océano son cosas, más no bienes.
Los juristas romanos se referían a ella con la nomenclatura res, limitada al
objeto material (corpus), en oposición a los actos del hombre. Denota una
cosa corporal, físicamente delimitada y jurídicamente independiente.
En las fuentes romanas se encuentra la clásica división de las cosas en res
intra patrimonium y en res extra patrimonium, según sean bienes
económicos de los particulares o no.
Otra clasificación más comprensiva y precisa, clasifica las cosas en res in
commercio y res extra commercium. Y además denomina res nullius a las
cosas in commercio que no son propiedad de nadie y res delictæ a aquéllas
cuya propiedad ha renunciado el dueño por abandono.

 RES EXTRA COMMERCIUM


Aquí se cuentan las cosas que no son susceptibles de relaciones jurídico-
patrimoniales por prescripción de la norma divina o por disposición de la
ley, de donde surge la división de las cosas:
 Res divini iuris: sacræ, religiosæ, sanctæ. Las res divini iuris son las
cosas de derecho divino. Entre ellas se encontraban las cosas sagradas
(res sacræ), consagradas a los dioses superiores y puestas bajo su
autoridad como los templos; las cosas religiosas (religiosæ)
consagradas a los dioses inferiores, como los sepulcros; y, las cosas
santas (sanctæ), como los muros y puertas de la ciudad.

 Res humani iuris: communes, publicæ, universitates, Private o


Singulorum. Las res humani iuris eran las cosas del derecho humano.
Entre las cosas excluidas del comercio se encontraban las cosas
comunes (res communes omnium) como el aire, el agua; las cosas
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públicas (res publicæ) como las cosas del pueblo entre las que se
pueden mencionar el río y sus orillas, los puertos; y las res universitates,
que eran las cosas que integraban el patrimonio de una comunidad y
que estaban afectadas al uso de sus miembros, como los teatros, los
foros, los baños públicos, etc. Y las Res privatse o singulorum. Son las
cosas que la persona particular puede hacer entrar a su patrimonio y
que los jurisconsultos y sobre todo los comentaristas del Derecho
Romano han subdividido en muchos miembros: res mancipi y res nec
mancipi, res corporales y res incorporales, cosas muebles y cosas
inmuebles, etcétera.

 RES INTRA COMMERCIUM


 Res mancipi y Res nec mancipi: Conocidas desde la época de la Ley
de las XII Tablas. Eran mancipi las cosas cuya propiedad se transmitía
por el derecho civil formal y solemne mediante la mancipatio, o mediante
la in iure cessio. Eran cosas mancipables las de mayor valor en la
primitiva economía agrícola, como los fundos o las heredades y las
cosas situadas en el suelo de Italia, como el acueducto, los esclavos y
los animales de carga. Todas las demás cosas se agrupaban en las res
nec mancipi. Esta clasificación fue abolida en el derecho imperial con el
Emperador Justiniano I.
 Cosas corporales e incorporales: Las fuentes romanas distinguían
este tipo de clasificación,45 que habría obedecido a la influencia de la
filosofía helénica sobre el derecho romano. Las primeras eran aquellas
cuya materialidad es percibida por los sentidos, es decir, las cosas
tangibles, como un fundo, un esclavo. Las cosas incorporales eran las
que son producto de una abstracción, como un crédito, el derecho de
propiedad, etc.
 Cosas muebles e inmuebles: Aparece tras la desaparición de la
clasificación en res mancipi y res nec mancipi. Son muebles (res
mobiles) las cosas inanimadas que pueden trasladarse de un lugar a
otro por una fuerza exterior, sin ser deterioradas. Son inmuebles, las que
físicamente es imposible que cambien de lugar, como los fundos o
predios.
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 Cosas consumibles y no consumibles: Se distinguió además entre las


cosas consumibles, es decir, aquellas cuyo uso o destino normal las
destruye física o económicamente, como los alimentos y el dinero, de las
cosas no consumibles, que son las susceptibles de su uso repetido sin
que provoque otra consecuencia que su mayor o menor desgaste.
 Cosas fungibles y no fungibles: Las cosas fungibles son aquellas que
pueden sustituirse por otras de la misma categoría, tomándose en
cantidad, por peso, número o medida como lo son el vino, el trigo, el
dinero. Son no fungibles las que tienen su propia individualidad y no
admiten la sustitución por otra como una obra de arte, un esclavo o un
fundo.
 Cosas divisibles e indivisibles: Un objeto es físicamente divisible
cuando, sin ser destruido enteramente, puede ser fraccionado en
porciones reales cada una de las cuales, después de la división, forma
un todo particular e independiente, que conserva en proporción la
utilidad de la cosa originaria. Ejemplo de ello es un fundo. Es indivisible,
en cambio, el que no admite partición sin sufrir daño o menoscabo, o
como dicen las fuentes, sin que la cosa perezca.6 Ejemplo de este
último son los animales o una pintura.
 Cosas simples y cosas compuestas: Las cosas que constituían un
solo todo, una unidad orgánica e independiente eran cosas simples,
como un esclavo, una viga o una piedra. Cosas compuestas eran las
que resultaban de la suma o agrupamiento de cosas simples. Estas se
subdividían en materiales como las naves o los edificios e inmateriales
como los rebaños o una biblioteca.
 Cosas principales y cosas accesorias: Principales eran las que cuya
existencia y naturaleza están determinadas por sí solas, sirviendo a las
necesidades del hombre; y las accesorias, las que estaban
subordinadas o dependían de otra cosa principal como el marco con
respecto a un cuadro o la piedra preciosa en relación al anillo.
 Cosas fructíferas y no fructíferas: Dentro de las cosas fructíferas se
comprenden aquellas que dan con carácter de periódico cierto producto
o frutos, que conviene separarlo. Son no fructíferas las que no tienen

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esa cualidad. Ejemplo de fructíferas son la leña de los bosques, las


frutas de los árboles, la leche, como así también las rentas, los
alquileres, etc.

2.3 “COSA” EN DERECHO.

Cosa, en derecho privado, corresponde al objeto de la relación jurídica, que


puede ser un bien, un derecho o incluso una obligación, en la que además
intervendrán personas, siendo éstas los sujetos de tal relación.
Sobre las cosas recaen los distintos derechos reales (como, por ejemplo, la
propiedad) sobre los que son titulares las personas. Además, la cosa puede
ser objeto de posesión, siendo éste un hecho fáctico de gran importancia
jurídica.
La cosa en sentido jurídico es aquello que puede satisfacer necesidades
vitales del hombre por lo que se denomina jurídicamente bien. En este
sentido la cosa constituye tanto el presupuesto como el objeto de
determinados derechos y deberes u obligaciones del hombre. De este
modo distinguimos entre persona, como sujeto de derechos y
deberes, y cosa, como objeto de los mismos. El intercambio de cosas
entre las personas tiene lugar en el tráfico jurídico y es regulado por el
Derecho.

2.4 LA REGULACIÓN DE LAS COSAS POR EL DERECHO.

El Derecho, en su tarea de ordenar y perfeccionar un sector de la vida


social tiene, como una de sus misiones fundamentales la ordenación y
regulación del status y condición de las personas y las cosas, así como de
los instrumentos y medios necesarios para el cumplimiento de sus fines y
funciones.
En relación con las cosas, el Derecho se ocupa, por lo que aquí más nos
interesa, de la regulación de su intercambio (commercium) y de la
clasificación de las cosas de acuerdo con su naturaleza y función.

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 El Derecho regula el intercambio de cosas mediante normas


negociables y contractuales.
Función primaria del Derecho es la de regular el intercambio de bienes
(commercium), indispensable para satisfacer las necesidades humanas
dentro del orden social.
Dicho comercio o intercambio de bienes lo regula el Derecho básicamente,
en función de las exigencias de la justicia conmutativa. Ésta, desde su
formulación clásica por Aristóteles, viene siendo entendida como la clase o
especie de justicia que regula los intercambios, voluntarios o forzosos, que
tienen lugar en la vida social. Dicha especie de justicia toma en
consideración fundamentalmente, no a las personas que protagonizan los
cambios, sino a las cosas o bienes que se intercambian, buscando que
entre las mismas exista igualdad o equivalencia aritmética. Su objetivo es
procurar que en las relaciones de cambio se dé siempre una igualdad (la
igualdad, como nota esencial de la justicia, es siempre el criterio o medida
de lo justo) de tipo aritmético, que impida el enriquecimiento injusto de
alguna de las partes que intervienen en el cambio, en perjuicio de la otra.

 El Derecho regula la clasificación de las cosas mediante “normas de


cualificación”.
Parte de la tarea ordenadora del Derecho consiste en la clasificación de las
cosas, asignándole un status y condición, mediante normas de
cualificación. En esa clasificación de las cosas el Derecho tiene en cuenta
lógicamente, notas y criterios jurídicamente relevantes para la vida y el
tráfico jurídicos.

2.5 CLASIFICACIÓN DE “COSA” EN DERECHO.

 Según su movilidad:
 Muebles: si se puede mover o trasladar de un lado a otro. Se clasifican
en cosas semovientes e inanimadas:
- Cosas semovientes: Que pueden trasladarse por sí mismas,
como los animales.

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- Cosas inanimadas: que solo se mueven impulsadas por una


fuerza externa, como las herramientas o los vehículos.
 Inmuebles: que no se pueden mover, como una casa, un terreno, un
departamento o una finca.

 Según su naturaleza física:


 Corporales: las que pueden percibirse por los sentidos y tienen una
existencia concreta en la naturaleza, como una casa o un libro.
 Incorporales: no se puede tocar y solo pueden percibirse con el
entendimiento, como los derechos subjetivos y sus acciones.

 Según su independencia:
 Principales: que existen y subsisten por sí mismas, por ejemplo una
hacienda, el derecho de dominio, un lote de terreno será principal frente
la edificación que será accesoria.
 Accesorias: que solo cobran sentido acompañadas de una cosa
principal, como el control remoto de un televisor, las cuerdas de una
guitarra o un tractor en la hacienda antes citada, la prenda, la hipoteca,
las servidumbres, la fianza.

 Según su utilización:
 Consumibles: que se extinguen con su primer uso, o que desaparecen
del patrimonio luego de utilizarlas, como el dinero o las bebidas.
 No consumibles: aquellas que no se agotan con su primer uso, como
los bienes raíces, los libros o el vestuario.

 Según su divisibilidad:
 Divisibilidad Material: que aun separándose en partes sigue
manteniendo su valor económico, como el trigo, un rollo de tela.
 Divisibilidad Intelectual: es la que admite una división imaginaria
aunque en forma material no admita fraccionamiento, si Juan y Pedro
adquieren una ternera, cada uno tiene una cuota ideal por mitad, cuota
no determinable físicamente.

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 Indivisibles: que pierden su valor si se dividen, como un diamante, una


mesa o un vehículo.

 Según su capacidad comercial:


 Comerciables: son aquellas cosas que se pueden comprar y vender,
pues su enajenación no está prohibida, como los muebles de un hogar.
 No comerciables: son aquellas que por disposición de la ley no pueden
ser objeto de relaciones jurídicas privadas, por ende no pueden ser
enajenadas, traspasadas o cedidas y no son susceptibles de apropiación
particular, como una plaza pública, un lago o un bien embargado.

 Según entidad requerida en el tráfico:


Artículo principal: Bien fungible
 Fungibles: son aquellas cosas que pueden ser sustituidas entre sí, pues
están definidas solo en función del género al cual pertenecen. Para los
romanos las cosas fungibles eran determinadas por su peso, número, o
medida, y de allí proviene su denominación in genere, como por ejemplo
el trigo, el vino o el dinero.
 No fungibles: se caracterizan por la imposibilidad de ser sustituidas, ya
que se determinan por sus cualidades intrínsecas a su esencia misma
que los hacen únicos. Por ejemplo, el caballo Filibustero de Juan Pérez,
no puede ser sustituido por otro similar, o el cuadro La Gioconda de da
Vinci, que es único, por lo que tampoco puede ser sustituido por otro.

 Según su apropiabilidad:
 Apropiables: que pueden estar a nombre de una persona en particular,
como los muebles de un hogar o un libro.
 Inapropiables: que son comunes para toda la humanidad y, por ende,
no pueden pertenecer a nadie en particular, como el aire, el océano.

 Según su existencia:
 Presentes: que existen al momento de ser objeto de una declaración de
voluntad, como una finca.

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 Futuras: aquellas que no existen en la actualidad, pero pueden llegar a


existir según el curso normal de los acontecimientos, como la cosecha
del año que viene, o los bienes que deje el causante al fallecer.

2.6 “COSA” Y “BIEN” - DIFERENCIAS CONCEPTUALES

Bien y cosa, no son palabras o entelequias vacías. De hecho sus primeras


y profundas definiciones se dieron en el terreno filosófico. Introducidas en el
campo de los derechos reales, tuvieron una aparición diferenciada.
Cosa de hecho es una expresión que sucede a la antigua y compleja
concepción romana de res, positivizada históricamente en las
codificaciones justineaneas y que se traslada a los códigos europeos del
siglo XIX. La cosa decimonónica es el objeto de los derechos reales, la
sustancia de las facultades de disposición; en el campo contractual la
futuridad y ajenidad del objeto de una prestación, se traslada a los
conceptos cosa ajena y cosa futura.
Bien en cambio, es una creación posterior, que guarda relación con la
evolución de la dinámica de los negocios y del comercio, y con el
nacimiento de nuevos tipos de bienes intangibles, cuya determinación o
clasificación a la luz de antiguas concepciones resultaba difícil. El concepto
de bien surge acompañado entonces por una abstracción mayor, como
respuesta propia de las ciencias jurídicas ante una situación que mutaba la
realidad.
En el Perú, hablar de cosas y no de bienes fue prácticamente la normalidad
durante el siglo XIX tanto para la legislación, como para la doctrina y
jurisprudencia. Así, en el Código Civil de 1852, los Derechos Reales
recibían el nombre de “Derechos sobre Cosas”. El cambio vino recién
con el Código de 1936 cuando se utiliza por primera vez en el sistema
jurídico peruano el término bien al referirse al objeto del derecho real.

 CRITERIOS DE DIFERENCIACIÓN
El profesor GONZALES BARRON hace mención a que efectivamente los
términos bien y cosa suelen ser confusos tanto en la doctrina como en

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diversas legislaciones extranjeras. Por esta razón el autor reúne las teorías
sobre estos conceptos en dos grupos:

1. Las que consideran que la palabra bienes hace referencia a todas


las entidades corporales o incorporales susceptibles de ser objeto
de derechos reales, mientras que cosa sería exclusivamente las
entidades corporales. De esta forma tenemos como género al
término bien y como especie al término cosa.

Esta distinción es la preponderante en la doctrina nacional, desde el


maestro Jorge Eugenio Castañeda, bajo el análisis del Código de 1936 y
tratadistas contemporáneos como VASQUEZ RIOS, quien defiende esta
postura de forma terminante: “Las cosas para el entender jurídico, son
solamente los bienes corporales; tal como lo expresa el Código Civil Alemán
en su artículo 90°.“Cosas en el sentido de la Ley, son solamente los objetos
corporales. En nuestro Código, a diferencia del Código promulgado en
1936, se omite utilizar el término “cosa” para evitar ambigüedades.”
AVENDAÑO ARANA, con un poco más de claridad, comparte también esta
postura: “Los bienes son el objeto de los derechos reales. Bien es toda
entidad, material o inmaterial, que es tomada en consideración por la
ley, en cuanto constituye o puede constituir objeto de relaciones
jurídicas. Los bienes se distinguen de las cosas. Las cosas, en términos
jurídicos, son los objetos materiales de valor económico que son
susceptibles de ser apropiados, transferidos en el mercado y
utilizados por las personas con la finalidad de satisfacer necesidades.
El concepto de bien es más amplio; comprende a las cosas (bienes
corporales) y a los derechos (bienes inmateriales). Este es el sentido de
bien que utiliza el Código Civil.”
La relación de la cosa con lo físico o concreto, viene del derecho romano,
en el que el concepto de cosa estuvo relacionado inicialmente con lo
material, lo perceptible por los sentidos, aquello que era parte integrante del
mundo visible. Los sentidos comprobaban la noción de cosa, siendo la
razón del nacimiento de las res corporales. El desarrollo y la evolución de

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los conceptos jurídicos determinaron la necesidad de ampliar la idea de


cosa a las res incorporales, aquellas perceptibles con el entendimiento.
A este respecto cabe precisar que etimológicamente el término cosa
proviene del vocablo ‘causa’, asumiendo posteriormente el significado de la
voz res, palabra ésta tomada por los romanos de la expresión sánscrita rah
que con carácter sustantivo denota: ‘bien’, ‘posesión’, y otras acepciones La
noción romana era mucho más amplia y comprendía no solo las
denominadas res communis (cosa común a todos no susceptible de
apropiación), sino a las que denominaban cosas ‘incorporales’, entre las
que comprendían especialmente a los derechos, sobre cosa ajena (jura in
re aliena).
El derecho romano tradicional no incluía la división en cosas corporales e
incorporales. Hablar de cosas corporales era una verdadera tautología. La
incorporación de esta división se debe a Gayo y fue recogida por el derecho
justineaneo. La noción de corporeidad y la de valor, estaban presentes en la
concepción de las cosas, en la etapa clásica del derecho romano, como
objeto de los derechos reales, lo que ha llevado a decir al reconocido
romanista BONFANTE: ‘Cosa (res) en sentido concreto y específico, o sea
en relación con los derechos reales, es una parte limitada del mundo
exterior, que en la conciencia social está aislada y concebida como una
entidad económica independiente’.

2. Un segundo grupo de teorías sostiene que cosa es en sí una


entidad extrajurídica, incluyendo aquellas entidades que no pueden
ser objeto de propiedad como la luz, el aire y el mar. Pero cuando la
cosa llega a ser apropiable se individualiza y pasa a tener utilidad
económica, momento en que se convierte en bien, objeto de los
derechos reales. Por tanto, cosa sería una entidad natural y bien un
concepto jurídico.

Esta posición la encontramos normalmente en la doctrina extranjera. Así,


VELÁSQUEZ JARAMILLO sostiene que el término cosa, desde el punto de
vista ontológico, tiene dos significados.

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a) En sentido general: Es todo lo que existe en la naturaleza con excepción


del hombre. Es todo ser corpóreo o incorpóreo, apropiable o
inapropiable por el hombre, perceptible o no por los sentidos, ocupe o no
un espacio físico en la naturaleza, real o artificial en su existencia.
Ejemplo de cosa lo constituyen: las ondas eléctricas, el ambiente, el
sonido, el alta mar, la energía solar, los derechos reales y personales,
una silla, una máquina, son cosas en sentido general.
b) En sentido particular: Es todo aquello susceptible de apropiación por el
hombre.
Bajo este concepto, el sonido es cosa en sentido general, mas no en el
particular, puesto que no es susceptible de apropiación. Una máquina es
cosa en sentido restringido. El concepto de cosa para los romanos estuvo
fundado en la idea de utilidad que prestara a los seres humanos. Lo inútil no
podía ser cosa.
Por otro lado, bien es la cosa que está dentro del patrimonio de un sujeto de
derechos, y que además tiene características pecuniarias o económicas.
Son dos los requisitos de este concepto:
a) Que la cosa esté dentro del patrimonio de una persona: La res nullius o
cosa de nadie, los fenómenos difusos en la naturaleza, no son bienes.
b) Que la cosa sea susceptible de evaluación económica o pecuniaria: Los
derechos políticos, el derecho de asociación, la libertad de expresión, el
derecho a la vida, la patria potestad, etc., no son valorables
económicamente, no hacen parte del patrimonio civil; no son bienes. Ello
no quiere decir que los derechos extra patrimoniales no sean cosas
jurídicamente protegidas; lo que ocurre en el fondo es que su origen y
los mecanismos propios de protección son distintos de los establecidos
para los derechos reales y personales. Por ejemplo: el derecho
constitucional al debido proceso no es un derecho real o personal. Si un
sujeto le pone precio a su vida o a su libertad, el producto de ese acto no
encuadra dentro de su patrimonio.
El nivel de abstracción sobre estos conceptos llega incluso a posiciones
como la que manifiesta DUCCI CLARO, quien sostiene que la distinción
puede tener utilidad si apreciamos la expresión cosa como una entidad
objetiva y el término bien como un derecho subjetivo ejercido sobre la cosa.
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Sobre una misma cosa pueden ejercerse simultáneamente una pluralidad


de derechos: dominio y usufructo, por ejemplo, sobre un mismo fundo.
Tendríamos en este caso un mismo objeto, el fundo, pero dos bienes, la
utilidad de los respectivos derechos.
MUSTO nos dice siguiendo al tratadista brasileño FREITAS que las cosas
son corporales siempre, aunque el objeto del derecho pueda ser corporal o
incorporal. Lo que sucede es que, en cierto modo, al hablar del dominio se
lo confunde con la cosa que es su objeto. Pero el derecho, en sí, es siempre
incorporal, se trate del dominio o de un derecho sobre cosa ajena, o de un
derecho crediticio. El habla vulgar contribuye a la confusión ya que, por
abreviar, no decimos ‘la finca de mi propiedad’ sino ‘mi finca’ con lo que, en
cierto modo, objetivamos nuestra confusión.
Este tratadista argentino realiza un análisis comparado sobre el concepto de
cosa, precisando que en el derecho francés la terminología también es
confusa ya que la palabra cosa, se acerca en su significación jurídica a la
noción vulgar, amplia, mientras que la palabra bienes se utiliza para
designar, dentro de esa amplia noción de cosas todas aquellas capaces de
procurar a una persona una ventaja propia y exclusiva, y que caen bajo su
propiedad.
Mientras tanto, en el derecho alemán, tal como antes mencionamos, el
término cosas está reservado a las corporales y tangibles. La terminología
del código francés, sin embargo, ha influido en numerosos códigos que
siguen su corriente y que llevan a clasificar, por ejemplo, los derechos o
bienes en muebles e inmuebles, cuando tales categorías solo pueden
referirse a las cosas.
Y es que no todos los derechos tiene como objeto cosas como una teoría
extremadamente realista puede proponer, ya que desde esa perspectiva no
habría otro objeto de los derechos más que las cosas ya que –la utilidad del
sujeto siempre se resuelve, en definitiva, en el derecho sobre una cosa.
Esta posición no es admisible ya que objeto del derecho es múltiple y
reducirlo a las cosas es limitar su ámbito a lo económico y restringir su
contenido ético social. Incluso en el campo de los derechos patrimoniales
existen prestaciones, que son objeto de derechos, que no tienen un sustrato
material o corporal.
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En Argentina, el término cosa es utilizado para referirse a los objetos


materiales susceptibles de tener valor y, bienes son las cosas más los
objetos inmateriales. Vélez Sársfield, al comentar el artículo 2311 del
Código Civil de este país dice:
“La palabra cosas, en la flexibilidad indefinida de sus acepciones,
comprende en verdad todo lo que existe; no sólo los objetos que pueden
ser la propiedad del hombre, sino todo lo que en la naturaleza escapa a
esta apropiación exclusiva: el mar, el aire, el sol, etc. Mas, como objeto
de los derechos privados, debemos limitar la extensión de esta palabra a
lo que puede tener un valor entre los bienes de los particulares. Así,
todos los bienes son cosas, pero no todas las cosas son bienes. La cosa
es el género el bien es una especie”.
Finalmente, BIONDI nos muestra una predilección por el uso del concepto
cosa sin referirse al término bien. En efecto el maestro italiano sostiene:
“Desde el punto de vista jurídico positivo, cosa es cualquier entidad,
material o inmaterial, que sea jurídicamente relevante, esto es, que sea
tomada en consideración por la ley, en cuanto constituye o puede
constituir objeto de relaciones jurídicas. Cosa es la referencia objetiva
del derecho subjetivo.”
Esto debe asumirse con cuidado pues objeto del derecho y cosa no son
categorías que coincidan, tenemos entidades que constituyen objeto de
derecho sin ser en modo alguno consideradas como cosas.
Además, debe considerarse que hoy algunos objetos, precisamente porque
actualmente no son susceptibles de procurar utilidad, son completamente
indiferentes para el Derecho; por consiguiente no son jurídicamente cosas.
Pero no podemos excluir a priori que tales entidades más adelante puedan
ser atraídas a la órbita del Derecho y, por tanto, devenir en cosas
jurídicamente relevantes.
BIONDI incluso define características de la noción de cosa que han sido
asimiladas en el derecho peruano al concepto de bien, tales como:
a) Extrañeza al sujeto: Esto es, contraposición al hombre como sujeto de
relaciones jurídicas.
b) Relevancia jurídica. Esto significa posibilidad de constituir objeto de
relaciones jurídicas: en general no es cosa todo aquello que permanece
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extraño e indiferente al ordenamiento jurídico. No es necesario que sea


material; basta con que sea simplemente nominal; puede darse, por
tanto, por situación, categoría, calidad, cantidad, signos particulares,
función económico-social, etc.
c) La noción jurídica de cosa es independiente de la de actual pertenencia
o sujeción; lo que se requiere es la posibilidad jurídica de sujeción o de
permanencia por cualquier título; el mineral de una mina inexplorada,
todas las res nullius, el tesoro aún no descubierto, son entidades
jurídicamente consideradas como cosas, en cuanto la ley establece para
ellas una particular situación jurídica y, además en su estado actual,
pueden constituir objeto de relaciones jurídicas; es posible, por ejemplo
la reserva respecto a un tesoro.
d) No se requiere la actualidad de la cosa, porque también las cosas
futuras son siempre jurídicamente cosas.
e) Es necesario que proporcione o actualmente pueda pensarse que
proporcione una utilidad cualquiera al hombre en la convivencia social.
f) Es necesario el aislamiento, al menos pensable, de la unidad compleja
del universo de modo que pueda delimitarse la propia esfera jurídica de
las demás.
g) Para la noción jurídica de cosa no se requiere que tenga valor
económico, o sea que pueda directa o indirectamente traducirse en una
cantidad de dinero. Que la patrimonialidad sea carácter de la mayor
parte de las cosas es indudable; se niega, no obstante, que sea carácter
esencial hasta el punto de excluir del número de las cosas aquellas
entidades que no lo presenten.
Pese a esta variedad de opiniones sobre los conceptos de bien y cosa,
nosotros nos adscribiremos a la visión tradicional de la doctrina nacional,
que entiende a los bienes como todas las entidades materiales o
inmateriales objeto de derecho reales, subsumiendo en él al término cosa.
No obstante ello queremos precisar que para nosotros los bienes no son
derechos. La inmaterialidad de lo que no son cosas pero que son bienes, no
las convierte en derechos, son “cosas espirituales”, por llamarlas de alguna
forma, que aunque no puedan ser mesurables por la realidad o los sentidos
son convertidos en individualidades perfectamente identificables por el
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derecho y objeto de derechos reales. Los derechos de autor por ejemplo, no


son derechos desde el punto de vista crediticio u obligacional, son bienes
en sentido estricto y son objeto de derechos, pero no el derecho en sí.

ENTONCES:
“El concepto de cosa encierra al de bien”
COSA, contiene todo aquello tanto material como inmaterial.
BIEN, está asociado principalmente con la idea de patrimonio de hombre y
por ende su avaluación en dinero.
Los romanos en ningún momento los utilizan como sinónimos, pero a pesar
de su influencia doctrinal la diferenciación no tiene mayor relevancia en el
nivel práctico.

2.7 “COSA” COMO OBJETO DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA

Como elementos reales del contrato de compraventa, se identifica por un


lado la cosa y, por otro, el precio; conformando la cosa el objeto del
contrato de compraventa.
En el contrato de compraventa pueden identificarse dos elementos reales:
la cosa y el precio.
En lo que respecta a la cosa, ésta conforma el objeto del contrato de
compraventa. En este sentido, el Art. 1271 ,Código Civil determina que
pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del
comercio de los hombres, aun las futuras. Asimismo, pueden ser objeto de
contrato todos los servicios que no sean contrarios a las leyes o a las
buenas costumbres.
En el supuesto de la pérdida de la cosa al tiempo de celebrarse la venta,
el Art. 1460 ,Código Civil establece que quedará sin efecto el contrato. No
obstante, si se hubiese perdido sólo en parte, el comprador podrá optar
entre desistir del contrato o reclamar la parte existente, abonando su precio
en proporción al total vendido.
Al efecto, es preciso, además, tener en cuenta lo determinado por el Art.
1261 ,Código Civil que señala que no hay contrato sino cuando concurren
los requisitos siguientes:
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 Consentimiento de los contratantes.


 Objeto cierto que sea materia del contrato.
 Causa de la obligación que se establezca.
Asimismo, tal y como considera el ya mencionado Art. 1271 ,Código Civil,
pueden ser objeto de contrato las cosas futuras, con excepción, como
indica su párrafo segundo, de la herencia futura. Un caso especial lo
conformaría la compraventa de cosa incierta, el Art. 1790 ,Código Civil
establece al respecto que por el contrato aleatorio, una de las partes, o
ambas recíprocamente, se obligan a dar o hacer alguna cosa en
equivalencia de lo que la otra parte ha de dar o hacer para el caso de un
acontecimiento incierto, o que ha de ocurrir en tiempo indeterminado.
Además, atendiendo a lo señalado en el Art. 1445 ,Código Civil, la cosa ha
de ser determinada. Esto mismo se desprende del Art. 1273 ,Código Civil al
estipular que el objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en
cuanto a su especie. No obstante, la indeterminación en la cantidad no será
obstáculo para la existencia del contrato, siempre que sea posible
determinarla sin necesidad de nuevo convenio entre los contratantes.
Puede considerarse, por lo tanto, que la cosa, objeto del contrato de
compraventa, ha de reunir las siguientes cualidades:
 Existencia actual o futura. (Art. 1271 ,Código Civil).
 La cosa ha de ser determinada. (Art. 1273,Art. 1445 ,Código Civil).
 Ha de ser de lícito comercio. (Art. 1271 ,Código Civil).

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III. CONCLUSIONES

1. ¿Qué se entiende por cosa en sentido general?


COSA: En sentido general: ... Cosa es todo ser corpóreo o incorpóreo
apropiable o inapropiable por el hombre, perceptible o no por los sentidos,
ocupe o no un espacio físico en la naturaleza. Ej.: las cosas eléctricas, el
medio ambiente, el sonido, la energía solar, una silla, una máquina, son
cosas en sentido general.

2. ¿Qué son las cosas en sentido jurídico?


En sentido jurídico se entienden por cosa los objetos materiales sobre los
que pueden recaer derechos y que por naturaleza son jurídicamente
integrables en el tráfico jurídico. ... En sentido legal, cosa significa todo lo
que puede ser objeto de un derecho o de una obligación.

3. ¿Qué es la cosa juzgada?


La cosa juzgada (del latín res iudicata) es el efecto impeditivo que, en un
proceso judicial, ocasiona la preexistencia de una sentencia judicial firme
dictada sobre el mismo objeto. Es firme una sentencia judicial cuando en
derecho no caben contra ella medios de impugnación que permitan
modificarla.

4. ¿Qué son las cosas de derecho romano?


Cosas en el Derecho Romano. Se entiende por cosa o bien todo objeto del
mundo exterior que puede producir alguna utilidad al hombre. Para el
Derecho romano, no todas las cosas podían ser susceptibles de
apropiación por el particular; éstas eran las cosas que estaban fuera del
comercio.

5. ¿Qué son las cosas en derecho civil?


Se llaman cosas en este Código, los objetos materiales susceptibles de
tener un valor. ... Los objetos inmateriales susceptibles de valor, e
igualmente las cosas, se llaman "bienes". El conjunto de los bienes de una
persona constituye su "patrimonio".
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IV. RECOMENDACIONES

Los estudiantes del derecho debemos tener en cuenta:


1. Los conceptos de cosa considerados en el diccionario de la Real Academia
Española (RAE) alude a aquello que tiene entidad, sin importar si se
trata de algo artificial, natural, abstracto o concreto; también se llama
cosa a una cuestión o un asunto. Y desde el ámbito del derecho, una
cosa es un objeto de una relación jurídica cuyo sujeto son una o más
personas. Las obligaciones, los derechos y los bienes son cosas a
nivel jurídico.
2. El Derecho regula el intercambio de cosas mediante normas negociables y
contractuales.
3. El Derecho regula la clasificación de las cosas mediante “normas de
cualificación”.
4. Que existen criterios de diferenciación entre cosa y bien “como género al
término bien y como especie al término cosa” y “cosa sería una
entidad natural y bien un concepto jurídico”.
5. “El concepto de cosa encierra al de bien”, como COSA, contiene todo
aquello tanto material como inmaterial, y BIEN, está asociado
principalmente con la idea de patrimonio de hombre y por ende su
avaluación en dinero.

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V. BIBLIOGRAFIA

- https://definicion.de/cosa/
- http://www.unife.edu.pe/publicaciones/revistas/derecho/lumen_9/17.pdf
- file:///C:/Users/Acer/Downloads/21456-Texto%20del%20artículo-21475-
1-10-20110603.PDF
- https://www.slideshare.net/Jesusangulo10/clasificacion-de-los-bienes-
3era-parte

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