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VIH

El sida es una enfermedad retrovi ́rica causada por el VIH, que se caracteriza por infecció n y
disminución de los linfocitos T CD4 + , y por una profunda inmunodepresión que provoca
infecciones oportunistas, neoplasias secundarias y manifestaciones neurológicas.

El virión del VIH-1 es esférico y contiene un centro electrodenso de forma có nica rodeado por
una envoltura lipi ́dica . El centro del virus contiene: 1) protei ́na p24 principal de la cápside; 2)
protei ́na p7/p9 de la nucleocápside; 3) dos copias del ARN genó mico, y 4) tres enzimas vi ́ricas
proteasa, transcriptasa inversa e integrasa. La protei ́na p24 es el anti ́geno vi ́rico detectado con
más facilidad entonces la diana para los anticuerpos utilizados para el diagnóstico de la
infección por el VIH en prueba de sangre. El centro vi ́rico se halla rodeado por una protei ́na de
matriz denominada p17, situada por debajo de la envoltura del virió n.
La propia envoltura vi ́rica está tachonada por dos glucoprotei ́nas vi ́ricas (gp120 y gp41). El
genoma provi ́rico del VIH-1 contiene los genes gag, pol y env, que codifican diversas protei ́nas
vi ́ricas. Los productos de los genes gag y pol se traducen, inicialmente, en protei ́nas precursoras
de gran tamaño que deben ser escindidas por la pro-teasa vi ́rica para producir protei ́nas
maduras. Los fármacos, de gran eficacia, inhibidores de la proteasa del VIH-1 previenen, de este
modo, el ensamblaje vi ́rico al inhibir la formación de protei ́nas vi ́ricas maduras.

PATOGENIA:
PRIMERA IMAGEN
La entrada del VIH en las células requiere la molécula CD4, que actú a como receptor de alta
afinidad para el virus . La unión a CD4 no es suficiente para la infección; la protei ́na gp120 de la
envoltura del VIH tiene que unirse también a otras moléculas de la superficie celular para
facilitar la entrada en la célula. La gp120 de la envoltura del VIH (unida de modo no covalente a
la gp41 transmembranosa) se une inicialmente a moléculas CD4. Esta unión lleva a un cambio
conformacional que expone un nuevo sitio de reconocimiento en gp120 para los correceptores
los linfocitos T o en macrófagos.

Luego la gp41 sufre a continuación un cambio conformacional que le permite insertarse en la


membrana diana, y este proceso facilita la fusión del virus con la célula. Después de la fusión, el
centro del virus que contiene el genoma vírico penetra en el citoplasma de la célula.

SEGUNDA IMAGEN
La enfermedad por el VIH comienza con una infección aguda, que es solo parcialmente
controlada por la respuesta inmunitaria del huésped, y avanza a una infecció n progresiva crónica
de los tejidos linfoides periféricos . Los primeros tipos celulares en ser infectados pueden ser los
linfocitos T CD4+ de memoria en los tejidos linfoides de las mucosas. Dado que los tejidos de las
mucosas son el principal reservorio de linfocitos T en el organismo, la muerte de estas células da
lugar a una reducció n considerable de los linfocitos.

La transición de la fase aguda a una crónica de la infección se caracteriza por diseminación del
virus, viremia y desarrollo de respuestas inmunitarias del huésped. Las CD de los epitelios en los
sitios de entrada del virus capturan el virus y luego migran a los ganglios linfáticos. Una vez que
están en los tejidos linfoides, las CD pueden pasar el VIH a los linfocitos T CD4+ mediante contacto
intercelular directo. A los pocos días de la primera exposición al VIH, puede detectarse la
replicación vírica en los ganglios linfáticos, lo que conduce a viremia, durante la cual existen una
elevadas concentraciones del VIH en la sangre del paciente, acompañadas de un síndrome agudo
que incluye una variedad de signos y síntomas inespecíficos típicos de muchas enfermedades
víricas. El virus se disemina a través del organismo e infecta los linfocitos T colaboradores,
macrófagos y CD en los tejidos linfoides periféricos. A medida que se disemina la infección, el
sistema inmunitario organiza respuestas humorales y celulares dirigidas a los antígenos víricos.
Estas respuestas inmunitarias controlan parcialmente la infección y la producción vírica, y se ve
reflejado en una caída de la viremia a unas cifras bajas pero detectables, aproximadamente 12
semanas después de la exposición primaria.

En la fase crónica de la enfermedad, los ganglios linfáticos y el bazo son los sitios de replicación
continua del VIH y de destrucción celular. Durante este período, el sistema inmunitario
sigue siendo competente para tratar la mayoría de las infecciones con microbios
oportunistas y hay pocas manifestaciones clínicas de la infección por el VIH. Es por eso
que esta fase de la enfermedad por el VIH es el período de latencia clínica. Aunque la
mayoría de los linfocitos T de la sangre periférica no albergan el virus, la destrucción de
los linfocitos T CD4+ en el interior de los tejidos linfoides progresa de modo firme
durante el período latente, y el número de linfocitos T CD4+ circulantes disminuye.

En una fase temprana, el organismo puede continuar fabricando nuevos linfocitos T


CD4+ y, por tanto, estos pueden ser sustituidos casi tan rápidamente como son
destruidos. En este estadio, hasta el 10% de los linfocitos T CD4+ de los órganos
linfoides pueden estar infectados, pero la cifra de linfocitos T CD4+ circulantes que se
hallan infectados en un momento dado puede ser menor del 0,1% del total de linfocitos
T CD4+ en un individuo. A la larga, durante un período de años, el ciclo continuo de
infección vírica y de muerte de linfocitos T lleva a una firme disminución del número
de linfocitos T CD4+ en los tejidos linfoides y en la circulación.

Sida:

Se caracteriza por una reducción rápida de las defensas del anfitrión, un incremento
llamativo del virus en el plasma y una enfermedad clínica grave que pone en riesgo la
vida del paciente.

La progresión del VIH al SIDA es de aproximadamente 7 a 10 años, pero en los que


progresan rápidamente tan solo 2 a 3 años. 5 a 10 % progresan lentamente, con cifras
estables de CD4 y cargas víricas bajas durante 10 años o mas. El 1% de los pacientes son
denominados controladores de elite, ya que las cifras del virus en el plasma son
indetectables (<50-75 copias de ARN/ml)

IMAGEN:
Línea punteada: Linfocitos TCD4 Línea amarilla: Viremia (ARN de VIH/ml)

Dividido en agudo, crónico y crisis.

Características clínicas:

Infecciones oportunistas:

Son responsables de la mayoría de las muertes de los pacientes con Sida no tratados.
Muchas de estas son infecciones latentes que normalmente están controladas por el
sistema inmune.

 15 al 30% neumonía (Pneumocystis jiroveci, infección latente).


 Candidiasis: Infección micótica más frecuente.

Tumores:

Los pacientes con SIDA tienen una elevada incidencia de ciertos tumores, especialmente
del Sarcoma de Kaposi (SK), linfoma de linfocitos B, cáncer de cuello uterino en mujeres
y cáncer anal en hombres. Se estima que 25 a 40% de pacientes sin tratar sufrirán una
neoplasia maligna.

Característica frecuente: virus ADN oncogenos (virus del herpes del sarcoma de Kaposi:
Sarcoma de kaposi, Virus de EB: linfoma de linfocitos b, virus de papiloma humano:
Cancer anal y de cuello uterino).

- Sarcoma de Kaposi: Neoplasia mas frecuente en pacientes con sida.

Las imágenes están explicadas en el ppt.

Linfoma:

Es un tipo de cáncer del sistema linfático. Alrededor del 5% de pacientes acuden con un linfoma
y otro 5% lo sufren durante su evolución posterior. Por una inmunodeficiencia de linfocitos T
(limita la proliferación de linfocitos B).
Uno de los linfomas mas frecuentes asociado al Sida es el linfoma no Hodkin que se caracteriza
por un tumor ulcerado y muy doloroso en la cavidad bucal (con preferencia en mucosas
palatinas y encias).

Enfermedad de SNC:

90% presenta alguna afectación en la necropsia y del 40 al 60% tienen una disfunción
neurológica clínica

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