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NOVECENTISMO Y VANGUARDIASswe

Estos movimientos literarios se producen alrededor de dos hechos históricos muy importantes: la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa de 1917. En España
se inicia una época de fuertes tensiones sociales unida a una preocupación por la decadencia cultural y económica, por ello, en los intelectuales, empieza a aparecer
la idea del progreso de España por medio de la europeización. Este grupo de escritores y pensadores reciben el nombre de Novecentismo o Generación de 1914. Las
características de este movimiento son las siguientes: el antisentimentalismo e intelectualismo, que conlleva un alejamiento de los presupuestos románticos y una
aproximación a un arte más puro y no contaminado por la carga sentimental; la idea de que el texto literario es autónomo de la realidad; el europeísmo, que supone
un alejamiento del casticismo y de la reflexión dramática sobre España que se da en la Generación del 98, y que propone la necesidad de modernizar el país;
distanciamiento del realismo y búsqueda de realidades con un mayor contenido estético; preocupación formal, que lleva a una preocupación por el lenguaje; ideal
universalista, cosmopolita, y preferencia por la cultura urbana; esteticismo y distanciamiento entre el arte y la vida. Así, los novecentistas practican una literatura
orientada a la serenidad clásica, con un lenguaje depurado y selectivo, y dirigida a un público minoritario. Se inclinan por la prosa poética, y sobre todo, por el
ensayo. En la novela se produce una fusión entre lo narrativo, lo ensayístico y lo poético. Existe una preocupación por el tratamiento de las estructuras y una
preferencia por lo urbano. Destacan la novela intelectual y crítica de Ramón Pérez de Ayala con Belarmino y Apolonio, la novela lírica de Gabriel Miró con Nuestro
padre San Daniel o El obispo leproso, y la novela imaginativa y humorística de Wenceslao Fernández Flórez con El bosque animado. En el ensayo destaca Ortega y
Gasset, autor de La deshumanización del arte, obra que servirá de base a las vanguardias, y La rebelión de las masas. Otros ensayistas importantes son Eugenio
D'Ors, Gregorio Marañón y Manuel Azaña. En la poesía, los postmodernistas inician el camino hacia una poesía desnuda, desprovista de sentimentalismo y centrada
en la perfección formal. Su gran figura es Juan Ramón Jiménez, quien plantea su poesía como una búsqueda de la belleza y de la eternidad. En su obra se distinguen
tres grandes etapas: una etapa sensitiva, donde se pasa a un modernismo más sensorial (Arias tristes, La soledad sonora) a una etapa intelectual, en la que tiende a
una poesía más breve y conceptual (Diario de un poeta recién casado, La estación total), y una última etapa suficiente, en la que la poesía se hace meditativa y
trascendente (Dios deseado y deseante). Por su parte, Ramón Gómez de la Serna merece una mención aparte por ser el ejemplo de escritor puro y de vanguardia. En
realidad supo volver a definir la literatura en términos de experimentación y juego formal. Su creación más personal fueron las greguerías, definidas por él mismo
como metáfora + humor. Se trata de apuntes breves que encierras una pirueta conceptual o una metáfora insólita, algunas son chistes y otras se acercan a lo
filosófico. Pero es el autor de grandes obras como Automoribundia.

Con respecto a las vanguardias, tanto en España como en Europa se produce una renovación del lenguaje literario. La expresión del arte de vanguardia canaliza bien
la actitud combativa de sus seguidores. Se desarrolla en numerosos `ismos": futurismo con su canto a la velocidad y el mundo tecnológico, cubismo, dadaísmo y su
introducción de lo irracional y el collage, surrealismo, ultraísmo y creacionismo. Todos ellos supusieron una ruptura con casi todos los movimientos anteriores
(sobre todo del Realismo y del Romanticismo) y una experimentación creadora. Se cedió terreno, por tanto, al género que lo permite todo: la poesía. Las principales
características de estos movimientos pueden resumirse en los siguientes: originalidad en cuanto a la ruptura total con todo lo anterior, que produce una innovación
tanto en el lenguaje como en la métrica y en los temas; formalismo; autonomía del arte, por medio de la cual la poesía se convierte en poesía pura, sin elementos no
poéticos; búsqueda de nuevas trascendencias que indican que el arte debe carecer de toda finalidad extraestética, el empleo de metáforas como uso capaz de expresar
asociaciones sin referirse a lo real. Los períodos en los que se desarrolla la vanguardia en España se puede resumir: 1. De todas las Vanguardias europeas del periodo
de entreguerras (futurismo, expresionismo, cubismo, dadaísmo, surrealismo), que llegaron a España con su afán de romper con las tradiciones, en nuestra literatura
se crearon dos movimientos que, en algunos casos suponen la síntesis del futurismo, el cubismo y el dadaísmo. Estos movimientos son: el ultraísmo y el
creacionismo, hechos que se producen junto a una profunda deshumanización del arte (1918-1925).2. En una segunda fase (1925-1930), se produce una
rehumanización marcada por el surrealismo.3. Después de 1930, las Vanguardias se van diluyendo en España. Para terminar hay que decir que el ultraísmo pretendía
eliminar de la poesía los sentimientos y la lógica, y presentar los signos del mundo moderno mediante una yuxtaposición de imágenes sorprendentes, eliminando los
signos de puntuación y llegando, en ocasiones al caligrama. Su principal impulsor fue Guillermo de la Torre, autor de Hélices. El creacionismo, por su parte,
introducido en España por el poeta chileno Vicente Huidobro (autor de Altazor), usa procedimientos similares con la idea de que el poema debe ser "intraducible a la
prosa". Influyó notablemente en el poeta del 27 Gerardo Diego. Más tarde se introdujo el surrealismo, con su idea de hacer aflorar, mediante imágenes irracionales,
el mundo del subconsciente. Influyó en poetas del 27 como Lorca, Alberti, Cernuda, y sobre todo, en Vicente Aleixandre.

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