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“Poiesis y la fabulación de la Historia.

El Castelli de Rivera.”

Clara Ines Pilipovsky


UNSE – UNT.

(…) el invierno llega a las puertas de una ciudad


que exterminó la utopía pero no su memoria
Andrés Rivera.

Introducción.
Distanciada de la perspectiva en la que se posicionó la Novela histórica, la novela
política en la década del ’80 del siglo XX, funcionó con una mirada sobre el pasado en la
que había una necesidad imperiosa de dilucidar el enigma de la realidad argentina.
El trabajo de análisis, transcurridas casi tres décadas, adquirirá otro giro. Se revisará a la
luz del bicentenario: La revolución es un sueño eterno,1 de Andrés Rivera; en este caso la
mirada indagará desde una perspectiva etnográfica, algunos elementos de la referencia
histórica propiamente dicha, construidos alrededor de la figura de Castelli. Los discursos
y/o documentos de la investigación histórica en los que se pudo haber apoyado Rivera
para la construcción del personaje.

Andrés Rivera formula un discurso interrogativo sobre el pasado argentino y va


revelando una serie de características sobre el nacimiento de nuestro país a comienzos del
siglo XIX. Los resultados tienen rasgos de dramatismo: hay momentos, partes de nuestra
historia, que parecen repetirse inexorablemente. Castelli está construido como si fuera
nuestro contemporáneo. A pesar de la distancia que nos aleja del tiempo histórico que le
tocó vivir. Los agitados días de mayo de 1810 están muy lejos. Fue uno de los
representantes de la Primera Junta de Gobierno y el gran orador de la revolución.
Recluido en su casa, Juan José Castelli es un derrotado como hombre político y está
consumido por una enfermedad que lo llevará a la muerte. Escribe en la escenificación
del texto, en un cuaderno de tapas rojas sus recuerdos y pensamientos.

1
Andrés Rivera, La revolución es un sueño eterno, Bs. As. Alfaguara, (1987) 1993. Las citas corresponden
a esta edición.

1
Los tiempos de las fuertes polémicas con los antagonistas políticos quedaron atrás. El
deseo y la necesidad de construir entre todos un país soberano, libre y justo es un deseo
frustrado que se convertirá en la obsesión de sus últimos momentos: “(…) ¿que
revolución compensará la pena de los hombres?”2

De los hechos.
“El 6 de setiembre de 1810 Juan José Castelli fue nombrado representante de la Junta en
la expedición al Alto Perú, hacia donde partió con precisas instrucciones secretas
redactadas por Moreno en las que se establecía que debía levantar a la “indiada”. El
avance de las tropas porteñas produjo, sin embargo, un realineamiento de las fuerzas y
modificó el sistema de lealtades existentes.
(…) El nuevo lenguaje de los derechos del hombre, fundado en el derecho natural, tuvo
una traducción original en la proclamación del fin de la servidumbre indígena, realizada
por Castelli el 25 de Mayo de 1811 frente a las ruinas de Tiahuanaco.
“Así es que después de haber declarado el gobierno superior con la justicia que reviste su
carácter que los indios son y deben ser reputados con igual opción que los demás
habitantes nacionales a todos los cargos, empleos, destinos, honores y distinciones por la
igualdad de derechos de ciudadanos, sin otra diferencia que la que presta el mérito y la
aptitud…”
La política a favor de los indios propuesta por el representante de la Junta amenazaba el
estatuto sólidamente arraigado de las castas en el Alto Perú. 3
Castelli tuvo un triunfo importante en la expedición comandada por él contra las tropas
realistas en la Batalla de Suipacha el 7 de noviembre de 1810. Meses más tarde en Junio
de 1811, las tropas patriotas sufrieron la derrota en Huaqui. Castelli fue llevado a juicio
en Buenos Aires y acusado de promover ideas de “independencia”.4
2
Ibíd., p.172.
3
Cfr. el fragmento en Noemí Goldman, El pueblo quiere saber de que se trata! Historia oculta de la
Revolución de Mayo, Bs. As. Editorial Sudamericana, 2009, pp. 119- 124. La cita de Castelli corresponde al
Archivo General de la Nación, Sala VII, Papeles de Castelli, Archivo A. Farini, p. 61 citado por Goldman.
4
Cfr. Ibíd., “La experiencia radical de Castelli en el Alto Perú” pp.119/123. La nota documentada remite al
“Proceso formado al doctor Juan José Castelli, 1811-1812. Agregado a la Causa del Desaguadero, en
Biblioteca de Mayo, op.cit., T.XIII, pp. 11.778 a 11.850 consignado en el libro de Goldman, ibíd., p.184.
La causa del Desaguadero es la trabajada y escenificada en el texto de Rivera.
El texto de Goldman da cuenta del pensamiento de Moreno, sus avatares, posiciones y muerte misteriosa.
Castelli estuvo en la misma línea política que Moreno. Moreno publica el Contrato Social de Rousseau,
adaptado a la realidad americana del Río de la Plata para instruir a las escuelas primarias sobre “los

2
De la ficción.
Entonces, el proceso a Castelli es realizado por el gobierno de la Junta y el
Triunvirato entre 1811 y 1812, donde es acusado de ser culpable de la derrota del
Desaguadero como también se llamó la derrota de Huaqui.
El texto de Rivera obliga a releer la Historia, tratar de leer los entredichos que
toda reivindicación utópica implica e indagar sobre el difícil recorrido de la verdad de
nuestra gesta revolucionaria.
La revolución es un sueño eterno plantea una serie de preguntas sobre las marcas
de un discurso literario, ideológicamente opuesto al discurso de la historiografía oficial.
Rivera interroga además sobre las estrategias de representación de la Historia, del
discurso literario. El texto nos lleva a revisar los controversiales orígenes de nuestra
historia, a partir de un referente que es el pasado y la relación crítica con nuestro
presente, sobre todo enmarcado en los tiempos de la producción del texto: la
postdictadura.
Tras el juicio a Castelli, encubierto en el juicio por la derrota de Huaqui, el
referente histórico principal es la derrota de los Jacobinos de la Revolución de Mayo.
Castelli que fue el orador de la Revolución, el representante de la Primera Junta en el
Ejercito del Alto Perú, tiene paradójicamente, un cáncer de lengua que le impide hablar.
El personaje literario elige el silencio mostrando en él su impotencia. Escribe
porque calla. La escritura es un gesto y una estrategia. Escribir implica conservar la
memoria. En el texto, la construcción de la memoria tiene además un valor ético.
Escritura y memoria recuperan una verdad, la de la gesta revolucionaria que polemiza
con el silencio de la historia oficial. Hay un gesto de preservación al recuperar la vida de
Castelli. Esa es precisamente la función conservatoria de la literatura 5. Ella descarta la

inalienables derechos del hombre” junto a otras ideas fundamentales del nuevo discurso político, medida
suprimida con el alejamiento de Moreno. Ibíd., 134- 149. “La memoria de Moreno, o la revolución
inconclusa”, nombre de un capítulo del libro de Goldman, atraviesa el texto de Rivera en la figura de
Castelli.

5
Cfr. Wolf Lepenies, Hombres de Ciencia y Escritores. Las funciones conservatorias de la Literatura.
Publicación de circulación interna para la Cátedra Análisis y Critica II. Rosario, Facultad de Humanidades
y artes, UNR, 2003.

3
historia lineal para replantear el concepto de apropiación cultural en términos de cortes y
cruces. Michel De Certau6 se refiere al gesto del historiador como el de alguien que
deambula. Quien mejor que los escritores para entender este gesto. Nicolás Rosa habla de
“interferencia”7. Interferencia es el juego de interrelaciones entre Rivera y los
documentos de la Historia. Desde allí, tanto Castelli como Rivera escriben la Historia
porque saben que "el invierno llega a las puertas de una ciudad que exterminó la utopía
pero no su memoria"8.
La construcción de la memoria escenificada en el texto sabe que el proceso fue
injusto; que a la Historia oficial no le interesó lo que hizo por la patria como
Representante de la Primera Junta, como Orador de la revolución. A esa memoria, en su
interferencia, le interesa mostrar como corrompe su imagen pública. Por eso recupera la
formación religiosa que recibió el joven Castelli en Chuquisaca.
(…) un hombre – enseñan los indesmentidos vicarios de Cristo – no es igual a otro
hombre, a menos que los dos sean ricos; y todos los seres vivientes son criaturas de Dios,
salvo los negros, indios, judíos y bestias similares.9

A su vez en un informe de un agente de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos que


pasó por Buenos Aires se lee:
(…) el doctor Castelli, hombre de destacado talento y audaz intrepidez, que fue en todo
momento el principal instigador de la revolución, expuso en una réplica fogosa el
proceder titánico y la conducta venal del virrey depuesto y de su corrompidos ministros,
hizo ver enérgicamente la necesidad de un cambio y ridiculizó los principios expuestos
por aquel ilustre hipócrita (volviéndose hacia el obispo de Buenos Aires), de que los
reyes derivaban su poder del cielo. Prorrumpió entonces en un torrente de invectivas tales
contra el obispo que este se vio obligado a retirarse de la asamblea? (…) Castelli es el
más capaz, el más elocuente, el más corrompido y el más carente de principios de los
cabecillas de la revolución.10

La memoria preserva cuando hay una conciencia de la significación de este gesto.


Asociado a ella el texto despliega una concepción de la historia, una filosofía de la
historia de los revolucionarios.

6
Vease al respecto Michel De Certau, La invención de lo cotidiano, Artes de hacer, México, Univ.
Iberoamericana, 1996.
7
Cfr. en Nicolás Rosa, El arte del olvido, Bs. As., Punto Sur, 1990.
---------------------------, El arte del olvido y tres ensayos sobre mujeres, Rosario, Beatriz Viterbo, 2004.
---------------------------, La lengua del ausente, Bs. As., Biblos, 1997.
8
Rivera, op.cit., p.15
9
Ibid, p.23
10
Ibid, p. 118

4
El texto impugna desde el lugar de la derrota una realidad que venció la utopía. Por eso
Castelli se pregunta sobre la forma en que se escribe la Historia.
Qué nos falto para que la utopía venciera a la realidad? Qu é derrotó a la utopía? Escribo
de causas o escribo de efectos? Escribo la historia de una carencia, no la carencia de una
historia.11

La escritura intentará ocupar la “carencia” de la historia. Desde ese lugar mirará el


fracaso de la revolución o su derrota, teniendo en cuenta los principios jacobinos, así
como una inversión en la figura de los héroes revolucionarios. Castelli se pregunta: yo,
quien soy? Y en la respuesta un actor se ríe de la historia y de las vidas que vivió. El
personaje Castelli dice
(…) ni quien fue llamado el orador de la revolución, ni el representante de la primera
junta en el ejército del Alto Perú, ni el hombre que, hoy y aquí, comparece sin m ás armas
que las palabras que expelen su boca y su lengua laceradas, son Dios. 12

La pregunta acerca de la identidad de Castelli se relaciona con la del sujeto


histórico en el campo de la historiográfica argentina. Es el sujeto fragmentado en
diferentes rostros que deconstruyen la visión unívoca de la historia oficial y que da cuenta
en esa multiplicidad de lo silenciado, de lo omitido en la tradición canónica.
Qué jure yo, y a quien, ese 25 de mayo (…) sobre el hombro de Saavedra? (…)
Juré, (…) esa mañana helada como el infierno, con el intolerable presentimiento de que
habíamos irrumpido, demasiado temprano en el escenario de la historia? (…) 13
Juré que no vería (…) a las partidas de perros negros, que devoran a los indios que
escapan de las minas de oro, de sal, de plata (…); jur é que yo no vería (…) los potros del
tormento (…) la (…) musculatura de los caballos desapanzurradores, a cuyas cinchas
(…) estaban atadas las manos y los tobillos de subversivos del orden p úblico (…) 14
Juré, de rodillas en la sala capitular del Cabildo, que no iría m ás lejos que mi propia
sombra, que nunca diria ellos o nosotros?15

Para el personaje, la historia es un escenario tan irreal como el lugar que ocupa él
mismo, y junto con los hombres que lo acompañan son como marionetas que proliferan
en el escenario de la historia.
La Filosofía de la historia que subyace en el texto la concibe como una
construcción, un simulacro que funciona a partir de la interferencia. Del mismo modo
11
Ibid., p.57
12
Ibid., p.24
13
Ibid., p.152
14
Ibid., p. 153
15
Ibid., p. 155

5
subyace un concepto de revolución. Para el personaje de la novela junto con los
jacobinos la revolución “se hace con palabras, con muerte y se pierde con ellas.” 16 No es
un cambio de nombres o de hombres ni es como él mismo lo dice “un té servido a las
cinco de la tarde”17. La palabra tiene poder y es el de la práctica revolucionaria, de la
representación de un cambio en el sistema. Por eso se representa a sí mismo como un
actor, un “actor de la revolución” para quien en su utopía “La revolución es un sueño
eterno”18.

La representación de la historia.
En las “Tesis de la filosofía de la historia” 19 Walter Benjamin desarrolla una concepción
de la escritura de la historia que trabaja los restos, lo omitido, lo silenciado. A partir de
allí puede recuperar una mirada contrafáctica.
El sujeto histórico recuperado por Rivera, llevado a juicio por la derrota de
Huaqui en 1811-1812, es condenado a la proscripción y desde allí argumenta su verdad
en primera persona. El escritor trabaja/lee los blancos de los documentos historiográficos
con los que revisa los acontecimientos acontecidos. Uno de los documentos es el
denominado “Proceso al Dr. Castelli. Su conducta pública y militar desde que fue
nombrado representante hasta después del Desaguadero.20” Dicho proceso fue realizado
por el gobierno de la Junta y el Triunvirato, publicado en la Biblioteca de Mayo por el
Senado de la Nación en 1960-1962.
Rivadavia, Juan José Paso y Chiclana ordenan la detención de Castelli al llegar a
Buenos Aires, acusado de ser responsable de la derrota del Desaguadero. Inician el
proceso en 1811.
Castelli solicita que se realice el juicio “para que se esclarezca la verdad y que se
califique mi conducta pública que tuve en mi comisión”. Todo ello ante la demora del
gobierno y ante la presentación de las “Instrucciones” ordenadas por Rivadavia y dadas a
Castelli para que las hiciera cumplir en la expedición que demostraron el cumplimiento
de las mismas por parte del Representante de la Primera Junta.

16
Ibid., p.46
17
Ibid., p.155
18
Ibid., p.49
19
Vease en Discursos interrumpidos I , Madrid, Taurus, 1989.
20
Biblioteca de Mayo. Senado de la Nación, Buenos Aires 1960-1962. Tomo XIII

6
Los jueces interrogan sobre diecinueve puntos a los testigos. Entre ellos están
Luciano Montes de Oca, Juan José Viamonte, Bernardo Monteagudo, Juan Antonio
Argerich.
El interrogatorio está orientado a dilucidar sobre dos cuestiones principales. La
primera de índole histórica pretende aclarar si la causa de la derrota del Desaguadero se
debió a la ruptura del armisticio firmado entre el ejército patriota y el ejército realista por
parte de Castelli. Se constata que el General realista Goyeneche actúa a traición, no
respeta el armisticio y provoca el ataque del Desaguadero. La segunda cuestión es de
carácter netamente ideológica; evidenciar el jacobinismo de Castelli y a partir de allí
difamar su imagen pública.
El escritor trabaja ambas cuestiones poniendo de relevancia la última.
Desenmascara mediante un discurso paródico la imagen pública de Castelli que construye
el gobierno. Reitera en distintos momentos del texto las preguntas referidas a su ideología
política, religión y vida privada. La escritura deconstruye la imagen oficial y la opone a
una contraimagen que funcione como la verdadera.
El personaje quiere que se deje constancia que “(…) la misión de la Iglesia no es
liberar a los esclavos sino hacerlos buenos”; admite su verdad (…) que proclamó la
libertad del indio, que fue declarado maldito por la Iglesia” 21. En el juicio no agrega nada
a lo que dicen los testigos y se niega a hablar porque considera que su palabra es inútil.
Rivera reactualiza la posición de Castelli llevándola al presente para revisar críticamente
el fracaso político.
El otro texto entretejido en la trama es “El Plan Revolucionario de Operaciones” 22
de Mariano Moreno. No está trabajado de manera explícita como el Proceso. Pero si es el
material ideológico de base que orienta la práctica política de Castelli y del grupo
jacobino de la Revolución de Mayo. En base al pedido de Belgrano de un plan para
consolidar la causa y fundar un Estado independiente y revolucionario, se le encarga la
tarea a Moreno. Castelli fue el primero que cumple el Plan. Castelli y French fusilaron a
Liniers para evitar el contraataque español. Monteagudo, el periodista del grupo de
Moreno es encargado de difundir las ideas del Plan; a su vez, acompaña a Castelli en su
marcha al Norte. Belgrano en su regreso de la campaña al Paraguay se entera de la
21
Rivera, op.cit., p. 37
22
Mariano Moreno, Plan Revolucionario de Operaciones, Buenos Aires, Plus Ultra, 1975.

7
vigencia del Plan, lo aplica con firmeza y se constituye en uno de los más severos
generales.
Los objetivos principales de la Revolución de Mayo consignados en el Plan son
afianzar una política proteccionista (opuesta al librecambista), instituir un capital
nacional basado en la expropiación de las grandes fortunas, proyectar una revolución a
nivel continental, llevar adelante una política de espionaje contra el imperio británico.

La construcción poética de Rivera recupera la utopía diseminada


fragmentariamente a lo largo del texto; busca la verdad en los intersticios de las luchas
ideológicas y políticas del siglo XIX e inscribe los momentos en que los verdaderos
revolucionarios son derrotados.
La escritura de Castelli en los cuadernos rojos es por eso la escritura de una
derrota. Allí dice: “Somos los oradores sin fieles, ideólogos sin discípulos, predicadores
en el desierto. No hay nada detrás de nosotros, que nos sostenga. Revolucionarios sin
revolución: eso somos. Para decirlo todo: muertos con permiso.”23
El gesto de Rivera, es construir a un Castelli casi como nuestro contemporáneo;
en él recupera la memoria de un silencio olvidado. En la deconstrucción del personaje
emergen sus deseos, sus pesadillas, su ideología jacobina, su concepción de la revolución
como “un sueño eterno”, pero en la realidad la demostración de un proyecto fallido.

23
Ibid. p.53.

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