Está en la página 1de 7

Eficacia de la prueba obtenida mediante irrupción a la intimidad

OPTATIVA:
Derecho Probatorio

Docente
John Jairo Peña

Sandra Camila Delgado Vergara


Cod. 110400282016

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA


CIENCIAS HUMANAS Y ARTES
DEPARTAMENTO CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS
PROGRAMA DE DERECHO
CUESTIONARIO

1. ¿Qué se entiende por dignidad humana e intimidad?

R: La dignidad humana es entendida como todo aquello que posee el hombre por el hecho
de ser humano y que se respeta en aquellos Estados constitucionales, donde la soberanía y
protección del Estado, giran alrededor de la persona, a la cual se busca garantizar derechos
y obligaciones, con el fin de permitir su realización humana y la convivencia social.

En cuanto a la intimidad, se entiende como la esfera personal del hombre, aquel espacio
donde este actúa con toda naturaleza y muestra todas sus fases, pues se supone que no
cuenta con vigilancia alguna.

2. ¿Cuántos alcances tiene el derecho a la intimidad?

R: el derecho a la intimidad o la intimidad como objeto de protección jurídica, tiene como


alcance toda aquella manifestación del hombre que sea reservada, es decir, que decida
esconder o que se asegure de que no será conocimiento del público.

El derecho a la intimidad puede ser estudiado o se puede delimitar su alcance, desde una
perspectiva individual, el de las relaciones interpersonales, el del domicilio y las
comunicaciones:

- La intimidad del ámbito individual: es aquella que se manifiesta en los aspectos más
personales del hombre, aquellos espacios que solo ha reservado para su desarrollo; por
su lado, la corte constitucional ha establecido en el campo de la intimidad individual
que se define como 1“el ámbito exclusivo que incumbe solamente al individuo, que es
resguardo de sus posesiones privadas, de sus propios gustos y de aquellas conductas o
actitudes personalísimas que no está dispuesto a exhibir, y en el que no caben
legítimamente las intromisiones externas”.

- Intimidad de las relaciones interpersonales: En desarrollo de tales relaciones se


comparten experiencias e informaciones que no siempre se quieren dejar conocer del
resto de las personas y tampoco es indiferente que pasen a ser de conocimiento
público.

- Carácter intimo del domicilio: El concepto de domicilio identifica espacios físicos


destinados a lo doméstico, pero a la vez envuelve la noción de dominio o señorío que
garantiza al individuo un poder de control por lo menos transitorio sobre el lugar en que
se refugia para realizar las actividades que no desea exhibir.

1
Corte Constitucional. Sentencia T-552 de 1997.
- La intimidad de las comunicaciones: La inviolabilidad de las comunicaciones privadas
supone el reconocimiento de su carácter íntimo con total independencia de su
contenido. El mero hecho de que el autor de la comunicación escoja al destinatario,
decida remitirla exclusivamente a él y emplee el canal adecuado para asegurar que
llegue sólo al destino elegido, tiene que ser suficiente para que la comunicación sea
inviolable, esto es, que nadie pueda acceder a su contenido si no es por decisión del
remitente, o también del destinatario a partir de la recepción.

3. Establezca las reglas para el manejo del documento como medio sin prueba sin irrumpir
en el derecho a la intimidad

• Documentación de aspectos íntimos individuales: Quien está facultado para


observar a otra persona puede conservar en su mente el registro de lo percibido sin
que para ello requiera autorización adicional, pues el permiso para observar va
implícito el de memorizar lo observado, es decir, tiene una autorización otorgada
por el titular y este puede traspasar sus memorias a un documento, lo cual no solo
facilita asegurar la conservación del conocimiento adquirido, sino además ofrece la
oportunidad de suministrar a otros, determinados o indeterminados, una
representación más aproximada del mismo.

- Estar facultado o tener la autorización del títulos para observar, memorizar y


documentarlo.
- No haber expresado condicionamientos para la documentación.

• Documentación de aspectos íntimos de las relaciones interpersonales:


- Plantea la Sala penal de la Corte Suprema es que la grabación de una conversación
por cualquiera de los partícipes no comporta invasión de la intimidad, aun cuando
se realice sin autorización de los otros e incluso sin avisarles previamente sobre el
acto documentario.
- La Corte Constitucional, en cambio, no ha vacilado en catalogar como irrupción en
la intimidad la documentación del acontecer de una relación sin la anuencia de
todos los partícipes.
- A propósito del acceso al conocimiento de las actividades íntimas de una persona
o de una relación, no hay diferencia sustancial entre la memorización de lo
observado y su documentación, pues ambas opciones son materialmente idóneas
en función del propósito de conservarlos para sí o de llevar la representación a
terceros. Si el objetivo es proteger la reserva de la propia intimidad individual o la
de una relación, poco o nada puede conseguirse con impedir que alguno de los
partícipes u observadores autorizados documente su percepción, si se sabe que la
misma queda guardada en su memoria y a partir de ahí puede ser reconstruida y
suministrada a terceros una representación suya. Tiene que ser una persona
incluida en la conversación, mas no una externa.
4. Indique las reglas establecidas para interrumpir en la intimidad.

A la hora de obligar a la protección de la intimidad proscribiendo las intromisiones ajenas,


aluden exclusivamente a las “injerencias arbitrarias”, expresión que deja por fuera de la
prohibición todas las actuaciones que tengan móviles y propósitos racionables. La necesidad
de atender diversos objetivos constitucionales indispensables para “asegurar la convivencia
pacífica y la vigencia de un orden justo” obliga a recorta el derecho a la intimidad en
presencia de situaciones de variada índole que evidencian su carácter relativo.
En cuanto comporten intervenciones arbitrarias en el derecho a la intimidad, o resulten
desproporcionadas, las incursiones se muestran ilegitimas; pero si, por el contrario,
persiguen objetivos constitucionales cuya conquista sea prioritaria, o si aun en ausencia de
primicia resultan razonables o proporcionadas, deberían estimarse legitimas.

• Intervenciones en la órbita individual: La penetración en la órbita individual es


necesaria para aplicar los correctivos con el fin de conjurar el peligro o reparar el
daño, pero también lo es para verificar previamente si se está delante de la
situación que lo engendra.
a) Las intervenciones corporales: No cualquier objetivo puede justificar la
práctica de intervenciones corporales; la razonabilidad de éstas supone la
presencia de propósitos constitucionales de elevada importancia en cuyo
beneficio resulte indispensable limitar el derecho a la intimidad.
- En cuanto a las requisas usuales en los centros carcelarios: La corte
estimó legitima la medida en cuanto la encontró necesaria para
garantizar el orden, la disciplina, la convivencia pacífica y la seguridad,
y coherente con la condición especial que viven las personas privadas
de la libertad que les hace imposible disfrutar a plenitud algunos
derechos.
- En cuanto a las requisas a los visitantes de los reclusos: No encontró
“razonable una requisa que se realice transgrediendo el derecho a la
dignidad de la persona al manipular sus partes íntimas, existiendo otros
mecanismos para garantizar la seguridad”.
- Los registros preventivos a cargo de la fuerza pública: No se ve una
afectación o restricción de derechos fundamentales o que
comprometan la intimidad.
b) La limitación de la intimidad mental: Para asegurar la conquista de otros
objetivos constitucionales como la convivencia pacífica y la prosperidad
integral de la sociedad sea necesario imponer ciertas limitaciones a dicha
libertad, que envuelven intervenciones en la intimidad, verbigracias, el
deber de solidaridad.
Las restricciones a tal aspecto del derecho a la intimidad tampoco pueden
ser arbitrarias o desmesuradas, su legitimidad depende de que sean
razonables y proporcionadas.
c) La interrupción en el domicilio: En el texto constitucional ha dejado una
rendija para la irrupción excepcional en el domicilio no solo “en virtud de
mandamiento escrito de autoridad judicial competente” o por disposición
de autoridades señaladas por ley estatuaria, también por agentes de la
autoridad para aprehender al delincuente que habiendo sido sorprendido
el flagrancia se refugie en su propio domicilio o se acogiere a domicilio
ajeno, este último es preciso requerir previamente al morador.
- Registro y allanamientos de domicilio por orden escrita emanada del
jefe de policía: El allanamiento y registro de domicilio por disposición
del jefe de policía, sin orden judicial, resulta constitucionalmente
legítimo en cuanto obedezca a fines preventivos y no habiliten para
obtener pruebas. El juicio de legitimidad debe incluir el examen de su
razonabilidad y proporcionalidad, a efectos de evitar la legitimación de
interacciones del Estado en el derecho a la inviolabilidad del domicilio
que resulten arbitrarias o desmesuradas hasta el punto de aniquilar el
derecho.
- Allanamiento para efectos de investigación tributaria: El interés en
asegurar el cabal cumplimiento de las obligaciones tributarias también
suelen chocar con el régimen de protección constitucional del
domicilio. La Corte destaco no solo el objetivo constitucional que se
persigue con los registros contemplados en la disposición legal, sino el
hecho de que los objetos y lugares sobre los cuales recaen no son
espacios privilegiados del desarrollo de intimidad.
- Allanamiento con fines de rescate de niños: Además de la primicia de
derechos, la corte echó mano de los principios de razonabilidad y
proporcionalidad, privilegio el derecho a la vida e integridad personal y
los derechos de los niños, pero añadió que el allanamiento cumple una
finalidad constitucionalmente legitima, es idónea y necesaria para la
protección de la vida e integridad personal del niño.
- Penetración de la policía en domicilio por imperiosa necesidad: Si la
limitación de un derecho que se establece para proteger a otro resulta
constitucionalmente admisible se ha utilizado el principio de
proporcionalidad, según el cual corresponde al juez constitucional
analizar si la medida restrictiva busca un objetivo constitucionalmente
valido, si es adecuada y necesaria para lograr la finalidad buscada.

• La intervención en las relaciones intersubjetivas: El amparo que reclaman los


derechos de terceros y la necesidad de cuidar los valores y principios identificados
como objetivos constitucionales obligan a aceptar ciertas interferencias en las
relaciones interpersonales, encaminadas a prevenir actividades pecaminosas, a
detener su ejecución o a aplicar medidas correctivas.
a) La intervención en las relaciones familiares: Con el propósito de rescatar los
derechos de cualquiera de los miembros de la familia de violación o amanezca
domésticas, o peligro en que se halle induzca a romper la capsula que cubre la
intimidad familiar, evidencia una tensión entre intereses constitucionalmente
legítimos que no siempre ha de resolverse en favor de la intimidad familiar, se
debe mirar la proporcionalidad.
b) La intervención en otras relaciones: Debe obedecer a un fin
constitucionalmente legítimo o que no haya una restricción excesiva del
derecho de intimidad, si no hay estos será ilegitima.
c) Interceptación y registro de las comunicaciones: interrumpir el curso de las
comunicaciones privadas e impedir que lleguen a su destino, o acceder a su
contenido a través de la interceptación y registro, implica una intervención en
el derecho a la intimidad cuya legitimidad debe estar condicionada, como se ha
explicado, a la búsqueda de objetivos constitucionales de rango superior o a la
presencia de circunstancias que hagan razonable y proporcionada la medida.

• La invasión de la intimidad y la reconstrucción de los hechos para el proceso


judicial: La necesidad de asegurar la subsistencia del derecho a la intimidad obliga
a percibirlo como limitante de todas las actividades que puedan restringirlo, aun las
que obedezcan a los fines del proceso judicial.
La emisión previa de orden judicial no asegura por si sola la legitimidad de la
incursión en la intimidad. En cuanto la orden del juez cuyo cumplimiento restrinja
el derecho a la intimidad se halle huérfana de sustento normativo, se produzca con
desconocimiento de las formalidades legalmente exigidas, carezcan de relación con
objetivos constitucionales relevantes o hiera de manera innecesaria excesiva la
intimidad, puede devenir ilegitima.

5. Que alcance y de manera se puede usar material probatorio obtenido mediante invasión
de la intimidad

Aunque todo material probatorio por definición goce de vocación probatoria, su utilidad no
se contrae a la representación de ciertos hechos en el escenario del proceso judicial. Con
frecuencia las personas se esmeran por acceder a elementos de prueba que sólo quieren
conocer y conservar en su archivo individual, sin intención de emplearlos como prueba en
un determinado escenario, sino más bien con el propósito de suplir las deficiencias de la
memoria humana en la recordación futura de hechos que se estiman de alguna importancia.
Así sucede, por ejemplo, con los álbumes familiares en los cuales reposan fotografías o
videograbaciones que contienen la representación de hechos que la persona o la familia
desea tener la posibilidad de recrear con fines exclusivamente sentimentales. Y aun cuando
la consecución de determinado material probatorio esté ligada al propósito de exhibir la
representación de ciertos hechos ante otros sujetos, no tiene que ser necesariamente ante
las autoridades, y mucho menos en el escenario de un proceso; bien puede ser para
sustentar alguna reclamación ante la autoridad o incluso ante un particular.

A semejanza de los demás elementos de prueba, los creados o hallados gracias a la incursión
en la intimidad sólo en algunos casos están destinados a servir para la demostración de
hechos y sólo en pocas ocasiones dentro de un proceso judicial; talvez la mayor parte de las
veces son usados en actividades extraprocesales y no siempre con fines legítimos. Por ello,
en aras de la claridad, parece conveniente estudiar por separado el uso extraprocesal de
dicho material probatorio y su empleo en el escenario del proceso.

6. Como opera la cláusula de exclusión y sus efectos

La fórmula constitucional descarta la eficacia de toda prueba obtenida “con violación del
debido proceso”, expresión cuya indeterminación ha obligado a la jurisprudencia
constitucional a precisar su alcance, tarea en la cual no ha sido del todo afortunada. En un
primer intento por definir qué significa que una prueba se obtenga “con violación del debido
proceso”, a propósito de una demanda contra el régimen taxativo de las causales de nulidad
previstas en el artículo 140 del Código de Procedimiento Civil por omitir la derivada de la
cláusula de exclusión, la Corte identificó la violación del debido proceso con la inobservancia
de las “formalidades legales esenciales requeridas para la producción de la prueba,
especialmente en lo que atañe con el derecho de contradicción por la parte a la cual se
opone”15, explicación tan vaga como desatinada. Ciertamente, aunque el uso de la
expresión “formalidades legales esenciales” parece estar destinado a descartar la idea de
que cualquier informalidad en el recaudo probatorio, por minúscula que sea, constituye
violación del debido proceso y por consiguiente acarrea la invalidez de la prueba, en lo cual
se puede hallar un aporte interesante, lo cierto es que su indeterminación no es menor que
la de la fórmula constitucional, pues no ofrece referente alguno que permita establecer
cuáles son las formalidades legales esenciales en la práctica de la prueba.

Además la fórmula jurisprudencial luce del todo desatinada, especialmente por dos razones.
La primera, porque en la tarea de definir las “formalidades legales esenciales” en la práctica
de las pruebas terminan siendo identificadas con los elementos estructurales de cada medio
probatorio (la presencia del testigo y su declaración en el testimonio, la del juez y su
percepción en la inspección judicial, la del perito y su opinión en el peritaje, etc.), los cuales
son determinantes de la existencia de la prueba, de modo que en ausencia de ellos la prueba
no puede existir y por consiguiente sería no solo inútil sino imposible realizar juicio de
validez alguno17. En segundo lugar porque la fórmula contrae el alcance de la cláusula de
exclusión a los aspectos formales de la actividad probatoria intraprocesal, omitiendo
considerar que en ejercicio de ella pueden resultar ofendidos los derechos sustanciales,
incluso los garantizados constitucionalmente, y que no toda la actividad probatoria se
desarrolla en el seno del proceso.

También podría gustarte