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10 cosas que no sabías sobre la vieja Managua

Les contamos 10 curiosidades que pocas personas conocen sobre la vieja Managua, la
capital de Nicaragua antes del terremoto de 1972.
Por Redacción Domingo 18/06/2017

Avenida central o Roosevelt de la antigua Managua. Foto tomada de norte a sur. LA PRENSA
/ Cortesía: Nicolás López Maltez.
Capital de Nicaragua desde 1852, Managua ha sido una ciudad sufrida. Un terremoto la hirió
profundamente en 1931 y otro, en 1972, fisuró su historia. Hablamos ahora de una Managua
vieja y una nueva, postsismo. Aquí les contamos 10 curiosidades que pocas personas
conocen sobre la ciudad antes de su segundo gran desastre natural.
1. Equivocación. El monumento ubicado al pie de la Loma de Tiscapa en honor al “Soldado
de la Patria”, donde el alto mando del Ejército se toma fotografías promocionales en la
actualidad, fue en realidad mandado a construir por Anastasio Somoza García para
homenajearse a él mismo en 1941.
2. Granada. Después del terremoto de Managua de 1931, el obispo de Granada, monseñor
Canuto Reyes y Balladares, redactó una carta pastoral durísima que aseguraba que el
desastre fue ocasionado por la ira de Dios y donde planteaba la necesidad de trasladar la
capital a la ciudad de Granada.
3. Avión. El primer avión que vino a Managua lo hizo en 1922, pilotado por el aviador italiano
de la Primera Guerra Mundial, Enrico Massi. La aeronave aterrizó en el Campo de Marte,
pues no había pista de aterrizaje, según el libro Historia de Managua, de Gratus Halftermeyer.
4. Innovación. En 1884, de acuerdo con el libro Historia de Managua, de Gratus
Halftermeyer, Managua fue testigo del primer carretón jalado por un caballo, que “cruzaba las
calles polvosas de la ciudad para ir a la estación y al Mercado Central en busca de carga”.
133 años después, todavía se ven carretones similares.
5. Rolling Stones. Sobre la antigua avenida El Centenario, en los años 50, había una
refresquería donde vivía “una muchacha delgadita y atractiva que entonces se llamaba Blanca
Pérez Masís y soñaba con ir a París”, recuerda el doctor Carlos Tünnermann en un artículo de
LA PRENSA. Blanca es ahora conocida en el mundo como Bianca Jagger, exesposa de Mick
Jagger, vocalista del grupo inglés Rolling Stones.
6. Diversión. A comienzos de los años 40, ir a la Loma de Tiscapa, que era el extremo sur de
Managua, se consideraba como ir al campo. Generalmente salían grupos de amigos o parejas
y llevaban comida y refrescos para hacer picnics campestres.
7. Barberías. El historiador y periodista Roberto Sánchez (q.e.p.d.) decía que en la vieja
Managua el lugar ideal para conseguir entrevistas con “determinados personajes” eran las
barberías.
8. Automóvil. El primer vehículo que vino a Managua fue un Fort T, propiedad del gerente
general de la compañía de luz eléctrica, Teófilo Salomón. Esto fue en 1909, según un
reportaje de la revista Magazine.
9. Etimología. La palabra Managua proviene del náhuatl “mana-ahuac”, que significa
“rodeada de agua” o “junto al agua”.
10. Frío. De acuerdo con un estudio del Servicio de Meteorología Nacional de Alemania, las
temperaturas de calor y frío récord de la historia de Managua son, respectivamente, de 39 y
15 grados centígrados.

¿Cómo era Managua hace 84 años?


En marzo de 1931, Managua se extendía de norte a sur solamente once cuadras. De este a
oeste, diez cuadras. La ciudad estaba dividida por la Avenida Central, en la actualidad
Avenida Peatonal General Augusto C. Sandino y la Calle Central, que pasaba por el costado
sur del hoy edificio de la Cancillería, y en medio de donde estuvo la iglesia de San Antonio y
el parque.
Contrario a lo que muchos creen, Managua tenía su nomenclatura para dar las direcciones.
Por ejemplo: “"Agencia Buick y Chevrolet F. Alf. Pellas y Co . Ave. Central Sur y 3ra., Calle S.
E., edif. No. 2- Telf. 1-7-0 Direc- cable: Pellas- Managua D. N.”, dirección de un respetable
ciudadano: “Dr. Enoc Aguado-Direc. 1ra. Calle S. E., casa No. 38- Tel. 1-8-2 Apartado No. 61-
Direc.- cable Enoc Aguado Managua D. N”.
Todavía en Managua, la costumbre es dar direcciones tomando como referencia lugares
conocidos. En el caso de los puntos cardinales, el norte es el lago, el sur es la loma o la
montaña, el este es arriba y el oeste es abajo. El problema ha sido después de los terremotos
de 1931 y 1972, cuando se decía: “De donde fue…”. El asunto es que con el pasar de los
años, se va olvidando dónde quedaba tal establecimiento o restaurante.
A veces, la imaginación popular crea sus propias direcciones. En un barrio había un centro
nocturno, en cuya entrada un rótulo decía: “El Lago de los Cisnes”. Por las características de
los asistentes, la dirección popular era: “Del charco de los patos, tantas cuadras a…”

NACE UNA CIUDAD


Managua fue muchos años una aldea de pescadores, asentada a orilla del lago Xolotlán. La
primera mención data del mes de julio de 1527, cuando la visitó el cronista español Gonzalo
Fernández de Oviedo y Valdez. Por Managua pasaron muchos viajeros y religiosos: el obispo
Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, Ephraim George Squier y su dibujante James Mac
Donought.
El alemán Julius Froebel, el francés Félix Belly, Pablo Levy y el capitán de la Real Armada
Inglesa, Bedford Pim. Otro alemán, Maximiliano von Sonnenstern, considerado el padre de la
cartografía en Nicaragua. El sueco Carl Bovallius y William E. Simmons.
A través de sus relatos conocemos el rápido crecimiento de un pequeño poblado, elevado a
ciudad en 1846, declarado capital de Nicaragua el 5 de febrero de 1852.
Para 1931, Managua tenía unos 40,000 habitantes. Había importantes edificios, almacenes,
bancos, boticas y un variado comercio que importaba y exportaba muchos productos. Se
contaba con hoteles, clubes, periódicos y varias iglesias. Desde 1925 se inició la
pavimentación, comenzando por la Avenida Bolívar. Funcionaban agencias de automóviles y
camiones, bicicletas y motocicletas como la Harley-Davidson.
Entre los edificios que más sobresalían estaban el Palacio Presidencial, en la Loma de
Tiscapa, recién inaugurado el 4 de enero de 1931. El Palacio Nacional, el Banco Nacional, el
Palacio de Comunicaciones, el Instituto Pedagógico de Varones, el Instituto Nacional de
Varones Ramírez Goyena, el Colegio Bautista de Varones, los clubes Managua e
Internacional, los teatros Margot y Variedades y el Palacio del Ayuntamiento.
El hotel Lupone ofertaba alojamiento a diplomáticos extranjeros, a personajes nicaragüenses
que visitaban Managua y ofrecía servicios de intérprete a quienes no hablaban español. Otros
hoteles eran Colón, de doña Adelina de Pasos; Versalles, de Francisco Bustos y su hermano;
Gloria, de doña Constanza de Ocampo; Estrella, América, Chic, Europa, Germania y Sevilla,
La
TOSCA Y ESTRELLA
Entre los almacenes estaban: F. Bunge, Francisco Brockmann, U. Morales, Eugenio Lang,
Constantino Pereira, Carlos A. Manfut, La Elegancia y La Moda. Las agencias destacadas
eran: Dodge-Brother de Horvilleur-Teysseyre, Ford de Chester A. Wallace, Buick y Chevrolet
de F. Alf. Pellas, Nash de Octaviano César h., Hudson de Manuel J. Riguero, Hupmobile de
Alberto Chamorro y Studebaker de Julio C. Bahleke.
ALMACENES DE COMERCIO
Estaban los sobrinos de Jorge Dreyfus, La Elegancia de Ramón Morales, Almacén de
Novedades de José Benito Ramírez, Felipe R. Lau, Riguero-Salomon, Min Sun Lon, Julio
Cardenal, Juan On Lon, Manzo y compañía, Manuel J. Riguero, T. Cranshaw, J. R. E. Tefel ,
Sucesores de Rafael Cabrera, Mántica-Fava, P.J. Franwley, H. B. Raven y Eduardo
Bernheim. También la agencia de gasolina, petróleo y aceites lubricantes de la West India Oil
Company.
Operaban agencias de aseguros, incluyendo la Pan American Life Insurance Company, de
Nueva Orleans; Fotografic Kodak, de E. R. Alemán; las máquinas Singer; la agencia de
películas Paramount, de Felipe Le Franc; y la agencia de pianos y pianolas de Carlos
Tünnermann. Había una aplanchaduría a vapor de Juan Noguera e hijo, cuatro fábricas de
hielo: Central America Power Corporation, Compañía Cervecera de Nicaragua, Victorino
Argüello y La Perla de Joaquín Navas S.
Fue famosa la Chibolería Gil. Para entonces había ingenieros civiles y mecánicos, topógrafos,
agrónomos, de minas y electricistas. Los más conocidos: Juan P. Rodríguez M., Napoleón Ré,
Bernabé Portocarrero, Adolfo Cárdenas, J. Andrés Urtecho, Constantino Castellón, Napoleón
Reñazco, J. Francisco Fariña, Juan Ignacio González, Moisés Le Franc y José Pasos Díaz.
Los arquitectos: Pablo Dambach, Carlos Bohnenblust, Mario Favilli y Norberto Silva.
Había una buena cantidad de boticas (farmacias), ubicadas sobre todo en los mercados,
llamados Viejo y Nuevo. Fueron muy conocidas en Managua las escuelas de comercio de don
Fidel Saballos Morales y don Silviano Matamoros. Un lugar de esparcimiento social fue La
Dinamarca, de don Guillermo Gront, padre de Edith, la escultora. En el aeropuerto Xolotlán,
donde está ahora la Dirección de Migración, estaba una modesta instalación donde los
pasajeros esperaban el vuelo de Pan American Airways que tenía el siguiente anuncio: “El
tiempo vuela, ahorre usted tiempo, vuele”. Las oficinas funcionaban en los bajos del hotel
Lupone.
Managua contaba con aserríos, beneficios de café y de pieles. La fábrica de jabón La Fama,
de Felipe R. Lau; fábricas de ladrillo de cemento de Lázaro Parodi, J. Francisco Balladares y
Dionisio Martínez Saenz, que además poseía la fábrica La Nutritiva que procesaban
chocolate, pinol y café molido. Había librerías, joyerías y ornamentadores como Ernesto
Brown. Ya funcionaba el estudio fotográfico de don Adán Díaz e hijas.
ABOGADOS Y MÉDICOS
Algunos de los abogados eran: Enoc Aguado, Salvador Guerrero Montalván, Mariano Argüello
Vargas, Miguel Ernesto Vigil, Félix Esteban Guandique, Gerónimo Ramírez Brown, Enrique
Cerda, Alejo Icaza Icaza, Francisco Buitrago Díaz, Encarnación Fletes Barberena, Gustavo
Manzanares y Santos Flores L.
Médicos y cirujanos: David Stadthagen, Henry Debayle, Inocente Lacayo, Alberto Martínez
Ramírez, Emilio Lacayo, Carlos A. Cuadra, Francisco Baltodano, Gonzalo Pérez Alonso,
Manuel Pérez Mora, Inocente Leiva, Víctor M. Godoy y Tomás Pereira. Los oculistas:
Salvador Reyes y Carlos A. Cuadra. Las ópticas: P. Peñalba e hijos y Miguel Silva S. El
farmacéutico: Porfirio Pérez N.
Los dentistas: Alejandro Stadthagen, Laureano Zelaya, Ignacio Castany C., José Rodríguez
Blen, Salvador Bravo, José J. Alguera, Leonte Pallais y Ulises Aguilar.
Los periódicos: El Comercio, La Noticia, La Prensa y Diario Moderno.
Mecanógrafas distinguidas: Julieta, Helena, Rosario y Emilia Matamoros.
La lotería nacional de beneficencia se corría el primer domingo de cada mes, con premios
mayores de 10,000, 12,000 y 15,000 córdobas. El valor de los billetes era de 4, 5 y 6
córdobas. En 1931, el gerente era el coronel J. Carlos Carrera.
Estaba la Tintorería Alemana, que se anunciaba en inglés: Sanitary Dry Cleaning.
Los sifones de 5 y 10 litros de cerveza Xolotlán, costaban C$1.50 y C$3, respectivamente.
Las principales sastrerías, como La Elegancia de Ramón Morales, la Anglo- americana de
José Dolores Reyes y la Modelo de Humberto Pavón, quedaron listas con los estrenos de
Semana Santa. Todo se acabó la mañana del 31 de marzo de 1931. La únicas proseciones
que hubo fueron las de las victimas del terrremoto que llevaban a enterrar y los damnificados
buscando refugio.

Tema del día


Un martes santo Managua cayó por un terremoto
Desastre. Un día como hoy, los habitantes de la entonces pequeña capital de Nicaragua
fueron sorprendidos a media mañana por el movimiento destructor. Bastó un sismo menor de
5 grados en la escala de Richter para botar las casas. La noticia llegó primero a Nueva York
que a Masaya
Especial para El Nuevo Diario
Era el martes santo 31 de marzo de 1931. Los pobladores de Managua hacían compras y
preparativos para los llamados días de guardar, cuando, conforme la tradición, se asistía a los
actos litúrgicos y procesiones en especial. Para entonces poco se viajaba al mar y no se
celebraban fiestas.
En el centro urbano de Managua, una ciudad con apenas 40,000 habitantes, muchos se
encontraban en el área de comercio, donde después se construirían los mercados San Miguel
y Central, paralelos a la después bautizada como Avenida del Centenario que en dirección
norte llegaba a la Catedral, todavía en construcción.
Había quienes realizaban compras en los almacenes de la Avenida Central, años después la
Roosevelt. También en la Calle Central que pasaba entre lo que sería la iglesia de San
Antonio, destruida por el terremoto del 23 de diciembre de 1972, y el parque de los Poetas,
donde estuvo el monumento al maestro Gabriel Morales.
REFUGIADOS EN PARQUES
Por una coincidencia, igual que hoy martes santo 31 de marzo, hace 84 años, a las 10:20 de
la mañana, se produjo en Managua un terremoto de 4.7 grados en la escala de Richter. La
noticia fue trasmitida a Nueva York por S. M. Craigie, operador de la Tropical Radio Telegraph
Company. Después se recibió en San Juan del Sur.
Por medio del telégrafo se conoció en Masatepe y se envió el mensaje al balneario Venecia,
en la laguna de Masaya, donde se encontraba el general José María Moncada Tapia,
presidente de la República, quien partió hacia Managua. Ese mismo día 31 decretó el Estado
de Guerra, aplicando la Ley Marcial.
La energía eléctrica fue interrumpida por un joven trabajador de la Central American Power
Corporation, Moisés Henríquez, cuya heroica acción salvó muchas vidas y evitó incendios.
Otro decreto del general Moncada Tapia fue ascender a general de brigada al coronel Calvin
B. Mathews, jefe director de Guardia Nacional.
El oficial norteamericano y las fuerzas militares de ocupación se convirtieron en el verdadero
poder. Dieron muerte a balazos a ciudadanos nicaragüenses, acusándolos de pillaje y
acciones vandálicas, aumentando la cantidad a más de 1,500 víctimas mortales del terremoto.
Los cuerpos, en su mayoría, fueron llevados al día siguiente al nuevo cementerio, situado al
occidente y sepultados en fosas comunes. También se les quemó para evitar que fueran
comidos por perros y cerdos.
La falta de energía eléctrica y agua potable causó muchos problemas a los más de 20,000
damnificados, quienes se instalaron a la intemperie en la explanada de la Loma de Tiscapa,
donde apenas el 4 de enero había sido inaugurado el Palacio Presidencial que también sufrió
daños en el costado sur, en el borde de la laguna. Otros se refugiaron en los parques Central
y Darío, en la costa del lago Xolotlán, y los más pudientes en los campos de golf de los
marinos norteamericanos.
El 3 de abril llegó a Managua el señor Swift, de la Cruz Roja norteamericana. Se formó un
comité presidido por el ministro de los Estados Unidos de América, Matthews E. Hanna; el
coronel Frederic C. Bradman, uno de los jefes de los marinos; el general Calvin B. Mathews y
el teniente coronel Dan I. Sultán, jefe del regimiento de ingenieros encargado de estudiar las
obras del canal por Nicaragua.
El único miembro nicaragüense fue Anastasio Somoza García, subsecretario de Relaciones
Exteriores. El 14 de abril de 1931 se constituyó el Comité Local de Reconstrucción y Somoza
García asumió la presidencia. Cuarenta y un años después, su hijo Anastasio Somoza
Debayle tuvo iguales funciones en el comité creado tras el terremoto del 23 de diciembre de
1972. Padre e hijo asumieron total poder como engendros de la tragedia.
EL GOBIERNO A MASAYA
Los principales edificios públicos quedaron destruidos, igual que miles de viviendas. El
gobierno se trasladó a Masaya donde se instalaron las Cámaras de Senadores y Diputados.
Un decreto, legalizando el traslado, provocó rumores de que le capital estaría en esa ciudad o
en algún sitio del departamento de Carazo, por lo que surgió un movimiento de ciudadanos de
Managua que expresaron al Congreso Nacional su oposición.
Entre estos ciudadanos estaban monseñor José Antonio Lezcano y Ortega, arzobispo de
Managua; Francisco S. Reñazco, Mariano E. Solórzano, José Dolores Estrada, José Benito
Ramírez, Joaquín Solórzano G., Francisco Brockmann, Manuel J. Riguero, Miguel Silva,
Porfirio Solórzano, Marcial E. Solís, Salvador Guerrero M., Víctor M. Delgadillo y Alfredo
Osorio.
Además, Adán Díaz F., Bernabé Portocarrero, Ramón Castillo C., Ángel María Pérez,
Francisco Aranda, Deogracias Rivas, Eliseo J. Reyes, Sebastián Alegrett, Juan José Zelaya,
José Santos Ramírez, Carlos Reyes, Pablo E. Moreira, Heriberto Silva, Gregorio Pichardo,
Gilberto Pérez Alonso, M. Barreto, Enrique Belli, Rafael Cabrera, Alfonso Estrada y Julio
Linares.
UN OBISPO CAUSA MALESTAR
En medio de la tragedia fue impresionante y reconfortante, la presencia en los escombros del
arzobispo de Managua, monseñor José Antonio Lezcano y Ortega. Los familiares de las
víctimas recibieron la consolación y las bendiciones. Imploró por los muertos y heridos,
recorrió a pie las ruinas de la ciudad y su imagen se conservó para siempre en la memoria
histórica del terremoto de 1931.
Fue muy triste que a la par del ejemplo humanitario de monseñor Lezcano y Ortega, el obispo
de Granada, monseñor José Canuto Reyes y Balladares, el domingo 5 de abril, hizo que en
todos los templos de la diócesis se leyera una carta pastoral que se consideró una ofensa.
Expresó que el terremoto era un castigo divino porque los pobladores de Managua llevaban
una conducta libertina y licenciosa, vivían en bacanales. Llamó a las madres que no cuidaban
a sus hijas “lobas o bobas”.
En Managua la reacción fue de indignación. Una de las víctimas, la señorita Mariíta Huezo
Ortega, era sobrina de monseñor Lezcano y Ortega. Don Francisco Huezo, su padre, publicó
una carta y en uno de los párrafos escribió: “Si el Obispo de Granada hubiera conocido a mi
hija, la hubiera estimado en los quilates de virtud y alta dignidad que tenía, con una firmeza de
carácter superior a su edad, y lo hubiera meditado bastante antes de ofender su memoria y a
su familia y a la sociedad, que tanto le quería, porque la conocía bien”.
La solidaridad fue mundial. Se recibieron mensaje y ayudas del cardenal Eugenio Pacelli,
secretario de Estado Pontificio, futuro Pío XII. Alfonso XIII, rey de España; el presidente
norteamericano Herbert C. Hoover; el presidente de Francia, Gastón Doumer; y Jorge V, rey
de Inglaterra. Los países sudamericanos, centroamericanos y caribeños se hicieron presente.
La Cruz Roja de muchas naciones promovió valiosa ayuda.
10 datos que debés saber sobre el terremoto que devastó Managua un 31 de marzo de
1931.

Hoy se cumplen 85 años del terremoto de 5.8 grados de magnitud que destruyó la capital un
31 de marzo de 1931.
Aquí te dejamos datos que no podés dejar de conocer en un aniversario más de esta tragedia,
con base principalmente en información recogida por el historiador Roberto Sánchez:

1. El terremoto ocurrió un Martes Santo a las 10:20 am.


2. Managua tenía en ese entonces unos 45,000 habitantes.
3. Las casas y edificios estaban construidos de taquezal, por lo que se derrumbaron fácilmente
con el movimiento telúrico.
4. La noticia fue trasmitida a Nueva York por S. M. Craigie, operador de la Tropical Radio
Telegraph Company.
5. El entonces presidente general José María Moncada Tapia, decretó ese mismo día el
Estado de Guerra, aplicando la Ley Marcial.
6. Hubo unos 20,000 damnificados y 1,500 muertos.
7. Debido a que los principales edificios públicos quedaron destruidos, el gobierno se trasladó
a Masaya, donde se instalaron las Cámaras de Senadores y Diputados.
8. Monseñor José Antonio Lezcano y Ortega, arzobispo de Managua, jugó un papel clave en
la consolación de la población después del terremoto, en el que falleció su sobrina Mariíta
Huezo Ortega.
9. Entre los edificios destruidos o seriamente dañados estuvieron el Palacio Nacional, el Palacio
de Comunicaciones, los mercados Central y San Miguel, el Teatro Variedades, La Casa del
Águila, los templos de Candelaria, San Antonio y San Pedro, la Penitenciaría Nacional, la
antigua Catedral de Managua (cuya construcción había iniciado tres años antes en 1928), la
Casa Pellas, el Club Social, el Palacio del Ayuntamiento y la Casa Presidencial de la Loma de
Tiscapa.
10. Los damnificados se refugiaron en la Loma de Tiscapa, los parques Central y Darío, en la
costa del lago Xolotlán, mientras que los más pudientes en los campos de golf de los marinos
norteamericanos.

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