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VIDEO 2: ESTAMOS SALVADOS, PERO

TODO ES ESPERANZA

1. ¿Qué es la esperanza según la Carta de los Romanos?


Según Pablo, cuando se trata el asunto de la esperanza, la obra del Espíritu
Santo tiene que ser incluida. En la salvación, se siembra una semilla de
esperanza, por supuesto, pero durante nuestro caminar con Jesús debe haber
una madurez de dicha esperanza.

La ESPERANZA, es una virtud que tenemos que cultivar como la flor más
delicada y valiosa. Tres son las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad,
cuyo objeto directo es Dios sin ellas es muy difícil caminar por la vida y no
podemos olvidar que la Esperanza siempre será la luz en nuestras noches
cuando las penas y las
dificultades las hagan
muy oscuras.

La fe en Dios nos
permite sentir la
esperanza y saber que
hay un mañana,
porque Él mismo lo
promete, porque Él
mismo afirma su
construcción y porque
Él mismo lo asegura.
2. ¿Por qué deben tener esperanza y ser pacientes?

Es importante tener en cuenta que no siempre todo será fácil de hacer o


conseguir, sin embargo, la esperanza es el motor que nos impulsa cuando
nuestras fuerzas desfallecen y cuando parece que todo está perdido.
Podemos cultivar la paciencia examinando e imitando el ejemplo perfecto de
Jesús. Cuando el apóstol Pablo habló sobre “la nueva personalidad”, que
incluye la “paciencia”, les dijo a los cristianos: “Que la paz del Cristo controle
en sus corazones”. Para
que esa paz “controle”
nuestro corazón, debemos
imitar la fe
inquebrantable de Jesús
en que a su debido tiempo
Dios corregirá las cosas
que nos preocupan.
Si seguimos los pasos de
Cristo, nada nos hará
perder la paciencia,
no importa lo que ocurra
a nuestro alrededor.
Muchas situaciones
cotidianas ponen a prueba
nuestra paciencia. Por
ejemplo, si nos parece que
tenemos algo importante
que decir, es posible que debamos ser pacientes para no interrumpir a los
demás. Puede que también necesitemos paciencia cuando estamos con
hermanos que tienen costumbres que nos molestan. En lugar de reaccionar de
manera exagerada, hacemos bien en pensar en lo paciente que Jesús es
con nuestras debilidades. Ellos no se centran en defectos poco importantes de
nuestra personalidad.

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