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Diversos estudios en el campo de la conducta humana ha descubierto que

hay algún mecanismo en nuestra mente que hace que, por regla general,
NO modifiquemos permanentemente nuestra conducta para alcanzar una
meta que se percibe como lejana.
Repito, no nos ponemos en serio a cambiar la conducta negativa si el
resultado positivo es dentro de mucho tiempo.
Así pues, si nos dicen que comer x comidas nos producirá x efecto
negativo a largo plazo, y eso se demuestra con datos y evidencias, por
tanto se deja bien en claro que es una realidad y no una amenaza de la
imaginación, lo más razonable sería que la mayoría de la gente dejara la
comida perjudicial.
Sin embargo, los estudios revelan que lo más probable es que la mayoría
NO cambie de hábito alimenticio. Quizás se propone algún cambio, se
empieza una dieta, se promete modificar algo, pero al final el resultado es
que la conducta negativa persiste, aunque se conoce el más que probable
resultado final.
Algo similar con el ejercicio físico, o la falta de él.
Si se dice que haciendo x conducta podremos ahorrar una importante
suma, pero que solo será efectiva en el futuro lejano, lo más probable es
que la mayoría no se dedique a actuar de esa manera, porque la
recompensa lejana pierde todo encanto y no conlleva una persistencia
firme en el cambio.
En todas las cosas: no fumar, manejar sin usar el celular, usar el cinto en el
auto, la dieta balanceada, ser comunicativo con los cercanos, y mil
etcéteras más.
Las fotos macabras en las cajas de cigarros no ayudan mucho para que la
gente deje el mal vicio.
Las propagandas de bien público mostrando choques y muertos, tampoco
dio una mano a mejorar el respeto por las reglas de tránsito.
Cuidarse como indica el médico después de salvarse de un infarto al
miocardio.
Tomar la medicación sin olvidos.
Ahorrar para tiempos de pobreza, limitándonos en los gastos superfluos.
Usar la escalera en lugar del ascensor, como entrenamiento físico.
Y así en lo que se te ocurra.
Cosa rara que teniendo la información correcta, el aliento para el cambio,
la promesa de ventajas y sin embargo el mecanismo opera desde las
sombras y nos retiene en la mala conducta.
Entonces, lo más sabio es no comenzar con la conducta perjudicial en un
inicio.
Porque una vez que una conducta se repite y se automatiza, pasa a ser un
hábito y por tanto una segunda naturaleza muy difícil de modificar luego.
Así que el gran consejo es: no inicies un camino que finalmente no querrás
haber recorrido.
Pero esto es fácil decirlo, no tanto de hacerlo.
Un método para luchar contra el hábito es proponernos hacer cosas aún
más complejas o desagradables, y si controlamos la conducta que
queremos modificar, entonces tampoco realizamos esa conducta
desagradable.
Ejemplo, si queremos dejar de fumar y cada vez que vamos a poner el
cigarro en la boca tenemos que masticar algo realmente amargo,
asquerosamente ácido o parecido, entonces nos será más sencillo
abstenernos de pitar el cigarro. Claro, dependemos de la voluntad de
masticar la cosa horrible antes… ¿será que lo haremos?
Otro método, imponernos una conducta sustitutiva y cada vez que estamos
por acometer la conducta que no queremos más, en su lugar hacer la nueva
que queremos imponer en nuestro inconsciente como hábito sustitutivo.
En vez de decirle a tu hija que no rompa la planta, dale una hoja y
crayones para que dibuje lo que quiere hacer con la planta, por ejemplo.
Otro método, tocar las emociones para promover el cambio en lugar de
llenar de información intelectual que es valorada y rápidamente olvidada.
Tengamos en cuenta que algo similar ocurre con las clases, seminarios,
discursos e interpretaciones en la sesiones sicológicas. Las buenas ideas se
evaporan rápidamente, los datos se pierden en algún lugar de la memoria,
pero el impacto emocional es el que se impone y se mantiene.
Otro método, premiarnos cada vez que logramos nuestro cometido
propuesto en cuanto a la modificación de la conducta.
Entre los premios sin dudas que también se encuentra el aplauso que uno
mismo se brinda, el reconocimiento, el elogio sincero, la palabra poderosa
que fortalece. Pero claro que hay otros premios, materiales que también
tienen su que ver.
Sin embargo, hay que tener la claridad para ir modificando el premio para
que sea sostenible en el tiempo y no se transforme en una enfermedad tan
pesada como la que queremos correr de nuestras vidas.
Otro método, tomar conciencia de que hay que ser fuertes, resilientes,
pacientes, constantes, responsables, determinados, trabajadores, y que
habrá dolor y sufrimiento. Estamos ante un cambio de partes que se han
marcado en la profundidad de nuestro sistema automático y que ahora
deben dejar de estar en funcionamiento y hasta ser
desprendido/desaprendido.
No se irá con saltitos de alegría y buena voluntad solamente, aunque
pueden ser muy útiles y dar de vez en cuando ánimos.
Ante los tropiezos, reconocerlos y no quedarse atrapados por ellos, sino
levantarse y avanzar.
Pregúntale a un corredor de maratones cuál es su secreto para llegar a la
meta.
Además, ponte metas a corto plazo y evalúa tu grado de cumplimiento.
Que no queden tus cosas en una nebulosa de buenas intenciones, deseos y
fantasía.
Te propones un objetivo y avanzas hacia él.
Cosas simples, al alcance, que puedas lograr y si no llegas, estudiarás los
motivos y replantearás tus estrategias.
Pero tiene que haber un cierto orden, que dará un mayor orden a caos que
es el inconsciente de la personalidad humana.
Entre estas cosas no está bien que digas: cuando tenga tiempo lo haré.
¡Hazte del tiempo!
Y así con el resto de las objeciones que uno va recolectando para continuar
preso de las conductas que nos lastiman.
Otro método, recurrir al auxilio de otra persona, una que no esté implicada
ni sea movida por esa conducta que nos controla.
Dentro de este método se encuentra también aquellos que ponen sus vidas
en manos del Eterno, y con confianza en sí mismos y en Él, se
encomiendan con decisión y voluntad para ser amos de su conductas.
Otro aspecto, NO dejes para un momento propicio iniciar el cambio. No
digas el lunes empiezo la dieta, después del cumple dejo de fumar, etc.
Hoy es el inicio, ahora, siendo realista que darás un pasito y que es el
primero de una sucesión inmensa de otros pasitos que irás dando.
Otro aspecto, rodéate de gente que te agrade, que te apoye, que te sientas
formando un vínculo sano y provechoso.
No siempre puedes elegir con quién estar, pero depende de ti escoger a tus
cercanos y favorecer a aquellos que te favorecen y tu favoreces. En cuanto
a los que no te caen bien y debes compartir con ellos, el trabajo, el estudio,
tu vivienda, etc.; entonces tomarlo como un buen gimnasio para entrenar
tus capacidades de sobresalir positivamente. No verlos como una red en la
cual has caído y significa tu fin, sino como una mancuerna que está a tu
servicio para que vayas fortaleciéndote gracias a que se opone a ti.
Requerirá mucho más esfuerzo, ingenio y capacidad lograr descollar
cuando el entorno no es favorable, pero confía en tu fuerza y pide al Eterno
por que haya shalom.
Por sobre todo lo anterior, tomar en consideración que nuestra búsqueda es
constante por control, por poder y saber que podemos.
Por tanto, cualquier acción que manifieste nuestro poder, sea la cantidad y
calidad que fuera, y siempre que sea positivo y no agresivo, nos permitirá
invertir en las empresas que emprendamos.
Un pasito diario de poder, de firmeza, de completar la tarea.
Un poder de reconocer nuestro logo.
Un poder de perdonarnos las caídas ocasionales, sin por ello convertirnos
en expertos para justificar la milicia, la pereza y el fracaso.
El poder de hacer alguna cosita por algún otro, sin esperar absolutamente
nada de esa acción.
Realizar, aunque sea algo pequeñito, que realmente quieras y te dé
satisfacción a ti y no dependiendo de nadie más.
Con ello estaremos cimentando la base firme para una vida espléndida.
Para finalizar, el éxito nunca está asegurado, pero seguramente estará muy
lejano e inaccesible si no hacemos nuestra parte cada día para alcanzarlo.

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