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DEDICATORIA

Este trabajo está dedicado a mis padres, con mucho amor, ya que ellos son mi
fuente de apoyo incondicional, de tal manera a mis catedráticos por sus enseñanzas
del día a día, para así ser buenos efectivos para la sociedad.
INTRODUCCIÓN
La elevada utilización de ansiolíticos e hipnóticos, principalmente benzodiazepinas,
para el tratamiento de la ansiedad y del insomnio es objeto continuo de revisiones
y debates por parte, entre otros, de las autoridades reguladoras y de los
proveedores de asistencia sanitaria en todo el mundo, Incluso algunos organismos
internacionales han alertado en los últimos años acerca de un exceso de utilización
de estos fármacos en los países del entorno europeo unque estas sustancias tienen
un papel relevante en el tratamiento de la ansiedad, del insomnio, de las
contracturas musculares o de la epilepsia, su empleo indiscriminado no está exento
de riesgos debido a sus efectos adversos y a su capacidad para producir tolerancia
y dependencia. Las benzodiazepinas de vida media e intermedia larga pueden
inducir una marcada sedación y falta de coordinación psicomotora, y se han
asociado con un incremento en los riesgos de producción de fracturas de cadera y
de accidentes de tráfico. Por otra parte, las benzodiazepinas de vida media corta,
aunque se reconocen como más seguras, se asocian con más reacciones adversas
de tipo psiquiátrico y con fenómenos de rebote
HIPNOTICOS

Los fármacos somníferos e hipnóticos son drogas psicotrópicas psicoactivas que


inducen somnolencia y sueño. Se los puede dividir en dos grupos principales según
su uso y vías de administración.
El grupo de fármacos hipnóticos se encuentra estrechamente relacionado con el
grupo de medicamentos sedantes. De hecho, la mayoría de hipnóticos producen
también efectos sedantes.

No obstante, los fármacos sedantes tienen como principal objetivo terapéutico


reducir la ansiedad, generar sensaciones analgésicas y promover la calma. En
cambio, la principal acción que producen los fármacos hipnóticos consiste en
generar somnolencia.

En la actualidad, los hipnóticos son sustancias que se utilizan principalmente para


inducir el sueño, motivo por el cual se les conoce popularmente como somníferos.

En el presente artículo se exponen los 10 fármacos hipnóticos más importantes que


existen hoy en día, y se revisan las características principales de cada uno de ellos.

HIPNOTICOS ORALES

Los hipnóticos por vía oral se usan en el tratamiento de insomnio grave. Los
hipnóticos deben utilizarse siempre por recomendación y prescripción médica,
empleándolos estrictamente durante el tiempo que el médico indique, para evitar los
fenómenos de dependencia y tolerancia. Lo mejor para el tratamiento del insomnio
es el enfoque multidisciplinario, basado no solo en medicamentos, sino en otras
medidas terapéuticas, como buenos hábitos de sueño, patrones de preparación
para el sueño, medidas de relajación, ejercicios, terapia psicológica, etc.
Características de los hipnóticos

Los hipnóticos son sustancias psicotrópicas psicoactivas que inducen somnolencia


y sueño en la persona que lo consume.

Los efectos de estos fármacos se producen a través de la disminución de la


actividad de la corteza cerebral. Es decir, los hipnóticos actúan como depresores
del sistema nervioso central.

Es preciso tener en cuenta que a pesar de que la principal función de estas


sustancias es terapéutica, los hipnóticos pueden utilizarse también como droga de
abuso, ya que muchos de ellos genera adicción si se realiza un uso regular.

En la actualidad, las hipnóticos engloban una gran variedad de sustancias. De


hecho, todos los fármacos que realizan la acción de inducir somnolencia pueden
catalogarse como hipnóticos.
Desde la psicología clínica los problemas de insomnio, tanto si son de conciliación
como de mantenimiento del sueño, se tratan preferiblemente mediante técnicas
conductuales como el control de estímulos, la higiene del sueño y la relajación
muscular progresiva de Jacobson.

Sin embargo, en los casos de insomnio severos o resistentes a la terapia psicológica


puede ser necesario combinarla con el uso de medicamentos. En este artículo
hablaremos de los tipos de fármacos hipnóticos más utilizados y conocidos.

Tipos de hipnóticos

Los hipnóticos puede clasificarse, de forma general, en dos grandes categorías: los
hipnóticos orales y hipnóticos intravenosos.

Los hipnóticos orales, tal y como su nombre indica, se caracterizan por


administrarse por vía oral. Suelen emplearse para el tratamiento del insomnio grave
y deben ser consumidos siempre bajo prescripción médica.

Así mismo, resulta conveniente no abusar de este tipo de sustancias ya que pueden
generar adicción, por lo que se suele recomendar emplear los fármacos hipnóticos
con cautela y añadir otras herramientas terapéuticas en el tratamiento del insomnio
como el desarrollo de buenos hábitos de sueño, patrones de preparación para el
sueño, estrategias de relajación o terapia psicológica.

Por su parte, los hipnótico intravenosos e inhalatorios son sustancias que se


emplean para la realización del acto anestésico y durante la sedación en ambiente
hospitalario.

Resultan fármacos vitales para permitir la inducción y el mantenimiento de la


anestesia, y suelen emplearse junto con medicamentos mórficos u opiáceos, así
como con relajantes musculares. A continuación se revisan las principales
sustancias hipnóticas.
Los fármacos hipnóticos más usados

A continuación describiremos los grupos de medicamentos hipnóticos más comunes


en el presente y en la segunda mitad del siglo XX. Aunque hoy en día los análogos
benzodiazepínicos son el tratamiento farmacológico de elección para el
insomnio, en algunos lugares se siguen utilizando hipnóticos clásicos como las
benzodiazepinas y los barbitúricos.

Es importante tener en cuenta que no todos estos fármacos se utilizan para tratar el
insomnio, sino que algunos de ellos son medicamentos muy potentes y específicos
para el manejo de otras alteraciones. Incluimos estos casos en el listado a causa de
la significación de los efectos hipnóticos asociados a su consumo o de su relevancia
en la historia de los somníferos.

1. Benzodiazepinas

Las benzodiazepinas incluyen algunos de los fármacos más utilizados para tratar
los síntomas de insomnio, especialmente las variantes de vida corta. Sin embargo,
el consumo a largo plazo de estos medicamentos conlleva riesgo de dependencia
y de síndrome de abstinencia, ya que actúa de modo similar al alcohol, e igual
que éste acaba alterando el sueño.

El uso de las benzodiazepinas como hipnóticos se encuentra en declive desde los


años 90, época en que se desarrollaron los análogos benzodiazepínicos, a los que
nos referiremos en el apartado siguiente. Actualmente los fármacos de esta clase
se utilizan sobre todo para tratar síntomas de ansiedad y de abstinencia de alcohol
durante periodos breves de tiempo.
2. Análogos benzodiazepínicos (fármacos Z)

Los análogos benzodiazepínicos son fármacos con propiedades muy similares a las
de las benzodiazepinas, si bien no pueden ser clasificados en dicho grupo por tener
una estructura química distinta. En los últimos años se han convertido en los
hipnóticos más utilizados en muchos lugares del mundo dado que se les ha
atribuido una alta seguridad.

En esta categoría destacan principalmente tres medicamentos: el zolpidem, el


zaleplon y la eszopiclona. Otro de los fármacos Z más conocidos, la zopiclona, ha
sido retirado en algunos países a causa de sus efectos secundarios, que por otra
parte no son muy distintos de los de las benzodiazepinas.

3. Antagonistas de los receptores de orexina

Diversos medicamentos recientes tienen efectos antagónicos en los receptores


del neuropéptido llamado orexina o hipocretina, que se asocia con la alerta y
con la vigilia, así como con el apetito. El grado de efectividad de estos fármacos aún
está por valorar, si bien se ha aprobado el uso del Suvorexant y la investigación en
torno al Lemborexant es prometedora.

4. Barbitúricos

Los barbitúricos eran los medicamentos más comúnmente utilizados para tratar el
insomnio hasta la aparición de las benzodiazepinas, que provocan menos efectos
secundarios. En la actualidad distintos tipos de barbitúricos se usan como
anestésicos quirúrgicos y como anticonvulsivos en casos de epilepsia, pero su
aplicación como hipnóticos se ha vuelto muy inusual.

El consumo continuado de estos fármacos conlleva un elevado riesgo de


dependencia física y psicológica, que a su vez explica el intenso síndrome de
abstinencia asociado a los barbitúricos. Otro factor que contribuyó a la pérdida de
popularidad de estos medicamentos fue el preocupante número de suicidios
debidos a sobredosis.

5. Quinazolinonas

Las quinazolinonas son compuestos químicos con propiedades médicas diversas:


pueden tener efectos antiinflamatorios, analgésicos, antibacterianos, antifúngicos y
anticonvulsivos. Además se han investigado las propiedades anticancerígenas de
algunas quinazolinonas, como el Idelalisib, si bien estos estudios se han
abandonado a causa de los efectos secundarios.

En las décadas de 1960 y 1970 fue muy popular la Metacualona, más conocida
por su nombre comercial “Quaalude”. Este fármaco hipnótico era muy utilizado
como droga recreativa durante esta época, especialmente en los clubs nocturnos.

6. Anestésicos

Los medicamentos que se usan como anestésicos frecuentemente son


considerados miembros de la misma categoría que los hipnóticos y los
sedantes. Dentro de este grupo encontramos el propofol, el etomidato y
la ketamina; los dos primeros se administran con frecuencia a personas, mientras
que la ketamina es más utilizada en la medicina veterinaria.

7. Cannabinoides

Los compuestos químicos derivados del cannabis, como el tetrahidrocannabinol y


el cannabidiol, se utilizan en ocasiones como psicofármacos a causa de sus
propiedades sedantes, hipnóticas y analgésicas. En los últimos años se han
desarrollado medicamentos a partir de la marihuana que comportan un riesgo
de dependencia relativamente bajo.

8. Melatonina

La melatonina es una hormona que interviene en la regulación de los ritmos


biológicos, especialmente en el ciclo sueño-vigilia. En la actualidad existen
medicamentos basados en la melatonina que se utilizan como tratamiento
alternativo para el insomnio; no obstante, y a pesar de la facilidad de acceso a
estos productos, deben usarse con prescripción médica.

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